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Deporte y Educación.
Nuevas preguntas sobre una vieja relación.

Director del ISEF, General Pico, La Pampa
(Argentina)

Rodolfo Rozengardt
isefgp@teletel.com.ar

    Los educadores vemos con preocupación que los adolescentes y jóvenes abandonan tempranamente las prácticas deportivas y se transforman de protagonistas en espectadores del deporte.
    En la historia de la humanidad, pueden reconocerse dos caminos vinculados con el deporte:
    - el deporte-pasión, proveniente de viejos rituales, de juegos populares, de sentimientos complejos producidos al interior de las culturas, encarnado en la modernidad en las asociaciones deportivas y hoy sometido a las fuerzas del mercado;     - el deporte de Estado, instrumento pedagógico y político utilizado con finalidades de transmisión o legitimación de valores dominantes.
    En la Argentina, se mantuvieron en conflicto estas dos fuerzas hasta los '50 y '60, en que comenzó una cierta convivencia, quizá como manifestación del avance del mercado sobre el Estado y de las ideas desarrollistas que en Educación Física impulsaron el modelo deportivo. El Estado protegió la actividad deportiva y se ligó deporte-escuela, con modelos poco reflexionados desde la pedagogía.
    Con la crisis del Estado Benefactor y el avance del neoliberalismo en los '80 / '90, el deporte se impone como práctica corporal hegemónica por dentro del proceso de globalización cultural.
    Pero las asociaciones deportivas están, en nuestro país, en grave crisis económica y dirigencial, a causa de la segmentación social acentuada, la ruptura del tejido social durante la Dictadura en los sectores bajos y medios y la transferencia de recursos económicos hacia los sectores más acomodados.
    Los clubes grandes, con grandes deudas, se debaten en las maneras de desarrollar modelos de gerenciamiento empresarial que les permita subsistir en la medida que se asocian a la mercantilización de la actividad deportiva, pero con grandes problemas económicos y amenazas judiciales. Está por verse cómo sobreviven a la crisis el resto de las asociaciones y clubes pequeños y medianos.
    Mientras tanto, los adolescentes y jóvenes saben que la actividad deportiva se transforma cada vez más en un espectáculo reservado a los más dotados y que para participar de ella se deben resignar a una dura vida de entrenamientos y búsqueda del éxito y la venta de sí mismo.
    En un ejercicio de anticipación podríamos percibir un escenario con características más o menos así:

  • Clubes grandes, verdaderas empresas que se sostienen apoyados en otras instituciones pequeñas que los proveen de materia prima, que en este caso coincide con la mano de obra (los deportistas), organizados para realizar pocas actividades deportivas que sean un negocio consagrado, con algunas "inversiones de riesgo" en intentos de desarrollo de actividades alternativas, más un "paraguas protector" societario útil para las rifas y loterías de fin de año, sin objetivos sociales reales.
  • Asociaciones deportivas más pequeñas, subsidiarias directas o encubiertas de las empresas. Allí será donde los niños de los pueblos y de los barrios se jueguen su verdadero partido: ser elegido para ir al club grande y luego sobrevivir en el intento. Nuevas ilusiones de ascenso social, que algunos, privilegiados o audaces, efectivamente conseguirán. Las asociaciones, clubes pequeños y medianos, buscarán subsidios para sobrevivir y ese será el principal criterio de gerenciación.
  • El deporte cada vez más competitivo, requiere mayores niveles de profesionalización. Esto segmenta aún más la actividad deportiva como una opción de vida de algunos dotados que deciden tomar ese camino y una mayoría, candidatos a espectadores.
  • Mayor penetración de los medios de comunicación, verdaderos dueños (en asociación con las empresas de indumentaria y equipamiento) de los calendarios deportivos. Esto genera condiciones para aumentar la pasividad frente al espectáculo deportivo.
  • Nuevas generaciones de gladiadores serán los encargados de transmitir la pasión deportiva al público. No hay espacio para el aficionado.
  • Quizás como reacción puedan preverse intentos de participar en formas de actividad motriz emergentes, juegos nacionales o locales, que movilicen energías de jóvenes o familias en la búsqueda por rescatar un espacio de juego, de salud, diversión, afirmación cultural o nacional, incluso con notas chovinistas.
        Probablemente no haya que ir demasiado lejos para encontrarnos con algo parecido.
        Desde la mirada del educador se plantean algunos interrogantes que orientan este trabajo.
    ¿Qué hace la escuela frente a esta realidad?; ¿cómo se plantea un modelo de inserción del deporte en la escuela o de la escuela en el desarrollo del deporte-negocio-espectáculo?
    ¿Cómo se instrumenta el deporte como un contenido educativo a sabiendas de la fuerza de un modelo vigente tan alejado de los valores educativos?
    ¿Qué consideraciones merece el deporte como fenómeno social y como construcción cultural para ser transformado en un contenido educativo?
    Se presentan para ello algunas consideraciones a modo de instrumento conceptual a fin de establecer un marco de referencia para el estudio del deporte como contenido de la Educación Física apelando a una metodología dialéctica, lo que permitirá establecer un análisis sociocrítico del tema.
  • http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 26 - Octubre de 2000
    Trabajo presentado en el IIIº Encuentro Deporte y Ciencias Sociales y
    1as Jornadas Interdisciplinarias sobre Deporte. UBA - 13 al 15 de Octubre 2000

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        Sigo estando persuadido en 1908, como lo estaba en 1887, de que la pedagogía deportiva, tal como la concebía Thomas Arnold, es el instrumento mejor y más eficaz del que pueden hacer uso los educadores de todos los países para formar adolescentes sanos tanto en el plano moral como en el físico. (Pierre de Coubertin)

        De esta confrontación entre una perspectiva olímpica y una perpectiva federativa resulta lo que podría denominarse un bicefalismo de la institución. Parece que dos líneas distintas tienen una continuidad a través de los siglos y convergen laboriosamente. Un deporte emocional, capaz de atraer a las masas y de inspirar a los poetas (...) y un deporte utilitario, que prefieren los educadores, los políticos y los filósofos. (...) Se trata del viejo conflicto entre la pasión deportiva y la razón de estado, que sigue perpetuándose en la actualidad. (Bernard Jeu)


    Introducción

        El deporte es un objeto de profunda actualidad, que como fenómeno de masas se ha transformado en una de las características distintivas del siglo XX, definido por Francois Mauriac, premio nobel de literatura como "el siglo del deporte".

        Como producción de la cultura ha adquirido una gran presencia en todo el mundo, acompañando el proceso de globalización. Como suele ocurrir en muchas estructuras, la parte influye considerablemente sobre el todo y en cierta medida, es el deporte uno de los condicionantes de multitud de formas culturales contemporáneas.

        Al ser una práctica corporal y motriz establece múltiples relaciones con la Educación Física. En los últimos cuarenta años, ha pasado a ser un contenido prevaleciente en las clases y programas de Educación Física en todo el mundo.

        Una corriente de pensamiento llamada Educación Física y Deportiva fue tomando posiciones, desplazando a otras orientaciones más independientes, críticas o directamente negadoras de los beneficios educativos del deporte.

        En España y otros países europeos, las escuelas de formación de profesionales se denominan Centros Superiores de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. El término Educación Física pasa a designar una de las disciplinas del campo profesional, dedicada a la transmisión. En Alemania, se denominan "escuelas de deportes" (Sportoschule) a los centros donde estudian y se capacitan los profesionales de nuestro campo. Se funden en un sólo término el fenómeno cultural, el instrumento educativo y la disciplina que debe estudiarlo, sostenerlo, utilizarlo.

        El deporte emerge como un contenido altamente significativo de la educación actual y es la Educación Física la disciplina que,dentro del sistema educativo se encarga de su implementación.

        En la práctica cotidiana los profesores de Educación Física tratamos con el deporte, estamos sumergidos en su dinámica. Tanto sus características como sus efectos los consideramos "naturalizados" y no nos tomamos el trabajo cotidiano de repensarlo como un objeto de estudio, de construcción de conocimiento científico y desarrollo del pensamiento crítico.

        Para entenderlo como fenómeno se hace necesario tomar distancia de él y considerlarlo como un "objeto en sí" y en las relaciones que se establecen entre el deporte y la tarea educativa.

        La Educación Física como instrumentación educativa de actividades motrices, si bien hunde sus raíces en la historia de la humanidad, surge como expresión definida en la modernidad, con el ascenso de la burguesía y los profundos cambios en las concepciones de hombre y conocimiento que se produjeron simultáneamente en Europa.

        Por este mismo período aunque algo más tardíamente se va definiendo el deporte como fenómeno cultural representativo de sectores sociales en ascenso que disputaban porciones del poder político y establecían modalidades de relación social y económica.

        El deporte emerge particularmente en Inglaterra, país que irá a la vanguardia en el desarrollo de las formas capitalistas de producción y de formas de gobierno parlamentarias.

        En el continente europeo, las luchas políticas se mantendrán dentro de reglas menos "civilizadas" y los cambios en la composición del poder seguirán produciéndose a través de actos violentos y revolucionarios. Allí el deporte es resistido, en cambio la Educación Física con diferentes denominaciones escribe una historia de movimiento "científico" o "racional" diseñado en función de ciertos logros esperados y esperables.

        Disputaron la preeminencia diversas formas de gimnasia y sobre finales del siglo XVIII, Pestalozzi incluyó las actividades deportivas junto a la "gimnasia elemental" en un programa más amplio de educación en el que el movimiento tenía un papel considerable.

        En Inglaterra, a partir de 1830, Thomas Arnold introdujo los deportes atléticos en las public schools, en particular el fútbol, como propuesta pedagógica para pacificar las relaciones entre los estudiantes.

        "En Inglaterra la evolución del deporte estuvo asociada a la tarea de represión y reforma de la cultura popular, al proceso de consolidación del modelo burgués y a la adecuación y disciplinamiento de la clase trabajadora. La gimnasia en Alemania fue pensada como educación física dentro de la educación integral del hombre alemán y nombrada con el vocablo turnen para sustituir y nacionalizar al término inglés sport." (Aisenstein)

        La Educación Física en nuestro país heredó principalmente la tradición europea continental y durante los primeros años apeló a la gimnasia "racional" o "científica", fundamentada desde la fisiología.

        De hecho, la Argentina fue un escenario de la disputa por la hegemonía que en Europa mantenían las diversas escuelas gimnásticas (particularmente la gimnasia alemana con la sueca).

        A principios del siglo XX el deporte en nuestro país comenzaba a conformarse como un fenómeno social aglutinante, como hecho social que convocaba, no sin conflictos, a sujetos de distintas clases sociales. La Educación Física se implantaba en la misma época, según afirma Aisenstein, como parte del proyecto de modelado del hombre argentino, de mejora de la raza, "bajo el precepto de la eugenesia y tomando como excusa la base étnica variada de la población".

        Con el avance del siglo y particularmente en el período postbélico (décadas del 50 y 60) la lucha pasa a establecerse entre la gimnasia en sus diversas expresiones por un lado y el deporte como fenómeno en ascenso por el otro.

        En el momento actual la disputa favorece ampliamente al deporte que ha invadido también las formas diferenciadas de la gimnasia (gimnasia olímpica, aeróbica de competición, etc.), la que se encuentra atomizada en múltiples expresiones y resulta difícil de recortar como un fenómeno con identidad propia.

        La Educación Física como área especializada de la educación que instrumenta la actividad motriz para el logro de objetivos pedagógicos necesita tener un marco teórico potente para enfrentarse al deporte y convivir con él, penetrándolo y a la vez dejando que este ocupe posiciones por dentro de su campo de acción.

        Si comprendemos la tarea de la educación desde una perspectiva dialéctica como una estructura de prácticas sociales especializadas para la incorporación de las nuevas generaciones a la vida social y de este modo darle continuidad a la propia sociedad, podremos comprender tanto los aspectos contradictorios del fenómeno como su propia historia.

        En ese sentido, la educación provee aspectos reproductores, que tienden a perpetuar la estructura social dada evitando los cambios y también aspectos transformadores. La investigación que pone su mirada sobre la educación no debería ignorar estos elementos , antes bien, explicitarlos y de algún modo, tomar partido.

        Esto lo posibilita una metodología que diferencie los niveles de análisis contextualizando el objeto bajo estudio.

        Uno de los componentes relevantes de la práctica educativa está conformado por los contenidos que se enseñan. Es decir, aquellos objetos de conocimiento que se elaboran o se transmiten en el acto educativo.

        Los contenidos pueden ser considerados como fines en el sentido de producto final, logro de la enseñanza y por ello transmitirlos como algo acabado y de forma cerrada o, como plantea G. Sacristán, como "...medios para conseguir una amplia gama de objetivos posibles a plantear, pero el significado de los objetivos posibles no se agota en esos contenidos, sino que ve sus proyecciones psicológicas o sociales o se refiere a otros campos del aprendizaje...", aludiendo al desarrollo de los procesos psicológicos y sociales que pueden permitirlo y facilitarlo.

        Los contenidos, según el citado autor, como conocimiento expresan las formas de elaboración de la experiencia humana más refinadas, "... capaces de ofrecernos una comprensión del mundo y una guía para su transformación, incluida la comprensión y transformación del propio hombre".

        Los contenidos a enseñar no responden a una fatalidad histórica sino que forman parte de un "cúmulo social de creencias" acerca de lo que es valioso en sí y vale la pena de ser enseñado, instalado en las organizaciones y en las comunidades académicas o en las que residan los "definidores de ideas" o del conocimiento legítimo (Berger y Luckmann).

        Los contenidos que se enseñan en general tienden a cumplir una acción funcional al sistema dado que operan por dentro de un complejo sistema de legitimaciones ligado a las estructuras de poder. El curriculum escolar participa de una cadena de definiciones que recaen sobre los docentes.

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