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Efecto del entrenamiento integrado sobre la mejora de la fuerza de impulsión en un lanzamiento en suspensión en balonmano
Luis Javier Chirosa Ríos, Ignacio Chirosa Ríos y Paulino Padial Puche

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 25 - Setiembre de 2000

3 / 3

     En la Tabla 12 se observa el efecto del entrenamiento integrado sobre los índices valorados cuando se utiliza un método de entrenamiento integrado. Se puede ver como después del tratamiento no existe significación en ninguno de los índices.

Tabla 12: Estadística de los índices de fuerza grupo entrenamiento integrado.
Variable
Media (X)
(d)
Error estándar
t student
Grados de libertad
Probabilidad (P)
Indice de Bosco pretest
0,51
0,10
0,36
-0.4
7
0.701
Indice de Bosco postest
0,53
0,03
0,01
Indice de elasticidad pretest
2,17
2,76
0,83
0.64
7
0.539
Indice de elasticidad test intermedio
1,42
1,71
0,51
Indice de elasticidad test intermedio
1,42
1,71
0,53
-0.07
7
0.943
Indice de elasticidad postest
1,46
1,47
0,43
Indice de elasticidad pretest
2,17
2,76
0,83
0.68
7
0.513
Indice de elasticidad postest
1,46
1,47
0,44

     Estudiando los mismos criterios que en la tabla anterior pero en el grupo de control (Tabla 13), se evidencia una mejora significativa (P<.01) en la disminución de los valores del índice de elasticidad tanto para el test intermedio como para el postest.

Tabla 13: Estadística de los índices de fuerza grupo control.
Variable
Media (X)
(d)
Error estándar
t student
Grados de libertad
Probabilidad (P)
Indice de Bosco pretest
0,45
0,12
0,04
1.1
7
0.309
Indice de Bosco postest
0,43
0,11
0,04
Indice de elasticidad pretest
1,05
2,91
0,84
-0.23
7
0.821
Indice de elasticidad test intermedio
1,28
1,38
0,40
Indice de elasticidad test intermedio
1,28
138
0,40
0.66
7
0.524
Indice de elasticidad postest
0,83
1,94
0,56
Indice de elasticidad pretest
105
2,91
0,84
0.19
7
0.85
Indice de elasticidad postest
0,83
1,94
0,56


Resultado de los coeficientes de correlaciones lineal existentes entre las variables estudiadas

     En la Tabla 14 figuran los coeficientes de correlación lineal de Pearson para las distintas variables estudiadas en el grupo de entrenamiento integrado. Sólo señalaremos los coeficientes donde P sea significativa.

Tabla 14. Coeficiente de correlación lineal de Pearson. Grupo integrado.
 
Peso
Diámetro
Grasa
SJ
CMJ
AB
SJ25
SJ50
IE
IB
Peso
 
.7367
8
.037
.7073
8
.050
 
 
 
 
 
 
 
Diámetro
.7367
8
.037
 
.4004
8
.000
 
 
 
 
 
 
 
Grasa
.7073
8
.050
.4004
8
.000
 
 
 
 
 
 
 
 
SJ
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CMJ
 
 
 
 
 
 
 
 
.8584
8
.006
 
AB
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SJ25
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SJ50
 
 
 
 
 
 
 
 
 
.9653
8
.000
IE
 
 
 
 
.8584
8
.006
 
 
 
 
 
IB
 
 
 
 
 
 
 
.9653
8
.000
 
 
En los datos presentados en las celdas primero indicamos el índice de correlación,
segundo el grado de libertad y tercero el nivel de significación.

     En la Tabla 15 presentamos los coeficientes de correlación lineal de Pearson para las distintas variables estudiadas en el grupo control. Sólo señalaremos los coeficientes donde P sea significativa.

Tabla 15. Coeficiente de correlación lineal de Pearson. GC
 
Peso
Diámetro
Grasa
SJ
CMJ
AB
SJ25
SJ50
IE
IB
Peso
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Diámetro
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Grasa
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SJ
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CMJ
 
 
 
 
 
 
 
 
.7563
8
.030
 
AB
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SJ25
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SJ50
 
 
 
 
 
 
 
 
 
9071
8
.002
IE
 
 
 
 
7563
8
.030
 
 
 
 
 
IB
 
 
 
 
 
 
 
.9071
8
.002
 
 
En los datos presentados en las celdas primero indicamos el índice de correlación,
segundo el grado de libertad y tercero el nivel de significación.


Discusión
    Los resultados obtenidos en el pretest (Tabla 1) indican que la muestra de jugadores con que se realiza la investigación, poseen marcas que están por encima de su edad, si son comparadas con jóvenes no deportistas, obteniendo marcas similares a otros atletas de su edad, cuando estas son equiparadas con las alcanzadas por atletas de alto nivel, que practican deportes de equipo de similares características al balonmano (Bosco, 1994).

     Una vez realizado el tratamiento se debe señalar que los dos tipos de entrenamientos de fuerza aplicados mejoran las variables de salto estudiadas (Tablas 2 y 9). Siendo significativo este incremento en SJ, CMJ, SJ25, SJ50 para el EI y significativo en el SJ, CMJ en el GC. Confirma que en jóvenes deportistas, trabajos del (60-70%) de fuerza, tienen repercusiones positivas en las distintas manifestaciones de la fuerza (Pablos, 1997). Puede ser por esta razón, por la que los dos tipos de entrenamiento han producido mejoras en las distintas variables. Aunque se debe destacar que con el EI se han producido mayores incrementos.

     En el test de Abalakov, que media la acción de los brazos en el salto, no se han producido mejoras significativas, ni los incrementos han sido muy grandes, contrariamente a trabajos realizados con jóvenes deportistas en baloncesto (Brow et all, 1986). Probablemente en balonmano, la disociación segmentaria, que se produce en el lanzamiento en suspensión, impide el buen aprovechamiento de la acción de brazos, para ganar altura de salto.

     En cuanto a las variables antropométricas, solo en el grupo de EI sufren modificaciones apreciables. El peso sube prácticamente en todos los sujetos, pero no de forma significativa. Estas modificaciones son acompañadas de subidas equivalentes en el componente magro y graso, aunque el porcentaje de ambos prácticamente no varia a lo largo de la experimentación. Por otra parte, el perímetro muscular del grupo de EI es mayor después del tratamiento en casi todos los miembros, a excepción de dos sujetos los cuales sufren un gran descenso en el porcentaje graso.

     Los datos hacen pensar en un mayor gasto energético y como consecuencia de esto, se produce una mayor reconstrucción metabólica en los sujetos que trabajan con el EI. Estos resultados confirman las conclusiones del anterior estudio, donde se indicaba, que distintos tipos de entrenamiento de contraste mejoraban el perímetro muscular en las ocho primeras semanas de trabajo. Es posible que la causa de estas transformaciones, a parte del tipo entrenamiento empleado, se deba a las características del grupo. Es conocido que en deportistas jóvenes y de nivel medio los cambios morfológicos, como consecuencia del entrenamiento, son mayores que los producidos en deportistas muy entrenados (González & Gorostiaga, 1995).

     En la comparación entre los grupos, el EI obtiene mejores resultados en todos los tipos de saltos realizados en al batería de tests. Esta mejora es muy significativamente (P<.01) en la variable SJ50, que es un índice de referencia entre la fuerza máxima y la fuerza explosiva (Tabla 3).

     En cuanto a los índices de fuerza controlados, se observa diferencias significativas (P<.05) a favor del EI en el índice de Bosco, confirmando los resultados anteriormente expuestos con relación a la mejora de la fuerza máxima.

     La matriz de correlación confirma la fuerte relación existente, en ambos grupos, entre el índice de Bosco y el SJ50, lo que viene ratificar los resultados obtenidos en el estudio realizado por Padial en los que concluye diciendo que los incrementos de fuerza activa conllevan un aumento menor de fuerza reactiva, necesitando un trabajo específico para su mejora; traduciéndose después en un incremento de la altura de salto. Además podemos constatar que la fuerza máxima dinámica tiene un alto grado de correlación con el índice de Bosco, que mide la relación entre la fuerza y la velocidad, mostrándose como un índice válido para el control en deportes que necesitan aplicar una gran fuerza a gran velocidad (Bosco, 1994; Vittori, 1990; Viitasolo, 1988).

     Con todos estos datos y teniendo en cuenta que los incrementos de salto han sido superiores en el grupo de EI, en todas las variables. Se puede decir, que esta forma de entrenamiento, es preferible a la tradicionalmente utilizada con jóvenes.


Entre las conclusiones destacamos:
    El entrenamiento de contraste con cargas del 70% de la fuerza máxima combinado con 2 a 4 lanzamientos en suspensión mejora las distintas manifestaciones de la fuerza dinámica.

     En jóvenes jugadores, mediante el EI se mejora más la fuerza dinámica máxima más que si solo se utiliza entrenamiento de carga sobre el 70% de la fuerza dinámica máxima.

     En jóvenes jugadores de balonmano, cualquier tipo de entrenamiento en el que se introduzcan cargas sobre el 70% de la fuerza máxima dinámica va a tener un efecto positivo sobre todas las manifestaciones de fuerza.


Referencias bibliográficas

  • Antón, J.L. (1991). Bases teóricas para el establecer un modelo de entrenamiento pliométrico dirigido a la cadena cinética superior en balonmano. Jornadas sobre especialidades deportivas. Programa de perfeccionamiento para entrenadores de balonmano. Unisport. Málaga.

  • Bayer, C. (1987). Técnica del balonmano: La formación del jugador. Barcelona: Hispano Europea.

  • Bosco, C. (1988). El entrenamiento de la fuerza en Voleibol. RED. 5 y 6: 57-62.

  • Chirosa, L.J. (1996). Planificación y secuenciación de un modelo de entrenamiento integrado dentro del juego complejo. I Jornadas sobre entrenamiento de deportes colectivos. I.A.D. Málaga.

  • García, J. (1990). Entrenamiento de los lanzamientos de los jugadores de primera línea. II Jornadas de perfeccionamiento técnico superior de balonmano. Valladolid.

  • González. J.J. & Gorostiaga, E. (1995). Fundamentos del entrenamiento de la fuerza. Aplicación al alto rendimiento. Zaragoza: Inde.

  • Grosser, M. (1992). Entrenamiento de la velocidad: Fundamentos, métodos y programas. Barcelona: Martínez Roca

  • Harre, D. & Lotz, I. (1988). El entrenamiento de la fuerza rápida. RED. 2.3:42-49.

  • Martínez, M (1993). Descripción de un sistema de control y análisis del gesto deportivo en situaciones de elección. Congreso Mundial de ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Granada.

  • Padial, P. (1993). Relaciones entre los diferentes tipos de fuerza en los voleibolistas de elite y sus modificaciones en el entrenamiento. Congreso Mundial de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Granada.

  • Piedra, D.; Salazar, W. y Fonseca, L. (1997). Entrenamiento de ejercicios pliométricos basados en su altura óptima y su influencia en la fuerza, velocidad y potencia. IV Simposyum Internacional en Ciencias del Deporte y la Salud. Boletín Informativo. Universidad de Costa Rica.

  • Pincivero, DM. Lephart. SM. & Karunakara, RG. (1997). Effects of rest interval on isokinetc strength and functional performance after short-term high intensity traning. Journal Sports Medicine. 31.3:229-234.

  • Pokrajac, Br. (1985). Características antropométricas y motrices del jugador de balonmano. I Jornadas sobre especialidades deportivas. Programa de perfeccionamiento para entrenadores de balonmano. UNISPORT. Málaga.

  • Roman, J.D. (1986). Reflexiones en torno al entrenamiento físico-técnico-táctico en balonmano. II Jornadas sobre especialidades deportivas. Programa de perfeccionamiento para entrenadores de balonmano. UNISPORT. Málaga.

  • Tschiene, P. (1996). Influencia de la carga de condición física sobre la perfección de técnica y táctica. I Jornadas sobre entrenamiento de deportes colectivos. I.A.D. Málaga.

  • Vittori, C. (1990). El entrenamiento de la fuerza para el sprint. RED. 4.3:2-8.


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