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Consideraciones sobre la enseñanza-aprendizaje de los desequilibrios 

en judocas 7-8 años y sus características psicofisiológicas

Considerations on the teaching-learning of the imbalances in judo practitioners 7-8 years and their physiologic characteristic

 

Universidad de Camagüey

Facultad de Cultura Física

(Cuba)

Ms. C. Carlos Enríquez-Muñiz

carlos.enriquez@reduc.edu.cu

Dr. C. Luciano Mesa Sánchez

luciano.mesa@redud.edu.cu

 

 

 

 

Resumen

          El entrenamiento deportivo en aras de la formación de un deportista, constituye un proceso pedagógico de larga duración en el que intervienen varios factores, los que entrelazados de forma coherente contribuyen con el éxito posterior del atleta, a la vez que se convierten un elemento formador esencial en la vida del deportista. En el caso del judo, reviste gran importancia dada la variabilidad constante de las reglas que se establecen para el combate, lo que demanda una continua preparación técnico-táctica desde el eslabón de base, con el objetivo de formar correctamente al niño practicante, en las habilidades especificas de este deporte. En presente material, se pretende realizar una valoración de los aspectos fundamentales que se deben tener en cuenta para la enseñanza-aprendizaje de los desequilibrios en las edades comprendidas entre 7 y 8 años. Los desequilibrios constituyen un elemento básico del Tashi Waza (práctica desde la posición de pie) y forman parte de un principio básico en la práctica del judo, de ahí su importancia desde las primeras edades en este arte marcial devenido deporte olímpico. Objetivo de la investigación: Diseñar una metodología para el proceso de enseñanza-aprendizaje de los desequilibrios en judocas 7-8 años, sustentada en las características psicofisiológicas y el desarrollo motriz de estas edades. Para la realización de este trabajo, se consultó una amplia bibliografía, tanto de carácter general como específica, que incluye la iniciación deportiva.

          Palabras clave: Iniciación deportiva, Elementos básicos, Desequilibrios, Motivación.

 

Abstract

          The sport training for the sake of the formation of a sportsman constitutes a pedagogical process of long duration, in this process interferes several factors those that are coherently intertwined contribute to the athlete's subsequent success, at the same time this constitutes an essential former element in the life of the sport practitioner. In the case of judo has a great importance due the constant variability of the rules that are established for the combat, what they demand a constant technical-tactical preparation since the base link with the objective of form the practitioner child in the specific abilities in this sport. In this material we pretend to do a valuation of the fundamental aspects they have to be in mind for the teaching-learning imbalances in children in the ages between 7 and 8 years old. The imbalances constitute a basic element of the Tashi-waza since the foot position and also constitute a basic principle in the practice of the judo, from there its importance since the first ages ,in this martial art becoming an Olympic sport. The objective of the investigation: to design a methodology for the teaching-learning process of imbalances in judo fighters of 7-8 years old, sustained in the psychophysiological characteristics and the motor development of these ages. For the fulfillment of this work was consulting the bibliography of specifically character related with the sport initiation , specifically in judo. They were checked the sport preparation program in which are sustained the teaching-learning process of judo in Cuba, specifically in the base, besides it was consulted specialized bibliography about the psychophysiological and pedagogical characteristics of the children between 7 and 8 years old ,all of these permitted me to establish conclusions.

          Keywords: Sport initiation. Basic elements. Imbalances. Motivation.

 

Recepción: 18/06/2016 - Aceptación: 20/10/2017

 

1ª Revisión: 22/09/2017 - 2ª Revisión: 15/10/2017

 

 
Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital. Buenos Aires, Año 22, Nº 233, Octubre de 2017. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    En el proceso de transición de la Educación Física a la práctica organizada de algún deporte, se definen factores a tener en cuenta, como por ejemplo la edad, sexo, desarrollo social, toda vez que el proceso de entrenamiento se encuentra regido por objetivos generales y específicos para cada categoría y deporte. La Educación Física contribuye al desarrollo de habilidades motrices básicas en el niño, en los que luego serán indispensables para la práctica de deportes, en los que deberá desarrollar capacidades físicas y habilidades deportivas específicas.

    Uno de estos factores indispensable es la edad de inicio del niño a la práctica deportiva, que varia, en dependencia de la especialidad deportiva elegida,

    Martin (1981), citado por Navarro (2007) propone tres elementos que diferencian sustancialmente el entrenamiento de niños y adultos.

  • Tiene otras finalidades, que varían en cada etapa.

  • Se adapta a los procesos evolutivos y de maduración.

  • Se periodiza mucho más según las necesidades escolares y formativas de acuerdo a los modelos de periodización de la teoría del entrenamiento deportivo.

    Esta es la razón por la que el entrenamiento con niños deberá estar orientado a sus capacidades y destrezas, alcanzadas o por alcanzar, de ahí que para que el entrenamiento pueda contribuir a su rendimiento máximo es necesario lo siguiente:

  • Crear, en la infancia, las bases de una motivación por el aprendizaje y el rendimiento

  • Enseñar correctamente las habilidades motrices básicas del deporte en cuestión.

  • Educar en el niño un sentido elevado por el deporte y los valores formativos que pueden desarrollar.

    En relación con este aspecto, (Hanhn, 1988) plantea:

    El fin del entrenamiento con niños, es la expansión de todas las posibilidades motoras para conseguir un amplio repertorio motor, por medio del cual se podrían aprender formas motrices específicas, con mayor facilidad, rapidez y de forma más estructurada. El objetivo no es un incremento demasiado rápido de los rendimientos deportivos, que a pesar de ser factible, tendría poca duración, puesto que, pronto, se presentaría una sobresaturación por el deporte.

    Por otra parte Casimiro y Aguila (1999) establecen los beneficios que la práctica deportiva puede aportar a los niños:

  • Produce un mayor nivel de actividad infantil

  • Produce un aumento generalizado del movimiento coordinado

  • Sienta las bases para el aprendizaje y rendimiento posterior

  • Expansiona las posibilidades motoras

  • Permite al niño formarse una imagen deportiva en general, y de su deporte en particular

  • El entrenamiento permite una mejor adaptación a la competición

  • Aumenta el crecimiento

  • Puede corregir defectos físicos que pudieran existir

  • Aumenta el nivel de responsabilidad social

  • Supone un aprendizaje para el éxito o el fracaso deportivo y social

  • Potencia la creación y regularización de hábitos

  • Contribuye a desarrollar el placer por el movimiento

  • Anula las limitaciones del sedentarismo

  • Sirve de estímulo para la higiene y la salud

    Tradicionalmente se conoce con el nombre de iniciación deportiva al periodo en el que el niño empieza a aprender de forma específica la práctica de uno o varios deportes. Blázquez (1988), citado por Zorrilla (2005) y Noa (2003) considera que un individuo está iniciado cuando es capaz de tener una operatividad básica, sobre el conjunto global de la actividad deportiva, en la situación de juego o competición.

    Para Blázquez (1988) la capacidad para el juego y la competencia en grupo comienza a los 5 ó 6 años de edad. A esa edad los niños ya comprenden que el deporte y los juegos de movimiento requieren la colaboración de otros y son, aunque en una forma elemental, procesos grupales de vital importancia para la futura capacidad deportiva del niño que descubre todo el potencial de movimiento que hay en el ser humano mediante tareas acordes con su grado de evolución individual. En el proceso de aprendizaje motor, habitualmente hacia los 7 años, el niño/a comienza a integrar en una actividad deportiva los elementos técnicos que ha adquirido.

    En la investigación se asume el criterio brindado en el Deporte I de Fútbol de la Escuela Internacional de Deporte editado en el 2003, donde se define que la iniciación deportiva es el proceso de enseñanza-aprendizaje, seguido por un individuo, para la adquisición de la capacidad de ejecución práctica y conocimiento de un deporte.

    Quedan entonces bien definidos los conceptos abordados por los diferentes autores sobre la iniciación deportiva, en la cual la mayoría de estos investigadores coinciden en criterios tales como:

  • Patrones básicos, reglas básicas, proceso cronológico en el cual el alumno transita por diferentes etapas, aprendizaje de las rutinas indispensables para la práctica de cada deporte, una variada formación de base, una operatividad básica, las nociones básicas del deporte y la toma de contacto con las habilidades específicas del deporte.

    El objetivo de la investigación fue diseñar una metodología para el proceso de enseñanza-aprendizaje de los desequilibrios en judocas 7-8 años, sustentada en las características psicofisiológicas y el desarrollo motriz de estas edades.

Concepciones sobre los desequilibrios y la metodología actual del proceso de enseñanza-aprendizaje

    Para desarrollar un proceso de enseñanza-aprendizaje es necesario establecer metodologías para el cumplimiento de los objetivos. En el judo se establece la división de los elementos técnicos en fases, definidas en el programa de preparación del deportista, consideradas como fundamento estructural principal para la selección de los pasos metodológicos. Como plantea Copello (2001) concretamente las fases de la acción coinciden con las partes en que se simplifica la técnica para facilitar su asimilación.

    No se debe hablar de elementos básicos sin realizar una valoración acerca de los estudios realizados por varios autores, como es el caso de Kolickyni (1951), Torres (1979), Jiménez (1991) y Copello (2001) entre otros, que acertadamente han reconocido la importancia de los mismos y su relación con los demás elementos técnico-tácticos, así como su planificación dentro del entrenamiento deportivo. Como elementos básicos del tashi waza se establecen: posturas, agarre, desplazamiento, momento, desequilibro, ataque, proyección y caída.

    Estos elementos básicos forman parte de la estructura de la técnica, la cual presenta una relación, tanto para el Tashi-Waza como para el Ne-Waza, ella incluye las siguientes fases:

  1. Kuzushi (Preparatoria): alterar o romper el equilibrio del centro de gravedad

  2. Tsukuri (inicial): inicio de la proyección.

  3. Kake (Final): proyección hasta abajo.

    El practicante deberá dominar primeramente los elementos básicos, para luego como un todo estructurarlos y manifestarlos en cada fase de la ejecución técnica. Ejemplo: ¿Podrá un practicante realizar la segunda fase del movimiento Tsukuri sin dominar el Kuzushi o parte preparatoria donde debe romper el equilibrio del contrario?

    A decir de Copello (2001) una de las concepciones más reiteradas del Kuzushi o desequilibrio es la expresada por Torres (1979) quien asegura que “Un judoca desequilibrado es aquel que la línea de acción que parte de su centro de gravedad cae fuera del área de su base de sustentación”. Kudo (1988) define: "Kuzushi se llama cuando se lleva al cuerpo del oponente a una posición inestable o de desequilibrio. Kuzushi se lleva a cabo en algunas de las formas básicas, ya sea empujando o tirando del oponente”. En el “Subsistema del Deporte de Alto Rendimiento” de Colectivo de autores (1984) se establece que "es el método utilizado para romper el equilibrio del oponente". En el “Programa de Preparación del deportista” (1991) se agrega "aplicando sobre él fuerzas de tracción o empuje". Por otra parte, en el Programa Integral de Preparación del Deportista” de Colectivo de autores (2013) se reconoce que el Tsukuri, es el momento y la posición que existe cuando se ha roto el equilibrio del oponente de manera que se propicia la proyección.

    En el caso del Kake, el “Manual del Árbitro de la Federación Internacional de Judo” de Colectivo de autores (1998), editado por la Unión Panamericana de Judo, define que es la real aplicación o fase de entrada de una técnica. Es por esto que se refiere al hecho de que se ha aplicado una técnica de proyección en el mismo momento en que se ha roto el equilibrio del oponente.

    En este sentido, el autor asume el criterio abordado por Kolychkini y asumido por Copello (2001) cuando hace referencia a que “El desequilibrio es el quebrantamiento casual o intencional de la postura y este dará la oportunidad de desencadenar la ofensiva, con un uso más adecuado de la energía” y su consideración se hace extensiva a las técnicas de control. En este análisis, en ocasiones y a juicio del autor de este trabajo, solo se tine en cuenta el resultado de la acción y no lo que implica para el que ejecuta el propio desequilibrio (Tori) tratando de manera superficial aspectos tan importantes como el mantenimiento del propio equilibrio del que proyecta.

Las etapas del proceso de enseñanza en la actividad deportiva y su importancia en el aprendizaje del elemento básico desequilibrio

    A decir de Petrovsky (1988) el proceso de enseñanza-aprendizaje es la estimulación y dirección de la actividad externa e interna del alumno, como resultado del cual en él se forman determinados conocimientos, hábitos y habilidades.

    Mediante el estudio de la metodología del entrenamiento deportivo, las etapas del proceso de aprendizaje han estado en constante investigación, un ejemplo de ello se ve reflejado por Harre (1983) las cuales se tuvieron en cuenta para el desarrollo de la metodología propuesta. Existen cuatro etapas para el desarrollo de una habilidad en el proceso de aprendizaje y se manifiestan de la siguiente manera:

    “La primera etapa es el estado donde se crea la primera imagen hacia su aprendizaje, surgen reacciones ideo motoras y una actitud de voluntad frente a la ejecución de la acción, creando así una unión fisiológica y psicológica.”

    Por tal razón es que la primera etapa para la enseñanza de los desequilibrios debe ir encaminada a brindarle al niño practicante la mayor información de lo que aprenderá; por lo que el profesor explica y demuestra; el ejecutante observa y escucha al entrenador y comienza a fijar e integrar las representaciones e inicia a ejercitar para ir estructurando la fijación de los movimientos. Los métodos sensoperceptuales y verbales son de suma importancia para la formación de la imagen ideo motriz.

    “La segunda etapa es donde se desarrolla la capacidad y la etapa adecuada de la primera asimilación de la acción, surgiendo así la capacidad de ejecutar la variante principal del movimiento en sus rasgos fundamentales, observándose una generalización de las reacciones de movimientos, así como movimientos y tensiones musculares innecesarios; desde el punto de vista metodológico-pedagógico la tarea es dominar la técnica y el ritmo total de la acción, eliminando movimientos y tensiones musculares no deseados.”

    En esta etapa, la metodología debe hacer énfasis en la enseñanza de los aspectos técnicos del desequilibrio, comenzando por los aspectos más sencillos de la ejecución, los cuales crearan las bases para un aprendizaje más efectivo. Para ello, el entrenador controla las fallas y movimientos innecesarios que realiza el atleta, el ejecutante comienza a autorregular sus operaciones y acciones, perfeccionando sus representaciones y manteniendo la limpieza en los movimientos técnicos ejecutados.

    “Una tercera etapa sería donde el movimiento es acogido de un modo más completo y detallado en el que se van estabilizando cada una de las fases del acto motor, la tarea metodológica sería el aprendizaje detallado de la acción a través de la elaboración del movimiento.”

    Un vez que la acción ha sido dominada, la metodología deberá profundizar en la enseñanza y perfeccionamiento de los aspectos que pudieran afectar la correcta ejecución. Es importante la sistematización del perfeccionamiento de las fases de movimiento que por sus funciones se repiten en el aprendizaje de otras técnicas como son las proyecciones, entiéndase que el desequilibrio al frente, por solo citar un ejemplo se puede realizar para diferentes técnicas.

    “La cuarta etapa es la formación completa de la habilidad y la correspondiente etapa para la fijación de la acción de movimiento. En este estado se consolida el sistema precisado de las reacciones de movimiento, mediante el cual se determinan las características de la habilidad, de la automatización y la estabilización de la acción, la tarea consiste en la estabilización de la acción aprendida y en el perfeccionamiento de sus detalles técnicos.”

    Esta etapa tiene como objetivo el perfeccionamiento integral de la acción, en la cual se enfatizará en la estructura general por medio de ejercicios y de la kata. En la misma, el niño deberá poner de manifiesto la armonía de movimiento, estabilidad en la ejecución y la limpieza del movimiento. Por su parte, el profesor deberá continuar con la corrección de errores que aún puedan persistir.

    Harre (1983) plantea que la edad óptima para los deportes de combate debe comenzar entre los 8 y 10 años. Por su parte, el entrenamiento avanzado tiene lugar entre los 13 - 14 y los 17 -18 años.

    Otro planteamiento relacionado con el tema lo realiza Jiménez (2001), el cual manifiesta que dentro de la iniciación deportiva se pueden señalar tres fases en el proceso de formación deportiva:

  1. Fase de iniciación

  2. Fase de desarrollo

  3. Fase de perfeccionamiento

    Estas fases en el judo se manifiestan de la siguiente manera.

    Carratalá (1985) establece tres etapas en el proceso de enseñanza-aprendizaje del judo, situando la etapa de iniciación entre los 6-8 años, hacia la cual está dirigida esta investigación.

  • La iniciación: 6-8 años (del cinturón blanco al amarillo).

  • El perfeccionamiento global: 9-12 años (del cinturón amarillo al verde).

  • El perfeccionamiento individualizado: 13-15 años (del cinturón verde al marrón).

Visión global de las diferentes etapas según Carratalá (1990)

Primera etapa (6 a 8 años) juego adaptado

Objetivos:

  • Tomar conciencia del cuerpo.

  • Identificar las propias capacidades para luchar.

  • Tomar conciencia de las posibilidades de inmovilizar, caer y proyectar.

Contenidos:

  • Juegos de cooperación y juegos de oposición.

Fundamentos:

  • Judo en el suelo (elementos básicos) y Judo de pie (elementos básicos).

Actividades:

  • Juegos de cooperación:

    • Permitirán que se introduzcan en los deportes de lucha a través de situaciones de contacto con su compañero.

  • Juegos de oposición:

    • Planteamiento de la oposición de forma progresiva, desde una oposición más apremiante (cuerpo a cuerpo).

    • Caídas: tras un aprendizaje elemental de las formas básicas de caer, se practicaran a través del juego.

    • Judo suelo: actividades de traccionar, empujar, controlar, girar y volcar.

    • Judo pie: actividades de tracción, empuje, desplazamientos, desequilibrios y otros.

Los niveles de asimilación de la habilidad y su manifestación en la enseñanza-aprendizaje de los desequilibrios

    Según criterio del colectivo de autores del “Manual del Entrenador de Educación Física I Dirección Técnica general” (1996) existen tres esferas de influencia o niveles de manifestación hacia el desarrollo. El primer nivel lo constituye la asimilación: “Grado de utilidad que puede lograr el individuo en correspondencia con el dominio que posea del movimiento”.

Niveles de asimilación

    La familiarización: se pone de manifiesto cuando el alumno logra nombrar una técnica, realiza su observación, llega a identificarla y luego describirla.

    La reproducción: se pone de manifiesto mediante la repetición del movimiento aprendido. Puede ser simple, a partir de un modelo o sin modelo, por enlace de elementos y con variables.

    La aplicación: el alumno logra demostrar eficazmente las habilidades y los conocimientos en situaciones nuevas y cambiantes con determinado grado de complejidad.

    La creación: se pone de manifiesto cuando el alumno logra demostrar eficazmente las habilidades y los conocimientos en situaciones nuevas y cambiantes con altos grados de complejidad e independencia.

    A través de toda la preparación, el entrenador debe motivar el aspecto creativo, a fin de no convertirla solo en la mera reproducción del contenido.

Características psicofisiológicas y pedagógicas de los niños de 7 a 8 años y su relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje

    En estas edades se observan modificaciones sustanciales en todos los órganos y tejidos del cuerpo, se forman todas las curvaturas vertebrales: cervical, pectoral y de la cintura, la osificación del esqueleto aún no es completa, debido a lo cual poseen gran flexibilidad y movilidad, ocurre un fortalecimiento considerable del sistema óseo-muscular, además aumenta la circunferencia de la caja torácica, cambiando en forma de cono invertido, es decir con la base hacia arriba, favoreciendo la función respiratoria, acentuándose esto cuando se fortalezcan los músculos que tienen que ver con esa función en la parte del tronco, se fortalecen intensamente los músculos y ligamentos, aumenta su volumen y se acrecienta la fuerza muscular general. En cuanto a los aspectos psicológicos se manifiestan de la siguiente manera:

    La Atención: los niños llegan a la escuela cuando aún no tienen la atención encauzada. Prestan su atención, en lo fundamental, a lo que les parece directamente interesante, llamativo y poco común (atención involuntaria).

    La Memoria: la memoria, va adquiriendo también un carácter voluntario, intencionado. Aumenta la posibilidad de fijar de forma más rápida y con mayor volumen de retención, por eso el proceso pedagógico debe apoyarse en modelos auxiliares que faciliten la fijación y retención; estableciendo relaciones lógicas que les permitan evocar en forma verbal, escrita o gráfica los significados claros de lo que reproducen, para poder alcanzar así un nivel de comprensión adecuado.

    El Pensamiento y lenguaje: la formación de conceptos con Ios que opera el pensamiento en las primeras edades escolares, debe apoyarse en lo directamente perceptible, ya sean objetos concretos o modelos. Se procede al desarrollo de las operaciones o procesos del pensamiento tales como: el análisis, la síntesis, la abstracción y la generalización.

    La Motivación: los motivos aún no son del todo estable, pero indudablemente con la nueva situación social del desarrollo, se posibilita una mayor estabilidad motivacional la jerarquía de motivos, lo cual se expresa en la voluntariedad de la conducta del escolar, predominan los motivos vinculados con el presente, es decir, su actividad se rige por motivos y hechos inmediatos.

    Las emociones y sentimientos: en estas edades se produce una disminución de la excitabilidad emocional, el niño logra mayor control de sus reacciones físicas. En los momentos iniciales de la escuela primaria, sus vivencias emocionales están muy orientadas al éxito escolar, gradualmente a depender en mayor medida de las relaciones con los compañeros y del lugar que ocupa en el grupo.

    La voluntad: al inicio del período, las acciones volitivas están poco desarrolladas, les cuesta trabajo plantearse objetivos, se nota poca preparación para superar dificultades.

    En cuanto a las actividades motrices y deportivas, se ponen de manifestó de manera permanente, ya que en estos niños, la vida es un constante juego y fantasía, manifiestan poca respuesta física a los esfuerzos prolongados, se deben corregir constantemente las posturas corporales, acepta normas sencillas y colectivas.

Conclusiones

    El análisis efectuado permitió determinar que las metodologías establecidas para la enseñanza de los elementos básicos, específicamente los desequilibrios, desestiman en gran medida las características del desarrollo psicofisiológico y motriz de la categoría con la que se trabaja, por otra parte se debe conocer las especificidades del entrenamiento deportivo con las categoría 7-8 años. Nos permitió además reconocer que la metodología tradicionalmente utilizada para la enseñanza-aprendizaje de los desequilibrios existe carencia de aspectos metodológicos adaptados a las categorías pioneriles, ya que se desarrolla solamente sobre la base de la estructura de la técnica de manera general para todos los practicantes, sin tener en cuenta las etapas por las que debe pasar el proceso de aprendizaje en estas edades.

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