Las emociones en la práctica de las
actividades físicas en la naturaleza

Inma Canales Lacruz* y
María Jesús Perich**

bromato@eresmas.com
(España)

Licenciadas en Educación Física. *I.E.S. Primo de Rivera (Calatayud). **AFPGRUPO, Consultores del Deporte

     Resumen
    El mundo de nuestros días se encuentra subsumido en todo un complejo proceso de cambio hacia una nueva era de lo humano. Entre los muchos factores que pueden ayudar a explicar este proceso, observamos tres factores de especial significación: la acelerada transformación social que se ha desencadenado a finales del siglo XX, la profunda fractura ideológica experimentada y la confluencia de actitudes e ideas ecológicas.
     Las mujeres, en este proceso de transformación, han encontrado en las actividades físicas en la naturaleza, un fiel instrumento donde manifestar sus necesidades, deseos e inquietudes. En el medio natural se encuentran tanto parajes que favorecen la descarga de adrenalina, como lugares que propician relajación y sosiego.
     El artículo se configura a partir de un estudio que ha pretendido desvelar motivos por los que las mujeres acceden a la práctica de actividades físicas en la naturaleza, cuáles son sus actitudes y hábitos, y muy especialmente cuáles son las vivencias que se desencadenan en la práctica de tales actividades, aspecto en el que nos centramos en el artículo.
    Palabras clave: Actividades físicas en la naturaleza. Mujer. Emociones.

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 23 - Julio 2000

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1. Aproximación a las actividades físicas en la naturaleza

    Uno de los "pilares" sobre los que se sustenta la sociedad de hoy es el trabajo (Zaragoza, A., 1988). El individuo de hoy, en su búsqueda del equilibrio personal, trata de contrarrestar alguno de los efectos negativos que, para él, tiene ese trabajo como puedan ser la rutina, la monotonía, el estrés... y para hacerlo, recurre a las actividades de ocio en su función liberadora, entre otras (Dumazedier, J., 1975).

    Esto, que hoy día comienza a ser ya una realidad, propicia que, cada vez más, la población desee disfrutar de su tiempo libre y que actividades ociosas que antaño las disfrutaban solamente determinadas clases sociales, por lo costoso de las mismas y por la necesidad de disponer de tiempo libre (Veblen, T., 1971), hoy, gracias a ese aumento del tiempo libre disponible y de la calidad de vida, se están incrementando notablemente.

    El deseo de huir y romper con lo cotidiano (las actividades deportivas como válvula de escape), el deseo de contactar con la naturaleza, de respirar aire puro y reencontrarse con uno mismo; o por el contrario, la búsqueda de sensaciones fuertes, el probar los límites personales, recorrer espacios extraños e insólitos o ser capaz de afrontar cualquier riesgo que la naturaleza presente, son algunas de las causas que han motivado ese "boom" de las actividades físicas de aventura.

    No obstante, para el presente estudio, hemos creído oportuno subdividir estas actividades en dos grupos: actividades de difícil accesibilidad y actividades de fácil accesibilidad.


Actividades de difícil accesibilidad

    Este tipo de actividades se centran en aquellas que llevan implícitas alguno de los siguientes componentes: tecnología, buena condición física y/o menor arraigo entre la población. Dentro de estas actividades, se incluirían las que conocemos como deportes de aventura propiamente dichos, entre los cuales estarían:

Alpinismo o montañismo; barranquismo o descenso de cañones; espeleología; carreras de orientación; bicicleta de todo terreno; deportes aéreos,...


Actividades de fácil accesibilidad

    Se centran en aquellas en las que o bien, la tecnología no es tan necesaria para llevarlas a la práctica, o bien no es necesaria una gran condición física y a su vez, son un tipo de prácticas extendidas y arraigadas en la cultura popular entre la gran mayoría de la población.

    Dentro de este tipo de actividades englobamos, no sólo alguno de los llamados deportes de aventura, sino también actividades deportivas de ocio y de recreo con potencial incidencia sobre el medio natural. Estas actividades pueden estar ligadas al medio natural en general (paseos por el monte, excursionismo...), o bien a alguno de sus elementos (montaña, agua y/o aire) (íbidem).

    Por ello, creemos que serían susceptibles de esta clasificación actividades como: acampadas, paseos por el monte, rutas sobre équidos (paseos realizados en caballo, burro...), rutas eco-turísticas (observación de la flora y la fauna, recogida de plantas, setas, piedras...), caza, pesca, bicicleta de montaña (en su vertiente más suave y recreativa), excursionismo y esquí.

    De todas ellas nos merece especial atención esta última por las especiales características que presenta. El esquí, tradicionalmente, ha sido un deporte ligado a un cierto status socioeconómico. Sin embargo, el mencionado aumento del tiempo libre en la población, así como el crecimiento en la calidad de vida en general, han posibilitado el acercamiento a otros segmentos poblacionales (íbidem), así lo demuestran los más de un millón de aficionados que visitaron las estaciones de esquí aragonesas en 1994. Por ello, para la mujer aragonesa, el esquí puede ser considerado como una actividad de fácil acceso. Un aspecto importante que remarca esta fácil accesibilidad (al igual que para otro tipo de prácticas como el excursionismo), es la proximidad geográfica de las zonas habituales de práctica, ya que en Aragón existen muchos espacios aptos para este deporte.


2. Mapa emocional de la mujer que realiza actividades físicas en la naturaleza

    En el análisis de contenido aplicado a las entrevistas realizadas hemos aislado cinco grandes bloques de contenido que funcionan como categorías de análisis: vida cotidiana, interiorización, delectación, contingencia y agonismo; a su vez, cada una de estas categorías están compuestas de una serie de unidades de registro que tratan de detectar las estructuras significantes de los discursos de nuestras informantes; de esta forma, creemos haber logrado reconstruir de forma homogénea y coherente toda una cascada de sensaciones y vivencias que configuran lo que podríamos denominar como el mapa emocional de la mujer frente a las prácticas en la naturaleza.


Vida cotidiana

    Las obligaciones y restricciones horarias establecidas en la vida laboral en los núcleos de población moldean unas interpretaciones de la vida que se aproximan a percibirla como un transcurrir rutinario. De esta forma, el estrés, la rutinización, la alienación invaden inevitablemente a una población que ha olvidado el placer de la lentitud, la consciencia ralentizada.

    Las unidades de registro circunscritas en esta categoría son las siguientes:

  • Distensión: esta interpretación de la vida tan estresante produce tensiones que afectan a la persona. Tensiones que se reflejan tanto en los estados emocionales, como en la musculatura y el funcionamiento orgánico. La práctica de actividades en la naturaleza provoca en estas mujeres una liberación de todas estas tensiones acaecidas en la vida diaria, originando una relajación y olvido de los problemas cotidianos.

  • Revitalización: esta tensión que ya forma parte íntegra de nuestras vidas provoca un gran gasto de energía, siendo el entorno natural y la ejercitación en este medio el vehículo idóneo en el que estas mujeres recuperan toda esa energía perdida en el día a día. Susana, una de las mujeres entrevistadas añade: " durante la semana te vas cargando, o se te van descargando las pilas ¿no?, y digan entonces no vas pensando, simplemente vas trabajando, haciendo lo que tengo que hacer y.... el domingo pues es cuando se te vuelven a cargar....". Meli lo resume perfectamente: "... yo sino salgo al monte... es como si envejeciera poco a poco...".

  • Desrutinización: nuestro funcionamiento a ritmo de reloj y la realización de unas tareas reiterativas que carecen de sentido, disponen al individuo a que actúe de forma mecánica. De esta forma, sus vidas están deshumanizadas porque actúan como si de seres programados se tratase. El involucrarse en la dinámica de las actividades físicas en la naturaleza supone una ruptura con esa inercia rutinaria cuajada en la vida diaria. Estas mujeres se sienten promotoras de una actividad atrayente, estimulante, que requiere toda la atención y humanidad posible.


Interiorización

    Referida a todas aquellas sensaciones que favorezcan el abandonarse a la búsqueda del propio yo, a la retención de los hechos y vivencias por si mismas, a asumir las sensaciones provocadas por la praxis. Con ello se observa la existencia de una tendencia hacia el ensimismamiento, hacia una reflexión profunda, en definitiva, hacia la abstracción.

    Al interiorizar, las mujeres están aislando una parte de las experiencias, las sensaciones vividas en las prácticas y las están incorporando a sus adentros, las están vinculando a su persona, a su repertorio de vivencias y sensaciones, de ahí la abstracción acaecida. Interiorizar engloba sensaciones tales como:

  • Reencuentro: la vida cotidiana es un continuo alejarse de la forma de vida de nuestros ancestros, íntimamente relacionados con el entorno natural, para la supervivencia y desarrollo de la especie. Somos naturaleza y la lejanía progresiva de ésta nos aleja de nosotros mismos, por lo que estas mujeres necesitan aproximarse al medio natural para reencontrarse con ellas mismas. Es acercarse a los propios orígenes humanos a través del contacto con el medio natural en que se realizan las prácticas, permitiendo una exploración íntima de la persona, de la situación y de las vivencias y sensaciones.

  • Identidad: los patrones sociales en cuanto a la percepción de la individualidad se aproximan más a identificarlos como un número, tal y como si de un producto fabricado en serie se tratase. Por tanto estas mujeres buscan un reencuentro personal que les permita asimilar los hechos, las sensaciones vividas y sentirlas como propias, identificarlas con una misma. Con ello también se produce una afirmación de la individualidad, donde el yo toma toda importancia, donde se asumen las experiencias y las praxis identificándolas con una misma.

  • Intimidad: sentir el yo a través de la soledad que la naturaleza aporta, hacer reservados esos sentimientos, provocar su intrusión en el interior de la persona. Unirse de tal forma con la naturaleza, que su fusión de como fruto una íntima amistad. Se tiene "otro tipo de sensación de esa paz, no es que sea más contacto con la naturaleza, pero allí realmente te sientes sola..." (Pilar). También es una sensación en la que es una misma quien siente que es ella y sólo ella la que la provoca, por ejemplo "volar es ante todo muy íntimo, todo te lo trabajas tú, si has tenido un error a veces, pues también te sabe malo. Todo te lo haces tú ¿no?" (Lola).

  • Privilegio: admitiendo la grandeza de la naturaleza, reconocen y agradecen al medio natural el que nos deje disfrutar de toda la majestuosidad que encierra, demostrarle nuestra gratitud al mostrarse tal y como es, pura, salvaje, libre ... Ante ello el sentimiento es de privilegio, es sentir que te ha concedido un don exclusivo para disfrutar de todo ello, y ante ello sentir una gratitud ilimitada, "¡gracias montaña que me has dejado subir hasta aquí!" (Dori). La existencia se convierte así en una dicha personal, en un privilegio por sentirse viva y capaz de gozar tan intensamente de un mundo tan magnífico.

  • Vacío: sentir que se pierde el punto de referencia, que el espacio no contiene aire ni materia alguna. Es formar parte íntegra del entorno como si de un fluido que se expande se tratase. "Es la sensación de encontrarse en un mundo totalmente aparte" (Nieves).

  • Reequilibrio: en la vida diaria coexiste la bipolaridad entre la ruptura de la armonía y la recuperación de ésta. Esta vuelta a estados iniciales de equilibrio alcanza su máxima expresión en la práctica de actividades en la naturaleza produciendo sensaciones placenteras y de bienestar.


Delectación

    Las actividades en la naturaleza se asocian a la idea de un placer exquisito que embriaga a cualquier paladar que saboree su hechizo. En primer lugar, porque no es algo común que encontremos en nuestra vida diaria, además de la gran belleza que posee en todas su formas.

    Las actitudes hedonistas están presentes en buena parte de los usos sociales en el mundo de nuestros días; pero este hedonismo naturalista se distancia de los placeres propiciados por el afán consumista, de poder y de riquezas tan divulgado y estimulado en la sociedad actual, pues el manifestado por nuestras informantes enraiza claramente con el hedonismo epicúreo, que establece el placer como la ausencia de sufrimiento (Kundera, M., 1994), de ahí que surja la pura delectación a partir de la sensación de bienestar en el goce placentero de los objetos y de las manifestaciones sencillas y naturales.

  • Forma de vida: con tal solidez han cuajado estas actividades en la personalidad de ciertas mujeres que no existe disociación entre la naturaleza y la propia vida de éstas.
    Se sienten tan identificadas con este tipo de actividades que permanecen implícitas en ellas mismas, formando un todo único y exclusivo.

  • Necesidad: esta fusión tan íntima con las actividades en la naturaleza origina una dependencia que dispone a las mujeres en una actitud de constante búsqueda, de constante encuentro.

    Tal es el estado de gratitud y bienestar que adquieren cuando se encuentran en contacto con el medio que diseñan esta necesidad perentoria, determinando una aproximación regular a éstas que tanto placer les causa.

  • Autosatisfacción: las mujeres cuando realizan este tipo de prácticas sienten un gran bienestar, causado por la realización de aquello que les moviliza, siendo presas de un estado de equilibrio y placer.

  • Recompensa al esfuerzo: durante la actividad se sufren momentos de crisis por la dureza del terreno y de la práctica en sí. Cuando se superan estos momentos críticos y se finaliza la actividad, se percibe una sensación de bienestar y satisfacción por haber dado término a ésta. Cualquier momento de sufrimiento y el sacrificio que supone el salvar ciertos instantes de verdadero cansancio son recompensados por el estado de satisfacción posterior que invade a la mujer que practica. La mujer se encuentra plena, satisfecha, con un deseo arduo para enfrentarse nuevamente con las dificultades que entraña el medio natural.

  • Solidaridad: por la característica del entorno natural estas prácticas han de realizarse en compañía. En según que momentos el enfrentarse a éstas en solitario puede resultar peligroso, e incluso para la realización de algunas actividades se necesita la colaboración de los compañeros (tal es el caso de una cordada de escalada). Esta compenetración en pos de un mismo fin cultiva una buena interacción entre el colectivo. La plena confianza entre los miembros es respirable, al igual que su total fusión e integración.


Contingencia

    Es la posibilidad de peligro en la praxis de estas actividades la que comporta que se pueda hablar de ellas como situaciones contingentes. En el momento de práctica se está constantemente en una situación límite, en una situación de dualidad en que puede o no suceder algo imprevisible. Hasta tal punto es la sensación, que el peligro hace pensar incluso en la muerte, " ... el riesgo extremo, estar cerca de la vida y la muerte y que te importe poco..." (Ana). Llevan a pensar en la posibilidad de una caída en un paso de escalada, en la ruptura de la cuerda al hacer puenting... Y esto es lo que está provocando su atracción hacia la actividad. Las prácticas presentan expectativas hacia lo desconocido, la aventura, hacia lo salvaje, espacio incontrolable, provocando situaciones dotadas de incertidumbre, hacia la climatología variable y hacia ...

    Sorprendentemente la sensación de vértigo, como la pérdida del equilibrio o de falta de base de sustentación o provocada en situaciones de extrema e intensa emoción, que es asociada por varios autores (Parlebas, P, 1988; Miranda, J.; Mora, A. y Olivera, J., 1994) como vivencia en las prácticas de aventura y riesgo, no es comentada por ninguna de nuestras comunicantes.

Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 5 · Nº 23   sigue Ü