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El karate do como influencia en la educación 

moral y ciudadana de sus practicantes

The karate do like influence in the moral education and citizen of their practitioners

 

*Autor. Doctorante de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte. Universidad de Camagüey. 

Licenciado en Cultura Física, licenciado en Derecho, Máster en Dirección, profesor Asistente,

 jefe de la comisión que atiende la superación e investigaciones de la Federación Provincial de Karate do en Camagüey, 

miembro de la comisión de exámenes del Karate do estilo Shotokan Ryu en la provincia de Camagüey, 

Cinturón negro 5º Dan de la Unión Mundial Shotokan Ryu, ex-atleta de Karate do y primera categoría en Defensa Personal

**Tutor. Licenciado en Educación especialidad: Psicología y Pedagogía, 

MsC. en Ciencias de la Educación Superior, Doctor en Ciencias Pedagógicas. 

Profesor Titular y consultante fundador del Karate do en la provincia 

de Camagüey y cinturón negro, ex rector de la Universidad de Camagüey

MsC. Jorge Luis Arias Mola*

Carlos Díaz Barranco**

jorge.ari@nauta.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          En cada arte marcial, existe un basamento filosófico, que sustenta y despierta en sus practicantes, sentimientos que pueden estar ocultos, forma valores importantes en la personalidad y como resultado de todo ello, la formación de un ser más digno de la sociedad. El objetivo de este trabajo es direccionar las influencias de la educación moral a través de los programas de aprendizaje con salida a objetivos formativos alineados con un conjunto de valores, que sustenten la educación ética de sus practicantes, partiendo de la relación dialéctica entre los principios y valores, desde la cultura oriental originaria de estas artes y la pedagogía cubana.

          Palabras clave: Karate. Educación moral.Formación.

 

Abstract

          In each art martial of warfare, exists a philosophical base, the fact that he holds and he wakes up in his practitioners, sentiments that can be hidden, form important moral values in the personality and as a result of whole it, the formation of a more worthy being of the society. The objective of this work is to direct the influences of moral education through the learning programs with exit to formative objectives aligned with a set of moral values, that they hold his practitioner's ethical education, departing from the dialectic account among beginnings and moral values, from Oriental originating culture of these arts and pedagogy Cuban.

          Keywords: Karate. Moral education.Formation.

 

Recepción: 09/04/2016 - Aceptación: 06/04/2017

 

1ª Revisión: 19/03/2017 - 2ª Revisión: 02/04/2017

 

 
Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital. Buenos Aires, Año 22, Nº 227, Abril de 2017. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Puede asegurarse que existe una relación dialéctica, entre la práctica del Karate do, y el desarrollo personal, como categoría marxista de la psicología. Esto puede inferirse en el texto de una entrevista que en 1985 el comandante en jefe Fidel Castro concedió al académico Jeffrey Elliot y al congresista Mervyn Dymally, ambos norteamericanos, donde expresó:

    El deporte y la educación física constituyen actividades vitales para la salud, la educación, la recreación y el bienestar del hombre. La práctica del deporte y los ejercicios físicos puede hacer por la humanidad lo que no podrían alcanzar millones de médicos. La prolongación de la vida y la terapia contra numerosas enfermedades consisten hoy día en el ejercicio físico. El deporte y el ejercicio metódico educan, disciplinan, desarrollan la voluntad y preparan al ser humano para la producción y la vida” (Castro, 1985).

    No deja lugar a dudas, que la práctica de la cultura física es un potencial del desarrollo del hombre.

    Ha sido reconocido por las sociedades, en los diferentes hemisferios de nuestro planeta, que con la práctica de un arte marcial se adquieren: valores, virtudes y en sentido general, condiciones humanas como ser social.

    Partimos de un niño que es incorporado a un arte marcial, a la vez que realiza sus estudios docentes. Es significativo destacar que a medida que conoce la técnica, se aferra más a su práctica, y el deseo de dominar e imitar a sus maestros aumenta cada día, haciéndose parte de él.

    Si conocemos que este niño o niña tiene ciertas dificultades docentes o disciplinarias, son resueltas a partir de introducirse en el cocimiento del arte marcial. Se ha comprobado que el ejercicio físico, a medida que fortalece su salud, contribuye a fortalecer también su mente, aumenta el interés por los estudios, por no perder su práctica, y aunque parezca una presión psicológica, no es más que la influencia que el arte marcial realiza en sus practicantes, por lo apasionado de este.

    En el mundo moderno existen muchos gimnasios para fortalecer el cuerpo, pero no para fortalecer la mente, eso solo se logra, donde se combina el aprendizaje y la educación, tal es el caso de los dojos de artes marciales, donde se pongan en práctica la filosofía que contempla, además de movimientos ataques y defensas; para que, y en función de que se practica este arte desde una perspectiva social.

    Referente a las limitaciones en la educación moral de los practicantes de Karate Do plantea Guzmán (2010):

    En la actualidad se ve, a menudo, cómo personas dedicadas a las artes marciales, instructores, profesores y algunos auto titulados como maestros, solo enfatizan en el aspecto físico y técnico de sus discípulos, olvidando la sabiduría expresada por los maestros forjadores de este arte. Esta terrible situación hace que se interpreten mal los verdaderos fundamentos de la escuela, limitándolos solo a sistemas de combate cuerpo a cuerpo, cuando realmente son y deben considerarse como escuelas para la vida. Por desgracia, este fenómeno trae como consecuencia que no exista un verdadero balance espiritual, filosófico y técnico en muchas personas, lo que las convierte en verdaderas amenazas sociales. (pp. 59 y 60).

    La influencia formativa debe ser condicionada por el profesor, como un eslabón importante, para fortalecer la personalidad y guiar la conducta social en el dojo, docencia, hogar y sociedad en general, donde cada entrenamiento constituya una fuente de acciones educativas, donde la capacidad física, fortaleza muscular y otras capacidades derivadas del entrenamiento guardan estrecha relación con el desarrollo de capacidades psicológicas determinantes en el desarrollo de la personalidad, tales como, la voluntad, la determinación, la disciplina, la sistematización, la confianza en sí mismo, todo lo que tributa al hombre conocimiento de sí mismo como elemento auto regulador de su conducta y autoestima equilibrado.

    El objetivo de este trabajo es direccionar las influencias de la educación moral a través de los programas de aprendizaje con salida a objetivos formativos alineados con un conjunto de valores, que sustenten la educación ética de sus practicantes, partiendo de la relación dialéctica entre los principios y valores, desde la cultura oriental originaria de estas artes y la pedagogía cubana.

Proceso de interculturalidad

    Las Artes Marciales, tienen la particularidad de contar con una filosofía de vida a diferencias de muchos deportes, que aunque tienen como mismo fin, el desarrollo de habilidades motrices; la práctica del Karate Do influye de manera directa en la educación ética y moral de sus practicantes.

    La cultura oriental tiene un legado de paz y sabiduría que cultiva valores de conducta positiva a las artes marciales, los cuales son importantes para el practicante: Humanidad, honradez, sinceridad, vencer al enemigo sin luchar, es la más grande habilidad.

    El Karate Do, ocupa hoy un reconocido lugar en el plano internacional y ha sido de gran beneficio para el programa de salud física y mental de gran parte de los ciudadanos en todas las edades, especialmente en niños y jóvenes, así como de modestos aportes para algunas instituciones (Ej. ELAM, MININT y las FAR), y de manera especial, en la defensa de las conquistas de la Revolución, por lo que es considerado en este sentido por el maestro Domingo Rodríguez Oquendo.“…como un arma de la Revolución”, según Pérez (2014).

    Sin dudas, este arte marcial de una forma u otra, se han conservado tradiciones que son reglas inviolables de esta rigurosa disciplina, estas son, de forma general, las siguientes:

    El sensei está comprometido con la sociedad en formar practicantes que posean cualidades que lo distingan.

    Tales como: Cortés, equilibrado, respetuoso, justo, modesto, humilde, solidario y honorable, desde el marco familiar y hacia todas sus redes de desarrollo sociales. Para el logro de estos objetivos es primordial que los senseis sean el ejemplo personal de los discípulos herederos del conocimiento, físico, mental, espiritual y social.

La vida en el dojo

    En el programa de Karate Do del estilo Shotokan Ryu 4.1 de 2016, se describe el Dojo como:

    Segunda casa para los practicantes de Karate Do. No es una sala de entrenamiento, ni un gimnasio, a donde se va a ejercitar los músculos o practicar un deporte, el Dojo es más que eso, es el lugar donde se busca el camino del Karate Do, donde se forja el carácter, mediante esfuerzo y sacrificio (largas y agotadoras sesiones de clases), se entrena el físico para perfeccionar el espíritu, es un lugar donde la voluntad, la disciplina, y la perseverancia se convoca para conformar la verdadera personalidad del Budoka. Es por tanto el Dojo, lugar de respeto, donde no debe existir el facilismo, no se puede asistir a un Dojo con la creencia de que en breve tiempo se convertirá en experto, es el lugar donde nace y renace el Karate Do.

Nadie es maestro sin alumnado, esto es una máxima. La existencia de discípulos hace al maestro

    Desde que vemos la luz por vez primera en nuestras vidas, comienza el aprendizaje. La asistencia a la escuela nos convierte en alumnos, y comenzamos, desde muy pequeños, a comprender la importancia del maestro, y acrece en nosotros el interés por el conocimiento.

    La formación disciplinaria comienza desde los primeros grados primarios, así como la relación discípulo-maestro.

    En las artes marciales, y específicamente en el Karate Do, el alumno adquiere nuevas responsabilidades de estudio y un diferente concepto de la figura del maestro. El régimen disciplinario propio del Karate Do, hará que en el alumno germine una disciplina consciente, que lo haga alcanzar en el Dojo, un lugar privilegiado.

    También en el programa de Karate Do del estilo Shotokan Ryu 4.1 de 2016, se describe lo relacionado con la conducta que debe asumir el practicante:

Principales normas de conducta o de moralidad de las Artes Marciales

  1. Reisetsu o Mamori. La presencia, porte y aspecto.

  2. Shingi u Omongi. Lealtad al Sensei.

  3. Jojitsu ni Oborezu. Respeto a las diferencias entre Sensei, Sempai y Seito.

  4. Shinken ni Tesseyo. Seriedad y esfuerzo. Disciplina en el Dojo.

    El alumno se debe al maestro tanto como este al alumno. El practicante deberá respetar y ser respetado, aprender y trasmitir a los grados inferiores sus conocimientos, creando así, una cadena de enseñanza-aprendizaje que retroalimente a todos. Su aspiración primaria será convertirse en Sempai de sus condiscípulos, dando así el primer paso en el camino.

    Las artes marciales siempre han tenido una base, una espiritualidad vinculada a una ética, a una conducta, estas se han mantenido en el oriente y han sido acogidas con mucha satisfacción por el mundo occidental, las artes marciales en el concepto del Do, se entrenan, no como un compendio de técnicas, sino como un modo de vida con ética propia.

    Los Dojo Kun actuales, resultan una derivación de los famosos códigos del Bushido de los guerreros samuráis, adaptados a la ética humanista contemporánea. No existe un Dojo Kun o código de conducta, que sea universalmente aceptado por todos los artistas marciales, existen numerosos dojo kun, cada estilo, incluso, cada maestro o profesor, inculcan a los alumnos su propia ética, en la mayoría de los casos ese código no está escrito, se cumple y aprende por imitación del profesor.

    Varios autores han realizado aportes vinculados con la moralidad y la educacion en valores de los se destacan: Moreiro (2003), Naranjo (2005), Oser (2002), Puig (2002), Lucini (2004). El autor coincide con lo planteado por Garza y Patiño (2000) los cuales identifican el valor como: aquello a lo cual se aspira por considerarlo deseable, ya se trate de objetos concretos o de ideales abstractos que motivan y orientan el quehacer humano en una cierta dirección.

    La educacion en valores es una exigencia de la sociedad contemporanea, en la que es mas importante formar que informar. Este tipo de educacion ha de promover cambios significativos que condusca a la formacion del ser humano capaz de desenvolverse en una sociedad. (Sivira, 2011, p. 2 )

    Reflexionando en lo concerniente a las deficiencias que se debelan en el sistema educativo, Juárez (2001) refirió:

    El sistema educativo ha olvidado su función primordial de formar personas y solo le interesa la capacidad de repetir y retener al alumno y ha descuidado, en gran medida, el desarrollo de su personalidad y el cultivo de su condición humana.

    Los principios rectores del Karate Do por su importancia en el fortalecimiento de la educación moral deben interpretarse y aplicarse por los practicantes, porque constituyen el legado espiritual del maestro fundacional Funakoshi (1938), el cual refirió: “El valor de este arte depende de quién lo aplica. Si su aplicación es por una buena causa, el arte es de gran valor, pero si es mal utilizado, entonces no hay peor arte ni más dañino que el Karate”. (p. 5).

    De la misma forma Díaz (2009), sugirió que los practicantes de Karate do examinen, los veinte principios de Funakoshi (1938) y expreso: “Estos principios adquieren valor técnico-estratégico, para el combate, y que constituyen además, importantes preceptos morales en calidad de reguladores de la conducta del karateca en la vida”. (p. 116)

    El autor de la investigación ha retomado los principios de Funakoshi (1938) partiendo de su valor educativo y la importancia histórica de este documento, síntesis de las tradiciones milenarias de este arte marcial, escrito según sus experiencias pedagógicas por el fundador del Karate moderno, impregnado de una posición partidista tal, que permita contextualizar los conocimientos que se trasmiten en correspondencia con las necesidades e intereses actuales del contexto histórico social en que se vive.

    Sobre el tema relacionado con los principios pedagógicos expresó Addine (2002):

    Los principios actúan como elementos reguladores y normativos de la conducta heurística y como eslabones conducentes a totalidades superiores y más complejas; tanto en expresión teórica como práctica, ya que esta última rige la conducta de los hombres en su actividad creadora y transformadora. En este sentido los principios actúan como guía de las metas que el hombre debe lograr a través de su actividad, para la transformación y creación de lo nuevo, proceso a través del cual el hombre no sólo transforma el medio sino se autotransforma, de ahí su función axiológica. (p. 2).

    Los autores del trabajo implementaron una estrategia educativa que se sustenta en un modelo ético y moral, guiado por principios formativos, que se representan en la figura 1.

Principios rectores

  • Los valores, que se defienden desde sus orígenes hasta la actualidad, son los que esencialmente recogen los veinte principios de Funakoshi definidos por él, para el desarrollo del Karate Do, destacándose entre otros: cortesía, honor, fidelidad, sinceridad, solidaridad, coraje, humildad, respeto, dignidad, control de sí, patriotismo.

  • Un carácter cognitivo, afectivo y conductual, donde estén presentes el ¿por qué se aprende? ¿para qué se aprende? Y ¿en función de qué se aprende?

  • Se debe conocer los sentimientos de justicia de cada practicante, prestando mayor atención a la formación de la personalidad del Sempai y los Seitos que en el propio endurecimiento físico.

  • Los principios y valores que debe tener un artista marcial, se reflejaran en el líder o Sensei como la principal forma de enseñar, es decir, el ejemplo personal, dentro y fuera del dojo.

  • La unión de la mente, el cuerpo y la respiración junto a la voluntad, la perseverancia, investigación y el espíritu de sacrificarlo todo, deben ser la síntesis de la genuina formación del artista marcial.

Nuevos principios

  • Se debe mantener rigor en los aspectos de disciplina, así como los rituales principales de uso del uniforme tradicional, saludos, respeto al Sensei y de este a los alumnos y al dojo.

  • Realizar superaciones a través de campamentos, mediante seminarios y exámenes en todas las provincias, tocando temas modulares como el liderazgo, la formación, y el comportamiento social.

  • Realizar superación teórica a través de bibliografías y videos, sobre la historia de las artes marciales, el programa técnico del estilo como necesidad para el conocimiento teórico-práctico.

  • Realizar pre-exámenes, a los que solicitan participar en exámenes programados por la comisión nacional, velando por la preparación previa de los cinturones negros de la provincia.

  • Controlar la superación, como base para el derecho a examinar para cambios de grados.

  • Crear canteras de arbitraje, como condición necesaria para la formación integral de los practicantes y logro de mejores resultados.

Figura 1. Configuración de la estrategia)

Fuente de elaboración: Propia

Conclusiones

    El trabajo ha permitido profundizar en la cultura de origen de este milenario arte marcial, el Karate Dono sólo es considerado un deporte, sino también una filosofía de vida, basada en el respeto y principios sólidos.La práctica de este arte constituye un eslabón importante para el desarrollo social-saludable dado su contenido profundamente humano en la formación de valores morales y la preparación de los practicantes.

Bibliografía

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  • Castro, F. (1985). Revista Cubana del Deporte. La Habana: Ed. Gente Nueva.

  • Díaz Caballero, J. R. (2009). Más allá del dojo, filosofía del Karate. La Habana: Editorial Ciencia-Técnica.

  • Díaz, C. & Arias, J. L. (2012). Estrategia para el liderazgo de los maestros del Karate Do de la provincia Camagüey. Tesis en opción del título académico de Maestría en Ciencias de la Dirección. Camagüey.

  • Funakoshi, G. (1938). Los veinte principios rectores del Kárate do, el legado espiritual del Gran Maestro. Japón y EE.UU: Editorial Kodansha América

  • Garza, T. & Patiño, S. (2000). Educacion en valores. Mexico: Trillas.

  • Guzmán Gómez, E. (2010). Karate- Do y Kobu- Do, de Okinawa en Cuba origen, historia y tradición. La Habana: Editorial Científico Técnica.

  • Juarez, J. (2001). Una nueva propuesta para la educacion en valores, Caracas: Paulinas.

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  • Moreiro, M. (2003). Iniciacion a los valores. Caracas: San Pablo.

  • Naranjo, M. (2005). Urbanidad y valores. Colombia: Grupo Latino.

  • Oser, F. (2002). Morality in professional action: A discourse approach for teaching. San Francisco: Josseey-Bass.

  • Pérez, S. (2014). Seminario Nacional técnico metodológico de Karate do estilo Shotokan Ryu. Celebrado el mes de junio en el palacio de los deportes en la provincia de Camagüey.

  • Plan de Estudio, Orientaciones y sugerencias metodológicas (2016) Unión Cubana Shotokan Ryu Karate-Do Miembro de la Federación Cubana de Artes Marciales. FCAM. Afiliada a la Unión Mundial Shotokan Ryu Karate-Do (UMSK) Afiliada a la Kodanshakai Internacional (SKI). La Habana. Formato electrónico.

  • Puig, J. M. (2002). Educacion moral y civica. Madrid: MEC.

  • Sivira, I. (2011). Programa de actividades fisicas y deportivas para constribuir a la educacion del valor responsabilidad en escolares en situacion de riesgo social de 10-11 años de la escuela bolivariana Genaro Vazquez. Tesis en opción al grado científico de Doctor en ciencia de la Cultura Física. La Habana.

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