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Teoría de flujo del público visitante a museos 

y centros culturales como experiencia de ocio

Theory of public visitor flow to museums and cultural centers, as leasure experience

 

*Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE

**Universidad Central del Ecuador

(Ecuador)

MSc. Luisa Fernanda Izquierdo*

luisafernandaizquierdo@hotmail.com

MSc. Giovanny Capote Lavandero**

giovannycapote@yahoo.com

Dr.C. Ángel Freddy Rodríguez Torres**

afrodriguez@uce.edu.ec

Dr. Enrique Chávez Cevallos**

mechavez1@espe.edu.ec

 

 

 

 

Resumen

          Quito, como la capital de Ecuador, cuenta con importantes denominaciones en el ámbito cultural. Quito, es la primera ciudad en ser denominada Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la UNESCO en 1978. También es la Capital Americana de la Cultura, en 2011. Se ha trabajado en la implementación y recursos para el mantenimiento y profesionalismo que requieren estos espacios en beneficio de la ciudad, la sociedad y la comunidad donde se pueda participar libremente, con la intención de buscar espacios que se aseguren de conservar las memorias de la ciudad y espacios que generan contemplación, conocimiento, creatividad, emociones y vivencias, y desde este espacio generar actividades de ocio cultural, a través de estas experiencias museísticas y culturales. Siendo estos espacios los que brindan actividades culturales de ocio para sus visitantes, nos permite y lleva a un fluir como propone Mihaly Csikszentmihalyi en su Teoría de Flujo. Los resultados de estas actividades han incrementado en un 43% la intención de volver a un espacio museístico o centro cultural, de llevarse una experiencia más positiva en la repetición de la visita, y en tener interés de volver porque dentro de esta experiencia sintieron tener una sensación de flujo, curiosidad por aprender, y en esta experiencia una práctica de ocio. Por ello, el objetivo de la investigación es realizar un acercamiento teórico desde los distintos referentes bibliográficos consultados, y un acercamiento práctico desde la experiencia práctica de sus autores.

          Palabras clave: Experiencia de Flujo. Museos y centros culturales. Ocio.

 

Abstract

          Quito, as the capital of Ecuador, has important names in the cultural field. Quito, is the first city to be named Cultural Heritage of Humanity by UNESCO in 1978. It is also the American Capital of Culture in 2011.We have worked on the implementation and resources for the maintenance and professionalism that these spaces require for the benefit of the city, society and the community where they can participate freely, with the intention of looking for spaces that will ensure that the memories of the city are preserved And spaces that generate contemplation, knowledge, creativity, emotions and experiences, and from this space generate cultural leisure activities, through these museum and cultural experiences. Being these spaces that offer cultural leisure activities for its visitors, allows us and leads to a flow as proposed Mihaly Csikszentmihalyi in his theory of flow. The results of these activities have increased by 43% the intention to return to a museum or cultural center, to take a more positive experience in the repetition of the visit, and to have an interest in returning because within this experience they felt they had a Sensation of flow, curiosity to learn, and in this experience a leisure practice. Therefore, the objective of the research is to carry out a theoretical approach from the different bibliographical references consulted, and a practical approach from the practical experience of its authors.

          Keywords: Flow experience. Museums and cultural centers. Leisure.

 

Recepción: 03/08/2016 - Aceptación: 28/11/2016

 

1ª Revisión: 23/10/2016 - 2ª Revisión: 25/11/2016

 

 
Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital. Buenos Aires, Año 21, Nº 223, Diciembre de 2016. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Quito es la primera ciudad en ser denominada Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la UNESCO (declaración del Comité Intergubernamental del patrimonio mundial en su segunda sesión celebrada en Washington, el 8 de septiembre de 1978) y desde ese momento, con más ímpetu en estos últimos años, hasta el 2010 año en el cual se nombra a Quito “Capital Americana de la Cultura 2011”, dicha nominación se da ante la OEA, el Parlamento Europeo y Parlamento Latinoamericano. Ha visto los esfuerzos de las autoridades para que La Cuidad de Quito se reconozca como: Una metrópoli internacional diversa y cosmopolita; Verde de aventura y de naturaleza; Patrimonio Artístico y Religioso; Quito ancestral, festivo, cultural y popular.

    Y es justamente por esta razón en que muchas actividades de relevancia empiezan a darse en Museos y Centros Culturales quiteños (El Sistema Metropolitano de Museos y Centros culturales cuenta con 60 instituciones) que pretenden ser espacios abiertos y participativos (Medina, & Nathaly, 2015; Montalvo, 2015; Carrillo, 2016; Banderas, 2016), donde se puedan abordar diferentes temáticas, donde los participantes puedan fomentar su conocimiento, creatividad y expresar sus emociones para con la colectividad hacer memoria, generar reconocimiento y aportes a la sociedad, sin importar si estos espacios son públicos, privados, religiosos, académicos.

    Desde este momento nace una necesidad de conocer como la población reacciona ante estos eventos en los Museos y Centros Culturales, dado que se observan necesidades importantes como conocer si estas experiencias museísticas son verdaderamente experiencias de ocio (Pérez, 2012; López, 2015; Fernández, 2015).

    Si estas actividades culturales pueden ser vistas como prácticas de ocio dentro de la población. Y si cada una de estas experiencias nos lleva a un fluir como propone Csikszentmihalyi Mihaly (1997, 2010) en su teoría de flujo. Por ello, el objetivo de la investigación es realizar un acercamiento teórico desde los distintos referentes bibliográficos consultados, y un acercamiento práctico desde la experiencia práctica de sus autores.

Museos y centros culturales

    Desde hace varios años en Quito se viene trabajando con mucha fuerza el tema de la cultura, los gobiernos de turno han realizado innumerables esfuerzos para que nuestra cuidad lleve por lo alto su reciente título, Quito “Capital Americana de la Cultura 2012”.

    Desde luego a todo este esfuerzo se han sumado los centros culturales y museos de la cuidad, a través del Sistema Metropolitano de Museos y Centros Culturales, SYMMCC, el cual trabaja arduamente en fomentar a Quito como: “Capital Americana de la Cultura 2012”

    Por esta razón, es que el Sistema Metropolitano de Museos y Centros Culturales, SYMMCC, atrae a turistas y a nacionales a visitarlos, como indico el Alcalde Augusto Barrera, alcalde del Distrito Metropolitano de Quito entre el 2009-2014. (En su intervención el 18 de mayo, día internacional de los museos) indicó: “Una ciudad como Quito a quien le pertenece una historia milenaria contiene un sinfín de historias y tradiciones culturales de gran importancia, por lo que tenemos y somos Patrimonio Cultural de la Humanidad, y desde ese sentir y ese enriquecedor recorrido cultural fortaleceremos los museos y los centros culturales, como acción prioritaria de esta administración. Sin Duda, esta es la más importante y motivadora razón para una ciudad como Quito en Museos y Centros Culturales (El Sistema Metropolitano de Museos y Centros culturales cuenta con 60 instituciones)".

    La definición de un museo por parte del Consejo Internacional de Museos ICOM (artículo 2) es: “Un museo es una institución de carácter permanente y no lucrativo al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierta al público que exhibe, conserva, investiga, comunica y adquiere, con fines de estudio, educación y disfrute, la evidencia material de la gente y su medio ambiente”. Además de las instituciones designadas como “museos” también califican las siguientes para los propósitos de esta definición:

    Sitios y monumentos naturales, arqueológicos y etnográficos; Zoológicos, jardines botánicos, acuarios y vivarios; Centros de ciencia y planetarios; Institutos de conservación y galerías de exhibición sostenidas permanentemente, librerías y centros de archivo; Centros culturales y organizaciones que busquen facilitar la preservación, continuación y gestión de recursos patrimoniales tangibles e intangibles

    Para la UNESCO.Los objetos culturales muebles y los museos que los preservan son excepcionales conservatorios de la diversidad cultural. Centros de acceso a los conocimientos sobre las culturas y de educación formal e informal, participan también en la comprensión mutua y en la cohesión social, así como en el desarrollo económico y humano”

    Un museo, es una organización que se encuentra al servicio del desarrollo humano y sociocultural (Melber, 2014; López, González, & Sánchez, 2016; Martínez, & Díaz, 2016; Kidd, Cairns, Drago, & Ryall, 2016), es un centro de enseñanza que se vincula al patrimonio cultural (De Boer, Wielemaker, Van Gent, Hildebrand, Isaac, Van Ossenbruggen, & Schreiber, 2012). Por otra parte, el museo es un espacio de regocijo, ya que desde sus orígenes el museo se inició como muestras privadas donde los aficionados mostraban sus gustos en un espacio de contemplación propia, con el incentivo de promover la cultura para todos, exponiendo en primera fila obras que contengan esa riqueza cultural, histórica, patrimonial, que desea mostrar públicamente obras de gran valor que ahora desean estar al servicio de la población (Domínguez, 2008/2009).

    Las nuevas experiencias museísticas buscan que el visitante al museo pueda familiarizarse con la muestra, ya que existe un mayor acercamiento, empezando por una mediación bien realizada, donde el espectador deje de ser espectador para que sea un participante activo, la colocación de las obras de una manera más alcanzable, donde el museo, además de maravillarte pos su contenido visual, marque la diferencia en su visita, ya que la comprensión de la misma está más al alcance del ciudadano.

    El público que visita los museos y centros culturales viven una experiencia (Leinhardt, 2014; Jiménez, 2015; Huerta, 2016), y esta investigación busca a futuro conocer qué tipo de experiencia es, demostrando si esta experiencia museística está relacionada con actividades de ocio, y relacionar esto con una experiencia de flujo, la cual puede o no determinar si esta experiencia de afluencia determina o no el retorno y la expectativa del público que visitara al museo.

Experiencia de flujo de Mihaly Csikszentmihalyi

    En su libro “Aprender a fluir” describe la experiencia de flujo como: El estado de fluidez se produce cuando la capacidad del individuó se mantiene en lograr un desafió que es posible para él, con un cierto nivel de esfuerzo requerido. Para que estas experiencias sean óptimas, es decir se desarrolle la experiencia de flujo, se requiere de un punto equilibrado entre la capacidad individual de actúa y las posibilidades que se den para el accionar.

    Se busca que dichas actividades no tengan metas tan inalcanzables como para frústranos en el accionar, ya que esto afectaría a la persona generando frustración, ansiedad y preocupación, y de la misma manera que estas actividades tengan metas tan alcanzables o bajas que nos mantenga en total relajación o apatía, conllevando al aburrimiento. Por lo que es importante que estas metas que nos impongamos involucren nuestro deseo de desarrollarnos, utilizar nuestras mayores capacidades, para que la participación sea una experiencia de flujo, ya que la intencionalidad es que lleguemos a estas experiencias de flujo en nuestras actividades de la vida diaria, ahí es donde encontraremos ese anhelado flow (Csikszentmihayi, 2010).

    El gráfico intenta mostrar la calidad de las experiencias, para alcanzar la experiencia de flujo y la perfecta relación que debe existir entre el desafío y la capacidad, ya que la experiencia de flujo se da cuando la capacidad y el desafío están siendo elevadas y puestas a prueba en su mayor potencial.

Gráfico 1. Experiencia del flujo

    En el gráfico anterior tratamos de dar una explicación de lo que significa e implica la experiencia de flujo, ya que cuando fluimos, no necesariamente hablamos de alcanzar la felicidad plena. La felicidad plena se alcanza en nuestro interior, es una emoción personal.

    Y es que alcanzar la felicidad o tener una experiencia de flujo, requiere que la persona o individuo haya disfrutado de su actividad de ocio, pero encontrar una actividad de ocio que te proporcione esta experiencia de flujo es algo que requiere de mucha experimentación previa, es algo absolutamente personal. Ya que encontrar esa actividad de ocio que te lleve a este estado, sin duda alguna mejora la calidad de vida.

    Esta teoría habla de la importancia de encontrar la felicidad en las cosas que hacemos que es el propósito de la vida en sí, esa es una emoción positiva tan fuerte y poderosa que nos reconforta, aunque este concepto no es nuevo, ya que son varios los pensadores que hablaban de esto, encabezando la lista Aristóteles. En ocasiones buscamos riqueza o la fama, ya que pensamos que estas cosas nos darán satisfacción, satisfacción que se encuentra en la felicidad, porque lo que es realmente buscamos es la felicidad, la felicidad es lo esencial de la vida.

    Y este experiencia de flujo que se podría encontrar con la actividad de ocio evidentemente ha marcado memoria en nuestra historia, como en la antigua Grecia todos sus habitantes tenían un tiempo el cual lo llamaban tiempo de ocio (Pieper, 1998; Pérez, 2001), este tiempo se podía dedicar a la divinidad, a la contemplación, a la naturaleza, era un tiempo individual, de cada uno con uno mismo, este era el impulso de la sociedad griega, ya que debido a este tiempo la población contaba con enriquecimiento cultural en lo referente a las ciencias, artes y algunos deportes (Londoño, 2000).

    Es ahora que estas buenas prácticas han perdido su poder y razón de ser ya que se refugian en nuevos paradigmas sociales como describe en su ensayo, y después libro “ La civilización de Espectáculo” se expone como ahora para la sociedad actual, tiene un altísimo valor la diversión, romper con la rutina y esto no estaría mal, ya que es un derecho y una elección personal buscar situaciones que te ayuden a cumplirlo, lo que si se debería manejar con cuidado, es el hecho de que pasarla bien, entre en una escala tan alta en los valores actuales, ya que se corre el riesgo de perder la verdadera esencia de la cultura, con esto corremos el riesgo de perder la priorización del ser y la esencia individual, y con esto la búsqueda de la sociedad y la mala información, una comunicación frívola y la concentración de rumores, sin medir el escándalo por esa absurda necesidad de satisfacer la curiosidad, realmente pone en duda entre lo que el individuo quiere hacer con respecto a con lo que el individuo se deja llevar (Llosa, 2012).

    Esta falta de tiempo, falta de interés, el riesgo que se piensa al experimentar nuevas situaciones, lo complejo que pretende ser ahora el buscar encajar en la sociedad, parecería que las gente busca ajustarse o dejarse llevar por cosas que no satisfacen individualmente ni te llevan a una plena satisfacción y bienestar en el desarrollo humano.

    En el libro de la modernidad liquida lo hace muy claro para nosotros poder entender la fluidez o el fluir, ya que son los líquidos los que no se ajustan al tiempo, tampoco se ajustan a ninguna forma tal cual como los tiempos modernos dónde fluimos, y no nos mantenemos constantes en nada, por mucho tiempo, tal y como afirma Bauman (2004).

    Como desearíamos para todos, las personas pensaríamos que el tiempo libre y el ocio son dos elementos coordinados (Cevallos, & Jaramillo, 2016; Oosterom, te Velde, Stut, Drory, Brug, & Gerber, 2016), lamentablemente en este tiempo moderno la sociedad motivada por el consumismo, si bien esto nos puede llenar de satisfacción, también nos arrastra a un estado en el que nos perdemos, de pensar y de ser lo que queremos, donde nuestros rasgos, expresiones y libertades se ven arrastradas a una nueva utopía. Y esto sucede también con nuestros niños que por su temprana escolaridad y los compromisos laborales de los padres, las distancias y las mal llamadas actividades extracurriculares, el niño se ve forzado a realizar actividades que le agotan, no le gusta, o no entiende para que, desperdiciando así su tiempo de creación atreves del juego. En actividades que ocupan nuestro tiempo, pero no llenan nuestras expectativas, ni trabajan desde el desarrollo humano, tal y como expone Londoño (2000).

    El ocio y sus prácticas subjetivas para cada individuo, busca la gratificación del ser, por lo que se busca un ser coherente con sus creencias y emociones sociales básicas incluye a edades tempranas, por lo cual suele ser un componente de intervención social (Morales, Lorenzo, & de la Rosa, 2016; Morales, Pillajo, Flores, Lorenzo, & Concepción, 2016), de tal manera que en esos tiempos el individuo realmente alcance su fluir (Clerton, 2002).

    Cuando las personas llegamos a potencializar nuestras vivencias, en la experiencia de flujo, cuando estamos realmente comprometidos con nuestras prácticas de ocio, y se apodera nuestro entusiasmo de lo mismo, podemos describimos a nosotros mismos como dueños de una personalidad autotélica. Entendiéndose por la palabra autotélica que viene desde las raíces griegas auto (yo) y telos (meta), y desde esta visión autotélica se describe a una persona que ya tiene suficientes actividades gratificantes en su diario vivir, ya que realiza las cosas por sí mismo, sin necesidad de tener grandes posesiones materiales, o poder o fama. Lo que les hace personas poco manipulables (Londoño, 2000).

El ocio y sus prácticas

    El libro “Ocio Humanista” define al ocio como: El ocio se refiere a un área específica de la experiencia humana, con sus beneficios propios, entre ellos la libertad de elección, creatividad, satisfacción, disfrute y placer, y una mayor felicidad. Comprende formas de expresión o actividad amplias cuyos elementos son frecuentemente tanto de naturaleza física como intelectual, social, artística o espiritual (Cuenca, 2000). Por lo que nos podemos aproximar a la importancia que tiene el ocio en el público y su experiencia museística.

    El ocio por sí mismo es una experiencia que aporta a la persona de una manera gratificante, no requiera que la persona entre o no en gastos económicos, ya que estas prácticas de ocio están ligadas a una elección personal que busca bienestar y placer (Moreno, Menéndez, & Turró, 2001). El estudio del ocio en sus muchos enfoques puede analizarse desde el lado objetivo, relacionado directamente con la cantidad de horas o materiales que se use para una actividad positiva o no (Torres, Iglesias, & Turró, 2000); y desde el lado subjetivo mirando el bienestar que produce a cada persona, por lo que podríamos entender subjetivamente al ocio como la actividad elegida con total libertad para buscar la propia satisfacción (Faria, & Gomes, 2013; Folgar, Boubeta, & Cristobal, 2014; Cruces, Nuviala, & Martínez, 2015). Desde esta experiencia en la elección de la actividad de ocio se dice que está relacionada con cada persona, con sus gustos y forma de ser, sin que se involucre en esta elección el tiempo o los recursos, sino que se encuentra más ligada a un deseo a algo esperado y anhelado, por lo se basa en las emociones individuales haciéndote experimentar felicidad (Cuenca, 2003, 2006).

    Según Cuenca en su libro, el Ocio Humanista, se detiene en el Ocio como mediación de cultura desde donde usa la palabra mediación como algo que se encuentra en el medio y crea conexión, encontrándose conectada a la vivencia personal de la cultura y la vivencia del ocio y como estas dos se conectan en el ocio cultural.

    Definición de cultura adoptado por la Unesco: En su sentido más amplio, la cultura puede ser considerada hoy día como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan una sociedad o un grupo social. Engloba las artes y las letras, los estilos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. Unesco, Conferencia Internacional 1982 (Donoso, 1982).

    Es importante hablar de la cultura, ya que es ella la que racionaliza al ser, permite la autocrítica y nos compromete con nosotros mismos, nos desarrolla en valores que nos imponemos y permite elecciones, expresiones, es lo que nos pone en la búsqueda de nuestro propio ser para realizarnos.

    Los resultados de estas actividades han incrementado en un 43% la intención de volver a un espacio museístico o centro cultural, de llevarse una experiencia más positiva en la repetición de la visita y en tener interés de volver porque dentro de esta experiencia sintieron tener una sensación de bienestar, curiosidad por aprender, y esta experiencia ha sido una práctica que desean repetir.

    Y desde este espacio, generar actividades de ocio cultural, a través de estas experiencias museísticas y culturales. Siendo estos espacios los que brindan actividades culturales de ocio, para sus visitantes son desde donde los mismos de manera espontánea pueden adquirir estas experiencias que nos permite y lleva a un fluir (Flow) como propone Mihaly Csikszentmihalyi en su Teoría de Flujo.

Conclusiones

    Este pequeño estudio teórico pretendió trabajar en algunos aspectos que considera importantes desde las prácticas y conocimientos laborales que a través del tiempo se ha podido conocer, y hacer un acercamiento con la gente, con los visitantes a museos y centros culturales, siendo sin lugar a dudas un acercamiento real, un acercamiento subjetivo, tan subjetivo como las experiencias de ocio, la búsqueda de la felicidad y experiencias de flow o fluir.

    La información que es levantada absolutamente al azar, en conversatorios, entrevistas al finalizar la visita, con una muestra poblacional variada, que va desde los estudiantes de un centro educativo que hace una visita pedagógica, hasta la visita familiar, porque algo llamo su curiosidad, y en diferentes museos y centros culturales, ampliando la variedad del visitante y las edades, solo tienen como regla que las personas estén en la capacidad de conversar unos minutos y contar su experiencia.

    Con el tiempo se ha podido comprobar a través de los aportes de las personas con la que se levanta esta información, que estas prácticas de ocio en los espacios museísticos o centros culturales generalmente no son experiencias consensuadas o planificadas con esa intención, son experiencias que se dan al azar y solo por vivir la experiencia y ocupar su tiempo libre, y que para que esta actividad deje de ser una casual y sea una experiencia de ocio cultural y una experiencia de fluir, esta experiencia necesita tener tres factores fundamentales: mediación, esta sea posiblemente el mejor experiencia para los menos expertos que sienten tienes mucha curiosidad y ansias de participar y enriquecerse; la mediación hace que este aprendizaje deje soltar un abanico de posibilidades, utilizar la imaginación y una participación libre. El aprendizaje significativo, es decir que el visitante pueda llevar a la emoción algo que relacione con la visita, cosas tan cotidianas como un color, un olor es decir cualquier sensación, pero también elementos de decoración que puedes vincular emocionalmente y desde luego la oralidad que te transportes a una historia familiar. La tercera es que esta experiencia haya sembrado alguna inquietud que busques volver a repetirlo o encontrar experiencias parecidas. Estas son las cosas por las que podemos documentar estas experiencias.

Bibliografía

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 21 · N° 223 | Buenos Aires, Diciembre de 2016
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