Historia de las carreras de velocidad: los 100 metros llanos
Jorge de Hegedüs

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 21 - Mayo 2000

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Los 10.3 segundos

     El primer velocista en obtener este registro fue el corredor canadiense Percy Williams el cual en Toronto, el 9 de Agosto de 1930 establece la marca de 10.3. Este velocista ya contaba con el antecedente de ser el campeón olímpico en dicha disciplina 2 años antes, en Amsterdam (1928). Sin embargo el incansable “Eddie” Tolan iguala dicho registro al año siguiente. A partir de ese momento son varios los velocistas que registran una marca similar, entre ellos dos alemanes, Arthur Jonath y Erich Borchmeyer, como también el holandés Christiaan Berger (1934). Sin embargo los norteamericanos también se hicieron notar sobre la marca de los10.3 s. dado que no solamente Tolan repite varias veces dicho registro sino que además se le unen Ralph Metcalfe y Eulace Peacock. Queremos destacar que los asiáticos también tuvieron su representante dentro del “club” de los 10.3, y fue mediante un auténtico velocista llamado Takayoshi Yoshioka (medía apenas 1.55 m) el cual en el estadio nacional de Tokio en la fecha de 15 de Julio de 1935 establece el récord nacional y asiático con dicha marca. Podemos considerar a Yoshioka probablemente como uno de los hombres más rápidos que se haya conocido en el mundo deportivo. Aunque las informaciones que se tienen sobre él no son del todo científicas, se sabe que si bien no era el más rápido en los 100m. en cambio era capaz de ganarle a caballos de carrera en la partida. Fue finalista en los J.O. de Los Angeles (1932). Finalmente el día veinte de Junio de 1935 aparece una figura que llegó a conmocionar no solamente al mundo atlético, sino que incluso llegó a tener connotaciones políticas. Se trata de James “Jesse” Owens el cual el 20 de Junio de 1936 establece un nuevo récord mundial con 10.2 s en la ciudad de Chicago.


Los 10. 2 segundos. “Jesse” Owens: el “Antílope de Ébano”

    Mucha tinta se ha utilizado sobre este gran corredor de raza negra o el “antílope de ébano” como se le llamó en ese entonces. Owens era oriundo de Ohio y fue seleccionado para representar a los Estados Unidos en los J.O. de Berlín. En una maravillosa demostración de sus capacidades consiguió 4 medallas de oro en dichos juegos: 100, 200m, salto en largo (=longitud) y la posta de relevos de 4 x 100m. “Jesse” Owens fue uno de los velocistas más impactantes de todas las épocas. Sus registros ya han sido superados ampliamente, pero todavía sus performances siguen dando que hablar, especialmente por el contexto político de su época. En 1936 se estaba avecindando la II Guerra Mundial, sostenido especialmente por la ingeniería racial que ya estaba iniciando el autócrata nazi Adolfo Hitler. La propaganda “anti-negro” desarrollada por el servicio de propaganda alemana previo a los juegos olímpicos fue muy grande. Pese a ello “Jesse” Owens deleitó y entusiasmó a pueblo alemán dado que llegó a ser muy admirado por todo ellos. Hay que hacer recordar que en instancias previas a la final Owens corre los 100m en 10.2 aunque con viento a favor. Los Juegos Olímpicos de Berlín pueden ser catalogados como los “Juegos Olímpicos de Jesse Owens”.


Jesse Owens, Berlín 1936
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    Tendrían que pasar 5 años para que esta marca sea igualada mediante otro corredor norteamericano, se trata de Harold Davis el cual efectuó su performance el 6 de Junio de 1941.

    Varios han sido los atletas que se han unido al “club de los 10.2”. Aquí se destacaron no solamente velocistas norteamericanos, sino también de otras naciones. Así entonces podemos citar por los Estados Unidos a Norwood “Barney” Ewell, Bobby Joe Morrow, Ira Murchison y Thane Baker por el país del Norte. Pero también tenemos por su orden de aparición a George Lewis de Trinidad, Lloyd la Beach de Panamá, Mc Donald Bailey por Inglaterra, Hec Hogan de Australia (fue una carrera mixta con atletas femeninas) y Heinz Fütterer por Alemania. Inclusos aparecen también varios atletas rioplatenses que corren en 10.2, aunque en condiciones no reglamentarios por el viento; se trata de los velocistas argentinos Adelio Márquez (1943), Carlos Isaac, Gerardo Bönnhoff (1946) y el uruguayo Juan Jacinto López Testa (1947).


Los 10.1 segundos

    El registro de los 10.2 es mejorado en el año de los Juegos Olímpicos de Melbourne (1956). El mismo Ira Murchison citado anteriormente corre los 100 m en 10.1s el 4 de agosto de 1956. Es de hacer notar que un día antes su compatriota Willie Williams ya había registrado dicha marca y también reconocido como récord del mundo, pero al no haber clasificado en su momento para los juegos olímpicos, no integró el equipo nacional pese a su gran performance. A dicho grupo se incorporan luego velocistas tales como Leamon King, Ray Norton, y Charles Tidwell por los Estados Unidos. Sin embargo pronto este guarismo es rebajado y el encargado de hacer esto fue el velocista alemán Armin Hary.


Los 10 segundos

    El registro de 10 segundos “clavados” fue realizado en la veloz pista de Zurich, Suiza, el 21 de Junio de 1960 mediante el velocista alemán Armin Hary, atleta dirigido por el famoso entrenador Bert Sumser. En el primer momento dicha performance suscitó muchas controversias básicamente por la partida o salida. Inclusive el registro de los 10 s se reconocieron en una segunda carrera dado que en la primera, en la cual este corredor también hizo 10s, provocó gran controversia debido a la partida. Algunos jueces opinaron que Hary había “agarrado” el tiro, por lo que se decidió efectuar dicha carrera media hora más tarde. En la segunda carrera, y con la defección de varios atletas, Hary repite los 10 s en condiciones absolutamente normales. Poco tiempo después en Roma, Hary gana el título olímpico en dicha disciplina e incluso también con la posta de relevos de 4 x 100m.

    Harry Jerome de Canadá y Horacio Estévez de Venezuela también igualan la marca de los 10 segundos. Pero aquí aparece otro gran velocista norteamericano, se trata de Robert “Bob” Hayes.


El Caso “Bob” Hayes

     Este gran atleta de raza negra no fue solamente el Campeón Olímpico en Tokio, 1964, sino que realizó en dichos juegos una notable performance en la carrera de relevos. En la final de los 100m se impuso con 10s. pero dicho registro se hizo mediante una deducción, en otras palabras, el tiempo electrónico registrado fue de 10.06 s. pero como en ese entonces los registros se proporcionaban como si fueran manuales, a dicha marca electrónica se le dedujeron 0.05s, con lo que quedó como 10.01 y luego redondeándolo a 10 segundos exactos. Sin embargo los 3 registros manuales registraron los siguientes tiempos: 9.8, 9.9, 9.9. “Bob” Hayes pudo haber sido el primer corredor en correr los 100 m por debajo de los 10 segundos y en pista de ceniza o carbonilla (¡!). Algo casi increíble ocurrió pocos días después, en la final de relevos de 4 x 100 m. Debido a los acostumbrados “pases” desastrosos del equipo norteamericano Hayes que corría como cuarto hombre, tomó el bastón en quinto lugar, tres metros por detrás del equipo de Francia. A partir de ese momento se pudo ver una de las mayores manifestaciones de velocidad que pudo haber hecho un ser humano dado que Hayes sale como un “bólido” en procura de alcanzar a sus oponentes. Se calcula que ya a los 50 metros alcanzó a los mismos y pasando al frente para lograr una margen de unos 3 metros frente al equipo de Polonia y Francia. Después de este final, uno de los integrantes de la cuarteta francesa, el velocista francés Delecour se aproximó al americano Paul Drayton (uno de los integrantes del cuarteto americano) y le dijo “ustedes lo único que tienen es a Hayes” a lo cual Drayton responde “es todo lo que nosotros necesitamos”. Algunos calcularon que Hayes corrió su parcial lanzado en 8.6 s. Él mismo manifestó años más tarde que nunca había corrido una carrera tan rápido como ese final de la posta. Tenemos que destacar nuevamente que dichas performances fueron realizadas sobre pistas de ceniza o carbonilla. Si Hayes hubiera corrido la final de los 100m sobre pista sintética, es muy probable que hubiera registrado una performance por debajo de los 9.90 segundos.

    En 1965 el chino Chen Chia - Chuan también corre los 100 m en 10 segundos, pero como en ese momento la República Popular de China no era todavía miembro de la IAFF dicho registro no fue reconocido. En los años 1967 y 68 otros atletas también igualan el registro de los 10 segundos como ser los norteamericanos Jim Hines, Oliver Ford y Charlie Greene. Se unen además al grupo el cubano Enrique Figuerola, el sudafricano Paul Nash, (el cual se agazapaba en la partida pero sin apoyar las manos en el suelo) y el francés Roger Bambuck. A esta altura de las circunstancias eran muchos los que se preguntaban si los 10 segundos se constituiría una barrera infranqueable para los 100 metros. Los hechos demostraron algo muy distinto.


Los 9.9 segundos

    Los primeros en correr oficialmente por debajo de los 10 segundos fueron los norteamericanos Jim Hines, Ronnie Ray Smith y Charles Greene. Dicho acontecimiento tuvo lugar en la ciudad de Sacramento el 20 de Junio de 1968. Estos logros se obtuvieron en dos carreras semifinales como pruebas selectivas para los Juegos Olímpicos que se irían a realizar poco tiempo después en la ciudad de México. En la primera semifinal Jim Hines y R.R.Smith llegan casi juntos por lo que ambos obtienen el mismo tiempo y también el beneficio de ser los nuevos recordistas mundiales. Pero pocos minutos más tarde en la otra semifinal se impone Charles Greene también con el registro de 9.9. Por lo que podemos apreciar entonces en el lapso de 15 minutos 3 atletas de raza negra americanos quiebran la barrera de los 10 segundos. Jim Hines repetirá luego en México este registro estableciendo con ello un nuevo récord olímpico y obteniendo además la preciada medalla de oro. Harían falta 4 años para que otros corredores lleguen a esta marca. Por orden de aparición han sido los siguientes: Eddie Hart Ray Robinson (1972), Steve Williams (1974) los tres por los Estados Unidos, Silvio Leonard (1975) por Cuba, Regie Jones (1975) Estados Unidos, Harvey Glance (1976) también por los Estados Unidos y Don Quarrie (1976) representando a la pequeña isla de Jamaica.

    A esta altura de las cosas se estaba presentando el gran inconveniente del uso del cronometraje manual, el cual daba lugar a controversias y discusiones por las posibles fallas humanas. Además de ello existían algunas diferencias en el orden de llegada entre algunos corredores, pero entre los cuales no había diferencia en cuanto al registro cronométrico se refiere. Solamente el cronometraje electrónico y a nivel “centesimal” podía dar verdaderas diferencias reales entre los corredores y teniendo en cuenta además la gran dificultad que existía en establecer el orden de definición debido a lo “apretada” que era la llegada entre los mismos. Es por dicha causa que en los últimos años los tiempos oficiales se reglamentaron a través del cronometraje electrónico con centésimas y con “foto finish”.


La era de la medición electrónica

    En realidad la medición electrónica en las pruebas atléticas ya parte en forma no oficial desde la década de los treinta. Así por ejemplo en la prueba selectiva de los Estados Unidos para los J.O. de Los Ángeles, el 2 de Abril de 1932, el ya mencionado Ralph Metcalfe se impone con 10.6, pero tuvo un registro electrónica no oficial de 10.64 s. En los mismos juegos olímpicos “Eddie” Tolan se impone con 10.4 s., pero también tuvo un registro no oficial de 10.53 s.

    Recién el 1ro. de Enero de 1977 la IAAF declara al cronometraje electrónico como el único valedero para el futuro de las carreras atléticas. De todas maneras se reconoce como récord mundial al registro de Jim Hines en los J.O. de México (1968) el cual si bien tuvo una marca de 9.9 s. también tuvo un registro electrónico de 9.95 el cual se aceptó como récord mundial. Luego el 3 de Julio de 1983 Calvin Smith en la ciudad de Colorado Springs reduce la marca de Hines a 9.93 segundos. Luego el gran Carl Lewis iguala dicho registro el 30 de Agosto de 1987en la final del Campeonato Mundial de Atletismo disputado en Roma. Es de hacer notar que dicha carrera había sido ganada por el corredor canadiense “Ben” Johnson con el registro de 9.83s. Este atleta luego se impone en la final de los 100 m en los J.O. de Seúl en 1988 con el registro de 9.79 s. Pero luego del control antidoping se comprobó que Johnson actuó bajo los efectos de sustancias prohibidas (anabólicos esteroides). De inmediato fue descalificado y quedando como ganador de la final el mismo Carl Lewis que había entrado segundo con 9.92, es decir, récord mundial. Ante el reconocimiento de Johnson de que actuaba desde hace varios años bajo los efectos de dichas sustancias prohibidas, el 1ro. de Enero de 1990 también se le retira tanto su registro efectuado en Roma en 1987 (9.83) como también la medalla de oro obtenida en dichos campeonatos mundiales. El 14 de Julio de 1991 el velocista norteamericano Leroy Burrell reduce la marca de 9.92 a 9.90 s. Luego en el Campeonato Mundial disputado en Tokio, el 25 de Agosto de 1991, Carl Lewis no solamente gana la final de los 100 metros, sino que establece un nuevo récord del mundo con 9.86 s. y en un impresionante final en la cual los 5 primeros corrieron por debajo de los diez segundos. Con fecha de 6 de Julio de 1994 Leroy Burrell vuelve a mejorar el registro de Lewis registrando 9.85 s. Sin embargo el 27 de Julio de 1996 los espectadores de la ciudad de Atlanta, durante los Juegos Olímpicos, tuvieron el privilegio de ver un nuevo récord del mundo cuando el velocista canadiense Donovan Bailey baja el registro de Burrell a 9.94 s. lo que constituye también un nuevo récord olímpico. Es de hacer notar que en dicha final Bailey sobre los 50 metros iba en 5to. Lugar, pero a partir de ese momento efectuó una notable acelerada frente a sus oponentes lo que lo llevó al 1er. lugar sobre los 90 m y con un promedio de 43.600 k/h. para los últimos 10 metros.

     Se llegó a pensar que esta marca iría a quedar un tiempo largo, pero no ocurrió así dado que ya surgió otro gran velocista por parte de los Estados Unidos, Maurice Greene, el cual en el Gran Prix de Atenas, el 16 de Junio de 1999 y más precisamente a las 20.51 horas reduce la marca de Bailey a 9.79, constituyéndose por lo tanto en este momento como el atleta más rápido del mundo. Este velocista pocos meses más tarde obtiene la medalla de oro en el Campeonato Mundial de Atletismo disputado en la ciudad española de Sevilla.


Epílogo

    ¿Qué nos deparará el futuro? Nadie lo puede predecir, pero lo que sí es seguro es que los eventos de velocidad siguen mostrando una notable dinámica. Obviamente son varios los factores que están incidiendo para ello: excelente material sintético para correr, las nuevas tendencias en la metodología del entrenamiento, el incentivo económico y para no ser menos, la bien entendida farmacología. Es muy probable que durante el año en corriente se vayan a producir algunas sorpresas, especialmente si se tiene en cuenta que estamos en el año olímpico: Sydney 2000! Seamos por lo tanto pacientes, pero atentos a lo que pueda ocurrir.


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