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Voleibol: análisis de su estructura y características para entender el juego

Volleyball: analysis of its structure and characteristics to understand the game

 

Estudiante de doctorado en Equidad e Innovación en Educación

Universidad de Santiago de Compostela

(España)

Mateo Rodríguez Quijada

mateo.rodriguez@rai.usc.es

 

 

 

 

Resumen

          Para entender el juego de cualquier especialidad deportiva es necesario conocer su estructura y las características que lo conforman. En el presente artículo realizamos un profundo análisis de la composición del deporte del voleibol, con el objetivo de crear un respaldo teórico que permita comprender el desarrollo de dicha modalidad deportiva.

          Palabras clave: Voleibol. Deporte. Estructura. Juego. Análisis.

 

Abstract

          To understand the game of any sport specialty is necessary to know its structure and the characteristics that make it up. In this article we carry out a thorough analysis of the composition of the sport of volleyball, with the aim of creating a theoretical background for understanding the development of this sport.

          Keywords: Volleyball. Sport. Structure. Game. Analysis.

 

Recepción: 10/10/2015 - Aceptación: 13/11/2015

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 20, Nº 210, Noviembre de 2015. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Los deportes de equipo poseen una actividad competitiva muy similar, pero cada modalidad deportiva tiene diferencias sustanciales relacionadas con la actividad motora, la relación de los jugadores con el móvil, la intensidad y la duración de las exigencias de juego y los criterios mediante los cuáles se evalúa el resultado deportivo (Ivoilov, 1986). Dentro de los deportes de equipo, el voleibol es un deporte con un elevado grado de incertidumbre (Monge & Aragundi, 1995; Moreno et al., 2010), que exige a los deportistas habilidad, precisión y regularidad (Noce et al., 1997). Además requiere su participación en cortos, pero frecuentes, momentos de ejercicio de alta intensidad, seguidos por períodos de actividad a baja intensidad y breves tiempos de descanso (Pittera & Riva, 1982; Ivoilov, 1986; Kunstlinger et al., 1987 en Gabbett et al., 2007; Sheppard et al., 2013). Debido a que, durante el transcurso de un partido de voleibol existen diferencias notables en cuanto a la duración de sus diferentes fases de juego, las cuales oscilan entre los 3 segundos (saque) hasta los 40 segundos (Sheppard et al., 2013). Por su parte, Ivoilov (1986) cuantificó la duración media de las fases actividad de juego en 8,7 segundo, mientras que las fases pasivas duran, de media, 7,1 segundos. A su vez, la investigación de Iglesias (1994) señaló que una jugada dura en promedia 5,9 segundos y un break 12,6 segundos.

Desarrollo

    El voleibol se encuentra clasificado dentro de los deportes de equipo de cooperación-oposición, con el terreno de juego dividido, participación alternativa y un nivel de incertidumbre con el medio reducido (Blázquez & Hernández, 1984; Hernández 1994; Morante & Izquierdo, 2008) (figura 1), siendo su estructura de juego deportivo un sistema complejo (Martín & Lago, 2005). Dicha complejidad se debe a que, desde el punto de vista deportivo, se realiza un gesto (técnica, táctica, etc.), que, con el objetivo de captar la realidad, debe traducirse en acciones procedimentales (Anguera, 2005). Al presentar características propias resultantes de su especificidad, se integra en un grupo de modalidades colectivas denominadas de no invasión con las siguientes características: su estructura formal y composición de su reglamento técnico (Mesquita, 1998).

Figura 1. Clasificación de los deportes de cooperación-oposición, extraído de Hernández (1994 p. 30)

    La clasificación mencionada anteriormente, nos permite identificar las siguientes características en sus acciones motrices (Tabla 1):

Tabla 1. Características de las acciones motrices en los deportes de equipo, extraído de Martín & Lago (2005 p. 38)

    Con la finalidad de conocer en profundidad la estructura del voleibol y de su juego, realizamos el siguiente análisis estructural (figura 2). Señalar que la estructura no se analiza en función de la situación de los jugadores en el terreno de juego, sino en función del sistema de relaciones entre los jugadores, el terreno y el balón de juego (Pascual, 2012).

Figura 2. Parámetros de la estructura del voleibol. Elaboración propia a partir de Hernández (1994)

    A continuación procederemos a analizar cada uno de los parámetros que componen la figura 2:

    Cuando se observa un partido de voleibol, destaca la gran similitud inicial en el transcurso de cada jugada, en sus acciones y en el orden en el que aparecen (Monge, 2007). El motivo de esta situación es que el juego está configurado mediante una secuencia global formada por diferentes etapas parceladas, debido a lo cual se pude analizar en unidades tácticas secuenciales (Garganta, 1997). Zhelezniak (1993) escribe que en un partido de voleibol, todas las jugadas se inician con un saque que, si traspasa la red, el equipo contrario intentará devolverlo mediante una serie de acciones, cuya finalidad es que la última acción se realice en las mejores condiciones para que el esférico sea enviado al suelo del campo del equipo rival. Debiendo este mismo equipo prepararse para continuar jugando en caso de que el balón sea bloqueado. El equipo que realiza la defensa tendrá como objetivo contrarrestar el envío del balón a su campo, para tal fin emplea una primera línea de defensa (bloqueo), mientras que los demás jugadores formarán una segunda y tercera línea defensiva. A raíz de esta situación puede ocurrir que el ataque tenga éxito y consiga puntuar o que la defensa se realice correctamente y pase a iniciar el ataque. En el momento que uno de los dos equipos intenta volver a enviar el balón al campo contrario, se pueden dar muchas posibilidades de continuación de juego. Este proceso puede tener un desenlace continuado, en un supuesto caso de continuación ininterrumpida y sin fin de jugada (figura 3). Siendo esta secuencia de acciones la que le proporciona un carácter cíclico al juego (Castro & Mesquita, 2010).

Figura 3. Aparición cronológica de las acciones de juego en voleibol, extraído de (Monge, 2007 p. 43)

    Un gran número de autores proponen determinadas maneras de comprender el desarrollo cronológico de una jugada de voleibol, en la tabla 2 se pueden apreciar las explicaciones más destacadas:

Tabla 2. Estudios sobre la estructuración del juego del voleibol, extraído de (Monge, 2004 p. 7)

    De todos los modelos mencionados en la tabla anterior, el más completo es el propuesto por Moutinho (1994) (figura 4). Su principal característica es la existencia de una estructura externa de juego regular que, a partir de un determinado momento, se puede constituir en cíclica.

Figura 4. Secuencia de los momentos de juego planteada por Moutinho (1994), (Monge, 2004 p. 10)

    Los modelos de juego permiten visualizar las posibilidades de una jugada y facilitan su comprensión. En ellos se observa que (Monge, 2007):

    Las características taxonómicas señaladas anteriormente con respecto a la utilización del móvil, el espacio y demás elementos característicos del voleibol, conllevan a que esta especialidad deportiva responda de una manera determinada a los principios de la dicotomía entre el ataque y la defensa (Molina & Salas, 2009), factor que lo convierte en un deporte con constantes transiciones entre el ataque y la defensa (Beal, 1992). Su característica estructura cíclica deriva en las siguiente fases o complejos de juego: K0, K1, K2, K3 y K4, cuya principal diferencia es el primer toque del equipo (Salas, 2006). Esta división tiene sus orígenes en las extintas URSS y Alemania del Este, pudiéndose datar su aparición aproximadamente en el años 1960 (Monge, 2003), con la finalidad de facilitar el análisis de las acciones que se producen durante un partido de voleibol (Herrera et al., 1996). A continuación explicaremos las fases que los componen (Selinger & Ackerman-Blount, 1992; Zhelezniak, 1993; Herrera et al., 1996; Monge, 2004; Aragundi, 2006; Molina & Salas, 2009):

    Los complejos K0, K1 y K2 siempre tienen la misma secuencia, mientras que los complejos K3 y K4 venir precedidos por diferentes secuencias (Monge, 2004): K3: K3/K2, K3/K3 y K3/K4; K4: K4/K1, K4/K2, K4/K3 y K4/K4. En la figura 5 se observan los flujos de acciones que conforman los complejos de juego del voleibol. Siendo la secuencia básica que más se repite la siguiente: saque – recepción/defensa del saque – colocación/construcción del ataque – remate/culminación del ataque (Santos, 1992).

Figura 5. Flujo de acciones que conforman los complejos de juego, extraído de Hileno & Buscá (2012, 559)

    Con respecto al número máximo de acciones que se pueden desarrollar en cada uno de los complejos, Monge (2007), en su tesis doctoral, establece lo siguiente:

    Centrándonos en los diferentes gestos técnicos que existen en el voleibol, y que los jugadores emplean para lograr sus objetivos nos encontramos (Chêne & Lamouche, 1990; Zhelezniak, 1993; Monge, 1997):

    Estos gestos técnicos conforman las acciones de juego, las cuales se clasifican en dos grupos (Marcelino et al., 2010):

    Atendiendo a los elementos que son determinantes para conseguir la victoria en un partido de voleibol (García & Fernández, 2010), nos encontramos que en partidos a tres sets es decisivo lograr el punto 21 del primer set, mientras que en aquellos que se disputan a cuatro o cinco sets el momento crítico aparece entre los puntos 16 y 21. Con respecto a los elementos técnicos determinantes, los mismos autores escriben que en los partidos más disputados (4 – 5 sets) son decisivos los saques y las recepciones totales, mientras que en partidos a tres sets, ningún gesto técnico tiene una relevancia superior al resto. Si nos centramos en las variables que diferencian a los ganadores de los perdedores, en los encuentros a tres sets son los puntos de bloqueo, los puntos de ataque y los errores de ataque; en los partidos a cuatro sets se trataría de los puntos de bloqueo y los puntos de ataque; mientras que en aquellos partidos que duran cinco sets, serían los puntos de ataque. Por su parte, Silva et al. (2014), destacan los puntos de saque como el elemento determinante para conseguir la victoria en cualquier encuentro, mientras que cometer errores en la recepción y en el bloqueo lleva a la derrota de cualquier equipo. Además, es importante señalar que el juego negativo es un factor clave, los partidos los gana el equipo que menos errores comete (Monge & Aragundi, 1995). Si analizamos los elementos decisivos en sets cerrado (2 puntos de diferencia o menos) en categoría infantil (Dávila & García, 2012), encontramos que el acierto en ataque tiene más influencia que el acierto en defensa, siendo el saque positivo el principal factor determinante, seguido por un ataque positivo y un servicio negativo.

    Por último, resaltar que, a diferencia de otros deportes, el voleibol tiene especificaciones en el reglamento según el género de los deportistas (Fernández et al., 2014); en este caso nos referimos a la altura de la red, que en función de si se trata de categoría masculina o femenina está situada a una altura diferente. Que es el único deporte en el que la fuerza máxima de los jugadores se aplica cuando el cuerpo no está apoyado (Monge & Aragundi, 1995). Y que, con el objetivo de adaptar este deporte a los fines formativos de las etapas de iniciación, la Federación Española de Voleibol suprimió la figura del jugador líbero en categoría infantil, mejorando así la continuidad del juego (Ureña et al., 2013).

Conclusiones

    El análisis de la estructura y las características del voleibol realizado en este artículo, nos permite extraer las siguientes conclusiones:

Bibliografía

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