Semiología y Educación Física. Un diálogo con Betti y Parlebas
José Ricardo da Silva Ramos

http://www.efdeportes.com/ revista digital | Buenos Aires | Año 5 - Nº 20 - Abril 2000

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    Diversos grupos de estudios sobre praxiología motriz (discurso de la acción motriz) se movilizan en Francia y España. Sus intereses y perspectivas son bien diferentes de la pedagogía del lenguaje del cuerpo, Para aquellos, ya se descarta la coherencia de la relación entre la lengua y la acción corporal, y lo que ellos tienen como idea general es el hecho de que el sujeto que se mueve, se moviliza directamente con intención con los objetos, con el terreno y con los otros, validado por una tarea motriz en curso definida por el código de la situación motriz en que está inserto. No es un sujeto más con sus signos aislados, sino que está en permanente interacción. Es la semántica de las conductas motrices, en la cual se procura mostrar que la descripción sígnica del cuerpo no depende solamente de la voluntad de los sujetos que se mueven, pues ella también cumple una necesidad impuesta por las propias variables contextuales como: los objetos en juego, adversarios, compañeros, espacios y fases motrices. Todo esto regulado por una red de comunicación motríz, manifestada en el interior de una red de interacciones, proyectos y anticipaciones interpretadas puntualmente por los signos práxicos subentendidos y expuestos dentro de una determinada situación específica.

    Según Parlebas, podemos observar esos signos práxicos analizando una cierta situación semiomotriz que irá ciertamente a conducirnos a una interrogación sobre las condiciones que permiten a los sujetos envueltos en ella a comunicarse de modo intra-grupal o a contracomunicarse promoviendo así un duelo inter-grupal. Por ejemplo, en un juego. ¿Qué tipo de análisis puede ser pensado para quien se sitúe en calidad de investigador? ¿Cómo podemos identificar la cooperación entre los compañeros de un mismo equipo? ¿Cómo los sujetos perciben los significados de una acción motríz en curso? ¿Cómo ellos consiguen comprender a sus compañeros y el sentido táctico de una situación motríz? ¿Cómo es que ellos pueden llegar a confundir a los oponentes en sus acciones con doble significación? (1977c, p.57)

    De este modo, Parlebas constituye una ciencia propia para investigar y responder a esas cuestiones en desarrollo. Él aborda esas cuestiones como principios universales y pueden ser respondidos por el análisis detallado del sujeto en sus formas sígnicas y comunicativas, encontradas en todas las situaciones motrices como un juego, una lucha, una danza, un grupo de sujetos que escalan montañas, aquel que corre solo, otro que hace surf, y hasta niños que juegan a las escondidas o a la mancha.

    Esta ciencia motriz se constituye por conceptualizaciones operantes que corresponden a siete niveles diferentes de interpretaciones praxiológicas producidas por la lógica estructural de una situación motriz: la red de comunicaciones motrices (análisis de las interacciones cooperativas u opositoras); la red de interacción de calidad (análisis del éxito o fracaso de los sujetos envueltos en una situación motríz); sistema de puntuación (análisis de un código descifrable o forma de resultados motores); red de roles (análisis de un status motriz traducido por las relaciones del sujeto con objetos, espacios y sectores de acción en una determinada situación motríz); red de sub-roles (análisis de una acción mínima que tenga significado para quien observa al sujeto en interacción motriz); código gestémico (análisis de los efectos de los gestos, de las verbalizaciones, de las señales producidas por un sujeto en movimiento); código praxémico (análisis de la acción comportamental del sujeto que interactua con el mundo de los objetos y con otros) Estos principios interpretativos reconocidos por la ciencia praxiológica como universales de los juegos constituyen en conjunto la gramática de un juego - la semántica motríz que analiza profundamente los significados del sujeto en interacción.

    Concluyo que, a partir de Parlebas (1999), la Educación Física como disciplina gana un objeto específico para un diálogo semiológico: la Praxiología Motriz. Él la define como un sistema de signos que se desarrolla por un proceso de realizaciones de las conductas motrices de uno o varios sujetos actuando en una situación motriz determinada. Este sistema de signos se manifiesta en los comportamientos observables de/los sujeto/s en interacción, unidos a un contexto específico. Las acciones motrices se desenvuelven sobre un tejido amplio de comportamientos, leídos de forma subjetiva por quien observa. La observación se realiza no solo sobre los comportamientos objetivos de los sujetos al cumplir una tarea concreta -la función práxica-, sino también sobre las relaciones, las decisiones, las anticipaciones, las verbalizaciones, las señales y los gestos, en fin, todo el conjunto de unidades motrices que están organizadas sistemáticamente en un contexto dado, formando así un todo.

    Parlebas (1977b, p.49) que investigó también la fragmentación del paralenguaje a partir del signo lingüístico, crea su propia dimensión semiológica ligando al sujeto envuelto en una determinada situación motriz a su propio contexto de acción, esto es, su realidad práxica y cultural. Así, él funda el signo ludomotriz como la asociación entre un significante (el comportamiento motriz observable) y el significado (una clase táctica o relacional de los comportamientos motrices de los sujetos comprometidos dentro del cumplimiento de una acción concreta en juego). Él asevera que es fundamental observar que el significante motriz es un concepto subjetivo y no físico. Es la suma de la capacidad de movimiento, de la intencionalidad, de las interacciones con el medio físico, que se dan a través del sujeto que se mueve en un determinado espacio y tiempo.

"Dans le domaine des pratiques corporelles, le significant ce sera les manifestations observables du comportement moteur (posture, geste, position et mouvement des segments, orientation, appui, déplacement, vitesse...) et le signifié, le sens relationnel et/ou tactique de cette conduite." 10

    Menezes Costa e Tubino (1995) tienen en común con el tema que estoy intentando comentar, un estudio sobre práctica de deportes en la playa, donde ellos hacen una comparación entre el signo motor y el signo saussuriano11 . Los autores describen todas las unidades posibles de gestos, acciones y oralidades encontradas en el juego del frescobol, valiéndose del signo ludomotor, con sus praxemas, gestemas, comunicación directa e indirecta atravesadas todo el tiempo por la lógica interna del juego y el contrato ludomotor en cuestión. Al presentar toda la semiomotricidad disponible en los sujetos que interaccionan con el juego del frescobol, apuntan que al contrario del signo lingüístico, el signo ludomotor no es arbitrario (p.37)

    Para Saussure (1970), el signo lingüístico es la ligación entre un significante -imagen acústica- que no debe ser confundido con el sonido, lo físico, pero sin la imagen que hacemos de la sonoridad de la palabra en nuestra mente, y un significado- el concepto atribuido a la palabra. Este autor considera que el trazo que asocia el significante al significado es convencional, inmotivado y arbitrario. De acuerdo con esta perspectiva sígnica, podemos ejemplificar que una vez que la humanidad formó y dio sentido al nombre "juego", este es concebido en unidades abstractas y convencionales, no habiendo motivo para llamarlo pelota o zapato. La idea de juego que forma nuestro cerebro es un valor dado de forma arbitraria y una convención social hecha por la humanidad, según el investigador ginebrino.

    Ya el signo ludomotor de Parlebas (1977a, p.50) es absolutamente paradigmático para las practicas corporales, por cuanto la producción motriz no es arbitraria ni lineal, ya que permite al sujeto de la acción motriz moverse y gesticular en las esferas espaciales donde él produce su motricidad. Además de ésto, él puede simultáneamente moverse con diferentes partes del cuerpo en el tiempo, constituyendo así una semiomotricidad que se desenvuelve en una realidad pluridimensional, actualizada por acciones, gestos y señales. Tal hecho le atribuye una enorme riqueza semiológica, considerada, por el propio autor difícil de analizar.

"Cet aspect multi-dimensionnel de la pratique motrice est un gage de richesse et d'originalité mais elle pose un véritable défi a l'analyse. " 12

    Una clasificación importante que Parlebas (1977a) propones es la distinción entre el lenguaje corporal y el signo ludomotor. Para él, un signo ludomotor está dentro de un sistema ludomotriz, es un hecho social y práxico que está sellado por un contrato ludomotor que reúne a los sujetos bajo la aceptación de una misma ley, la ley del juego; el lenguaje corporal, al contrario, es la realización de un significado por el sujeto que usa el cuerpo para expresarse, siendo variable y con la propia autonomía del sujeto. Como el lenguaje corporal no depende de una función práxica, él la destaca, pero no la excluye del campo de la ciencia de la acción motriz.

    De este modo, ese sistema asume, diferentemente de la ciencia lingüística, la contemplación de la incertidumbre, de la ambigüedad, de la finta, donde el signo puede ser interpretado como un índice engañoso para el sujeto o un grupo inserto en una determinada situación motriz. En tanto, es legal este tipo de actitud en el universo de las prácticas corporales. Esa especificidad semiológica original, encontrada solamente en el mundo motriz, es organizadora y forma parte de cualquier tema difundido en la cultura de los juegos, entre las relaciones de oposición y comunicación en las redes ludomotrices.

    La metodología que analiza el signo ludomotor es el método praxiológico instituido en una semántica sociocultural de los universales ludomotrices. Él garantiza a la praxiología motriz la categoría de ciencia-copernicana en el campo de la educación física. La misma se utiliza también de los conocimientos de la matemática elemental, como por ejemplo, de símbolos abstractos para teóricamente volver una situación motriz comprensible, valiéndose así de dos tipos de metalenguaje: el formal y el ordinario.


Una conclusión momentánea para un diálogo constante

    Si la intención es hablar de las teorías lingüísticas y Educación Física, me permito hacer mención al pensamiento de Parlebas, el cual cumplió la tarea de fundar una ciencia autónoma, que hoy, en mi opinión, debe ser una referencia destacada para cualquier teoría lingüística aplicada al área de enseñanza de la Educación Física. A pesar de las críticas y conflictos que aparecen en desacuerdo, la obra de Parlebas todavía está en el centro de las reflexiones que surgen en el ámbito educacional y científico de la Educación Física.

    Al movilizar así mi curiosidad epistemológica, me siento desafiado a registrar, sobre la forma de estudio, un tema tan poco explorado en Brasil. Un desafío provocado por aquellos que como Betti y Parlebas, revolucionan la Educación Física con competencia intelectual y coraje, rompiendo con lo que está puesto para así anunciar lo nuevo.

    Al concluir este trabajo debo agradecerlos por sus competentes y serios estudios. Apuesto a que continuarán provocando, en los profesores y estudiantes de Educación Física, un diálogo creativo, donde la marca semiológica es la voluntad de aprender lo nuevo, como ellos han enseñado, describiendo en sus trabajos, los signos de la osadía y del coraje.


Notas

  1. Entretanto, el árbol no debe tapar el bosque.
  2. Vice-presidente de la Escuela de Doctorado: "Educación, Lenguas, Sociedades". Paris V. Decano da Facultad de Ciencias Humanas y Sociales - Sorbonne. Director de LEMTAS.
  3. Este trabajo en forma de ensayo producido por el profesor Mauro Betti (1994) es de enorme importancia para la comprensión y conocimiento de las teorías lingüísticas y su valor en el proceso de ensañanza y aprendizaje de la Educación Física.
  4. Según Roman Jakobson (1969) tenemos las funciones: referencial (centrada en el objeto de la comunicación); conativa (centrada en el receptor); expresiva (centrada en el emisor); poética (centrada en el mensaje); fáctica (centrada en el canal) y metalingüística (centrada en el código).
  5. Todas estas funciones dejan de hecho su impresión, y muchas veces con generosidad. La función referencial por ejemplo, se vale del poder simbólico de la palabra, figura aquí en un óptimo lugar.
  6. Finalmente son las fórmulas importadas que consideran como resuelto un problema resuelto con dificultad, y que corre el riesgo de impedir una verdadera investigación.
  7. La concepción de que el signo motriz no es arbitrario, lineal, ni temporal es una visión de Parlebas, que legitima la ciencia de la acción motriz y su metodología construida para los análisis del sujeto que se mueve en una práctica motriz. Tubino y Menezes Costa (1995) explican la función sígnica de la motricidad a partir de un estudio de los juegos de frescobol en la playas de Río de Janeiro. Ellos hacen un estudio comparativo del signo sassuriana y del signo ludomotor.
  8. Los semiólogos atentos y los lingüistas en aumento, rápidamente entendieron la inflación lingüística; ellos propusieron un pensamiento semiológico original y riguroso que gustaría liberarse del aparato estrictamente lingüístico.
  9. Los saberes del modelo lingüístico aplicado al dominio corporal, olvidan los datos esenciales. Es así porque la lengua consiguió fundamentalmente salir del cuerpo y transformarse también en un extraordinario instrumento de comunicación; porque eliminó la significación de sus unidades de base, en resumen porque ella (la lengua) colocó lo arbitrario sobre la raíz de su funcionamiento. (Parlebas, 1977a, p.60)
  10. Dentro del dominio de las prácticas corporales, el significante corresponderá a las manifestaciones observables del comportamiento motor (postura, gesto, posición, movimiento de los segmentos, orientación, apoyo cambio, velocidad...) y el significado, el sentido relacional y/o táctico de esta conducta.
  11. Ferdinand Saussure es el padre de la lingüística moderna. Tiene un libro publicado, siguiendo anotaciones de sus alumnos, con el nombre de Curso de Lingüística General. Este autor es reconocido principalmente por dar al lenguaje verbal y escrito la categoría de ciencia autónoma.
  12. Este aspecto multidimensional de la práctica motriz es un testimonio de riqueza y de originalidad, pero ello propone un verdadero desafío al análisis.


Bibliografía

  • BETTI, Mauro (1994) O que a semiótica inspira ao ensino da educação física Dicorp 3. p. 25 - 44 out.
  • GUIRAUD, P. (1980) Le language du corps. Paris: PUF.
  • HALL, E. T. (1977) A dimensão oculta. Rio de Janeiro: Francisco Alves.
  • JAKOBSON, R. (1969) Lingüística e comunicação. São Paulo: USP/ Cultrix.
  • LYONS, J. (1981) Linguagem e Lingüística: uma introdução. Rio de Janeiro: Guanabara.
  • PARLEBAS, Pierre (1977a) Pour une semiologie du jeu sportif. Éditions EPS. Paris, n. 143 p. 56-61 Jan./fev.
  • PARLEBAS, Pierre (1977b) Linguistigue, semiologie et conduites motrices. Éditions EPS. Paris, n. 144, p.49-52,mar./avr.
  • PARLEBAS, Pierre (1977c) Fonction semiotrice et jeu sportif. Éditions EPS. Paris, n.145 p. 38-40, jui./ aoû.
  • PARLEBAS, Pierre (1999) Jeux, Sports et sociétés. Lexique de praxiologie motrice. Collection Recherche: Paris, INSEP.
  • RECTOR, M. & TRINTA, R. (1986) Comunicação não verbal; a gestualidade brasileira. Petrópolis: Vozes.
  • SAUSSURE, F de. (1970) Curso de lingüística geral. São Paulo. Cultrix.
  • TUBINO, M. J. G. & MENEZES COSTA, V. L de (1995) Práticas populares de esporte na praia: estudos de jogos de frescobol. In: VOTRE, S. J. & MENESES COSTA, V. L. de. Cultura, atividade corporal & esporte. Rio de Janeiro: Editora Central da U.G.F., p. 31-44.


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