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Plan de ejercicios físicos para mejorar la 

conducta hemodinámica y la presión arterial tipo I

Exercise plan to improve hemodynamics and blood pressure behavior type I

 

*Licenciado en Cultura Física. Especialista en Cultura Física Terapéutica

Máster en Medicina Natural y Bioenergética. Doctor en Ciencias de la Cultura Física

Profesor Titular. Director del Centro de Estudios para las Terapias

Comunitarias (CETCOM) de la Universidad de Oriente, Cuba

**Licenciado en Historia y Ciencias Sociales. Licenciado en Estudios Socioculturales

Máster en Ciencias de la Educación. Máster en Desarrollo Cultural Comunitario

Máster en Deportes de Combate. Doctor en Ciencias Históricas

Profesor Titular del Grupo de Estudios de Deporte y Cultura (GEDECUL)

de la Universidad de Las Tunas, Cuba

***Licenciado en Actividad Física y Salud

en la Universidad Deportiva del Sur de Venezuela

Licenciado en Fisioterapia. Terapeuta del Centro Reeducar Rehabilitación

y Fisioterapia en Valencia, estado Aragua en Venezuela

Luis Robert Aquino*

robertaquinoluis@gmail.com

José Guillermo Montero Quesada**

guillermonteroq@gmail.com

Darío Méndez Blanco***

isi.mendez@hotmail.com

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El artículo es un resumen del estudio de un paciente limitado en el desenvolvimiento de sus actividades cotidianas y laborales como consecuencia de los efectos de la hipertensión arterial tipo I; para lo cual, interviene un equipo interdisciplinario compuesto por un médico, un especialista en terapia física y rehabilitación y un especialista en antropología. Se inicia con una investigación de campo en el que se revisan documentos con información clínica y se aplican entrevistas estructuradas acerca del estado de salud del paciente, de sus hábitos y costumbres, así como de los conocimientos referentes a la patología que padece. Se intervino mediante un plan de ejercicios físicos terapéuticos con el propósito de mejorar el control de dicha hipertensión. Se realizó la medición del pulso y de la tensión arterial en varios momentos, se aplica un test para medir las capacidades físicas condicionales de fuerza y resistencia aeróbica, considerando el tiempo de claudicación, hasta el cambio de etapa en la estructura del plan de ejercicios.

          Palabras clave: Hipertensión arterial. Ejercicios físico terapéutico. Cultura. Antropología. 

 

Abstract
          The article is a summary of the study limited to the development of their daily and work activities as a result of the effects of type I patient blood pressure; for which, involving an interdisciplinary team consisting of a doctor, a specialist in physical and rehabilitation therapy specialist in anthropology. It starts with a field investigation in which documents are reviewed clinical and structured interviews about the state of health of the patient, their habits and customs, as well as knowledge regarding suffering apply pathology. They stepped through a plan of therapeutic exercise in order to better control such hypertension. Measurement of pulse and blood pressure at various times took place, a test is applied to measure the conditional physical skills of strength and endurance, considering the time of surrender, to the step change in the structure of the exercise plan.

          Keywords: Hypertension. Therapeutic physical exercises. Culture. Anthropology.

 

Recepción: 21/06/2015 - Aceptación: 01/10/2015

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 20, Nº 209, Octubre de 2015. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La presión arterial es la que ejerce el volumen circulatorio de la sangre sobre las paredes de las arterias, venas y cámaras cardíacas. Se define a partir de dos valores: la alta o sistólica, que representa la fuerza que hace el corazón cada vez que se expulsa violentamente la sangre a la aorta, dando un golpe contra los vasos sanguíneos; la baja o diastólica, es la resistencia que ejercen los vasos sanguíneos al paso de la sangre una vez que el golpe de sangre proveniente del corazón. Es también un problema metabólico, por la implicación de varios sistemas que participan en este proceso, específicamente el endocrino y renal, ambos inciden en la elevación de la presión arterial.

    La hipertensión arterial (HTA) produce un deterioro funcional y orgánico con lesiones anatómicas de curso clínico variado e irregular, con predominio en vasos sanguíneos, corazón, riñón y cerebro. Afecta tanto a individuos y a poblaciones en dependencia de sus características particulares y específicas. Es una afección incurable, susceptible de ser controlada con tratamiento. Es la enfermedad crónica más frecuente de las muchas que azotan a la humanidad. Cuanto mayor sean los volúmenes de presiones, en cualquier población estudiada, más elevada es la morbilidad y la mortalidad. La hipertensión arterial sistémica (PAS) es un padecimiento de etiología múltiple, caracterizado por el aumento sostenido de las cifras de tensión arterial (sistólica, diastólica o ambas), igual o mayor a 140-90 de Mmhg, este volumen es normal en personas adultas.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS), dicta en su informe anual (2004) que el principal factor de riesgo de enfermedades crónicas no trasmisibles a nivel mundial es el aumento de la presión arterial, a lo que se atribuyen el 16,5% de las defunciones a nivel mundial. La enfermedad cardiovascular es actualmente responsable del 30 % de la mortalidad mundial, 15 millones al año, de los cuales 11 millones provienen de las naciones en desarrollo o con economías de transición.

    La incidencia de hipertensión es más en la población con menos niveles de actividad, de ahí que resulte importante realizar ejercicios físicos a partir del diseño de un plan científico técnico y metodológico, donde se incluyan los procedimientos sustentados en un enfoque sustentado en la antropología médica, cultural e interpretativa.

    El desconocimiento acerca de sus causas y efectos de la hipertensión arterial, de igual modo que la mejora del control de la misma mediante la intervención físico terapéutica, es el motivo que conduce al objetivo de: aplicar ejercicios con fines terapéuticos integrales a personas que padecen de hipertensión arterial tipo I, sustentados en un enfoque sustentado en presupuestos de la antropología médica, cultural e interpretativa. De este modo, los profesionales de la cultura física terapéutica en conjunto con especialistas de ciencias humanísticas podrán repensar la praxis para proveer cuidados integrados, contextualizados y humanizados, lo que estimula la potencialidad de las personas para el vivir y para el autocuidado.

Enfoque socio-antropológico en los que se sustenta la intervención físico terapéutica para el control de la hipertensión arterial

    En la práctica clínica de la hipertensión arterial, como en otros padecimientos crónicos, es observable la disparidad entre el conocimiento popular y el conocimiento médico acerca de las causas de la enfermedad, situación que repercute en el tratamiento integral del paciente, el proceso de enfrentamiento del padecimiento y su auto-atención.

    Esta enfermedad con la consiguiente medicación tiene efectos negativos en el bienestar social que repercuten en el modo de ver la vida, modifica la relación de la persona consigo misma y con el mundo que le rodea, influyendo en la reconfiguración de su identidad. Esas transformaciones refuerzan la tesis de que las cuestiones relativas a la enfermedad no pueden ser analizadas de forma aislada de las demás dimensiones de la vida social.

    Para el tratamiento físico terapéutico integral de poblaciones o casos con padecimiento de hipertensión arterial deben analizarse múltiples factores que son objeto de estudio de la antropología médica. Uno de estos factores es la cultura del conocimiento que poseen los pacientes de las causas y efectos de su enfermedad. La práctica corrobora que las personas que tienen este padecimiento comparten ideas de fuerte arraigo de la mitología popular que los desvirtúan de la realidad, surgiéndoles contradicciones al ser informados por el médico de la realidad objetiva. Esta disparidad entre el conocimiento médico y el conocimiento popular de la enfermedad constituye uno de los presupuestos empíricos que debe ser objeto de interpretación por los profesionales de la salud con el fin de descodificar las percepciones sociales que tienen los mismos de dicha patología y diseñar acciones que conduzcan a la culturalización de los pacientes, creándose así una premisa fundamental para desarrollar el trabajo preventivo como parte de la intervención físico terapéutica.

    Este tipo de tratamiento y los cuidados deben estar profundamente interconectados con la influencia de los ambientes socioculturales que determinan las formas culturales y simbólicas de las personas, o sea, los estilos de vida, hábitos, rutinas y rituales de la vida, en fin, el modo de pensar y actuar de las personas que ofrecen señas para interpretar y tratar la enfermedad, la forma en que sienten y expresan el síndrome, cómo utilizan los recursos para enfrentar el padecimiento y cómo alteran el estilo de vida. Estudios recientes sobre la antropología médica, utilizando marcos conceptuales diversos, han puesto en evidencia una rica variabilidad cultural, expresada en formas de: sentidos, significados, valores, tradiciones, saberes, conductas, etcétera, que han enriquecido el conocimiento científico relacionado con la prevención y manejo de la enfermedad. En este sentido, desempeñan un papel importante como parte de la red de apoyo social, el factor familiar y la espiritualidad.

    Son muchos los avances en esta perspectiva de análisis clínico de la presión arterial, pero aún es notable la hegemonía absoluta de la medicación farmacológica y el tratamiento biologizante mediante el cual se estudian a los pacientes como sujetos ahistóricos, deshumanizados y descontextualizados de su realidad sociocultural, perdiendo su individualidad y su diversidad sociocultural.

    Desde la perspectiva antropológica médica, conjugada con la cultural es posible analizar las representaciones y prácticas sociales que determinan el comportamiento de los pacientes, especialmente los obstáculos que impiden el cambio de actitud que demanda el trabajo preventivo. La resignificación de palabras médicas que no están al alcance del horizonte cultural de quienes reciben el tratamiento, se convierten en barreras ideolectales lingüísticas.

    Son numerosos los mitos acerca de la hipertensión arterial registrados en las personas adultas que rebasan los 60 años de edad, tales como: que es algo propio de la edad, que es emotiva, que le aparece solo en momentos de tensión emocional, ingerir excesos de sal con el pretexto de que están medicados, la creencia de que el consumo de café y picante les elevan la presión, etcétera. Estos mitos dependen del nivel de instrucción y cultura de las personas, ellos indican la intensidad del trabajo educativo en el transcurso del tratamiento.

    En concordancia con Dressler (2000), la prevalencia de hipertensión arterial varía en relación con los factores sociales y culturales, dicha variación no puede ser explicada totalmente por factores convencionales. Sus conclusiones de este autor estimulan el desenvolvimiento de un modelo de estrés y enfermedad que enfatiza en la participación de factores psicológicos y sociales, percibidos por los individuos como estresores; a este concepto se le denominó modelo de consonancia cultural en la cual mientras mayor es dicha consonancia en un individuo, menor es su presión arterial.

    Se ha demostrado que la realización de ejercicios físicos contribuye al mejoramiento de la hipertensión arterial, pero algunos pacientes que lo realizan sistemáticamente evaden los medicamentos alegando que les basta con dicha práctica, otros por el contrario consideran que el medicamento de la farmacia resuelve su problema, desconociendo los efectos terapéuticos del ejercicio físico. Algunas personas tienen la falsa creencia de que los pacientes hipertensos pueden realizar cualquier tipo de ejercicio. Por estas razones, además de las tratadas con anterioridad, el primer paso de los terapeutas físicos es reconocer la subjetividad de la enfermedad, entendida como un proceso que es vivido de un modo particular por un individuo con una serie de particularidades sociales y culturales; y el segundo paso es orientar el papel del profesional al manejo de esa situación con el objeto de prestar apoyo lo más congruente y competente posible con el padecimiento (Martínez 2002). De este modo se le ofrece condiciones para el desarrollo del autocuidado de forma satisfactoria a su contexto de vida.

Aspectos teóricos de la estructura del plan

    El plan de ejercicios que se propone está concebido a partir de las fases plantadas por Campoy (2002): diagnóstico de necesidades, diseño, aplicación y evaluación del plan.

Fase 1. Diagnóstico de necesidades

    En correspondencia con el nivel de prevalencia de la hipertensión arterial tipo I, se requiere controlar sus valores mediante la aplicación de test de claudicación con el propósito de conocer los cambios en la paciente, se determina así la resistencia aerobia y la fuerza con el fin de valorar el comportamiento de la presión arterial y el pulso en diferentes momentos.

Etapa 1. Revisión previa: se utiliza para verificar los valores de los test iniciales y el análisis de la historia clínica. Para valorar los datos clínicos.

Etapa 2. Aplicación de los test funcionales para valorar los resultados de forma comparativa y evaluar la efectividad.

  • Test de claudicación, en la resistencia aerobia. Caminar en un área marcada hasta llegar el momento subjetivo que no puede continuar.

  • Test de claudicación en la fuerza. Realizar ejercicios de fuerza sin implementos hasta que decida el paciente no continuar.

  • Control de los signos vitales para calcular el pulso de entrenamiento y la conducta hemodinámica.

  • Medición de los valores tensionales y del pulso, en reposo y al finalizar los ejercicios.

Fase 2. Diseño del plan

    El diseño del plan posibilita precisar los resultados del control de hipertensión en la paciente mediante la implementación de las mediciones durante las sesiones de ejercicios físicos, así como la práctica sistemática de las actividades propuestas para la paciente.

Etapa 1. Familiarización: posibilita la entrada al trabajo para la adaptación de la paciente.

Etapa 2. Mantenimiento: es la práctica sistemática de la actividad física.

Fase 3. Aplicación del plan

    En esta fase se crean alternativas de formación y concientización con la finalidad de emplearlas de manera autónoma por la paciente mostrando que ha adquirido cultura del tratamiento, realizando un adecuado seguimiento y control de sus propios signos y síntomas expresados en las sesiones de ejercicios.

Fase 4. Evaluación del plan

    Se analizan las variables fundamentales correspondientes al plan propuesto. La evaluación es sistemática atendiendo a los progresos en la ejecución de las habilidades de los ejercicios terapéuticos que va adquiriendo la paciente. No puede pasar de un ejercicio a otro más complejo si no domina el contenido del anterior, además del cumplimiento del principio del incremento progresivo de las cargas. Concluido el periodo evaluativo general se evalúa a la paciente atendiendo a los indicadores planteados en la variable dependiente.

Estudio diagnóstico inicial de la paciente

    El plan se aplica a un caso que padece de hipertensión arterial tipo I. Para tales efectos parte de un diagnóstico en el que se valora el estado físico, funcional, clínico y las necesidades del paciente, como determinantes para el control de los valores de dicha hipertensión.

    Paciente, femenino de 64 años de edad, estado civil soltera con tres hijos. Residente en el sector de La Colonia, San Carlos, estado Cojedes en Venezuela, perteneciente a la religión evangélica, posee sexto grado de instrucción escolar y se desempeña como costurera privada; de padres fallecidos a causa de problemas renales y hermanos fallecidos por infarto cardiaco; posee un peso corporal 67 Kg, talla 1,49 m, esto se traduce como sujeto de baja estatura, obesa, aspecto indígena (etnia Guayu); tiene por habito la ingestión de café de forma moderada (3 a 4 tazas al día); tiene un régimen alimentario variado y en pocas cantidades en cumplimiento de la dieta recomendada por el médico. Tiene un tratamiento medicamentoso de una tableta diaria de Lorsatan potásico, 50mg, la cual tiene acción antihipertensiva diurética y antidepresiva. Mediante las preguntas convencionales durante el intercambio con la paciente se pudo detectar que no tiene cultura del conocimiento relacionado con las causas y efectos de su enfermedad.

Diagnóstico funcional

    Se determinó la presión arterial, la frecuencia cardiaca es de 86 pulsaciones por minuto; tensión arterial de 145 / 95; frecuencia respiratoria 13 ventilaciones por minuto, en reposo. Se aplicó un test de marcha con tiempo de claudicación o máximo de esfuerzo de resistencia, valorando la frecuencia cardiaca máxima y la tensión arterial y post esfuerzo. Con estos datos se evalúa la conducta hemodinámica del siguiente modo:

  • Presión de pulso: PP = PS – PD.

  • El doble producto DP= Fc máx. x PA sistólica.

  • Pulso de entrenamiento P.E = (Fc máx. – Fc. Rep.)* 0,6 a 0,8 + Fc. Rep

Plan de ejercicios físicos para mejorar la conducta hemodinámica y la presión arterial tipo I de la paciente

    El plan está compuesto por dos etapas, una de familiarización y otra de mantenimiento, integradas por ejercicios físicos terapéuticos.

    Objetivo general: mejorar el control de la hipertensión arterial tipo I en un paciente, mediante un plan de ejercicios físicos terapéuticos, enfocados desde los presupuestos de la antropología médica, cultural e interpretativa.

Aspectos a valorar en el tratamiento

    Estado psicosocial y cultural del paciente respecto a la enfermedad, criterios y orientaciones del médico, magnitud de la enfermedad, medicamentos que utiliza, edad y sexo del paciente, control de los signos (fluidez de los ejercicios) y los síntomas (falta de aire, fatiga, dolor precordial), nivel de asimilación y ejecución de los ejercicios.

Primera etapa. De familiarización

Objetivo: familiarizar al paciente con los tipos de ejercicios para su realización.

Tipos de ejercicios: ejercicios para la preparación y entrada al trabajo terapéutico y ejercicios respiratorios y de flexibilidad (movilidad articular y elasticidad).

Orientaciones metodológicas

Tiempo de duración: opcional en dependencia al cumplimiento de los objetivos específicos; frecuencia: 5 veces / semana; intensidad inicial: 50 % del pulso de entrenamiento; tiempo de duración de la sesión de ejercicios: 25 a 30 minutos; marcha hasta el 50 % del tiempo de claudicación con un volumen de 200 %, ejemplo: cuatro repeticiones de la mitad del tiempo máximo de claudicación.

Evaluación: se realizara mediante los test funcionales y mediciones para posibilitar cambios de ejercicios y cumplir los objetivos propuestos.

Segunda etapa. De mantenimiento

Objetivo: mejorar la condición física, la capacidad cardiovascular y el gasto energético.

Tipos de ejercicios: ejercicios para mejorar la condición física general; ejercicios de resistencia aerobia intensidad moderada y ejercicios de fuerza intensidad moderada.

Orientaciones metodológicas

Frecuencia: 5 veces / semana; intensidad: 60 % de la frecuencia cardiaca máxima y tiempo de duración de la sesión de ejercicios: 45 a 60 minutos.

Evaluación: se realiza comparando los cambios según los valores de las capacidades físicas y los resultados de los test funcionales.

Análisis de los resultados

    Despues de aplicado el plan se analizan los tres primeros meses del proceso, evidenciándose modificaciones en las variables: presion sistólica y diastólica, frecuencia respiratoria, frecuencia cardiaca maxima de pulso en reposo y de entrenamiento; de igual modo, la presion de pulso y diferencia de pulso, debido a la eficiencia y efectividad de la aplicación del plan propuesto.

Tabla Nº 1. Tiempo de claudicación durante la prueba de caminata aerobia

Pruebas

Tiempo

Distancia

Pulso en reposo

Fc máx

Mes

Prueba inicial

25 min

389 m

86

136

Enero

Prueba media

28 min

600 m

82

130

Febrero

Prueba final

34 min

1630 m

78

130

Marzo

 

Tabla Nº 2. Conducta hemodinámica

Mes

Ps

Pd

Fr

Fc máx

Pr

Pe

Pp

VmO2

Dp

Inicial (enero)

150

95

13

136

86

126

55

5056

11080

Medio (febrero)

145

90

11

130

82

115

50

8233

5800

Final (marzo)

130

90

11

130

78

109

40

8628

5600

Diferencia

20

5

2

6

8

17

15

2582

5480

Leyenda: Ps (Presion sistolica), Pr (Pulso en reposo), Pe (pulso de entrenamiento), Pp (presion de pulso), VmO2 (volumne máximo de oxígeno), 

Dp (Doble producto), Ps (Presion diastólica), Fr (Frecuencia respiratoria), Fc máx (Frecuencia cardiaca máxima)

Análisis de la conducta hemodinámica durante las pruebas

Prueba de doble producto

    En las pruebas iniciales del mes de enero y marzo se evidencia una diferencia de 5480, lo cual significa la economía con que trabaja el corazón.

Prueba de presión de pulso

    A principio del mes de enero se detecta que la paciente tiene un índice elevado de presión de pulso (55 Mmhg). Si tenemos en cuenta que 65 Mmhg constituye un indicador de riesgo cardiovascular, significa que está expuesta a una morbilidad cardiovascular. En el mes de marzo este volumen baja a 40 Mmhg, lo cual indica que se amplía el nivel de distensibilidad de las arterias. Al mismo tiempo se le comunica las causas y efectos de su enfermedad adquiriendo así una cultura inicial para la autoatención. Este resultado muestra la efectividad del plan propuesto.

Conclusiones

    El diagnóstico, plan de ejercicios físicos terapéuticos y su ejecución enfocada desde los presupuestos de la antropología médica, cultural e interpretativa contribuyó a la disminución de la hipertensión arterial de la paciente, al mejoramiento de la conducta hemodinámica y mejor control de los niveles de hipertensión arterial.

    La vinculación del trabajo físico terapéutico con elementos de la promoción de la cultura biomédica, apropiado a las características psicosociales de un paciente con este padecimiento, posibilita influir en la cultura del conocimiento de los mismos, respecto a las causas y efectos de su enfermedad, de igual modo que en la adquisición de una conducta profiláctica.

Bibliografía

  • Araújo, K. D M. (2014). Programa terapéutico de ejercicios físicos para la rehabilitación de pacientes hipertensos. Ciudad de Habana.

  • Campoy Aranda, T. J. (2002). Diseño de programas de orientación. Universidad de Jaén. España.

  • Carmela (2008). El riesgo cardiovascular en América Latina. The American Journal of Medicine, 121, 58-65.

  • Dressler, W. W. Dos Santos, J. E. (2000). Social and cultural dimensions of hipertension in Brazil: a review. Cad. Saúde Pública, Río de Janeiro, abr-jun, 16 (2): 303-315.

  • Dixon, A. (2009) Evaluación de la capacidad aeróbica. Disponible: http://www.livestrong.com/ [Consulta: 2014, abril 12].

  • Guía cubana para la detección, diagnóstico y tratamiento del paciente hipertenso (2008). [Folleto] La Habana, Cuba.

  • Hernández González, R. y Col. (2003). Influencia de un programa de rehabilitación integral en pacientes hipertensos-obesos. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 9, N° 59. http://www.efdeportes.com/efd59/rehab.htm

  • Martínez F. (2002). Enfermedad y padecer. Ciencia y humanismo en la práctica médica. Historia y filosofía de la medicina. Anales Médicos 47 (2): 112-117.

  • Vargas L A. (1991). Una mirada antropológica a la enfermedad y el padecer. México: Gac. Méd.

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