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El cuento motor en educación infantil. 

Una propuesta: ‘El bosque de las hadas’

The story of movement in childhood education. A proposal: “The forest of fairies”

 

*Doctorando en Investigación Transdisciplinar en Educación la UVa (Universidad de Valladolid)

Docente-Investigador a tiempo completo en la PUCESD (Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Santo Domingo). 

Coordinador de Investigación Científica de la PUCESD

*Maestra de Educación Infantil en el colegio Liceo de las Américas, Santo Domingo

Pablo del Val Martín*

pdvalm@pucesd.edu.ec

Sara Laso Alonso**

saralaso15@gmail.com

(Ecuador)

 

 

 

 

Resumen

          El presente artículo trabajo aborda la importancia del cuento motor como herramienta pedagógica de Educación Corporal Infantil. La principal finalidad de este proyecto es estudiar su interés educativo y elaborar una propuesta de cuento motor para que pueda ser llevada al aula.

          Palabras clave: Cuento motor. Educación. Herramienta pedagógica.

 

Abstract

          This article discusses the importance of working engine tale as a teaching tool Corporal Childhood Education. The main purpose of this project is to study its educational interest and develop a proposal tale engine so it can be brought to the classroom.

          Keywords: Story of movement. Education. Teaching tool.

 

Recepción: 07/05/2015 - Aceptación: 01/06/2015

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 20 - Nº 205 - Junio de 2015. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Resulta difícil imaginar la infancia de un niño sin la presencia de un cuento, ese maravilloso generador de historias capaz de transportarnos a otras épocas, países y reinos. El cuento, como señala Omeñaca (2011) es una narración breve, oral o escrita, de hechos imaginarios, con un hilo argumental sencillo y un conjunto reducido de protagonistas. Junto a esta definición, hay que tener presente lo que dice Serrabona (2008), “el cuento, gracias al lenguaje y al movimiento, aborda y estimula todas las dimensiones del niño y la niña”.

    Si a estas definiciones le sumamos las características que tienen los cuentos recogidas por Jaume Colomer (citado en García, 2011), podemos empezar a entender la validez educativa del mismo:

  • Puede nacer de cualquier situación cotidiana que llame la atención de los niños, por lo que es un excelente recurso para trabajar situaciones que podrán experimentar en su vida día a día.

  • Puede provocar que el propio cuento cree un centro de interés, provocando así una mayor curiosidad en el niño.

  • Una vez terminado el cuento, los niños pueden hacer dibujos en relación con éste, lo que permite reforzar el trabajo de otros contenidos de forma interdisciplinar.

  • Los cuentos pueden versificarse a través del pareado, por lo que al igual que en el argumento anterior, podemos trabajar varias destrezas.

  • Se pueden escenificar, con marionetas, muñecos fabricados por los niños.

  • Se pueden crear objetos para acompañar los sonidos que suceden en el cuento.

  • Pueden ser cantados, adaptándose al argumento del cuento con estructuras musicales de canciones conocidas.

  • Pueden ser inventados, retomando cada uno por donde lo ha dejado el compañero, desarrollando así la capacidad imaginativa del niño.

    Sin embargo, hay que tener claro que no es lo mismo hablar de cuento que de cuento motor. Nuevamente Omeñaca (2011) define en esta ocasión qué es el cuento motor:

    Una narración breve y con un hilo argumental sencillo, que nos remite a un escenario imaginario en el que los personajes se desenvuelven en un contexto de reto y aventura, con el fin de superar desafíos con los que los niños se pueden sentir identificados. Del relato dimanan propuestas en las que los alumnos participan, emulando personajes, desde la acción motriz dotada de significado y vivenciada desde la distintividad personal.

    En definitiva, y según Ceular Medina (2009), “el cuento motor tiene como finalidad contribuir al desarrollo físico, intelectual, afectivo, social y moral de los niños”, en otras palabras, el cuento motor persigue una serie de objetivos (Conde Caveda, 1995):

  • Hacer al niño protagonista, desarrollando su conducta cognitiva, afectiva, social y motora.

  • Desarrollar las habilidades perceptivas básicas y genéricas.

  • Desarrollar las cualidades físicas y la capacidad creativa del niño.

  • Sentar las bases preventivas e higiénicas de la salud a través del ejercicio físico desde las primeras edades (Conde Caveda, 1995)

    Hay que tener presente que no todo cuento motor es válido, y para que éste sea una herramienta pedagógica de calidad, debe reunir una serie de características (Conde Caveda, 1995):

  • Es un eslabón previo al cuento escrito y puede ir paralelo al cuento narrado.

  • Incide directamente en la capacidad expresiva de los niños (primero interpreta cognitivamente y luego motrizmente).

  • El cuento motor es una fuente motivadora que despierta su interés por descubrir historias y personajes, y les introduce en los caminos sorprendentes de los libros.

  • El niño, cuando ejecuta el cuento motor, se convierte en protagonista absoluto.

    Es preciso señalar que los cuentos motores se engloban en cuatro tipos diferentes, como señalan García y Pérez (2010):

Cuento motor sin materiales

    En este tipo de cuento, lo que prima es el desarrollo de la imaginación y la creatividad del niño, ya que al no haber materiales, tienen que utilizar lo que el medio en el que se desarrolla la acción, le proporciona.

    Por ello, es el tipo más adecuado para trabajar las emociones y los sentimientos, por lo que el papel guía del maestro será fundamental.

Cuento motor con materiales

    Se trata del más común, el que más se emplea en las clases de Educación Física o motricidad. Además de desarrollar la creatividad y la imaginación del alumnado, se potencian las habilidades y destrezas básicas. También se fomenta sobre todo la participación, el respeto al material y a los compañeros…

    La propuesta que presentamos respondería a este grupo de cuentos motores.

Cuento motor con materiales musicales

    Es igual que el cuento motor con materiales, solo que ésta vez el cuento está adaptado para utilizar instrumentos musicales según lo que vaya narrando la historia, como por ejemplo, “…el músico de repente se encontró una flauta y soplo, soplo y soplo…”

Cuento motor con materiales alternativos o de reciclado

    Este es el cuento motor más complejo, ya que los materiales son reciclados, es decir, que han sido construidos por los alumnos con anterioridad. Por esta razón, es menos frecuente en la etapa de educación infantil porque requiere un mayor número de capacidades. El maestro, debe haber narrado el cuento previamente, para que los alumnos lo escuchen y averigüen que materiales deben construir para poder interpretar el cuento. Por lo tanto tiene una primera parte de escucha, una segunda y tercera parte de exposición y construcción de materiales respectivamente y finalmente, la parte del desarrollo del cuento motor.

    Por último, y antes de presentar la propuesta de “El bosque de las hadas”, es necesario recalcar las técnicas que hay que seguir para llevar a cabo un cuento motor. Estas técnicas se clasifican en tres:

  • Técnicas de planificación

  • Técnicas de intervención

  • Técnicas de evaluación

Técnicas de planificación

    Dentro de las técnicas de planificación Omeñaca (2011) señala varios aspectos a tener en cuenta, tales como:

  • Ambiente: espacio y tiempo: estos conceptos están íntimamente relacionados entre sí. La delimitación del espacio es muy importante dado que en función del mismo, la historia estará enfocada de una u otra manera. Además, tenemos que plantearnos si nuestra historia se va a llevar a cabo en un bosque, en las montañas, en un jardín secreto o en la ciudad de los sueños. Todo ello por supuesto, debe girar en torno a los recursos disponibles ya que no debemos olvidarnos de que no se trata de una utopía sino de algo que se va a llevar a la práctica.

    Con respecto al tiempo debemos concretar si nuestra historia se llevará a cabo en una época concreta o si por el contrario nos dará igual el momento.

  • El siguiente aspecto del que nos habla Omeñaca es la temática: en definitiva se trata de buscar un marco de acción en el que se desenvolverán nuestros protagonistas, pero teniendo siempre en cuenta la edad de nuestros alumnos, en nuestro caso de 3 a 6, por lo que aspectos como la magia, la fantasía o las historias de animales deberán estar presentes dada la expectación que despiertan. Algo a considerar también sería su espacio vivencial, en el que podemos incluir la importancia que está adquiriendo lo visual como consecuencia del imparable avance de las nuevas tecnologías.

  • Los personajes serían nuestra siguiente parada, tiene sentido decir que éstos deben estar en total consonancia con el tema que hemos elegido y es que ambas son piezas que forman parte del mismo puzzle.

  • La línea argumental será nuestro próximo aspecto a tener en cuenta. Para ello lo que debemos plantearnos es la secuencia de acontecimientos que van a seguir nuestros protagonistas o personajes a lo largo de la historia, aunque posteriormente puedan ir surgiendo caminos secundarios siempre debemos fijar uno principal.

  • En este punto del documento, es preciso señalar que una forma alternativa de trabajar el cuento, sea en pequeños fragmentos, empleando éstos para favorecer el desarrollo de determinados contenidos a través de cuñas motrices dentro del aula.

    Tanto en las técnicas de planificación como en las de intervención, podemos prever un espacio dedicado a este recurso, y es que tal y como señalan Vaca y Varela (2008, 51) “las cuñas motrices”, son pequeñas actividades que tienen un doble objetivo:

  • Por una parte, ayudan a mejorar el ambiente de enseñanza-aprendizaje, dado que suponen un descanso del trabajo.

  • Y por otra, se desarrollan contenidos concretos de educación corporal.

    Por ello, a la hora de hablar de la planificación de nuestra actuación, señalamos que si bien el cuento requiere de un número de sesiones que implican un tiempo determinado, no obstante podemos “desgranar” algunas partes de éste y trasladarlas dentro del aula para conseguir un objetivo concreto.

Técnicas de intervención

    Paralelamente a esto, existen una serie de premisas señaladas por Ceular Medina (2009) que debemos tener en cuenta a la hora de contar un cuento motor:

  • Para poder contar un cuento motor hay que conocerlo muy bien antes, para que la dinámica sea fluida y haya una continuidad mientras se cuenta la historia.

  • Hay que disponer previamente todo el material que se vaya a utilizar, así como preparar el espacio y su utilidad.

  • La actividad deberá realizarse en un espacio amplio y/o abierto para que facilite la movilidad del alumnado, con las condiciones de luz y temperatura adecuadas.

  • El narrador del cuento debe integrarse como uno más en la historia del cuento, de esta forma facilitará la integración y desinhibición de todo el alumnado.

    Para comprender mejor esta técnica, nos hacemos eco de lo que dice Ceular Medina (2009), cuando nos señala que a la hora de poner en práctica un cuento motor, debemos seguir tres fases bien diferenciadas:

  • Una 1ª fase de animación, más conocida como “entrante o introducción”, en la que el principal objetivo es presentar la historia que se les va a narrar, para ello, podemos motivarles a través de un disfraz (pañuelos, cintas, objetos cotidianos,...), un objeto relacionado con la historia, una marioneta...

  • La siguiente fase sería la principal, que se corresponde con el “nudo”, es en la que se lleva a cabo la narración y se vivencia el cuento motor. Mientras se va narrando el cuento, se van realizando distintas actividades motrices que están relacionadas con lo que ocurre en la narración.

  • Y por último, tendríamos la 3ª fase, la de la vuelta a la calma, o “desenlace” en la que la narración del cuento va llevándonos a una fase más calmada, en la que los niños van relajándose poco a poco llegando a la calma al final del fragmento.

    Omeñaca también señala un aspecto importante que englobamos dentro de las técnicas de intervención, como son las propuestas motrices. Es en este momento cuando debemos empezar a considerar las acciones motrices que deseamos llevar a cabo a través de nuestro cuento motor así como el espacio ético en el que nos vamos a desenvolver. Si van a tener una orientación más individual o colectiva o sí por ejemplo queremos trabajar ámbitos concretos de la motricidad y de la corporeidad o constituirán un proyecto que integre elementos diversos.

    También hay que tener presente lo que nos dicen Vaca y Varela (2008), con respecto a la estructura de funcionamiento de una lección de motricidad. Estas lecciones tienen como guión tres “momentos” fundamentales: el de encuentro, el de construcción del aprendizaje y por último, el de despedida.

    Siguiendo este esquema, en el momento de encuentro, se distinguen la disposición, la implicación y la conexión con el tema de tal manera que se da respuesta a un aprendizaje significativo. En el momento de construcción del aprendizaje, se llevan a cabo las actividades motrices de exploración, el ensayo de tareas compartidas y las tareas compartidas en torno a situaciones problemas. Y por último, en el momento de la despedida, hay dos periodos, el de desconexión del tema y el de disposición, terminado así, de la misma manera que se comenzó.

Técnicas de evaluación

    A la hora de evaluar el trabajo realizado a través de un cuento motor, tenemos que tener en cuenta algunos aspectos. Por ejemplo, debemos pararnos a pensar en los referentes éticos, a través de los cuales nos plantearemos de qué forma vamos a trabajar la educación en valores con nuestro cuento motor. Además, con el fin de trabajar tanto la comprensión como la expresión oral, es conveniente que una vez que termina la narración, tengamos una charla con los niños, de tal manera que recordemos partes del cuento o algunos de los movimientos que hemos realizado. Incluso, para fomentar la imaginación, podemos proponerles que se inventen otro final.

Propuesta motriz

    El cuento motor que presentamos persigue alcanzar los siguientes objetivos:

  • Desarrollar la capacidad creativa y expresiva del niño, haciéndole interpretar corporalmente lo que se está verbalizando.

  • Explorar las habilidades básicas (desplazamientos, saltos, giros…)

  • Escuchar atentamente y dramatizar las diferentes escenas que indica el cuento.

    A continuación se muestra detalladamente el desarrollo del cuento, así como los materiales que se requieren para poder llevarlo a la práctica.

Materiales

Función en el cuento

Pinturas y cintas para el pelo

Caracterizarnos de indios

Dos canastas

Sauces

Tela

Puerta del tronco

Varias colchonetas pequeñas

Asientos del autobús

Esterillas

Camas y mantas de la casa de la abuelita

Conos

Tramos del bosque

Espalderas

Tramos del bosque

Aros

Piedras grandes

Una cartulina dibujada

Mapa

Una colchoneta grande

Río

Linternas

Hadas

Reloj

Reloj

Bancos suecos

Montañas

Gusano de colores

Cueva

Bolas de papel y cuerda

Peras colgadas en un árbol

Cartulina

Trozo de madera

Balones

Piedras

Cubos

Huecos

18 Petos

3 serán “charcos” y 15 “ingredientes”

Cuento motor

“EL BOSQUE DE LAS HADAS”

 

TIEMPO

50’

TEXTO DEL CUENTO

PUESTA EN ESCENA

 

1ª FASE: ENTRANTE

 

5

Érase una vez un grupo de niños y niñas que vivía en el bosque de las hadas. Se hacían llamar la tribu de los “Abenaki” y llevaban la cara pintada y una cinta en el pelo porque eran indios. Todos y cada uno de ellos era especial por algo. Pilu, la mayor, destacaba por su buen humor, siempre conseguía hacer reír a la gente, luego estaba Lusi una pequeña niña de ojos grandes a la que todo el mundo pedía opinión porque era muy pero que muy inteligente, Rudi, el dormilón, le llamaban así porque le encantaba dormir, en cuanto tenía ocasión, se echaba un ratito, Zaca, que era alérgico a las flores, Rina la niña cantarina, su mayor afición era hacer rimas y cantar fuera donde fuera, Flora, la hermana mayor de Lusi que la protegía por encima de todas las cosas, Tim y Tom, unos gemelos de lo más graciosos que no sabían estar juntos pero tampoco separados y por último, Mico, el menor de todos, que era el más gruñón y siempre se quejaba por todo.

Llevaban juntos desde que eran pequeños y siempre habían vivido en el bosque, no conocían otro lugar. Cada día quedaban en el gran sauce, un árbol grande y fuerte que dividía el bosque en dos zonas, Villaduende y Villaogro. A las doce en punto el sauce movía sus hojas y se abría una puerta en el tronco que daba lugar a un mundo mágico en el que vivían las hadas. Los niños del bosque quedaban allí para vivir una nueva aventura cada día.

¿Les acompañamos?

Estamos en el gimnasio, sentados en círculo. Ahora tenemos una nueva identidad: somos indios y éste es nuestro campamento.

Hacemos sonidos llevándonos la mano a la boca, nos pintamos unas rayas en la cara, nos ponemos una cinta en el pelo y bailamos al son de los tambores, moviendo los brazos y las piernas.

Nos dirigimos hacia una canasta que será nuestro sauce y sigilosamente vamos entrando por la puerta del tronco (una tela) para ir al bosque de las hadas.

 

    Al tratarse de una propuesta no aplicada, no podemos hablar de resultados obtenidos. Somos conscientes de que es necesaria una aplicación para poder demostrar la validez educativa o no de la presente propuesta. Sin embargo, y amparándonos en la teoría recogida, consideramos que “El bosque de las hadas” cumple con los requisitos para ser un buen cuento motor. Más si cabe si éste es trabajado en el aula a través del empleo de cuñas motrices.

    Como conclusión final, nos gustaría acabar con una cita correspondiente a Bettelheim (1995) y que recoge la importancia del cuento motor.

    Dice así: “del mismo modo que ignoramos a qué edad un determinado cuento será importante para un determinado niño, tampoco podemos saber cuál de los numerosos cuentos existentes debemos contar, en qué momento, ni por qué. Tan sólo el niño puede revelárnoslo a través de la fuerza del sentimiento con que reacciona a lo que un cuento evoca en su consciente e inconsciente”.

Bibliografía

  • Bettelheim, B. (1995). Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Barcelona: Crítica.

  • Ceular Medina, M. T. (2009). Los cuentos motores en la educación infantil. Recuperado de: http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_14/MARIA%20TERESA_CEULAR_1.pdf

  • Conde Caveda, J.L. (1995) Los cuentos motores (Vol. I y II). Barcelona: Paidotribo.

  • García, B., y Pérez, M. (2010). Cuento motor: Una pizca de magia. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, nº 149. http://www.efdeportes.com/efd149/cuento-motor-una-pizca-de-magia.htm

  • Moreno, Mª M., y Prados, L. (2000). Cuento narrado o cuento leído en educación infantil: una experiencia (Creatividad, Currículo, Lenguaje, Literatura Infantil). Congreso Mundial de Lecto-escritura, Valencia (en papel).

  • Ruiz Omeñaca, J. V. (2011). El cuento motor en la educación infantil y en la educación física escolar: cómo construir un espacio para jugar, cooperar, convivir y crear. Sevilla: Wanceulen.

  • Serrabona, J. (2008). Los cuentos vivenciados: imaginación y movimiento. Revista Interuniversitaria de Formación de Profesorado22(2), 61-78.

  • Vaca, M. y Varela, M. S. (2008). Motricidad y aprendizaje. El tratamiento pedagógico del ámbito corporal, 3-6. Barcelona: Graó.

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