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La ética en el profesor deportivo. Un eslabón 

fundamental en la preparación del deportista cubano

 

*Licenciado en Cultura Física. Profesor Asistente de Teoría y Metodología

del Entrenamiento Deportivo de la Universidad de Ciencias de la Cultura Física

y el Deporte “Manuel Fajardo” La Habana. Máster en Actividad Física Comunitaria

**Master en Actividad Física en la Comunidad

Licenciada en Cultura Física, especialidad Recreación

Profesora Auxiliar en Recreación de la Universidad de Ciencias

de la Cultura Física y el Deporte “Manuel Fajardo” La Habana

Domingo Buckeridge Sierra*

zmingo@inder.cu

Julia Cabrera Gómez**

osiris@inder.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El presente artículo presenta el tema de la ética en el profesional de la Educación Física y el Deporte, en ella se fundamenta el encargo social que deben asumir los docentes para propiciar la formación y desarrollo de las nuevas generaciones con una integralidad que pueda dar respuesta a las exigencias de nuestra sociedad. Esta tarea adquiere mayor connotación a partir de los actuales acontecimientos que en el ámbito deportivo se suceden a partir de la inclusión del profesionalismo en el cronograma de competencia internacional. Esta situación actual convoca a que los docentes se conviertan en ejemplo de las nuevas generaciones de deportistas a partir de un conocimiento y una conducta de los valores que caracterizan nuestra sociedad.

          Palabras clave: Educación Física. Ética profesional. Valores morales.

 

Recepción: 14/09/2014 - Aceptación: 22/10/2014.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 198, Noviembre de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Desarrollo

    Los profesionales de la educación se agrupan bajo los postulados de la ética normativa que establece los códigos para regular las conductas de los hombres en correspondencia a los conceptos morales convulsionados por la sociedad.

    Dentro de esta ética se encuentra la ética pedagógica que estudia las particularidades de la moral pedagógica, esclarecer su especificidad en relación con los principios generales de la moral socialista y fundamenta los principios particulares que sustentan la esfera profesional, al revelar sus funciones y lo específico del contenido.

    En el proceso de entrenamiento deportivo juega un importante papel los llamados componentes personales, ellos se identifican por los atletas y los profesores deportivos, ambos son los encargados de llevar a vías de hecho toda la estrategia y la táctica deportiva para alcanzar altos empeños.

    Es de nuestro interés abordar en este artículo las particularidades que distinguen a los estrategas que tienen la responsabilidad de trazar las estrategia y la táctica tanto deportivas como formativas en los futuros atletas que tendrán el alto honor de representar a nuestra patria en eventos internacionales.

    El profesor deportivo cubano predica, bajo los conceptos de la ética pedagógica establecidos en el medio pedagógico y que guardan relación con el carácter, el conjunto de reglas, la conducta diaria y la comunicación que se establece entre los profesionales, los discípulos y otras personas que tienen relación directa con el proceso pedagógico.

    Este elocuente comportamiento los prepara hacia una formación de valores éticos, que se corresponda con los objetivos que ha trazado la dirección del INDER para cumplir cabalmente con una formación multilateral y armónica de nuestros atletas de manera que no sobresalgan solo los buenos resultados deportivos, sino también los componentes de la formación ciudadana.

    El conocimiento de los principios y las normas de la moral, brindan una comprensión correcta al profesor deportivo para llevar a cabo los objetivos anteriores, con un adecuado comportamiento cotidiano donde las mejores cualidades y valores morales sean los que prevalezcan en el cumplimiento teórico- práctico de su actividad, lo cual es muy alentador como patrón de conducta hacia los atletas.

    La primera cualidad que debe cumplir un profesor deportivo es ser ejemplo de conducta ante la vida y que esta actitud se corresponda con los principios ideopolíticos de nuestra Revolución para cumplir con la función que le ha encomendado la sociedad.

    Los rasgos de la personalidad tienen que estar relacionados con su preparación profesional encaminada a lograr cada vez más, las habilidades psico-pedagógicas y metodológicas que garanticen el orden lógico por donde deben discurrir el conocimiento de los atletas unido a una alta carga científica.

    Esto implica un alto espíritu y constante afán de superación, al reconocerse que la tarea fundamental radica en el desarrollo cultural que posee, en su mejor preparación y teniendo un amplio dominio del A, B, C, del entrenamiento y de la enseñanza de los fundamentos, expresado en la solidez de sus conocimientos y en la unidad de entrenamiento.

    La comprensión de los deberes y derechos como profesores deportivos los prepara para una competencia ética a la que se aspira en la esfera de la educación física y el deporte en Cuba, si son capaces de reunir varios de los requisitos de la labor del profesor deportivo, de trascendental importancia en el desarrollo de su función educativa.

Autonomía: expresada en la libertad de gobernar con conocimiento de causa todo el proceso de preparación de su equipo para empeños mayores, reconociendo su nivel profesional para trabajar con las teorías, leyes, principios, etc. a lo largo de todo el proceso del entrenamiento deportivo y en las cuales no quede lugar de cuestionamiento por los resultados alcanzados, debe ser esta la persona que mayor conocimiento tenga sobre las características de su equipo para encaminar correctamente la preparación del macro.

Creatividad: fundamental en el proceso de entrenamiento deportivo, es un medio que viabiliza y enriquece, dejando atrás los métodos rígidos y dogmáticos que entorpecen el avance de los atletas y del propio enriquecimiento del deporte.

    Los profesores deportivos en este sentido tienen que ser audaces, pues esta esfera defensiva es muy rechazada por los atletas. Las dosis deben ser sistemáticas pero variadas, utilizando diferentes esquemas motivacionales, dejando detrás los castigos que mutilan este importante elemento dentro del deporte.

Diálogo: debe desarrollarse en un ambiente abierto, afectivo, donde se aporten ideas y líneas de trabajo favorables en la elaboración de proyectos, planes y actividades que redunden en el reconocimiento y entendimiento por parte del colectivo de profesionales, capaces de ser introducidos posteriormente en beneficio de los atletas.

    Es necesario hacer uso correcto de la crítica y la autocrítica, cualidades que mejoran y enriquecen el proceso enseñanza-aprendizaje apoyando o sugiriendo los programas de desarrollo individual y colectivo de los equipos.

    Con una correcta preparación científica-técnica, un dominio de las ciencias contemporáneas y habilidades profesionales para desarrollar su actividad docente, el profesor deportivo podrá comunicarse de forma clara y precisa con los hombres que tiene bajo su jurisdicción.

    Esta relación con sus educandos propicia la actualización de los últimos pormenores de las filosofías más actuales en el mundo de su deporte, crea un sentido de seguridad que beneficia la confianza de los atletas hacia su profesor deportivo, a medida que en el proceso de entrenamiento deportivo van corroborando los avances individuales y colectivos; así como los resultados satisfactorios en competencias de control con otros equipos de la categoría o superiores a ellos.

    En estas tres funciones se ha tratado de exponer el enigma del éxito de los profesores deportivos, un camino difícil, si quieren convertirse en paradigmas de sus colegas y atletas, fundamentalmente.

    Esto se logra si él puede enseñarles el modo correcto de expresarse, comportarse, vestirse correctamente, tanto dentro como fuera del terreno deportivo, manteniendo a través de su actividad una correcta disciplina que incluye una buena asistencia y puntualidad en el desarrollo de la labor educativa, mantener una buena conducta, elevados principios y convicciones en el terreno deportivo y fuera de él, que lo hagan acreedor de una alta valoración social de sus atletas y del colectivo en general, materializándose su sentido de responsabilidad y el amor que profesa por ambos: el atleta y el deporte.

    Para demostrar estas potencialidades el profesor deportivo tiene que ser sistemático en su labor, cuando oriente una tarea debe ser capaz de comprobar el cumplimiento individual y colectivo de la misma, debe evaluar los resultados en positivos o negativos así como premiar los mayores esfuerzos en el cumplimiento de la tarea y exhortar a los demás para que sigan los mejores ejemplos.

    Una influencia positiva es la forma en que el profesor deportivo participa dentro de la sesión de entrenamiento. Ese cambio de profesor a atleta de uno de los equipos de competición, le brinda un ambiente propicio de interrelación franca y abierta con los mismos, al lograr una comunicación efectiva y educativa, así como del conocimiento exhaustivo en la manera de pensar, actuar y los problemas que los afligen, pudiendo repercutir en el rendimiento docente y deportivo del atleta.

    El reconocimiento de estos motivos personales, intereses individuales y sociales, como también de las necesidades del atleta constituyen un instrumento importante de su actividad, que no debe abandonar al dar cumplimiento a través del colectivo, a las acciones educativas, encauzándolas en el desarrollo, transformación y educación del jugador, a través de las normas morales que fortalecen su conducta y activan las cualidades volitivas de la personalidad, los preparan para que puedan cumplir satisfactoriamente tareas docentes, productivas, patrióticas y deportivas.

    Toda esta organización escolar que desarrolla el profesor deportivo en sus actividades cotidianas propicia que él pueda demostrar su justeza y honestidad ante las actuaciones de sus atletas y el resto del colectivo, siendo enérgico ante situaciones tales como: individualismo, inmodestia, egoísmo, entre otras manifestaciones.

    A partir de estas posiciones justas que adopta en su actividad, va creando un ambiente propicio en el equipo, donde los atletas valoran su actuación logrando prestigio y autoridad por la fuerza de su ejemplo, por la proyección positiva de su conducta, convertida de antemano en convicciones, en estrecha correspondencia con la moral a que los convoca el organismo del INDER.

    Ética: Es la ciencia y parte de la Filosofía que tiene como objeto de estudio los códigos, normas y principios de la moral y su correspondencia con la realidad social.

    La Ética Marxista adquiere carácter de ciencia filosófica a partir de su percepción y evaluación de la relación: códigos, normas, principios morales con la realidad social, de su correspondencia o no, de su perfección y desarrollo, concordantes con el humanismo y el progreso social.

    En la especialización de la actividad humana, aparecen valores morales de esas actividades y consecuentemente éticas profesionales que como éticas tienen el mismo objeto solo que limitadas a la actividad profesional.

Diferencia entre Ética, Ética Profesional y Moral

Etica: Tiene carácter universal, versa sobre el hombre, la sociedad. Es un reflejo mediato, lógico y sistematizado

Etica profesional: Tiene carácter particular, versa sobre una actividad. O profesión específica. Reflejo mediato.

Moral: Tiene carácter individual, grupal y general. Es un reflejo inmediato.

    La Ética como ciencia y parte de la Filosofía.

    Reflexiona sobre problemas generales como:

  • La naturaleza de la moral.

  • Origen de las ideas morales.

  • Desarrollo histórico y regularidades de la necesidad moral.

  • Los problemas del ser.

  • Los problemas del deber ser.

  • La dialéctica de lo objetivo y lo subjetivo en las relaciones morales.

    Cuando se habla de la ética pedagógica del entrenador deportivo, se refiere a las exigencias morales que debe cumplir este pedagogo, las cuales se concretan en:

  • Su actitud ante el proceso de entrenamiento deportivo, que es el trabajo que realiza.

  • Su actitud ante los atletas, a los cuales instruye y educa.

  • Y en su actitud ante la sociedad en que vive.

La actitud moral del entrenador ante su trabajo requiere que sienta amor por la actividad tan especializada que realiza y que su nivel de exigencia sea elevado, primeramente para con él y, después para con sus atletas. Esta actitud también se manifiesta en el sentido de la responsabilidad en el cumplimiento de los objetivos, tareas, cargas físicas y tiempo destinado a las preparaciones tanto en todo el macrociclo como en cada sesión de entrenamiento. Desde el mismo punto de vista es fundamental que dedique el tiempo necesario a su autopreparación y que mantenga un constante interés de superación sobre todos aquellos aspectos que guardan relación con su deporte y mantener un sostenido esfuerzo para lograr resultados superiores en su actividad pedagógica.

La actitud moral ante sus atletas se manifiesta en todas las actividades que desarrollen en común, en los entrenamientos, competencias y fuera del área deportiva y que hacen que entre el entrenamiento y los atletas se establezcan estrechas relaciones, las cuales están determinadas por el prestigio que se ha ganado en el cumplimiento de sus deberes y responsabilidades y responsabilidad como entrenador deportivo.

La actitud moral ante la sociedad se alcanza no sólo por la imagen que del entrenador se forman sus atletas, sino también el colectivo de entrenadores que se relacionan con él, con los padres de los deportistas considerando e este caso que no todos tienen un amplio conocimiento sobre el deporte practicado por sus hijos.

    Pero desde el punto de vista social en el establecimiento de normas de moral pedagógica en el Entrenamiento Deportivo hay que tener en cuenta las peculiaridades de la juventud que practica deporte, orientándola a que su trato con los compañeros de equipo y contrincante debe ser respetuoso, en fin que en el cumplimiento de sus obligaciones en la sociedad se consideren todas las normas de educación.

    Desde el punto de vista de la ética del entrenador deportivo hay que puntualizar “...que aunque la moral profesional supone actitudes espontáneas creadas por un largo proceso práctico, ella alcanza un profundo carácter normativo al poner el acento en la importancia de la elaboración de reglas especiales que perfeccionen la actividad del maestro" (Amador Martínez, 1995).

    La ética del entrenador conjuntamente con la efectividad que en su deporte tenga el atleta o equipo deportivo en el cumplimiento de las tareas de entrenamiento incrementa la autoridad del entrenador, pero esa relación también puede ser inversa (es decir si las tareas cumplidas no son efectivas, estando esto determinado por violarse aspectos éticos pedagógicos).

    El grado de autoridad de los entrenadores ante los atletas se puede determinar entre otros, por los siguientes criterios:

  • Cuando la palabra del entrenador representa para los deportistas de ley.

  • Cuando la valoración del entrenador es lo más importante para el deportista.

  • Cuando los deportistas trabajan a gusto con el entrenador.

  • Cuando los deportistas deseen ser igual a su entrenador.

    La autoridad del entrenador se manifiesta cuando se observa satisfacción por los atletas respecto a la realización de las actividades orientadas por él, lo cual eleva su prestigio como pedagogo.

    Precisamente la base del prestigio moral del entrenador está dada en la relación de su palabra con la acción que realiza tanto dentro como fuera del entrenamiento, así como en la vinculación de sus convicciones con la conducta que manifiesta en cualquier momento.

    Todos los esfuerzos del entrenador deben estar dirigidos a garantizar el normal funcionamiento de las actividades diarias que realiza el deportista.

    Por las características que tiene la práctica del deporte, en que los deportistas tienen una relación muy estrecha con su entrenador, la autoridad de éste se vuelve tan grande, que los atletas en muchos casos suelen oír sus juicios y apreciaciones más que de otras personas en los que se pueden incluir sus propios padres.

    Esto hace que el entrenador asuma una responsabilidad especial.

Conclusiones

    En los aspectos hasta aquí abordados, en la amplia gama de funciones que tiene que desarrollar un profesor deportivo no se profundiza en actividades propias de la dirección de equipo, así como en algunas cualidades y características que deben prevalecer en el mismo y que han sido tratadas reiteradamente. Se ha querido ilustrar otras facetas, que aunque no tienen mucha divulgación, forman parte de una de las direcciones fundamentales de trabajo del organismo y es la esfera ideo-política, como componente globalizador de toda la actividad docente-deportiva.

Bibliografía

  • Amador Martínez, Amelia. El adolescente cubano: una aproximación al estudio de su personalidad. La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 1995. p.169.

  • Cañizares Hernández, Martha. Entrenamiento psicológico para el mejoramiento de la eficiencia grupal del equipo deportivo. 1998. H. 126. (Tesis Doctoral, Ciencias Psicológicas).

  • Casales, Julio César. Psicología Social, contribución a su estudio. La Habana: Ed. Ciencias Sociales, 1989, p. 240.

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