efdeportes.com

Valoraciones sobre la formación de competencias en 

la carrera de Cultura Física en la Facultad de Camagüey

 

Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte

Facultad de Camagüey

(Cuba)

MsC. Yoikel Delgado Alfonso

Lic. Yunise Rodríguez Serrano

MsC. Rafael Roberto Estrada Oms

Lic. Alberto Frómeta Dupuy

yoikel@cmg.uccfd.cu

 

 

 

 

Resumen

          La realidad exige e impone una educación de excelencia buscando la integralidad de sus egresados pues son estos los encargados de llevar a la sociedad el cúmulo de conocimientos que repercuten en una mejor calidad de vida para nuestro pueblo pero que no solo que da ahí sino que contribuye también a la integración latinoamericana y universal, esto se traduce que transformando nuestro entorno se puede trasformar el planeta, y no solo los profesionales pues hoy necesitamos del concurso de todos para elevar los niveles de productividad y la búsqueda de soluciones que pueden estar en nuestras universidades pero también en nuestras calles, campos y barrios más humildes. Si queremos buscar esa competencia en nuestra sociedad debemos evolucionar en nuestra forma de pensar y salir de las aulas y llevarlas a las calles, a la comunidad, en opinión de muchos investigadores existe un divorcio entre la teoría y la practica y es allí donde debemos incidir.

          Palabras clave: Cultura Física. Formación de competencias. Formación integral.

 

Recepción: 06/06/2014 - Aceptación: 22/09/214.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 198, Noviembre de 2014. http://www.efdeportes.com/

1 / 1

Introducción

    Es una gran preocupación para la educación cubana insertarse en un mundo cada vez más exigente y competitivo, es una realidad que el profesional cubano es de una alta preparación en relación con los estándares internacionales, sin embargo debemos hablar un mismo idioma en el ámbito académico es por ello que en los últimos años hemos adoptado el termino competencia en el currículo universitario Cubano.

    Este termino es relativamente nuevo en la educación superior, pues su nacimiento es en el sistema capitalista, el término competencia, es abordado por primera vez por el lingüista norteamericano Noam Chomsky “(...) la capacidad y disposición para el desempeño y para la interpretación”. Tuvo sus inicios de utilización en la gestión de recursos humanos, expuesto por el profesor de la Universidad de Harvard, David C. McCleland, en la década de los 70 en sus investigaciones sobre la necesidad del logro y otras motivaciones primarias como la afiliación al poder.

    Es el Ministerio del Trabajo, en el año 1996 quien realizó la primera incursión con la proyección del Sistema de Capacitación de los Recursos Laborales, con la inclusión de algunos de los preceptos teóricos básicos del enfoque de competencias.

    En 1998, aunque de forma aislada en la introducción de varios preceptos se retoma por el mismo Organismo, en el proyecto de Reglamento de la Actividad de Capacitación Profesional adoptado en 1999, para las empresas incorporadas al proceso de perfeccionamiento.

    Otro de los esfuerzos por introducir algunos de sus preceptos, son las acciones que desarrolla el MINBAS y el SIME con los procesos de homologación y certificación de las competencias ocupacionales de su personal técnico de acuerdo con el modelo que prima en los países anglófonos; sin embargo, en ambos casos no abordan el enfoque de competencia en su generalidad.

    En cuba los trabajos respecto a las competencias han sido abordados en los últimos años del siglo XX y lo que va del XXI por diferentes investigadores entre los que se destacan Rodríguez-Trujillo (1999); Echeverría (2005); García Sáiz (2003); Tejada (2005); Miguel (2006); Cejas (2000); Roca (2001; Ortiz. (2002); Forgas (2005); Tobón (2004); Ortiz (2005); Alonso (2007); Georgina (2007); Sánchez (2008); Homero (2003) y Tejeda y Sánchez (2008), por solo citar algunos de ellos.

    Algunas de las definiciones sobre las competencias son las siguientes: para Spencer y Spencer (1993, p. 9) es una característica subyacente de un individuo que está causal-mente relacionada con un rendimiento efectivo o superior en una situación o trabajo definido en términos de criterios.

    Le Boterf (2001, p. 54) expresa que una persona competente es una persona que sabe actuar de manera pertinente en un contexto particular eligiendo y movilizando un equipamiento doble de recursos: recursos personales (conocimientos, saber hacer, cualidades, cultura, recursos emocionales, etc.) y recursos de redes (bancos de datos, redes documentales, redes de experiencia especializada, etcétera).

    En una reciente publicación, Rodríguez González y otros (2007) definen las competencias profesionales como la integración de conocimientos, destrezas y actitudes que permiten el desempeño profesional de calidad. Desde el punto de vista académico constituyen, por tanto, el resultado de un proceso de aprendizaje que deberá garantizar que los alumnos sean capaces de integrar los conocimientos, habilidades, actitudes y responsabilidades que exigen los perfiles profesionales.

    Otra definición entre investigadores cubanos, es la de Forgas (2005) "La competencia profesional es el resultado de la integración esencial y generalizada de un complejo conjunto sustentado a partir de conocimientos, habilidades y valores profesionales, que se manifiesta a través de un desempeño profesional eficiente en la solución de los problemas de su profesión pudiendo incluso resolver aquellos no predeterminados”.

    Para Tejeda (2008) la competencia es una cualidad humana que se configura como síntesis dialéctica en la integración funcional del saber (conocimientos diversos), saber hacer (habilidades, hábitos, destrezas y capacidades) y saber ser (valores y actitudes) que son movilizados en un desempeño idóneo a partir de los recursos personológicos del sujeto, que le permiten saber estar en un ambiente socio profesional y humano en correspondencia con las características y exigencias complejas del entorno.

    Luego de leer estas definiciones encontramos algo en común en ellas y es que todas se centran en las competencias profesionales como si esta fuera patrimonio exclusive de los profesionales y no estuviera presente en todos los contextos de la sociedad en general, es evidente que tienen una alta influencia de las ciencias exactas pues olvidan que el individuo es un ser psicológico y como tal esta dotado de capacidades. Es la personalidad la que determina la competencia y no al revés.

Desarrollo

    Los investigadores clasifican los tipos de competencia refiriéndose a su naturaleza.

Básicas: Describen comportamientos elementales que deberán demostrar los trabajadores en su desempeño laboral, las cuales están asociadas a conocimientos de índole formativo, como son la capacidad de lectura, expresión, comunicación verbal y escrita, etcétera.

Genéricas o transferibles: Describen comportamientos asociados con desempeños comunes a diversas ocupaciones y ramas de la actividad productiva y de servicios, como son la capacidad de trabajar en equipo, planear, programar y entrenar, que son comunes en una gran cantidad de ocupaciones.

Específicas: Identifican comportamientos asociados a conocimientos de índole técnico vinculados a un cierto lenguaje tecnológico y una función productiva determinada.

    Nosotros en este punto creemos que se pueden dejar en solo dos tipos las básicas y especificas sin embargo es importante dejar en claro los rasgos del proceso de formación de competencias, que pueden partir del sistema de enseñanza ya sea la oficial o la que se recibe como parte del proceso socializador. Luego del estudio de los diferentes rasgos pensamos que el holístico-complejo es adecuado porque desde lo Complejo, por los diversos movimientos y relaciones que se suceden de forma dinámica entre las dimensiones del enfoque, que se integran y connotan como esencia contradictoria en la triada competencia, desempeño e idoneidad profesional según las características de la profesión donde se contextualiza. Y desde lo Holístico por su carácter totalizador en el tratamiento de la identificación, normación, evaluación, certificación y formación de las competencias como dimensiones que desde su singularidad se interconectan y se materializan en el marco de su concreción como enfoque formativo de los profesionales universitarios. Como elemento distintivo se encuentra la integración entre los saberes que pierden su identidad al integrase como un todo en una relación dialéctica expresada de forma sintética.

    La realidad exige e impone una educación de excelencia buscando la integralidad de sus egresados pues son estos los encargados de llevar a la sociedad el cúmulo de conocimientos que repercuten en una mejor calidad de vida para nuestro pueblo pero que no solo que da ahí sino que contribuye también a la integración latinoamericana y universal, esto se traduce que transformando nuestro entorno se puede trasformar el planeta, y no solo los profesionales pues hoy necesitamos del concurso de todos para elevar los niveles de productividad y la búsqueda de soluciones que pueden estar en nuestras universidades pero también en nuestras calles, campos y barrios más humildes.

    Si queremos buscar esa competencia en nuestra sociedad debemos evolucionar en nuestra forma de pensar y salir de las aulas y llevarlas a las calles, a la comunidad, en opinión de muchos investigadores existe un divorcio entre la teoría y la practica y es allí donde debemos incidir.

    Algo que debemos definir es a que concepto aferrarnos pues no hay consenso en cuanto a que es competencia, si bien todos coinciden que es la integración de procesos complejos, hay tantos conceptos como investigadores del tema. Incluso existen académicos que formulan la tesis que ni siquiera competencia es un término adecuado, y que es una necesidad de llegar a unificar un concepto para poder trabajar sobre la base de proyecto que pueda repercutir en una estrategia de trabajo en común para el foro científico.

    Existe otro problema en nuestros días, se habla del proceso de acreditación de las carreras universitarias, que es parte de este proceso, pero centran su atención solo en algunos aspectos del proceso como son cantidad de doctores y profesores con categoría docente, obviando algo imprescindible como es las condiciones de infraestructura, nuestra universidad carece de algo tan importante como el acceso a Internet, como hablar de integración y no tener información actualizada, como formar profesionales competentes en el área del deporte y no tener instalaciones deportivas optimas, como experimentar sin laboratorios. Es cierto que la preparación teórica es elevada y que somos capaces de adaptarnos rápido en un mundo cada día más competitivo, pero es una gran verdad que en gran medida hemos contribuido con la formación de muchos países hermanos y que cuentan con ventaja respecto a nosotros por su facilidad de consultar información actualizada y que muchas veces procede incluso de nuestro país.

    En este sentido pretendemos arriesgarnos a emitir un criterio sobre este asunto para nosotros definir las competencias es algo difícil e incluso creemos que ni siquiera es correcto pues asumimos que no es más que la búsqueda de esa cultura general integral, poder hablar de arte, deporte, saber apreciar música popular y clásica, chapear o guataquear, arreglar un desperfecto hogareño y hablar de ciencias y aplicarlas, siempre una de ellas sobresaldrá sobre las demás pero nadie hablo de perfección.

    No obstante damos nuestro concepto de competencia que no es más que la condición humana que se adquiere en el proceso de integración de la cultura, evidenciándose en la síntesis dialéctica de transmisión y puesta en servicio de la sociedad.

    En la actualidad se hace más evidente la importancia alcanzar estándares elevados en nuestra educación, poder insertarnos en el ámbito mundial es una de las principales tareas de la nueva un universidad cubana ahora bien manteniendo nuestra identidad y un mismo lenguaje en lo referente a la aplicación de las ciencias, el profesional cubano es parte de la sociedad no un ente aislado y el objetivo va dirigido al bien colectivo, no es propiedad exclusiva de los profesionales esa competencia, cultura o como se le quiera llamar lo que si son los profesionales los encargados de que llegue a todos y de buscar alternativas para su implementación.

Conclusiones

    Hace ya varios años nuestro siempre Comandante en Jefe expresó que aspirábamos a ser el pueblo con mayor cultura general integral del planeta, puede que ese deseo haya sido la forma de iluminar nuestro camino si entendemos a la cultura como la fusión de todos los conocimientos de la sociedad a lo largo de toda la historia, quizás nos debatimos en una formación de competencias y no sea más que esa cultura de la que habla el líder de nuestra revolución.

    Esperemos que podamos desde las aulas que el mensaje llegue y que podamos formar hombres y mujeres capaces de mejorar con su trabajo el contexto donde se desenvuelve que es la mejor manera de cambiar para bien el mundo.

Bibliografía

  • Cejas Yanes, E. y col. (2000) El método de formación por competencias para las especialidades químicas del nivel técnico medio. MINED – DFTP - IP de Girón y Ejercito Rebelde. La Habana.

  • Forgas Brioso, Jorge (2005). Modelo para la formación profesional basada en competencias. Ponencia presentada al evento de Pedagogía 2005. ISP “Frank País”, Santiago de Cuba.

  • McClelland, D.C. (1973). Testing for competence rather than for ‘intelligence’. American Psychologist, 28 (1):1-14, January.

  • Tejeda Díaz, Rafael y Movilla Campos, Silvia (2007). Formación por competencias profesionales en las universidades.

  • Tejeda, Díaz Rafael y Sánchez del Toro, Pedro R. (2008). La formación basada en competencias profesionales en los contextos universitarios.

Otros artículos sobre Educación Física

  www.efdeportes.com/
Búsqueda personalizada

EFDeportes.com, Revista Digital · Año 19 · N° 198 | Buenos Aires, Noviembre de 2014
© 1997-2014 Derechos reservados