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Dimensiones e indicadores para medir los valores organizacionales

 

*Profesor Auxiliar

**Profesor Asistente

Universidad de Ciencias Pedagógicas “José de la Luz y Caballero”

Holguín

(Cuba)

MSc. Rodolfo Angel Rodríguez Reyes*

rodolfo@ucp.ho.rimed.cu

MSc. Luis Mesa Jara**

luismj@banes.hlg.sld.cu

MSc. Carlos Viltre Calderón**

cviltrec@vru.uho.edu.cu

 

 

 

 

Abstract

          En el presente artículo los autores proponen las Dimensiones e indicadores para medir los valores organizacionales asumidos en el proceso de acreditación institucional para los centros de educación superior del país, específicamente el caso de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “José de la Luz y Caballero” de Holguín. En la propuesta resalta que no solo se evidencia la profundidad del análisis epistemológico realizado y la asunción de las más actuales tendencias del tema, sino que se expresa la necesidad de reconceptualizar la medición del sistema de valores que implica el desarrollo institucional al que está llamada la Nueva Universidad Cubana.

          Palabras clave: Educación en valores. Dimensiones. Indicadores. Medición de los valores organizacionales.

 

Recepción: 21/01/2014 - Aceptación: 30/04/2014.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 198, Noviembre de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    En los últimos tiempos el tema de la crisis de los valores humanos ha desencadenado una fuerte polémica a nivel internacional. Entre las causas que se debaten están: la crisis económica global, la postmodernidad, “a la perversa sobreexplotación y a la conculcación de los derechos de inmensas masas populares, a la degradación constante de las condiciones de existencia de cada vez mayor número de personas y a su exclusión de la vida social, al envilecimiento del régimen político y al estragamiento ideológico-cultural, a las guerras de agresión y rapiña contra pueblos casi inermes y al genocidio oficialmente consentido, al embrutecimiento colectivo y a la mutilación mental que se propician desde los medios de difusión y a través de la educación formal de corte tradicional, hay que sumarle el irracional “dominio” sobre la naturaleza con el gravísimo peligro no sólo de extinción de la especie humana, sino también de eliminación de la vida en la Tierra”. (Fabelo Corso, 2007: 10)

    Los valores son producto de cambios y transformaciones a lo largo de la historia. Surgen con un especial significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas.

    El vocablo: “valor” viene del latín valere. Cuando decimos que algo tiene valor, afirmamos que es bueno, que es digno de aprecio y estimación. El valor es una actitud ante la vida, es un sistema de representaciones morales que orientan y regulan las conductas de las personas, es decir que actúa como punto de referencia en la vida del sujeto. “Los valores no se dan aislados sino en relación e interdependencia uno del otro aunque desde el punto de vista didácticos podamos expresar aquellos indicadores que definan o caractericen cada uno de ellos, resulta difícil encontrar en la práctica que exista un sujeto que sea responsable y no sea laborioso, solidario y no sea patriota”. (Báxter Pérez, 2003: 42)

Desarrollo

    La relación entre el sujeto y el comportamiento de la realidad social es sumamente compleja y dialéctica, el sujeto y sus diferentes formas de constitución e interrelación, son parte indisoluble de la realidad social.

    Los valores son la expresión de la realidad viva y actuante de cada uno de los elementos constitutivos de la realidad social, así como de los individuos que la integran.

    Los valores sociales no son un conjunto homogéneo e indiferenciado, sino un nuevo nivel cualitativo de organización de valores individuales, altamente diferenciados y personalizados.

    Los valores son valencias sociales, ideales colectivos necesarios para la convivencia humana, son respuestas orgánicas de todo a una misma causa exterior o interior, la sociedad es el gran escenario de la realidad donde los valores actúan y organizan. Estos representan la integración social de la cultura y el respeto a las normas de conducta y de convivencia social.

    Con el llamado Período Especial se agudizaron algunas conductas negativas en una parte de nuestra sociedad, en especial de nuestros jóvenes, de hecho algunas personas se refieren a la crisis o pérdida de los valores de nuestra juventud, lo cual no podemos generalizar, pues las crisis no son más que ocasiones peligrosas, pues marcan un momento de transición entre los valores y los antivalores.

    Algunos autores (Fabelo, 2007; Báxter, 2008; Rodríguez, 2010) plantean que se puede hablar de crisis de valores o surgimiento de antivalores si se define como enfrentamiento entre lo viejo y lo nuevo, como salto cualitativo y que de ningún modo significa un proceso de regresión irreversible.

    Se puede entender por crisis una desorientación axiológica o social, que se manifiesta en conductas no coherentes con los patrones sociales significativamente positivos.

    En algunos sujetos se aprecia un divorcio entre el modo de sentir, pensar y actuar, lo que no significa en ninguna medida que “la sociedad esté perdida”, como expresan algunos, en lugar de volver a poner las cosas en su lugar, en los que estamos responsabilizados la familia y la sociedad y donde los educadores estamos llamados a poner el máximo de interés, teniendo como pedestal que los valores no solo se explicitan, se viven, se fomentan, se enseñan y que jamás se imponen, en tal sentido Martí expresó: “…Todo hombre al venir a la tiene el derecho a que se le eduque y en pago debe contribuir a la educación de los demás”. (Martí Pérez, 1965: 365)

    Ha de servir a padres, maestros, dirigentes y miembros de las organizaciones políticas y de masas la máxima martiana de que: “El deber del hombre virtuoso, no está solo en el egoísmo de cultivar la virtud en sí, sino que falta a su deber el que descansa mientras la virtud no haya triunfado entre los demás hombres”. (Martí Pérez, 1965: 24). Hagamos virtuosa la Patria.

    Es por eso que los autores del presente trabajo, teniendo en cuenta los criterios de la comunidad científica internacional, plantean que en la sociedad cubana no existe una crisis de valores, solo existe un descuido de la familia que, ocasionados por las bondades del Sistema Educacional Cubano y las posibilidades laborales, intelectuales y sociales que brinda nuestro Sistema Social nuestro, han descuidado esta importante función familiar y la han confiado a la escuela, sin sistematizar la educación en valores en el seno familiar, donde por descuido, también dejan de sistematizar, lo que la escuela, como institución realiza.

    A partir de cada una de estas premisas, se torna imprescindible la solidificación institucional que desde los preceptos del proceso de acreditación de las universidades y carreras en la Educación Superior ha tenido lugar.

    Los valores organizacionales que hemos decido compartir fueron determinados en el Pleno de la Central de Trabajadores de Cuba el pasado 26 de octubre del 2009, evento en que se definieron los modos de actuación de cada uno de los referidos valores.

    No obstante aunque definidos los valores y sus modos de actuación, los que se corresponden con los asumidos por los centros de educación superior del país con adecuaciones según área del conocimiento que jerarquizan la principalidad de unos sobre otros, acorde a las cualidades del profesional que se pretende formar, no se definieron las dimensiones e indicadores que permiten medir el nivel de apropiación en los diferentes actores de nuestra sociedad cubana actual, esos valores son los siguientes:

  1. Patriotismo.

  2. Dignidad.

  3. Responsabilidad.

  4. Humanismo.

  5. Honestidad.

  6. Sentido de pertenencia.

  7. Profesionalidad.

1.     Patriotismo: Es lealtad a nuestra historia, a la patria, a la Revolución Socialista, a nuestra institución y la disposición plena de defender sus principios para Cuba y para el mundo.

Modos de actuación

  • Estar dispuestos a asumir las prioridades de la Revolución y en particular las de la institución.

  • Ser un fiel servidor de la obra de la Revolución Cubana, en la escuela y en cualquier parte.

  • Poseer sentido de independencia nacional y de orgullo por su identidad.

  • Participar activamente en las tareas de la Revolución con plena conciencia de su labor y ponerla en función del desarrollo económico del país.

2.     Dignidad: Es el respeto a la humanidad a la patria y a uno mismo.

Modos de actuación

  • Tener una conducta consecuente con la ética de la Revolución Cubana.

  • Combatir toda manifestación de egoísmo, individualismo, consumismo y sumisión.

  • Mantener un comportamiento adecuado en la actividad social y en la vida cotidiana.

  • Poner su talento al servicio de la Revolución.

  • Que el proyecto de vida individual se corresponda con nuestro proyecto social.

3.     Responsabilidad: Cumplimiento del compromiso contraído ante sí mismo, la familia y la sociedad.

Modos de actuación

  • Cuidar el medio ambiente.

  • Cumplir con sus deberes y exigir sus derechos.

  • Cumplir eficientemente y con disciplina la tarea asignada.

  • Promover una conducta democrática.

  • Asumir la crítica y la autocrítica.

  • Conocer y respetar la legalidad socialista.

4.     Humanismo: Amor hacia los seres humanos y la preocupación por el desarrollo pleno de todos sobre la base de la justicia.

Modos de actuación

  • Sentir como propios los problemas de los demás.

  • Respetar a las personas sin tener en cuenta: sexo, edad, color, orientación sexual, religión, ocupación, desarrollo físico y mental, credo, etc.

  • Hacer prevalecer el mérito de las personas.

  • Ser altruistas, generosos y desinteresados.

  • Propiciar un clima de respeto, confianza y amistad.

  • Expresar solidaridad y reconocimiento a los que más aportan.

5.     Honestidad: Armonía entre el pensamiento, el discurso y la acción.

Modos de actuación

  • Apego irrestricto a la verdad.

  • Ser crítico y autocrítico.

  • Sincero en el discurso y consecuente con la acción.

  • Valentía para expresar lo que piensa, en el lugar adecuado.

  • Combatir la doble moral, la hipocresía, la traición, el fraude y la mentira.

  • Sentido de pertenencia: Amor hacia la institución, comprensión de su encargo social y del significado de lo que se aporta.

6.     Sentido de pertenencia: Amor hacia la institución, en la comprensión con su encargo social y del significado de lo que se aporta para la consecución del mismo.

Modo de actuación

  • Correspondencia entre los planes de desarrollo y las motivaciones individuales y colectivas.

  • Respuesta voluntaria ante las tareas que se plantee la institución.

  • Solución individual a los problemas a partir del trabajo en equipo.

  • Demostrar sacrificio y esfuerzo personal a favor del desarrollo de la institución.

  • Incorporarse a un número significativo de actividades institucionales.

  • Apego material y espiritual a todos los lugares que representan a su institución, como patrimonio personal.

  • Demostrar modos de actuación que manifiesten cómo se hace suyo el local de trabajo y las relaciones afectivas sinceras con su colectivo laboral.

7.     Profesionalidad: Calificación y competencia de los trabajadores, desde su puesto de trabajo, para hacer cumplir los objetivos de su colectivo, sentir plena satisfacción individual al ejercer sus tareas y comprender a fondo las responsabilidades sociales que asume.

Modos de actuación

  • Establecer y cumplir las normativas de calidad de su institución y su colectivo laboral.

  • Mantener un clima de compromiso y consagración con la profesión y con el nivel de respuesta a las tareas y deberes sociales asignados.

  • Estimular a los demás de forma individual y colectiva, según sus resultados de trabajo.

  • Divulgar entre los trabajadores y estudiantes el grado de satisfacción por lo que realiza.

  • Contribuir a la autocapacitación y capacitación de los trabajadores a los diferentes niveles.

  • Hacer aportes a partir del desarrollo de su desempeño, en la actividad que realiza.

  • Ejercer de forma permanente la auto preparación.

    Estos valores que evidentemente están concebidos para hacer de nuestra sociedad la más humana, educada y culta del orbe, por lo que cada padre, maestro, profesor, dirigente, trabajador y cualquier otro actor de la sociedad deben inculcar a las nuevas generaciones de niños y jóvenes, sobre la base del ejemplo personal.

    Por lo que consideramos que para poder determinar si un individuo tiene desarrollado esos valores, se proponen las siguientes dimensiones e indicadores:

Valor

Dimensiones

Indicadores

Patriotismo

Cognitiva

- Conocimiento integral de la historia patria

- Compresión de la función que la institución ejerce en defensa de la patria

- Socialización en el radio de acción de los principios de desarrollo que el país a nivel constitucional asume para su desarrollo

Conductual

- Postura intransigente ante manifestaciones antipatrióticas

- Implicación en las tareas de la defensa de la patria

- Función en la educación intergeneracional

Afectiva

- Muestra de sentimientos en las actividades patrióticas

- Rasgos comunicativos

- Estados de ánimo y emociones manifiestas

Dignidad

Cognitiva

- Conocer el valor humano

- Presencia de juicio crítico ante lo opuesto

- Comprensión de la dignidad socialista

Conductual

- Manifestación de un comportamiento ético

- Actuación respetuosa en cualquier circunstancia

- Correspondencia pensamiento, acción, proyecto social

Afectiva

- Presencia de modestia ante manifestación de dignidad propia

- Muestras de alegría ante la ponderación de la dignidad humana

Responsabilidad

Cognitiva

- Discernimiento de lo representativo en cuanto a lo individual y lo colectivo

- Juicio crítico para enfrentar la responsabilidad individual

- Mantener determinado las principales responsabilidades

Conductual

- Cumplimiento cabal de los deberes

- Presencia de espíritu de sacrificio

- Empeño en el desarrollo de las actividades que desarrolla

Afectiva

- Muestra de desánimo o depresión al incumplir tareas

- Orgullo de cumplir con los deberes asignados o contraídos a nivel social o individual

- Implicación protagónica en acciones que determinen el cumplimiento de las tareas

Humanismo

Cognitiva

- Comprensión del valor humano

- Ubicación del género humano por encima de elementos materiales o de otra índole

- Conocimiento de la humanidad en su naturaleza compleja

Conductual

- Apego a la necesidad de mejorar la condición humana

- Comportamiento y trato con el resto de las personas humano sin diferenciación alguna

- Necesidad de elevar en cada acción el mejoramiento humano

Afectiva

- Manifestación de tristeza con la realidad de la actuación del género humano actual

- Muestras de emoción a partir de acciones que promulguen el mejoramiento humano

- Amor incondicional al humanismo

Honestidad

Cognitiva

- Comprensión del significado de la verdad

- Juicio crítico ante la corrupción u otra manifestación deshonesta

- Conocimiento de lo que implica el desapego a la honestidad

Conductual

- Comportamiento veraz en todo momento

- Aborrecimiento de actitudes deshonestas

- Inaceptación de propuestas deshonestas

Afectiva

- Considerar inaceptable la falta de honestidad

- Muestras de emoción ante la honestidad social o individual

- Respeto a la verdad

Sentido de pertenencia

Cognitiva

- Conocer los objetivos y misiones de la institución a la que pertenece

- Valorar el objeto social de la institución a la que pertenece

- Juicio para determinar la asertividad de lo realizado en función del bien institucional

Conductual

- Comportamiento ético y responsable en el cumplimiento de las funciones asignadas

- Implicación en el desarrollo institucional

- Impulso de propuestas que redimensionen las metas institucionales

Afectiva

- Amor a la institución en su conjunto

- Orgullo de pertenecer a la institución

- Muestras de sufrimiento o alegría con los fracasos o éxitos obtenidos

Profesionalidad

Cognitiva

- Conocimiento integral de la función, ocupación o cargo que desempeña

- Comprensión de sus deberes y derechos

- Juicio para desarrollar la labor profesional

Conductual

- Demostración de competencia

- Actuar ético y profesional en toda circunstancia

- Capaz de redimensionar los fracasos en posibilidades de éxito

Afectiva

- Muestra de identidad profesional

- Orgullo de ser un profesional en su rama

- Amor a lo que hace como profesional

Conclusiones

    La ausencia de determinados elementos o insuficiencias emergidos en la medición con respecto a los indicadores y dimensiones establecidas, no constituyen la ausencia de un valor en los sujetos, sino la falta de integralidad en ellos; este planteamiento se sustenta en el carácter sistémico de los valores que como cualidades complejas, de regulación de los modos de actuación y socialización a todos los niveles y direcciones vitales.

    Es importante señalar que esta propuesta no constituye en modo alguno un estándar absoluto de medición por cuanto las condiciones socioeconómicas, culturales, políticas y educativas por mencionar las fundamentales son tan diversas y dispares en cada sociedad y segmento social de cada una de ellas que generan la necesidad de adecuaciones, las que son portadoras de la creatividad e ingenio creativo de los investigadores que se dedican a esta línea de trabajo.

    La utilización de estas dimensiones e indicadores permiten contar con una guía factible y concreta de medir la incidencia en las transformaciones sociales y educativas desde una proyección institucional, en función de generalizar propuestas que impacten en un orden social más amplio y pondere la efectividad de los procesos sustantivos que desde la universidad se gestan.

Bibliografía

  • Báxter Pérez, E. (2003). ¿Cómo y cuándo educar en valores? La Habana. Editorial Pueblo y Educación.

  • Colectivo de autores UCPH. (2010). Programa de Educación Cívica para educadores. Soporte digital.

  • Fabelo Corso, J. R. (2007) Los valores y sus desafíos actuales. Buenos Aires. Libros en Red.

  • Guevara de la Serna, Ernesto. (1965). Obras Escogidas. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.

  • Instituto de Literatura Lingüística. (2006). Diccionario de la Lengua Española. Tomo 3. La Habana. Ediciones Abril.

  • Martí Pérez, J. (1965). Obras Completas. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.

  • Marx, C. (1965). Obras completas. La Habana. Ediciones políticas del Comité Central del PCC.

  • Rodríguez Reyes, R. (2010) Los valores y la Educación Ambiental. Tesis en opción al título académico de Master en Ciencias de la Educación. Holguín. Universidad de Ciencias Pedagógicas “José de la Luz y Caballero”.

  • Tierno, B. (1996) Valores Humanos. Madrid. Edición: Talleres de Editores. S.A.

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