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Fibrosis quística y su repercusión psicológica en la familia

 

*Licenciada en Psicología Médica. Profesora instructora

Psicóloga en el Policlínico No. 2 “Ángel Ortiz Vázquez”

**Licenciado en Ingles. Promotor cultural

Profesor instructor en la Universidad de Ciencias Médicas de Granma

***Licenciado en Cultura Física. Master en Longevidad Satisfactoria

Profesor Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas de Granma

Lic. Rosa Margarita Pérez Calviño*

Lic. René Carbonell Pérez**

MSc. Lic. Dixan Alba Martínez***

dixan7@yahoo.es
(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          La fibrosis quística es una enfermedad multisistémica heredada de forma autosómica recesiva, manifestándose por insuficiencia pancreática, enfermedad pulmonar crónica y un incremento de la concentración de electrólitos en el sudor. Esta se caracteriza por una obstrucción crónica e infección de las vías aéreas y por una mala absorción en todas sus consecuencias. Un diagnóstico temprano y un plan de tratamiento integral pueden mejorar la supervivencia y la calidad de vida del paciente. El control y vigilancia son muy importantes. En este articulo se abarca sobre los síntomas en los recién nacidos, los síntomas relacionados con la función intestinal, los síntomas relacionados con los pulmones y los senos paranasales, y los síntomas en alguien con fibrosis quística. También sobre el tratamiento para los problemas pulmonares, el tratamiento para problemas intestinales y nutricionales, el cuidado y vigilancia en el hogar.

          Palabras clave: Fibrosis quística. Salud familiar. Repercusión psicológica.

Recepción: 14/05/2014 – Aceptación: 19/09/2014.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 197, Octubre de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El comportamiento y modos de afrontamiento de las personas a las enfermedades crónicas pueden desempeñar un papel importante en su curso, y en este contexto, el hecho de que un paciente cumpla o no con las prescripciones médicas juega un papel primordial. Podrán alcanzar un mayor control de la enfermedad e incrementar o preservar su calidad de vida.

    La salud humana no solo puede verse en el contexto cerrado del individuo, sino que su comprensión implica contextualizar en la gama de relaciones interpersonales en que se desarrolla y que puede devenir en recurso que potencie o frene su propio desarrollo.

    La fibrosis quística (FQ) es una enfermedad multisistémica que se hereda de forma autosómica recesiva y se manifiesta principalmente por insuficiencia pancreática, enfermedad pulmonar crónica y un incremento de la concentración de electrólitos en el sudor, o sea, se caracteriza por una obstrucción crónica e infección de las vías aéreas y por una mala absorción en todas sus consecuencias. La disfunción de las glándulas exocrinas parece ser el mecanismo patogénico predominante y responsable de un conjunto de manifestaciones amplias y variables y de sus complicaciones.1

    La principal causa de morbilidad y mortalidad continua siendo la afectación pulmonar, causante de un 95% de los fallecimientos. Desde las primeras publicaciones sobre enfermos afectos de Fibrosis Quísticas en 1938 en cuyo momento menos del 50% de los pacientes superaban el año de vida, la supervivencia ha ido mejorando claramente, siendo la mediana de la supervivencia de 4 años hacia los años 60, alcanzando los 28.3 años en varones y 31.8 en mujeres en 1996.

    Según datos recientes de la Fundación Americana de Fibrosis Quística (CFF), en el 2003, las expectativas de vida llegan hasta los 30 años. Estos datos sugieren que la FQ, es probablemente la enfermedad crónica en la que la supervivencia se ha ido incrementando más llamativamente en los últimos 25 años. Este espectacular aumento en las expectativas de vida de estos enfermos es debido, sin lugar a dudas, a los recientes avances en la asistencia con la puesta en marcha de unidades de FQ especializadas y a la utilización de nuevas modalidades terapéuticas, consecuencia de ello es que los pacientes con FQ de edad igual o superior a 18 años se incrementaron del 8% en 1969 al 30%, 33.9 % y 40% en 1990,1994 y 2003, respectivamente de la CFF.2

Desarrollo

    En Cuba la cifra de pacientes fibroquísticos es de 234 teniendo en nuestra provincia Granma 13 casos diagnosticados, y en la ciudad de Manzanillo 4 casos. No queremos dejar de resaltar, en una enfermedad crónica como esta en la que los aspectos psicosociales son de suma importancia, el papel que juega la familia en la atención a estos pacientes es vital, es por ello que la caracterización psicológica de los enfermos y sus familiares constituye uno de los aspectos esenciales que facilitan el tratamiento de esta enfermedad, a la cual en los últimos años se le ha prestado especial atención.

    Además constituye un importante problema pediátrico, pues representa la mayor causa de afección pulmonar crónica en los niños de la raza blanca. También, es responsable de la mayoría de las insuficiencias pancreáticas exocrinas durante los primeros años de vida, clínicamente reconocido como síndrome de mal absorción intestinal (SMAI); de muchos casos de poliposis nasal infantil, pansinusitis, prolapso rectal e hiperglucemia no relacionada con diabetes mellitus. Con frecuencia se le puede asociar con un déficit de crecimiento u otra forma de disfunción hepática. Por tanto, esta enfermedad forma parte del diagnóstico diferencial de muchos procesos durante la infancia.

    El pronóstico de la enfermedad ha evolucionado favorablemente en los últimos años y en ello han influido múltiples factores, como son el diagnóstico precoz, la aparición de nuevas terapéuticas para corregir la insuficiencia pancreática y enfrentar las infecciones respiratorias, el mantenimiento de una nutrición adecuada y el surgimiento de un novedoso estilo de atención a estos pacientes: el tratamiento multidisciplinario, con el cual ha sido factible abordar los múltiples aspectos que esta entidad involucra.3

    La mayoría de los niños con fibrosis quística son bastante saludables hasta que llegan a la adolescencia o la adultez. Pueden participar en la mayoría de las actividades y deben ser capaces de asistir a la escuela. Muchos adultos jóvenes con fibrosis quística terminan la universidad o encuentran empleo.

    Dado que existen más de 1,000 mutaciones del gen de la fibrosis quística, los síntomas son distintos de persona a persona.

    Los síntomas en los recién nacidos pueden abarcar:

  • Retraso en el crecimiento.

  • Incapacidad para aumentar de peso normalmente durante la niñez.

  • Ausencia de deposiciones durante las primeras 24 a 48 horas de vida.

  • Piel con sabor salado.

    Los síntomas relacionados con la función intestinal pueden abarcar:

  • Dolor abdominal a causa del estreñimiento severo.

  • Aumento de gases, meteorismo o un abdomen que parece hinchado (distendido)

  • Náuseas e inapetencia.

  • Heces pálidas o color arcilla y con olor fétido o heces flotantes.

  • Pérdida de peso.

    Los síntomas relacionados con los pulmones y los senos paranasales pueden abarcar:

  • Tos o aumento de la mucosidad en los senos paranasales o los pulmones.

  • Fatiga.

  • Congestión nasal causada por los pólipos nasales.

  • Episodios recurrentes de neumonía.

    Los síntomas en alguien con fibrosis quística abarcan:

  • Fiebre.

  • Aumento de la tos.

  • Aumento de la dificultad para respirar.

  • Inapetencia.

  • Más esputo.

  • Dolor o presión sinusal causados por infección o pólipos.4

    Un diagnóstico temprano de FQ y un plan de tratamiento integral pueden mejorar tanto la supervivencia como la calidad de vida. El control y vigilancia son muy importantes. De ser posible, los pacientes deben recibir cuidados en clínicas con especialidad en fibrosis quística, las cuales pueden encontrarse en muchas comunidades. Cuando los niños llegan a la adultez, deben transferirse a un centro especializado en fibrosis quística para adultos.

    El tratamiento para los problemas pulmonares abarca:

  • Antibióticos para prevenir y tratar infecciones sinusales y pulmonares. Éstos se pueden tomar por vía oral o aplicarse por vía intravenosa o por medio de tratamientos respiratorios. Las personas con fibrosis quística pueden tomar antibióticos sólo cuando sea necesario o todo el tiempo. Las dosis por lo regular son más altas de lo normal.

  • Medicamentos inhalados para ayudar a abrir las vías respiratorias

  • Terapia sustitutiva de la enzima DNAasa para diluir el moco y facilitar la expectoración

  • Vacuna antigripal y vacuna antineumocócica polisacárida (PPV, por sus siglas en inglés) anualmente (pregúntele al médico)

  • El trasplante de pulmón es una opción en algunos casos

  • La oxigenoterapia se puede necesitar a medida que la enfermedad pulmonar empeora

    El tratamiento para problemas intestinales y nutricionales puede abarcar:

  • Una dieta especial rica en proteínas y calorías para niños mayores y adultos.

  • Enzimas pancreáticas para ayudar a absorber grasas y proteínas.

  • Suplementos vitamínicos, sobre todo las vitaminas A, D, E y K.

  • El médico puede sugerir otros tratamientos si usted tiene heces muy duras.

    El cuidado y vigilancia en el hogar debe abarcar:

  • Evitar el humo, el polvo, la mugre, los vapores, los químicos de uso doméstico, el humo de la chimenea y el moho o los hongos.

  • Evacuar o sacar el moco o las secreciones de las vías respiratorias. Esto debe hacerse de una a cuatro veces cada día. Los pacientes, las familias y los cuidadores deben aprender a realizar la percusión torácica y el drenaje postural para ayudar a mantener las vías respiratorias despejadas.

  • Tomar bastantes líquidos. Esto es particularmente válido para los bebés, los niños, en clima cálido, cuando hay diarrea o heces sueltas, o durante la actividad física extra.

  • Hacer ejercicio dos o tres veces por semana. Nadar, trotar y montar en bicicleta son buenas opciones. Evite los deportes de contacto, el buceo con escafandra y las actividades de resistencia como las maratones.

    La enfermedad pulmonar finalmente empeora al punto en que la persona queda incapacitada. Actualmente, el período de vida promedio de las personas que padecen esta enfermedad y que viven hasta la adultez es de aproximadamente 35 años, un aumento considerable registrado durante las últimas tres décadas.5

    En Granma existe un programa para el tratamiento minucioso de esta enfermedad, cuya sede se encuentra en Manzanillo, este comenzó en el año 2002 hasta la fecha, es importante señalar que a pesar de no contar con un equipo multidisciplinario que incluye pediatra, gastroenterólogo, genetista, fisiatra y psicólogo, se le brinda una atención especializada por parte del pediatra y demás integrantes de la sala en que se atiende dicha enfermedad. En la provincia la cifra de pacientes fibroquísticos es de 13 diagnosticados, y el municipio Manzanillo solo cuenta con 4 de ellos.

    En estudios realizados por el grupo multidisciplinario creado para la atención a los pacientes con fibrosis quística en la provincia de Santiago de Cuba, desde enero de 1993 hasta marzo de 1998, se registraron en total 20 pacientes diagnosticados por su cuadro clínico y la prueba del sudor, así como la historia familiar de la enfermedad. En todos se realizó estudio molecular, y en 9 de ellos se halló al menos una mutación para el gen de la fibrosis quística. Más de la mitad de los enfermos recibió tratamiento con fisioterapia y en el 50 % se utilizaron enzimas pancreáticas. Se destaca la importancia de la creación de grupos multidisciplinarios para el seguimiento de estos pacientes, lo que influye favorablemente en su evolución.

    En 1993, en el Hospital Infantil Sur de Santiago de Cuba se conformó un grupo de trabajo integrado por: pediatra, gastroenterólogo, genetista, fisiatra y psicólogo, que brinda una atención integral y altamente especializada con el propósito de tratar adecuadamente a los enfermos conocidos, diagnosticar casos nuevos con el mayor rigor científico posible, identificar portadores y registrarlos, a fin de realizar el diagnóstico prenatal de la enfermedad y brindar asistencia psicosocial a pacientes y familiares.

    La caracterización psicológica de los enfermos y sus familiares constituye uno de los aspectos esenciales que facilita el tratamiento de esta enfermedad, a la cual en los últimos años se le ha prestado especial atención por parte de todos los autores. En nuestra experiencia nos ha permitido estrechar la relación médico-paciente-familia, lo que ha propiciado la activa participación de estos últimos en todos los aspectos que requiere el tratamiento de esta entidad.6

Conclusiones

    Así, podemos concluir que la complejidad de la conducta que se debe tomar con los pacientes fibroquísticos, por el carácter multisistémico de esta enfermedad, sustenta la necesidad de brindarles una atención multidisciplinaria que abarque todos los aspectos que involucra, incluida la de la esfera psicosocial de la familia.

Referencias bibliográficas

  1. Boat TF, Acton JD. Cystic fibrosis. In: Kliegman RM, Behrman RE, Jenson HB, Stanton BF, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 18th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2007: chap. 400.

  2. Farrell PM, Rosenstein BJ, White TB, et al. Guidelines for diagnosis of cystic fibrosis in newborns through older adults: Cystic fibrosis consensus report. Journal of Pediatrics. Aug 2008; 153(2).

  3. Federación Española contra la fibrosis quística. C/Duque de Gaeta, 56-14.46022. Valencia. Los tres pilares del tratamiento en fibrosis quística. www.fibrosis.org. 2007.

  4. Stallings VA, Stark LF, Robinson KA, Feranchak AP, Quinton H. Evidence-based practice recommendations for nutrition-related management of children and adults with cystic fibrosis and pancreatic insufficiency: Results of a systematic review. Journal of the American Dietetic Association. May 2008; 108(5).

  5. Yankaskas JR, Marshall BC, Sufian B, et al. Cystic fibrosis adult care: consensus conference report. Chest. 2004; 125(1 suppl.): 1S-39S. Review.

  6. Martín Alfonso, L (2004). Acerca del concepto de adherencia. Rev. Cubana. Salud Pública; 30 (4).

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