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El papel del entrenador deportivo en la atención a los estados 

emocionales del deportista. Algunas situaciones para su estudio

 

*Profesora de Psicología de la Universidad de Ciencias de la Cultura Física

y el Deporte en Santiago de Cuba. Licenciada en Español y Literatura; Pedagogía

Psicología. Profesora Auxiliar Master en Educación

(Cuba)

Msc. Ana Celia Mataran Torres*

Dra.C. Asunción Milagros Pérez Mariño

acmatarant@scu.uccfd.cu

 

 

 

 

Resumen

          Considerar la significación que tienen las emociones para aprovecharlas correctamente en el desarrollo del entrenamiento o la competencia deportiva constituye una necesidad para todo el equipo técnico que interviene en el proceso de enseñanza-aprendizaje, si se tiene en cuenta que ellas cumplen una función importante en la dirección del comportamiento del deportista. El presente trabajo recoge algunas valoraciones realizadas en torno a este aspecto por destacados investigadores como: Zangarov, Puni, Rudik, Ucha, entre otros, quienes argumentan su papel en la enseñanza, educación y desarrollo del practicante de la educación física y los deportes. En este material se exponen las características específicas de diferentes estados emocionales y se destaca el papel del entrenador ante su manifestación. Se ofrecen algunas situaciones concretas que pueden servir para el estudio de dichas situaciones y la propuesta creativa de alternativas para su atención.

          Palabras clave: Estados emocionales. Papel del entrenador deportivo.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 195, Agosto de 2014. http://www.efdeportes.com

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Introducción

    La importancia de la Psicología como una herramienta de trabajo para el entrenador deportivo ha sido reconocida por un grupo significativos de investigadores, tales como Zangarov, Puni, Rudik, Ucha, entre otros, quienes argumentan su papel en la preparación de profesores y entrenadores en contenidos relacionados con la enseñanza y educación y desarrollo del practicante de la educación física y los deportes.

    El aporte fundamental de este trabajo está en recopilar las ideas de estos autores en un material que sirva de consulta a los entrenadores y en destacar el papel del entrenador deportivo en la atención a estos estados emocionales y en ofrecer algunas situaciones que pueden ser insertadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje para preparar a los entrenadores en formación o a los que se encuentran en ejercicio para el tratamiento de estas situaciones.

Desarrollo

    El entrenador deportivo es, sin dudas, la persona que más influencia puede ejercer sobre el deportista, debido a las funciones que debe cumplir durante la preparación, el entrenamiento propiamente dicho y la competencia, de ahí que se le conceda un papel privilegiado en esta dirección.

    Algunas personas plantean que el mejor psicólogo del deportista es también el entrenador deportivo, afirmación que suscita polémicas. Tal vez se sustente en lo antes explicado, sin embrago; afirmarlo de manera absoluta sería negar que es el psicólogo deportivo la persona preparada desde el punto de vista teórico, metodológico y didáctico en esta importante rama de la psicología. De la misma forma tenemos que admitir que el mejor médico es el médico del deportista, así, pues, el entrenador necesita del psicólogo como del médico, del estadístico, del biomecánico y de muchos otros profesionales.

    Sin embargo, es innegable que el entrenador debe contar en su arsenal de conocimientos con una cultura general sobre las diferentes ciencias que se relacionan con la actividad deportiva, a fin de poder establecer una comunicación efectiva con todos estos profesionales, para poder solicitar la ayuda necesaria por parte de los mismos y tomar, desde posiciones adecuadas, decisiones que permitan resolver situaciones emergentes que se produzcan en el ejercicio de su profesión cuando estos profesionales no estén presentes.

    Entre la amplia gama de situaciones que de forma cotidiana enfrentan los entrenadores deportivos se encuentra el tratamiento a las emociones que aparecen como resultado de la implicación de deportista en una relación social que afecta de manera considerable su sistema de necesidades, con incidencia en su conducta motriz, lo que, por tanto; incide en el grado de esfuerzo que debe realizar para lograr el rendimiento deseado.

    De ahí la necesidad de considerar la significación que tienen las emociones para aprovecharlas correctamente ya sea en el entrenamiento o la competencia, si se tiene en cuenta que ellas cumplen una función importante en la dirección del comportamiento del deportista.

    Analicemos algunos casos específicos:

I.     Las emociones que se producen como consecuencia de las cargas de entrenamiento

    La actividad deportiva se caracteriza por una elevada actividad del sistema osteomuscular. Cuando el entrenamiento se realiza sobre la base de acciones motrices que responden a la capacidad psicofisiológica del organismo, entonces el deportista expresa alegría, satisfacción y optimismo al cumplir las orientaciones del entrenador, debido a que se cumple con los requisitos del organismo para enfrentarse a la carga, por lo que se ponen de manifiesto rasgos conductuales como la seguridad en sus fuerzas y la elevada motivación por cumplir las tareas.

    Por el contrario, cuando la intensidad del entrenamiento está por encima del potencial de deportista, al ser muy elevada la intensidad de las cargas, aparecen emociones negativas como respuesta al desequilibrio creado al organismo, así es como surge el desgano, la desmotivación, lo que afecta el nivel del entrenamiento y por tanto, el rendimiento deportivo. Esta situación es muy común debido a que muchas veces es necesario que el entrenamiento se realice de forma intensa, por encima del potencial del deportista.

¿Cuáles son las situaciones más comunes que enfrentan los deportistas cuando la tensión psíquica del organismo es fuerte y prolongada?

  • Nerviosidad: Es una etapa de sobre-tensión psíquica en la que el deportista se muestra irritable, caprichoso, no admite adecuadamente las órdenes, desciende su entusiasmo, aparecen, en ocasiones conflictos en sus relaciones interpersonales. En ella surgen sensaciones desagradables a nivel muscular y/o interno (náuseas, cólicos, dolores de cabeza) Estas manifestaciones al inicio de la actividad deportiva no tienen un carácter estable, sino ocasional y no llegan a desorganizar su comportamiento, por cuanto se asocian a su adaptación necesaria a las exigencias del entrenamiento, que generan alteraciones psíquicas y físicas, las que se van incrementando en sus diferentes etapas.

¿Cuál es el papel del entrenador en este caso?

  • Mantener una atención de estas reacciones y seguir su curso.

  • Reforzar los sistemas de recuperación del deportista, basado en una buena relación trabajo-descanso.

  • Brindarle apoyo.

  • Utilizar el reforzamiento positivo (animarlo, estimularlo).

  • Explicarle las características del proceso por el que está transitando

  • Utilizar habilidades para mejorar sus relaciones interpersonales.

  • Reforzar las cualidades de la voluntad par logra un control consciente-volitivo de sus reacciones emocionales

  • Inestabilidad emocional: Durante la misma se produce un cambio en el estado de ánimo del deportista que se manifiesta en la mímica y gestos. Se produce desgano, desconcentración, errores frecuentes al realizar los ejercicios, depresión, quejas constantes por las molestias que le ocasionan éstos, elevada excitabilidad, pérdida ocasional del autodominio, enfurecimiento, intolerancia, dudas en relación con las metas, prejuicios, sentimientos derrotistas, se puede afectar el nivel de autocrítica y pueden surgir sentimientos de culpa y minusvalía.

¿Cuál es el papel del entrenador en este caso?

  • Analizar con el deportista las quejas y sensaciones negativas que exprese.

  • Ayudarle a tomar conciencia de la barrear psicológicas que debe superar en esta etapa

  • Explicar el carácter temporal de estos cambios, los que son imprescindibles para alcanzar un rendimiento superior en lo físico y lo psíquico.

  • Astenia: Durante este nivel se produce un estado depresivo general en el deportista, pérdida del interés por el deporte, inquietud, inseguridad en sus fuerzas, hipersensibilidad ante los estímulos ambientales, dudas en el cumplimiento de las metas, aun ante contrarios más débiles; pesimismo, miedo, ansiedad, inhibición, dificultades para la recuperación, indisciplinas, rechazo al entrenamiento, trastornos al dormir y del apetito, en la atención, la memoria y representación mental de las acciones, ofuscamiento. En su expresión extrema puede manifestar deseos de abandonar el deporte

¿Cuál es el papel del entrenador en este caso?

  • Hacer un uso oportuno del método de la observación, que le permita velar por el estado psicológico del deportista ante el trabajo muscular.

  • Introducir cambios que permitan una mayor adecuación a las cargas de entrenamiento, basada en una correcta planificación.

II.     Las emociones que se producen como consecuencia de la ejecución de ejercicios difíciles y peligrosos

    En la medida que aumentan las exigencias del entrenamiento deportivo el deportista debe irse enfrentando a obstáculos y a circunstancias que a veces le resultan difíciles o peligrosas.

    Cuando el deportista puede vencer estos obstáculos se producen sensaciones agradables de triunfo, vencimiento de miedo, deseos de revivir la experiencia de riesgo, alegría, placer.

    Numerosos deportes manifiestan un grado de peligrosidad, fundamentalmente por las posibilidades que tienen de producir lesión física (Gimnástica, deportes de combate…). En dependencia de la valoración que realice el deportista de sus capacidades, de las exigencias de la actividad y de su desarrollo personal, muchas situaciones pueden generar miedo, una reacción emocional compleja que se relaciona con la conciencia de un peligro esperado y no real. Cuando se pierde la conciencia de peligrosidad el miedo desaparece.

    Las circunstancias que generan miedo dependen de las características de cada deporte.

¿Cuáles son las situaciones potencialmente generadoras de miedo en el deporte?

  • Vivencias tempranas desagradables (lesiones serias, críticas ante los demás...)

  • Ejecución errática de los ejercicios de forma continua.

  • Expresiones manifiestas de dolores por los otros deportistas.

¿Cómo se expresa el miedo?

(En lo Interno)

  • Aumenta la actividad cardíaca (elevada presión sanguínea y aumento del pulso).

  • Elevación de la frecuencia respiratoria y la sudoración.

  • Pérdida de dominio propio.

(En lo Externo)

  • Desgano.

  • Rechazo.

  • Elevación del tiempo de concentración para ejecutar los ejercicios.

  • Alteraciones en la coordinación de los movimientos.

¿Cuál es el papel del entrenador ante las situaciones de miedo?

  • Debe trabajar por la formación del valor, entendido como una cualidad volitiva que posibilita dominar y controlar el comportamiento ante situaciones peligrosas y vencer el miedo. Es esta cualidad se forma sobre la base de determinado nivel de desarrollo intelectual (qué, cómo y porqué de la acción).

  • Ser ejemplo, demostrar el valor.

  • Orientar, instruir y facilitar de forma creativa los medios para vencer el miedo (refuerzo positivo, creación de condiciones de seguridad).

  • Aumentar paulatinamente los requisitos del valor

III.     Las emociones que se producen como consecuencia de la aproximación de una competencia

    La intensidad de las emociones que genera una competencia deportiva sobrepasan los límites de las emociones que se producen ante la actividad cotidiana, esto ocurre básicamente porque las competencias constituyen una especie examen que deja una profunda huella en la personalidad del deportista.

    Es en el contexto de la competencia donde el deportista prueba todas sus fuerzas y, de manera general, donde se registran sus mejores rendimientos, por tanto; ésta tiene un carácter estimulante. Ahora bien, las expectativas que genera este momento (ganar, mejorar el rendimiento), también producen situaciones emocionales diferentes. Cada competencia es en sí misma una situación irrepetible y trascendental, la cual el deportista también enfrenta con una situación emocional diferente.

    Es altamente significativo destacar el valor social que tiene para el deportista cada competencia, pues la misma repercute en su prestigio, en el del equipo o institución a la que representa, lo que se convierte en un factor de gran potencia.

    El momento competitivo crea, además, estados emocionales volitivos extraordinarios que pueden tener una trascendencia positiva o negativa, tanto en su desarrollo como en su resultado. Es por ello que el deportista necesita enfrentar exigencia psicológicas que requieren elevar al máximo sus cualidades y capacidades, así como un control agudo y constante de todas sus acciones.

    En este momento se manifiestan acciones volitivas conscientes e inconscientes que tienen una base predominantemente emocional.

    Por esta situación se le dedica en la Psicología del deporte un tiempo especial a los estados psíquicos precompetitivos o también conocidos como estados de prearranque, que constituyen una respuesta previa, anticipada, preparatoria, ante las condiciones que ha de enfrentar el deportista durante la competencia.

    Por lo general los deportistas inestables e inexpertos comienzan a manifestar estos estados de prearranque unas semanas antes de la competencia, mientras que los más experimentados lo realizan por lo general el mismo día de la competencia. En los casos más favorables se manifiesta en el propio momento competitivo.

¿Cuáles son los estados psíquicos precompetitivos?

    Puni (1974) estableció una clasificación que se basa en las características de la actividad nerviosa superior (ANS) – excitación e inhibición.

  1. Estado de preparación combativa: es el que se manifiesta cuando el deportista se encuentra en el nivel óptimo de tensión emocional-volitiva. A partir del equilibrio que se logra entre la excitación y la inhibición, éste constituye un estado favorable, en tanto influye positivamente en la actividad competitiva y le permite realizar el máximo de esfuerzo para alcanzar su nivel de preparación.

    • Las manifestaciones del comportamiento en este caso se caracterizan por el dinamismo, entusiasmo, deseos de competir y rivalizar. Cuando este momento coincide con la arrancada, los resultados deportivos que se alcanzan son por lo general alentadores.

  2. Fiebre de arrancada: En este estado se produce una aceleración en los procesos psicológicos del deportista, con una marcada excitación emocional. En dependencia de las características individuales del deportista este estado puede afectar su comportamiento: algunos pueden asumirlo sin perjuicios, mientras otros manifiestan una excitación fuera de límites. Lo que sí constituye una generalidad es que durante este estado disminuye la seguridad del deportista y la probabilidad de alcanzar un resultado elevado, lo cual se puede lograr siempre que el deportista haya realizado una preparación directa para la competencia. La mayoría de los autores lo califican como un estado desfavorable que obstaculiza la movilización máxima de los recursos del deportista. Entre las manifestaciones comportamentales más frecuentes se encuentran las alteraciones del sueño, los rasgos de ansiedad, la poca exactitud.

  3. Apatía de arrancada: Se produce cuando el nivel de tensión psíquica del deportista cae bruscamente, como consecuencia, generalmente, de una sobretensión aguda en el estado precompetitivo. El comportamiento del deportista en este estado se caracteriza por una disminución brusca de la motivación, de la voluntad y del sentido de la responsabilidad, por lo que se muestra nervioso, intranquilo, con movimientos violentos y rápidos, pasa bruscamente de la violencia a la apatía, se encierra en sí mismo, muestra pocos deseos de competir, bostezos. Éste se considera un estado precompetitivo desfavorable, en tanto el deportista no puede demostrar con claridad ni sus posibilidades de reserva, ni el nivel de preparación que ha alcanzado.

¿Cuál es el papel del entrenador ante las situaciones de prearranque?

    Teniendo en cuenta que estos estados son generalmente complejos se recomienda estudiar y observar con detenimiento las formas típicas que caracterizan al deportista en cuanto a sus estados de prearranque y su rendimiento, a fin de establecer las comparaciones necesarias, pues es posible que deportistas con estados desfavorables de prearranque alcancen bueno resultados en las competencias.

Factores que inciden en la aparición de tensiones psíquicas precompetitivas

  • La importancia de las competencias: se determina por la correlación entre el objetivo de la competencia y la preparación alcanzada para la misma. Si la preparación es débil, los objetivos descienden y con ello el nivel de tensión psíquica, mientras que una elevada preparación permite la aceptación de objetivos elevados, a partir de una autovaloración adecuada de su forma deportiva. La importancia de las competencias es relativa y puede variar en dependencia de del estado, las aspiraciones, metas, expectativas, capacidades cognoscitivas, en especial la percepción de la dificultad.

  • La composición de los participantes en la competencia: La presencia de adversarios fuertes incrementa su importancia, eleva la exigencia y la necesidad de información sobre los mismos, la misma no debe ser excesiva.

  • La organización de la competencia: El colorido de la ceremonia de la apertura, la organización del evento, la calidad del arbitraje, la conducta de los espectadores pueden influir de manera positiva o negativa, según sea el caso.

  • La conducta del entrenador: En ocasiones el deportista absorbe la ansiedad del entrenador: frases irritantes, gritos innecesarios, angustias, temores, pueden afectar las relaciones entre ambos y afectar la preparación.

  • Las particularidades psicológicas individuales: particularmente el temperamento, el que matiza su estado de humor, excitabilidad emocional, dinamismo a ejecutar las acciones. Así mismo influye el grado de madurez y responsabilidad, la estabilidad de su personalidad, entre otras.

  • Las características del deporte: Estas influyen particularmente en la autorregulación y autocontrol de los estados de prearranque: las exigencias de cada deporte no son las mismas, por ejemplo hay deportes que exigen una elevada concentración en la arrancada como las carreras de velocidad, la natación. El pitcher tiene tiempo para elegir su lanzamiento, el boxeador debe esperar por el sorteo, enfrentarse al pesaje.

  • El dominio que posea el deportista, el entrenador y su equipo de trabajo de los métodos de autocontrol y regulación de sus reacciones emocionales: Estos métodos pueden ayudar a resolver situaciones relacionadas con situaciones internas y externas que influyen en estos estados emocionales.

  • El clima psicológico existente en el equipo: En los deportes colectivos se requiere de a combinación del esfuerzo de los participantes, en otros deportes la combinación de las metas individuales con las comunes puede provocar emociones positivas o negativas

¿Cómo realizar el diagnóstico de los estados de prearranque?

  1. A través de la observación sistemática del comportamiento del deportista: mímica, rituales, tendencias, tono de voz…

  2. A través de la aplicación conjugada, procesamiento y valoración de test psicológicos y procedimientos como el registro de la frecuencia cardíaca, las escalas valorativas, entre otros.

Algunos procedimientos para enseñar al deportista a regular los estados de tensión psíquica.

1.     Técnicas de respiración: Tiene un valor poderoso en la regulación de los estados emocionales. Es una actividad dirigida conscientemente que contribuye a la modificación de las reacciones emocionales negativas, pues suministra oxígeno al cerebro, modifican el grado de activación y transforman el estado emocional, en tanto acelera la recuperación física y psíquica del deportista fatigado.

    Un ritmo de respiración dirigido a la cama exige que cada expiración se haga dos veces más prolongada que la aspiración. Para eliminar la tensión y la ansiedad se pueden realizar aspiraciones profundas y retener la respiración durante 20 ó 30 segundos.

    Para elevar el nivel de actividad se puede realizar una inspiración normal y una aspiración prolongada, dejando un espacio de tiempo de 10 a 20 según en que el oxígeno no se encuentre en el organismo.

2.     Uso de la música (musicoterapia): Se basa en el efecto favorecedor de la música en sus distintas variantes para producir cambios positivos a través de lo sonoro, lo corporal y lo verbal en forma integrada a través de:

  • Música de distracción: Cambiar la atención hacia tensiones y vivencias desagradables que desorganizan su actividad, garantiza la posibilidad de pensamientos agradables o neutrales que no estén vinculados con las competencias futuras (25 minutos), el deportista debe seleccionar la música que le atrae, luego de un receso de 15 minutos se aplica otro tipo:

  • Música de relajación: va dirigida a la reducción del nivel de activación y ansiedad de prearranque a través del relajamiento muscular, crea condiciones para un mejor descanso y el restablecimiento de sus fuerzas (20 minutos). Se utilizan canciones lentas, con melodía suave, con sonido bajo, sin cambios bruscos de su intensidad y en la velocidad del movimiento. Al final se hace un receso de 1 hora para iniciar otro tipo.

  • Música de movilización: Su objetivo es elevar el nivel de actividad del deportista y garantizar la orientación firme hacia la victoria en la competencia. La música seleccionada debe ayudar a encontrar el sentido de seguridad en sus fuerzas (de 20 a 25 minutos) Se pueden utilizar obras vocales, que traten temas de heroísmo y patriotismo, canciones deportivas y marchas militares, las cuales deben tener un dibujo rítmico claro que favorezca la representación ideomotora de de la técnica y de la estructura de la actividad deportiva.

IV.     Las emociones que se producen durante la competencia:

    Estas son las más difíciles de estudiar porque el deportista no puede ser interrumpido durante este tiempo, de ahí que la mayoría de las investigaciones se basan en observaciones del comportamiento, reacción ante los errores cometidos, relación con el oponente, jueces: todo ello se manifiesta a través de la mímica, expresiones verbales.

    Durante las competencias pueden manifestarse las siguientes características emocionales:

  • Foco óptimo de rendimiento. (Plenitud de facultades afectivas y cognitivas)

  • Problemas para la selección de la respuesta motriz.

  • Ansiedad (como rasgo o como estado)

    La ansiedad es un aspecto emocional que se manifiesta con mucha regularidad en el momento de la competencia, lo importante es la capacidad de autocontrol y toma de decisiones que demuestre el deportista en la consecución de sus metas.

¿Cuál es el papel del entrenador en la preparación del deportista?

  • Su mayor influencia debe basarse en la comprensión del papel activo del deportista en su preparación, al conocimiento de sus expectativas.

  • Apoyar las acciones positivas.

  • Realizar las indicaciones con ecuanimidad y tranquilidad.

V.     Las emociones que se producen después de la competencia

    Las emociones después de la competencia están asociadas a vivencias de éxito o de fracaso, según los resultados alcanzados.

    Es necesario que tras cada competencia se realice un análisis de la actuación del deportista a partir primero de su autovaloración a partir del análisis de metas-expectativas y logros.

    Tanto las vivencias de cómo las e fracaso pueden tener efectos positivos como negativos para el deportista.

    Las vivencias de éxito el lo positivo se relacionan con sensaciones de alegría, relajación, optimismo, con la consecuente manifestación de la aplicación del valor, confianza y seguridad. En el plano negativo pueden generar una alegría desordenada, pereza, sobrevaloración, arrogancia.

    Las vivencias de fracaso pueden tener efectos positivos como el deseo de perseverar, la autocrítica, la modestia, deseos de recuperar el prestigio y el reconocimiento, compromiso, mientras que en lo negativo puede manifestarse disgusto, desgano, pesimismo, conformismo, falta de confianza, subvaloración.

¿Cuál es el papel del entrenador en estos casos?

  • El trabajo del entrenador debe estar dirigido al trabajo por el establecimiento de metas que se correspondan con las posibilidades reales de rendimiento deportivo, según las condiciones competitivas.

  • Enseñarlo a que no siempre perder significa estar derrotado ni ganar ser el mejor.

  • Enseñarle mecanismos de control de las consecuencias

  • Trabajar en base a las potencialidades educativas de los errores cometidos.

VI.     Las emociones que se producen producto de las lesiones deportivas

    Las lesiones deportivas influyen tanto en lo físico como en lo psíquico y pueden dar lugar a diferentes reacciones emocionales del deportista.

    Al analizar los efectos que puede generar una lesión deportiva hay que tener en cuenta algunos factores, tales como:

  • Circunstancias en que ocurrió la lesión (dentro o fuera del entrenamiento o competencia)

  • Vivencias de lesiones anteriores.

  • Forma en que perjudica la historia deportiva del atleta.

  • Intensidad del daño ocasionado.

  • Características de la personalidad. (rasgos volitivos, nivel de responsabilidad, aceptación de ayuda médica y psicológica,…)

    En el plano emocional las manifestaciones más frecuentes son: incertidumbre, miedo, impotencia, depresión, aislamiento, pesimismo.

¿Cuál es el papel del entrenador en este caso?

  • Sensibilizarlo sobre las causas de la lesión y las posibilidades para recuperación, a partir de una adecuada atmósfera de comunicación.

  • Organizar un proceso de rehabilitación que abarque lo físico y lo mental

  • Una vez reincorporado observar la actividad psicomotriz del deportista.

  • En caso de aparecer inhibiciones fruto de la lesión, utilizar métodos de intervención psicológica.

VII.     Las emociones que se producen al retiro de la vida deportiva

    El retro deportivo es un acontecimiento que plantea nuevos retos a la vida del deportista. Los problemas emocionales en este caso están relacionados con las causas del retiro que pueden estar asociadas a:

  • Selección de nuevas actividades.

  • Fatiga.

  • Dificultades con el entrenador.

  • Disminución del rendimiento.

  • Problemas provocados por lesiones.

  • Dificultades con la salud.

  • Prioridades profesionales o familiares

  • Medidas tomadas por las organizaciones deportivas, por problemas disciplinarios u otras causas.

    Entre las reacciones emocionales más comunes se encuentran:

  • Ansiedad.

  • Depresión.

  • Enfermedades de carácter orgánico, metabólico o funcional.

  • Afecciones en la autoestima.

¿Cuál es el papel del entrenador en este caso?

  • Para evitar estas reacciones es necesario organizar previamente el proceso de preparación psicológica para el retiro, que incluya acciones antes y después del mismo.

  • Ayudarlo a reorganizar su esfera motivacional.

  • Colaborar en la orientación profesional, si es necesario.

  • Ayudar a sustituir sentimientos de culpa, cuando ésta se asume como causa del retiro.

  • Aprovechar los sistemas de desentrenamiento para mantener el buen estado físico y psicológico.

  • Aprovechar el medio familiar como soporte emocional y social.

  • Emplear, a través de las organizaciones deportivas, su imagen como patrón positivo en el deporte y la sociedad (siempre que sea ejemplo para ello)

    Algunas situaciones que pueden ser utilizadas para ilustrar, analizar y atender problemas que se presenten ante las especificidades de los estados emocionales durante la práctica de la actividad deportiva.

Situación 1

    José Luis comenzó a practicar el Fútbol hace 7 meses, le cuenta a su padre cómo el entrenador cada vez le exige una mayor cantidad de vueltas a la pista como parte de su preparación física y ya le ha incluido el trabajo con las pesas para mejorar la fuerza. Se queja de que no puede conciliar el sueño y no se alimenta como de costumbre. Como consecuencia de esta situación está presentando ausencias reiteradas al entrenamiento y no se muestra interesado por realizar las tareas que orienta el entrenador.

Tareas a resolver

  1. Identifique el tipo de situación emocional por la que está transitando el deportista.

  2. Argumente las manifestaciones conductuales que le permitieron realizar esta identificación

  3. Si usted fuese el entrenador del deportista que acciones realizaría para ayudarlo a resolver esta situación.

Situación 2

    Emerson participará próximamente en los Juegos Deportivos Universitarios en el deporte Baloncesto. Su hermano mayor está preocupado porque lo nota caprichoso e irritado, algo que no lo caracteriza. No presta atención cuando se le habla y se levanta varias veces en la noche. Sólo habla de la competencia, aludiendo que a su equipo nadie le puede ganar porque es el mejor.

Tareas a resolver

  1. Identifique el tipo de situación emocional por la que está transitando el deportista. Especifique.

  2. Argumente las manifestaciones conductuales que le permitieron realizar esta identificación.

  3. Si usted fuese el entrenador del deportista qué acciones realizaría para ayudarlo a resolver esta situación.

Situación 3

    Elabore un ejemplo donde ilustre las manifestaciones emocionales de un deportista que ha alcanzado el éxito durante la competencia.

  1. Argumente los efectos que puede generar esta situación.

  2. Qué harías como entrenador para atenuar los efectos negativos.

Conclusiones

    Los estados emocionales que aparecen como resultado de la práctica sistemática de la actividad deportiva afectan de manera considerable el comportamiento, con incidencia en su conducta motriz del atleta, de ahí la necesidad de considerar la significación que tienen las emociones para aprovecharlas correctamente ya sea en el entrenamiento o la competencia. Por ello el entrenador debe estar suficientemente capacitado y actualizado en esta temática para responder a las exigencias de su atención.

Bibliografía

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