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Escalada segura en la escuela. Instalaciones para la práctica 

de actividades de trepa y escalada en el contexto escolar

 

Licenciada en Educación Física

Profesora de Enseñanza Secundaria

(España)

Susana Rodríguez Cougil

guscougil@edu.xunta.es

 

 

 

 

Resumen

          Las actividades de trepa y escalada son motivantes y tienen mucho potencial educativo para nuestros estudiantes de Educación Física. Para acercar las actividades de trepa y escalada a nuestros alumnos y alumnas de educación primaria y secundaria, necesitamos (además de una propuesta didáctica) usar o crear instalaciones de práctica seguras y con muchas posibilidades de experimentación motriz. Tenemos que hacerlo con poco dinero, o mejor gratis, así que...

          Palabras clave: Instalaciones. Escalar. Trepar. Escalada segura. Educación Física. Escuela Primaria y Secundaria. IES (Instituto de Educación Secundaria).

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 19 - Nº 194 - Julio de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Escalar seguro. Medidas de seguridad básicas

    Nuestro campo de acción como docentes es la escuela o el instituto (IES). La superficie de escalada que tengamos debe ser sólida y revisada periódicamente. Si vamos a adaptar alguna zona para la práctica buscaremos la que, a la larga, sea la más resistente y duradera. Es aconsejable contar con el asesoramiento de algún profesional del diseño y construcción (arquitecto, ingeniero…) y también de escaladores o montadores de estructuras de escalada.

    Si queremos realizar u organizar actividades de escalada en el colegio o IES, podemos contar con la experiencia de Técnicos Deportivos (grado medio o superior) en Escalada, que se dedican profesionalmente a la docencia. También la federación de montañismo organiza cursos formativos (FEDME en España.)

    En caso de utilizar material, debemos obtenerlo en tiendas especializadas y repasar las etiquetas o catálogos, consultando las normas en vigor de cada país, para trabajar siempre con material homologado y autorizado. En Europa deben tener la certificación CE obligatoria. Los test UIAA (Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo) no son obligatorios pero sí añaden una buena referencia de calidad, por ser más exigentes. “El material de equipo personal de protección es debidamente señalizado y sólo puede venderse con instrucciones multilingües para el usuario” (Winter, 2001, p.106).

    Los estudiantes que usen material y hagan maniobras deberán someterse a una triple comprobación: auto-revisión, revisión del compañero y revisión del instructor o docente al cargo. Por ejemplo: reviso si mi arnés está bien colocado, me lo revisa mi compañera y por último mi instructor antes de continuar.

    Si se trata de escalar en un panel o muro, debemos asegurarnos de que sea a baja altura, de manera que cada escalador pueda bajar o saltar de la pared sin peligro de lesión. Fijaremos las presas con esta finalidad, de manera que la escalada sea más con objetivos en horizontal y no en vertical. También podemos pintar una línea de seguridad por encima de la cual no se pueda trepar. Con unas colchonetas finas podemos cubrir la zona de caída, o gordas si el panel está inclinado. Así el panel podrá ser utilizado frecuentemente, incluso en los recreos.

    En las espalderas no está de más reforzar los anclajes y reponer travesaños doblados. Si se utiliza cuerda, es mejor hacer el descuelgue usando al menos dos travesaños (para reforzar) y colocar la cuerda en un extremo para evitar el efecto palanca.

    El calzado de los estudiantes debe ser de suela delgada y dura, para tener más sensibilidad y facilitar los apoyos. Pueden valer zapatillas que ya tengan de pista interior (fútbol sala, balonmano, etc.) aunque estaría bien poder contar con el calzado propio de escalada: los “pies de gato”, pues le permitirán mejorar rápidamente y les dará estabilidad y seguridad: “Los pies de gato representan una gran ayuda para la escalada ya que su suela especial plana y su extraordinario ajuste facilitan un buen agarre y permiten al escalador adoptar una postura relajada, incluso al apoyar los pies en minúsculos resaltes.

    Para los principiantes, se aconseja el uso de pies de gato con una suela de dureza media. (…) La utilización de un pie de gato blando se recomienda para escaladores avanzados” (…) (Winter, 2000, p. 111).

    Para elegir los gatos hay que tener en cuenta que: “El gato tiene que quedar ceñido, sin dejar nada de espacio para el aire viciado en torno al pie. (…) pero no te los compres demasiado apretados, o sufrirás cada vez que vayas a escalar.” (Luebben, 2006, p. 64)

Conseguir instalaciones seguras y de bajo coste

    La primera dificultad con la que nos topamos es casi siempre esta: ¿cómo llevar actividades de escalada y trepa a mi centro educativo? Todos los centros escolares son potencialmente lugares donde trepar. Empezaremos por un análisis tanto de las instalaciones como del entorno natural próximo (parque, zona verde, etc.) para conocer las opciones que nos ofrecen los espacios y materiales con los que contamos. Queremos que sean seguros, con amplio rango de práctica motriz y de bajo o nulo coste. Podemos analizar:

a.     Las posibilidades dentro de una instalación cubierta (pabellón, gimnasio, etc.)

1.     Las espalderas

2.     Las paredes y muros. Fabricar un panel de escalada

3.     Las vigas. Montar descuelgues

b.     Las posibilidades en el exterior de la instalación y entorno próximo

4.     Los muros y cierres de exterior

5.     Las rocas y escuelas de escalada

c.     Las presas

a.     Las posibilidades dentro de una instalación cubierta

1.     Las espalderas

    Muchísimos colegios e IES cuentan con espalderas (reliquias de la gimnasia sueca de Ling, que tanta difusión tuvieron durante la dictadura en España) además de utilizarlas parar estirar o realizar ejercicios analíticos, podemos optimizarlas usándolas para la trepa.

    Lo primero es revisarlas, repasando anclajes y travesaños, pues tienen que resistir tracciones y presiones de varios alumnos y alumnas subidos a la vez.

    Aquí podemos proponer una primera toma de contacto, inventando o recopilando juegos y actividades donde nuestros alumnos y alumnas se desplacen usando los travesaños, siendo la trepa imprescindible para progresar (Ver foto 1).

Foto 1. Trepando en las espalderas (juegos de persecución)

    La siguiente sugerencia es utilizarlas para trabajar aspectos técnicos a los que también le podemos dar una forma jugada: posiciones básicas, diferentes agarres, apoyos, etc.

    Si añadimos un par de bancos suecos podremos hacer prácticas de adherencia y montar recorridos en el gimnasio o pabellón que combinen espalderas y bancos.

    Hasta ahora sólo usamos material que ya tenemos y con el podremos desarrollar habilidades de trepa muy interesantes. Con un poco de dinero podemos conseguir unos tablones de madera que sujetaremos a las espalderas con unos ganchos, como los que llevan los (también) bancos suecos, o usar los mismos bancos suecos. Sería interesante que los ganchos nos permitiesen distintos grados de inclinación del tablón, dependiendo de qué travesaño utilicemos para fijarlos.

    Buscando en nuestro almacén de material de EF, probablemente encontremos elementos con los que ampliar la superficie de escalada, tales como el plinto, escalera, cuerdas de gimnasia rítmica… Todo para conseguir un espacio enlazado donde no se necesite tocar el suelo para progresar.

    El siguiente, digamos, nivel en las espalderas será utilizarlas como una pequeña pared de roca donde montar nuestras reuniones u hacer prácticas de asegurar, ascender, descender y rapelar a poca altura. Para esto debemos tener la fortuna de contar con material de escalada: cuerdas, mosquetones, cintas planas para las reuniones, arneses, descensores, cascos… Para minimizar los gastos podemos hacernos con material para que trabaje la mitad del grupo, mientras la otra mitad hace tareas en otra estructura (panel, por ejemplo).

    Es sencillo montar una reunión con cinta plana o cordinos y un mosquetón, utilizando, al menos, dos travesaños. También se puede pasar la cuerda directamente por los extremos de los travesaños, lo que añadirá rozamiento y facilitará su control. En este nivel cada estudiante ya no es solamente responsable de sí mismo, sino de su compañero/a, haciendo de la escalada una actividad cooperativa (ver foto 2).

Foto 2. Rápel en espalderas. El compañero asegura

2.     Las paredes y muros. Fabricar un panel de escalada de interior

    La primera idea que podemos tener es montar un rocódromo: toda una espectacular pared de escalada artificial de interior. A pesar de ser lo ideal para instalaciones deportivas, en un centro escolar plantea dos grandes inconvenientes: el elevado coste y la necesidad de utilizar equipo de escalada (arnés, cuerda, aseguradores, etc.) lo cual aumenta el riesgo y restringe su uso a unos pocos usuarios, siempre bajo la supervisión de especialistas. Los profesores de primaria y secundaria solemos tener muchos estudiantes por clase y poca carga horaria de EF, así que queremos que trabajen todos el mayor tiempo posible, por lo que el rocódromo no parece lo más adecuado.

    En cambio, podemos conseguir una superficie de escalada sin cuerda, donde los alumnos puedan acceder libremente sin la necesidad de la presencia vigilante de un docente; obteniendo una estructura que posibilitará desarrollar un gran repertorio motriz por la combinación de diferentes movimientos, derivados del uso de las diferentes presas, similar a las posibilidades que ofrece un tablero de ajedrez. Sería la recreación en interior de lo que se llama escalada en bloque o búlder: “En su sentido más estricto, el bloque es escalar sin cuerda piedras de tamaño modesto” (del Campo Allende, 2002, p.13) pero adaptado a un edificio escolar y para escolares.

    Es importante contar con el consejo de algún profesional que conozca materiales y estructuras, y nos oriente sobre cuál puede ser la pared más adecuada. Hay que tener en cuenta que debemos calcular un peso muy superior al que va a soportar, así como de las tracciones de los agarres y presiones de manos y pies sobre el muro. “Utiliza tu espacio sabiamente y pasa todo el tiempo que necesites planeando el diseño antes de empezar a construir” (Hörst, 2001, p. 185).

    Las paredes de ladrillo o bloque nos pueden servir para soportar un panel bien anclado. Para instalar un panel, tenemos varias opciones:

  • Colocar un panel a medida hecho por profesionales.

  • Colocar un panel “estándar”.

  • Fabricar un panel de madera.

  • Utilizar una pared de hormigón para fijar las presas.

    En las dos primeras opciones el precio se nos puede disparar, pero se puede obtener un buen rendimiento si nos podemos permitir una superficie de escalada suficiente para un grupo de alumnos y alumnas importante (al menos la mitad de la clase) Variará en función de la envergadura, pero podemos calcular unos 4 m² por alumno/a de secundaria.

    Si el panel nos permite diferentes grados de inclinación, las posibilidades de movimiento se multiplican, adaptándose a diferentes niveles de ejecución (cuanto más inclinado, más exigencia física y técnica).

    Para fabricar un panel de madera podemos utilizar tableros sólidos y gruesos, que irán anclados en la pared con cadenas u otro sistema que permita varias posiciones (distintas inclinaciones, como ya señalamos). Otra opción es colocar el tablero sobre las espalderas con ganchos. En cualquier caso, los tableros deben ir perforados para colocar pasadores donde atornillar las presas.

Foto 3. Panel de tacos en pared de hormigón en el IES

    Utilizar una pared de hormigón para fijar las presas es una posibilidad barata y excelente (Ver fotos 3 y 4). Es posible hacerlo en paredes de ladrillo o bloque, pero a la larga puede no ser consistente. Debemos fijarnos en las paredes más sólidas y estructurales. La opción más segura es el hormigón. En nuestro centro hicimos lo siguiente: después de marcar con tiza los puntos donde irán las presas, un profesional taladró el hormigón con broca de 8 mm, con la profundidad exacta para colocar tacos de acero inoxidable de expansión (de 8mm). Es muy importante que los tacos sean de gran calidad y resistencia y los agujeros sean perfectos para que el taco no sobresalga o se hunda demasiado en la pared. Esto es lo más caro (alrededor de 100 euros). Compramos tornillería con cabeza allen de diferentes largos para atornillar las presas y unas arandelas (unos 15 euros).

    El resultado es un panel de escalada barato y seguro, para trepar a baja altura, donde las presas se atornillan directamente a los tacos de la pared de hormigón. Es posible y normal que las presas se muevan o aflojen alguna vez, con lo que volvemos a apretarlas con una llave allen y listo. No debemos apretar demasiado las presas para que los tacos no pierdan eficacia ni se estallen las presas.

Foto 4. Actividades cooperativas en nuestro panel

    La cantidad de presas que pongamos dependerá de nuestro presupuesto, pero al menos permitirá que los aspirantes a escaladores crucen la pared de lado a lado. Cuanta más variedad de tipos de agarres y apoyos, mejor: mayor repertorio motriz. Si bien podemos graduar la dificultad marcando las presas que se pueden utilizar o colocándolas por colores o marcas, con distintos niveles de dificultad.

3.     Las vigas. Montar descuelgues (ver foto 5)

    Muchas instalaciones cuentan con vigas a vista que soportan el peso de la estructura. Son puntos de anclaje totalmente sólidos. Podemos montar una reunión (un punto seguro por donde pasar la cuerda) en una de estas vigas aprovechando la altura de las mismas y la posibilidad de trepar por ellas o la pared de debajo. Una solución barata es comprar cinta plana de escalada, con la que rodearemos la viga y uniremos con un nudo de cinta plana. Se puede proteger con una carcasa de aislante para evitar el cizallamiento. Colgaremos un mosquetón de seguro cerrado y nuestra reunión de pocos euros estará lista. Deberemos comprobar el estado del nudo y la cinta periódicamente.

Foto 5. Escalada con descuelgue en una viga

b.     Las posibilidades en el exterior de la instalación y entorno próximo

4.     Los muros y cierres de exterior (ver foto 6)

    Estas superficies constituyen recursos importantes de escalada, donde de nuevo probaremos a hacer escalada sin material y a escasa altura, y en el entorno próximo.

    Según las características de la pared, podemos utilizarla tal cual está, aprovechando los huecos y rugosidades naturales para agarres y apoyos. Esto será lo más barato y práctico. Si no es posible, se le pueden hacer muescas y agujeros (si nos dejan) siempre que el material no se deshaga. Debemos seleccionar bien donde hacer las muescas, pues serán permanentes (aunque siempre podemos sellarlas con masilla y pintarlas).

    Para crear rutas de diferentes dificultades podemos marcar con colores los huecos o agarres que se permiten utilizar.

Foto 6. Trepa horizontal a baja altura en muro exterior del IES

    Si la pared tiene suficiente altura podemos considerar instalar una reunión con químicos o parabolts, como se hace en escalada deportiva, utilizando un taladro para agujerear la roca y fijar los anclajes, previa petición de permiso para taladrar y fijar material y siempre con un experto al cargo.

5.     Las rocas y escuelas de escalada

    Si tenemos la suerte de contar con una escuela de escalada cercana o zona de búlder, el alumnado podrá experimentar la escalada auténtica, con las ventajas de disfrutar del medio natural, así como de contribuir a su aprecio y conservación.

    Las escuelas de escalada y zonas de búlder suelen contar con croquis que nos informan de sus características y dificultad. Lo más recomendable es ponerse en contacto con el club de montaña local o con la federación de deportes de montaña, que nos darán la información que necesitamos. Es frecuente que organicen cursos para escolares, o que se presten a organizar jornadas de escalada con la supervisión de expertos titulados.

    “Una zona-escuela es el lugar en donde vamos a desarrollar todo el programa metodológico y didáctico de un curso de escalada.” (…)“Para poder escoger la zona-escuela ideal, tendremos que conocer muy bien los contenidos programados en cada una de las sesiones prácticas, de forma que no nos veamos imposibilitados para hacer algún ejercicio o práctica por falta del soporte material adecuado. “(…) “Algunas características que debería cumplir la zona-escuela ideal son: de aproximación corta. Que sea de fácil acceso, convenientemente señalizado. Con pies de vía amplios. Exenta de peligros objetivos. Con los servicios públicos mínimos.”(Guinda, 2000, p. 67)

c.     Las presas (ver foto 7)

    Los agarres y apoyos de resina imitan los resaltes de roca, y podemos encontrarlos en rocódromos, salas de búlder, parques, etc. Existe una gran variedad de presas de diferentes marcas y catálogos, de roca de verdad, de resina, específicas para niños, etc. Si podemos comprarlas, compararemos primero la relación calidad-precio y la cantidad y variedad de tamaños y agarres que nos ofrecen.

    Existe la posibilidad de fabricarlas con resina (de poliéster o epoxi) y arena, usando moldes (de silicona, poliuretano…) y pintura. De su adecuada fabricación dependerá la consistencia y adherencia de las presas. Pueden resultar resbaladizas o tan adherentes que sean lesivas para los dedos. Otro problema es que al hacerlas estamos en contacto con químicos tóxicos, por lo que la fabricación casera de presas de resina debe hacerse con muchas precauciones.

Foto 7. Presa-piedra, presa de resina, taco de expansión de acero inoxidable y tornillo

    Algunas soluciones para conseguir presas baratas son: hacer presas con piedras o con tacos de madera. En ambos casos fabricar una presa puede ser una actividad para los alumnos, dándoles unas sencillas pautas y haciendo el trabajo interdisciplinar (por ejemplo, que hagan su presa en la clase de tecnología y la pinten en la de plástica).

    La pieza elegida como futura presa debe tener una cara plana que será la que vaya fijada a la pared. El material debe ser duro y sólido, no puede deshacerse. Comprobaremos si son aptas después de taladrarlas con broca de 8 mm, pues no deben agrietarse o romperse. La presa tiene que estar limada y pulida, sin ninguna arista o superficie punzante. Pueden ser de distintos tamaños. Las más grandes pueden llevar dos agujeros separados unos 6,5 cm para atornillarlas. A la hora de tallarlas o seleccionarlas, serán más interesantes si tienen distintas posibilidades de agarre.

    Podemos encontrar piedras en restos de muros y canteras, cantos de río, etc. Los tacos de madera pueden proceder de restos de aserraderos, carpinterías, etc.

    Las presas se pueden pegar a las paredes o rocas con sica. Es algo relativamente frecuente, pero que no recomendamos (pues a la larga se pueden despegar).

    Es sencillo y barato encontrar piedras de cara plana, taladrarlas y atornillarlas tal cual (Ver presa – piedra en foto 7). Como las colocamos a escasa altura del suelo, el hecho de que una presa se mueva o incluso rompa no será un problema de seguridad.

    Como ya señalamos, es normal que las presas atornilladas se aflojen. Con una llave allen las volvemos a apretar lo justo para que queden firmes (y no sufra el pasador o taco donde atornillamos): “Cuando estés montando las presas procura no apretarlas demasiado para evitar que se agrieten, o incluso se rompan (en especial las pequeñas) Cuando tus presas se llenen de magnesio o se manchen demasiado con la goma del pie de gato, dales un buen cepillado, lávalas con jabón y agua caliente o mételas en el lavavajillas” (…) “Puedes conseguir más variedad (…) cambiando de sitio tus presas de forma regular. Es como descubrir nuevos problemas de búlder cada pocas semanas” (Hörst, 2001, p. 191)

Bibliografía

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