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VO2max, composición corporal y clasificación según

el rendimiento en 10 km de corredores aficionados

 

Licenciado en Educación Física, Deporte y Recreación. UC

Magíster en Fisiología del Ejercicio. UPEL-IPC

Aspirante a Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. UPEL-IPMAR

Profesor del Departamento de Educación Física, Deporte y Recreación

Universidad de Carabobo

Dawson José Ruiz Griman

preparacionfisicacondawson@gmail.com

(Venezuela)

 

 

 

 

Resumen

          La investigación tuvo como objetivo, determinar los niveles de VO2max, la composición corporal y el rendimiento en 10k de corredores aficionados. Los objetivos específicos fueron: (a) Estimar el Consumo Máximo de Oxígeno (VO2max) utilizando la fórmula propuesta por Balke; (b) Valorar la composición corporal de los corredores utilizando el método de bioimpedancia eléctrica (c) Clasificar a los corredores según el nivel de rendimiento utilizando el tiempo como variable determinante. La metodología utilizada fue de tipo descriptiva, ajustada al diseño de campo.

          Palabras clave: VO2max. Composición corporal. Corredores de fondo.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 19 - Nº 193 - Junio de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    En los últimos años se ha observado un notable y vertiginoso aumento en la participación de personas aficionadas en las carreras populares de mayor o menor distancia y que entrenan regularmente para ello.

    De acuerdo al Perfil del Corredor Iberoamericano de Soy Maratonista (2012), el 60% de los corredores en la región son hombres. Aunque todavía el predominio es masculino, con el auge experimentado en los últimos cinco años la cantidad de mujeres que se ha sumado ha sido considerable, por lo que se estima que habrá un equilibrio de géneros en un futuro próximo.

    Las razones que provocan esta participación son múltiples y están interrelacionadas, pero la principal es la satisfacción que les produce correr.

    La adherencia a la carrera a menudo se ha producido con el propósito de prevenir enfermedades (obesidad, diabetes, hipertensión y otras afecciones cardiacas), mejorar la aptitud física, la reducción del peso corporal, el mantenimiento de un nivel óptimo de forma física o el logro de un posible reto personal como realizar una carrera de maratón.

    A partir de este contexto, la carrera se ha presentado como una de las actividades físicocorporales y deportivas más atractivas. Las razones de este hecho son, posiblemente entre otras cosas, el fácil acceso a la práctica, ya que se puede correr al aire libre y en diversas superficies (asfalto, tierra, grama, tartán) y el bajo costo financiero.

    Sin embargo, el rendimiento del atleta de resistencia requiere la integración de muchos factores, algunos de ellos genéticos, algunos que pueden entrenarse, otros susceptibles de ser aprendidos, y otros incluso fuera del control de corredor y entrenador. Además de lo individual influyen también elementos sociológicos, y en el momento de la competición es especialmente importante lograr una óptima integración de lo técnico, lo táctico, lo fisiológico y lo psicológico (Smith, citado en Esteve Lanao, 2007).

    Desde siempre ha sido de interés, aquellos factores fisiológicos determinantes en el rendimiento del corredor. No es sólo la genética (aunque influye mucho), sino también el grado de entrenamiento y la adaptación al esfuerzo son importantes en las modificaciones orgánicas. De esta manera hay ciertos indicadores de los procesos fisiológicos durante el esfuerzo que son importantes medir o estimar para tener referencias precisas del potencial de rendimiento en la carrera.

    En el mismo orden, el VO2máx, ha sido considerado durante mucho tiempo como el predictor más definitivo sobre la capacidad aeróbica para correr. Es sin duda una de las mejores y más utilizadas medidas de capacidad cardiorrespiratoria y se asume a menudo como un factor limitante en el rendimiento deportivo (Tucker, Dugas y Fitzgerald, 2009). Por su parte, Billat (2002) afirma que el consumo máximo de oxígeno es el indicador de la aptitud del corredor para transportar y utilizar grandes cantidades de oxígeno, lo que favorece la fosforilación oxidativa, gran suministradora de ATP, y permite la transformación de la energía potencial química en energía mecánica en los músculos, que son los efectores del movimiento.

    En relación a lo anterior, el entrenamiento de resistencia mejora la capacidad de los pulmones durante el ejercicio. Esto significa que la frecuencia respiratoria de la persona (respiraciones por minuto) y el volumen corriente (es el volumen de aire que circula entre una inspiración y espiración normal sin realizar un esfuerzo adicional) mejoran con el entrenamiento. Estas mejoras en la capacidad pulmonar pueden contribuir a un aumento de la captación máxima de oxígeno (Wilber, 2012). El consumo máximo de oxígeno se define como la cantidad máxima de O2 que el organismo es capaz de absorber, transportar y consumir por unidad de tiempo (López Chicharro y Fernández, 2006).

    Los más altos valores de VO2máx se miden normalmente en los corredores y esquiadores de fondo, ya que estos deportes implican el uso de brazos, el tronco y los músculos de las piernas. Esta implicación muscular más activa significa más uso de oxígeno, por lo tanto, un mayor VO2. En general, los corredores de élite tienen valores de VO2máx entre 65 mililitros por kilogramo por minuto (ml / kg / min) y 85 ml / kg min (Tucker et al., 2009).

    En 1986, Morehouse y Miller afirmaron que un consumo máximo de oxígeno superior a 50 ml/kg/min indica un buen nivel de resistencia para hombres jóvenes, y por encima de 40 ml/kg/min, para mujeres jóvenes.

    Por todo ello el VO2max es también conocido como la “capacidad funcional” de una persona.

    Atendiendo a la composición corporal, como otro factor determinante en el rendimiento del corredor, debemos dividir al deportista según el modelo de 4 componentes (masa grasa, muscular, ósea y residual, estos tres últimos corresponden a la masa magra), ya que también están relacionados con el éxito deportivo, y se relacionan entre sí.

    En relación a los antes planteado, Morehouse et al. (1986) aseveran que como la grasa aumenta la carga que el sujeto debe trasladar en cada movimiento, se convierte en factor limitante de la resistencia. En el mismo orden, Martin y Coe (2007) afirman que en los corredores, un exceso de grasa comporta simplemente un incremento de carga, que aumenta la inercia y la masa, y que por lo tanto hace necesaria una energía adicional para desplazar el cuerpo.

    Es por ello, que el estudio de la composición corporal permite comprobar el impacto de una u otra metodología de entrenamiento, en individuos de la población normal o en deportistas, además de obtener una excelente información acerca de la morfología de un deportista en cualquier periodo de la temporada.

    De esta forma, el objetivo del presente estudio fue describir las características morfo-funcionales de los atletas aficionados de resistencia. El estudio se justifica en la medida que es la primera vez que se documenta información sobre las características de los corredores venezolanos. Pero más allá del pequeño debate en la literatura sobre el perfil de los corredores, este conocimiento podría contribuir al desarrollo de las políticas públicas para la promoción del deporte y el ejercicio físico regular, así como ofrecer mayores beneficios a los entrenadores de los atletas aficionados.

Material y método

    Las mediciones se realizaron en 88 corredores aficionados quienes participaron en el estudio de forma voluntaria, y tras conocer los objetivos del mismo firmaron el consentimiento informado. Los participantes fueron 40 mujeres (19 y 62 años) y 48 hombres (con edades comprendidas entre 21 y 65 años). Todos pertenecientes al Carabobo Runners Club.

    Las evaluaciones se realizaron durante varias sesiones de entrenamiento de los corredores de fondo en la pista de atletismo del Polideportivo Misael Delgado de Valencia, Estado Carabobo.

    Las medidas antropométricas fueron las siguientes: talla, peso corporal y perímetros (cintura y cadera). El protocolo utilizado para las mediciones está regido por los estándares establecidos por la Sociedad Internacional para Avances en Kinantropometría (ISAK).

    Se estudió la composición corporal utilizando el método de bioimpedancia eléctrica, el cual es un método de campo de fácil aplicación, buena reproducibilidad y escaso costo (Alvero Cruz, Correas Gómez, Ronconi, Fernández Vázquez y Porta i Manzañido, 2011). Además se utilizó el protocolo del Test de Balke (citado en López Chicharro et al., 2006) para la estimación del VO2max y se registraron los tiempos logrados por los participantes en la 8ª Valencia Rock 10k.

    Una vez efectuadas las mediciones correspondientes se procedió a realizar el análisis estadístico. Todos los resultados fueron incorporados a una base de datos para su análisis en una hoja de cálculo Excel 2010.

    Los instrumentos de medida utilizados para realizar la valoración fueron los siguientes:

  • Estadiómetro portátil marca Seca, con rango de 200 - 2105 mm y precisión de 1 mm, fue utilizado para obtener la estatura máxima con el sujeto de pie.

  • Balanza Tanita BC554 Ironman con un rango de 0-150 kg y una precisión de 100 g., con la cual se determinó la composición corporal de los sujetos.

  • Cinta métrica de acero flexible marca Sanny, con un rango de 0-2000 mm y precisión de 1

  • Cronómetro Casio HS70W con unidad de medición: 1/1000 de segundos.

Resultados

    Con los resultados de estos análisis se han confeccionado tablas donde se establecen los valores medios y la desviación estándar para las características antropométricas: Estatura, Peso Corporal, Índice de Masa Corporal, Composición Corporal, Perímetros; la distancia recorrida durante el Test de Balke, el VO2max y el tiempo en 10k; donde se establece, además, la comparativa entre los grupos distribuidos en función del género.

Cuadro 1. Medidas antropométricas, composición corporal, VO2max

y rendimiento en 10k de acuerdo al sexo masculino

 

Cuadro 2. Medidas antropométricas, composición corporal, VO2max

y rendimiento en 10k de acuerdo al sexo femenino

    Se evidencian diferencias claras en cuanto a la composición corporal y el rendimiento físico deportivo entre los grupos de hombres y mujeres.

Discusión

    Puesto que no se dispone de referencias bibliográficas sobre muestras de corredores de aficionados de fondo en Venezuela, la comparación se realizará utilizando muestras bien diferente, ya sea con deportes o categorías distintas.

    Uno de los parámetros a tener en cuenta a la hora de llevar un control del organismo es el de la edad metabólica. Este concepto puede diferir de la edad cronológica e indica si el sujeto se encuentra realmente en forma. La edad metabólica es la edad real del organismo a nivel fisiológico, y es lo que puede hacer diferente a dos personas nacidas en el mismo año, si una ha mantenido hábitos de vida saludables y la otra no.

    En el presente estudio, las corredoras presentan mayores y mejores diferencias entre la edad cronológica y la metabólica. Mientras que los grupos de corredores con el tiempo más lento, presentan promedios de edad metabólica superiores a los promedios de edad cronológica, pudiéndose inferir que la edad metabólica elevada esta asociada al sobrepeso, elevados IMC y ICC, mayor % de grasa y mayores promedios de masa visceral.

    Para López Chicharro y Vicente Campos (2012), la talla (en el rango de la normalidad) no es un impedimento, ni es decisiva, en la carrera. Obviamente, hay un perfil “ideal” que se puede ver representado en los grandes campeones de maratón, pero nuestra estatura no es modificable con el entrenamiento, ni con la alimentación.

    Asimismo, los autores anteriores plantean que la masa corporal (el peso), si es un factor crítico en la carrera. Levantar nuestro cuerpo en contra de la gravedad, y aterrizar de nuevo, es la esencia de la carrera, y nos cuesta mucha energía.

    En relación a lo antes expuesto, es notable considerar que el único grupo de corredores que presenta el peso corporal saludable (IMC = 23,8) están clasificados en el grupo con el mejor tiempo de carrera (38- 44,59). Así, comparando la muestra de estudio con la de corredores de fondo de la India de nivel universitario (Shafeeq, Abraham y Raphel, 2010), se puede decir que todos los grupos de corredores poseen tanto el peso corporal como el IMC y el porcentaje graso valores superiores a los corredores universitarios de la India (62,1±3,06; 22,3±1,31; 6,31±0,40).

    En el caso de las corredoras, estas presentan valores promedios similares a las corredoras recreacionales de media maratón que participaron en la investigación de Knechtle, Knechtle, Barandun, Rosemann y Lepers (2011), concretamente, en el peso corporal (58,7±6,3), el IMC (21,2±1,9) y el porcentaje de grasa (27,2±5,3).

    En el mismo orden, todos los corredores de maratón de alto nivel se caracterizan invariablemente por tener un bajo contenido en grasa en su organismo (aproximadamente un 7,5%). En maratonianos aficionados, que pretenden correr rápido, el % de grasa debería situarse en torno al 11% en hombres y 27% en mujeres. (López Chicharro et al., 2012)

    Karp y Smith (2012), plantean que un hombre joven (20-30 años) en promedio tiene un 15 % de masa grasa, mientras que para las mujeres el promedio normal está aproximadamente en 27 % de masa grasa.

    Además, se definen como sujetos obesos aquellos que presentan porcentajes por encima del 25% en los varones y del 33% en las mujeres (Aranceta et al., citado en Salas Sánchez, Latorre Román y Soto Hermoso, 2013). De acuerdo con estas referencias, los sujetos del grupo de 60 – 64,59 minutos se pueden consideran obesos ya que presentan valores superiores al 25% en porcentaje de grasa corporal.

    Por su parte, los dos grupos de mujeres que promedian un peso corporal cerca de lo que se considera sobrepeso de acuerdo al IMC y un porcentaje de grasa por encima del 27%, son los dos únicos grupos que recorren los 10k en 60 o más minutos.

    Es fácil entender pues, que a menor masa corporal (peso), menor será el gasto energético, más económico será correr y menos sufrirán nuestras articulaciones (López Chicharro et al., 2012).

    En cuanto al porcentaje de agua corporal, tomando como referencia las pautas generales de Tanita Corporation (2007), donde los rangos promedio de Agua Corporal para un adulto sano son: 45 a 60% para mujeres y de 50 a 65% para hombres. Se considera que la muestra en estudio presenta valores promedios que oscilan en los rangos establecidos, a excepción del grupo de corredores clasificados en el tiempo de 60 – 64,59 minutos que promedian 48,0 % de agua corporal, debido a que presentan el % de grasa más elevado y por ende, el contenido de agua del organismo es inversamente proporcional a su contenido en tejido adiposo.

    Es de importancia destacar que el agua juega un papel vital en muchos de los procesos del cuerpo y se encuentra en todas las células, tejidos y órganos. Estar bien hidratado ayudará también a los niveles de concentración, el rendimiento deportivo y el bienestar general. Para los atletas, la cifra es de aproximadamente 5% por encima de estos rangos, ya que tienen una mayor masa muscular y el músculo esquelético contiene más agua que tejido adiposo (Tanita Corporation, 2007).

    En relación a la masa muscular, atendiendo a los corredores británicos con marcas personales de entre 35 y 45 minutos en 10k (Bale, Bradbury y Colley, 1986), los corredores del grupo de 38-44,59 minutos del presente estudio mostraron unos valores promedios inferiores (53,3 ± 5,46 vs 60.5 ± 3.0).

    Por su parte, no se hallaron valores correspondientes a otros estudios relacionados con la masa muscular de mujeres corredoras o practicantes de otros deportes. Aunque se evidencian valores inferiores de masa muscular con respecto a los corredores de esta investigación.

    Los valores de masa ósea de este estudio son ligeramente inferiores a los sujetos de semejante edad del estudio de Salas Sánchez et al. (2013). Sin embargo, el tamaño y peso de nuestros huesos no podemos modificarlos con el entrenamiento, pero es importante mantenerlos sanos con una dieta equilibrada y ejercicio regular.

    La masa visceral es la grasa que se aloja en la cavidad abdominal (estómago), que rodea los órganos vitales. Se puede asegurar que los niveles saludables de la grasa visceral reducen el riesgo de ciertas afecciones como la enfermedad cardíaca, la presión arterial alta y la diabetes tipo 2. La muestra estudiada presenta valores promedios que oscilan en el rango saludable (1-12) de acuerdo a Tanita Corporation (2007).

    El Índice Cintura/Cadera es una variable importante en la determinación del patrón de distribución de la grasa corporal tipo androgénica (tipo II) y ginecoide (tipo IV), al primer tipo se le llama obesidad intrabdominal o visceral y al segundo extrabdominal o subcutáneo. Índices cintura/caderas superiores a 0,95 para el sexo masculino y de 0,80 para el femenino, se relacionan con grandes riesgos de enfermedad (Bray citado en Alexander, 1999). El riesgo puede variar en concordancia con el porcentaje de grasa y la raza de los sujetos (Seidell citado en Alexander, 1999). En la muestra de estudio, los valores promedios para cada grupo de ambos sexos son inferiores a los establecidos por los autores citados anteriormente, por lo cual, se puede decir que los corredores estudiados tienen un bajo riesgo de sufrir algunos trastornos metabólicos y menstruales, la prevalencia de diabetes mellitus e hipertensión arterial.

    En relación a los resultados obtenidos para el VO2max si se comparan con la elite mundial (eritreos = 73,8 ml/kg/min, españoles = 77,8 ml/kg/min, Lucía, Esteve-Lanao, Olivan, Gómez-Gallego, San Juan, Santiago, Pérez, Chamorro-Vina y Foster, 2006) y (kenianos = 79,9 ml/kg/min, escandinavos 79,2 ml/kg/min, Saltin et al., citado en Wilber y Pitsiladis, 2012) se evidencia que estos valores están 35% o más por debajo del VO2max que muestran los grandes campeones. De esta forma, Saltin et al. (citado en Noakes, 2000) afirman que los atletas de élite tienen la capacidad para alcanzar las velocidades de carrera más rápidas en las competiciones y tienen valores de VO2max mucho más altos, que los atletas aficionados o sujetos no entrenados.

    Además, con estos datos, se puede inferir que aunque un corredor aficionado dispute una carrera (maratón, media maratón o 10k) a un elevado porcentaje de su VO2max, siempre su rendimiento será relativamente bajo. Por eso la principal diferencia entre los corredores de élite y los corredores aficionados radica en el VO2max (un factor muy genético).

    Igualmente, para Neagle (citado en Martin y Coe, 2007), una mujer joven (20-29 años) con una forma física media tiene un VO2max de 35 a 43 ml/kg/min. Pero una corredora de fondo de élite de edad similar tendría un VO2max de 61 a 73 ml/kg/min (Pate, Sparling, Wilson, Curenton y Miller, citados en Martin y Coe, 2007). La presente muestra de corredoras promedian un VO2max que oscila entre 35 y 43 ml/kg/min, estos valores concuerdan con lo planteado por Neagle.

    Del mismo modo, las corredoras del estudio promedian valores más bajos que los hombres en el VO2max, esto se debe posiblemente, a que las mujeres tienen un porcentaje de grasa corporal mayor que los hombres; y los corredores mayor cantidad de masa muscular que las corredoras.

    Por otra parte, se evidencia una ligera disminución del VO2max de forma progresiva en relación a la edad, algo decisivo de cara al rendimiento en la carrera.

    Para finalizar, se observa una estrecha relación entre la distancia recorrida en el Test de Balke, el peso corporal, el % de grasa, el VO2max y el rendimiento en el 10k. Por lo que se afirma que, a menor peso corporal y menor % de grasa, mayor será la distancia recorrida y el consumo máximo de oxígeno, y por ende, mejor será el desempeño en la carrera.

Conclusión y aplicaciones prácticas

    En conclusión, el nivel morfo-funcional de nuestros corredores, en comparación con otros estudios, estaría por debajo en lo que respecta a las variables antropométricas como el peso corporal y el % de grasa, el VO2max y el rendimiento en la carrera de 10k.

    De aquí la necesidad de utilizar los test de valoración funcional para el seguimiento y control del corredor, y de disponer de estos datos que podrían considerarse valores de referencia para la mejor planificación del entrenamiento específico a desarrollar.

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