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Violencia, conflictos y cultura de paz en la actividad deportiva.
Necesidad de un abordaje multidisciplinar para el estudiante
de Cultura Física

 

*Profesor de UNIVERMILENIUM en Toluca (México)

Lic. en Educación, especialista en Historia y Ciencias Sociales

Máster en Ciencias Políticas y en Población Ambiente y desarrollo local.

Especialista en Cultura de Paz y Negociación de Conflictos

**Licenciado en Cultura Física y deportes

Master en Administración y Gestión de la Cultura Física y Deporte

Departamento de Métodos de Análisis y Dirección de la Cultura Física

UCCFD “Manuel Fajardo” (Cuba)

MsC. José Fernández Olivera*

MsC. Eduardo Bustillo Cabrera**

MsC. Alvicent Barreneche**

josefernandezolivera@gmail.com

 

 

 

 

Resumen

          La violencia es un fenómeno sociocultural que se presenta en casi todas las actividades humanas con mayor o menor grado y acompaña al hombre desde su surgimiento. La violencia es una desviación de la conducta que implica utilización de la fuerza y anulación de la voluntad del otro, mediante ella se amenaza o hiere a alguna persona, representando una respuesta que se fundamenta en el miedo e impone el criterio del agresor, sometiendo por la fuerza la voluntad de los demás sin tomar en cuenta las consecuencias que se derivan de tales actos, es empleada para dominar o eliminar y es aplicable en contra de las personas en forma física, psicológica y/o ideológica, contra el ambiente o contra la propiedad. La sociedad se desarrolla regida por instituciones, leyes, normas y reglamentos que garantizan la convivencia social, en la competición deportiva se añaden normativas tendientes a garantizar la lucha igualitaria, los jueces y árbitros son los mediadores que garantizan la convivencia civilizada en un enfrentamiento, que siendo una situación lúdica reproduce la sociedad y la cultura de la que se trate. El deporte como fenómeno sociocultural debe promover salud mental, cultura de paz, es un instrumento para promover desarrollo social, valores de auto superación, lealtad, tolerancia, reconocimiento al mérito, solidaridad, lucha contra la discriminación, y los flagelos como adicciones de todo tipo, encausa el desarrollo económico, ya que la industria del deporte y el espectáculo deportivo generan cuantiosos ingresos, pero no se encuentra ajeno al fenómeno de la violencia, en el artículo los autores profundizan acerca del tema.

          Palabras clave: Violencia. Cultura de Paz. Actividad deportiva.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 19 - Nº 192 - Mayo de 2014. http://www.efdeportes.com/

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    La violencia es un fenómeno sociocultural que se presenta en casi todas las actividades humanas con mayor o menor grado y acompaña al hombre desde su surgimiento, en carta de Sigmund Freud a Albert Einsten fechada en 1932, el padre del psicoanálisis plantea:

    "Usted expresa su asombro por el hecho de que sea tan fácil entusiasmar a los hombres para la guerra, y sospecha que algo, un instinto del odio y de la destrucción, obra en ellos facilitando ese enardecimiento.Una vez más, no puedo sino compartir sin restricciones su opinión. Nosotros creemos en la existencia de semejante instinto, y precisamente durante los últimos años hemos tratado de estudiar sus manifestaciones…no se trata de eliminar del todo las tendencias agresivas, humanas, se puede intentar desviarlas, al punto que no necesiten buscar su expresión en la guerra (...) Pero con toda probabilidad esto es una esperanza utópica." (Freud, 1972, pp. 3.210-14)

    Aunque la realidad parece darle la razón de manera absoluta a Freud, existe otra concepción acerca de los orígenes y el desarrollo de la violencia que tiende a buscar la explicación en cierto balance entre factores psicológicos innatos al hombre, y factores adquiridos por la educación y la cultura, es decir abordar la violencia como un constructo social. A favor de esta teoría se manifiesta el hecho de que no todas las sociedades presentan el mismo grado de intensidad de la violencia, e incluso una misma sociedad analizada en diferentes momentos varia su manifestación.

    La violencia es una desviación de la conducta que implica utilización de la fuerza y anulación de la voluntad del otro, mediante ella se amenaza o hiere a alguna persona, representando una respuesta que se fundamenta en el miedo e impone el criterio del agresor, sometiendo por la fuerza la voluntad de los demás sin tomar en cuenta las consecuencias que se derivan de tales actos, es empleada para dominar o eliminar y es aplicable en contra de las personas en forma física, psicológica y/o ideológica, contra el ambiente o contra la propiedad.

    Existen formas socialmente aceptadas de canalizar la violencia, el propio Freud sostiene la idea de que esta puede presentar válvulas de escape sin llegar a ser perjudicial, haciendo catarsis, lo que implica despojarse de los sentimientos de culpa y de los conflictos emocionales, llevándolos al plano consciente como por ejemplo en la práctica de deportes.

    Lo anterior nos introduce en un fenómeno solo posible de abordar de manera multidisciplinaría. ¿cómo entender la violencia en el deporte? consideramos a este una situación lúdica que requiere gasto de energía, o situación motriz sujeta a reglas que definen una competición, en la que los practicantes acatan cierto grado de institucionalidad, en tanto aceptan las reglas y se someten voluntariamente a ellas.

    Es necesario aclarar que no nos referimos a aquellas circunstancias que rodean las prácticas de ciertos deportes clasificados como de combate donde el acto deportivo y la reglamentación no sólo permiten la agresión física sino que la estimulan, siendo condición necesaria para la obtención de la victoria, pero manteniendo siempre un límite de control que impide que el enfrentamiento alcance una violencia desproporcionada, lo que nos lleva a descalificar como deportes a algunas prácticas hoy muy promocionadas como el UFC, o vale todo, caracterizado por la ausencia de reglas armónicas concebidas para proteger al practicante y la calidad del espectáculo.

    La sociedad se desarrolla regida por instituciones, leyes, normas y reglamentos que garantizan la convivencia social, en la competición deportiva se añaden normativas tendientes a garantizar la lucha igualitaria, los jueces y árbitros son los mediadores que garantizan la convivencia civilizada en un enfrentamiento, que siendo una situación lúdica reproduce la sociedad y la cultura de la que se trate.

    El deporte como fenómeno sociocultural debe promover salud mental, cultura de paz, es un instrumento para promover desarrollo social, valores de auto superación, lealtad, tolerancia, reconocimiento al mérito, solidaridad, lucha contra la discriminación, y los flagelos como adicciones de todo tipo, encausa el desarrollo económico, ya que la industria del deporte y el espectáculo deportivo generan cuantiosos ingresos

    Definimos como violencia en el ámbito deportivo a aquellas acciones efectuadas por un individuo o un conjunto de ellos, transgrediendo por la fuerza o por interpretación falsa de lo establecido o escrito en una ley o precepto, incluido en ello el comportamiento desleal, utilización ilícita de la fuerza, las trampas o violaciones.

    En el ámbito deportivo el comportamiento violento puede efectuarse de la institución con los jugadores, entre los jugadores, entre el público, implicando o no a los jugadores, siempre trae aparejado un comportamiento nocivo a la dignidad humana, y puede ser generada a partir de disímiles causales.

    En los reglamentos de las diferentes federaciones deportivas y de los comités olímpicos aparece referido la necesidad de fomentar el juego limpio, educando a los atletas en la práctica de la exigencia, y el respeto consigo mismo y con los demás, luchar contra los comportamientos antideportivos que pueden ser generadores de violencia, es decir la oposición a todo tipo de discriminación, ya sea política, religiosa, sexual, étnica, de opinión filosófica, estado civil u otras.

    Pero existe un antídoto que se encuentra en la promoción del comportamiento no violento donde la educación y la cultura juegan un papel esencial. La no violencia no es lo contrario de la violencia como podría pensarse, la falta de justicia, el pacifismo sin igualdad de posibilidades para todos, si son contrarios de la violencia, la educación en los principios de la no violencia constituye una herramienta eficaz para prevenir de manera sostenible y sustentable la violencia.

    Educar en la no violencia es una inversión que se basa en valores milenarios, en La Biblia, aparece un proverbio que nos anuncia que la blanda respuesta quita la ira, más la palabra áspera hace subir el furor. (Proverbios 15: 1) Martin Luther King Jr, hizo una enorme contribución en este sentido, cuando tomando como base las tradiciones establecidas por Tolstoi, Thoreau, Gandhi, trata de elevar la no violencia a una filosofía de la vida.

    En ese sentido plantea los seis principios de la no violencia, en primer lugar es un modo de vida para personas valientes, que con fuerzas positivas se enfrentan a la injusticia, usando la justa indignación y las capacidades espirituales, emocionales e intelectuales de las personas para buscar el cambio de las condiciones y la conciliación.

    La amada comunidad es el marco para el futuro, lo que entraña un esfuerzo para lograr la conciliación en el mundo mediante el mejoramiento de las relaciones entre las personas, hasta alcanzar un estado donde prevalezca la justicia, desarrollando todo el potencial personal.

    El tercer principio enfoca el ataque a las fuerzas del mal y no a las personas que haciendo el mal se convierten en sus portadores, esto ayuda a analizar las condiciones económicas, políticas, u otras que generan el conflicto de intereses en vez de reaccionar ante nuestros oponentes., el cuarto principio se enfoca sobre la aceptación del sufrimiento sin pensar en venganzas, ya que el sufrimiento por decisión propia redime y contribuye a que el movimiento de la no violencia crezca, ya que transmite inquietudes a la comunidad, los amigos y también a los enemigos.

    Evitar la violencia espiritual interna como la física externa, conforma al quinto principio, la no violencia es para quien la practica el arco moral del universo que tiende hacia la justicia, por lo que habrá que mostrar compasión hacia las personas involucradas en situaciones de violencia, completa los seis principios.

    El deporte es un constructo sociocultural que varia con el tiempo, en el nuestro existen al menos tres fenómenos esenciales que generan violencia en el ámbito deportivo, el dopaje, la corrupción y el exceso de comercialismo, en un contexto en que el deportista va dejando su protagonismo a otros elementos cada vez más ajenos a la filosofía del deporte como mejoramiento humano, determina el exceso de exigencia, el ganar a costa de todo y a cualquier costo, se ataca con fuerza el factor del deportista que comete un acto violento o el equipo que manifiesta un comportamiento antideportivo, pero poco se tocan las estructuras externas desencadenadoras del fenómeno de la violencia.

    Solo desarrollando un amplio trabajo educativo desde la base, podemos fomentar en el ámbito deportivo una cultura de la no violencia, la sanción una vez cometido el hecho aunque necesaria no resuelve el problema, hay que llegar a la conciencia de los profesores, entrenadores deportivos, familiares, factores de la comunidad e instituciones, y por supuesto a la del atleta para que defienda los principios más nobles del juego limpio.

    Las causas de este comportamiento son multifactoriales, por lo que se requiere de un tratamiento multidisciplinar, es importante que desde las primeras experiencias deportivas que tienen los niños se refuercen los comportamientos positivos en el juego, la solidaridad, justicia, igualdad, reciprocidad, autocontrol, espíritu deportivo, los entrenadores y profesores que trabajan en la base deben ser extremadamente cuidadosos, la familia debe velar por los valores que se transmiten a través del ejemplo, cuando recurrimos al insulto, la palabra soez que el niño no entiende, cuando se le transmite la filosofía de ganar ganar a toda costa, no enseñándole a reconocer al contrario vencido, o al vencedor a través del saludo afectuoso una vez terminado el juego, o cuando propinamos pequeñas tandas de azotes para manifestar nuestra inconformidad con el rendimiento o la disciplina en el entrenamiento, utilizando para ello juegos disciplinadores entre los niños atletas estamos reforzando comportamientos violentos y alejando la forma no violenta de resolver conflictos, debemos recordar que en la base en esas primeras edades se crean patrones de comportamiento que luego son reproducidos en otros escenarios.

    El concepto de la no violencia no tiene otra forma de instrumentarse en el ámbito de la actividad física y el deporte que no sea a través de la promoción y el respeto al juego limpio, concepto que necesita de una reconceptualización macro social, ya que va más halla del simple respeto a la institucionalidad deportiva, es una forma de pensar que se traduce en comportamiento, implica luchar contra toda actitud antideportiva dentro o fuera del escenario en el que se desenvuelve la competencia.

    Luchar contra todos los flagelos que hoy enturbian el desarrollo de los más nobles ideales deportivos, al mismo tiempo incidir en fenómenos que generan conflictos como es el robo de músculos que sufren los países menos desarrollados por parte de algunos países del llamado primer mundo, nacionalizar a un atleta nacido, formado y desarrollado con el sacrificio y a base de las limitaciones de un pueblo, mermando las posibilidades de participación de ese país, y arrebatándole la gloria de las medallas es una forma burda de agresión generadora de innumerables conflictos.

    El problema de la violencia en el ámbito deportivo debe ser abordado como un fenómeno global, los fenómenos desencadenantes proviene de diferentes ámbitos, pero siempre en nuestro contexto podemos hacer algo para comenzar a revertir la situación, la escuela en todos sus niveles de enseñanza ayuda al proceso de concientización, preparar para la acción, por lo que las iniciativas para el tratamiento negociado de los conflictos sociales a través de la no violencia deben llevarse a cabo desde todos los ámbitos sociales.

Bibliografía

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