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Consideraciones demográficas y bioéticas
sobre el envejecimiento en Cuba

Demographic and bioethical considerations on aging in Cuba

 

*Licenciada en Bioquímica, Especialidad Microbiología

Profesor auxiliar de Agentes Biológicos. Máster en Educación Superior

y Diplomada en Educación Avanzada y en formación por Competencias

***Licenciada en Educación, Especialidad Química. Profesor instructor

Máster en Ciencias de la Educación. Jefa de Investigaciones

Lic. Lianet Setién Boronaot

lianet@inder.cu

Lic. Miriam Recio Contreras

soportefts@infomed.sld.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El envejecimiento de la población cubana es un evento cuyo análisis resulta de elevada prioridad para las autoridades nacionales y de impostergable estudio para los especialistas que desde aristas múltiples abordan el tema. Una reflexión con enfoques demográficos y bioéticos acerca de la naturaleza de este proceso, propone el presente trabajo. Sus objetivos son: determinar el comportamiento de las variables demográficas que impactan este fenómeno, caracterizar los programas implementados para dar atención al grupo etáreo en cuestión y valorar, sobre la base de posiciones científico-culturales diversas, el sentido que tiene la vida en la vejez y el papel que desempeña la realización de ejercicios físicos y el personal que la ejerce en la visión con que se asume. Se realizó revisión documental y se emplearon los métodos de análisis-síntesis e inducción-deducción vinculados a los procesos de lectura, interpretación y generalización. Se determinó que la disminución de la fecundidad, la elevación de la esperanza de vida y el crecimiento de la emigración son elementos que han incidido en el envejecimiento poblacional en Cuba; que el máximo exponente de las políticas implementadas es el Programa de Atención Integral al Adulto Mayor y que la vinculación del componente moral-educativo-afectivo reforzado por todas las vías posibles, podrá garantizar una longevidad satisfactoria.

          Palabras clave: Demografía. Población. Salud. Vejez. Bioética.

 

Abstract

          The aging of the Cuban population is an event whose analysis is of high priority for national authorities and of urgent study for specialists from multiple edges approach the subject. A demographic and bioethicist reflection about the nature of this process and its overlap with the practice of medicine, is proposed by this work. Its objectives are to determine the behavior of demographic variables that impact this phenomenon, to characterize implemented programs to provide care to the age group in question and to assess, based on different cultural and scientific positions, the meaning of life in old age and the role of medicine and its staff in the vision that is assumed. Literature review was conducted and it was applied the technique of focus group to gather information, using the methods of analysis-synthesis and induction-deduction related to the process of reading, interpretation and generalization. It was determined that the decline in fertility, the higher life expectancy and the growth of migration are factors that have affected the population aging in Cuba; that the highest exponent of the implemented politics is Care Program for the Elderly and the linkage of the component moral-educational-affective reinforced by all means possible, with the bioethical exercise of a medicine that merges the appropriated according to the science, the good according to the virtue and the just according to the social use, will can to ensure a satisfactory longevity.

          Keywords: Demography. Population. Health. Old age. Bioethics.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 19, Nº 191, Abril de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El estudio de la población proporciona una información de interés para las tareas de planificación en sectores como la salud, deporte, educación, vivienda, seguridad social, empleo y conservación del medio ambiente. Estos estudios también proporcionan los datos necesarios para formular políticas gubernamentales de población, para modificar tendencias demográficas y alcanzar objetivos económicos y sociales.

    En Cuba a partir del triunfo de la revolución en enero de 1959 cuando el deporte dejó de ser una actividad propia de las clases privilegiadas para convertirse en una actividad social y de masas, el aumento del tiempo libre y del nivel cultural de nuestra población, han sido elementos fundamentales en el modelo de vida deportivo actual, la sociedad cubana se integra progresivamente a este fenómeno característico de los países desarrollados.

    El desarrollo de la actividad física y deportiva ha representado un aspecto fundamental en la misión constante de elevar la calidad de vida de la población cubana. Numerosos han sido los programas puestos en marcha por el Instituto Nacional de Deportes, Educación física y Recreación (INDER) para perfeccionar esta actividad, son ejemplo de ello, el Programa Ramal del INDER “Actividad física y calidad de vida”, la creación y masificación de los combinados deportivos, círculos de abuelos, entre otros.

    A través de estos programas, se ponen a disposición de la comunidad no sólo el uso de instalaciones deportivas, sino el apoyo de los profesionales del deporte que brindan sus conocimientos en función de garantizar la correcta realización de las actividades físicas y deportivas por parte de la población. No obstante, resulta hoy más importante que nunca repensar seriamente en las posibilidades concretas y viables de una actividad físico-deportiva más orientada a la satisfacción de las necesidades de la población de la tercera edad, lo cual constituye un tema de primer orden no solamente en nuestro país sino también a nivel internacional.

    Antes de que se pueda evaluar el efecto de un programa de intervención, hay que conocer el comportamiento de la comunidad, su composición con relación a las distintas características demográficas y la magnitud de los cambios que en ella pueden ocurrir. En Cuba, un cambio importante ocurrido en la composición de la población es el veloz ritmo de envejecimiento poblacional a que se asiste en la dinámica demográfica cubana (Gran Álvarez, 2010: 9).

    El fenómeno del envejecimiento de la población en Cuba es algo que viene preocupando a los especialistas y decisores sociales. Este es un problema que ha venido evidenciándose, en los últimos años, vinculado a factores tales como: la fecundidad, la mortalidad y las migraciones.

    La definición de envejecimiento está relacionada con el aumento en la proporción de personas de edad avanzada con relación al resto de la población; sin embargo, se ha considerado la importancia de definirla también como la inversión de la pirámide de edades, debido a que el fenómeno, no implica solamente un aumento de la proporción de ancianos, sino también una disminución de la proporción de niños y jóvenes entre 0 y 14 años.

    “El accionar conjunto de bajos niveles de fecundidad, bajos niveles de mortalidad, con una alta esperanza de vida y un saldo migratorio externo negativo han ido modelando un proceso de envejecimiento, el cual se intensificará en la perspectiva que afectará a la estructura de edades de la población y sus territorios, con efectos manifiestos en la disponibilidad de fuerza de trabajo y en demandas de programas de intervención comunitaria; aunque de manera general todos los sectores estarán afectados” (Alfonso y León, 2008: 15).

    A partir de las consideraciones anteriores, se decidió realizar este trabajo que pretende una reflexión acerca de la naturaleza de este proceso y de su imbricación con la práctica de ejercicios físicos.

Objetivos

Algunas variables demográficas que impactan el envejecimiento poblacional

Natalidad: Se refiere a los nacimientos como componente del cambio poblacional y mide el número de nacimientos que se producen en un área concreta en un tiempo determinado, normalmente un año.

Fecundidad: Es la capacidad reproductiva real de hombres, mujeres o parejas de una población. La natalidad es consecuencia de la fecundidad y otros factores como la distribución de la población por edades.

Mortalidad: Se refiere a las defunciones como componente del cambio poblacional y mide el número de defunciones que se producen en un área concreta durante un año.

Migraciones: Se define como el movimiento de personas a través de una división política para establecer una nueva residencia permanente. Se divide en internacional (movimiento entre países) e interna (entre regiones de un país).

    En Cuba, para nadie es un secreto que la tasa global de fecundidad (hijos por mujer) ha disminuido sensiblemente, de 3,70 en el año 1970 a 1,70 en el 2012, lo cual ha estado asociado a la política de la Revolución en relación con la mujer, al favorecerse su superación profesional y su incorporación a la sociedad cada vez más en muy diversas esferas; la elevación de su superación profesional unida a factores histórico-culturales propios de nuestra cultura latina, como es el paternalismo, el sentido de elevada responsabilidad en el cuidado y atención a los hijos, les hizo evitar tenerlos o tener menos por no poderlos cuidar como quisieran, a pesar de todas las alternativas asumidas al respecto como los círculos infantiles -no siempre suficientes- y una legislación que les ha aumentado gradualmente su apoyo. Esta situación se hizo más aguda en los años del llamado Período Especial con cifras de 1,58, cuando bajaron sensiblemente toda una serie de indicadores económicos y el nivel de vida de la población se deterioró. Además, es importante precisar que la fecundidad se ha comportado por debajo del nivel de reemplazo -menos de una hija por mujer desde hace treinta años-, particularmente 0,76 en el 2000 y 0,83 en el 2012 (Anuario Estadístico de Salud 2012: 21).

    Con relación a la natalidad, la tasa bruta ha disminuido sensiblemente; de 27,7 en 1970 a 11,4 en el 2012. Sin embargo, la esperanza de vida al nacer ha tenido otra tendencia de desarrollo, creciendo desde 70,04 en 1970 a 77,97 en el 2007, cifra que constituye una de las más elevadas en el área, similar a la de los países más desarrollados del mundo que es de 80 y muy por encima de los países en vías de desarrollo que es 67 y los subdesarrollados que es 57 (Anuario Estadístico de Salud 2012: 21). Específicamente, si se toma la esperanza de vida al nacer por sexos, Cuba exhibe los valores de 76 en los hombres y 80,02 en las mujeres (Anuario Estadístico de Salud 2012: 19).

    Los datos evidencian que vivimos más o por lo menos bastante, lo que es un indicador importante de la validez de nuestro sistema social y de nuestro modelo de desarrollo, también es conocido todo el esfuerzo y el financiamiento que queda oculto detrás del dato: desde las investigaciones de los cientistas sociales que estudian las tendencias, los factores que inciden y las problemáticas que se van presentando; pasando por lo relacionado con los decisores que diseñan las políticas públicas, los programas, hasta los organismos e instituciones que las convierten en realidad con errores y aciertos, como toda obra humana.

    El otro factor importante vinculado al envejecimiento poblacional, es la migración, un fenómeno que ha existido en todas las épocas, sino no existiera nuestra diversidad humana y cultural. El saldo migratorio de las últimas cinco décadas ha sido desfavorable a nuestra composición demográfica, con momentos pico en los años 60, 61 y 62, en 1980 (-14,6) el peor momento y en el 2007 (-2,9), mayormente por razones económicas. (ONE 2007: 143)

    Por su parte, la tasa general de mortalidad se corresponde con el cambio poblacional que presupone el fenómeno del envejecimiento; de 6,4 en 1985 a 8,1 en el 2010 (Anuario Estadístico de Salud 2012: 27).

    Es importante precisar que al encontrarse la fecundidad por debajo del nivel de reemplazo, constituir la población de 0-14 años solo el 17,25% del total e incrementarse la esperanza de vida al nacer; ha ido aumentando la proporción de personas de 60 años y más, lo que ha tenido una significación importante en el proceso de envejecimiento, que se ha comportado en el país desde un 9,0% en 1970 a un 17,6% en el 2010, casi duplicándose en el período (Anuario Estadístico de Salud 2012: 21).

    De acuerdo a estimaciones de la División Demográfica de las Naciones Unidas, Barbados y Cuba serán los países más envejecidos de América Latina y el Caribe en la perspectiva inmediata, con pronósticos de que Cuba será, para el 2025, el país más envejecido de todos, con más de un 26% de su población con 60 años y más. (Alfonso y León, 2008: 8)

Programa de Atención Integral al Adulto Mayor

    De todo lo expuesto hasta aquí, se pueden colegiar los siguientes problemas relacionados con el proceso de envejecimiento, a afrontar por la dirección del estado cubano:

    Ante la situación descrita, la dirección de nuestro país ha implementado una serie de programas entre los que cabe mencionar el Programa de Atención Integral al Adulto Mayor, vigente desde la década del 90.

    La concepción del referido programa tuvo en cuenta varios aspectos fundamentales, entre los cuales resaltan:

    Tras las experiencias acumuladas a raíz de la aplicación de este programa, existen otras alternativas que le dan continuidad y lo complementan, entre las cuales se encuentran:

    Los resultados alcanzados muestran que se ha hecho mucho pero que también es mucho lo que falta por hacer y lograr; sin embargo, en este balance no hay dudas acerca del lugar preponderante que ocupan los círculos de abuelos en el programa, cuya contribución a la recuperación de las capacidades físicas, la sociabilidad y la autonomía es una experiencia genuinamente cubana sobre la aplicación de los criterios de promoción de salud en el Adulto Mayor en pos de mantener el autovalimiento o validismo del anciano como indicador relacionado con su estado de salud.

    La problemática es objeto de preocupación permanente del estado cubano, por ello en los Lineamientos del PCC se expresa: "Brindar particular atención al estudio e implementación de estrategias en todos los sectores de la sociedad para enfrentar los elevados niveles de envejecimiento de la población" (Lineamientos generales de la política económica y social del partido y la revolución, 2011:23).

Algunas consideraciones bioéticas

    La explosión demográfica de los siglos XX y XXI es una característica de la contemporaneidad, y un problema a enfrentar por los políticos y decisores de los distintos países. Las personas viven en promedio más años que antes y hay un importante crecimiento en el número de personas en edades avanzadas. En todos los países del mundo se reflexiona sobre los deberes y derechos de las personas en relación con su edad, lo que ha planteado el dilema entre vivir más, y tener una vida plena y humanamente vivida, lo que se relaciona con el constructo calidad de vida.

    En los países occidentales, la retórica habitual consiste en ensalzar la vejez, pero en la práctica es ésta una etapa de soledad, abandono y pérdida, sin descartar aquellos países en que se ha legalizado la eutanasia y los viejos llegan a temer por su propia vida.

    En un breve recorrido por las distintas culturas podemos constatar la afirmación anterior: Los ancianos prehistóricos no dejaron, por supuesto, registro de sus actividades o pensamientos. Sin embargo, podemos imaginar con cierta seguridad cuál fue su condición al comprobar que todas las culturas ágrafas que conocemos tienen una consideración parecida hacia sus ancianos. Su longevidad es motivo de orgullo para el clan, por cuanto eran los depositarios del saber.

    La Grecia antigua, nos dio en herencia nuestra concepción del mundo. Sus héroes son semidioses. En la percepción naturalista del mundo el hombre era parte del comos, la naturaleza, debía coexistir en armonía con ella, lo que implicaba estar fuerte y saludable, la vejez es la edad del phatos, es desorden, así el viejo es emplazado a una situación desfavorecida. No nos extraña que en algunas ciudades griegas impedidos y ancianos fueran lanzados por acantilados o condenados a morir de diversas formas.

    En la cultura de la Modernidad occidental que ha permeado los últimos siglos, la vejez es asumida como un proceso de “desvalimiento”; a medida que se envejece se espera cambien las obligaciones, los papeles y las expectativas. Al cifrarlo todo en los rendimientos perceptibles, cuantitativos, de la vida laboral y de la contribución al bienestar social, el proceso de envejecimiento puede ser terrible para muchas personas que lo ven acercarse llenos de temores e incertidumbres.

    Al mismo tiempo, el desarrollo de las nuevas tecnologías, el cambio en las condiciones de vida, hace que muchas personas vivan más, llegan a edad avanzada con más conocimiento y hace que vivan al mismo tiempo en las familias varias generaciones, ello reclama de la sociedad y los servicios nuevos cambios y demandas entre ellas:

    La reflexión anterior nos ayuda a intuir el saldo positivo logrado en relación a la problemática abordada, en nuestro país. Es evidente la preocupación del estado cubano y los decisores a distintos niveles por atender las necesidades de este sector cada vez más amplio de la población, y los programas a que hicimos referencia antes, lo manifiestan, pero no podemos conformarnos con lo que tenemos hay Círculos de Abuelos en todos los municipios y una poderosa formación de recursos en este sentido; sin embargo, continua siendo necesario desarrollar estrategias encaminadas a incrementar la promoción sistemática de las actividades físico, deportivas y recreativas como un medio para el mejoramiento de la calidad de vida de este sector de la población.

    No obstante, en las condiciones actuales o en las mejores futuras, la educación moral tiene que mantenerse e incrementarse por todas las vías posibles, para contribuir a que, tanto en el seno de la familia como en las instituciones sociales y en las distintas colectividades humanas, los ancianos puedan tener una vida digna y feliz, que sean merecedores del respeto y consideración como personas que ya han dado su aporte a la sociedad y a la familia a la que pertenecen, la base de esta consideración no puede ser otra que el amor. Sólo el amor al otro, al prójimo, nos permitirá ponernos en su lugar, percibir sus necesidades y sufrimientos, y poder practicar una ética de la entrega desinteresada y de la solidaridad, para hacer realidad la máxima martiana: “Solo el amor engendra la maravilla”, pero siempre respetando su dignidad como personas que son y permitiéndoles ser sujetos actores en su salud, ello presupone no hacer la beneficencia a ultranza.

Conclusiones

Bibliografía

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