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¿Vale la pena organizar un evento Olímpico?

 

Profesional en Ciencias del Deporte y la Recreación. Universidad Tecnológica

de Pereira. Especialista en Dirección y Gestión Deportiva. Escuela Nacional

del Deporte. Cali. Maestrando en Administración. Universidad de Antioquia, Medellín

Investigador en Gestión de Grandes Eventos Deportivos. Instructor de las Tecnologías

en Actividad Física y Entrenamiento Deportivo. Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA

Mauricio Hernández Londoño

mauroh06@gmail.com

(Colombia)

 

 

 

 

Resumen

          Las ciudades más poderosas del mundo se disputan el privilegio de organizar un evento Olímpico; sin embargo los hallazgos recientes muestran que albergar un megaevento deportivo es uno de los mayores riesgos financieros que una ciudad y un país pueden verse comprometidos. El documento está basado en una investigación de la Universidad de Oxford en la cual se recolectaron y se compararon los costos y sobrecostos de los Juegos Olímpicos de Invierno y Verano desde 1960 hasta 2012. A pesar de que la discusión está abierta sobre los beneficios y riesgos que tienen las ciudades, la evidencia sugiere que cuando se comparan los Juegos Olímpicos (de Invierno y Verano) con otros megaproyectos de construcción, obras de infraestructura, tecnología y telecomunicaciones, se tienen dos hechos relevantes: Primero; que los sobrecostos de los Juegos son en promedio de 179 por ciento. Muy por encima de otros megaproyectos. Y segundo, que todos los Juegos Olímpicos tienen consistentemente sobrecostos por encima de cien por ciento.

          Palabras clave: Costos y sobrecostos, Mega Eventos Deportivos. Juegos Olímpicos, Olimpismo.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 189, Febrero de 2014. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Con los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran entre el 7 y el 23 de febrero del año 2014 en la ciudad rusa de Sochi la discusión vuelve a ponerse sobre la mesa. Los organizadores del evento llevan gastados 50 billones de dólares en infraestructura cuando el plan era gastar 12 billones.

    Un estudio publicado en el año 2012 por la Universidad de Oxford, se encargó de responder la pregunta; al menos de manera indirecta porque los investigadores compararon los costos y sobrecostos de los Juegos Olímpicos de invierno y verano desde 1960 hasta el 2012. Las conclusiones serán presentadas a lo largo del artículo. A partir de los datos oficiales presentados en la candidatura y gracias a los reportes oficiales del Comité Olímpico Internacional, pudieron comparar las cifras a lo largo de 50 años.

    Los argumentos para organizar unos Juegos Olímpicos se apoyan en los beneficios tangibles e intangibles que el evento trae para la ciudad y el país. Las promesas van desde obtener grandes retornos por venta de tiquetes, generación de nuevos empleos y una mayor actividad económica gracias al turismo. Otros intangibles van desde la promoción de la ciudad, el orgullo ciudadano y el intercambio cultural hasta la promoción del deporte. Sobre la promoción y participación en el deporte hay otros estudios que muestran como los mega eventos no tienen efectos en la participación deportiva; por el contrario, en el Reino Unido, la participación de ciudadanos en actividades deportivas regulares cayó de 280.000 a 220.000 personas del año 2012 al 2013 (Sparre, 2013 & Play the Game, 2013).

    Los hallazgos en diferentes estudios (Anzsar, A. B. Flyvbjerg & Buzier; Bondonio, P. & Campaniello citados por Flyvbjerg & Stewart, 2012) muestran que no es tan fácil compensar los enormes costos de estos eventos como lo presentan sus promotores. Las ciudades que han ganado la sede para organizar los Juegos Olímpicos han pagado un precio muy alto. El diario especializado en noticias económicas de la cadena CNN presenta un artículo con las seis ciudades que para la cadena; crearon “desastres de proporciones Olímpicas”. Entre ellas la ciudad rusa de Sochi, quien para los Juegos Olímpicos de Invierno del 2014, ha gastado 50 billones de dólares cuando el estimado era de 12 billones (Riley, 2014).

    Siguiendo con el estudio de Oxford; cuando se comparan los Juegos Olímpicos con otros megaproyectos de construcción, obras de infraestructura, tecnología y telecomunicaciones, se tienen dos hechos relevantes: Primero; que los sobrecostos de los Juegos son en promedio de 179 por ciento. Muy por encima de otros megaproyectos. Y segundo, que todos los Juegos Olímpicos tienen consistentemente sobrecostos por encima del cien por ciento.

Entendiendo el Evento

    Para organizar unos Juegos Olímpicos las ciudades deben participar en un proceso que tarda algo más de 7 años. Este proceso es conocido como la candidatura. Allí la ciudad expone en un documento (“bid book”) las ideas de desarrollo urbano para la realización de los Juegos. Estas ideas y los planes para lograr los objetivos se describen detalladamente en el documento; el cual es enviado al Comité Olímpico Internacional. Se supone que la decisión final del COI se basa en la información consignada en este documento. El presupuesto de la ciudad con las inversiones, al igual que los ingresos generados son relacionados en el “bid book”. El documento hace parte de un acuerdo legal de obligatorio cumplimiento, que representa la línea de base para medir los costos y sobrecostos. Para Andrew Jennings citado por (Flyvbjerg & Stewart, 2012) esto rara vez se cumple, pues después de ganada la candidatura nuevos presupuestos son formulados creando nuevas líneas de base; los nuevos presupuestos evolucionan años después de terminados los Juegos.

Metodología

    El estudio gana importancia en la medida que es la primera vez que se documenta información sobre costos y sobrecostos en medio siglo. En términos generales, los investigadores se basaron en los costos reportados siete años después de finalizado los Juegos y los compararon con los documentos presentados en la candidatura.

    Los costos de unos Juegos Olímpicos se clasifican en 3 categorías:

  1. Costos del OCOG (Comité Organizador de los Juegos Olímpicos). Costos operacionales del Comité Organizador. Los componentes de estos costos son los derivados del equipo de trabajo, tecnología, transporte, gastos administrativos, servicios médicos, de alimentación, ceremonias y seguridad.

  2. Costos directos que no pertenecen al OCOG. Son costos de construcción de escenarios necesarios para albergar los JJ.OO. Los cuales son asumidos por la ciudad o inversores privados quienes participan en la construcción de escenarios como la Villa Olímpica, El Centro de Transmisión Internacional (IBC) y El Centro de Prensa (MPC).

  3. Costos indirectos que no pertenecen al OCOG. Son costos derivados de la construcción de carreteras, aeropuertos, costos privados como mejoras a la infraestructura hotelera u otras inversiones de privados como preparación para los JJ.OO.

    Los investigadores recolectaron información de los dos primeros componentes. Es decir, los costos del OCOG y los costos directos que no pertenecen al OCOG. Para estos dos componentes, se utilizaron los archivos oficiales de la candidatura. Los costos finales fueron obtenidos de los reportes oficiales presentados por el Comité Olímpico Internacional después de cada evento olímpico. En los casos en los que las fuentes primarias no estaban disponibles, los investigadores acudieron a fuentes secundarias como auditorías y otras investigaciones. Para eliminar el impacto de la inflación; se utilizó un deflactor del Producto Interno Bruto (para “desinflar” el costo en moneda local durante el año de la candidatura y distribuir los costos en los siete años de planeación del evento) basados en los costos del OCOG y los costos directos que no pertenecen al OCOG. Esto les permitió calcular el costo total de los Juegos eliminando el impacto de la inflación. De esta forma se calcularon los sobrecostos nominales. Se considera un estudio conservador porque las candidaturas no calculan el costo de la inflación. Para el caso de Yugoslavia, país que dejó de existir en 1990, se convirtieron los datos del mismo año y después se calculó la inflación utilizando el deflactor del Producto Interno Bruto.

    Basados en datos constantes de moneda local, se utilizaron diferentes pruebas estadísticas para calcular el valor presente de los datos. Para probar las diferencias significativas entre los costos presentados en la candidatura y el final del evento, se utilizó la prueba de Shapiro-Wilk (p<0.01). Como los datos no satisfacían las suposiciones para las pruebas de parámetros normales; entonces utilizaron el test de Wilcoxon, el cual confirmó que los costos finales son significativamente más altos que los costos de la candidatura (V: 153, p 0,0001).

    Otra prueba estadística (Mann-Whitney-Wilcoxon test) utilizada para comparar las diferencias de sobrecostos en Juegos Olímpicos de Invierno y Verano demostró que no hubo diferencias significativas entre los sobrecostos de ambos eventos.

Costos y Sobrecostos

    Los problemas de costos y sobrecostos son tan antiguos que Coubertin escribía en el pasado: “los gastos exagerados incurridos por Olimpiadas más recientes”.

    A pesar del interés general, los estudios sobre costos y sobrecostos son pocos (Preuss, 2004; Essex and Chalkey, 2004; Chappelet, 2002 citados por Flyvbjerg & Stewart, 2012). Otros se enfocan en un evento en particular (Bondonio y Campaniello, 2006; Brunet, 1995 citados por (Flyvbjerg & Stewart, 2012)

    Es difícil cuantificar los beneficios de los Juegos Olímpicos porque muchos de ellos son intangibles y hacen más complejo la evaluación del evento expost.

    Uno de los investigadores a favor (Preuss, 2004) de organizar unos Juegos Olímpicos encuentra beneficios cuando las inversiones son separadas del presupuesto de los comités organizadores. Debe tenerse en cuenta que este análisis restringe los gastos del Comité Organizador, quien generalmente representa una parte muy pequeña de los Juegos. Otros autores no están de acuerdo con los hallazgos de Preuss y han sugerido que los beneficios económicos netos de los Juegos son insignificantes y rara vez compensados ​​por ingresos o aumentos en el turismo y los negocios (Malfas, Theodoraki, Houlihan, 2004 citados por Flyvbjerg & Stewart, 2012).

    La técnica más acertada para estimar los costos de un megaproyecto como los Juegos Olímpicos se conoce como RCF (Reference Class Forecasting) la cual considera que los sobrecostos de un megaproyecto son predecibles; utilizando datos de proyectos o eventos con características similares. Esta técnica ha sido aprobada por Asociación Americana de Planeación, utilizada en Estados Unidos, el Reino Unido, Holanda, Dinamarca y Suiza para predecir los costos y beneficios de un megaproyecto.

    Las ciudades que pretenden organizar megaproyectos de este tipo deberían ser más conscientes de los riesgos financieros; como ejemplo, los costos de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 provocan una doble caída en la crisis griega del 2007 al 2012 (Flyvbjerg, 2011).

    En resumen, el estudio sugiere que cada uno de los Juegos Olímpicos ha costado al menos 2 billones de dólares (Sin sumar los costos en la construcción de vías, aeropuertos, ni infraestructura hotelera).

Presupuesto en la candidatura vs Sobrecostos finales

    Como se mencionó al inicio del artículo, los costos de unos JJ.OO. se clasifican en 3 categorías; los costos del OCOG (Comité Organizador de los Juegos Olímpicos), los costos directos que no pertenecen al OCOG y los costos indirectos que no pertenecen al OCOG.

    Los dos primeros fueron los tenidos en cuenta en el estudio. La tercera categoría (costos indirectos que no pertenecen al OCOG) no fue tenida en cuenta porque los datos de ella son difusos y porque los datos no respetaban los criterios académicos para ser considerados en el estudio (validez y confiabilidad).

    Los datos finales son presentados en la tabla 1, los cuales indican en términos reales, y los costos finales para el período de planeación de los Juegos.

Tabla 1. Sobrecostos relacionados con los deportes, Juegos Olímpicos 1960-2012. Términos reales en monedas locales

    Las diferencias entre los costos finales y los presentados en la candidatura son estadísticamente significativas. Algunos lectores pueden considerar que los costos de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 fueron mayores; estos podrían hacer parte de los costos indirectos no pertenecientes al OCOG. Basados en la primera tabla, se obtuvieron el promedio y la mediana de los sobrecostos para concluir que: Primero, todos los Juegos han incurrido en sobrecostos. Puede ser obvio que se incurrirá en sobrecostos; luego, los presupuestos se elaboran para acercarse lo más posible a la realidad. En otros megaproyectos, el presupuesto cuenta con cláusulas legales que obliga al gobierno nacional y local a garantizar los Juegos pese a los sobrecostos. Una candidatura a un evento Olímpico es lo mismo que firmar un cheque en blanco, desde el comienzo se sabe que el valor total será mucho mayor que el acordado en la negociación inicial.

    Con sobrecostos en términos reales del 179 por ciento, se concluye que los sobrecostos en los Juegos Olímpicos son mayores que los de otros megaproyectos como infraestructura, vías, tecnología y telecomunicaciones, los cuales tienen sobrecostos hasta 27 por ciento (Budzier y Flyvbjerg, 2011). Uno de los ejemplos más memorables de sobrecostos es el de Montreal, quienes duraron 30 años para pagar los sobrecostos y las deudas de los Juegos Olímpicos de Verano de 1976.

    Otro hallazgo importante es que los sobrecostos en eventos Olímpicos después del año 1999 han sido significativamente menores que antes de la fecha. Este comportamiento puede estar relacionado con la introducción de un programa del Comité Olímpico Internacional en el año 2000 (IOC, 2008) denominado Gestión del Conocimiento de los Juegos Olímpicos (OGKM por sus siglas en inglés.) Por último, los Juegos Olímpicos de Londres parecen romper esta tendencia con los sobrecostos más altos. Finalmente, una última tabla es presentada con los sobrecostos finales en términos nominales relacionados con los deportes.

Tabla 2. Sobrecostos relacionados con los deportes, Juegos Olímpicos 1960-2012. Términos nominales en monedas locales

    El caso de Londres 2012* deja algunas anotaciones: 1) Los costos relacionados con los deportes por 14.8 billones lo convierten en el evento más costoso desde 1960. 2) Sin ser significativo; el sobrecosto proyectado de 101 por ciento en términos reales está por debajo del promedio y 3) El sobrecosto de estos juegos es significativamente el mas alto que el de otros JO desde 1999. En sobrecostos le siguen los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, Barcelona 1992, Beijing 2008, como los eventos más costosos. En resumen, todos los Juegos Olímpicos incurren en sobrecostos. Ningún otro tipo de proyecto incurre en sobrecostos tan altos de manera consistente. Con un promedio de sobrecostos de 179 por ciento en términos reales –y 324 por ciento en términos nominales- los sobrecostos en los Juegos Olímpicos superan otros megaproyectos como represas, vías e infraestructura.

    Se confirma que todos los Juegos incurren sistemáticamente en sobrecostos; en términos reales y nominales; ciudades como Atenas, Montreal, Nagano, Lake Placid y Albertville entre otras han dejado enormes deudas para sus anfitriones. Las ciudades deberían encargar estudios previos a comisiones independientes que visualicen sus posibilidades y beneficios; además de establecerlas en el documento de la candidatura (bid book). Con la publicación de este y otros estudios, los comités organizadores de megaeventos (como los Juegos Olímpicos y otros no tan grandes como unos Juegos Nacionales), deberían apoyarse para controlar sus gastos, ajustarse a las posibilidades y dejar legados para los ciudadanos.

Imagen de recuperada el 25 de enero en: http://money.cnn.com/gallery/news/2014/01/16/olympics-cost-sochi/2.html

Referencias

  • El legado de los Juegos Olímpicos de invierno de Sarajevo. http://fotos.es.msn.com/slideshow/photo/el-legado-de-los-juegos-olimpicos-de-invierno-de-sarajevo/38dcpj5c

  • Flyvbjerg, Bent and Stewart, Allison, Olympic Proportions: Cost and Cost Overrun at the Olympics 1960-2012 (June 1, 2012). Saïd Business School Working Papers, Oxford: University of Oxford, 23 pp.. Disponible en SSRN: http://ssrn.com/abstract=2238053

  • Game, P. the. (2013). UK sports participation drops despite London Olympics. El reporte completo puede ser descargado en http://www.sportengland.org/research/active_people_survey/active_people_survey_7.aspx

  • Jennings, W. (2012) Why costs overrun: risk, optimism and uncertainty for the London 2012 Olympic Games. Construction Management and Economics, 2012:1-8.

  • Preuss, H. (2004). The economics of staging the Olympics: a comparison of the Games 1972-2008. Edward Elgar Publishing.

  • Riley, C. (2014). 6 Olympic budget blowouts, p. 2014.

  • Sparre, K. (2013). Mega events do not have a trickle down effect on sports participation. Recuperado en enero de 2014 en: http://www.playthegame.org/news/detailed/mega-events-do-not-have-a-trickle-down-effect-on-sports-participation-5691.html

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