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La toma de decisiones en baloncesto: aplicación al balance defensivo

 

Maestro especialidad en Educación Física por la Universidad de Murcia. Graduado en Ciencias 

de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Pontificia de Salamanca. Máster de 

Investigación en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Murcia

Maestro de Educación Física en el C.E.I.P. Micaela Sanz Verde de Archena (Murcia)

Andrés Rosa Guillamón

andres.rosa@um.es

(España)

 

 

 

 

Resumen

          En los últimos años, existe un enorme interés en el ámbito de la psicología y de las ciencias de la actividad física y el deporte por el estudio de los procesos cognitivos de los deportistas. El baloncesto es un deporte colectivo caracterizado por su elevado componente socio-motriz, de ahí que sea necesario que el deportista desarrolle habilidades orientadas a la toma de decisiones. De esta manera, en el presente artículo se presenta una propuesta actividades de trabajo del balance defensivo orientadas a la práctica de toma de decisiones en el ámbito del baloncesto.

          Palabras clave: Toma de decisiones. Cognitivismo. Constructivismo.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 186, Noviembre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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1.     Introducción

    El estudio de la toma de decisiones en el deporte es un temática interesante por la dificultad de abordarla desde el ámbito de la investigación (Allard & Burnet, 1985; Anderson, 1987; Araujo, Davids & Hristovski, 2006; French & Thomas, 1987; Hambrick, 2003; Iglesias, 2006; McPherson & Thomas, 1989; Raab, 2002; Ruiz & Jiménez, 2006; Singer & Janelle, 1999; Turner & Martinek, 1992; Williams, Davids, & Williams, 1999), y por ser una de las variables más importantes en numerosas especialidades deportivas (Sáenz-López, Ibáñez, Giménez, Sierra y Sánchez (2005). García, Ruiz & Graupera (2009) denominan a los deportes en los que hay que tomar diversas decisiones y en breve tiempo, deportes de preferencia decisional. En esta clasificación se puede ubicar el baloncesto como un juego cooperación y oposición en el que las acciones motrices que se realizan, son el resultado de un proceso mental que implica habilidades perceptivas y de decisión (Águila & Casimiro, 20001; Tavares, 2002; Ruiz & Arruza, 2005).

    El baloncesto es en efecto, un deporte de conjunto, interactivo y reglado, en el que básicamente, dos equipos de 5 jugadores cada uno, a través de una serie de capacidades físico-técnicas y perceptivo-cognitivas intentan introducir el mayor número de veces posible el balón en el cesto contrario. De esta sencilla definición se deduce la necesidad por parte de los jugadores de enfrentarse a una serie de decisiones a tomar, diversas alternativas a elegir, el riesgo que conlleva cada decisión, y el sentimiento de satisfacción y confianza en las propias posibilidades de cada jugador.

    En el baloncesto, el ritmo de las acciones es rápido y cambiante, y es preciso percibir las situaciones que se presentan en el juego con gran claridad.

    Durante un partido de baloncesto existen diversas estrategias y tácticas que implican a los cinco jugadores, desarrollando diferentes sistemas de ataque o defensa. Diversos autores, entre los que se encuentran Cárdenas & Pintor (2001) o Giménez & Sáenz-López (2000), afirman que la óptima resolución de las situaciones de 1x1, 2x2, 3x2 tanto en ataque como en defensa, es imprescindible para conseguir vencer al equipo rival. Es preciso que los jugadores tengan habilidades, destrezas y conocimientos que tienen que ver con las normas reglamentarias, con numerosos recursos técnicos de ataque-defensa y con recursos tácticos vinculados, lógicamente, a las habilidades de percepción y decisión. Hernández (2001) indica que hay que prestar mucha atención a la mejora de los 1x1. Todas estas acciones aparecen habitualmente en situaciones de transición ataque-defensa o en el balance defensivo.

    Como en otros conceptos del baloncesto no hay una verdad absoluta acerca de cómo debe hacerse el balance defensivo por parte de un equipo. Con respecto a este concepto táctico surgen diversas reflexiones: ¿Qué es el balance defensivo? ¿Cuáles son las premisas básicas que debemos tener en cuenta para realizar un buen balance defensivo? ¿Qué importancia le damos en el resultado final de un partido? ¿Puede llegar a ser un signo de identidad de un equipo? ¿Cuándo empieza el balance defensivo? ¿Es la primera acción en defensa o la última acción de ataque?

    El balance defensivo abarca desde el lanzamiento a canasta hasta el posicionamiento estático 5x5. El rebote ofensivo constituye el principio del balance defensivo, ya que a través de él se impide que el equipo defensor pueda iniciar el contraataque, y así puede empezar a cerrar espacios. En este caso, el balance defensivo sería la última acción de ataque, es decir, todos los movimientos que realizamos mientras el balón vuela a canasta y sabiendo que aún tenemos opciones de seguir atacando.

    Por tanto, ¿cuándo empieza la defensa? Cuando se pierde la posesión del balón. Entonces, será primordial realizar un balance rápido y eficaz para no conceder ventajas al atacante y poder llegar organizados al 5x5 estático. Por consiguiente, el balance defensivo será la primera acción defensiva.

    Otra reflexión que se puede producir hace referencia al número de balances defensivos se pueden hacer durante un partido. Se puede afirmar que se pueden producir los mismos balances defensivos que ataques y en consecuencia, los mismos contraataques que defensas. De esta manera, el trabajo táctico y de capacidades perceptivas y de decisión en el balance defensivo debe merecer la misma atención que la de otros fundamentos tácticos colectivos de gran importancia.

    Diversos entrenadores (Aíto García Reneses, Pepu Hernández, Ivanovic, etc.), consideran que el balance defensivo es una filosofía de juego, y no una simple instrucción de que todos vayan al rebote ofensivo y que luego vuelvan hacia atrás.

2.     El concepto de balance defensivo en baloncesto

    En la actualidad, en el ámbito de los deportes colectivos la organización del juego dinámico está adquiriendo una mayor trascendencia, entendido como aquel que transcurre en la transición defensa-ataque o ataque-defensa. Esta situación de partido ataque-defensa es conocida como balance defensivo.

    Según Comas (1991), el balance defensivo es una situación de partido que se produce tras la desposesión del balón, produciéndose un estado de preocupación colectiva para evitar el contraataque o la rápida transición defensa-ataque del equipo contrario.

    El balance defensivo constituye un movimiento inicialmente instintivo en jugadores de categorías inferiores, aunque en categorías superiores pasa a ser un movimiento táctico, normativizado, estructurado, y con responsabilidades individuales y colectivas ante cualquier pérdida de posesión del balón por parte del equipo atacante.

    Este movimiento táctico se plantea como una acción de conjunto en el que un equipo después de encestar, o perder la posesión del balón, obstaculiza la subida del balón del equipo contrario, y se repliega rápidamente a su campo para evitar el contraataque del equipo rival.

    El balance defensivo se produce tras una serie de posibles situaciones:

  • Repliegue después de conseguir canasta.

  • Repliegue tras falta personal en ataque, balón fuera del campo o violación.

  • Repliegue después de tiro fallado o interceptación de pase.

    Ante estas situaciones y de manera general, se pueden considerar las siguientes acciones de respuesta a realizar por parte del equipo atacante:

  • Atacar el rebote ofensivo.

  • Tras canasta o pérdida del balón, primer repliegue.

  • Segundo repliegue, que implica a todo o a casi todo el equipo.

  • Puede haber un tercer repliegue que constituya una fase culminante en el balance defensivo.

  • Por último, se encara la defensa estática 5x5.

    La realización correcta de estas acciones favorece una mayor eficacia del balance defensivo, y determina en buena medida la calidad e identidad del equipo. Comas (1991) señala que la mejor defensa del contraataque consiste en llegar organizados, y en superioridad numérica a las proximidades de nuestro aro antes que el equipo atacante.

    En este sentido, es necesario comentar que ante situaciones de superioridad numérica el equipo defensor puede realizar una serie de acciones defensivas:

  1. Si existe una situación de dos contra uno, dos atacantes para un solo defensor: el defensa debe realizar fintas defensivas continuamente para generar reacciones dubitativas, retrasando el ataque, pero con cuidado de no decantarse hacia ningún lado, esperando a que los compañeros bajen a defender.

  2. Si existe una situación de tres contra dos. La primera función es evitar bandejas y canastas próximas retardando el contraataque. La defensa actúa como un tándem con movimientos precisos muy estudiados, trabajados y entrenados.

  3. Si existe una situación de cuatro contra tres. Igual que la anterior, evitando canastas fáciles con un triángulo defensivo en la zona.

    Estas situaciones tácticas de superioridad son indefendibles si el ataque ejecuta correctamente su juego, solo si el ataque duda o es impreciso ante las acciones y maniobras defensivas, la defensa puede anular el contraataque.

    Otras situaciones que se deben de tener en cuenta son las siguientes:

1.     Situaciones de juego voluntarias. Son aquellas acciones en la que se pierde el control del balón mediante un lanzamiento a canasta. En esta situación, es importante que el equipo atacante no caiga en la precipitación y realice el tiro en el momento adecuado de tal manera que su disposición en la cancha sea adecuada para poder recuperar el balón mediante un rebote ofensivo o realizar el balance defensivo con el menor riesgo posible.

    La disposición adecuada se basará en dos aspectos primordiales:

  • Número de jugadores que se quiere tener cerca del aro para poder luchar por un posible rebote.

  • Número de jugadores que se quiere colocar más cerca del aro propio para defenderlo.

2.     Situaciones de juego involuntarias dinámicas. Aquellas en las que la acción defensiva o por un error ofensivo el balón pasa a ser controlado por el equipo contrario, este tipo de acciones son menos controlables que las anteriores pero sí es posible establecer algunas ideas que se transmitan a los jugadores para que estos puedan tenerlas en cuenta a la hora de tomar decisiones en el campo.

    Las decisiones variarán en función de la zona en la que se pierda el control balón:

  • Cerca de canasta. Se dispondrá de mayor tiempo para la organización del balance.

  • Lejos de canasta. Será más complicado organizar el balance por la inercia del movimiento que se crea en el equipo que recupera la posesión del balón.

3.     Situaciones de juego involuntarias estáticas. Son aquellas en las que se produce un cambio de posesión del balón al cometer el equipo que ataca una infracción sancionada por los árbitros, lo que produce una parada en el juego y permite tener mayor tiempo para organizar la defensa. Destacar que en este caso, y desde que es obligatorio que los árbitros toquen el balón antes de sacar, el número de posibilidades de hacer contraataque ha disminuido notablemente y por tanto también la necesidad de organizar y estructurar el balance defensivo.

3.     Táctica individual y colectiva en el balance defensivo

    La respuesta de un equipo ante la rápida transición defensa-ataque o contraataque del equipo rival puede tener su inicio en el analizas tanto de las fortalezas como de las debilidades, y en la planificación a nivel táctico de la situación inversa, es decir, en la transición defensa-ataque. En función de este trabajo táctico, se debe procurar minimizar las debilidades, y sobre todo matizar nuestras reglas en función del rival para equilibrar o contrarrestar las posibles ventajas momentáneas fruto del aumento del espacio y del desconcierto inicial que supone la pérdida del balón.

    Ante las situaciones anteriormente comentadas, se puede actuar tácticamente con diversas acciones:

1.     Realización de faltas voluntarias. En el momento de la pérdida de control de balón, el jugador ha de observar, interpretar y anticipar las acciones del equipo contrario para decidir si realiza la falta en función de la situación concreta de partido. Al respecto, es obligado recordar el cambio en el reglamento realizado recientemente, el artículo 36.1.3 dictamina que “si un jugador provoca un contacto con un adversario por la espalda o lateralmente en un intento de impedir un contraataque y no hay ningún adversario entre el atacante y la canasta del equipo contrario, la falta es antideportiva”.

2.     Luchar el rebote ofensivo. Si el ataque finaliza en un tiro, con canasta o sin ella, se deberá decidir, qué número de jugadores van al rebote y cuantos y como se colocarán para defender la zona cercana al aro propio. Los equipos que contraatacan generalmente dominan los rebotes en su aro, sin embargo, cuando juegan contra un equipo que rebotea bien ofensivamente su juego se ve condicionado. Según su acción en la cancha podemos clasificar a los componentes en:

  • “Reboteadores”. Valorarán si es factible luchar por recuperar el balón en el rebote o ralentizar el control del balón por el equipo contrario (palmear el balón, etc.). Como entrenadores debemos entender que habrá jugadores que lucharán en mayor medida por el rebote y, aunque se les obligue a esprintar para minimizar el tiempo de superioridad del rival, llegarán más tarde.

  • “No reboteadores”. Valorar si el rebote es largo o no, y comenzar a situarse corriendo hacia el campo de defensa sin perder de vista el balón y las acciones de los contrarios. Es importante que los jugadores “no reboteadores” mantengan un alto nivel de actividad, si permanecen inmóviles aumentarán las posibilidades de que el equipo rival contraataque con éxito.

3.     Presión sobre el “reboteador”. Uno de los “reboteadores” presiona al adversario que se encuentre en posesión del balón provocando que retrase sus acciones, en esta acción se debe evitar que los jugadores salten sin función en medio de la pista y no bajen a defender.

4.     Presión sobre el receptor del primer pase. Uno de los jugadores “no reboteadores”, tras comprobar que detrás de él hay más compañeros, va a colocarse junto al posible receptor con la intención de impedir que reciba el balón o que lo haga más pegado a la línea de fondo. La ubicación del defensor respecto al receptor no ha de negar la línea de pase, es objetivo es evitar que reciba en movimiento y forzarle a volver hacia atrás para recibir. Mantener siempre distancias cortas para evitar que entre en juego dinámico y drible en carrera provocando finalmente la superioridad. Una vez que reciba, el objetivo pasa a ser que el balón no vaya por el centro ya que desde ahí están todas las líneas de pase abiertas y en inferioridad, debe el defensor por tanto prohibir que coja el centro y no cerrarle la continuidad cerca de uno de los laterales del campo. En algunos casos, esta labor puede ir acompañada de un seguimiento del jugador que ha presionado la salida del primer pase, pudiendo llegar a ejecutar un 2x1.

5.     “Colapsar el ataque”. Los jugadores que no intervienen directamente sobre el balón se mantendrán activos y dispuestos a colaborar entre sí para evitar las posibles ventajas que pueda conseguir el ataque debido a la falta de estabilidad defensiva. Bajarán lo más rápidamente posible hacia la canasta propia y de manera escalonada, asegurándose de que siempre haya alguien por delante de ellos para parar el balón. Se colocarán repartidos en el espacio que rodea la canasta en posiciones que les permita controlar el movimiento del balón y de los jugadores contrarios, con la intención de disuadir y retrasar sus acciones, fundamentalmente pases largos, 1x1 laterales en ¾ de campo y situaciones de ventaja numérica.

6.     Reasignación de marcajes individuales. El reajuste definitivo de los jugadores se producirá una vez se haya conseguido parar el balón y equilibrar el número de jugadores atacantes y defensores. En todo caso, nunca se actuará con precipitación, sino de manera ordenada y aprovechando las posibilidades que el ataque brinde:

  • Parada del balón en ½ campo por parte del equipo contrario.

  • Cambios en bloqueos. Bloqueos donde se cambia hasta conseguir el ajuste.

  • Cambios en situaciones de lado débil.

7.     “Camuflar” debilidades. Debido a la rapidez del juego y las lecturas realizadas por el equipo contrario, en muchas ocasiones nos veremos obligados a mantener situaciones de “miss match” durante todo el movimiento ofensivo del rival. En estos casos es muy importante la astucia de los jugadores en detectar los puntos débiles y realizar una correcta toma de decisiones, las desventajas pueden ser:

  • Defensa por delante de poste bajo en caso de un emparejamiento en desventaja.

  • Defensa con ayudas al bote en caso de un emparejamiento de un grande defensor con un pequeño atacante desde el exterior.

  • Defensas de los bloqueos directos con cambio, recuperando la situación.

  • Defensas de ayudas e incluso “traps” en el poste bajo en caso de recibir el grande contra un pequeño.

4.     Propuesta práctica de tareas

    Según Olivera (1996), se pueden realizar diversas actividades para el entrenamiento del balance defensivo. En el presente trabajo, se pueden plantear las siguientes:

Tarea 1: 3x0 balance defensivo 3x0

    Descripción de la tarea: primer contraataque 3x0 a partir de rebote defensivo. El jugador 3 puede tirar a tablero para coger el rebote y hacer el pase de apertura acordado. Juego 3x0. Obligatorio ir al rebote defensivo. Siempre tras canasta los tres jugadores tienen que hacer el balance defensivo ultrarrápido. Es obligatorio que los jugadores una vez hayan pasado medio campo estén mirando balón. A partir de ahí, el entrenador que ha cogido el balón tras la canasta, lanza el balón para que rápidamente vayan a recuperar el balón y metan una canasta. (Gráficos 1 y 2).

Tarea 2. 2X2 .Trabajo ofensivo 2x2, y del balance defensivo

    Descripción de la tarea: uno de los ejercicios clásicos que solemos realizar con nuestros jugadores, en esta ocasión damos una vuelta de tuerca más, trabajando el balance defensivo en la continuación del ejercicio. Éste comienza con una disposición en caja, el balón rotará por todos los jugadores, sólo cuando llegue al último jugador se podrá iniciar a jugar el 2x2. Los defensores deberán ir a por su par en diagonal a la posición inicial que ocupan. (Gráficos 3 y 4).

Tarea 3. 3x0 y 1x2 Contraataque y balance defensivo. Agresividad defensiva, recepción, bote y 1x1 – 1x2

    Descripción de la tarea: 3x0 a una canasta. A la vuelta el jugador que da el primer pase de contraataque se juega un 1x2 contra los otros dos. Los otros dos que defienden deben presionar en toda la cancha. El jugador que roba pasa a ser atacante (Gráficos 4 y 5).

Tarea 4. 2X2 con ventaja para el ataque. Los atacantes partirán con una superioridad, que deberán aprovechar antes de que el segundo defensor realice rápidamente el balance defensivo, y llegue a recuperar su posición, ayudando a su compañero, y generando una situación de 2x2 en estático en medio campo (Gráfico 7).

    Descripción de la tarea: el pase inicial a cualquiera de los dos jugadores que se encuentran en banda debe ser fuerte, y tenso, no permitiremos un mal pase, que favorezca descaradamente a la recuperación defensiva de su compañero.

    La obligación del pasador será retardar al máximo a los atacantes, permitiendo que llegue el otro defensor, y generar una situación de 2x2 en equilibrio numérico. El uso que haga de los brazos será fundamental, al igual que el trabajo de fintas, que consiga hacer dudar a los atacantes. Ambos defensores deberán tener una buena comunicación a la hora de ajustar esa situación de inferioridad numérica.

Tarea 5. 4x2+2. Entrenamiento de superioridad ofensiva y recuperación defensiva

    Descripción de la tarea: Cuatro atacantes se situarán por detrás de la línea de medio campo, a la señal de su entrenador, o por iniciativa del jugador con balón, iniciarán el ataque al aro. En frente, tendrán dos defensores, quienes deben retardar al máximo la finalización del ejercicio, para ello el trabajo de fintas defensivas es importante, hacer que dude el ataque. Una vez que el balón cruce el medio campo, los dos jugadores fuera de la pista, tocarán la línea de medio campo, y se dispondrán a realizar el balance, ajustando la situación de 4x2, a 4x4 en estático (Gráfico 8).

    Los ajustes de marcaje, y posibles cambios defensivos deben ser comunicados por los jugadores, para que estos estén coordinados, y preferiblemente cuando estén en lado débil. Si se organiza el 4x4, en función del nivel de los jugadores, podremos pedir unos objetivos, u otros. Si el nivel es superior, debemos "castigar" al máximo los desajustes que se hayan producido, haciendo llegar el balón a las zonas en las que el ataque tenga mayor ventaja (Gráfico 9).

    El trabajo de lectura no debemos pasarlo por alto también con jugadores de menor calidad, sería un gran éxito que los jugadores en formación comprendan la importancia de un desajuste para en un futuro poder leerlos correctamente, y castigarlos. Una vez finalizado, los cuatro defensores se dispondrán a comenzar su ataque en el aro contrario, con las mismas reglas para la defensa, hasta que el balón no cruce la línea de medio campo no podrán iniciar la recuperación defensiva los dos jugadores situados fuera del campo. Es importante que para que haya dinamismo en el ejercicio, las rotaciones, y el cambio de rol se produzca de una forma rápida. Podemos castigar una mala defensa, obligando a que vuelvan a defender si han concedido una bandeja fácil, o un tiro cómodo (Gráficos 10 y 11).

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