efdeportes.com

Indicadores morfo-fisiológicos y pruebas de rendimiento

físico en escolares del sexo masculino. Primera parte

 

*Doctor en Ciencias Biológicas. Profesor titular e investigador auxiliar

UCCFD “Manuel Fajardo”, Facultad de Matanzas

**Licenciada en Ciencias de la Cultura Física

UCCFD “Manuel Fajardo”, Facultad de Matanzas

***Doctor en Medicina General Integral

Facultad de Ciencias Médicas de Matanzas

****Licenciada en Ciencias de la Cultura Física

UCCFD “Manuel Fajardo”, Facultad de Matanzas

Arcelio Ezequiel Fernández González*

Indira Odalys Rionda Martínez**

Yohany Fernández Llerena***

Leidys Aldama Medero****

arcelio.fernandez@umcc.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          A una muestra de 30 estudiantes del sexo masculino (seleccionados aleatoriamente) de una escuela de enseñanza primaria, se le determinaron una serie de indicadores de la composición corporal, fisiológicos y de rendimiento físico. Para ello a cada uno se le estimó o se le midió la edad decimal (Jordan et al., 1977), el peso corporal total, la talla corporal total, siguiendo los procederes recomendados por la ISAK (De Ross et al., 2003). A partir de aquí se calcularon el peso y el porcentaje de masa corporal activa, el peso y el porcentaje de grasa de la forma descrita por James et al. (1999) y el índice de masa corporal (Parízkova, 1988; Malina, 2006). Los indicadores fisiológicos determinados fueron: la capacidad energética anaeróbica alactácida mediante la prueba de potencia del salto vertical descrita por Gusi et al. (1991), Anselmi (2001), Flanagan (2008) y la prueba de Margaría- Kalamen (James et al, 1999), la capacidad energética aeróbica a través de la prueba de andar de Rockport (James et al., 1999). Los indicadores de rendimiento físico se valoraron por medio de los resultados del salto longitud sin carrera de impulso, de la rapidez en 30 metros, de la resistencia cardiorrespiratoria en la distancia de 400 metros planos y de la resistencia a la fuerza muscular del tronco (repeticiones). Se encontraron correlaciones de Spearman significativas (P < 0.05 ó P < 0.01) entre algunos indicadores de la composición corporal y fisiológicos y los resultados de las pruebas de rendimiento físico.

          Palabras clave: Indicadores morfo-fisiológicos. Rendimiento físico. Escolares.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 185, Octubre de 2013. http://www.efdeportes.com/

1 / 1

Introducción

    El ejercicio físico en poblaciones pedíatras continúa siendo un tema en extremo controversial dentro del campo de la Educación Física y del Deporte.

    Pero aún en la actualidad los investigadores de la fisiología del ejercicio pediátrico continúan teniendo en cuenta que los niños no son adultos en miniatura. Ellos no sólo son más pequeños que los adultos, sino también son distintos cualitativa y cuantitativamente, por lo que merecen un estudio, análisis y dedicación diferenciada (Pérez, 2002).

    Así, los niños de ambos sexos en comparación con los adultos tienen un gasto cardiaco y un volumen de eyección significativamente más bajo, una frecuencia cardiaca más alta a cualquier VO2 dado, un costo de energía metabólica durante el estado de reposo y la caminata o la carrera más alto, corren a un mayor porcentaje de potencia aeróbica máxima con una zancada más corta, las respuestas de las concentraciones de lactato sanguíneo al ejercicio han sido consistentemente inferiores (Delgado 1995; Wilmore y Costill, 2001; Bar 2003).

    Luego, existe una unanimidad, casi absoluta, en cuanto a que en las etapas infantil prepuberal y puberal, se debe desarrollar el componente orgánico, responsable del metabolismo aeróbico (Pérez, 2002; Pérez y Diego, 2002; Navarro, 2001).

    De ahí, que el entrenamiento físico con niños exige el respeto de los principios del entrenamiento deportivo junto a un control biológico del proceso pedagógico (Pérez y Diego, 2002).

    Por otra parte, en los niños la masa muscular aumenta de forma sostenida junto al incremento del peso corporal total. Este incremento en los niños y las niñas son consecuencias principalmente de la hipertrofia de las fibras. Las células grasas pueden aumentar su tamaño y su número, pero la intensidad de su de la acumulación depende de los hábitos dietéticos, del ejercicio y de la herencia (Wilmore y Costill, 2001; MacMillan, 2006).

    En los niños la habilidad motora aumenta durante los primeros 18 años de vida, aunque en las niñas tiende a estabilizarse alrededor de la pubertad. Las ganancias de fuerza depende también de la madurez sexual, pero mejora cuando la masa muscular aumenta con la edad (Wilmore y Costill, 2001).

    Resulta entonces que, el tamaño del cuerpo, las proporciones, el físico y la composición corporal son factores importantes en la performance y la aptitud física (Malina, 2006; Yu et al., 2007).

    Los niños que estudian en quinto y sexto grados (segundo ciclo) en nuestras escuelas tienen como promedio de diez a doce años. Conocer sus características es de gran importancia y constituye un requisito para el trabajo de los maestros y para que la labor docente educativa que realizan pueda cumplirse con éxito. (Trujillo et al., 2001; INDER, 2012-2013).

    A pesar de ser preadolecescentes sus caracteres sexuales secundarios comienzan a hacer su aparición. Por lo general en las niñas estos cambios se manifiestan de forma más prematura. Muchas de ellas han experimentado la primera menstruación a los 11 años (Ross et al., 1988; Mark et al., 1990; Tanner, 1986; Albarracín y Moreno, 2012; INDER, 2012-2013).

    El propósito del estudio fue determinar las relaciones existentes entre indicadores morfo - fisiológicos y los resultados de las pruebas de rendimiento físico en niños del segundo ciclo de enseñanza primaria.

Material y métodos

    La muestra voluntariamente la integraron 30 estudiantes del sexo masculino (seleccionados mediante un muestreo aleatorio simple) de una escuela primaria de la ciudad de Matanzas, y estaban sometidos a un programa 6 horas semanales de clases Educación Física.

    Las clases de Educación Física consistían en ejercicios físicos para el desarrollo de las capacidades físicas condicionales, coordinativas y la flexibilidad. Ejercitando además las habilidades motrices deportivas que le servirían de preparación para los deportes que se imparten en el grado (atletismo, baloncesto y fútbol) y en grados posteriores mediante la realización de juegos predeportivos.

    A cada uno de los niños se le determinaron las siguientes dimensiones morfológicas e indicadores fisiológicos y de rendimiento físico:

1.     Dimensiones morfológicas (cineantropométricas) determinadas. 

    La edad decimal siguiendo los criterios de Jordán et al. (1977). La talla corporal total de estiramiento, mediante el antropómetro Harpenden (precisión ± 1 mm.). El peso corporal total, mediante una balanza de contrapeso Detecto Medic (precisión ± 0.1 kg.). Ambas dimensiones se tomaron siguiendo los procederes de la ISAK (De Ross et al., 2003).

    A partir de la talla y el peso corporal total se estimaron en cada niño los siguientes indicadores de la composición corporal:

    Peso de masa corporal activa (MCA) en kg., mediante la siguiente ecuación propuesta por James et al. (1999): MCA= 0.204 x [talla corporal total (dm.)²], lo que nos posibilitó obtener el peso graso (PG), los porcentajes de MCA y de grasa. El índice de masa corporal (IMC), descrito por Malina (2006), MacMillan, (2006).

2.     Indicadores fisiológicos determinados. 

    La capacidad energética anaeróbica alactácida, a través de dos tests: a) el test de salto vertical propuesto inicialmente por Sargent (1921) y de la forma descrita por Bosco (1987), Anselmi (2001), Flanagan (2008). Utilizando para la estimación de la potencia anaeróbica después del salto la ecuación de Lewis. b) La prueba de potencia de Margaría - Kalamen (James et al., 1999).

    La capacidad energética aeróbica se determinó mediante la prueba de andar de Rockport (prueba de la milla) de la forma descrita por James et al. (1999), caminando la distancia de la forma más de prisa posible. Usando la siguiente ecuación para el calculó del VO2 máx.

VO2 máx.= 132.6 - (0.17 x Pc) – (0.39 x edad) + (6.31 x S) - (3.27 x T) - (0.156 x Fc)

    Donde: VO2máx.= ml.kg-1min-1, Pc = peso corporal total, T = tiempo en andar la milla, Fc = frecuencia cardiaca posterior al ejercicio, Edad = años, S (sexo) = 0 para el sexo femenino y 1 para el sexo masculino.

3.     Indicadores del rendimiento físico determinados. 

Rapidez en 30 metros planos (tiempo realizado). Resistencia a la fuerza muscular del tronco (cantidad de abdominales en de cúbito supino realizando flexiones ventrales del tronco hasta el agotamiento con sujeción del tren inferior). Salto de longitud sin carrera de impulso con contramovimiento. Resistencia cardiorrespiratoria 400 en metros planos con registro del tiempo realizado. Todas siguiendo los procederes del INDER (2012-2013). Siendo el INDER el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación.

    Se hallaron los datos estadísticos de tendencia central y dispersión, así como los valores máximos y mínimos de todos los indicadores estudiados. Se estimaron las correlaciones de Spearman entre los indicadores de composición corporal, fisiológicos y el rendimiento físico. Los datos fueron procesados mediante el paquete estadístico SPSSSPC versión 20.0.

Resultados y discusión

    La tabla 1 muestra la caracterización de los indicadores de la composición corporal.

Tabla 1. Indicadores de la composición corporal. N = 30

    El peso corporal total se ubicó entre el percentil 90 y 97 para la población cubana reportado en el segundo estudio nacional de crecimiento y desarrollo en Cuba que abarcó una muestra total de 29759 sujetos de toda la nación (Berdasco et al., 1991). Mientras que la talla corporal total se situó en el 50 percentil.

    En estos niños, el valor medio del IMC se ubicó en el 75 percentil para la población cubana y venezolana, y en el percentil 50 para niños chilenos de la misma edad (Esquivel, 1991; Hernández et al., 1989; MacMillan, 2006), al ser su valor medio de 17.388 kg/m2 (Tabla 1). Así, diferentes autores han planteado que el IMC es independiente de la talla al estar esta última elevada a una potencia (Díaz y Wong, 1990; Hernández et al., 1989; Esquivel, 1991), lo que explica que la muestra bajo estudio no se encuentra ni en la zona de obesidad, ni en la de desnutrición reportadas para este índice en la población cubana y venezolana. También se considera que el sobrepeso y la obesidad, sobre la base de los valores del IMC, tienen lugar cuando el índice se ubica por encima del 75 percentil (Esquivel, 1991).

    Este hallazgo pudiera explicar también el adecuado porcentaje de grasa corporal encontrado en la muestra (8.045 %, tabla 1), pues el IMC es un indicador del grado de adiposidad, como lo es el porcentaje de grasa, y se ha demostrado que ambos indicadores se correlacionan entre sí moderadamente (Díaz y Wong, 1990; Katch, 1998; MacMillan, 2006). Lo que sugiere esperar altos valores (respecto al peso corporal total) de peso y porcentaje promedio de masa corporal activa en los niños de la muestra (33.820 kg. y 91.895 %, respectivamente, tabla 1).

    La tabla 2 presenta la caracterización fisiológica de la muestra estudiada.

Tabla 2. Indicadores fisiológicos. N = 30

    La capacidad anaeróbica alactácida valorada mediante la potencia del salto vertical posibilitó, en promedio, evaluar a la muestra como de excelente tomando como referencia la población brasilera de 11-12 años de edad (Lancetta, 1988).

    El VO2 máx., resultó ser en promedio muy alto, semejante a hombres adultos menores de 29 años (James et al., 1999). Resultados que corroboran los hallazgos y criterios de otros autores de que en la niñez se debe desarrollar el componente aeróbico (Pérez, 2002; Delgado, 1995; Navarro, 2001). Pero este valor en el presente estudio debe ser manejado con precaución, pues los niños no fueron sometidos a un protocolo de ejercicio con esfuerzos progresivos hasta el agotamiento (Rowland, 1996; James et al., 1999; Bar, 2003).

    La caracterización del rendimiento físico de los niños se puede apreciar en la tabla 3.

    La rapidez y la resistencia cardiorrespiratoria, en promedio, se ubican por encima del percentil 90 para la población cubana (INDER, 2012-2013). Sin embargo, los valores medios del salto de longitud y la resistencia muscular del tronco, se encuentran por debajo de la media nacional (INDER, 2012-2013).

Tabla 3. Indicadores del rendimiento físico. N = 30

    Las relaciones encontradas entre los indicadores de la composición corporal y del rendimiento físico podemos observarlas en la tabla 4.

Tabla 4. Matriz de correlaciones de Spearman entre los indicadores de la composición corporal y del rendimiento físico. N = 30

    Se aprecia que el peso corporal total se asoció positiva y significativamente (P < 0.05) con la rapidez y la resistencia a la fuerza muscular del tronco. Explicable por los altos valores medios encontrados para el peso y el porcentaje de masa corporal activa de los niños (tabla 1), indicadores estos del desarrollo músculo esquelético y por tanto de la fuerza muscular (Mayhew et al., 1993; Molina y Salasar, 1994).

    Las correlaciones positivas y significativas (P < 0.01) encontradas entre la talla corporal total, la rapidez y el salto de longitud, se pudieran explicar porque con una mayor talla corporal total se logra una mayor zancada durante la carrera y por tanto, se recorre una mayor distancia durante el salto (tabla 4).

    Por las mismas razones (por ser indicadores del desarrollo músculo esquelético) el peso y el porcentaje de masa corporal activa se asociaron positiva y significativamente (P < 0.05 ó P < 0.01) a la rapidez, a la resistencia de la fuerza muscular del tronco y a la distancia recorrida durante el salto de longitud (tabla 4).

    Relaciones inversas y significativas (P < 0.05 ´0 P < 0.01), fueron encontradas, por ser indicadores de adiposidad y representar un lastre para la ejecución motriz (Molina y Salasar, 1994), entre el peso, el porcentaje de grasa corporal y el IMC y la rapidez, la resistencia a la fuerza muscular del tronco y el salto de longitud (tabla 4).

    Estos hallazgos sugieren que los indicadores de la composición corporal deben tenerse en cuenta para la organización, planificación y desarrollo de las clases de Educación Física, incluso para la selección de talentos.

    Las asociaciones entre los indicadores fisiológicos y el rendimiento físico se muestran en la Tabla 5.

Tabla 5. Matriz de correlaciones de Spearman entre los indicadores fisiológicos y del rendimiento físico. N = 30

    La potencia del salto vertical se asoció positivamente y significativamente (P < 0.05 ó P < 0.01) con rapidez y el salto de longitud, como era de esperar, pues la potencia del salto vertical es un indicador de la potencia de los miembros inferiores (Bosco, 1987; Anselmi, 2001; Flanagan, 2008). Por las mismas razones, la potencia de la prueba de Margaria – Kalamen también se asoció positiva y significativamente (P < 0.05 ó P < 0.01) con rapidez y el salto de longitud. Mientras que el VO2 máx. se asoció a la resistencia cardiorrespiratoria, como era de suponer.

    De modo que estos indicadores también deben tenerse en cuenta para la organización, planificación y desarrollo de las clases de Educación Física.

    La tabla 6 presenta las asociaciones entre los indicadores de composición corporal y los fisiológicos.

    Observe que los indicadores de la composición corporal que representa parámetros de fuerza (peso y porcentaje de MCA, se asociaron significativa y positivamente a la potencia del tren inferior (pruebas del salto vertical y de Margaria – Kalamen). Y por el contrario, aquellos indicadores del grado de adiposidad (peso y porcentaje de grasa e IMC) se asociaron negativamente a la potencia del tren inferior (P < 0.01, tabla 6).

    Las relaciones positivas entre el peso corporal total y las pruebas de potencia se explican por el alto peso y porcentaje de MCA que presentaron los integrantes de la muestra, ya tratado (tabla 1).

Tabla 6. Matriz de correlaciones de Spearman entre los indicadores de la composición corporal y los fisiológicos. N = 30

Conclusiones

    El estudio realizado nos posibilitó concluir que:

  • Los indicadores de la composición corporal que representan parámetros de fuerza y del desarrollo músculo esquelético del niño (el peso y el porcentaje de masa corporal activa), la talla y el peso corporal total, los que evalúan su grado de adiposidad (el peso y el porcentaje de grasa corporal y el IMC), así como los fisiológicos que evaluaron su potencia anaeróbica alactácida del tren inferior y el VO2 máx., que asociaron positiva o negativa y significativamente al rendimiento físico deben ser considerados en la organización, planificación y desarrollo de las clases de Educación Física y para la selección de talentos.

Bibliografía

  • Anselmi, EH. (2001). Ejercicios ideales para el reclutamiento de unidades motoras. Publice Standard. 12/11/01. Pid: 230.

  • Albarracín Pérez, A. y JA. Moreno Marcia (2012). Analysis of the contents and Activities Conducted in Water Activities Classes: A Proposal for Secundary Education. Apunts. Educación Física y Deportes, 3er trimestre (julio – septiembre), (109): 32-43.

  • Bar-Or, O. (2003). Lo Nuevo y lo Viejo de la Fisiología del Ejercicio Pediátrico. Publice Standard. 12/11/03. Pid: 210.

  • Berdasco, A., M., Esquivel, J., Gutiérrez, JM., Jiménez, D., Mesa, E., Posada, J., Romero, M., Rubén, L., Sastre, LC., Silva y R., de la Vega (1991). Segundo estudio nacional de crecimiento y desarrollo. Cuba, 1982. Rev. Cubana de Pediatr, enero- abril, 63 (1): 4-21.

  • Bosco, C. (1987). Valoraciones funcionales de la fuerza dinámica, de la fuerza explosiva y la potencia anaeróbica alactácida con el test de Bosco. Apunts de Medic. Deport., vol. XXIV: 151-156.

  • De Ross, W., R.V., Carr Robin, JM., Guelke, JE., Lindsay Carter (2003). Introduction to Anthropometry Fundamentals for Human Biology & Health Professions. © Rosscraft / Turnpike Electronic Publications.

  • Delgado, M. (1995). Fundamentos anatomo - funcional del rendimiento y del entrenamiento de la resistencia del niño y del adolescente. Rev. Motricidad, (1): 97-110.

  • Díaz, ME., e I., Wong (1990). Analogía de algunas relaciones entre el peso corporal y la talla durante la adolescencia. Rev. Cub. Pediatr., 62 (3): 376-385.

  • Esquivel, M. y A., Rubí (1989). Valores de peso para la talla en niños y adolescentes de 0 a 19 años, Cuba, 1982. Rev. Cubana de Pediatr., 61 (6): 833-844.

  • Esquivel M. (1991). Valores cubanos del índice de masa corporal en niños y adolescentes de 0 a 19 años. Rev. Cubana Pediatr. 63 (3): 181-190.

  • Falnagan, EP. Y TM., Comyns (2008). The use of contact Time and the Reactive Strength Index to Optimize Fast Strech – Shortening Cycle training. Strength and Conditioning Journal, 30 (50): 32-38.

  • Hernández de Valera, Y., O., Arenas y G., Enríquez (1989). Índice de masa corporal (peso /talla2) en niños y adolescentes venezolanos. Rev. Cubana Pediatr. (61 (3): 323-333, mayo-junio.

  • INDER (2012-2013). Indicaciones metodológicas Educación Física y Deporte para todos, Ciudad de la Habana, Cuba.

  • James, DG., A., Gard Fisher y PR., Vehrs (1999). Tests y pruebas físicas. Segunda edición. Edtl. Paidotribo, Barcelona, pp. 129-149.

  • Jordan, J., A. Bebelagua, M. Rubén y J. Hernández (1977). Investigación nacional sobre crecimiento y desarrollo, Cuba 1972-1974. Rev.Cub.Ped., 49 (4): 367-390.

  • Katch, F., K., Monahan (1998). Changs in body size of offensive players in the National Football League: a 76 years review of 27744 players. Med Sci Sports Exerc, 30 (suppl.): s:239.

  • Lancetta (1988). Clasificacao para populacaco de jovens brasilero na paixa etario de 11 a 16 anos de ambos sexos.

  • Navarro, F. (2001). Rendimiento aeróbico: crecimiento, maduración y entrenabilidad. INFOCOES, 4 (1): 3-11.

  • MacMillan, N. (2006). Nutrición Deportiva. Ediciones Universitarias de Valparaíso. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.

  • Mark, D., MD. Wheeler, M. Dannis y M. Styne (1990). Diagnóstico y tratamiento de la pubertad precoz. Clin. Pediatr. N. Am., vol. 5: 1317-1332.

  • Malina RM. (2006). Antropometría. PubliCE Standad. 16/10/2006. Pid: 718.

  • Mayhew, J.L., F.C. Piper y M.S. Ware (1993a). Anthropometric correlates with strength performance amog resistance trained athletes. J.Sports Med. Phys. Fitness, 33 (2): 159-165.

  • Molina, R., J. Díaz y W. Salazar (1994). Adaptaciones biológicas en los músculos extensores de la pierna: una comparación del entrenamiento pliométrico y el trabajo con pesas en el desarrollo de la potencia, fuerza y velocidad. I Conferencia Internacional de Alto Rendimiento. La Habana. Cuba. Resumen: 7-8.

  • Pérez, R. (2002). Entrenamiento infantil, Internet, pp. 1-2

  • Pérez, R. y Diego, P. (2002). El desarrollo de la resistencia aeróbica en poblaciones infanto juveniles: un enfoque fisiológico - pedagógico. Publice Standard. /3/2002. Pid. 215.

  • Ross, WD., EH., De Rose and R. Ward (1988). Anthropometric applied to Sports Medicine, pp. 255 -260.

  • Rowland, TW. (1996). Developmental Exercise Physiology. Champaign, IL: Human Kinetics, 1-268.

  • Tanner, J.M. (1986). El hombre antes del hombre. El crecimiento físico desde la concepción hasta la madurez. Consejo nacional de Ciencia y Tecnología. Fondo de la Cultura económica, México, PP. 34- 85.

  • Trujillo Tardío, O. et al. (2001). Programa y orientaciones metodológicas educación primaria. Segundo ciclo. Educación Física, Ciudad de la Habana, Cuba.

  • Wilmore, J. y D. L. Costill (2001). Fisiología del esfuerzo y el deporte, Barcelona, España.

  • Yu, CC., RY., Sung, RC., So, K., Chi Lui, W., Lau, PK., Lan y EM., Lau (2007). Efectos del Entrenamiento de la Fuerza sobre la composición Corporal y el Contenido Mineral Óseo en niños con Obesidad. PubliCe Premium. 11/04/2007. Pid: 802.

Otros artículos sobre Educación Física

  www.efdeportes.com/
Búsqueda personalizada

EFDeportes.com, Revista Digital · Año 18 · N° 185 | Buenos Aires, Octubre de 2013
© 1997-2013 Derechos reservados