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La motivación como elemento psico-regulador

básico en la práctica de la actividad física

 

*Licenciada en Educación, en la especialidad

de Educación Física. Master en Cultura Física Comunitaria

Profesora Asistente de la Universidad de las Ciencias

de la Cultura Física y el Deporte de Granma

**Licenciado en Cultura Física. Master en Longevidad Satisfactoria

Profesor Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas de Granma

***Licenciado en Educación, en la especialidad de Educación Física

Master en Longevidad Satisfactoria. Profesor Auxiliar

de la Universidad de Ciencias Médicas de Granma

MSc. Lic. María Elena Pérez Rosabal*

MSc. Lic. Dixan Alba Martínez**

MSc. Sabino Enrique Alba Martínez***

dixan7@yahoo.es

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El presente articulo trata acerca de la motivación como un elemento psico-regulador básico en la práctica de la actividad física. La personalidad posee como una de sus características esenciales, su carácter activo, de ahí que, para el estudio de las diferentes esferas de la personalidad se hace necesario el abordaje con un enfoque psicológico de su actividad. Se abordan varios conceptos como actividad, actividad física, motivación, entre otros. Se realiza una reflexión sobre el carácter social de la actividad humana, la actividad posee una estructura, el carácter consciente y planificado de la actividad, la sistematicidad de la actividad, y el carácter plurimotivado de la actividad. Se muestran las etapas del ciclo motivacional, los tipos de motivos que orientan la práctica del ejercicio físico, las diversas teorías psicológicas sobre motivación.

          Palabras clave: Motivación. Actividad física. Personalidad. Necesidad. Ciclo motivacional. Intereses.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 185, Octubre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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    La personalidad posee como una de sus características esenciales, su carácter activo, a misma se aprecia en el hecho de que se forma y desarrolla en la actividad y a la vez posee la capacidad de regulación de su propia actividad. De ahí que, para el estudio de las diferentes esferas de la personalidad se hace necesario el abordaje con un enfoque psicológico de su actividad.

    Se denomina actividad a “...Aquellos procesos mediante los cuales el individuo, responde a sus necesidades, se relaciona con la realidad, adoptando determinada actitud hacia la misma…” (González Maura), la misma se distingue por determinadas características que le otorgan su carácter psicológico, entre las cuales se encuentran:

1.     Carácter social de la actividad humana. Cualquier tipo de actividad que se analice por su contenido y los procedimientos de realización, es producto del desarrollo histórico-social del hombre. Al ocuparse en un tipo dado de actividad, el hombre realiza acciones que fueron descubiertas y perfeccionadas por todas las sociedades durante su desarrollo histórico y en condiciones de un trabajo social. Esto también tiene que ver directamente con los diversos tipos de actividad deportiva, pues los procedimientos técnicos y el estilo con que se realiza la misma no son invención personal del practicante, sino fueron desarrollándose en el transcurso de un tiempo prolongado, durante siglos y en ello se materializaron los esfuerzos de muchas personas, por eso el hombre puede dominar uno u otro tipo de actividad, solo en el proceso de aprendizaje.

2.     La actividad posee una estructura en la cual se distinguen los elementos que constituyen la base motivacional de la misma: las necesidades y los motivos, así como los diferentes procesos que el hombre realiza guiado por una representación anticipada de lo que espera alcanzar con el despliegue de una actividad, esas representaciones anticipadas constituyen objetivos o fines que son conscientes y los procesos encaminados a la consecución de los mismos se le denomina acciones.

3.     Carácter consciente y planificado de la actividad. La actividad no es simplemente la suma de acciones aisladas o espontáneas. En cada uno de sus aspectos las acciones que constituyen la actividad representan un determinado sistema, están interrelacionadas, se ubican en un consabido orden y se estructuran según un plan conscientemente definido por el sujeto.

    El carácter consciente de la actividad está relacionado con otra de sus características distintivas: el carácter regulado y autorregulado de la misma. Labarrere Sarduy considera que “…Toda la actividad que un sujeto realiza a fin de modificar su comportamiento (que puede ser expresado de la más disímil manera: en la actuación, en el lenguaje, etc.), en correspondencia con fines u objetivos que han sido trazados por uno mismo o aceptados como personalmente válidos, aunque originariamente hayan sido formulados por otra persona. Esto presupone el despliegue de todos los recursos necesarios, a disposición del individuo, para mantener la actuación en correspondencia con determinados sistemas o conjuntos de condiciones, circunstancias etc., que resultan significativas para dicha conducta…”.

    Este mismo autor emite el criterio de que el efecto de la autorregulación puede verse o considerarse de dos formas:

  • La autorregulación en (o de) la esfera de los motivos y las necesidades, es decir, asociada con la orientación consciente de la conducta relativa a la esfera motivacional y de las necesidades.

  • La autorregulación “técnico-operativa” que se vincula con la prospección, la ejecución y el control de la conducta del sujeto.

4.     Sistematicidad. Cuando se habla de la actividad de una persona siempre se tiene en cuenta el carácter prolongado, diario y sistemático de aquella. Precisamente esta es la que caracteriza la actividad laboral. Los movimientos y hasta las acciones aisladas no constituyen la actividad; una u otras acciones de un profesor o un deportista, todavía no son actividad. Solamente puede llamarse actividad al conjunto de todas las acciones subordinadas a determinada tarea y que se llevan a cabo durante un período prolongado del proceso de aprendizaje o entrenamiento. El hombre realiza las tareas que se ha planteado solo en el proceso de una actividad prolongada. En relación con esto se diferencian los objetivos lejanos próximos e intermedios de la actividad del hombre.

5.     Carácter plurimotivado, que se expresa en que la misma está orientada a la satisfacción de necesidades del hombre que pueden ser variadas, incluso se puede plantear que en el curso de la actividad, las motivaciones iniciales del sujeto pueden ir transformándose por la acción de las circunstancias en las que transcurre la misma.

    Por último es necesario señalar que el hombre desarrolla variadas formas de actividad en el transcurso de su vida, entre las cuales se encuentra la actividad física, que constituye el centro de este trabajo y la cual según Pérez A. define como “...Una categoría de existencia humana, acto de producción y reproducción de las capacidades físicas y espirituales del hombre, la producción de la vida, el modo de la apropiación de las formas de producción (en el ámbito de la actividad física, el ejercicio físico como su modelo, las técnicas deportivas) y la existencia social (reproducción del modelo de vida de la comunidad, en distintos niveles de generalidad)…”

    La actividad del hombre siempre es provocada por algo y ese algo es lo que sostiene su actividad con cierta energía o intensidad en determinada dirección. Esta idea general es la que se traduce bajo el amplio término de motivación. Los elementos básicos de la motivación humana, sobre los cuales se conforma todo el desarrollo del proceso motivacional, son las necesidades y los motivos.La motivación constituye un aspecto fundamental de la personalidad humana y esta es un término genérico que se aplica a una amplia serie de impulsos, deseos, necesidades, anhelos, que se expresan en la dirección (objeto-meta) y en la intensidad o nivel de comportamiento. Ahora se hace necesario preguntarse ¿Cómo se inserta la motivación en el sistema general de procesos y formaciones psicológicas que conforman la personalidad?, que es decir, ¿cómo se inserta la motivación en la estructura general de la personalidad?

    Son diversos los criterios que abordan esta problemática, no obstante existe una coincidencia en los puntos de vista de los autores cubanos, los cuales en su análisis parten en primer lugar de tener en cuenta la “función reguladora de la personalidad”, a continuación se plantea un análisis de algunos de estos criterios.

    Rodríguez Rebustillo y Bermúdez Sarguera (1996), señalan que “…La personalidad se revela como un sistema de relaciones que subsume, integra y sintetiza en su funcionamiento dos esferas de regulación: la inductora o motivacional-afectiva y la ejecutora o cognitivo-instrumental, conformadas cada una de ellas por unidades psíquicas de carácter inductor o ejecutor según la esfera de regulación a la que pertenezcan…”.

    Para los citados autores la regulación motivacional-afectiva abarca el porqué y el para qué la persona actúa y se comunica, mientras que la función cognitivo instrumental comprende el cómo y el con qué la persona lo hace, es decir a la primera le son inherentes las funciones orientadora y sostenedora en la actuación de la personalidad y sus unidades psíquicas constitutivas son: la orientación motivacional, la expectativa motivacional y el estado de satisfacción. El primer tipo de orientación indica el porqué la persona actúa, los diferentes estadios en que se expresa el proceso motivacional hacia un contexto, expresados en forma de motivos, intereses e intenciones. La expectativa motivacional, como otra de las unidades funcionales de carácter inductor sintetiza la orientación de la persona hacia el futuro, configurándose en tareas, objetivos, ideales como formas en las que el sujeto se anticipa, intencionalmente, en un plano representativo a los resultados que han de ser logrados en el futuro. El estado de satisfacción expresa el sostenimiento de la persona en su actuación e incluye las diferentes vivencias afectivas de la personalidad experimentadas por esta, en su relación con los diferentes contextos de actuación.

    En esta misma línea orienta su análisis Sainz de La Torre “…Ante todo se debe conocer que cualquier actividad del hombre incluyendo por supuesto las acciones motrices se encuentra sustentada por un sistema psicorregulador que le permite, primero, el impulso para realizarla, el deseo de hacerla; segundo, los componentes que aseguran la claridad de su programa de acción y tercero, las habilidades suficientes para llevarlas a cabo…”.

    Consideramos que la motivación puede tener un carácter positivo o negativo. La motivación es positiva si se dirige hacia el objeto que el sujeto necesita. La motivación es negativa si va dirigida a alejarse, a evitar los objetos y situaciones insatisfactorias. Pues la motivación busca la satisfacción (motivación positiva) y evita la insatisfacción de las necesidades (motivación negativa).

    Es necesario que los profesores de cultura física, tengan en cuenta estas definiciones básicas y concepciones metodológicas esenciales, para esclarecer problemas psicológicos de la práctica del ejercicio físico, en diferentes grupos de edades y sociales de la comunidad.

    A manera de resumen se establece como puntos coincidentes de estos criterios los siguientes:

  • La regulación de la conducta es la principal función de la personalidad y cualquier análisis debe plantearse a la luz de la misma.

  • La regulación debe considerarse de dos formas: la regulación inductora y la regulación ejecutora, que en su unidad determinan el funcionamiento de la personalidad.

  • La esfera de los motivos y las necesidades (esfera motivacional) está asociada con la orientación consciente de la conducta, relativa a la forma inductora de regulación.

    El éxito de cualquier actividad no depende únicamente de factores intelectuales u operacionales, sino que requiere también de la disposición o intencionalidad para la realización de la actividad, sin ella la realización de cualquier actividad se convierte en un rotundo fracaso o al menos no alcanza la plena efectividad, esto permite tomar conciencia de la necesidad de motivar a los participantes de cualquier actividad.

    A continuación se exponen algunos conceptos que serán de gran utilidad para la mejor comprensión del tema tratado, en este análisis se asume como referentes teóricos los criterios de la investigadora cubana González Maura. V y de González Serra, D. por constituir estos generalizadores de las diferentes posiciones de autores cubanos consultados.

    El término motivación proviene del verbo latino “movere”, que significa moverse, “poner en movimiento” o “estar listo para la acción”. Diversas teorías psicológicas han realizado estudios sobre la motivación, las que más han aportado sobre esta temática son: el conductismo, el humanismo y el cognitivismo.

    Para González Maura motivación “…Es un estado de estimulación interna que resulta de una necesidad y que, generalmente, inicia, guía y mantiene un comportamiento o conducta orientada al logro de una meta u objetivo a alcanzar, sustenta la conducta de una persona y la mueve o conduce a la acción…”.

    Por su parte, la necesidad, consiste en el estado de carencia de algo que pueda originar en el organismo, beneficio o insatisfacción. Cubrir esta carencia disminuye la tensión fisiológica o psicológica que posea el organismo. Una necesidad es un estado interno de tensión que hace que determinadas manifestaciones parezcan atractivas. La necesidad crea una tensión que hace que se presenten estímulos internos que incentivan su conducta. Dichos estímulos internos generan un comportamiento de búsqueda, de metas específicas, que de lograrse producirán satisfacción de la necesidad y reducirán la tensión (González Maura. V; 1998). Se establece la definición de ciclo motivacional, el cual se inicia cuando surge una necesidad que mantiene y orienta la conducta, y genera un estado de tensión que lleva al individuo a desarrollar un comportamiento o acción, capaz de descargar o no, la tensión y liberarlo o no, de la insatisfacción (Gráfico 1).

Gráfico 1. Etapas del ciclo motivacional

    Finalmente, se considera que un concepto abarcador y considerablemente completo acerca de la motivación es el siguiente:

    “…La motivación es la orientación activa, persistente y selectiva que caracteriza al comportamiento. Esta orientación se expresa en el hecho de que la conducta persiste hasta el momento en que un objeto de una categoría bien determinado es obtenido, este objeto constituye por lo tanto un término (provisorio o definitivo) para la actividad del sujeto…”(González Maura).

    La motivación constituye un aspecto fundamental de la personalidad humana. El núcleo central de la persona está constituido por sus necesidades y motivos. El estudio de la motivación consiste en el análisis del por qué del comportamiento; de ahí su importancia fundamental para cualquiera de los campos de la Psicología.

    Teniendo en cuenta lo planteado por los diferentes autores en cuanto a motivación se aprecia que, constituye un elemento de vital importancia a tener en cuenta en la práctica sistemática del ejercicio físico en la comunidad, porque, de esta forma, se logra la creación de grupos que ayudarán a elevar la calidad de vida de sus integrantes.

    Se comparte lo planteado por Cañizares Hernández relacionado con el hecho de que “…La persona motivada hacia la práctica del ejercicio físico se manifiesta por diferentes conductas, es activa, atiende las explicaciones, incluso las cuestiona, es alegre, se interesa por su actuación, repite los ejercicios y se entrena fuera del curso; en dos palabras: siente placer y deseos en ejercitarse y aprender…”.

    La participación en las actividades físicas posee un importante valor intrínseco. El placer intrínseco ha figurado como uno de los motivos más importantes para que la gente practique esta actividad, resulta imprescindible lograr en la comunidad la necesidad de practicar el ejercicio físico y de esta forma, del estímulo por satisfacer la misma, surgirá la motivación.

    Según Sainz de La Torre, existen variados motivos que impulsan a las personas de cualquier a vincularse con la práctica de actividades físicas. Los más analizados en esta esfera, según Puni y Schellenberger son los personales y sociales y los directos e indirectos los cuales pueden observarse ejemplificados en el Cuadro No. I, así puede apreciarse que si el sujeto se encuentra motivado por la saturación emocional que le provoca participar en la práctica del ejercicio con sus compañeros del grupo se clasifica como social y directo, mientras que si éste participa en clase con el objetivo de alcanzar un cuerpo armonioso, ello sería personal e indirecto.

Cuadro I. Tipos de motivos que orientan la práctica del ejercicio físico.

    Todos estos motivos pueden ayudar a un buen desenvolvimiento de la práctica del ejercicio físico, pues lo importante de los mismos es su fuerza, la significación personal que posea, pero se debe destacar el valor de los motivos directos y de los sociales.

    Entre los componentes de la esfera motivacional se encuentran también los denominados intereses, según González Maura “…los intereses son formaciones psicológicas particulares que expresan la orientación afectiva del hombre hacia el conocimiento de determinados hechos, objetos o fenómenos…”.

    Por su parte Rubinstein expresa la importancia de los intereses en la actividad humana de la siguiente manera “…Por muy elevada y acusada que sea la toma de conciencia de la objetiva significación de las respectivas tareas, no es capaz de excluir la fuerza de atracción emocional de lo que da lugar al interés. Si falta la atracción emocional, existirá la conciencia de la significación, de la responsabilidad y del deber, pero entonces no se tratará de intereses…”.

    A nuestro juicio, la importancia de los intereses como formación motivacional estriba en que, si la persona posee intereses sólidos y estables hacia una determinada actividad, por ejemplo, la actividad física, desarrollará un mayor nivel de realización de la misma, a partir de la autorregulación.

    Los intereses se distinguen por su contenido; es así que existen intereses culturales, profesionales, deportivos, científicos y por supuesto hacia la actividad física, es decir que por su contenido existen múltiples intereses, lo que a su vez determina que existan también personas con una amplia gama de intereses y otros con intereses limitados, así como en el propio proceso de desarrollo de la personalidad hay etapas que se distinguen por una mayor amplitud de intereses y otras, que como la del adulto mayor se caracterizan por una disminución del horizonte de intereses.

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