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La caracterización psicopedagógica del niño 

con diagnóstico de retardo en el desarrollo psíquico

 

*Licenciada en Cultura Física. Profesora

de la Escuela Especial “Amalia Simoni Argilados” Camagüey

**Profesor Titular Centro de Estudios Pedagógicos

de la Facultad de Cultura Física. Camagüey

***Directora del Centro de Diagnóstico y Orientación. Camagüey

****Psicopedagogoga del Centro de Diagnóstico y Orientación. Camagüey

*****Profesor Asistente de la Facultad de Cultura Física. Camagüey

(Cuba)

Lic. Yensy Yuliet Castillo del Risco*

Dr. C. Angel Luis Gómez Cardoso**

Dra.C. Olga Lidia Núñez Rodríguez***

Lic. Elizabeth Gómez Núñez****

Dr. C Bárbaro Oliva Concepción*****

MSc. Elizabeth de Armas Hing*****

barny@enet.cu

 

 

 

 

Resumen

          La escuela cubana se ha impuesto un gran reto al tratar de profundizar en las particularidades de los alumnos con diagnóstico de Retardo en el Desarrollo Psíquico y en su atención y esto sólo es posible cuando se conoce con profundidad a ese alumno. Entonces, ¿cómo llegar a conocer al niño con dificultades en el aprendizaje?

          Palabras clave: Caracterización psicopedagógica. Diagnóstico. Retardo en el desarrollo psíquico.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 185, Octubre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La escuela cubana se ha impuesto un gran reto al tratar de profundizar en las particularidades de los alumnos con diagnóstico de Retardo en el Desarrollo Psíquico y en su atención y esto sólo es posible cuando se conoce con profundidad a ese alumno. Entonces, ¿cómo llegar a conocer al niño con dificultades en el aprendizaje? Pues bien, a través de su caracterización; instrumento de trabajo del maestro que para que sea eficaz tiene que parecerse a ese niño en cuestión. Ese documento debe reflejar la individualidad del menor.

    Refiriéndose a las características de este tipo de niño la especialista Clara Inés King de Larrarte expresa: “... generalmente han sido descritos como perezosos, indisciplinados, incontrolables, tercos, consentidos, fantasiosos, cuyo aprendizaje es lento, especialmente en lo que atañe a la educación de habilidades manuales. Una de las manifestaciones tempranas de las dificultades en el aprendizaje es la de que el niño no entiende el significado del ‘no’. Duermen mal o en horas diferentes a las acostumbradas. Se resisten a la disciplina. Ocasionalmente hacen berrinches por nada, a veces sollozan como si el mundo se hubiera vuelto contra ellos. Son clasificados como hiperactivos. En la escuela son incapaces de permanecer sentados por mucho tiempo y muestran un tiempo de atención breve. Cada ruido o movimiento es tenido en cuenta y es motivo de su atención. Una vez que empiezan a reír les cuesta trabajo parar. Esta risa es con frecuencia inmotivada. Aunque les gusta jugar con otros niños por lo general desconocen las reglas del juego o suspenden el mismo sin tener en cuenta a los compañeros. Parecen no tener miedo para ciertas actividades que implican intrepidez, sin embargo son torpes e ineptos para ciertas actividades sencillas. Ocasionalmente los niños letárgicos pueden manifestar dificultades en le aprendizaje”. ¿Qué es la caracterización psicopedagógica?

Desarrollo

    La caracterización psicopedagógica es el proceso que permite definir las particularidades individuales del niño, haciendo énfasis en la valoración del entorno escolar, familiar y comunitario y de las formas de relación que se establecen entre él y su medio con vistas a que se atiendan y satisfagan las necesidades que desde diversos ángulos éste presenta. “La caracterización constituye para nosotros un insustituible instrumento de la actividad pedagógica que en esencia nos debe permitir conocer el estado de desarrollo real de los alumnos, descubriendo aquellas áreas que demandan de nuestra acción correctiva-compensatoria con vistas a garantizar el constante avance de los educandos”.

    Claro ha quedado que para que sea efectivo el proceso de caracterización debe convertirse en instrumento de trabajo del maestro y al considerarse así no puede responder a demandas externas, sino las que exige el propio niño. ¿Qué condiciones deben tenerse en cuenta al elaborar una caracterización? (Núñez, 1999: 23)

Carácter integral

    Las causas de las dificultades en el aprendizaje, generalmente, no surgen en el propio alumno, sino en el proceso de interacción con el medio donde se desenvuelve. El desarrollo de los procesos superiores tiene, como plantea Vygostki un carácter histórico cultural; por ello sin negar el papel de lo biológico en el desarrollo de la conducta lo cierto es que, incluso los trastornos sensoriales, no constituyen en sí mismos defectos discapacitantes.

    Al caracterizar al alumno debe valorarse, además de la individualidad del niño, las particularidades del entorno escolar, familiar y comunitario donde se desenvuelve, es decir valorar el entorno en términos educativos y de inserción social, así como definir hasta qué punto la escuela, la familia y los factores de la comunidad son capaces de satisfacer sus demandas.

    Las particularidades individuales que hacen que el niño precise de determinadas condiciones del entorno, no están relacionadas solamente con la esfera psíquica, sino también con la parte física de su desarrollo. Esto es importante saberlo y explicitarlo por cuanto las enfermedades respiratorias, por citar un ejemplo, mal atendidas, pueden provocar en el menor cansancio frecuente, disminución de la capacidad de trabajo, desconcentración de la atención y como consecuencia, alteraciones en la conducta y en el aprendizaje. Ello explica la necesidad de profundizar en este aspecto por la influencia que directa o indirectamente pueden ejercer en el comportamiento y el aprendizaje del niño.

    ¿Por qué integral? Porque no se trata de la exclusiva descripción de los aspectos de carácter pedagógico, sino se pretende ir más allá, es decir ir al estudio integral del niño, en la búsqueda de aquellos factores que de una u otra forma interfieren en su aprendizaje.

    Vale la pena señalar que el hecho de caracterizar no implica destacar sólo los aspectos negativos del menor, todo lo contrario, este trabajo nos debe conducir a la necesaria búsqueda de potencialidades, es decir de las fortalezas que tiene el niño y de las oportunidades que ofrece el entorno para potenciar las mismas. Decía Vigotski “...no hay nada más indeseable que la selección de acuerdo con las particularidades negativas [y que] es imposible apoyarse en lo que le falta a un niño determinado, en lo que él no es”.

Carácter personalizado

    Hay que partir de la heterogeneidad para que la caracterización sea efectiva si somos consecuentes con el estudio del individuo desde su propia individualidad. Por lo tanto se exige un entorno educativo con atención personalizada. La caracterización debe tener un enfoque personológico. Los niños son diferentes unos de los otros, a pesar de tener rasgos comunes y esta condición presupone una atención también diferente, personalizada.

    En el aprendizaje una misma dificultad puede darse de manera distinta en varios alumnos, así como el empleo de un método de enseñanza puede resultar eficaz para un grupo de alumnos mientras que para otros obstaculizar el desarrollo del aprendizaje.

Carácter dinámico

    Al caracterizar al niño es preciso no perder de vista que las dificultades que se presentan en su aprendizaje indudablemente son susceptibles de constante cambio y transformación.

    En la medida que se satisfagan sus necesidades se requiere de una actualización de ellas. Por lo tanto queda claro que el estudio de la caracterización del niño con dificultades en el aprendizaje exige de constante análisis y cambio, con la máxima de irla potenciando sistemáticamente.

    Cuando se expone que la caracterización debe actualizarse constantemente ello no quiere decir, ni es la pretensión, que reiteradamente se elabore el referido documento, sino lo que se trata es de que se enriquezca el inicial concebido de modo tal que se construya una verdadera historia del niño y con ello el conocimiento sobre él desde sus dificultades hasta la evolución de las mismas. Dicho de otro modo, la caracterización es un instrumento de trabajo que refleja la historia del desarrollo del niño desde su ingreso a la escuela y que se va transformando y enriqueciendo en la medida en que el estudio del menor y de su entorno revela nuevas situaciones.

Carácter explicativo

    Lo importante no es describir los problemas, por lo tanto debe lograrse el tránsito de una caracterización descriptiva a una caracterización explicativa donde se pormenoricen todos los aspectos que resulten de interés y que propendan al cambio del niño.

    El carácter explicativo es el punto de partida para la toma de decisiones. La valoración general integral del pequeño debe realizarse teniendo en cuenta que el aprendizaje como cualquier otro proceso de la realidad cumple con los principios de la concatenación universal.

Carácter desarrollador

    Ella, en sí misma no posee ningún significado. No constituye un fin, sino un medio para llegar al fin. Caracterizar por caracterizar es como definir cualquier enfermedad sin intenciones de curarla. Lo importante es transformar, desarrollar, satisfacer las necesidades del niño. Sólo así es funcional el proceso de la caracterización, cuando con el conocimiento profundo del menor seamos capaces de transformar el medio que interrumpe su normal desarrollo. Y para ello es imprescindible lograr la organización adecuada de la enseñanza.

Carácter preventivo

    Es mejor evitar las dificultades en el aprendizaje que facilitar su corrección o compensación, he ahí la importancia del trabajo preventivo.

    Prevenir, sin lugar a dudas es mucho mejor que trabajar sobre la base de lo que ya es una dificultad. Por lo tanto es muy necesario encaminar los mejores esfuerzos hacia la indagación de las señales o factores de riesgo que puedan provocar la aparición de las dificultades en el aprendizaje.

    Es preciso tener en cuenta que los factores de riesgo no siempre se encuentran en el propio niño, sino en su entorno escolar, familiar y comunitario.

    Algunos factores de riesgo que pueden considerarse en el desarrollo del aprendizaje pudieran ser los siguientes, entre otros:

    Por supuesto el momento en que se realiza la caracterización es un elemento a tener en cuenta, de este modo se evita el surgimiento de la dificultad por cuanto se evitan a tiempo los factores causales de las mismas.

    En fin, para que la caracterización tenga un carácter preventivo debe realizarse en una etapa temprana, la que con la adecuada evaluación del niño y de su entorno, facilitarán la definición de las necesidades con la consecuente estrategia para evitar el surgimiento de las dificultades en el aprendizaje.

Carácter objetivo

    La caracterización debe ser el reflejo de constataciones veraces, obtenidas a través de la observación y de la realización justa y cuidadosa de las evaluaciones sistemáticas. Es el resultado de una seria y minuciosa investigación del menor y del entorno donde se desenvuelve.

    La objetividad se expresa en la medida en que se sea imparcial en las valoraciones y se observe también con imparcialidad. Necesario resulta el logro de una adecuada empatía, lo que indudablemente proporciona un mayor grado de acercamiento con el pequeño protagonista. Se trata entonces de asumir una conducta de comprensión ante el problema y no de juzgar ni de criticar, a la vez resulta obvio despojarse de prejuicios, falsas predicciones u opiniones a la ligera.

Carácter colaborativo

    El hecho en sí de caracterizar no es una tarea exclusiva de una persona. Este trabajo exige el concurso de todos los que conozcan y trabajen con el niño, incluida la familia y los factores de su comunidad. Juegan un papel decisivo todos los especialistas que de una u otra forma tienen que ver con la atención integral de ese niño. En síntesis, se trata de un trabajo en equipo, con un marcado carácter colaborativo, participativo y de corresponsabilización ante todas las tareas que se ejecuten. La familia y los factores de la comunidad forman parte activa de este proceso.

    Sin el ánimo de fomentar esquemas es necesario que para poder materializar las condiciones descritas anteriormente se precise de informaciones que posibilitarán el mejor y más profundo conocimiento del niño y para ello se hace imprescindible la utilización de algunas vías, entre ellas (Núñez & Gómez, 1997):

1.     La evaluación curricular o de la competencia curricular: Se trata de determinar lo que es capaz de hacer el niño en relación a los objetivos y contenidos de las diferentes áreas del currículo ordinario. Esta evaluación curricular permite ir ajustando las necesidades a las cuales se va enfrentando el menor, es decir ir realizando los ajustes curriculares en correspondencia con los resultados manifestados en la actividad concreta del aula o la casa, ¿por qué no?

    Para poder llevar acabo la evaluación curricular es preciso entender el concepto currículo como el plan operativo que detalla qué necesitan conocer los alumnos, cómo deben alcanzarlo, qué deben hacer los maestros y familiares y el contexto en que se desarrolla el proceso de aprendizaje. Apréciese la forma conjunta de interacción entre niño-conductor del aprendizaje.

    Otra aportación importante es conocer en qué tipo de currículo el niño presenta dificultades:

    ¿En el Enseñado?, es decir en el programa formal de clases en horas lectivas.

    ¿En el Planificado? Valoración de las actividades extracurriculares y extraescolares fomentadas o apoyadas por la escuela.

    O en el currículo Oculto. Entendido éste como el clima de relaciones, actitudes, modos de conducta y calidad general de vida. Significativa importancia se le atribuye a este tipo de currículo, porque sienta las bases para la sólida estabilidad emocional que les permite prepararse ante fracasos y frustraciones.

2.     La evaluación de la Zona fe Desarrollo Próximo: En el proceso de caracterización de los niños con dificultades en el aprendizaje resulta esencial conocer no sólo lo que el niño es capaz de hacer de manera independiente, sino además y esencialmente lo que es capaz de hacer con la ayuda del adulto. Es conocido que todo lo que el niño aprende a hacer con el adulto, luego lo hará sólo, siempre que el proceso de enseñanza resulte adecuado. Postulado Vygotskiano (zona de desarrollo próximo), que permite determinar y analizar el día posterior del niño, el estado dinámico de su desarrollo.

    Para evaluar la zona de desarrollo próximo es necesario trabajar con el niño en condiciones de aprendizaje. En estas condiciones se es capaz de evaluar si el niño asimila la ayuda y la traslada a una nueva situación.

    Esta capacidad de asimilar y transferir la ayuda expresa las potencialidades que tiene ese menor para continuar aprendiendo.

    Existe claridad en que para que el proceso de caracterización cumpla realmente con su cometido es imposible llevar a quienes lo ejecutan al cumplimiento de ésta de manera rígida, esquemática o con la utilización de guías. Todo con un objetivo bien definido: evitar que lejos de ser un instrumento de trabajo se convierta en algo traumático y que nos aleje de la realidad del niño.

    Para profundizar en el conocimiento del menor con dificultades en el aprendizaje a continuación se reflejan elementos que sirven de pauta para conocer las individualidades y poder actuar en consecuencia, es decir caracterizar adecuadamente a ese niño. Estos elementos que se ofrecen no constituyen una guía para la obtención de respuestas, sólo son aspectos que de manera general posibilitan una mayor preparación para quienes trabajan con estos niños, lo que indudablemente favorecerá el desarrollo de caracterizaciones con toda la calidad requerida y en consonancia con este menor portador de dificultades en el aprendizaje.

    Debe partirse de la información que permita el conocimiento del menor en su entorno escolar, familiar y comunitario y para ello es necesario conocer:

Sobre el niño:

  • La evaluación de su desarrollo físico. Se refiere a su salud física, mental, enfermedades que padece, medicamentos que se suministran, peso, talla, capacidad de trabajo. Especial atención se prestará a su sistema respiratorio, cardiopatías, trastornos de base orgánica como la epilepsia, insuficiencias motrices y deficiencias en el funcionamiento de los analizadores (hipoacusia, debilidad visual, estrabismo, etc.). Siempre que sea posible debe tenerse en cuenta lo relacionado con la lateralidad.

  • Desarrollo intelectual. Se profundizará en el desarrollo de las capacidades básicas para el aprendizaje tales como las senso-percepciones. De ellas es preciso saber si es capaz de integrar las propiedades aisladas, utilización de los analizadores para descomponer, analizar la multiplicidad de los objetos y fenómenos. La atención está vinculada estrechamente con el intelecto, por lo tanto se deben tener presentes los factores internos y externos que facilitan su correcto funcionamiento. Dentro de los factores internos se encuentran: las necesidades e intereses y los intereses y motivaciones. Los externos son: intensidad y tamaño, contraste, repetición, movimiento y novedad. Además es importante conocer el estado de la atención voluntaria e involuntaria. Un aspecto de vital necesidad es la indagación del tipo de memoria predominante cada momento: a corto y a largo plazo; lógico verbal; mecánica y semántica. Del pensamiento es obligatorio reconocer la forma en que se manifiestan sus operaciones fundamentales para el logro de un pensamiento lógico verbal, lo que sin lugar a dudas facilita el razonamiento y la comprensión.

  • Desarrollo comunicativo lingüístico. Imprescindible conocer sus competencias lingüísticas en los distintos niveles en que se estructura el lenguaje: fonológico, morfosintáctico, léxico y pragmático, así como otras formas de lenguaje y sistemas que utilice. Indagación si el desarrollo del lenguaje alcanzado se corresponde con las características de la edad.

  • Desarrollo emocional. La autoestima, el sentimiento de confianza en uno mismo, el respeto a otros, la disposición para ofrecer y recibir ayuda, el carácter estable, los motivos, necesidades, aspiraciones, son elementos a tener en cuenta al efectuar esta valoración.

  • Adaptación e inserción social. La capacidad para adaptarse y establecer relaciones positivas con el colectivo de sus coetáneos y el personal adulto, la naturalidad y sencillez ante las diversas situaciones cotidianas.

  • El nivel de competencia curricular y las potencialidades. Se debe determinar el conocimiento real, lo que sabe sólo y lo que es capaz de hacer con ayuda.

  • El estilo de aprendizaje y la motivación para aprender. De ello es necesario conocer: condiciones físicas, ambientales (sonido, luz, temperatura y ubicación del niño dentro del aula), dónde trabaja con mayor comodidad, cuáles son sus respuestas y sus preferencias ante diferentes agrupamientos (gran grupo, pequeño grupo, trabajo individual), en qué áreas, en qué tipo de actividades se siente más cómodo y muestra más seguridad, qué esfuerzo realiza en el proceso de aprendizaje. Cuál es su nivel de atención (en qué momento del día está más atento, de qué manera puede captar mejor y cuánto tiempo seguido puede concentrarse en una actividad), qué estrategia emplea para la solución de sus actividades, si es reflexivo o impulsivo, tipos de errores, ritmo de aprendizaje. Importante las diferentes respuestas que utiliza en la solución de las tareas, si es capaz de utilizar distintas estrategias de solución o si por el contrario, siempre son del mismo tipo, si a penas analiza lo que tiene que hacer, si se aproxima por tanteo a las soluciones o si resuelve por ensayo-error. El tipo de estrategia tiene mucho que ver en el cómo se ha enseñado, si sabe reflexionar y valora el error como fuente de conocimiento, si valora su propio esfuerzo, qué metas persigue y cuál es su reacción ante los éxitos y fracasos escolares.

    Sobre el entorno del niño: Varios son los contextos que configuran el entorno en que está inmerso el menor con dificultades en el aprendizaje, no obstante para caracterizarlo resulta relevante precisar el contexto escolar y el sociofamiliar.

  • Contexto escolar: A diferencia de los otros, promueve de manera intencional y planificada el desarrollo del menor y es precisamente donde pueden someterse a análisis o a modificaciones los factores que pueden favorecer las dificultades de aprendizaje de un niño. Este contexto puede diferenciarse en dos niveles fundamentales: el aula como contexto próximo y el centro el contexto amplio. El aula es el contexto más inmediato y directo donde se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje. En esta dimensión resulta conveniente analizar el estilo de enseñanza del maestro y su relación con el niño, la forma en que organiza las actividades, la metodología que utiliza, los materiales utilizados y su uso, así como la atención educativa de su grupo. El centro como contexto amplio, sirve para valorar la institución como centro cultural de la comunidad, su desarrollo, tradiciones, preocupaciones por cumplir los roles que le corresponden, estabilidad y experiencia de sus docentes, perspectiva y estrategias en el trabajo metodológico.

  • Contexto sociofamiliar: Este contexto para su mejor análisis debe agruparse en tres áreas: el niño, la familia y la comunidad.

    • El niño: nivel de autonomía en la casa, en el barrio, relaciones interpersonales, hábitos de higiene, alimentación, aficiones y preferencias.

    • La familia: actitud y perspectiva con sus hijos, sus hábitos, líneas de educación, nivel cultural, condiciones de vida, económicas y morales, relaciones en la comunidad.

    • La comunidad: recursos que existen en la zona que propicien la atención al niño desde el ámbito cultural, social y de salud. Conducta moral del barrio, relaciones con la familia.

    Para caracterizar no es necesario la aplicación de instrumentos de medición, el docente sólo necesita prepararse para observar adecuadamente y en los casos pertinentes entrevistar a todos los que tienen que ver con el niño, así como la revisión y utilización de documentos relacionados con el menor que presenta una dificultad en su aprendizaje.

    Analicemos entonces en detalles estas tres vías para el desarrollo del proceso de caracterización del niño con dificultades en el aprendizaje.

    La observación constituye una percepción atenta, racional, planificada y sistemática de los fenómenos relacionados con las dificultades en el aprendizaje, en condiciones naturales, es decir sin provocarlas, con la, finalidad de poder ofrecer una explicación científica sobre la naturaleza interna de estos fenómenos.

    La entrevista es una conversación de carácter planificado entre el entrevistador y el entrevistado. Ésta se realiza con un fin bien definido, el de obtener información confiable sobre determinados fenómenos que estén vinculados con el desarrollo integral del niño y en particular con las dificultades en el aprendizaje.

    Es importante tener presente que este instrumento se realiza cuando es necesario ampliar, enriquecer o verificar la información que se posee del menor objeto de análisis, de ahí que se deba precisar bien sus objetivos y elaborar una guía que nos permita efectuar la misma con calidad.

    El análisis de documentos constituye otra de las vías para la obtención de información necesaria para desarrollar el proceso de caracterización del niño con dificultades en el aprendizaje. Existen innumerables documentos de fácil acceso por parte de los educadores y que aportan valiosas informaciones sobre el menor objeto de estudio, no obstante existen dos de relevada importancia: el Expediente Acumulativo del Escolar y los Cuadernos de Trabajo y de Evaluación Sistemática.

Bibliografía

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