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Fundamentos de la metodología para el control del 

desempeño táctico ofensivo en equipos de béisbol

 

Profesor Instructor

Departamento Juegos Deportivos

U.C.C.F.D. ‘’Manuel Fajardo’’

Facultad de Cultura Física Guantánamo

Lic. Jorge Luis Fabra González

ylee@infosol.gtm.sld.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          Controlar la preparación deportiva es uno de los mecanismos fundamentales del deporte actual con la finalidad de optar por resultados destacados. Desde este punto de vista el control táctico en los juegos deportivos, es un elemento imprescindible en los resultados esperados. En el estudio se realizó un diagnóstico en el que fueron analizados todos los bateadores del equipo Guantánamo Primera Categoría que intervino en la Serie Nacional de Béisbol 51, donde se constató que existen dificultades desde el punto de vista táctico ofensivo. Igualmente se realizó un diagnóstico sobre las formas de control que utilizan los entrenadores de Béisbol para comprobar elementos tácticos ofensivos, y se constató que no se tienen en cuenta un conjunto de elementos característicos del juego ofensivo del Béisbol. En la revisión bibliográfica realizada no se pudo constatar la existencia de una metodología que permitiera realizar este control táctico ofensivo durante el juego. Se asumen los criterios de la Dra. Nerely de Armas y sus colaboradores para diseñar la propuesta metodológica para realizar el control táctico ofensivo en el Béisbol durante el juego, teniendo como punto de partida los elementos característicos del juego ofensivo. La metodología fue sometida al criterio de los especialistas por medio del método Delphy y se aplicó en la Serie Nacional de Béisbol 51. La metodología se considera apropiada para el fin que se propone.

          Palabras clave: Metodología. Control táctico. Ofensiva. Béisbol.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 185, Octubre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    En el Béisbol, es imposible establecer patrones ofensivos o estructurar la ofensiva como tal, pues aunque las situaciones de juego ocasionalmente proporcionan jugadas lógicas, estas no siempre se pueden realizar por las características de los bateadores o corredores, o por no contar en la banca con hombres capaces para su ejecución.

    El hecho de que muchos directores de equipos de Béisbol sean esquemáticos en la forma de llevar el juego ofensivo o defensivo, resulta desastroso en el Béisbol moderno, pues crear nuevas situaciones con fundamento lógico en pleno terreno produce un gran golpe de efecto que desconcierta a los equipos contrarios.

    Según Reynaldo (2007), la mejor ofensiva en un juego de Béisbol es la de un llamado “juego agresivo”, que ejerza presión continua sobre los adversarios. Esta ha sido la táctica empleada por una abrumadora mayoría de los mejores equipos, aunque no es menos cierto que muchas novenas han prevalecido por su poderoso bateo de largo metraje.

    Cuando el pitcheo aumenta su efectividad al combinar sus lanzamientos como el slider, el sinker, la bola de nudillos u otros, disminuye la fuerza del bateo, pues regularmente los bateadores tienden a buscar conexiones largas. La obsesión de conectar cuadrangular lleva a algunos bateadores a seleccionar bates más ligeros para acelerar los swings y elevar con ello sus batazos, y a seleccionar bates pesados, buscando transformar la forma original o de bateo, todo esto trae como consecuencias grandes desaciertos y fluctuaciones en el rendimiento ofensivo de los equipos.

    Perfeccionar la técnica del bateo sobre estos lanzamientos, combinando la velocidad en el corrido de las bases con variedades y tipos de jugadas que proporcionan mayor agresividad a la ofensiva, tendrá como efecto, sin duda alguna, la fabricación de un mayor número de carreras y por consiguiente de victorias.

    Un efectivo corrido de bases, acompañado de correctos y sorpresivos toques de bolas, jugadas de bateo y corrido, squeeze plays, robos de bases, etc., ejercen una gran presión sobre los equipos contrarios. Verdaderamente un ataque ofensivo agresivo tiene muchas ventajas sobre los equipos que juegan conservadoramente.

    A muchos lanzadores, fundamentalmente los jóvenes, la amenaza de un robo de bases les hace perder, en muchas ocasiones, la concentración en el partido y los bateadores, pudiéndolo conllevar a cometer errores mentales que pueden costar la victoria; mientras que la amenaza de un toque de bola con bateador y corredor ágiles, pueden desequilibrar al infielder contrario.

    Estas jugadas de corrido y bateo deben realizarse con jugadores rápidos y bateadores capaces de conectar cualquier tipo de lanzamiento: alto, bajo, afuera, pegado, en curva, en sliders, etc.; tarea muy importante de los entrenadores de bateo. Es imprescindible por tanto que los bateadores derechos aprendan a dirigir la bola hacia la parte derecha del terreno, y que los bateadores zurdos lo hagan hacia la parte izquierda del mismo.

    Los equipos modernos aplican la teoría de fabricar una carrera con un out, basándose en batear hacia el lado opuesto del infielder. Muchos autores enfatizan en este efectivo mecanismo, ya que el home-run no es en realidad la respuesta completa. Muchos equipos son capaces de concretar un par de anotaciones fácilmente, sin la necesidad de sacrificar hombres.

    El bateo y corrido es una de las principales tareas ofensivas del Béisbol, que requiere no solo de velocidad de los corredores en bases, sino que el hombre al bate tenga un buen tacto y domine la técnica. La ubicación de un corredor en primera base con menos de dos outs, constituye una gran oportunidad para desarrollar esta jugada.

    Con el bateo y corrido se evita el doble play y se avanza dos bases si se conecta de hit, en fin, es considerada una de las mejores jugadas ofensivas, pues reduce la posibilidad de doble play y se emplea regularmente cuando hay un solo out o ninguno.

    Los toques de bola de sacrificio, aunque son una táctica importante en la estrategia ofensiva de un equipo, no debe hacerse nunca en las primeras entradas sino en las postrimerías del juego, preferentemente con un empate en la anotación ó perdiendo por una o dos carreras, ó cuando se gane por una ó dos carreras y se quiera sacar virtualmente del juego al equipo contrario hasta llevarle tres carreras de diferencia.

    Todos los integrantes de un equipo deben conocer los elementos técnicos para la ejecución de un toque de bola por sorpresa. En el Béisbol el aspecto sorpresivo de una jugada, cuando es ejecutada con la debida corrección, no solo permite embasar al hombre de turno, sino desmembrar la defensa contraria y sacar de juego literalmente al lanzador cuando se realiza con alguna frecuencia. Es un medio viable, fundamentalmente cuando el pitcher oponente esta un muy buenas condiciones y se dificulta conectarle un batazo.

    Al analizar un conjunto de definiciones de táctica que brindan Mahlo (1985), Klescow (1990), Sampedro (1986), Hernández (1994), Núñez y Milanés (2010), apreciamos que estos autores se ajustan más al contexto de los juegos deportivos que un grupo de autores que la ajustan mas a la trama de los deportes de combate, pues la conciben como la solución de situaciones que necesitan del pensamiento para ser resueltas durante el juego, manifiestas mediante la acción motriz individual, grupal o de equipo, con el fin de resolver las problemáticas que se presentan en cada momento de juego de una forma racional, que les permita obtener los máximos resultados en cada situación.

    Mesa (2007), aunando criterios autorales de Bayer (1987), Bárcenas y de Dios Román (1991), Antomovich (1991), Forcades (1998), Almaguer (2004), coincide en plantear que la táctica es la solución de las situaciones que se presentan en el juego y para ello es necesario elegir el gesto técnico adecuado para esa situación, donde se logre resolver la problemática con economía de esfuerzo. En la solución de la situación y elección es necesaria la utilización del pensamiento.

    Debido a las características del juego de Béisbol, asumimos para ésta investigación la expuesta por Antón García (1998) cuando planteó que, “la táctica son todas las acciones motrices inteligentes realizadas en el juego con adecuación espacio temporal, resultado de la observación de situaciones previas de compañeros y adversarios, y de sus modificaciones espaciales o posturales”.

    El autor citado manifiesta una marcada importancia al ajuste espacio- temporal, el cual es decisivo en el accionar del bateador de Béisbol, debido a la variedad de lanzamientos a los que es sometido por el lanzador y la velocidad que desarrolla el lanzamiento; así como la poca distancia que existe entre el bateador y el lanzador. Es por ello que el ajuste espacio temporal, a partir de la percepción de la situación, define, en cierta medida, el resultado táctico de la acción que realiza el bateador.

    El alcanzar la conducta deseada dentro de un equipo de Béisbol es algo complejo pues el deportista es un sistema auto dirigido y por tal razón se hace mucho más compleja la dirección, es por ello que en este proceso resultan necesarios los enlaces inversos, es decir, la información que viene del deportista al entrenador: a esto se le denomina control.

    El control es visto por muchos especialistas deportivos como un estabón fundamental en el proceso de dirección del entrenamiento deportivo.

    Para la doctora Magaly Mena Hernández, el control es la categoría más general derivada de la función de dirección y regulación del proceso, el cual se complementa con las categorías evaluación y medición.

    Hernández Fernández (2003), por su parte plantea que el control recoge, almacena, analiza, sintetiza y transmite información relevante sobre el contexto, el proceso y el producto del sistema general al que sirve.

    En esta comparación se aprecia cómo entre los diferentes autores existen puntos sincrónicos al conceptualizar el control, ya que en todos los casos se considera que en él se obtiene información sobre la asimilación de las cargas aplicadas a cada deportista, lo que permite al entrenador tomar las decisiones necesarias para dirigir correctamente el entrenamiento.

    La Dra. Magaly Mena, concuerda con un grupo de autores al plantear que el control pedagógico se encuentra asociado a la teoría del funcionalismo o retroalimentación. Además, dicha autora plantea que esta retroalimentación permanente acerca de la marcha del proceso, brinda la posibilidad de introducir modificaciones de forma sistemática en el estado de preparación del deportista.

    Acerca del contenido del control existen diferentes criterios, entre los que se pueden analizar los de Zatsiorski (1989), que en su libro Metrología Deportiva, plantea que el control debe ser integral y en él se deben recoger los indicadores del estado físico y psíquico, del nivel de maestría técnico-táctica y de las particularidades de la actividad competitiva, estado de salud, complexión y desarrollo de las cualidades volitivas.

    Para Mata (1992), citado por Martín (2003), el control debe recoger todo lo relacionado con la actividad del deportista, no sólo durante el entrenamiento, sino también en las competencias.

    Los autores citados, desde sus posiciones, le otorgan importancia a los elementos de la preparación que consideran necesarios controlar. El autor de este trabajo investigativo considera que el control debe estar compuesto por los indicadores determinados por el mismo entrenador, en función de comprobar en el proceso de dirección del entrenamiento el cumplimiento de los objetivos propuestos en la planificación.

    La táctica para Joan Riera (1995), representa un eslabón entre la estrategia y la técnica; continúa diciendo que en la década del 90 se incrementaron las alternativas para evaluar y controlar la táctica, presentando a Crevosier (1984); Gorostiaga y Kuban (1989); Dofour (1990); Mathie (1991); Sabatier (1991); Bresciani (1992); Ballarini y Guindan (1993); Echevarria, Lasierra y Escudero (1993); Mcpherson (1994) como autores que investigaron sobre esta temática fundamentalmente relacionado con el pensamiento táctico.

    Este propio autor plantea que existe una gran disparidad de enfoques alternativos para evaluar y controlar la táctica por lo que propone que se evalúe partiendo de los siguientes principios: Imprevisibilidad, Interdependencia, Subordinación, Globalidad, Adaptabilidad, Simplicidad, Intencionalidad, Relevancia, Temporalidad, Arbitrariedad, Objetividad, Validez.

    Referido al control de la táctica, Utkin (1989), se plantea que existen cinco grupos de indicadores cuantitativos a controlar: 1. El volumen de la táctica: se denomina al conjunto de movimientos y variantes tácticas que domina el deportista o el equipo; 2. Diversidad de la táctica, demuestra cuan variado es el arsenal táctico del atleta o equipo; 3. Racionalidad, caracteriza el movimiento (la variante) táctica independientemente del deportista concreto; 4. Eficiencia, caracteriza la posibilidad de alcanzar el objetivo planteado cuando se emplea la variante dada; 5. Grado de asimilación, se realiza determinando la estadidad y la invariabilidad de la táctica.

    En la literatura científica el concepto de metodología ha tenido múltiples definiciones que varían en dependencia del plano desde el cual se establecen. En este sentido puede ser entendida en un plano general, particular o específico en cualquiera de los cuales se vincula a la utilización del método, según plantea Nerelys de Armas y col. (2003).

    Así se aprecia que en el plano más general la metodología se define como el estudio filosófico de los métodos del conocimiento y transformación de la realidad, la aplicación de los principios de la concepción del mundo al proceso del conocimiento, de la creación espiritual en general o a la práctica. En este caso el término se refiere a una disciplina filosófica relativamente autónoma y destinada al análisis de las técnicas de investigación adoptadas en una ciencia o en un conjunto de ellas.

    Por otro lado la metodología vista en un plano más particular incluye el conjunto de métodos, procedimientos y técnicas que responden a una o varias ciencias a en relación con sus características y su objeto de estudio. En este sentido la metodología es elaborada al interior de una o varias disciplinas y permite el uso cada vez más eficaz de las técnicas y procedimientos de que disponen a fin de conocer más y mejor al objeto de estudio.

    En un plano más específico significa un sistema de métodos, procedimientos y técnicas que regulados por determinados requerimientos nos permiten ordenar mejor nuestro pensamiento y nuestro modo de actuación para obtener determinados propósitos cognoscitivos.

    Según plantean Nerelys de Armas y col. (2003), los rasgos distintivos de una metodología son los siguientes: a) Es un resultado relativamente estable que se obtiene en un proceso de investigación científica; b) Responde a un objetivo de la teoría y/o la práctica educacional.; c) Se sustenta en un cuerpo teórico (categorial y legal) de la Filosofía, las Ciencias de la Educación, las Ciencias Pedagógicas y las ramas del conocimiento que se relacionan con el objetivo para el cual se diseña la metodología; d) Es un proceso lógico conformado por etapas, eslabones, o pasos condicionantes y dependientes, que ordenados de manera particular y flexible, permiten el logro del objetivo propuesto; e) Cada una de las etapas mencionadas incluye un sistema de procedimientos que son condicionantes y dependientes entre sí y que se ordenan lógicamente de una forma específica; f) Tiene un carácter flexible, aunque responde a un ordenamiento lógico.

    Nerely de Armas y col. (2003), para la construcción de la metodología como resultado científico se sugieren las siguientes acciones: a) Estudio de las metodologías afines o existentes que están dirigidas al logro del objetivo propuesto por el investigador; b) Análisis crítico de las metodologías existentes. Determinación de las insuficiencias, carencias, y virtudes de las propuestas existentes. Establecimiento de los cambios necesarios para lograr los objetivos propuestos y de las cuestiones que se deben conservar; c) Diseño de la nueva metodología. Modelación de la misma. d) Valoración por especialistas y/ó validación práctica de la metodología elaborada. Determinación de las limitaciones ó insuficiencias señaladas u observadas durante su puesta en práctica; e) Elaboración de la metodología definitiva.

    En esta investigación, se asumen los criterios de la Dra. C. Nerely de Armas (2003), en cuanto a los elementos que componen una metodología, es por ello que se tienen en cuenta para el diseño de la metodología que se propone, y se realizan las adecuaciones necesarias, según la naturaleza del objeto que se estudia.

Bibliografía

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