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Principios y valores éticos en el médico

 

*Doctora en Medicina. Especialista de I Grado en Ginecología y Obstetricia

Profesora Asistente. Máster en Atención Integral a la Mujer

Policlínico Universitario Francisco Peña Peña Nuevitas, Camagüey

**Licenciada en Psicología. Profesora Instructor. Universidad de Ciencias Médicas

de Camagüey filial Nuevitas. Policlínico Universitario Francisco Peña Peña

Departamento Docente-Metodológico, Nuevitas, Camagüey

***Doctora en Medicina. Especialista en Medicina General Integral. Profesora Instructor

Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey filial Nuevitas, Policlínico Universitario

Francisco Peña Peña, Departamento Docente-Metodológico, Nuevitas, Camagüey

****Doctora en Medicina. Especialista en Medicina General Integral. Profesora Asistente

Máster en Educación Médica Superior. Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey

filial Nuevitas, Policlínico Universitario Francisco Peña Peña

Departamento Docente-Metodológico, Nuevitas, Camagüey

Leonor Torres Pérez*

Yailin Noa Castillo**

Jany Primelles Rivero***

Rita María Barreto Lacaba****

leonortp@finlay.cmw.sld.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El trabajo trata sobre la ética médica. Tiene como objetivo caracterizar los principios y valores éticos en el médico aplicables al médico del deporte. En el mismo se utilizó como método el histórico-lógico para precisar la evolución histórica de los elementos tratados. Se arribó a la conclusión que el médico en la actualidad lo engrandece un sistema de principios y valores éticos que les van a guiar su conducta en todo momento.

          Palabras clave: Etica. Medicina. Valores.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 184, Septiembre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La ética tiene su punto de partida antes de nuestra era, simbolizada por el más ilustre médico de la antigüedad, Hipócrates, cuya doctrina ha tenido gran influencia en el ejercicio de la profesión en los siglos posteriores.

    Durante siglos se va produciendo una lenta transformación evolutiva de la ética y como parte de ella, de la ética médica, de acuerdo con el propio desarrollo de la medicina y la ciencia y, especialmente por los cambios ocurridos. La influencia de las corrientes filosóficas burguesas traza pautas desde el siglo pasado para consolidar una ética médica burguesa, que encuentran en las revoluciones sociales, una nueva visión de la ética médica. A cada régimen social corresponde una ética subordinada a los intereses de las clases dominantes.

    Los conflictos y dilemas éticos que surgen después de la Segunda Guerra Mundial con la defensa de los derechos humanos y el avance impetuoso de las tecnologías de salud le dan nuevas visiones y dimensiones.

    Actualmente, la ética médica aborda múltiples temas relacionados con la práctica médica, el ejercicio de la profesión, la gestión de salud, los avances de la ciencia y las tecnologías médicas y la regulación de la vida. Es objetivo del trabajo caracterizar los principios y valores éticos en el médico aplicables al médico del deporte.

Desarrollo

    La ética como forma de conciencia social, se expresa en las más variadas dimensiones de la actividad del hombre, dentro de las éticas profesionales, enmarcamos la ética médica, admitida también como Bioética.

    La ética médica es una manifestación de la ética en general, concepto íntimamente relacionado con la moral y se refiere, específicamente, a los principios y normas que rigen la conducta de los profesionales de la salud, 1 Así, ha sido concebida también como el conjunto de principios, valores morales y de acciones relevantes del conjunto de personas responsables de la salud: médicos, médicos del deporte, enfermeras, técnicos y funcionarios que poseen el imprescindible encargo social de cumplir con los objetivos científicos, técnicos y humanistas de la medicina y su práctica profesional.

    La base o el fundamento de la ética médica es la idea tradicional sobre la ocupación, especialmente humana, del trabajo del médico. Una de sus primeras exigencias es la ayuda a todos los enfermos sin distinción, independientemente de su posición social y la riqueza que posea.

    En toda sociedad que aspire a una práctica profesional humanista, la concepción social sobre la labor de un médico, en particular, está relacionada con su preparación y motivación para llegar siempre en ayuda, sin considerar las dificultades, los obstáculos, llegando, incluso, hasta la autoinmolación, en aras de la salvación de la vida del enfermo. En el caso del médico del deporte opinamos debe estar siempre preparado para asistir al deportista sin interesar su estatus social, así como el lugar donde le corresponda realizar esta actividad.

    Del médico y de quienes trabajan en la asistencia médica, se requiere una actitud cuidadosa y atenta hacia el enfermo, empleando todos los medios para la conservación y mantenimiento de su vida, incluso cuando la situación del enfermo se considere desesperada.

    Las facilidades y la acción que emanan de estos profesionales deben hacerse con toda justicia, debido a que todos los seres humanos tienen los mismos derechos a una atención esmerada, a una salud oportuna y de la misma calidad para todos y todas.

    Desde tiempos pretéritos, la ética médica considera uno de los crímenes más graves la ejecución de experimentos riesgosos con las personas (lo que, por ejemplo, era ampliamente ejecutado por los “médicos” fascistas). En contraposición, la medicina conoce de muchos casos cuando el médico ha probado un nuevo preparado en sí mismo, poniendo en peligro su vida pero no la vida del enfermo.

    La ética médica se enfrenta también a dilemas tradicionales complejos como, por ejemplo, la cuestión de si se debe decir siempre la verdad al enfermo acerca del estado de su salud o si padece de una enfermedad incurable.

    Se considera importante en este caso hacer alusión a principios básicos de la ética médica entendidos para muchos estudiosos del tema como los principios cardinales.

    ¿Qué son y para qué sirven los principios? Si todo argumento necesita de premisas, la ética médica requiere de principios, indican algo que debe hacerse, una conducta apropiada y valiosa que hay que adoptar: principios como razones para la acción.

    Los principios son un tipo de normas. Tienen carácter general y, sobre todo, marcan el límite más allá del cual no se puede ir: “dibujan la línea”. Establecen qué está dentro de lo aceptable y, muy importante, qué ha de quedar fuera (“nunca más…”)

    Las normas siempre prescriben o prohíben algo, pudiendo ser de dos tipos, principios y reglas. La diferencia consiste en qué aquellos prescriben en términos generales; indican algo que hay que realizar, según distintos grados. No son definitivos, por tanto, sino “mandatos óptimos”.

    A la vista de los comportamientos de los sujetos conviene hacerse desde el prisma de los autores antes señalados, algunas preguntas sobre el papel de las reglas y principios. Por ejemplo: ¿cuál es su fuerza, de qué principio se trata, qué influencia poseen los principios sobre las decisiones, qué papel juegan la autonomía, la justicia y la beneficencia para analizar los casos prácticos, que a veces se analizan desde los principios y desde las normas, desde los mandatos?

    La beneficencia es el principio moral de actuación del profesional de la salud: lo primero es el bien al paciente, a la humanidad. La exageración de este principio lleva al paternalismo y su aplicación autoritaria al menoscabo del principio de la autonomía.

    La autonomía es el principio moral que sustenta el comportamiento del paciente respecto a la atención de su salud. Las opiniones del paciente deben ser tenidas en cuenta y sus valores y creencias deben ser respetados. Como garantía del cumplimiento de este principio se ha consolidado la respetabilidad al consentimiento informado y el secreto médico. La actuación consciente de un paciente en detrimento de su propia integridad pone al profesional de la salud ante un dilema ético de difícil solución, está en el deber de utilizar todos los argumentos persuasivos para tratar de conseguir un cambio positivo en dicha conducta.

    La justicia permite valorar éticamente la interrelación y conflictos entre los dos principios anteriores, así como para evaluar la atención de salud a la población en cuanto a equidad, pertinencia y calidad científico-técnica y humana.

    Otro elemento a considerar son los valores que caracterizan al médico en la actualidad aplicable también para el médico del deporte. Los valores son determinaciones espirituales que designan la significación positiva de las cosas, hechos, fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, un grupo o clase social, o la sociedad en su conjunto. 2

    Están condicionados por las relaciones sociales predominantes, constituyen componentes esenciales de la ideología, expresión de la cultura y la historia de una sociedad en una época determinada, y de los intereses, puntos de vista, necesidades y contradicciones de los diferentes sujetos.

    Se forman en el proceso de interacción entre los hombres y el objeto de su actividad, en la producción y reproducción de su vida material y espiritual. Se convierten en formaciones internas del sujeto, acorde al nivel de desarrollo alcanzando, la experiencia histórico social e individual y el impacto de los factores de influencia educativa.

    Como orientadores y reguladores de la conducta, constituyen un sistema, pues guardan relación dinámica unos con otros, y conforman una jerarquía entre ellos, que es decisiva en los momentos de elección moral.

    Existe un conjunto de valores que se caracterizan por su grado de universalidad, estos son los llamados grandes valores (o clásicos) como la libertad, la paz, la justicia, la felicidad, el bien, la belleza, la igualdad, etc. A estos atributos a veces se les caracteriza como abstractos o absolutos.

    En cambio existen otros valores que son más concretos y precisos, como son: la honestidad, la fidelidad, la valentía, la responsabilidad, la amistad, el decoro, la franqueza, la confianza, el coraje, y otros. Intentar una clasificación precisa se torna como algo en extremo difícil y complejo, aunque no imposible.

    El asunto no es precisamente declarar valores, pues se trataría de un acto formal e inauténtico, sino de adherirnos, de asumirlos, de apropiarnos de ellos como legado individual; de lo contrario, se torna en extremo difícil la formación o educación en valores a la que aspiramos.

    De aquí que reconocer los valores que generan las distintas sociedades, proceso que en lo esencial es universal, y proponer incorporarlos en la vida cotidiana, constituye uno de los mejores proyectos que puede unir a los miembros de una sociedad.

    Enfrentar con altura humana, los dilemas y conflictos morales de un siglo que termina y otro que comienza; clasificar los valores morales y de otra índole que vale la pena incorporar y trasmitir; tener preparadas respuestas a la altura de lo que se merecen los seres humanos, constituye una pregunta que es pertinente discutir y clarificar.

    Se expresan las manifestaciones del sistema de valores éticos que a nuestro juicio no deben faltar en el médico del siglo XXI, pensando también en el médico del deporte.

Humanismo

    Es el amor hacia los seres humanos, y la preocupación por el desarrollo pleno de todos sobre la base de la justicia.

    Ser benevolente, siempre hacer el bien, dedicar todos los conocimientos y esfuerzos a la prevención, recuperación y rehabilitación de la salud .Sensibilidad ante los problemas de los pacientes y sus familiares, ayudarlos a resolverlos. Amor hacia los demás y hacia la profesión. Identificarse con el ser humano independientemente de su posición. Ejercer la profesión con altruismo, ver al hombre como el fin supremo de la actividad médica y no al medio.

Humildad

    Estilo desprovisto de artificios, moderación en las relaciones interpersonales con gran sentido de humildad, sin que decrezca el médico, sin que lo eleve, no creerse por encima de los demás.

Honestidad

    Valoración del paciente por igual, independientemente de las posibilidades económicas, parentesco y relación personal, rachazo al soborno y a la mentira, actuando de buena fe, con justeza. Congruencia entre el discurso y el hacer.

Responsabilidad

    Es el cumplimiento del compromiso contraído ante sí mismo, la familia, el colectivo y la sociedad. Compromiso permanente, personal y voluntario del médico con el paciente y con las demás tareas, manifestado en la actuación correcta, en el cumplimiento cabal de sus obligaciones, sin que eso limite su autenticidad y creatividad en el desempeño de su profesión.

Profesionalidad

    Hacer sagrada la carrera, entrega a la profesión, demostrar preparación médica especial, dominio de la técnica y la tecnología de avanzada e interés por la investigación. Respetarse así mismos, respetar a pacientes, familiares, colegas y demás personas. Salvaguardar las confidencias de los pacientes aún después de fallecidos.

Solidaridad

    Es comprometerse en idea y acción con el bien de los otros: en la familia, en la escuela, los colectivos laborales, la nación y hacia otros países. Es estar siempre atento a toda la masa humana que lo rodea.

    Identificación de la política internacionalista de la revolución cubana y con las causas justas de otros pueblos, prestar o aceptar ayuda desinteresada a cada uno de estos, en cualquier forma o establecer intercambios mutuamente ventajosos.

Conclusiones

    El médico es reconocido por su misión de salvar vidas, así en todas las épocas y lugares ha tenido una connotación especial su cometido. En la actualidad lo engrandece un sistema de principios y valores éticos que les van a guiar su conducta en todo momento.

Bibliografía

  • Fernández Sacasas, JA. Aspectos éticos de la Educación Médica. Apuntes para una discusión de grupo. Tarija, Bolivia, 2001. Material bibliográfico de la Maestría en Educación Médica. La Habana: CENAPEM; 2002.

  • Colectivo de autores. El trabajo educativo y la extensión universitaria en las Ciencias Médicas. Manual metodológico. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2009. p. 1-3, 20.

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