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La preparación de fuerza en niños-atletas de 7-8 

y 9-10 años que practican el karate-do en la base

 

*Profesora asistente de Universidad de la Ciencias de la Cultura Física

y el Deporte. Cinta Negra 1er Dan Estilo Shito Ryu

**Licenciada en Cultura Física. Profesora de Karate-do

Cinta Negra 4º Dan Estilo Shotokan Ryu

***Profesor auxiliar de la Universidad de Ciencias de la Cultura Física

y el Deporte, especialista en Morfología y Fisiología Deportiva

(Cuba)

MSc. María Victoria Frómeta Hechavarría

rfornes@iscf.ciges.inf.cu

Lic. Alina Camejo Cuan

acamejoc@iscf.ciges.inf.cu

MSc. Isaías Licea Vargas

iliceav@iscf.ciges.inf.cu

 

 

 

 

Resumen

          La búsqueda de métodos para elevar la calidad y la motivación en el deporte, así como la masividad en atletas de edades tempranas es un objetivo permanente. Es sabido por todos que en las edades de 7 a 10 años el niño se caracteriza por ser hiperactivo e hiperkinético, lo que dificulta la ejecución del trabajo físico dirigido, que los conlleva a perder el interés por la actividad producto del rigor y exigencia del entrenamiento. Encontrar cada vez nuevos procedimientos para la preparación de fuerza de la nueva generación del Karate-do que se forja en la provincia Santiago de Cuba es el objetivo de la presente investigación. Conocer las características anatómicas, morfológicas y fisiológicas de la población que se analiza es premisa fundamental para el éxito de las tareas planteadas en la preparación de fuerza de nuestros niños atletas, lo que garantizará un estado de salud óptimo que posibilite alcanzar metas cada vez mayores en su preparación deportiva y para la vida.

          Palabras clave: Karate-do. Fuerza. Niños.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 18, Nº 184, Septiembre de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La fuerza es la capacidad rectora en el rendimiento. Esta filosofía se presenta en muchos tratados de especialistas de gran prestigio en la materia. El proceder metodológico para su implementación con los medios y procedimientos a considerar dentro del mismo así como las características de la población que se entrena son aspectos pocos revelados por estos hombres de ciencias. Otra dificultad detectada es la gran diversidad de conceptos sin plasmar claramente la esencia de esta capacidad, pongamos algunos ejemplos:

    Román (1998): “La capacidad de vencer resistencias o contrarrestarlas por medio de la acción muscular”.

    Hartman y Tunnemam (1999): “La capacidad del hombre de contrarrestar o bien superar fuerzas externas a través de la actividad muscular”.

    Stelvio Beraldo y Claudio Polleti (2002): “En Fisiología corresponde a la capacidad que tienen los músculos para desarrollar tensiones al objeto de vencer u oponerse a resistencias externas. Posibilidad de vencer una carga a través de la contracción muscular. La energía muscular se transforma por tanto en trabajo mecánico (desplazamiento) y en calor que se disipa”.

    El concepto fisiológico de fuerza no cambia de un autor a otro. Todos reconocen la contracción muscular como generador de dicha fuerza, que es la que confiere la capacidad de vencer una resistencia externa o reaccionar contra la misma, Ortiz (2002), o de ejercer tensión contra una resistencia; Morehousse (1999), de superar o contrarrestar resistencias; Ehlenz, Grosser y Zimmermam (1990).

    En estos conceptos no se tiene presente la velocidad del movimiento, aspecto definitorio en el trabajo de la fuerza, pues con un mismo peso se pueden desarrollar diferentes velocidades del movimiento y a su vez generar diferentes tensiones musculares, las cuales realizarán una adaptación fisiológica diferente en el músculo. No tener en cuenta este elemento implicaría dirigir el entrenamiento de la fuerza sin responder a las necesidades de transformar los músculos acorde a las necesidades del deporte y según las características de las edades. En este sentido tener en cuenta solo este grupo de conceptos es algo limitado. Un concepto más acabado es el revelado por Wanton (2011): “Es la tensión que se produce al acortarse la fibras musculares y vencer o contrarrestar resistencias en función de la existencia de movimientos, de los regímenes de trabajo y la aceleración propuesta al cuerpo”.

    Seleccionamos este concepto como punto de partida en la preparación de fuerza de nuestros atletas, la cual será fundamentada, considerando el criterio de varios especialistas y en el nuestro propio a partir de los resultados alcanzados en el trabajo diario y de investigaciones realizadas sobre esta temática.

    El Karate-do es un deporte donde las acciones a realizar están caracterizadas por movimientos explosivos tanto en el golpeo como en los desplazamientos. Para lograr el desarrollo constante de este accionar el niño practicante debe alcanzar niveles óptimos en algunas manifestaciones de la fuerza pero: ¿qué manifestación de la fuerza se debe desarrollar en estas edades?, ¿qué métodos utilizar?, ¿cuál es el volumen adecuado en una sesión?, ¿cómo evaluar la fuerza en dependencia de las edades? Estas interrogantes estarán resueltas al cumplimentarse el siguiente objetivo: Indicadores para la preparación de fuerza en alumnos que practican Karate-do en el deporte de base.

Desarrollo

    El entrenamiento en la edad infantil nos orienta al desarrollo de las capacidades globales de la fuerza. No tendrá como objetivo, por ejemplo, el desarrollar en gran medida la fuerza máxima o la fuerza resistencia, estos aspectos se desarrollarán más tarde, durante y después de la pubertad, con mayor eficacia. Se trata más bien de desarrollar la fuerza en la medida adecuada que permita aprovechar luego en la pospubertad como etapa favorable para el entrenamiento de la fuerza.

    Con respecto a la organización del entrenamiento de la fuerza para niños debe tenerse en cuenta la coordinación adecuada con otros objetivos del entrenamiento a lo largo de una especialización progresiva.

    Además debe considerarse lo siguiente en el contexto del desarrollo de la capacidad de fuerza en niños: el aparato de huesos, ligamentos y tendones en fase de crecimiento muestra reacciones negativas frente a cargas prolongadas, desequilibradas y extremadamente elevadas; dado que las zonas óseas de crecimiento están sensibles durante este período, ocasionando un alteraciones óseas a causa de tracciones musculares unilaterales. A nivel del brazo, por ejemplo, existe peligro de desplazamiento del olécranon del codo en caso de un sobreentrenamiento del tríceps durante la fase prepuberal. El entrenamiento unilateral de la fuerza también puede reducir la elasticidad muscular, sobre todo la insistencia excesiva en ejercicios competitivos específicos unilaterales, pudiendo ocasionar, en casos extremos, deformaciones óseas como las observadas en sectores vertebrales.

    El desarrollo de la fuerza tiene relación directa con el nivel de determinadas hormonas en específico con la testosterona, surge entonces una interrogante: ¿La fuerza infantil aumenta sin testosterona? Claro que sí, esto quedó demostrado en el excelente trabajo de Pleiffer y Francis: (1994) en el que sometieron a tres grupos de varones (pre-pubescentes, pubescentes y pos-pubescentes) a un sistema de entrenamiento durante 9 semanas. Los tres grupos aumentaron significativamente la fuerza muscular. Teóricamente el grupo de varones pubescentes ha debido presentar el mayor incremento en la fuerza por el cambio dramático de testosterona a esta edad, pero este no fue el caso. Sorpresivamente el grupo que presentó un mayor aumento de la fuerza fue el de los pre-pubescentes, justamente los que tenían menor cantidad de testosterona.

    ¿Cómo se explica esto? El aumento de la fuerza muscular en este grupo no se acompaña de un aumento en la masa muscular (determinado por la testosterona) sino que es debido principalmente a un aumento en la capacidad de coordinación motora, a un aumento en la activación de la unidad motora y a un cambio en las características contráctiles de la fibra muscular. De manera que aunque no aumente la masa muscular (porque no tiene testosterona) sí aumenta la fuerza muscular.

    Para establecer un plan de preparación de fuerza en edades comprendidas de 7 a 10 años, es indispensable conocer las características desde una perspectiva morfológica y fisiológica. Autores como Grosser y Zimmerman: (1990) destacan las siguientes:

  • Aumento de la estatura como promedio 5 cm al año.

  • Aumento del peso corporal de 2 a 2,5 kg anual.

  • Aumenta la circunferencia torácica hasta 64 cm.

  • La frecuencia cardíaca es acelerada y varia entre 74 a 86 pulsaciones por minuto.

  • Debido al incremento de la circulación aumenta la irrigación a todos los tejidos.

  • Tienen menor cantidad de hemoglobina que el adulto 74% por un 80%.

  • Los músculos de la espalda son débiles.

  • Los huesos de la columna vertebral son pocos resistentes.

  • El aparato cardiovascular es muy excitable.

El inicio de la preparación de la fuerza

    Según los conocimientos científicos los fundamentos para el desarrollo de la fuerza son en su totalidad muy complejos y hasta hoy sólo se han investigado parcialmente pero todos coinciden en que el inicio de la preparación de la fuerza se sitúa en los niños entre los 7 y los 10 años y para su desarrollo, exige del especialista el dominio exhaustivo de los siguientes parámetros que consideramos imprescindibles:

  • No se observa un aumento de la sección de las fibras musculares, hipertrofia, debido evidentemente a un nivel bajo, o muy bajo de testosterona.

  • Con respecto a las diferentes manifestaciones de la fuerza muscular debemos de dirigir el entrenamiento al desarrollo de la fuerza rápida.

  • Inicialmente se deben aplicar ejercicios, métodos, y medios para el desarrollo de la fuerza rápida.

  • Se ha de tener en cuenta el efecto del entrenamiento de la fuerza sobre el sistema esquelético en la fase prepuberal, además de su efecto sobre la fibra muscular y la coordinación intramuscular. A pesar de que los huesos estén en esta edad lo suficientemente duros para permitir cargas ligeras y saltos con el propio peso corporal, no son aconsejables las intensidades elevadas, ya que las epífisis aún no están consolidadas, ¡Peligro para el crecimiento longitudinal! Por esta razón todavía no se recomienda el método para mejorar la coordinación intramuscular, como unos de los métodos de entrenar la fuerza máxima.

  • Un entrenamiento muscular constructivo solo se debe realizar bajo la perspectiva de ejercicios de coordinación motriz y de trabajo complementario de la flexibilidad, es decir, no se han de realizar ejercicios para una sola articulación, siempre han de intervenir varias articulaciones.

  • Se han de realizar ejercicios gimnásticos complementarios.

Indicaciones generales para la preparación de fuerza en los niños-atletas de Karate en edades comprendidas de 7 a 10 años

  • El rendimiento de la fuerza apenas se puede mejorar mediante un entrenamiento específico de la fuerza. A esa edad es insignificante el aumento del diámetro de las fibras musculares

  • La fuerza dinámica se puede desarrollar con múltiples ejercicios; trepar, lanzar, saltar.

  • Se deben realizar combinaciones de carreras con lanzamientos.

  • Hay un incremento rápido en el aprendizaje motor de las técnicas deportivas fundamentales tales como dachi waza, geri waza, uke waza, entre otras.

  • Mejorar la fuerza explosiva sobre todo en las extremidades inferiores.

  • La resistencia se puede entrenar para mejorar los factores cardiopulmonares.

  • Se debe incrementar la agilidad en general, ej.: circuitos con obstáculos.

  • Incrementar la rapidez de reacción.

  • El juego constituye el método adecuado para el desarrollo de la fuerza en el niño. Con el juego se refleja novedad, interés, motivación, variación, autonomía en actuar y encontrar soluciones, espontaneidad, aceptación, unión con el grupo, compararse con el grupo.

  • Balancear los ejercicios del tren superior e inferior.

  • Balancear los ejercicios donde participen la musculatura agonista y antagonista.

  • Estimular dentro de las manifestaciones de la fuerza la fuerza rápida.

  • No enfatizar en los movimientos excéntricos.

  • Utilizar varios tipos de sobrecarga (propio peso, pelotas medicinales, en parejas)

  • El volumen realizado en la preparación de fuerza en una sesión debe ser el 30% del tiempo total de la misma.

  • Se emplearán como métodos en la preparación de fuerza el de repetición y el juego.

  • Evaluar la fuerza rápida de brazos, tronco y piernas realizando la mayor cantidad de repeticiones en los ejercicios planchas, abdominales y cuclillas sin peso.

Propuesta de juegos para el desarrollo de la fuerza

    Iván Román Suárez en su libro “Juegos de fuerza para niños” recomienda un conjunto de juegos de desplazamientos, tracción, empuje y combate que quisimos incorporarlos en la preparación de fuerza en las edades comprendidas de 7 a 10 años por cumplir las reglas metódicas indicadas en párrafos anteriores. Ellos son:

1.     Nombre: Lucha de desplazamiento a la manera de Rugby.

  • Tipo: Tracción, Desplazamiento. Empuje.

  • Materiales: Tiza.

Organización:

    De 6 a 8 jugadores están parados en un callejón de 2 metros de ancho dividido a la mitad por una línea, con el cuerpo incli­nado hacia adelante, hombro con hombro sin que las manos toquen el suelo. Se prestará atención a que no formen "joroba" sino que mantengan la espalda hiperextendida. Las piernas están en posición de paso, la pierna trasera extendida, se apoya contra el suelo.

 Desarrollo:

     Cada uno intenta desplazar a su rival detrás de la línea del callejón.

     Principales músculos que trabajan:

  • Deltoides 

  • Dorsal Ancho

  • Oblicuo externo del abdomen

  • Glúteo mayor

  • Tensor de la Fascia Lata

  • Cuádriceps Femoral

  • Sartorio

  • Gastrocnemio.

    Este juego favorece el desarrollo de las técnicas de dachi waza, ya que exige una postura que se asemeja a la empleada en el karate do, así como la distancia establecida (dos metros) para el desarrollo del juego que es la misma a la reglamentada en el karate do para iniciar el combate.

2.     Nombre: Fuera del Círculo.

  • Tipo: Tracción, Desplazamiento y Empuje.

Organización:

     En un círculo con un diámetro de 3 m. se encuentran de 8 a 10 jugadores, cada uno intenta sacar a los demás.

Desarrollo:

     Cuando logra sacar a uno se lanza sobre un nuevo rival. También puede sorprender a una pareja que lucha para sacar a ambos, de ahí que siempre haya que estar alerta en la lucha.

 Reglas:

  • Se le concede un punto negativo o se elimina aquel jugador que con ambos pies esté fuera del círculo. Esta forma también es muy amena como competencia entre equipos.

  • Principales músculos que trabajan: Pectoral Mayor, Dorsal Ancho, Trapecio, Bíceps Braquial, Tríceps Braquial, Cuádriceps Femoral y Gemelos.

  • Esta participación está en dependencia de la forma de ataque de ambos jugadores

  • Una de las variantes del juego para adaptarlo a las características del Karate do es ubicar el niño en un cuadrado de 3 metros cuadrados, buscando una similitud con el área de competencia.

3.     Nombre: Pelea de Gallos.

  • Tipo: Tracción, Desplazamiento, Empuje.

  • Materiales: Fajas de Plomo para colocar en la cintura.

Organización:

    Dos jugadores, con los brazos cruzados sobre el pecho y brincan­do sobre una pierna, intentan mutuamente hacerse perder el equi­librio, de manera que tengan que apoyar el otro pie sobre el suelo, esto se puede lograr mediante empujones, esquive ágil y movimientos de amagos. Termina la lucha cuando el otro pie del jugador hace contacto con el suelo. Se permite el cambio de pierna.

Variación:

     En lugar de obligar al rival a poner la pierna levantada sobre el suelo, también es posible llevar a cabo la lucha en un pequeño campo delimitado (3 x 3 m.), la tarea consiste en obligar al rival a abandonar el campo.

     Al tratarse de muchachos muy vigorosos y ágiles se les puede permitir de igual manera luchar simultáneamente contra dos riva­les.

 Principales músculos que trabajan:

  • Tensor de la Fascia Lata

  • Cuádriceps Femoral

  • Sartorio

  • Músculo Peróneo 

  • Gastrocnemio

  • Tibial Anterior.

4.     Nombre: Lucha India.

  • Tipo: Tracción y Empuje.

  • Material: Tiza.

Organización:

  • Se dividen los participantes en dos bandos o grupos, estando situados en línea y con una distancia entre una y otra línea de no menos de 5 m.

Desarrollo:

  • Cada equipo irá eligiendo un luchador que los representará, siendo distinto cada vez. La posición de ambos contendientes será lateral con las manos derechas enlazadas.

  • El juego consiste en sacar de balance al contrario haciendo fuerza en distintas direcciones, de manera que levante el pie.

Reglas:

  1. No podrá utilizar la otra mano, la cual no se podrá apoyar en el suelo.

  2. Cuando es levantado el pie se considera perdido.

  3. Cada jugador representante de los equipos sólo tendrá una oportunidad.

  4. Al finalizar todos de jugar, quien más punto tenga será el ganador.

Principales músculos que trabajan: 

  • Trapecio

  • Dorsal Ancho 

  • Pectoral Mayor 

  • Deltoides

  • Bíceps Braquial 

  • Tríceps Braquial 

  • Cuádriceps Femoral 

  • Tensor de la Fascia Lata.

Conclusiones

  • La preparación de fuerza en niños que practican Karate-do en las edades comprendidas de 7 a 10 años debe considerar las características morfológicas, anatómicas y fisiológicas de las mismas.

  • Los juegos constituyen el método fundamental para la preparación de fuerza en los niños-atletas que practican Karate-do.

  • La preparación de fuerza debe estar en correspondencia con la preparación técnica en estas edades.

  • La fuerza rápida es la manifestación que mayor atención deben recibir los niños.

  • La preparación de fuerza en estas edades se incrementa a partir de la coordinación de los movimientos y no por el aumento de la masa muscular.

Bibliografía

  • Barrios, R. J y Ranzola, R. A. (1998). Manual para el deporte de iniciación y desarrollo. La Habana, Editorial Deportes.

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  • Bosco, Carmelo (2009). La fuerza muscular, aspectos metodológicos. Barcelona, Editorial INDE.

  • Carriera Junco, Alfredo A. (2003). Propuesta de una metodología para la enseñanza, condición y animación de los juegos recreativos en la comunidad. Tesis de maestría (Maestría en educación) Matanzas.

  • Ehlenz, H. Grosser M. y Zimmermann, E. (1990). Entrenamiento de la fuerza. Barcelona, Ediciones Martínez Roca.

  • Menéndez, E. (1984) Planificación, control y análisis del entrenamiento deportivo en las categorías escolares. Villa Clara, Editorial Establecimiento Abel Santamaría.

  • Naclerio Ayllón, F. (2002). Fundamentos científicos aplicados a la valoración y entrenamiento de la fuerza muscular. España, Editorial Interna Globus.

  • Román Suárez, Iván (1994). Juegos de fuerza para niños. Ciudad Habana, Editorial Gente Nueva.

  • Tatarinov, V. G. (1980) Anatomía y fisiología humanas. Moscú, Editorial Mir.

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