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El paradigma del deportista cubano y los desafíos del siglo XXI

 

Universidad de la Ciencia la Cultura Física

y el Deporte de Guantánamo

(Cuba)

MSc. Hiltrudes Casamayor Vibet

MSc. Mileidy Roldós Guzmán

angelro@inder.cu

 

 

 

 

Resumen

          Desde la posguerra hasta la actualidad, se han producido grandes modificaciones globales determinadas por el carácter neoliberal de la política que las grandes potencias capitalistas le han impuesto al mundo. Las transformaciones han tenido lugar en la base económica, en la superestructura política y jurídica de los sistemas sociales incluyendo las actividades físicas y deportivas. Resultante del acrecentado mercantilismo que caracteriza el contexto deportivo en la actualidad se fortalecen el individualismo, el fraude y menos precio de los sentimientos patrios en los deportistas. El presente trabajo tiene como objetivo destacar la concepción y significación del paradigma del deportista cubano en un escenario contradictorio y hostil a los valores que este representa. Los rasgos que caracterizan el modelo de nuestro atleta han sido esbozados en varias consideraciones de Fidel Castro y entre ellos se destacan la dignidad, el patriotismo, la tenacidad y el espíritu de sacrificio; son estas cualidades que han permitido que nuestros campeones no solo sean dignos representantes del pueblo cubano sino un valladar infranqueable ante la corrupción y las tendencias enajenantes del mundo neoliberal que hoy desvirtúan los principios del movimiento olímpico internacional.

          Palabras clave: Globalización neoliberal. Paradigma. Valores. Deportista. Cuba. Siglo XXI.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 18 - Nº 182 - Julio de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El nuevo siglo caracterizado por la existencia de una economía globalizada y neoliberal ha traído como consecuencia la globalización de todos los componentes superestructurales universales, la globalización es el fenómeno que mejor caracteriza al capitalismo moderno, considerada por muchos autores como la metamorfosis que atraviesa el modo de producción capitalista, la globalización rompe las barreras nacionales económicas, políticas, jurídicas, culturales e identitarias, imponiendo los patrones de los países más poderosos encabezados por EE.UU. El deporte y el movimiento olímpico no están ajenos a esta problemática.

    En las condiciones del neoliberalismo las consecuencias de la globalización para los países del tercer mundo son nefastas porque todo el proceso tiene lugar alrededor de un poder central trasnacional y conlleva a una pretendida homologación económica, científica, tecnológica, política, ideológica y cultural que niega la identidad nacional y compromete la soberanía de los pueblos. La política, la ideología, la cultura, y en general los valores que realmente se universalizan, son los pertenecientes a los países dominantes.

    Por lo general cuando se habla de la globalización se circunscribe a los aspectos económicos, financieros, comunicacional y comercial, pero la misma es mucho más abarcadora y multilateral, pues como resultado objetivo del desarrollo científico, técnico y tecnológico, que internacionalizó las relaciones de producción entre los hombres, se extiende a todas las esferas y actividades relacionadas con la vida de los mismos, por tal razón no deja fuera la cultura, la política, lo militar, lo social, el deporte.

    Para los actuales y futuros profesionales del deporte y la Cultura Física del país es vital el conocimiento del carácter y el impacto de este proceso en el movimiento deportivo, para asumir actitudes de defensa incondicional de los principios en los cuales se fundamenta nuestro sistema social y se expresan, entre otras esferas, en la actividad física.

    Teniendo en cuenta estas concepciones, el presente trabajo es de particular utilidad para la comprensión de los flagelos que afectan al movimiento deportivo y en este escenario destacar la significación del fortalecimiento de los valores, asumidos por el proyecto social cubano, en las nuevas generaciones de deportistas.

Desarrollo

    El desarrollo de la actividad deportiva, como forma de la actividad humana que es, está determinado por las condiciones materiales de existencia de la humanidad, depende de las condiciones socioeconómicas imperantes en cada época. En la actividad física y el deporte también se manifiestan las consecuencias de la globalización neoliberal.

    “Decir que el deporte es actividad presupone insertarlo en la actividad humana, tipo específico de actividad social que no se produce en un vacío, en cuyo interior se contraen relaciones sociales específicas, comunicativas, organizativas, jurídicas, morales e ideológicas que son propias de la actividad y que hacen del deporte un subsistema social específico (…) pero conectado decididamente con la cultura general” (1), permite comprender el por qué la globalización neoliberal tiene determinante influencia sobre el desarrollo de la cultura física y la actividad deportiva.

    En el mundo de hoy el espectáculo deportivo y todos los procesos asociados a él se han convertido en un rentable negocio, donde todo es objeto de compra y venta. Los dividendos que hoy proporcionan la práctica y promoción del deporte superan por amplio margen las ganancias de industrias tradicionales como la de la construcción de automóviles y de otras emergentes como la informática. La obtención de ganancias ha determinado que las grandes transnacionales asociadas al mundo deportivo recurran a cuantos mecanismos sean posibles para aumentar sus ingresos.

    La emigración de atletas de países subdesarrollados y del antiguo campo socialista a países del primer mundo; el perjudicial incremento de la utilización de sustancias nocivas para aumentar las capacidades físicas de los deportistas; la propaganda sensacionalista, indiscriminada y muchas veces ofensivas de las cadenas publicitarias; la discriminación racial, el chovinismo y la corrupción condicionan que cada día el movimiento deportivo se aleje más de ser un medio de desarrollo físico y espiritual , de sano esparcimiento donde el espectáculo deportivo al mismo tiempo que proporcione satisfacción favorezca la solidaridad y la paz entre los hombres, para convertirse en un escenario más de la encarnizada lucha por la supervivencia humana donde el hombre es enemigo del otro hombre y todas las armas están permitidas.

    Es en este contexto que Cuba emerge como ejemplo sui generis no solo por el hecho de que siendo un país pequeño y subdesarrollado sus resultados deportivos sean los más sobresalientes de todo el Tercer Mundo y que la solidaridad característica del proyecto social cubano determine su presencia en todos los continentes. Cuba es un caso particular por el fundamento humanista con que se desarrolla la cultura física y la práctica deportiva, donde el hombre en su condición de sujeto del proceso deportivo tiene mayor comprensión de las condiciones en que tiene lugar la actividad deportiva y en función de ello modela al deportista que ha de formar.

    En la formación del hombre nuevo, en las condiciones concretas de Cuba, la práctica deportiva deviene en una vía eficaz para la educación de nuestros niños y jóvenes. Desde los primeros días de la Revolución, enero de 1959, Fidel Castro destacaba la necesidad de la actividad física para el país porque el deporte era fuente de voluntad, constancia, vigor físico y agilidad mental. El deporte y la Educación Física contribuyen a la formación de los valores que defiende nuestro proyecto social y por los cuales se identifica al deportista cubano en cualquier espacio donde se desarrolle.

    A partir del triunfo de la Revolución se concretó una política deportiva dirigida a constituirse en prioridad del desarrollo social. Para ello fue necesario liberar el deporte cubano -si es que se puede hablar de deporte cubano antes de 1959- de la mugre con que el profesionalismo y el subdesarrollo lo habían formado. La máxima dirección de la Revolución transformó la práctica deportiva de un privilegio exclusivo y excluyente en práctica común y accesible a todos los cubanos; el deporte se convirtió en una conquista y derecho del pueblo, asimismo en expresión de los valores que nos identifican .Es por ello que en la formación del profesional de la cultura física y particularmente del deportista es objetivo principal que desarrollen un pensamiento reflexivo, al servicio permanente de la Revolución y de nuestra sociedad , que demuestren un nivel de actuación ciudadana y profesional que evidencie su amor por la Patria y su disposición a defenderla.

    Para el logro de este objetivo es indispensable que los profesionales encargados de cumplir esta misión dominen los fundamentos del materialismo dialéctico. Los principios, leyes y categorías de la dialéctica materialista proporcionan a profesores y entrenadores las vías para interpretar científicamente el mundo en que vivimos y concebir las acciones para su transformación.

    Ejemplo convincente de cómo analizar el escenario deportivo internacional y nacional a partir de la concepción dialéctico materialista de la historia son las reflexiones de nuestro Comandante en Jefe. En sus análisis ha desentrañado como la esencia explotadora y mercantilista del sistema capitalista ha deshumanizado la práctica deportiva, convirtiéndola en fuente de ganancia y como en contraposición a ello el socialismo, sistema en que la dimensión humana del hombre tiene mejores condiciones para manifestarse el deporte se ha de transformar en una vía para la realización plena del mismo.

    El deporte y la actividad física constituyen una parte importante del pensamiento político de Fidel Castro, él con sus ideas ha sido el gestor e inspirador principal del sistema deportivo y ha contribuido a modelar el arquetipo del deportista cubano.

    Desde joven practicó deportes y como dirigente político le dio el mayor impulso al desarrollo que en este orden reclamaba el país. La esencia del nuevo sistema social que se construía, exigía, para que el ser humano adquiriese su verdadero valor, entre otras cosas, de la humanización y generalización de la práctica del deporte porque esta desarrolla el bienestar y la salud del pueblo.

    En el discurso que pronunciara Fidel Castro en la inauguración de la EIDE, de la Ciudad de La Habana, el 6 de octubre de 1977 se esbozan ideas que caracterizarían el sistema deportivo cubano y el tipo de deportista al cual se debía aspirar. “El fin número uno es promover con el desarrollo del deporte el bienestar y salud del pueblo, y el fin número dos, buscar campeones… los campeones los necesitamos, porque los campeones se convierten en símbolo de la juventud y de los niños; los campeones se convierten en la medida del desarrollo social, educacional y cultural de nuestra Revolución y de nuestro pueblo; los campeones se convierten igualmente en una medida del carácter y la voluntad y la entereza de nuestro pueblo” (2)

    Las ideas acerca del deporte del Comandante en Jefe definen nuestro movimiento deportivo “El deporte no es en nuestra concepción un instrumento más del mercado, un medio de vida de los jóvenes en vez del estudio y el trabajo, ni de lucro de promotores, agentes de toda la fauna de parásitos que se alimentan del esfuerzo del atleta; no es negocio turbio y caldo de cultivo de la droga y la utilización de sustancias ilícitas y dañinas para la salud del deportista. Nos hemos opuesto y nos seguiremos oponiendo a esa concepción mercantilista del deporte.

    Para nosotros, por el contrario, el deporte es y debe ser uno de los medios más eficaces con que cuenta la sociedad para contribuir al fomento del bienestar y la salud de los ciudadanos, para el desarrollo del espíritu de superación y de emulación entre las personas, para la consolidación de hábitos de disciplina social, la solidaridad entre los hombres, para el cultivo de una mejor calidad de vida, en una palabra, para la realización plena del ser humano”. (3)

    Fidel también resalta cualidades que debe poseer el deportista; según sus ideas el deporte requiere condiciones morales, condiciones de carácter, condiciones espirituales, porque entre dos atletas que tienen más o menos las mismas aptitudes físicas, vence el que tiene más espíritu, más carácter, más voluntad para la preparación, para el entrenamiento y es capaz de hacer un esfuerzo supremo en el momento de la competencia.

    El deporte cubano está sustentado en valores como la dignidad, la disciplina, la honestidad y el sentimiento patriótico, es lo que permite reconocerlo en cualquier parte del mundo. Cuba en su condición de potencia deportiva y moral, forma atletas con valores éticos que enriquecen el sentido de la dignidad y la responsabilidad para con la Patria fructificando un deportista capaz de rechazar cuantiosas sumas de dinero, actitud definida como expresión autóctona de amor por su pueblo.

    En este sentido hay que lograr que nuestros atletas asuman conscientemente la dialéctica materialista. Que valoren la significación de su condición como sujeto y objeto del desarrollo social en la esfera de la cultura física y el deporte; esto asegurará que no asuman una actitud contemplativa ante los flagelos que laceran el movimiento deportivo sino que a partir de su experiencia y los valores que se le han formado promuevan una sociedad mejor.

    El compromiso de nuestros atletas y técnicos es con la Patria, con la Revolución y con Fidel, la lealtad, firmeza y preparación deportiva, ética y juego limpio, es el ABC de la conducta de nuestros atletas, refirió José Ramón Fernández, Presidente del Comité Olímpico Cubano en ocasión de los Juegos Panamericanos de Santo Domingo.

    El deportista cubano debe estar al servicio permanente de la Revolución y la sociedad, demostrar su amor por la patria y estar dispuesto a defenderla siempre y poseer valores que se correspondan con nuestro modelo social. Los atletas son ejemplos de entrega, esfuerzo y valentía.

    Todo el sistema de enseñanza deportiva en Cuba trabaja consecuentemente con el objetivo de formar un deportista portador de principios, valores y convicciones asociadas a la dignidad, el patriotismo, el humanismo, la solidaridad, la honradez, honestidad, valentía, firmeza, combatividad, responsabilidad, laboriosidad y justicia; son estas cualidades que han permitido que estos no solo sean dignos representantes del pueblo cubano sino un valladar infranqueable ante la corrupción y las tendencias enajenantes del mundo neoliberal.

Conclusiones

    La defensa del proyecto social cubano y de los valores que nos identifican ante los patrones extranjerizantes que impone el mundo globalizado y neoliberal de hoy, determina la potenciación de los rasgos positivos que caracterizan al deportista cubano para que este continúe siendo símbolo de la patria y escudo de la nación. El materialismo dialéctico y el pensamiento de Fidel Castro, en particular, son referentes imprescindibles en la formación ética y patriótica de nuestros atletas. En estos momentos de trasformaciones sociales y confrontaciones culturales, tenemos que saber reconocer y proteger la esencia de lo cubano para que la identidad nacional siga siendo el basamento imprescindible de unidad en el pueblo.

Referencias bibliográficas

  1. Martínez de Osaba, Juan A. Cultura Física y Deportes: Génesis, Evolución y Desarrollo. Ed. Deporte, p. 21.

  2. Castro, F. Discurso en la inauguración de la EIDE “Mártires de Barbados” 6 de octubre de 1977. Departamento de versiones taquigráficas del Consejo de Estado. p. 11.

  3. Castro, F. Discurso en la inauguración de los Primeros Juegos Deportivos del ALBA. Granma, 18 de junio de 2005, p. 3.

Bibliografía

  • Batista, M.W. Las empresas transnacionales y el deporte. en Revista “Acción”, Nº 4, 2006.

  • Castro Ruz, Fidel. Discurso en la inauguración de los Primeros Juegos Deportivos del ALBA; Granma, 18 de junio de 2005, p. 3.

  • Castro Ruz, Fidel. Discurso por la inauguración de la EIDE de Ciudad de La Habana el 6/10/1977.Departamento de Versiones Taquigráficas del Consejo de Estado.

  • Martínez de Osaba, Juan A. Cultura Física y Deportes: Génesis, Evolución y Desarrollo. Ed. Deporte.

  • Pérez, G.A. y López, J. Impacto de la globalización en el mundo del deporte. Revista “Acción”, Nº 4, 2006.

  • Quintana Suárez, Raúl. El ideario educativo de Fidel Castro en la formación de maestros. La Habana, Pueblo y Educación, 2010. 110 p.

  • Torres de Diego, Mario J. Fidel y el Deporte. La Habana, Editorial Deportes, 2007. 422 p.

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