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El pensamiento humanista de Ernesto Guevara de la Serna
en el deporte

 

UCCFD “Manuel Fajardo”

(Cuba)

MSc. Ileana Ross Calderón

ileanarc@inder.cu

MSc. Maylín Caraballo Rodríguez

maylincr@inder.cu

 

 

 

 

Resumen

          La concepción del ser humano como un ser histórico social determinado por las relaciones sociales, que realiza actividades prácticas, cognoscitivas, valorativas y comunicativas, que considera al valor como la significación socialmente positiva de objetos y fenómenos de la realidad. Estos contenidos, a su vez, están enfocados desde una perspectiva axiológico humanista, cuyos principios básicos son evidentes en lo que conocemos como Derechos Humanos, máxima expresión de la concepción humanista universal. La nueva universidad está llamada a desarrollar esta tarea, lo cual equivale a orientar la actividad humana, activa, revolucionaria, transformadora a partir de la actitud y acción consciente de los hombres y donde el docente a nuestro juicio es el eslabón rector. Por lo que el objetivo de la investigación va dirigido a analizar el pensamiento humanista del Ernesto Guevara de la Serna en el deporte.

          Palabras claves: Humanismo. Deporte. Che Guevara.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 18 - Nº 181 - Junio de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Desarrollo

    El deporte debe asumir la tarea no sólo de humanizarse a sí mismo, sino también de contribuir a la humanización de la sociedad. Por eso el humanismo juega un papel importante, ya que posee fundamentos, principios y valores que ofrecen una orientación adecuada para encontrar un sentido, una razón de ser.

    En la época actual está influenciada por las concepciones positivistas de la llamada modernidad, el deporte y la cultura física han ocupado un lugar secundario o solo “complementario” en la formación educativa.

    “Una educación realmente humanista, no puede nunca despreciar el deporte;... El humanismo ve en el deporte un medio de aprender a dominar y a organizar los movimientos. Es en último término, el triunfo de la razón sobre los miembros y la manifestación concreta de la armonía en los movimientos corporales... El deporte también es una escuela de sociabilidad y cooperación “. (Castello)

    Muchos países ven las prácticas deportivas como necesarias para que los niños y jóvenes “descarguen energías” y en consecuencia tengan mejor disciplina en la sala de clases, muchos colegios y universidades han visto en él una forma de ganar prestigio al “demostrar superioridad” sobre otras instituciones en torneos y competencias. Visiones tardías y reduccionistas crean un enfoque sobre la base de una concepción comercializadora-mercantilista del deporte como lo enfatiza la ideología neoliberal dominante.

    El deporte tiene un sentido humano y social que lo asocia directamente con fines y objetivos vinculados con la educación, el ocio, la recreación y la salud, a través de su práctica sistemática de manera activa, creadora y multifacética.

    La vinculación del deporte con la dimensión educativa ha sido comprendida por diversas culturas de ahí que haya ocupado un elemental aporte a la formación de las nuevas generaciones.

    Numerosos estudiosos han sido capaces de entender las potencialidades que tiene el deporte en la formación, no sólo física, sino además cognitiva, afectiva y volitiva. Es justamente en ese aspecto donde al humanismo centra su atención: la gran potencialidad formativa del deporte no es sólo porque puede educar cada una de estas dimensiones, sino porque puede hacerlo, como ninguna otra rama del sistema educativo, de una manera integradora. En ese sentido la educación física y el deporte trabajados de manera amplia y no unilateral permiten vincular integradoramente idea, imagen, emoción y acción motriz.

    Comenzar por un deporte en específico en el caso del Ché es complejo. Nos resulta interesante la importancia que devela para el desarrollo físico de una persona a la formación estética, ética y humanista del ser humano. Dentro de la gran variedad de cualidades que rodea la figura legendaria del Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara, merece atención su amor por el deporte. Incursionó en la natación, clavados, boxeo, saltos ornamentales, golf, caminata, montañismo, boxeo, ping-pong, tenis, rugby, motociclismo, bicicleta, campamentismo, aviación, navegación, tiro, pesca, patín, hipismo, béisbol, básquetbol, fútbol, ciclismo y alpinismo, con el cual desafió su padecimiento asmático.

    Disciplinas como saltos con movimientos aéreos ofrecen situaciones educativas que amplían sus circuitos y conexiones neuronales enriqueciendo significativamente el bagaje de gestos motores con que cuenta la persona; por otra parte los deportes colectivos (fútbol, básquetbol, etc.) permiten un trabajo muy rico en lo relativo al mundo de la intersubjetividad, la sociabilidad, el trabajo conjunto, cooperativo y mancomunado en pos de un objetivo, cualidades todas muy importantes en la idea de un ser humano consciente de su condición histórica y social. Hay una serie de deportes individuales y conjuntos que educan fuertemente la voluntad, la capacidad de traspasar y romper los propios límites, que muestran que el “aprender sin límites” también se da en este tipo de actividad humana; es el caso de deportes como el atletismo, el ciclismo, el remo, el montañismo, entre otros los cuales fueron practicados por el Che.

    Las caminatas por las sierras cordobesas eran un entretenimiento, le permitió desarrollar el alpinismo. Observando a un grupo de acróbatas de un circo, que realizaba un ejercicio que consistía en zambullirse desde una altura considerable en un estanque de no más de un metro y medio, quedó apasionado por los saltos ornamentales. Y en los arroyos improvisaba piruetas para las carcajadas de sus amigos. Hasta fue caddie, llegó a ser un excelente jugador de golf, escribió su padre en el libro “La Patria Deportista” del periodista Ariel Scher.

    En 1947 ingresó en la Facultad de Medicina donde se destacó sobremanera como integrante del club de fútbol. Participó en la Primera Olimpiada Universitaria en dos deportes: ajedrez y atletismo, registrando 2,80 en salto con garrocha. Como periodista dejó sus huellas en las páginas de revistas especializadas en rugby, y en los segundos Juegos Panamericanos, celebrados en México, 1955, destacándose como fotógrafo deportivo.

    Pero su gran pasión fue el rugby, con esa garra su apodo poco tardó en ser Furibundo Serna, luego economizado a Fuser. Pasó por el club Estudiantes de Córdoba y luego en Buenos Aires. Se inscribió en el SIC y su padre quiso impedir que siguiera practicando un deporte demasiado rudo para un niño con asma. Y él siempre le contestaba: “Viejo, me gusta el rugby. Y aunque reviente lo voy a seguir practicando”.

    Ernesto Guevara jugó al rugby desde los 14 hasta los 23 años. Pero además lo inició como periodista. Fue el fundador de la revista Tackle, la tercera especializada en el deporte. Posteriormente el trío deporte-Guevara-periodismo funcionaría a la perfección. Se ha comprobado que la práctica de la actividad física desde edades tempranas de la vida se asocia con la práctica de actividad física en la adultez.

    El Che constituye un ejemplo y una motivación de realización de estas actividades que se pueden asumir con una responsabilidad íntegra por los beneficios al desarrollo humano tanto en los efectos para la salud, el comportamiento, en nuestra manera de ser competitivos en el orden laboral, profesional e intelectual.

    Su visión lo llevó a ser precursor del movimiento deportivo cubano, matizado en innumerables anécdotas que reflejan el gusto y la preferencia por la práctica del deporte, el cual alternaba con la vorágine de la revolución. Se desempeñó con mucha constancia y voluntad en cada una de sus etapas de su vida tanto en su infancia, adolescencia y adultez. Sus aportes al enfoque marxista de la teoría de la cultura física cubana y a los valores éticos- humanistas, deberán ser analizados con una mayor profundidad y no solo lo anecdótico, para conformar las bases de la formación cultural integral de nuestro pueblo, de los futuros deportistas, que descansan en la participación masiva al deporte en todas sus variantes, mediante la promoción, calidad de vida y recreación.

    En bibliografías sobre el Che y el Deporte, se destacan su pasión por diversos deportes que contribuyeron a su formación y capacidad física, según William Gálvez en su libro “Che deportista”, destaca su acercamiento a los cubanos en Guatemala y México y su relación con nuestro deporte nacional. Ya en la Sierra, acrecienta su afición por esta disciplina, estimulada, tal vez, por su amistad con Camilo, pues este era un ferviente simpatizante del deporte de las bolas y los strikes, además de buen pelotero. 

    Después del triunfo de la Revolución cubana fue aficionado a la práctica de otras disciplinas como el golf, el tiro deportivo, la pesca deportiva, el béisbol donde perteneció al equipo de Los Barbudos en el cual también se encontraban Fidel, Raúl, Camilo y otros dirigentes de la Revolución. No se puede hablar del desarrollo del deporte revolucionario en Cuba en los primeros años de la Revolución sin mencionar la ayuda y el estímulo que brindó a este digno propósito. La vida del Che en el deporte es extensa y nos revela una historia sobre Latinoamérica y la del mundo.

    Desde 1959 hizo hincapié en la práctica masiva del juego ciencia, especialmente entre niños y jóvenes. Su entusiasmo era tan grande que lo llevó a inscribirse en torneos de clasificación del INDER, jugando desde la base hasta la obtención de la primera categoría, viéndose imposibilitado de continuar en la siguiente fase por imperativos de un viaje al exterior. Participó en competencias por equipos interestatales contra el antiguo Ministerio de Hacienda, de Relaciones Exteriores, embajada Soviética, INRA, Cuerpo de Artillería y la antigua CMQ entre otros.

    El ajedrez ha sido llamado juego-ciencia y, también, juego-arte, términos que han originado cierta confusión sobre la valía y calidad del mismo. Por juego se entiende aquella actividad utilizada para la recreación y la diversión. Como conclusión se puede decir que el ajedrez es un juego, pues recrea y entretiene; un deporte, al permitir el enfrentamiento, la competencia y la superación de uno mismo; una ciencia, al poseer una teoría y métodos propios, y finalmente un arte al permitir expresar los sentimientos, la personalidad y la creatividad estética.

    La naturaleza del ajedrez es eminentemente intelectual y se apoya principalmente en elementos que regulan o estimulan el intelecto: memoria, imaginación, creatividad, concentración, organización, proceso de toma de decisiones, capacidad analítica, etc. A todo esto hay que añadir que los valores de comportamientos éticos deportivos como son: temple para superar situaciones adversas, respeto por las leyes y reglamentos, asumir con gallardía las victorias y derrotas, deseo de superación, autocrítica. Además, el ajedrez permite una sana recreación y una buena utilización del tiempo libre.

    Su máxima expresión como deportista fue todo el desarrollo alcanzado por el ajedrez tanto competitivo como su masificación gracias a la obra, divulgación y ejemplo que siempre mostró participando en muchos eventos del deporte ciencia. Su amor por el ajedrez le surge desde el mismo momento en que aprende a jugar. Le sirvió mucho para desarrollar habilidades en su guerra de guerrilla y, gracias a esto, fue reconocido mundialmente como un gran estratega militar. En la etapa de lucha en la Sierra Maestra, el Che llevaba consigo en la mochila un juego de ajedrez, pero tenía muy pocos contrincantes pues apenas algunos sabían jugar este deporte.

    El estilo de juego del Che era intuitivo, prefería el juego táctico, basado en movimientos activos, audaces, pero claros, sobre base firme. Prefería el juego de ataque al juego posicional, en el tablero de ajedrez al igual que en la vida, sostuvo siempre una lucha firme y sostenida por la victoria.

    Algunos de sus logros ajedrecísticos más notables fueron la obtención del subcampeonato en el torneo del Ministerio de Industrias, celebrado en junio-agosto de 1963. Tuvo además la posibilidad de enfrentarse en simultáneas a grandes ajedrecistas entre los que se destacan los Grandes Maestros (GM): Mijail Tal, Víctor Korchnoi, Miroslav Filip y Miguel Najdorf, al Maestro Internacional (MI) Eleazar Jiménez y al Maestro Nacional Rogelio Ortega al cual venció.

    El Che fue el máximo impulsor del ajedrez en Cuba, sintió siempre una gran admiración por José Raúl Capablanca; para el guerrillero “el ajedrez es un educador del raciocinio” pues define los valores de análisis, concentración y autocontrol que caracteriza muchas veces el carácter de todo aquel que lo juega o practica.

    Para desarrollar esta disciplina en nuestro país se empezaron a convocar torneos interorganismos, los certámenes Capablanca In Memoriam y siempre la imagen y la acción del Che estaban presentes ya sea como fiel aficionado o activista. Por lo que se debe desarrollar en los estudiantes la capacidad de observar, analizar, indagar, razonar, aplicando métodos que formen conciencia. Si se desarrolla la inteligencia, se formarán convicciones y un pensamiento propio a través del estudio, considerando la capacidad de los adolescentes para entender los problemas que como parte del pueblo tienen en su idiosincrasia, y creen en la verdad cuando se les explica

    Cuando el ajedrez cubano, en el año 1962, daba un gran paso de superación en el orden internacional con la celebración del I Torneo Capablanca in Memoria, uno de los más asiduos concurrentes a las sesiones era el Comandante Ernesto Che Guevara. Al iniciarse el segundo Torneo Capablanca in Memoria, el Guerrillero Heroico luego de darle la bienvenida a los participantes expresó: "En este momento de confrontaciones mundiales que se deben a sistemas ideológicos muy distintos, el ajedrez puede y es capaz de aglutinar a gentes de países con sistemas diferentes".

    El Che siempre estuvo presente en los eventos ajedrecísticos que se desarrollaban en nuestro país; y cuando tenían carácter internacional disfrutaba con inmensa alegría la victoria de cada cubano. Todavía muchos recuerdan aquella frase de: “Otro puntico para Cuba”.

    Con su muerte prematura nuestra Revolución perdía a un forjador sin tacha, y el ajedrez a un apasionado defensor. En el año 2000 la Federación Internacional de Ajedrez incluyó en su Libro de Oro al Comandante Ernesto Che Guevara como una de las personalidades que más contribuyó durante una etapa de su vida con una labor meritoria por el desarrollo del juego ciencia y su masificación, por lo que le fue otorgado, además, el título Condecoración de “Caballero de la Federación Internacional de Ajedrez”. Es una de las dos personalidades que lo ostentan en Cuba.

    Fue el deportista asmático más celebre de la historia, aunque su notoriedad no provino ni del deporte ni del asma. Entre la veneración y el desprecio, estigma del Bien o del Mal, a Ernesto Guevara casi nada de lo humano le fue ajeno. Tampoco el deporte, donde devoró rutas y se despreocupó de las fronteras. "Muchos me dirán aventurero y lo soy; sólo que de un tipo diferente y de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades", afirmó cerca de su final. Así ganó, así perdió, así vivió. Y así también jugó.

    Es necesario transformar el pensamiento esquemático examinando los valores humanos que sobresalen en hombres de talla universal como lo demostró el Che, verlo como un sujeto capaz de manifestar las capacidades y potencialidades a desarrollar en una persona, la forma en el comportamiento, la conducta, los principios y las convicciones a través de la constancia y perseverancia ante los problemas reales de la sociedad, donde el enfoque pedagógico conlleven a una labor instructiva-educativa.

    Debemos preguntarnos después de haber estudiado la figura del Che: ¿El valor de la formación física es inherente solo a los deportistas? o ¿se requiere profundizar en el marco histórico-lógico en el sentido humanista del deporte vinculado al deporte en la actualidad?

    El éxito de la tarea educativa y de formación de una nueva conciencia está en saber cambiar tales condiciones con la actividad consciente y creadora del hombre, que ha adquirido no pocas peculiaridades.

    La formación humanista es un proceso educativo de información y de cultura de gran complejidad, hay que incorporarle el análisis y los estudios de un conjunto de disciplinas científicas, en el que las investigaciones sociales desempeñan su papel y donde interviene la sociedad con todos sus eslabones entre ellas la familia y la escuela de forma decisiva.

    La actividad práctica, primera distinción de la actividad humana en su relación sujeto-objeto, se caracteriza por ser siempre intencionada y por lo tanto, determinada por el entorno natural y socio-histórico-cultural. A través de esta actividad, el hombre humaniza al entorno natural y moldea el social, conforme a sus intereses y necesidades. Referido a la educación, consideramos que lo general es la dirección política – ideológica, pues en todos los órdenes económicos, moral ética, laboral, estética está presente, ella en sí tiene un carácter integral y responde siempre a los objetivos y fines de una clase determinada, la nuestra siempre con un enfoque humanista.

Bibliografía

  • Gálvez, William. Che deportista. Gentesur, Buenos Aires. 1995.

  • Gómez Serra, Joaquín. Che y Camilo: paradigmas del deporte cubano

  • González Consuegra, Osmaira. El Che y el béisbol

  • Guevara, Ernesto Mi primer gran viaje. Seix Barral, Buenos Aires. 1994

  • Lagares, Juan. El Che Guevara y su otra pasión: el deporte. Clarín.com.

  • Ledón Masip, Aleida. Ernesto Che Guevara también practicó deportes.

  • Tamayo Castillo, Félix. Che ajedrecista Pasión por los tableros.

  • Valdés Alonso, Francisco. Che y el ajedrez.

  • Vera González, Ernesto. El Che y su amor al deporte.

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