efdeportes.com
Los saltos en la etapa infantil

 

*Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y Diplomada en Magisterio

de Educación Primaria: Especialidad de Educación Física. Doctora en Educación

por la Universidad Complutense. Profesora en la Facultad de Educación

de la Universidad Complutense de Madrid

**Licenciado en Educación Física. Profesor Titular de Escuela Universitaria

en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid

Elena Ramírez Rico*

César Fernández-Quevedo Rubio**

quevedo@edu.ucm.es

(España)

 

 

 

 

Resumen

          Este artículo describe la habilidad básica del salto, centrándose especialmente en la evolución que sigue la misma con el desarrollo del niño.

          Palabras clave: Habilidad básica. Desarrollo motor. Saltos.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 177, Febrero de 2013. http://www.efdeportes.com/

1 / 1

Introducción

    Como nos recuerdan Conde & Viciana (1997), muchos autores enumeran esta habilidad dentro de los desplazamientos y siendo formales es ahí donde deben incluirse, pero dadas sus peculiaridades muchos otros (Clenaghan & Gallahue, 1985; Generelo & Lapetra, 1993; Conde & Viciana, 1997; Blández, 1998; Batalla, 2000; etc.), entre los que podemos incluirnos, optan por tratar esta habilidad de forma independiente.

Definición

    La característica que diferencia el salto del resto de las habilidades básicas es la existencia de una fase aérea, durante la cual no hay ninguna parte del cuerpo en contacto con la superficie de apoyo, es por ello que todas las definiciones resaltan y se centran en dicha particularidad.

    “Los saltos implican un despegue de la superficie con o sin carrera previa y, de esta manera, la existencia de una fase aérea o de suspensión más o menos duradera y en la que normalmente se consigue el objetivo del salto y, finalmente, una caída o retorno a la superficie.” (Díaz, 1999, pág. 133)

    “El salto es un patrón locomotor en el cual la extensión de las piernas impulsa al cuerpo a través del espacio” (Clenaghan & Gallahue, 1985, pág. 48)

    “Movimiento producido por la acción de una o de ambas piernas mediante el cual el cuerpo del sujeto se aleja de la superficie de apoyo.” (Generelo & Lapetra, 1993, pág. 461)

    Leyendo estas definiciones y como ya señalamos en un artículo precedente, la carrera puede entenderse como una serie de saltos consecutivos en los que se va alternando el pie de impulso y el de apoyo, pero dada su gran relación con la marcha y al ser una habilidad que evoluciona a partir de la misma, preferimos tratarla conjuntamente con esta.

Cualidades

    Serán necesarias las mismas que para la marcha y para la carrera, pero en mayor grado, de ahí que esta habilidad se desarrolle con posterioridad.

    El salto necesita la propulsión del cuerpo en el aire y la recepción en el suelo de todo el peso corporal sobre ambos pies. De nuevo entran en acción los factores fuerza, equilibrio y coordinación, como responsables de una ejecución adecuada. (Ruiz, 1987, pág. 163)

    Hillebrandt (1961, en Clenaghan & Gallahue, 1996) observa que los niños presentan los patrones para el salto con antelación a tener la fuerza necesaria para impulsarse al vuelo, es decir que ya desarrollada la coordinación requerida aún le falta la fuerza para iniciarse en esta habilidad. En el mismo sentido se manifiesta Wickstrom (1983) cuando después de afirmar que cuando un niño es capaz de correr, con una fase aérea, ya cumple los requisitos mínimos, desde el punto técnico, para poder saltar bien, pero que esta habilidad resulta más compleja que la carrera porque implica movimientos más vigorosos y algo más de fuerza que la necesaria para impulsar su cuerpo.

Fases

    Se suelen distinguir cuatro fases, aunque el salto propiamente dicho tan solo consta de tres. De hecho Sánchez (1984) tan solo señala tres: impulso, vuelo y caída.

    Según Batalla Flores (2000), saliendo de las habilidades básicas propiamente dichas, las funciones de la caída serían:

    En cualquier tipo de salto podemos hallar, pues, cuatro fases o momentos, que se caracterizan por acciones concretas, a la vez que pueden generar diferentes tipos de tareas para su aprendizaje. En primer lugar existe una carrera previa al salto o, en su defecto, una fase previa de preparación al mismo. La segunda fase o acción es la de batida o impulso. Las dos primeras fases condicionan la tercera, que consiste en un vuelo o desplazamiento vertical u horizontal por el aire. Finalmente, la cuarta fase es la de contacto con el suelo o superficie. (Díaz, 1999, pág. 134)

Tipos

    Conde y Viciana (1997) distinguen sólo entre dos tipos de saltos: Saltos en horizontal o en longitud y saltos en vertical. Otros autores se salen de lo que sería el salto como habilidad básica e introducen otros tipos, relacionado ya directamente con la práctica deportiva (Batalla Flores, 2000).

    En nuestro trabajo nos vamos a centrar en el salto como habilidad básica y además de los dos desarrollados por estos autores, creemos que podríamos introducir al menos uno más, el salto a la pata coja, de adquisición más compleja y por ello más tardía que los dos anteriores, pero para no extendernos en exceso y por sus especiales características optamos por dedicar nuestra atención a él en un futuro artículo.

    Ruiz (1987, pág. 164) basándose en Williams (1983) elabora un cuadro que permite comparar fácilmente las características de estos dos tipos de salto. Dado que, en dicho cuadro, la fase preparatoria no muestra diferencia alguna, hemos preferido reproducir esta fase del gesto en una única columna. También hemos optado por resaltar las diferencias, subrayando los aspectos que no coinciden entre uno y otro salto.

Evolución

    Antes de entrar en el desarrollo de este apartado, y aunque resulta evidente, queremos aclarar que, dado que el proceso de maduración es un continuo, la división del mismo en fases es algo artificial y podríamos hacer tantas subdivisiones como quisiéramos. No obstante, para describir el proceso de evolución, es muy útil la presentación del mismo en forma de estadios o fases, caracterizadas por modificaciones del patrón de movimiento muy evidentes.

    Según Haywood y Getchell (2005), aquellos niños que intentan saltar en edades tempranas consiguen realizar saltos, en su forma más simple, antes de los 2 años. Saltan con uno o dos pies y caen con los dos.

    Cuando un niño ya corre, se impulsa con una pierna adelante y arriba y cae sobre la otra, ya está capacitado para saltar bien, aunque está segunda habilidad es mucho más compleja.

    Las primeras experiencias en el salto consisten en un paso exagerado realizado desde un escalón de baja altura, donde en ningún momento se produce un despegue del suelo (Rigal, 1987).

    “Cuando el niño es capaz de bajar las escaleras de la mano de un adulto, está ya muy cerca de dar su primer salto. Lo logrará con un aumento de la longitud del paso, una rápida elevación del pie de apoyo y un breve periodo de suspensión, seguido de una caída equilibrada sobre el pie adelantado.” (Wickstrom, 1983, pág. 82)

    Bayley, Mc. Caskill y Wellman (en Wickstrom, 1983) han asignado una edad “motora” a cada uno de los logros en el salto, que se inicia con el descenso de un escalón de unos 30 cms. con un pie a los 24 meses y llega a la repetición hasta tres veces del salto a pata coja a los 43 meses.

    Wickstrom (1983) presenta el orden en que van haciendo su aparición diferentes tipos de saltos.

    En su obra, a la hora de describir la evolución del salto en los niños, diferencia entre tres tipos: el salto vertical, el salto horizontal y el salto sobre un pie o pata coja.

    En relación al salto en vertical, Wickstrom (1983) citando un estudio de Wilson (1945), indica que la evolución hacia el patrón de salto maduro se manifiesta en:

    La imagen extraída del libro de Haywood & Getchell (2005) muestra el patrón inmaduro del salto vertical, en el que los brazos hacen un movimiento de aleteo, la extensión de las piernas en el impulso es incompleta y va seguida de una rápida flexión, el salto se dirige hacia delante y la caída se hace con un pie antes que el otro. Las piernas pueden ir asimétricas durante el vuelo.

    En el patrón maduro se observa una fase de preparación con flexión de tobillos rodillas y caderas. Esta fase va seguida de un lanzamiento de los brazos adelante y arriba, al que acompaña una rápida extensión de caderas, rodillas y tobillos.

    En la imagen, después del lanzamiento de ambos brazos, uno baja y el otro se extiende para llegar a tocar el objetivo señalado.

    En relación a la evolución del salto en longitud desde parado, Wickstrom (1983), indica que se observa:

    Un aumento en el movimiento de balanceo de brazos en el plano anteroposterior

    En el patrón inicial del salto en longitud, el peso se desplaza hacia delante y se empuja con los dedos de los pies, el tronco se inclina hacia delante menos de 30 grados respecto a la vertical y los brazos ayudan pero en abducción, durante el vuelo rotan lateralmente para acabar en posición de “Paracaídas”.

    En el patrón maduro los dos pies abandonan el suelo y vuelven a tocarlo al mismo tiempo. Los brazos se balancean adelante y arriba. El cuerpo se llega a extender en el aire para después flexionar la parte inferior de las piernas. A continuación se flexionan las caderas para adelantar las rodillas. Las piernas (rodillas) se extienden justo antes de caer. En el aterrizaje se flexionan las piernas y el cuerpo sigue hacia adelante y abajo.

    En su obra, Haywood y Getchell (2005), describen cuatro pasos en la secuencia de desarrollo que sigue el salto en longitud, mostrando estos en dos tablas diferentes: una donde se describen todos los aspectos y otra que sólo recoge la secuencia en la actuación de brazos y piernas. Clenaghan & Gallahue (1985) tan solo distinguen tres estadios: inicial, elemental y maduro. Wickstrom (1983) no hece referencia a un número determinado de fases en la evolución, pero observando los diferentes dibujos que describen graficamente la evolución que sigue el gesto desde el patrón inicial hasta el maduro, encontramos cuatro fases. Tomando como referencia las dos tablas y añadiendo alguna información más de las obras de los segundos hemos confeccionado el cuadro que presentamos a continuación.

    Con respecto a los cuatro estadios por los que pasa el patrón de salto en su evolución, Clark y Phillips (1985), citados por Haywood & Getchell (2005), señalan que menos del 30% de los niños que ellos filmaron tenían el mismo nivel en el gesto de las piernas que en el gesto de los brazos. La mayoría había avanzado más en las acciones delas piernas, normalmente un nivel aunque había algún caso con dos niveles o estdios de diferencia.

    Un trabajo realizado por la Coachins Association of Canada (sin fechar) distingue tres estadios en el salto de longitud, esto es así, porque si observamos la imagen del que constituye el tercer nivel vemos que no se ha alcanzado el que se considera nivel maduro con el muslo paralelo a la superficie. No obstante, recordando que esta división es artificial, podrían diferenciarse sólo tres niveles terminando en el patrón maduro como hace Wickstrom (1983) en su libro. Hemos recogido esta imagen porque resulta interesante el hecho de que junto a cada imagen, además de la descripción del gesto (en negro) se incluya que variaciones del mismo ha de realizar el alumno para pasar al siguiente estadio (en azul) y cuales son las palabras clave que el profesor debe emplear para dirigir la atención de sus alumnos hacia estos aspectos (en rojo). También resulta llamativo que se den indicaciones sobre la forma de actuar del profesor en el caso de que el alumno tenga algún tipo de discapacidad, diferenciando estás acciones en función de que la discapacidad sea de tipo motora, sensorial o intelectual (debajo de la imagen).

Evaluación

    Para la evaluación de las habilidades básicas podemos aprovechar las descripciones de las diferentes fases y elaborar una planilla de observación que, diferenciando los estadios en que hayamos dividido la evolución del gesto, recoja los aspectos más importantes de cada uno de ellos.

    También podemos limitarnos a señalar las características del patrón maduro en una planilla de observación y de este modo ir comprobando que acciones va logrando el alumno.

    Haywood & Getchell (2005, pág. 101) presentan un plan de observación para la fase de despegue en el salto de longitud que diferencia las acciones de brazos y las acciones de piernas. Con objeto de no hacer demasiado extenso este artículo, sólo recogemos la parte dedicada a la acción de las piernas.

Elaboración de tareas

    Díaz (1999), con el título de “Posibilidades educativas en el trabajo se saltos”, presenta una tabla con orientaciones que facilita u orienta la terea de elaboración de tareas diferentes.

    La variación en la forma de ejecución de las diferentes fases del salto nos va ofrecer numerosas tareas para trabajar con nuestros alumnos.

Bibliografía

Otros artículos sobre Aprendizaje Motor

  www.efdeportes.com/
Búsqueda personalizada

EFDeportes.com, Revista Digital · Año 17 · N° 177 | Buenos Aires, Febrero de 2013
© 1997-2013 Derechos reservados