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La equinoterapia en la rehabilitación integral del autismo

 

*Doctor en Ciencias de la Salud, Especialista de segundo grado en Medicina Física

y Rehabilitación. Máster en Atención al niño con Discapacidad. Profesor Titular

Hospital Pediátrico “Eduardo Agramonte Piña” Camagüey

**Licenciada en Enfermería, Máster en Atención al niño con Discapacidad. Máster

en enfermedades infecciosas, Profesor Auxiliar. Universidad de Ciencias

Médicas “Carlos J. Finlay”, Facultad de Enfermería. Camagüey

***Licenciada en Enfermería, Máster en Atención al niño con Discapacidad

Profesor Instructor. Universidad de Ciencias Médicas “Carlos J. Finlay”

Facultad de Enfermería. Camagüey

****Licenciada/o en Enfermería, Profesor Instructor. Universidad

de Ciencias Médicas “Carlos J. Finlay”, Facultad de Enfermería. Camagüey

*****Licenciada en Enfermería, Máster en Longevidad. Profesor Instructor

Policlínico Rodolfo Ramírez Esquivel. Camagüey

Dr. C. Luis Pérez Álvarez*

luisp@finlay.cmw.sld.cu

MSc. Lic. María Cristina Pérez Guerrero**

MSc. Lic. Mariam Santisteban Gómez***

mariam@finlay.cmw.sld.cu

Lic. Dunia Salas Marín****

Lic. Luis Enrique Chirino Betancourt****

MSc. Xiomara del Carmen Sóliz Cruz*****

mcperezg@finlay.cmw.sld.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          El Autismo constituye una causa frecuente de discapacidad en la población infantil, según reportes estadísticos tiene una tendencia a incrementar su incidencia en muchos países al perfeccionarse los métodos de diagnóstico. Es necesario el inicio precoz de un tratamiento integral de estimulación científicamente diseñado de acuerdo a la individualidad en la forma de expresión clínica de cada caso. La equinoterapia combinada con otras técnicas de habilitación factibles de ser desarrolladas en el contexto natural de los centros de equinoterapia, es según ha sido demostrado por la ciencia un método alternativo eficaz y bien aceptado por el niño. Los autores establecen consideraciones sobre el empleo de la equinoterapia en el tratamiento del autismo, y resaltan en las conclusiones la necesidad de generalizar el empleo de esta técnica y continuar investigando con el propósito de hacer más eficiente su empleo.

          Palabras clave: Autismo. Equinoterapia. Discapacidad.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 176, Enero de 2013. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Una de las formas de discapacidad que demandan de atención en los centros de equinoterapia es el autismo. La palabra autismo encuentra su origen en el vocablo griego autós, el cual puede traducirse al español como “uno mismo”. Fue usada por primera vez por el psiquiatra Eugen Bleuler en 1908. El doctor Bleuler la empleó para describir un conjunto de manifestaciones que se presentaban en ocasiones entre pacientes diagnosticados con esquizofrenia infantil. El desarrollo científico permitió delimitar el síndrome, y comprender mejor las manifestaciones clínicas particulares de la enfermedad separando el autismo de la esquizofrenia infantil.

    De manera general se puede definir como un síndrome que se acompaña entre otras manifestaciones clínicas por dificultad en la socialización, en la comunicación, la conducta y el interés por las cosas, no cursa con impedimento motor, pero si con serios problemas que limitan la participación social de los afectados.

    Hoy existe la tendencia a llamar a este grupo de trastornos del desarrollo que tienen como común denominador maneras diferentes de comunicarse, interactuar con otras personas, comportarse y aprender, trastornos del espectro autista (TEA).

    Su causa no ha sido completamente identificada por la ciencia, aunque existen diversas teorías al respecto, lo que se conoce fuera de toda duda, es que las manifestaciones clínicas dependen de lesiones infantiles precoces, en determinadas regiones de la corteza cerebral, con un componente genético.

    Diversos autores entre ellos Orabona (2008) (1) hablan de una etiología multifactorial donde se combinan factores genéticos de base (alteraciones en los genes 7, 13, 15) y medio ambiental que actúan como desencadenantes. Freitag (2008) (2), Kelleher (2008) (3), Geschwind (2008) (4) consideran que los factores genéticos determinan la alteración en la organización funcional de la corteza. Elderh (2008) (5) destaca el papel del gluten y la caseína como elementos que al estar presentes en la dieta actúan como agravantes y recomienda la dieta como parte del tratamiento. Chen (2008) (6) destaca la asociación del Autismos con malformaciones del sistema nervioso central.

    Di Martino (2008) (7) describe la presencia de alteraciones en la corteza cerebral en los niños con Autismo mediante modernas técnicas de neuroimagenes, lo que destaca la base orgánica del proceso aún no bien comprendida por la ciencia. Uddin (2008) (8) consideran que la base del trastorno está en la falta de representación cortical por un trastorno funcional de la corteza. Durkin (2008) (9) considera que el riesgo de una descendencia afectada se incrementa con la edad de los padres. Kolevzon (2008) (10) plantea que además de la edad de los padres el riesgo se incrementa ante la presencia de factores como el bajo peso y la hipoxia intraparto. Lauritsen (2008) (11) refiere un mayor riesgo de autismo en la descendencia cuando existe el antecedente de familiares afectados en los padres.

    Chen (2008) (12), Loucas (2008) (13), entre otros autores ha referido que la gama de manifestaciones clínicas es variada así como la magnitud del síndrome invalidante, pueden estar presentes además: los trastornos de la socialización y la conducta, signos y síntomas tales como: movimientos repetitivos, alteraciones del lenguaje, trastornos de la atención, falta de interés por todo lo que le rodea, trastornos del aprendizaje, aislamiento afectivo, y movimientos repetitivos constantes.

    Hay una variante clínica menos severa llamada síndrome de Asperger que se considera como un trastorno generalizado del desarrollo que forma parte del llamado espectro de desordenes autísticos. Son autistas de alto rendimiento, formas menos severas generalmente con intelecto normal, y problemas de integración social. Estos niños suelen relacionarse mejor con adultos que con niños de su edad, son retraídos, introvertidos, dominantes, prefieren estar solos, rechazan las actividades en grupo como la escuela, el deporte, los cumpleaños, por su pobre socialización son objeto de rechazo por sus compañeros, toleran poco la frustración por lo que resultan inadaptados en la escuela, pueden tener reacciones emocionales desproporcionadas o excitarse con facilidad, o tener una conducta inapropiada, fuera de contexto.

    Las manifestaciones iniciales de los síndromes del espectro autista pueden pasar desapercibidas por lo que con frecuencia el diagnóstico es tardío. Se recomienda a los profesionales de la atención primaria estar alerta antes manifestaciones clínicas tales como:

  • Comportamientos atípicos durante el juego.

  • No responde a su nombre.

  • Falta de interés por las personas.

  • No tiene interés en los juguetes o no los usa adecuadamente.

  • Eviten el contacto visual, no miran a los ojos de las personas.

  • No juegan o se socializan con los demás niños, prefieran estar solos.

  • No muestran interés por su entorno.

  • No expresen sus propios sentimientos o nos les gusta que lo abracen.

  • Evitan el contacto físico, no le gusta que lo toquen o que lo carguen.

  • No respondan a las palabras o sonidos dando la impresión de un trastorno de la audición.

  • No respondan a su nombre.

  • No obedecen instrucciones ni siguen órdenes.

  • Obsesión por objetos que apilan o llevan en sus manos, tienden a colocarlos en línea o agruparlos.

  • Repiten palabras o repiten lo que oye.

  • Pierdan habilidades en el lenguaje.

  • Realizan movimientos repetitivos, mecerse, mover las manos etc.

  • Pidan las cosas tomando a la persona de la mano y llevándolas a donde esta el objeto que desea.

  • Dificultades a adaptarse a los cambios de rutina.

  • Pueden ser hiperactivos o hipo activos.

  • Responden de manera exagerada a determinados estímulos pueden llegar a ponerse agresivos, tener rabietas o reír sin justificación.

    Stefanatos (2008) (14) y otros autores afirman que pueden ser diagnosticados en el primer año de vida, pero la mayoría de las referencias coinciden en que la sintomatología características puede aparecer durante el segundo o incluso tercer año de vida, son niños que rechazan cualquier cambio y que prefieren rutinas predeterminadas de vida, o que pierden habilidades ya adquiridas como el lenguaje. Pinto-Martín (2008) (15) propone una estrategia para la identificación precoz basada en el empleo de pruebas estandarizadas de evaluación del desarrollo. Robins (2008) (16) destaca el papel que debe desempeñar la Atención Primaria de Salud (APS) en la identificación precoz de los casos. Bakare (2008) (17), resalta la necesidad de capacitar a los profesionales de la APS sobre el diagnóstico precoz de esta condición de salud.

    En su forma más grave puede afectar a uno de cada mil nacimientos y las formas menos severas, entre ellas el llamado síndrome de Asperger, puede incidir en uno de cada 500 niños. Otros autores reportan que puede afectar a 6 de cada mil menores de 10 años. Y hay estadísticas de los Estados Unidos como la reportada por Rapin (2008) (18) que consideran que la cifra puede llegar a uno por cada 150 niños. Van Naarden (2007) (19), Rice (2007) (20) coinciden en resaltar una tendencia en los últimos años en diversos países a incrementarse el número de niños afectados. Las variaciones en las cifras estadísticas de prevalencia pueden estar en relación con la capacidad y eficiencia para lograr el diagnóstico precoz y disponer de estadísticas confiables. Debemos destacar además que el diagnóstico es cuatro veces más frecuentes en los varones que en las hembras.

    Bakare (2009) (21) refiere que muchos pediatras a nivel de la atención primaria de salud no realizan sistemáticamente evaluaciones del desarrollo en busca de trastornos del espectro autista, argumentando la no disponibilidad de información sobre métodos de diagnóstico.

    Es frecuente que los pacientes afectados inicialmente sean diagnosticados como portadores de retardos específicos del desarrollo, como los trastornos de la comunicación oral y más tarde se llegue al diagnóstico definido del autismo. Aunque autores como Williams (2008) (22), Whitehouse (2008) (23), destacan que no están claros los mecanismos que determinan en el autismo los trastornos del lenguaje.

    Son diversos los instrumentos disponibles para el diagnóstico precoz y en particular para la atención temprana de los síndrome del espectro autista. Expósito (2008) (24), Reichow (2008) (25), Ben-Itzchak (2007) (26), afirman que el diagnóstico precoz y la atención temprana tienen mucho que aportar al desarrollo funcional de los niños afectados.

    Phagava (2008) (27) plantea que lamentablemente con frecuencia, especialmente en los menos severos, el diagnóstico llega tarde, cuando los niños tienen más de cinco años y fracasan en la escuela por problemas de aprendizaje o socialización.

    El diagnóstico precoz es un factor esencial para un mejor pronóstico. La estimulación compensatoria es mucho más efectiva en los estadíos iniciales de desarrollo del sistema nervioso cuando la plasticidad cerebral es mayor, en esta etapa, la influencia de los estímulos del exterior pueden tener una mayor repercusión sobre la organización funcional de la corteza.

    La habilitación del niño autista ha pasado por diversas etapas, unas caracterizadas por el enfoque eminentemente psiquiátrico al considerarlo una forma de expresión de las psicosis o esquizofrenia infantil y centrar el tratamiento en el uso de psicofármacos. Más tarde en la medida que se profundiza en la comprensión de los síntomas, comenzaron a desarrollarse métodos más completos de estimulación, donde el propósito central era lograr la mayor independencia posible y calidad de vida a pesar de la enfermedad.

    El denominador común de las diversas intervenciones propuestas para la atención a este problema de salud se centra en el intento del terapeuta de romper la barrera de aislamiento del niño y lograr interesarlo por las personas y cosas que le rodean.

    De manera general la Terapia Conductual ha sido uno de los más empleados, se basa en modificar la conducta mediante métodos que utilizan reforzamientos o premios y falta de reforzamiento o castigo.

    El tratamiento se orienta a neutralizar las manifestaciones clínicas en particular a promover el contacto del niño con el medio y las personas y a propiciar que acepte los cambios, otro aspecto importante es el desarrollo de habilidades comunicativas, sociales y de la conducta, con el propósito de alcanzar el mayor grado posible de independencia, autonomía y participación social. En esta dirección el empleo de las Terapias Combinadas pueden ser de gran ayuda.

    No se excluye el empleo de medicamentos que en algunos casos pueden contribuir a facilitar el aprendizaje. Novaes (2008) (28) resalta los beneficios del empleo de antipsicóticos de segunda generación en particular para el control de conductas autoagresivas, e hiperquinesia, pero es muy importante investigar sobre los efectos secundarios de su empleo en particular en niños.

Niveles de funcionamiento

  • Nivel alto: Los niños de este nivel presentan capacidad intelectual para el aprendizaje académico, su lenguaje verbal y gestual es deficiente o mal estructurado, pero logran comunicarse (aunque puede que no inicien o mantengan una conversación), se observan actitudes obsesivas e inflexibles tanto en su conducta, como en su proceso de pensamiento. Presentan cierto nivel de juego simbólico y funcional, desarrollan habilidades sociales y pueden llegar a integrarse a una escuela regular.

  • Nivel medio: Las características autísticas de los niños de este nivel son más marcadas, su manera de relacionarse con su medio está limitada por sus dificultades lingüísticas y por su conducta estereotipada y auto-estimulatoria. Muestran un vocabulario repetitivo poco comunicativo, su forma de relación es extraña o inusual, aunque pueden tener períodos de contacto social, su juego es de tipo sensorio-motor, logran aprender actividades cotidianas y hábitos de auto-cuidado, en general, su desarrollo cognitivo será más elemental.

  • Nivel bajo: Es el nivel de autismo más grave, hay ausencia de lenguaje, la conducta es desorganizada, repetitiva y auto-estimulatoria en forma persistente, pueden presentarse comportamientos auto-agresivos. Los niños de este nivel son indiferentes a la relación con los demás y tienen muy baja capacidad de aprendizaje.

Pronóstico.

    Depende fundamentalmente de la forma de expresión clínica del proceso pueden desarrollar habilidades que los ayudan a integrarse de una manera más adecuada a su ambiente. Los menos afectados con intelecto aceptable y comunicación pueden llegar a integrarse a la escuela aunque esto ocurre en un número reducido de casos.

    ¿Qué puede ofrecer a un niño autista la Equinoterapia Combinada? (Equinoterapia combinada con otras técnicas clásicas de rehabilitación factibles de desarrollar en los centros de equinoterapia:).

    La equinoterapia no constituye la cura del autismo pero si una oportunidad inigualable para ofrecerle al niño actividades científicamente organizadas, orientadas a estimular su desarrollo y contacto con el medio.

    El autismo de concepto es una enfermedad para toda la vida, pero diversos autores entre ellos Helt (2008) (29), Siller (2008) (30), Magiati (2007) (31), han demostrado sin lugar a duda que una adecuada estimulación especialmente precoz permite el desarrollo de habilidades que mejoran el desempeño funcional del niño autista.

    Es imprescindible planificar las secciones de tratamiento y definir objetivos a corto, mediano y largo plazo, lo que le permite a los padres apreciar en la medida que los objetivos se cumplen, los beneficios de la práctica del tratamiento.

    Defendemos lo que llamamos Equinoterapia Combinada que consiste en combinar la equinoterapia con otras técnicas clásicas de rehabilitación factibles de desarrollar en el contexto de los centros de equinoterapia, aprovechando el ambiente único que en estos centros existe y aprovechar las secciones de tratamiento para influir en los padres mediante intervenciones científicamente programadas que los capaciten para enfrentar mejor la estimulación del desarrollo de sus hijos. Whittingham (2008) (32), Thomas (2007) (33), McConachie (2008) (34), destacan la importancia de influir en los padres tomando en cuenta que para que el tratamiento sea realmente efectivo debe extender sus acciones al hogar.

    La Equinoterapia Combinada es ante todo una modalidad de tratamiento integral, que toma lo mejor de diversas técnicas entre ellas: la terapia ocupacional, fisioterapia, logopedia, arterapia, ludoterapia, las artes plásticas, musicoterapia, expresión corporal, terapia con títeres, y las actividades recreativas planificadas con un sentido terapéutico, todas ellas combinas con la equinoterapia. Landa (2006) (35), Murray (2008) (36) entre otros han referido la importancia de la influencia del entorno en el desarrollo de habilidades y la necesidad de integrar métodos de tratamiento que se complementan.

    El proceso de adaptación del niño autista a la equinoterapia y terapias afines, especialmente en los casos más severos es con frecuencia difícil y prolongado, pero la experiencia práctica demuestra que en la generalidad de los casos, responden bien y se interesan por la actividad. El caballo representa un factor facilitador de un grupo importante de actividades que promueven ajustes de conducta y socialización. Es además un factor de motivación para interesar al niño en el medio ambiente que le rodea.

    Los efectos que se pueden alcanzar con la relación niño-caballo son entre otros.

  • El desarrollo de la comunicación verbal y no verbal.

  • El aumento de la atención y la concentración.

  • El incremento de confianza y la autoestima.

  • El desarrollo de la voluntad y motivación por el entorno.

  • El aumento de la capacidad de adaptación al medio externo.

  • La disminución de impulsos agresivos y auto-estimulación.

  • El desarrollo del comportamiento cooperativo y la responsabilidad.

    El primer paso cuando llega el niño al centro de equinoterapia es realizar una profunda evaluación integral, esta nunca podrá realizarse en una sección, siempre será necesario diversos encuentros entre el niño, sus padres y el terapeuta.

    La evaluación debemos organizarla en tres componentes básicos, el primero lo referido al aspecto biológico, donde recogemos todos los antecedentes clínicos de interés y toda la información posible sobre la forma en que las manifestaciones clínicas fueron apareciendo así como la exploración clínica integral que incluye su nivel de independencia para las actividades de la vida diaria.

    El segundo componente esta referido a la esfera psicológica, aquí es vital caracterizar la conducta, el comportamiento, los intereses, motivaciones, las cosas que lo estimulan y las que lo irritan, lo que le llama la atención y lo que le resulta indiferente. En nuestra experiencia cada niño autista tiene una forma peculiar de comportarse y reaccionar al mundo exterior, lo que en gran medida se relaciona con la magnitud de la lesión.

    El tercer elemento clave radica en evaluar el contexto familiar y social en que se desarrolla el niño, la forma en que la familia, en particular las personas directamente encargadas del cuidado del niño reaccionan es un factor importante a considerar para elaborar una estrategia de intervención. También es necesario identificar los factores contextuales ambientales que actúan como facilitadores o barreras.

    El segundo paso consiste en la discusión de un programa individual de intervención que surge a partir de la opinión de cada uno de los integrantes del equipo de rehabilitación del centro de equinoterapia, después de haber evaluado en profundidad el síndrome invalidante que afecta al niño.

    El primer factor a considerar en la elaboración del programa individual de intervención radica en precisar los objetivos y metas a corto, mediano y largo plazo. En nuestra opinión es conveniente la participación de los padres o personas encargados de la custodia del menor en la elaboración de los objetivos y estrategia e intervención, tomando en cuenta que la continuidad de las acciones en el hogar garantiza el éxito del programa de tratamiento.

    Ante un niño con autismo no sería inteligente proponernos inicialmente metas muy ambiciosas, es preferible, evaluar el curso del tratamiento a partir de metas intermedias, muy bien definidas, alcanzables, que de manera progresiva influyan en la independencia funcional del niño.

    Nosotros defendemos en el marco de la Equinoterapia Combinada la necesidad de que un mismo profesional sea el encargado de ofrecer al niño las diversas formas de tratamiento que oferta el centro de equinoterapia. Esto requiere que los profesionales tengan una formación transdisciplinaria.

    De modo general el terapeuta debe tener presente lo que llamamos principios generales del tratamiento, entre ellos tenemos:

  • Cada niño es un ser social único irrepetible, inigualable en su dimensión biológica, psicológica y social.

  • Organizar muy bien la rutina de la sección de tratamiento, de manera que permita que el niño la acepte, déle orden, organización, estructura y no caos.

  • Sea descriptivo ayúdelo a comprender el entorno que le rodea, describa cada elemento con el que se pone en contacto en el centro de equitación.

  • Tenga mucho cuidado en que el tono de voz sea agradable, rítmico, plano, diga lo que hay que decir y no diga más nada, el exceso de conversación desencadena un efecto negativo.

  • Todo debe tener un sentido de juego, resultar agradable, aproveche los beneficios que brinda el contexto natural de los centros de equinoterapia.

  • Siempre utilice reforzamientos, identifique en primer lugar cual es la vía ideal para un reforzamiento positivo, que premie el logro, recuerde que el autista es peculiar, una palmada o un abrazo puede no ser un reforzamiento positivo, si al niño no le gusta el contacto físico.

  • No le pida metas muy ambiciosas es mejor ir paso a paso, cuando le pedimos algo que le resulta muy difícil de hacer podemos generar sentimiento de frustración y rechazo.

  • Evite siempre el aburrimiento y la inactividad, aprenda a combinar actividades que es la esencia de la Equinoterapia Combinada.

  • Es importante negociar la rutina diaria dentro del centro de equinoterapia, y organizarla de modo de evitar los imprevistos.

  • No sobrecargue al niño de estímulos hablándole demasiado o proponiéndole diversas actividades sin períodos de descanso intermedio, respete las distancias sin distanciarse o dejarlo solo.

  • Es importante comprender la individualidad y anticipar y evitar lo que pueda constituir causa de agresividad o perretas.

  • Diseñe las actividades de manera creativa incorporando nuevos retos y estímulos para el desarrollo de habilidades.

  • No le pida lo que no puede hacer, pero exíjale que se esfuerce. Ayúdelo pero en la exacta medida que necesita.

  • No pierda de vista el tremendo impacto que debieron enfrentar los padres que con frecuencia hasta los dos o tres años pensaron que su hijo no tenía problemas y de momento le informan que era autista. Bríndeles en todo momento ayuda, consejos, información, planifique actividades para ellos con un sentido terapéutico, ellos necesitan atención igual que el niño.

  • Es importante no olvidar el principio de la Terapia Conductual que no es más que la aplicación de los principios y técnicas del aprendizaje en la modificación de la conducta utilizando reforzadores (premios y castigos) y la repetición.

  • El programa de tratamiento no es una receta de cocina, no es un esquema universal que siempre va a dar resultados, su efectividad va a estar directamente relacionada con la habilidad y creatividad del terapeuta.

  • El terapeuta debe ser capaz de anticipar la conducta no deseada y evitar los factores que la desencadenan o desviar la atención en otra dirección en el momento oportuno.

    Un aspecto importante en el desarrollo de las secciones de equinoterapia es el uso de los reforzadores para el acondicionamiento de conducta.

    De manera muy general se puede considerar que un estímulo desencadena una respuesta o conducta, la forma de responder al estímulo puede ser adecuada o inadecuada. Un elemento muy importante en el tratamiento del niño autista es eliminar o neutralizar las conductas negativas especialmente aquellas que influyen negativamente en su desempeño social, identificando los factores o estímulos que la desencadenan.

    Podemos emplear lo que llamamos un reforzamiento positivo que consiste en premiar la conducta adecuada, con algo que resulte agradable al niño, ejemplo un dulce, un juguete un paseo, una caricia, un aplauso, un halago, una expresión de alegría. En caso de conductas negativas podemos emplear la ausencia de reforzamiento, que consiste en no dar reforzador de ningún tipo, o expresar nuestro desagrado. De manera general el acondicionamiento de conducta se mueve en dos direcciones, la primera orientada a incrementar conductas deseadas, habilidades, destrezas, la segunda dirección esta orientada a inhibir conductas no deseadas.

    ¿Cómo planificar la Equinoterapia Combinada para el tratamiento del niño autista en el centro de equinoterapia?

Actividades básicas

1.     Bienvenida al centro

    Representa el primer contacto entre los terapeutas, el niño y sus padres o personas directamente encargadas de su custodia y atención. Se realiza un recorrido por el centro, se explica las diferentes áreas de tratamiento en que se encuentra organizado, se presenta a los profesionales que van a trabajar directamente con el niño. Se coordina el horario y frecuencia de asistencia al centro. Se informa a los padres de manera general en que consiste la estrategia de tratamiento y las medidas de seguridad que se emplean para evitar accidentes. Se solicita a los padres la firma del modelo de consentimiento informado en que los mismos después de ser informados consienten en que su hijo sea incluido en el programa de Equinoterapia Combinada.

2.     Confección del expediente clínico y evaluación integral del síndrome invalidante

    De la calidad de la evaluación dependen en gran medida los resultados del tratamiento, pues las acciones terapéuticas son efectivas cuando se ajusta a las necesidades individuales de cada caso. Se emplea el método clínico, en un primer momento un interrogatorio detallado a los padres sobre el curso evolutivo de la enfermedad, las habilidades y dificultades del niño, sus antecedentes patológicos personales, su hábito de vida entre otros datos de interés, además se observa al niño en su desempeño, y exploran sus habilidades en todas las áreas, motora, socialización, validismo, lenguaje, capacidad de solucionar problemas, de aprender, de cumplir orientaciones y la conducta, entre otros muchos aspectos. Nosotros recomendamos que la evaluación se realice a partir de varios contactos entre los profesionales con el niño y con sus padres.

    Los modelos de registro de información se confeccionen a partir de los ítem propuestos por el comité de expertos de la OMS, en el marco de la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y la Salud en su versión para niños y jóvenes.

3.     Familiarización

    Por las características particulares del autismo recomendamos un período inicial de familiarización del niño en el centro, que varía de acuerdo a la forma en que se ajuste a la rutina de la nueva actividad. En esta etapa los terapeutas orientan su trabajo a lograr que el niño los acepte, es importante que sea una sola persona la encargada de implementar los diferentes tratamientos, aunque es necesario lograr que el niño acepte progresivamente a diversas personas.

4.     Discusión del caso y diseño de la estrategia individual de tratamiento

    Otro elemento importante lo constituyen las actividades de evaluación y reevaluación. La primera representa la oportunidad en que los profesionales después de evaluar en profundidad las peculiaridades de cada caso diseñan el programa individual de tratamiento y los discuten con los padres.

    La reevaluación se programa de acuerdo al progreso obtenido con el tratamiento puede ser mensual y es el espacio para discutir en colectivo las modificaciones del programa de tratamiento adaptándolas al curso evolutivo del síndrome invalidante.

    Se debe diseñar una guía o programa de actividades donde queden reflejadas la programación de actividades diarias del niño en el centro. Mostramos un ejemplo a continuación.

    El tratamiento debe desarrollarse en el horario de la mañana, cada actividad tendrá una duración promedio de 30 minutos.

    De la forma de responder el niño a las actividades propuestas depende la organización y desarrollo de la Equinoterapia Combinada.

    Combinar diversas técnicas de habilitación no se hace de forma caprichosa, o al azar, se combinan las técnicas a partir del concepto del Enfoque Sistémico, que considera que cada técnica de tratamiento constituye un eslabón de la cadena que complementa al otro y a su vez interactúa con el niño y son precisamente esas interacciones las que determinan el efecto terapéutico.

    Es muy importante definir en cada actividad los objetivos a corto, mediano y largo plazo. Los objetivos se planifican en forma de Habilidades que se proponen adquirir con la actividad terapéutica a desarrollar. Las habilidades pueden ser sociales, comunicativas, de autorregulación, independencia para las actividades de la vida diaria, desempeño motor, de convivencia con otras personas, de juego, cognoscitivas, destreza manual, solución de problemas etc.

    Los esquemas de tratamiento no son rígidos se modifican de acuerdo a la forma en que el niño responde. Con frecuencia ocurre que responde mejor a unas actividades que a otras. Las actividades deben estar bien estructuradas, el niño debe familiarizarse con su programa de tratamiento, proporcionarle claves temporales y espaciales y de planificación representadas visualmente.

    Entre los objetivos que pueden proponerse tenemos:

    Habilidades sociales

  • Lograr una adecuada relación entre el terapeuta y el niño.

  • Aceptar realizar las actividades propuestas durante la sección de tratamiento.

  • Aceptar compartir actividades con otros niños.

  • Relacionarse con los animales afectivos en particular con el caballo.

  • Mejorar su comportamiento social reduciendo comportamientos agresivos, o de aislamiento.

  • Mayor tolerancia a los estímulos exteriores sin alterar su conducta.

  • Participación más activa en las actividades recreativas programadas.

  • Comprender y compartir emociones.

  • Comunicar y expresar deseos y emociones.

  • Aceptar reglas y normas de convivencia social y de participación.

  • Mejorar su atención e interés por las cosas y personas.

  • Mejorar el autocontrol de impulsos y conductas inadecuadas.

  • Establecer contacto visual cuando lo llaman por su nombre, le hablan, lo miran, lo saludan, o le indican que mire algo.

  • Seguir con la vista lo que esta mirando otra persona, o indicar al adulto con la vista necesidades o deseos.

  • Responder a la sonrisa cara a cara.

  • Reconocer y responder al significado de expresiones emocionales básicas (alegría, regaños, disgusto).

  • Expresar emociones como alegría, cariño, aceptación a terceras personas, con palabras expresiones, gestos.

  • Adecuar las expresiones de celos, enojo, miedo, asco etc.

  • Tolerar el contacto físico, caricias, abrazos.

  • Compartir risa social, integrar sonrisa o risa y mirada.

  • Aceptar y reconocer muestras de afecto. Demandar muestras de afecto.

  • Aceptar consuelo, búsqueda o demanda de consuelo.

  • Establecer preferencias, expresar sus deseos.

  • Responder a rutinas sociales como el saludar.

  • Solucionar problemas cada vez más complejos, y responder a las contingencias.

  • Emplear instrumentos para dar respuesta a tareas o alcanzar una meta.

  • Desarrollar la memoria de trabajo, expresada en el incremento de habilidades en el desempeño de las actividades programadas.

Habilidades motoras gruesas y finas

  • Ganar destreza manual: hacer torres, alinear fichas de dominó, recortar, modelar con plastilina o barro, trazar, rellenar en el dibujo, escritura, etc.

  • Mejorar el patrón de marcha.

  • Incrementar el equilibrio.

    En cada actividad terapéutica a desarrollar se deben definir bien los objetivos específicos que se pretenden lograr a corto, mediano y largo plazo.

Habilidades relacionadas con el validismo

  • Ganar en independencia para las actividades de la vida diaria, dígase: bañarse, ponerse la ropa, comer solo etc.

    Es un aspecto importante, factible de lograr especialmente en las formas menos severas, por lo que es necesario aprovechar la visita del niño al centro de equinoterapia para capacitar a la familia sobre como actuar en esa dirección.

Habilidades para la comunicación

  • Desarrollar conductas comunicativas preverbales; uso de miradas, gestos naturales, y vocalización como formas de comunicación.

  • Imitar sonidos, palabras, oraciones, frases cortas etc.

  • Usar palabras y oraciones para comunicar sus pensamientos o deseos.

  • Enriquecer su vocabulario con nuevas palabras o formas gramaticales.

  • Prestar atención a los sonidos, a la voz de personas conocidas y responder en consecuencia.

  • En caso necesario emplear sistemas alternativos de comunicación.

  • Comprender e identificar símbolos visuales, ejemplo tarjeteros de imágenes como forma de comunicación alternativa.

  • Incrementar la calidad de la expresión oral, su uso funcional durante las actividades terapéuticas. Aumentar la frecuencia y espontaneidad de los actos comunicativos de su repertorio, ya sea con palabras, gestos, mímica etc.

  • Mantener una conversación y esperar su turno para hablar.

  • Responder adecuadamente a órdenes con apoyo gestual como: toma, dame, ven, mira, ponlo aquí, siéntate, párate, mira, cógelo.

  • Reconocer y nombrar objetos, nombrar animales.

  • Comprender preposiciones o adverbios: dentro, encima, debajo.

  • Emplear oraciones primero simples luego más complejas.

  • Desarrollar habilidades más complejas como la expresión corporal, la lectura, narración oral, lenguaje escrito.

  • Interpretar símbolos visuales como fotos, dibujos.

Equinoterapia

    El caballo representa un factor facilitador de un grupo importante de actividades que promueven ajustes de conducta y socialización. Es además un factor de motivación para interesar al niño en el medio ambiente que le rodea. El proceso de adaptación del niño a la equitación es en algunos casos difícil, pero la práctica demuestra que los autistas responden bien y se interesan por la actividad.

Selección del caballo

    Un aspecto importante es la selección del caballo que vamos emplear, consideramos que para el caso particular del autismo la principal características del animal debe ser su docilidad (manso) y calidad de entrenamiento, para que no realice movimientos bruscos que puedan asustar al niño. No olvidemos que el animal tiene su propia personalidad y forma de actuar, los que se asustan fácilmente no deben ser empleados, deben tolerar el ruido y los movimientos bruscos que pueda realizar el niño en el lomo. Mantenerse quietos cuando suba y baje el jinete, estar acostumbrados a los estímulos juguetes, aros pelotas que se emplean en la estimulación del niño, deben tolerar bien el contacto con la piel, y que una persona corra a su lado, así como la presencia de otros animales afectivos que pueden emplearse en la sección de tratamiento.

Precauciones

  • Evaluar que no existan condiciones de salud en el niño que contraindican la práctica de la equinoterapia.

  • Nunca imponer la actividad por el contrario lograr que se acepte y resulte agradable y divertida.

  • Verificar el estado de ánimo del caballo, que no se encuentre irritable, su estado físico, estado de la piel, limpieza.

  • Garantizar el estado técnico de la montura.

  • Uso del casco.

  • Verificar el área donde se va a realizar la monta, que no existan obstáculos, elementos que puedan irritar al animal, o hacerlo tropezar.

  • Solicitar siempre que sea posible la participación activa de la familia.

Condición básica: montar correctamente

    El montar es un proceso dinámico, ya que el jinete se corrige de manera constante para poder mantener su centro de gravedad en combinación con el centro de gravedad del caballo, lo que significa estar en armonía con el caballo. Cualquier movimiento del caballo ocasiona un cambio ligero del centro de gravedad en el jinete, motivo por el cual el jinete ejecuta ciertas reacciones sutiles de equilibrio para poder coincidir con él. De la misma manera, cualquier cambio del centro de gravedad del jinete va a provocar una reacción de equilibrio en el caballo, quien también trata de hacer coincidir su centro de gravedad con el del jinete. Esto es de gran importancia en la relación niño-caballo ya que la monta promueve un extraordinario desarrollo del equilibrio y del sistema propioceptivo (percepción del propio cuerpo en el espacio) y para lograr estos cambios del centro de gravedad es necesario que el jinete se encuentre sentado correctamente sobre el caballo, para poder obtener los máximos beneficios de esta relación (Gross, 2000) (37).

    Las primeras secciones de equinoterapia tienen una gran importancia pues el autista tiende a protegerse en la rutina, las situaciones nuevas le dan miedo, es importante preparar al niño para la nueva situación por ejemplo introduciendo el uso del casco, días antes del inicio de la monta.

    Especialmente en los autistas leves se puede lograr el aprendizaje de la práctica de la equitación independiente, en esta dirección debe planificarse un programa de enseñanza aprendizaje progresivo y adaptado a cada niño y su nivel de capacidad para aceptar y aprender la equitación.

    Cuando el niño se adapta y comprende la rutina diaria que incluye entre otros aspectos emplear el mismo caballo, el mismo terapeuta, el mismo número de vueltas al ruedo y combinar la equitación con otras actividades, se facilita el aprendizaje y la aceptación de la actividad.

    Durante la equinoterapia debe emplearse una montura que permita una distribución proporcional del apoyo. La columna vertebral debe estar erguida y la cabeza alineada con el tronco, los hombros deben mantenerse relajados y ligeramente abiertos hacia atrás, los brazos deben de caer de manera natural desde los hombros, las piernas deben caer a los costados del caballo con su peso natural.

    Es imprescindible lograr el ajuste dinámico del movimiento del niño y del caballo lo que requiere de paciencia y práctica. El movimiento rítmico del caballo desencadena en el niño ajustes reflejos automáticos. Montar es un proceso dinámico con la constante corrección del centro de gravedad del jinete que se desplaza por los movimientos del caballo. Paralelamente los cambios en el centro de gravedad del jinete influyen en el caballo que debe desarrollar ajustes musculares y adaptar su paso.

    La temperatura corporal del caballo oscila alrededor de los 38 grados o más, cuando la monta se realiza con el niño directamente en contacto con la piel del animal puede favorecerse un intercambio de calor entre ellos.

    El movimiento rítmico del caballo una vez bien tolerado, tiene una influencia no solo en el desarrollo de habilidades motoras sino que favorece, la esfera psicológica al transmitir confianza, seguridad, le permite interactuar con el entorno, vencer el reto de enfrentar una nueva situación.

    Aunque por las características y severidad del autismo no es frecuente poder lograrlo puede proponerse en los casos menos severos, juegos en el caballo que se pueden realizar con dos niños, pueden subirse al mismo tiempo, realizar ejercicios gimnásticos, tocarse intercambiar objetos, cantar, lanzar la pelota, ensartar aros y otras muchas actividades.

    Durante la práctica de la equitación se propicia la comunicación entre el terapeuta y el niño, utilizando palabras relacionadas con la actividad que se desarrolla.

    Un elemento que acompaña al autismo son los trastornos de la atención, el terapeuta debe desarrollar diversas acciones para garantizar la atención del niño. Ofrecerle muchas actividades puede sobrepasar su capacidad de concentrar la atención. También puede ocurrir que le desagraden determinadas actividades y trate de evitarlas, o se niegue a participar. No se debe perder de vista que la sección de equinoterapia debe resultar agradable para el niño.

    Es importante mostrar claramente el concepto de final, dejando claro cuando la actividad finaliza y tratando de que siempre termine igual, lo que puede lograrse en la forma de despedirse, o en la forma de hacerle saber que ya se cumplieron los objetivos planificados para el día.

    No todos los niños autistas responden igual a la equinoterapia, ni la equinoterapia es necesariamente útil en todos los casos, ni las actividades se combinan igual en todos los casos. Lograr los resultados propuestos depende de la habilidad del terapeuta, de su capacidad para adaptar las características de la sección de tratamiento a la individualidad de cada caso.

Beneficios de empleo de la Equinoterapia Combinada en el autismo

  • Lograr que pase un rato agradable, que disfruta y que simultáneamente le permite ganar habilidades.

  • Durante la monta se reducen, o desaparecen los movimientos repetitivos.

  • Desarrolla habilidades sociales, facilita el contacto con el medio exterior, reduce la agresividad, mejora la responsabilidad y el comportamiento cooperativo.

  • Incrementa las habilidades comunicativas, verbales y no verbales.

  • Permite modelar la conducta, voluntad y adaptación a los cambios.

  • Desarrollo del validismo, motricidad, atención y concentración.

  • Capacita a la familia en el manejo de la condición de salud del hijo.

  • Incrementa la autoestima y la seguridad en si mismo.

  • Demuestra al niño, a la familia y a la comunidad lo que un autista puede lograr cuando es adecuadamente entrenado.

    No podemos perder de vista que el autismo es una discapacidad severa, de base orgánica, genética, irreversible. Estamos convencidos que al igual que ha ocurrido en otras muchas enfermedades el desarrollo de la ciencia, más temprano que tarde encontrará la solución, que siempre estará en el campo de neutralizar la alteración genética o los mecanismos mediante los cuales la alteración funcional del sistema nervioso provoca los síntomas.

Conclusiones

  • La Equinoterapia Combinada constituye una alternativa eficaz de tratamiento en el autista, pero debemos ser responsables y precisar bien con lo padres los beneficios factibles de lograr en cada etapa del tratamiento para no alentar falsas expectativas.

  • La Equinoterapia Combinada no representa la cura del autismo, pero si una oportunidad inigualable de influir favorablemente en el desarrollo y potenciar la adquisición de habilidades que mejoran la calidad de vida haciendo que el niño se divierta y disfrute el tratamiento.

  • La Equinoterapia Combinada representa una alternativa de bajo costo para el tratamiento de la discapacidad, factible de emplear en los países de América Latina, al no requerir de sofisticados equipos ni instalaciones y tener los especialistas que la emplean una formación transdiciplinaria.

  • Es imprescindible desarrollar investigaciones que reúnan evidencia científica para demostrar a la comunidad científica el valor de la Equinoterapia Combinada como alternativa eficaz y económica de dar respuesta a las necesidades de tratamiento de un gran número de niños afectados por el Autismo que habitan las regiones menos desarrolladas del planeta.

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