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‘La Historia me absolverá’ en la configuración
de la ideología de la Revolución Cubana

 

Máster en Ciencias

Profesor Asistente

(Cuba)

MSc. Roilán Rodríguez Barbán

gisleidysc@inder.cu

 

 

 

 

Resumen

          La Historia me absolverá constituye el documento raigal de la Revolución Cubana y uno de los escritos cardinales en la en la historia del pensamiento político y la práctica revolucionaria en nuestro país y Latinoamérica. Se trata de un programa con marcado carácter democrático y popular, de profundo contenido patriótico y de liberación nacional, que conforman de manera consciente una base a partir de la cual emprender la transformación socialista, cuyas raíces nutricias están en las ideas de aquellos “padres fundadores” de nuestra nación, que desde fines del siglo XVIII y el XIX aportaron componentes claves en la conformación de la Ideología de la Revolución Cubana; y que alcanzan con José Martí su expresión más acabada. De ahí la trascendencia de este documento y el valor histórico perdurable en la configuración de nuestra ideología. El glorioso alegato de autodefensa ante el tribunal espurio que juzgó y condenó a los valerosos jóvenes de la Generación del Centenario se presenta en el tercer milenio de nuestra era como el documento revolucionario más trascendental del siglo XX cubano, con alcance latinoamericano y universal. La Historia me absolverá emerge como un texto ineludible que sintetiza la experiencia histórica de nuestro pueblo y el heroísmo de una juventud que con su actuación revivió el pensamiento martiano, y a través de él encontró los hilos conductores al marxismo y leninismo. Los jóvenes que vivirán bien entrados el Siglo XXI tienen ante sí en La Historia me absolverá un legado ético y revolucionario imprescindible para continuar forjando la Ideología de la Revolución Cubana en los nuevos contextos históricos.

          Palabras clave: Cuba. Historia. Revolución. Fidel Castro.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 174, Noviembre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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El Moncada nos enseñó a convertir

los reveses en victorias (…) Trincheras de ideas

fueron más poderosas que trincheras de piedras. Nos

mostró el valor de una doctrina, la fuerza de las ideas…

Fidel Castro Ruz, 26 de julio de 1973

I.     Año 1953: Gestación de una situación revolucionaria en Cuba

    Hacia 1953 iniciaba una nueva fase de las luchas del pueblo cubano por su definitiva independencia y liberación nacional. Con el golpe de Estado de Fulgencio Batista, instigado por los Estados Unidos el 10 de marzo de 1952, se habían agudizado todas las contradicciones dentro del sistema con más fuerza, por la quiebra de la constitucionalidad; además de la incapacidad de los partidos políticos representantes de los grupos de poder para encauzar una salida aceptable a la profundización de la crisis.

    El golpe rebajó aún más la independencia y soberanía de Cuba, abrió en mayor medida las puertas del país a los monopolios yanquis, favoreció plenamente los intereses de los latifundistas cubanos y extranjeros, incrementó la explotación de los obreros, campesinos, empleados modestos y pequeños comerciantes. Agravó el problema del desempleo crónico de los trabajadores, propició el aumento de las ganancias de las grandes empresas a costa del nivel de vida de las masas, derrochó las divisas de nuestro país, aplastó las pocas libertades democráticas existentes antes del 10 de marzo.

    Por otra parte, continuó el camino de corrupción y vicios de gobiernos anteriores, llevó a cabo el saqueo bandidesco del tesoro público, el desfalco de las cajas de retiro de los obreros y desencadenó la más brutal y sanguinaria ola de terror que recuerda nuestra historia. En síntesis, agudizó al máximo todas las contradicciones inherentes al régimen neocolonial y se fue gestando una situación revolucionaria. 1

    A raíz del golpe militar se manifestó la oposición a este de diversos sectores y en particular de un grupo, en su mayoría jóvenes, liderados por Fidel Castro Ruz que, desde años anteriores, se había destacado por sus posiciones de enfrentamiento a los males que existían en el país y su participación en acciones de solidaridad internacionalista. Fidel, apoyándose en las ideas de Martí y en la concepción marxista y leninista, encontró la estrategia correcta para combatir con éxito a la tiranía y a todo lo que ella representaba.

    Se trataba de una concepción de lucha diferente, una nueva estrategia revolucionaria, cuya esencia era “vertebrar un movimiento independiente y ajeno a los politiqueros corrompidos y proimperialistas, y desencadenar la insurrección popular armada como la forma más alta de la lucha de masas”.2

    A partir de la definición de la estrategia, las tradiciones de lucha contra el colonialismo y el neocolonialismo son retomadas nuevamente, el 26 de julio de 1953 con el asalto a los cuarteles “Moncada” y “Carlos Manuel de Céspedes”. Por eso sobre esta acción puede plantearse que: “…inició una nueva fase en las luchas revolucionarias de nuestro pueblo; destacó a Fidel como el líder indiscutible de la etapa revolucionaria que comenzaba; sirvió de antecedente y experiencia para los días del Granma, de la Sierra y de la lucha clandestina. Y obligó a la tiranía a desenmascararse, a presentarse tal como era: un aparato capaz de recurrir a los crímenes más despiadados y al terror más bárbaro. Demostró que, en aquellas condiciones, la acción armada era la forma fundamental de lucha”. 3

    Además, durante el juicio seguido contra los combatientes revolucionarios va a producirse la histórica autodefensa protagonizada por Fidel, el 16 de octubre de 1953, conocida posteriormente como “La Historia me absolverá”. Con este discurso comienza otra época.

    Calificado ya en ese año por los propios magistrados que en él intervinieron, como el juicio más trascendental de la historia republicana, dio lugar a uno de los documentos de mayor alcance de toda nuestra historia y, sin lugar a dudas, al más relevante de los discursos pronunciados en nuestra patria ante tribunal alguno: La Historia me absolverá, de cuyos párrafos brotaría la fuente de luz que llega hasta nuestros días.

II.     “La Historia me absolverá”. Aportes a la Ideología de la Revolución Cubana

    La Historia me absolverá 4 constituye el documento raigal de la Revolución Cubana y uno de los escritos cardinales en la en la historia del pensamiento político y la práctica revolucionaria en nuestro país y Latinoamérica.

    El programa del Moncada contenido en La Historia me absolverá, dentro del contexto histórico concreto de una “república” maniatada por el neocolonialismo de Estados Unidos, representó el conjunto de reivindicaciones políticas, sociales y económicas más avanzadas que pudieran aglutinar a las clases sociales explotadas de la sociedad cubana de entonces.

    De acuerdo con lo planteado por el maestro Cintio Vitier: “Desde los puntos de vista jurídico, histórico, político y social, La Historia me absolverá es una pieza ética de primera magnitud, epílogo del Asalto al Moncada, fundamentación ideológica de la Generación del Centenario, en trance ya de convertirse en Movimiento 26 de julio, y prólogo al desembarco del Granma y a la campaña de la Sierra Maestra”. 5

    Se trata de un programa con marcado carácter democrático y popular, de profundo contenido patriótico y de liberación nacional, que conforman de manera consciente una base a partir de la cual emprender la transformación socialista, cuyas raíces nutricias están en las ideas de aquellos “padres fundadores” de nuestra nación, que desde fines del siglo XVIII y el XIX aportaron componentes claves en la conformación de la Ideología de la Revolución Cubana; y que alcanzan con José Martí su expresión más acabada. De ahí la trascendencia de este documento y el valor histórico perdurable en la configuración de nuestra ideología.

    Como subrayara el líder de aquella Generación del Centenario, Fidel Castro Ruz: “(…) La importancia del mismo es decisiva; ahí está contenido el programa y la ideología nuestra sin la cual no es posible pensar en nada grande (…) además de la denuncia completa que aún no se ha divulgado suficientemente y es el primer deber que tenemos con los que murieron (…)6

    Cuando examinamos el análisis que allí se desarrolla sobre los seis problemas fundamentales del país- “el problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo”- se vislumbra claramente el camino al socialismo a través del ideal de justicia social y dignificación del hombre, que tuvo su antecedente más directo en el humanismo revolucionario proclamado por Martí en el Siglo XIX.

    Lo que Fidel plantea no es una fórmula teórica, sino una serie de pasos prácticos y un cambio radical de “actitud” en la praxis de una efectiva voluntad revolucionaria. La denuncia realizada por él sobre la situación existente en el país y las medidas enunciadas para su solución, constituyen ideas que lo van a convertir en el Programa de la Revolución.

    El anhelo planteado por José Martí de crear una República “(…) Con todos, y para el bien de todos” está presente también en la Generación del Centenario en el nuevo contexto histórico, y la misma se consigna hoy en nuestra Constitución.

    Fidel proclama que Martí es el autor intelectual de los sucesos del 26 de julio, quien aparece mencionado en 15 ocasiones y hay en él siete fragmentos de sus prosas y versos. Esta generación de jóvenes se propuso rescatar el pensamiento martiano, y es a través de este que llegan al Marxismo y Leninismo. La continuación de los ideales del Maestro en la nueva etapa tipifica claramente la concepción revolucionaria de Fidel: “Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el alma de la Patria. Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol”. 7

    En La Historia me absolverá el pensamiento de nuestro Héroe Nacional está presente de manera vital y creadora. No sólo en las referencias, ni en la fuerza de las palabras- que nos traen la reflexión martiana oportuna e irrefutable- su ética refuerza cada idea, figura vehementemente en la propia esencia del texto.

    Fidel al volver a Martí en el trascendental alegato, no solo reivindicaba la palabra, le renovaba su sentido real, humano, su poder comunicador con las masas, limpio de lo que no fuese cierto y de toda demagogia.

    Los combatientes del 26 de julio tenían plena seguridad de contar con el apoyo popular, de ahí la importancia del concepto de pueblo que se define en ese documento con un diáfano enfoque clasista, el cual resalta los ideales de libertad, dignidad humana y justicia social por los que habían luchado varias generaciones de cubanos:

    “Entendemos por pueblo, cuando hablamos de lucha, la gran masa irredenta, a la que todos ofrecen y a la que todos engañan y traicionan, la que anhela una patria mejor y más digna y más justa; la que está movida por ansias ancestrales de justicia, por haber padecido la injusticia y la burla generación tras generación, la que ansía grandes y sabias transformaciones en todos los órdenes y está dispuesta a dar para lograrlo, cuando crea en algo o en alguien, sobre todo cuando crea suficientemente en sí misma, hasta la última gota de sangre…” 8

    En ese pueblo depositó Fidel, como antes Martí, su absoluta confianza. Toda la estrategia de la Revolución se basó en el pueblo, en sus ilimitadas energías morales y en la enorme fuerza revolucionaria que se encerraba en él.

III.     A modo de conclusión

    En “La Historia me absolverá” Fidel Castro asumió como propio el legado ideológico del pensamiento revolucionario que le antecedió puesto que:

  • Destacó el compromiso con la Historia de Cuba, sus héroes y mártires, así como la continuidad de sus ideales en el nuevo contexto histórico.

  • Enalteció el ideario martiano y su vigencia para el desarrollo de la Revolución. Declaró a Martí como el autor intelectual del movimiento revolucionario.

  • Definió el concepto de pueblo con un enfoque clasista, inspirado en objetivos ancestrales de lucha como el patriotismo, independentismo, liberación nacional, humanismo revolucionario y justicia social.

  • Denunció los problemas fundamentales de la república y expuso las medidas revolucionarias para su solución.

    Demostró que era necesaria una eticidad nueva, heredera de Martí y de los precursores del proceso revolucionario de 1930[9], arraigada en el análisis socioeconómico y en la decisión heroica de cambiar las estructuras. Eso fue lo que comenzó a exponerse en el contundente discurso de Fidel Castro aquel 16 de octubre de 1953.

    La Historia me absolverá fue, en concordancia con su valor histórico, la continuación de la tradición martiana. Constituyó además la recuperación del valor de la palabra, respaldada por el heroísmo de la juventud y del pueblo. En ella están los rasgos que caracterizarían la oratoria de Fidel. Su autodefensa, calzada por la verdad irrebatible, y la valiente denuncia que contenía, devolvió la fe a millones de cubanos.

    No era, como se sabe, un programa socialista, pero sí un programa martiano y como tal, en el rumbo del socialismo. Cada uno de los puntos señalados por Fidel abría nuevos escenarios hacia el futuro que objetivamente devendría en socialista.

    El glorioso alegato de autodefensa ante el tribunal espurio que juzgó y condenó a los valerosos jóvenes de la Generación del Centenario se presenta en el tercer milenio de nuestra era como el documento revolucionario más trascendental del siglo XX cubano, con alcance latinoamericano y universal. Como ha señalado el Doctor Armando Hart Dávalos: “Es el acta de nacimiento del período histórico de los últimos 50 años, es decir, de la Revolución triunfante en 1959”.[10]

    Los jóvenes que vivirán bien entrados el Siglo XXI tienen ante sí en La Historia me absolverá un legado ético y revolucionario imprescindible para continuar forjando la Ideología de la Revolución Cubana en los nuevos contextos históricos.

    La actitud ejemplar de los Cinco Héroes cubanos ante el ignominioso imperio norteamericano y sus valientes alegatos en la farsa judicial seguida contra ellos, demuestran con elocuencia la vigencia de las ideas contenidas en La Historia me absolverá. Sus discursos de defensa han sido dotados de patriotismo y universalidad.

    Siempre que se reflexione en el proceso de formación de la ideología revolucionaria cubana a lo largo de más de dos siglos, La Historia me absolverá emergerá como un texto ineludible que sintetiza la experiencia histórica de nuestro pueblo y el heroísmo de una juventud que con su actuación revivió el pensamiento martiano, y a través de él encontró los hilos conductores al marxismo y leninismo.

    Corresponde a las nuevas generaciones de cubanos continuar con nuevos bríos el camino emprendido hace más de cinco décadas para que nuestra ideología siga siendo martiana, marxista, leninista y fidelista. Ahí están las esencias del proceso revolucionario y las claves para preservar nuestro sistema social en los complejos tiempos que están por venir.

Resumen de las principales ideas contenidas en La Historia me absolverá y los aportes a la ideología de la Revolución Cubana

Aportes a la Ideología de la Revolución Cubana

Pensamiento de Fidel Castro

contenido en La Historia me absolverá

Articulación del ideario martiano con el marxismo y leninismo.

“Traigo en el corazón las doctrinas del Maestro y en el pensamiento las nobles ideas de todos los hombres que han defendido la libertad de los pueblos”.

Continuidad del ideario martiano.

“Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el alma de la patria. ¡Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol!

Humanismo revolucionario.

“…ser, ante todo, humanos en la lucha. Nunca un grupo de hombres armados fue más generoso con el adversario”.

“El militar de honor no asesina al prisionero indefenso después del combate, sino que lo respeta; no remata al herido, sino que lo ayuda…”

Dignidad humana.

“…se nos enseñó que para la educación de los ciudadanos en la patria libre, escribió el Apóstol en su libro La Edad de Oro: “… En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Ésos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana…”

Patriotismo.

“Pero hay una razón que nos asiste más poderosa que todas las demás: somos cubanos, y ser cubano implica un deber, no cumplirlo es crimen y es traición. Vivimos orgullosos de la historia de nuestra patria; la aprendimos en la escuela y hemos crecido oyendo hablar de libertad, de justicia y de derechos. Se nos enseñó a venerar desde temprano el ejemplo glorioso de nuestros héroes y de nuestros mártires. Céspedes, Agramonte, Gómez y Martí fueron los primeros nombres que se grabaron en nuestro cerebro…”

Independentismo.

“…se nos enseñó a querer y defender la hermosa bandera de la estrella solitaria y a cantar las tardes un himno cuyos versos dicen que vivir en cadenas es vivir en afrenta y oprobio sumidos, y que morir por la patria es vivir (…) Nacimos en un país libre que nos legaron nuestros padres, y primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos en ser esclavos de nadie”.

“… ¿Qué cubano no ama la gloria? ¿Qué alma no se enciende en un amanecer de libertad?”

Latinoamericanismo.

“Se declaraba, además, que la política cubana en América sería de estrecha solidaridad con los pueblos democráticos del continente y que los perseguidos políticos de las sangrientas tiranías que oprimen a naciones hermanas, encontrarían en la patria de Martí, (…) asilo generoso, hermandad y pan…”

Justicia social.

“El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo; he ahí concretados los seis puntos a cuya solución se hubieran encaminado resueltamente nuestros esfuerzos, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política”.

Concepto de pueblo.

“Entendemos por pueblo, cuando hablamos de lucha, la gran masa irredenta, a la que todos ofrecen y a la que todos engañan y traicionan, la que anhela una patria mejor y más digna y más justa; la que está movida por ansias ancestrales de justicia, por haber padecido la injusticia y la burla generación tras generación, la que ansía grandes y sabias transformaciones en todos los órdenes y está dispuesta a dar para lograrlo, cuando crea en algo o en alguien, sobre todo cuando crea suficientemente en sí misma, hasta la última gota de sangre…”

Valor de la educación.

“…un gobierno revolucionario procedería a la reforma integral de nuestra enseñanza, poniéndola a tono con las iniciativas anteriores, para preparar debidamente a las generaciones que están llamadas a vivir en una patria más feliz…”

“(…) Pero el alma de la enseñanza es el maestro (…) no hay, sin embargo, ser más enamorado de su vocación que el maestro cubano…”

 

Notas

  1. Se produce la agudización de todas las contradicciones del régimen neocolonial. Hay una crisis del reformismo y la democracia burguesa. (Premisas objetivas: Situación económica, social y política del país. Premisas subjetivas: Existencia de una vanguardia revolucionaria que canalice la lucha revolucionaria)

  2. Programa del Partido Comunista de Cuba, ed. cit., p. 7.

  3. Programa del Partido Comunista de Cuba, ed. cit., pp. 20- 21.

  4. Con el nombre de “La Historia me absolverá”, tomado de la frase final del propio documento se conoce el texto del alegato de autodefensa pronunciado por el joven abogado de 26 años Fidel Castro Ruz el 16 de octubre de 1953, en la penúltima vista del juicio seguido en Santiago de Cuba contra los jóvenes acusados de haber participado en los asaltos a los cuarteles “Moncada”, de esa ciudad y “Carlos Manuel de Céspedes”, de Bayamo, ocurridos el 26 de julio de ese mismo año.

  5. Vitier, Cintio. “La elocuencia en La historia me absolverá”, en La Jiribilla, 2007.

  6. Castro Ruz, Fidel. Mensaje a Melba Hernández y Haydeé Santamaría, el 18 de junio de 1954.

  7. Castro Ruz, Fidel. La Historia me absolverá, p. 88. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana, 2005.

  8. Ibídem, p. 45.

  9. Ver en: Vitier, Cintio. Ese Sol del Mundo Moral, p. 79. Ediciones Unión, La Habana, 2008.

  10. Hart Dávalos, Armando. Ignacio Agramante: evolución y juridicidad. Artículo publicado en el Periódico Juventud Rebelde el 23 de diciembre de 2011.

Bibliografía

  • Álvarez Tabío, Pedro. Habla Fidel, 25 discursos en la Revolución. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2008.

  • Castro, Fidel. La Historia me absolverá. Edición anotada. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2005.

  • Colectivo de autores. José Martí en el ideario de Fidel Castro. Centro de Estudios Martianos. La Habana, 2004.

  • ________________. Procedimientos metodológicos y tareas de aprendizaje. Una propuesta desarrolladora desde las asignaturas Lengua Española, Matemática, Historia de Cuba y Ciencias Naturales. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2011.

  • Cuba. Revista Cuba Socialista, No. 51. Editada por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, La Habana, 2009.

  • ____. Revista Verde Olivo. Órgano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Edición especial con motivo del 80 cumpleaños del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, La Habana, 2006.

  • Hart Dávalos, Armando. Ética, Cultura y Política. Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2006.

  • __________________. Con la honda martiana. Oficina del Programa Martiano, La Habana, 2009.

  • __________________. Ignacio Agramante: evolución y juridicidad. Artículo publicado en el Periódico Juventud Rebelde el 23 de diciembre de 2011.

  • Vitier, Cintio. “La elocuencia en La historia me absolverá”, en La Jiribilla, 2007.

  • _________. Ese Sol del Mundo Moral. Ediciones Unión, La Habana, 2008.

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