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La agresividad instrumental en el contexto
del alto rendimiento competitivo

 

Máster en Psicología del Deporte. Mención Alto Rendimiento

Centro Provincial de Medicina del Deporte. Isla de la Juventud

Profesor Asistente. Universidad Isla de la Juventud “Jesús Montané Oropesa”

MSc. Héctor Carlos Ariosa Quirós

anolan@infomed.sld.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          Se exponen aquí aspectos sobre experiencias de trabajo en la Preparación Psicológica de Deportistas (PPD) provinciales de élite. Se trata, de forma particular, acciones relativas a procedimientos de intervención para el desarrollo de la Motivación Deportiva y la Agresividad Instrumental de estos deportistas cuyo rendimiento ha estado afectado por tales parámetros. La PPD es sistema de procedimientos orientados a perfeccionar las capacidades del deportista en aras del máximo rendimiento en las competencias (García Ucha, 2007). Entre sus particularidades se destaca el desarrollo de la Motivación Deportiva y la Agresividad Instrumental, considerados como aspectos determinantes del rendimiento deportivo.

          Palabras clave: Agresividad instrumental. Alto rendimiento. Preparación Psicológica de Deportistas.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 174, Noviembre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Desarrollo

    La Preparación Psicológica de Deportistas (PPD) es un complejo sistema de procedimientos orientados al perfeccionamiento de las capacidades psicológicas del deportista de modo tal que logren realizar, con eficiencia, sus posibilidades físicas, técnicas y tácticas en las competencias (García Ucha, 2007).

    Los procedimientos incluyen métodos y técnicas de diagnóstico e intervención del psicólogo y los entrenadores y la actividad consciente del propio deportista.

    Estos elementos constituyen procesos complejos: mediante el psicodiagnóstico de la actividad deportiva se determinan los requerimientos o exigencias psicológicas de la misma; mientras que el psicodiagnóstico de la personalidad debe revelar el estado de desarrollo de las capacidad psicológica del deportista. Otro aspecto importante de este proceso es el referido al diagnóstico de la respuesta psicológica de la personalidad ante las cargas de trabajo del entrenamiento deportivo.

    Entre los métodos relevantes para determinar las exigencias psicológicas de la actividad deportiva se encuentran el criterio de especialistas y el análisis psicológico de la actividad. Ambos influyen en la calidad del proceso, cada uno por si solo tiene validez limitada.

    Para el psicodiagnóstico de la personalidad del deportista la Psicología del Deporte dispone de métodos y técnicas de laboratorio, terreno, psicométricas, además de las fundamentales entrevistas y observación. Todas muy útiles según consideraciones teóricas, metodológicas, necesidades y posibilidades.

    Los criterios para las intervenciones son similares a los referidos para el psicodiagnóstico. Es condición indispensable para optimizar la intervención, la disposición de información psicodiagnóstica relevante tanto de la actividad deportiva como de la personalidad del deportista.

    La intervención se apoya en métodos como la visualización, relajación, activación, establecimiento de metas y reenfoque del pensamiento, entre otros, mediante los cuales el psicólogo, básicamente, puede desarrollar habilidades y destrezas psicológicas en el deportista para que puedan autorregular adecuadamente su comportamiento y controlar mejor sus emociones y estados de ánimo.

    Los entrenadores determinan en gran medida el perfeccionamiento de las capacidades psicológicas del deportista para lo que resulta muy importante dosificar cargas de trabajo del entrenamiento y establecer la comunicación e interacción con los deportistas tomando en consideración aspectos tales como el grado de desarrollo de los procesos psíquicos, las cualidades socio afectivas, los valores y las particularidades tipológicas de la personalidad del deportista.

    El perfeccionamiento de las capacidades físicas, técnicas, tácticas y psicológicas y el estado adecuado de disposición para competir es resultado directo de la interrelación que establece el deportista con la actividad deportiva y se alcanza solo por medio de la conciencia y la personalidad del propio deportista en interacción y cooperación constante con entrenadores, psicólogo, personal paramédico, administrativos y familiares, entre otros.

    Por lo tanto, la PPD no puede ser concebida solo en el plano psicológico, ella forma parte de una estructura donde aparecen aspectos relacionados con el desarrollo de las capacidades condicionales: físicas, técnicas y tácticas y requiere de la participación coordinada de todos los elementos implicados directa o indirectamente en el proceso de preparación deportiva (García Ucha, 2007).

    Un aspecto básico a tener en cuenta en la PPD es el desarrollo de la agresividad de los deportistas para competir porque puede constituir un instrumento eficaz para alcanzar resultados elevados.

    En este sentido se deben diseñar constantemente programas de entrenamientos para excitar y animar a los deportistas a que movilicen su energía agresiva de forma instrumental (Butt, 1976).

    Mientras que la agresividad, en sentido general, representa una disposición estable de una persona para comportarse, en determinado contexto o situación, de forma agresiva (Dollar, Millar, Mowrer y Sears, 1939), la Agresividad Instrumental hace referencia a patrones de conductas que no persigue el daño como objetivo primario.

    La agresividad instrumental es la expresión de la rivalidad a través de distintas acciones y conductas, donde se le da solución a situaciones tácticas variadas. Se trata de forzar al oponente, de tensionarlo para dificultarles las acciones a realizar y obtener de esta manera superioridad.

    La agresión instrumental se revela así como un componente importante dentro del proceso. El deportista debe agredir dentro de las reglas de su deporte en cuestión para abrirse paso hacia la victoria (Cratty, 1983).

    García Ucha (2006) sostiene que la agresividad de orientación instrumental en el deporte se expresa en conductas:

  • Activas y enérgicas.

  • Que buscan la excitación y el riesgo (desafío deportivo).

  • Orientadas a superar rápidamente la resistencia de los oponentes.

  • Que reflejan cierta fiereza autónoma.

  • Emprendedoras, decididas y resueltas.

    Los deportistas agresivos son usualmente activos, ansiosos, poderosos, se mantienen por lo regular altamente motivados y tratan de vencer rápidamente a su oponente (Butt, 1976). Así, aplicado al deporte, los individuos con mayores reservas de agresividad, tendrán mayor motivación para rendir. La agresividad elicita motivos hacia el deporte como la rivalidad (Ucha, 2006).

    Este tipo de comportamientos, asociados a la combatividad, la rivalidad y la disposición a rendir, se manifiestan en la firmeza o disposición con que se realiza una acción, una gran jugada o se intenta ganar un espacio en el terreno competitivo.

    La disposición y la energía es la forma en que se canaliza aquí la motivación. La agresividad es una conducta o comportamiento que involucra intenciones y motivos (Gill, 1986).

    La motivación es un complejo proceso que constituye una orientación activa y persistente de la personalidad hacia “sus” metas y se integra en subsistemas de regulación motivacional formados por motivos que determinan la orientación de la persona y constituyen la expresión de las direcciones fundamentales hacia los que se orienta la personalidad (González Rey, 1990).

    Entre las direcciones de las que hablamos se destaca el deporte.

    La motivación hacia el deporte, como tendencia orientadora de la personalidad, es el rasgo que define los motivos de la conducta, los motivos dominantes y su orientación en el contexto deportivo. Ella encauza la actividad del deportista, movilizando los procesos psíquicos y la conducta en direcciones específicas y se considera que le dan fuerza, dirección y estabilidad a su conducta (Fuentes Parra, 2006).

    El estudio de la motivación ocupa un lugar central en materia de preparación psicológica de deportistas (Marrero, Martín-Albo, y Núñez, 1999). Autores como Puni (1969) y Rudick (1990), en específico, han centrado sus esfuerzos en el estudio de la intensidad del motivo deportivo.

    Solo motivos deportivos significativamente intensos, aportan la considerable energía que permite al deportista asumir el reto deportivo y superar los incontables obstáculos en la actividad deportiva (González Carballido, 2004).

    Para contribuir a la motivación del deportista hacia grandes resultados se debe tener en cuenta que los motivos le dan dirección, fuerza y estabilidad a la conducta solo si coinciden con las exigencias de la tarea, por lo tanto, se requiere diseñar programas de entrenamientos que le permita al deportista lograr, tanto un alto grado de activación (excitación), como de control de la tarea.

    Resultado de la anterior consideración, se puede valorar los siguientes procedimientos:

  1. Contribuir constantemente a la capacitación técnica, táctica y teórica del deportista. Mientras más capacitación tenga más motivación alcanzará en la actividad que realiza.

  2. Plantearles tareas que le permitan elevar su sentido de competitividad. Ayudarlos a establecer metas realistas según sus posibilidades y capacidades al precisar tareas que sean relativamente difíciles pero accesibles a cada cual, para que puedan llevar a efecto sus percepciones de eficacia (éxito).

  3. Propiciar a su vez que disfruten la tarea.

  4. Ayudarlos a centrar su atención en los aspectos que puede tener bajo su control como el esfuerzo propio, habilidades y destrezas y no tanto en los que no, como dificultad de la tarea, arbitraje, etc.

    Para motivar, en específico, la Agresividad Instrumental del deportista se puede contar con:

  1. El modelaje, durante entrenamientos, del comportamiento agresivo que pueden ser ejercicios específicos del entrenamiento “cargados” de “duelos” entre parejas de jugadores.

  2. Entrenamiento de habilidades de autorregulación, autocontrol emocional y/o activación porque las acciones agresivas necesitan ser realizadas de manera rápida, explosiva pero con elevada coordinación y precisión; por lo que requieren de un grado adecuado de tensión muscular:

    • Según Véliz (2012) en el béisbol, por ejemplo, en diferentes posturas al batear se debe identificar grados del tono muscular elevado, bajo e intermedio, en primer lugar.

    • Después realizar acciones bajo esos tonos musculares, aprendiendo a identificar y usar el intermedio.

    • Relacionar el Intermedio con una palabra automandato, que al usarla el deportista en un hablar con sí mismo, influya en que aparezca ese tono muscular.

  3. Modulación de la comunicación. Entrenarlos en autoverbalizaciones o palabras automandato relacionadas con acciones y conductas agresivas.

  4. Visualización de acciones agresivas específicas.

  5. Establecimiento de metas agresivas también específicas.

  6. Acompañamiento musical de algunas sesiones de entrenamientos.

  7. Masajes orientados.

  8. La educación en valores como la solidaridad, cooperación y el colectivismo, para que los deportistas aprendan a tomar la agresividad en el deporte solo en su sentido instrumental; así como el de la profesionalidad como atleta, centrado en la disciplina y la actitud ante el entrenamiento, las competencias y los resultados deportivos, para que puedan realizar debidamente las tareas requeridas para desarrollar la agresividad instrumental de acuerdo a las exigencias del alto rendimiento competitivo.

Conclusiones

    La interacción y cooperación de psicólogo, entrenadores y personal paramédico, entre otros factores; así como la aplicación de las acciones aquí propuestas ajustadas al tipo de actividad deportiva, personalidad del deportista, sus carencias y las posibilidades de trabajo que se disponga, pueden contribuir de forma eficaz al desarrollo de variables como la agresividad de carácter instrumental y la motivación hacia logros elevados en el deporte.

Bibliografía

  • Butt, D.S. (1976). “Psichology of Sport. The Behavior, Motivation, Personality, and Performance of Athletes”. Robert E. Krieger Publishing Company. Malabar. Florida.

  • Cratty, B.J. (1983). Psichology in contemporary sport (2nd ed.) Englewood Cliffs, N.J.: Prentice – Hall.

  • Dollar, J., Dood, J., Miller, N. Mowrer, O., and Sears, R. (1939). Frustrationand Aggression. New Haven, CT: Yale University Press.

  • García Ucha, F. E. (2006). Curso de bases teóricas y metodológicas. Impartido en maestría de Psicología del Deporte, 1er curso, 2ª edición. Instituto de Medicina del Deporte (IMD). Ciudad de la Habana.

  • García Ucha, F.E. (2007). Proyecto del programa ramal de ciencia y técnica del INDER. Ciudad de la Habana.

  • Gill, D.L. (1986). “Psychological dynamics of sport”. Human Kinetics Books. Human Kinetics Publishers. Champaign, Illinois.

  • González Carballido, L.G. (2004). La respuesta emocional del deportista. Una visión científica del comportamiento ante el reto competitivo. Editorial Deportes.

  • González Rey, F. (1990). “Motivación moral en jóvenes y adolescentes”. Ed. Científico-Técnica. Ciudad de la Habana.

  • Gutiérrez Véliz, P.L. (2012). “El enfoque de la Preparación Psicológica en el Béisbol, ante los retos del entorno competitivo internacional actual”. Conferencia Temática. VI Congreso Internacional de Medicina y Ciencias Aplicadas al Deporte y la Actividad Física. Palacio de las Convenciones. La Habana.

  • Marrero, G., Martín-Albo, J. Y Núñez, J.L., (1999). “Motivos, motivación y deporte”. Ed. Tesitext, S.L., Salamanca, España.

  • Puni, A.Z. (1969). Ensayos de Psicología del Deporte. Publicación del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación. Cuba.

  • Rudick, P.A. (1990). Características psicológicas de la actividad. En Psicología. Libro de texto Instituto Superior de Cultura Física de la Habana. Editorial Planeta. Moscú, p. 94.

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