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Modelos de actividades físico-deportivas
sostenibles curriculares en el medio natural

 

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (UdL)

Diplomado en Magisterio de Educación Física (UdL)

Máster en Deporte y sostenibilidad (UdL)

Albert López Nadal

albertlopeznadal@gmail.com

(España)

 

 

 

 

Resumen

          Desde una perspectiva práctica, las experiencias en el medio natural pueden aportar un importante conjunto de situaciones que permitan reflexionar sobre las posibles consecuencias de nuestras relaciones con el entorno. No es una novedad decir que los inicios de las actividades en el medio natural, estaban rodeadas por muchos de los ideales y valores educativos que ahora pretenden volver a ser considerados, después de la proliferación espectacular de actividades y prácticas deportivas en un medio natural considerado como substratum de práctica (Fuster y Elizalde, 1995), olvidando en muchos casos su fragilidad y peculiaridades. Muchos de los que estamos relacionados con el ámbito profesional y la docencia de las actividades físico-deportivas en el medio natural, hemos tenido que revisar y poner cierto empeño en no olvidar algunos de los principios que siempre van unidos a un espíritu ciertamente ecológico de las prácticas que nos ocupan.

          Palabras clave: Medio natural. Modelo. Actividad física. Sostenibilidad.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 173, Octubre de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    No es en ningún caso novedoso proponer el respetar el medio natural, ser consciente de nuestras intervenciones, potenciar las vivencias en la naturaleza (Brand, 2002). Tampoco lo es maximizar la influencia de las experiencias en el medio natural en los planos afectivos o cognoscitivos, tanto individual como grupal y que todo ello nos llevara a ser mejores habitantes de este planeta en pro de las generaciones venideras. Ya hace mucho tiempo y muchas tendencias que sistemáticamente han sido fieles a muchos de esos principios que ahora se ven como muy necesarios, o lo que mas preocupa, puedan llegar a la mayoría de los estratos sociales y clases dirigentes.

Marco conceptual: Hacia un modelo de actividad física sostenible en el medio natural

    Cabe recordar que a finales del siglo IXX, ya se reconocían a las actividades en el seno del medio natural como potenciadoras de la convivencia y sobre todo con una visión higiénica así como compensadora de situaciones sociales marginales:

  • En 1870 y bajo la influencia del periodo del Romanticismo, surge la idea de los viajes escolares aislados a modo de premio para los mejores alumnos.

  • Un pastor suizo llamado Bion, de origen campesino, dirigía una parroquia de Zurich. Estudia medicina para ayudar en el mundo de los pobres. Durante las vacaciones de 1876, surge la idea de llevar a los enfermos a la montaña, conviviendo en pequeños grupos con familias campesinas. En esas salidas y durante algún momento del día se agrupaban para hacer actividades comunitarias. Este hecho se extiende rápidamente por toda Europa Occidental (Alemania, 1878; Austria, 1880; España, 1887; Inglaterra, 1882, con el Reverendo Benett-; EE.UU, 1877, con el Pastor Parsons.

  • En España las primeras colonias fueron organizadas por la “Institución libre de la enseñanza”. En 1887 Manuel B. Cossio con 18 niños en San Vicente Barquera (Santander). Esta entidad evoluciona positivamente delante de estas actividades y posteriormente los antiguos alumnos construyen una casa de colonias “para niños pobres”. (VVAA, 1980)

    A principios del siglo XX el movimiento “Boy Scouts” creado por Baden Powel. Powell era un militar inglés de la primera mitad de siglo XX. Formaba a los jóvenes a nivel moral, físico y psíquico a través de la recreación de grupo. Se dio cuenta de la poca preparación de sus hombres en Kenya. Esto lo recoge en un libro, “Scouting for Boys” y de Inglaterra se difunde por todo el mundo (1907). Baden Powell quiso hacer del Escultismo una escuela de civismo, tanto por los hábitos comunitarios como por las cualidades personales de carácter que desarrolla. (Cuadrado, 1974).

    El modelo está basado en una idea de persona altruista, cívica, pacifista y universalista y su metodología dan respuesta a muchos de los planteamientos que actualmente se demandan en relación a actitudes y valores:

a.     Organización de grupo: La característica en cuanto a la organización es la de funcionamiento por pequeños grupos de 5 a 6 personas, gestionados por ellos mismos. Se establecerán funciones rotatorias.

b.     Compromiso personal: A través de la “promesa”, se establece un acto de integración al modelo de persona y sociedad.

c.     La actividad: Va desde el simple juego al proyecto de la gran empresa. El proceso metodológico se basa en los siguientes puntos:

1º.     A partir de la Realidad:

  • Descubrimiento, no estudio.

  • Observación antes de la explicación.

  • Contacto directo.

2º.     Interiorización:

  • Reflexión sobre sentimientos y vivencias

  • Fomentar las inquietudes que propicien la necesidad de respuesta frente a los diferentes fenómenos de la naturaleza observados, así como las situaciones y experiencias vividas en grupo.

3º.     Acción:

  • Interpretación y estudio bajo formulaciones más científicas.

  • Propuestas de modificación, de cambio e intervención sobre el medio y las actitudes, a través de proyectos concretos.

    También a finales del siglo XIX y principios del XX, surgen movimientos asociacionistas con la necesidad de descubrir el territorio y la naturaleza. Algunos de estos movimientos se convierten en entidades excursionistas, transformando el espíritu científico inicial, en deportivo en torno a la naturaleza. Han sido y son centros con una actividad extraordinaria, sumamente activos, con “estudios”, publicaciones, restauraciones, salidas, conferencias, cursillos, etc., siempre guiados por principios de respeto a la naturaleza y fomentando la convivencia del colectivo, principios y actitudes que todavía perduran.

    Otras tendencias dan lugar a colectivos con una filosofía de vida arraigada en lo más íntimo con la naturaleza. A final del siglo XIX y ya más concretamente en la década de 1930, el naturismo surge como el intento por mejorar la salud y el bienestar de las personas, favorecido por una reacción contra la rígida moral de la época. Alemania y Francia son los países precursores, habilitándose espacios para la práctica del nudismo. Para la mayoría de los naturistas el nudismo, ir sin ropa, es parte de su filosofía vinculado en hábitos saludables, entre los que se cuenta la alimentación y la practica de la actividad física al desnudo. Paseos, nado, juegos en las playas, lagos y bosques.

    Recordemos también que a lo largo de la historia de la actividad física y el deporte han utilizado el medio natural como lugar de inspiración y práctica. Fundamentalmente Hebert fue el creador del “método natural”: “…Retomando las ideas de Rousseau propone un retorno a las actividades del hombre primitivo, en otras palabras, reclama una educación física natural, utilitaria, oponiéndose tanto a los movimientos artificiales y abstractos de la gimnástica como a los excesos del deporte. Por otra parte, considera que el deporte no perfecciona el organismo ya que desnaturaliza los movimientos mas naturales sometiéndoles a reglas artificiales en aras de la competición y el triunfo. Los movimientos correctos son aquellos que dan fuerza al hombre, por ejemplo; correr, saltar, lanzar, escalar... los cuales están muy lejos de los movimientos estereotipados de la gimnástica y de los excesos del deporte…”. El “método natural” se basa en: “Utilización de los gestos de la propia especie para adquirir el desarrollo completo y retornar a las condiciones naturales de vida; hay que observar y dejar hacer a la naturaleza.” (Langlade y Langlade, 1970)

    Después de este recorrido histórico podemos argumentar que hablar de sostenibilidad y actividad física en el medio natural, en cuanto a las prácticas, es aproximarnos de nuevo al pasado.

    Ya se ha descrito y analizado anteriormente las tendencias y características de las actividades en el medio natural, hacia una concepción progresiva de la deportivización y la aventura, donde la tecnología juega un papel importantísimo en cuanto a equipos, materiales y transformación del medio en verdaderos equipamientos deportivos.

    Esta transformación, si bien ha sido en algunos casos, potenciadora de las comunidades de destino turístico, pone en duda el modelo de sostenibilidad propuesto internacionalmente.

    Podemos entender que las prácticas de antaño estaban en consonancia con un modelo más ecológico, donde la relación con el medio dependía fundamentalmente de las propias habilidades y con un mínimo de soporte tecnológico.

    Sabemos lo difícil que es ir contracorriente y por ello y sin dramatizar, sin querer establecer paradigmas de ruptura, proponemos acercarnos poco a poco a nuevos modelos de prácticas en el medio natural que respeten algunos de los principios establecidos en el marco teórico en torno a la sostenibilidad. Pretendemos rodar por la hierba, mancharnos de barro y disfrutar de las frías aguas sobre nuestra piel, salir de vacaciones desde nuestra casa a pie o en bicicleta en busca de esa ruta por descubrir…

    Es posible intentar pequeños cambios en nuestras elecciones de la actividad, así como en su gestión que permitan aproximarnos a una concepción sostenible.

    Desde la perspectiva actitudinal, probablemente la más sencilla, pasaría por una nueva forma de relacionarnos con el medio:

  • En primer lugar entendiendo que un bosque, un lago, un pueblo, etc. forman parte de un conjunto, tanto medioambiental como cultural y económico.

  • Que nuestras intervenciones deben ir acordes a estas dimensiones. Es decir que el impacto que podamos provocar en los tres ejes, sea el menor en cuanto a distorsiones y el más beneficioso en cuanto a aportaciones.

  • Que la actividad elegida este acorde con el entorno y con nuestras posibilidades. Aquella actividad que se presente armonizada en el contexto, no provocara disonancia en el medio y nos proporcionara placer y bienestar. El desafío, el riesgo, aunque necesario para la evolución de algunas prácticas, conlleva una concepción ciertamente egocéntrica, donde el medio en algunos casos no es aliado sino contrincante.

  • La elección de una práctica sostenible en el medio natural, debería de estar lo más próxima posible a cánones de observación y interpretación que a los del rendimiento y la competición.

  • La actividad debería en lo posible reportar beneficios en la población autóctona, más que en las organizaciones empresariales del sector turístico y de gestión de actividades en manos de foráneos.

  • Un propia gestión de la actividad, reporta más satisfacción sea a nivel individual como grupal. La actividad, será la culminación de un proyecto.

  • La autogestión permite una mayor implicación y por lo tanto un mayor conocimiento de nuestras actuaciones en el entorno. Las relaciones que deben generarse serán conscientes, por lo tanto aun no pudiendo todas ser respetuosas con algunos de los ámbitos (medioambientales o culturales), son altamente educativos.

    El diseño y la gestión de la actividad pueden seguir un esquema habitual en la organización de actividades en el medio natural, poniendo a ser posible énfasis en los siguientes puntos:

  • Elección de transportes comunitarios para llegar al destino. Con ello un turismo próximo puede considerarse más beneficios que el de largas distancias o destinos internacionales. La necesidad ficticia de viajar al exterior en busca muchas veces de paisajes y situaciones que tenemos muy cerca y desconocemos. Es evidente que la atracción por los paraísos exóticos ha aumentado notablemente. Con los medios que disponemos actualmente podríamos sugerir, huir de las comodidades de los paquetes turísticos en manos de multinacionales y realizar un viaje a medida, contratando los servicios de la población autóctona, a veces un poco más caro debido al transporte, pero sin lugar a dudas más solidario.

  • En los desplazamientos internos ir a pie o utilizar vehículos no contaminantes, como la bicicleta o transporte animal o de otro tipo autóctono.

  • Residir, pernoctar en alojamientos regentados por los lugareños. Los establecimientos, hoy en día, permiten en muchos casos escoger toda clase de servicios y categorías. Nos permiten convivir y compartir situaciones con los habitantes de la zona. Conocer sus costumbres y gastronomía y seguro que en las conversaciones llegaremos comprender y aprender que la vida en aquel lugar goza de privilegios y también de problemas muy diferentes a nosotros y nuestro entorno habitual.

  • Elección del itinerario o actividad que permita relacionarnos con el entorno de forma integral. Recorriendo con tranquilidad las zonas, disfrutando del medio natural, interrelacionándonos con las gentes y su cultura. Que permita en algún momento descubrir algo nuevo.

  • En cuanto a las necesidades de material i equipo: es evidente que una de las mayores aportaciones de la tecnología a las prácticas en el medio natural, es la evolución del material y el equipo de vestimenta. Es indiscutible la necesidad de estos para una buena ejecución de las prácticas tanto en parámetros de seguridad como de comodidad, la higiene e incluso la funcionalidad. No obstante y en relación a este último punto, proponemos dentro de lo posible, participar en las formas de vestir y de utilizar instrumentos próximos a la práctica que desarrollaremos, a modo y usanza de los habitantes de la zona.

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