efdeportes.com
La cultura profesional docente universitaria de Educación Física

 

*Profesor Auxiliar

Universidad de las Ciencias de la Cultura Física

(Cuba)

Pedro Santana Velazquez*

Dr.C. Lázaro Piñol Jiménez

pedrosv@uci.cu

 

 

 

 

Resumen

          Contextualizar y visualizar la importancia de la Cultura Profesional del Docente en el proceso de cambio estructural y funcional que actualmente viven las universidades en el mundo, en la región y en Cuba, nos ayuda en el análisis sobre las connotaciones que ha cobrado está para las diferentes ciencia y en particular para la Cultura Física, exponiéndose los componentes y tipología de Cultura Profesional del Docente en el ámbito de la enseñanza superior y su relación con las competencias idóneas del docente de Educación Física en el entorno educativo.

          Palabras clave: Docente. Competencias. Cultura. Universidad.

 

Abstract

          Contextualize and visualize the importance of Professional Teaching Culture in the process of structural change and functional currently living in the world universities in the region and in Cuba, it helps in the analysis of the connotations it has taken is for the different science and in particular for Physical Culture, exposing the components and types of Professional teaching Culture in the field of higher education and its relationship to suitably qualified teacher of Physical Education in the educational environment.
          Keywords: Teaching. Skills. Culture. University.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 171, Agosto de 2012. http://www.efdeportes.com

1 / 1

Introducción

    Para estos autores es interesante comenzar recreado la idea de ¿qué es Cultura?

    El uso de la palabra Cultura fue variando a lo largo de los siglos. En el latín hablado en Roma significaba inicialmente "cultivo de la tierra", y luego, por extensión metafóricamente, "cultivo de las especies Humanas". Alternaba con civilización, que también deriva del latín y se usaba como opuesto a salvajismo, barbarie o al menos rusticidad. Civilizado era el hombre educado.

    Desde el siglo XVIII, el romanticismo impuso una diferencia entre civilización y cultura. El primer término se reservaba para nombrar el desarrollo económico y tecnológico, lo material; el segundo para referirse a lo "espiritual", es decir, el "cultivo" de las facultades intelectuales. En el uso de la palabra "Cultura" cabía, entonces, todo lo que tuviera que ver con la filosofía, la ciencia, el arte, la religión, etc. Además, se entendía la cualidad de "culto" no tanto como un rasgo social sino como individual. Por eso podía hablarse de, por ejemplo, un hombre "culto" o "inculto" según hubiera desarrollado sus condiciones intelectuales y artísticas. Esto es hoy muy frecuente.

    Las nuevas corrientes teóricas de sociología y la antropología contemporáneas redefinieron este término, contradiciendo la conceptualización Romántica. Se entiende Cultura en un sentido social. Cuando se dice "Cultura China", "Cultura Maya" se está haciendo uso muy distinto de aquel, se refiere a los diversos aspectos de la vida en esas sociedades. En general, hoy se piensa a la Cultura como el conjunto total de los actos humanos en una comunidad dada, ya sean éstos prácticas económicas, artísticas, científicas o cualesquiera otras. Toda práctica humana que supere la naturaleza biológica es una práctica cultural.

    Este sentido de la palabra Cultura implica una concepción mucho más respetuosa de los Seres Humanos. Primero, impide la discriminación entre "hombres cultos" y "hombres incultos" que el término podía tener desde el romanticismo; Se hablará de diferencias culturales, en todo caso. Segundo, también evita la discriminación de pueblos que, como los nativos de América, fueron vistos por los europeos como "salvajes" por el solo hecho de tener "cultura" distinta.

    Resumiendo, este uso actual del término Cultura designa, como se dijo arriba, el conjunto total de las prácticas humanas, de modo que incluye las prácticas: económicas, políticas, científicas, jurídicas. Religiosas, discursivas, comunicativas, sociales en general. Algunos autores prefieren restringirse el uso de la palabra Cultura a los significados y valores que los hombres de una sociedad atribuyen a sus prácticas.

    Hay que señalar que cuando se estudian los hechos sociales, por ejemplo la economía o el Arte, se toman esos aspectos en forma parcial aunque en la realidad están estrechamente relacionados. Esto ocurre por la imposibilidad del pensamiento humano abarcarlo en su compleja red de interrelaciones. No está de más insistir en que no hay práctica social que esté desvinculada de las restantes, formando un todo complejo y heterogéneo de recíprocas influencias. Así, no puede explicarse cabalmente la historia del arte, para continuar con el mismo ejemplo, si no se hace referencia a la historia económica, a la política, a las costumbres, la moral, las creencias, etc., de la época.

    Esta es la razón por la cual cuando se estudia la cultura se prefiere el sentido segundo de los mencionados párrafos arriba, el de los significados y valores que los hombres atribuyen a su praxis.

    En las ciencias sociales, el sentido de la palabra cultura es más amplio la cultura abarca el conjunto de las producciones materiales (objetos) y no materiales de una sociedad (significados, regularidades normativas creencias y valores)

Empleos de la palabra Cultura

    Se puede decir que en la vida cotidiana se utiliza algunas nociones de cultura, a las que se las pueden considerar como prejuicios que la sociedad posee. Estos son:

  • Un estado desarrollado de la mente. Utilizamos este significado para decir que una persona sabe mucho o que conoce de arte o que se relaciona con alguna de estas actividades (resultado).

  • Los procesos por los cuales se alcanza ese desarrollo o estado. “Los intereses Culturales"; "las actividades Culturales" (camino; proceso).

  • Los productos a través de los cuales se alcanza dicho desarrollo (básicamente, los considerados productos culturales, como los cuadros las obras musicales y las obras literarias, medios que ayudan al camino).

Critica a estas posturas

    La primera y la segunda postura tienen una visión Ideológica, los hombres y mujeres nos relacionamos a través de poder que producimos y hacemos circular.

  • Es una visión que nos plantea que el trabajo intelectual es más importante que el manual.

  • La clase media reproduce la ideología de estos dos puntos.

  • La clase alta da la ideología y la clase baja la contra cultura.

  • En el último punto hay que tener en cuenta que la sociedad Industrial, la actual, produce en masa y consume en masa –globalización-.

Ampliación conceptual de la palabra cultura

    Con el aporte de la antropología, la cultura debe incluir: bienes materiales, bienes simbólicos –ideas-, instituciones -canales por donde circula el poder: escuela, familia, gobierno-, costumbres -reunirse para cenar entre personas amiga o familiares-, hábitos, leyes y poder -ya que este también es parte de la cultura-.

    Entonces podemos decir que toda sociedad tiene cultura, y toda cultura es puesta en práctica, por las personas que se interrelacionan en la sociedad.

    Toda cultura se manifiesta en una sociedad. A lo cual cabe decir que sociedad es igual a la cultura. Son la misma cara de una moneda.

    La cultura no es algo que se tiene -como generalmente se dice-, sino que es una producción individual y colectiva, así como esa producción es un universo de significados, ese universo de significado está en constante modificaciones.

    La cultura no puede ser vista como algo apropiable. Es una producción colectiva de un universo de significados que son trasmitidos a través de las generaciones.

Diferentes nociones de la cultura

    "La cultura o civilización, en sentido etnográfico amplio, es aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad." (Edward Tylor)

    "La cultura incluye todas las manifestaciones de los hábitos sociales de una comunidad, las reacciones del individuo en la medida en que se van afectadas por las costumbres del grupo en que vive, y los productos de las actividades humanas en la medida que se van determinadas por dichas costumbres." (Franz Boas, 1930)

    "Esta herencia social es el concepto clave de la antropología cultura, la otra rama del estudio comparativo del hombre. Normalmente se la denomina cultura en la moderna antropología y en las ciencias sociales. (...) La cultura incluyo los artefactos, bienes, procedimientos técnicos, ideas, hábitos y valores heredados. La organización social no puede comprenderse verdaderamente excepto como una parte de la cultura". (Malinoswki, 1931)

    "La cultura es una sociedad consiste en todo aquello que conoce o cree con el fin de operar de una manera aceptable sobre sus miembros. La cultura no es un fenómeno material: no consiste en cosas, gente, conductas o emociones. Es más bien una organización de todo eso. Es la forma de las cosas que la gente tiene es su mente, sus modelos de percibirlas, de relacionarlas o de interpretarlas." (Goodenough, 1957)

    "La cultura se comprende mejor no como complejos de esquemas concretos de conducta –costumbres, usanzas, tradiciones, conjuntos de hábitos- planes, recetas, fórmulas, reglas, instrucciones (lo que los ingenieros de computación llaman ‘programas’)- que gobiernan la conducta". (Clifford Geertz, 1966)

    "La cultura alude al cuerpo de tradiciones sociales adquiridas que aparecen de forma rudimentaria entre los mamíferos, especialmente entre los primates. Cuando los antropólogos hablan de una cultura humana normalmente se refieren al estilo de vida total, socialmente adquirido, de un grupo de personas, que incluye los modos pautados y recurrentes de pensar, sentir y actuar." (Harris, 1981)

    La UNESCO, en la “Conferencia Mundial sobre las políticas culturales”, que tuvo lugar en México en el año 1982, presenta un concepto de cultura en su sentido amplio, considerándola como un conjunto de rasgos distintivos que contemplan aspectos tanto espirituales y materiales como así también intelectuales y afectivos, característicos de un grupo social y que posibilitan la reflexión del hombre acerca de sí mismo. Sería a través de la cultura que nos constituiríamos como seres humanos, racionales y críticos, comprometidos éticamente y con determinados valores, capaces de expresarnos y tomar conciencia acerca de nosotros mismos.

    "Cultura se refiere a los valores que comparten los miembros de un grupo dado, a las normas que pactan y a los bienes materiales que producen. Los valores son ideales abstractos, mientras que las normas son principios definidos o reglas que las personas deben cumplir". (Anthony Giddens, 1989)

    Cultura es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Según lo planteado en http://www.ecured.cu/index.php/Cultura consultado el 22 de enero del 2010

    "Cultura, es el aprovechamiento social del conocimiento". (Gabriel García Marques).

Aspectos individuales de la cultura

    La cultura no sólo tiene un aspecto social, también tiene un aspecto individual. Sobre la base de esos aprendizajes de la socialización, las personas vamos diferenciando, nuestro gustos, nuestro valores relativos, nuestra forma de ver la vida y nuestro propia escala de valores, aunque este último cambia con el tiempo y la sociedad.

    Es el proceso mediante el cual una persona llega a ser individuo.

    Es el proceso que nos permite atesorar y convertir todo aquello que tomamos en el aspecto social, es decir atomizamos lo que aprendemos. De esta manera nos vamos transformando en seres diferentes de los demás. Esta también es un aspecto fundamental de la cultura, gracias a esta ella cambia.

    En síntesis, estas concepciones permiten pensar que la cultura es, un contexto social de producción e interpretación de significados individual y colectiva, así como es un contexto social, hay tantas culturas como sociedades. Definir la cultura resulta contradictorio y se necesita interpretar la diversidad de acciones que realizan los seres humanos para construir sus vidas por medio de su propia actividad.

La Cultura Profesional Docente universitaria

    El tratamiento de este epígrafe nos facilitaría comprender significativamente el concepto de la Cultura Profesional Docente1 (CPD) requiere de capacidad para reflexionar previamente sobre el contexto social de la universidad, es decir, visualizar a ésta como la esencia de relaciones sociales muy diversas, en cuyo interior se van creando, al paso del tiempo, formas y sistemas de relación diferenciada entre sus miembros, distintos campos comunicativos, grupos con intereses comunes, jerarquías formalizadas, etc. Todo lo anterior compone, a grande rasgo aquello que conocemos como cultura institucional.2

    La cultura de la universidad está llena de simbolismos y códigos que constituye un microcontexto social; en éste se ven reflejados los rasgos esenciales de la comunidad donde la institución se asienta y toda la herencia cultural del entorno, incluso las creencias, los usos, las costumbres y las preconcepciones que se tienen alrededor a los roles que corresponden a cada quien dentro de la organización. El trasfondo cultural de las organizaciones se explica, desde luego, por la propagación de la cultura institucional, fenómeno que ha ocupado la atención de los grandes pensadores de occidente, entre ellos Ortega y Gasset3 (citado por Del Valle, 2007).

    “Los seres humanos somos ante todo herederos de una cultura, que nos permite comprender nuestro pasado, resignificar nuestro presente y proyectar cambios y transformaciones para el futuro. Herederos sin mandato explícito, pero herederos al fin […] Esta herencia nos sumerge en un sistema de creencias que subyacen en las bases de nuestra acción y que muchas veces se nos dificulta explicar…” (p. 2).

    Comprender la base de la estructura, la composición, y desde luego, la problemática de los fenómenos educativos, requiere, por ende, reconceptualizar a la institución, como una institución que si amenaza a la institucionalidad y es contemplarla como un espacio de interacciones humanas múltiples y diversas, vivas en todo sentido. Este es precisamente la esencia del enfoque ecológico para el estudio de la cultura escolar desarrollado por Doyle (citado por Pérez, 1999), según el cual:

    El aprendizaje en el aula tiene lugar en un espacio ecológico cargado de influjos simultáneos como consecuencia de las interacciones de los individuos dentro de un grupo social que vive en un contexto segregado cumpliendo unas funciones específicas. Entender el flujo de intercambios y sus efectos en la construcción de significados requiere atender a la intervención conjunta de los elementos que componen el espacio ecológico escolar […] (p. 12).

    El estudio de la cultura institucional posibilita comprender la causa de una amplia variedad de problemas que no podrían atenderse si se visualiza a la universidad como un simple conglomerado de áreas y de grupos de personas intelectuales trabajando. La ulterior comprensión estructural de esa cultura facilitará, desde luego, la promoción de cambios sustantivos en la organización.

    La cultura Institucional tiene tantos desprendimientos como sectores representativos como la comunidad académica, científica/investigativa y de extensión donde existe, en este sentido, una cultura de enseñanza para con el estudiantado, otra de los directivos, del personal administrativo y desde luego, la cultura de los profesionales docentes.

    Aunque es cierto que todas estas culturas juegan un papel primordial en el entramado de relaciones cotidianas de los centros de enseñanza universitaria, la atención se ha focalizado, en el marco de la reforma universitaria, en la cultura profesional del docente, por ser éste el núcleo en el que recae la mayor responsabilidad en términos de cumplimiento de los objetivos planificados; esta preponderancia de la cultura profesional del docente dentro la cultura institucional se debe también al hecho de que los colectivos docentes son los intermediarios de calidad entre la Universidad y los usuarios finales de sus servicios, -el estudiantado- y en sentido más amplio, la comunidad y la sociedad.

    Según Hargreaves (cit. por Medrano, 2008) justifica esta focalización en la cultura profesional del docente al considerar que “…los docentes no se limitan a impartir el currículo, sino que también lo interpretan…” (p. 27). El estudio de la cultura profesional del docente aporta datos relevantes para el análisis del crecimiento de la Universidad, en términos de significado -percepción y autopercepción del ejercicio profesional de la docencia- e identidad -construcción de procesos colectivos de identificación y socialización en los colectivos docentes-.

    Desde la racionalidad técnica, la cultura profesional del docente -CPD- comprende: “creencias, valores, hábitos y formas -teoría personal- de hacer las cosas asumidas por las comunidades de docentes que tienen que afrontar exigencias y limitaciones.” (Moreno, 2002, p. 9).

    En un sentido similar, Santos Guerra4 la define como: “El conjunto de prácticas, ideas, expectativas, rituales, valores, motivaciones y costumbres que definen la profesión en un contexto y en un tiempo dado” (cit. por Moreno, 2002).

    Por su parte, Andy Hargreaves (1996) declara que la Cultura Profesional del Docente –CPD- puede definirse en razón de dos factores: contenido y forma. El contenido se integra por las actitudes, valores, creencias, hábitos, supuestos y formas de hacer las cosas en el marco de un determinado grupo o de la comunidad institucional en forma integral.

    Según Pérez (1999) postula una definición similar de la cultura profesional del docente, diciendo que se trata de “…el conjunto de creencias, valores, hábitos y normas dominantes que determinan lo que dicho grupo social considera valioso en su contexto profesional…” (s/p).

    Aunque en las anteriores definiciones se encuentran más acuerdos que diferencias, cabe anotar que se identifican dos tendencias fundamentales: la que define a la CPD en tanto que prácticas de trabajo y la que la cataloga como un conjunto de creencias y costumbres. Sin embargo, según Hargreaves aprendemos que ambas nociones no son irreconciliables pues convergen en la noción de identidad del docente que integra saberes tanto profesionales como personales de los docentes. De tal forma, la identidad docente aparece como el eje articulador y la piedra angular del concepto actual de CPD.

Tipología de la Cultura Docente Universitaria

    Con el fin de reflexionar en torno al modelo idóneo de cultura profesional del docente se revisan dos de las tendencias más relevantes: las expresadas por Hargreaves (1996) y las expresadas por Pérez (1999). En este análisis se toma como punto de partida la noción de CPD y, como punto de convergencia de los saberes profesionales las creencias y costumbres de los docentes de Educación Física de la UCI.

    Para Hargreaves (1996) existen cinco tipos de cultura profesional del docente:

  • Individualismo: De acuerdo con Hargreaves, esta cultura profesional del docente –individualista-, expresa que los docentes actúan de forma aislada. La práctica profesional más común, bajo este esquema, es que los docentes desarrollen su trabajo -impartir sus clases- sin promover algún tipo de intercambio o retroalimentación con sus compañeros. Aunque esta forma de trabajo no implica necesariamente que el quehacer profesional docente sea ineficaz, sí limita significativamente la posibilidad de enriquecer las prácticas profesional propias a partir del análisis de las del resto del docente. Se disminuye también, de forma sustancial, la posibilidad de conformar colectivos docentes académicos eficaces.

  • Balcanización: En este tipo de cultura profesional docente, los docentes sólo crean experiencias de retroalimentación e intercambio con los demás miembros de su área académica, cerrándose al trabajo colegiado con docentes de otras especialidades. Esto deriva en la creación de grupos de profesionales docentes que frecuentemente compiten entre sí, sin realizar aportes significativos a la cultura institucional. Bajo este modelo, el desarrollo de las áreas académicas es dispar y la imagen que se proyecta es de una Universidad muy buena para ciertas carreras y muy mala para otras. La heterogeneidad predominante en la institución, impide la creación de colectivos docentes académicos y dificulta el logro de los objetivos estratégicos de calidad institucional.

  • Mosaico móvil: Es un modelo transicional entre la balcanización y los modelos de trabajo colegiado ó colaborativo. Aunque bajo este enfoque persiste la fragmentación del trabajo académico por áreas de conocimiento, se muestra mayor apertura e interés hacia las experiencias de otras especialidades o departamentos. Este modelo posibilita la creación de colectivos docentes académicos que, sin embargo siguen siendo precarios; pues al no superarse enteramente la visión de fragmentación por área, las experiencias de docentes de otros campos tienden a considerarse, en algún grado, irrelevantes, inservibles o incluso, alienantes y perjudiciales.

  • Cultura colaborativa: Bajo este modelo, se ha logrado que los profesionales docentes de Educación Física en la UCI integren colectivos docentes académicos sin restricciones relacionadas con la academia de adscripción de cada quien; es decir, se ha logrado superar el fenómeno de la balcanización y establecer mecanismos y canales adecuados para el intercambio interdisciplinar. Predomina el trabajo colegiado para el análisis de asuntos académicos y los vínculos de identificación son fuertes y consistentes. Es en este esquema donde surgen los propósitos de los actuales procesos de reforma universitaria en relación a la cultura profesional de los docentes.

  • Colegialidad forzada o artificial: En este modelo, asociado a los sistemas tradicionales de gestión universitaria existen, en efecto, espacios para el intercambio experiencial entre profesionales docentes de Educación Física y de otras áreas y especialidades académicas, así como canales informales para dicha interacción. Sin embargo, tales elementos son impuestos administrativamente y no son efectivos: el modelo opera, comúnmente, en IES altamente burocratizadas cuyo modelo de gestión está enfocado a la obtención de los resultados mínimos establecidos por los instrumentos de planificación o por la legislación universitaria. Este tipo de colegialidad es aún más indeseable que la balcanización, pues no sólo impide la creación de colectivos docentes académicos, sino que ofrece al observador un panorama lejano a la realidad; y en tal escenario es imposible construir estrategias pertinentes y eficaces para el cumplimiento de los objetivos de calidad.

    Para Pérez (1999), existen cuatro modelos de cultura profesional del docente:

  • Aislamiento del docente y autonomía profesional: En este modelo, el docente se recluye en su propia práctica. El intercambio experiencial y afectivo con sus compañeros de trabajo es prácticamente nulo y su trinchera principal de aislamiento es el salón de clases. El aislamiento puede responder a varios factores: falta de voluntad o de habilidades para interactuar con los colegas, barreras administrativas -cuando son los propios directivos quienes impiden la interacción entre profesionales docentes- o barreras físicas -cuando la disposición de las instalaciones va aislando al profesional docente, día con día-. Es decir se administra y no se gestiona la cultura profesional docente.

  • Colegialidad burocrática y cultura de colaboración: La colegialidad burocrática equivale a la colegialidad forzada de Hargreaves. La cultura de colaboración, por otra parte, se refiere, según Pérez (1999) a un estadio en el que el intercambio experiencial del profesional docente es activamente impulsado por la institución, sin que llegue a lograrse que éste se dé espontáneamente; por consiguiente, la interacción creativa entre los profesionales docentes de Educación Física no deja de ser un simple propósito programático o, en el mejor de los casos, una buena intención del equipo directivo.

  • Saturación de tareas y responsabilidad profesional: Bajo este esquema, los profesionales docentes de Educación Física muestran niveles altos de satisfacción profesional y buena disposición para interactuar constructivamente. Sin embargo, la saturación de su agenda personal le impide integrarse a proyectos e incluso a dinámicas de intercambio experiencial con sus pares. Esta situación es frecuente y se reconoce como uno de los principales obstáculos para lograr una cultura profesional docente universitaria basada en la participación y el ejercicio de la creatividad académica.

  • Ejercicio creativo de la docencia: Este modelo es equivalente a la cultura profesional docente colaborativa postulada por Hargreaves (1996) y se considera, por ende, como el estadio idóneo para alcanzar los objetivos de calidad prefijados en el marco de la transformación institucional.

    De acuerdo con lo anterior, la cultura profesional del docente universitario en un marco de transformación, debe transitar del aislamiento y de la balcanización hacia el trabajo colegiado y creativo. La reforma de la enseñanza superior supone que el logro un tipo de actitud5 inteligente reflexiva/innovadora -en tanto que favorece el aprendizaje desarrollador continuo de los profesionales docentes-, ayude a la creativa como presupuesto de la superación académica y un avance hacia la elevación integral de la calidad en las universidades.

    Entonces se puede concluir que las características esenciales de la cultura profesional del docente son las siguientes:

  • Se trata de un subproceso de la cultura institucional genérica al referirse a una sola categoría de actores educativos -los profesionales docentes-.

  • Es una construcción reflexiva/innovadora pues existe en la mente de los profesionales docentes Educación Física condicionando su comportamiento personal/social/profesional.

  • Se refiere también al saber hacer –organizar, planificar, ejecutar, controlar y evaluar el proceso docente educativo- del profesional docente de Educación Física como socialización de experiencias vinculadas al aprendizaje popular.

  • Se conforma por rasgos que identifican al profesional docente de Educación Física, en el marco de una comunidad académica. En este sentido, los rasgos de la cultura profesional docente son sinónimos de identificación y de aceptación entre colegas.

  • Dichos rasgos comprenden, principalmente creencias, hábitos –teoría personal- y valores compartidos que pueden estar o no estar vinculados directamente con su quehacer profesional -es posible que un elemento de identificación sea el gusto por asistir a los eventos científicos-.

  • Comprende formas de interacción entre colegas y con otros agentes del proceso educativo. Elementos tales como la jerga o argot, el modo de vestir y los temas y espacios de conversación con otros profesionales docentes, forman parte del habitus y por ende, de la cultura profesional docente de Educación Física. El asumir un papel combativo en las reuniones con directivos constituye también un ejemplo de los procesos de socialización integrados a la cultura profesional docente de Educación Física.

  • Se trata de un constructo con varianzas significativas entre instituciones –rasgo que se aceptan de la formación inicial y se conjugan con rasgo de la práctica profesional en ejercicio.

  • Estos rasgos de identificación e intercambio experiencial no constituyen necesariamente juicios de valor en términos de calidad académica, pero son elementos a tener en cuenta en el manejo de la cultura profesional docente.

  • En una institución en desarrollo, la cultura profesional docente guarda una estrecha vinculación con los objetivos estratégicos de calidad académica que se desea lograr.

  • En una institución en desarrollo, la cultura profesional docente se relaciona directamente con las prácticas pedagógicas de los profesionales docentes asumen y comparten con sus colegas.

  • Intervenir en la cultura profesional del docente bajo un enfoque de reforma institucional es promover la adopción de valores sociales, institucionales y buenas prácticas de socialización e intercambio experiencial que permitan una mayor aproximación a los objetivos estratégicos de calidad académica.

La cultura profesional del docente de Educación Física, como eje articulador en el proceso de cambio en la Universidad

    La cultura profesional del docente es el elemento transformador, en lo que concierne a la actualización y perfeccionamiento de roles de los agentes educativos.

    Sin embargo, el considerar la cultura profesional del docente como elemento del proceso transformador –desarrollo-6 del acto educativo, ha propiciado una dinámica considerable en la mayor parte de las universidades. Esta dinámica y evolución al mismo tiempo es también aplicable a la adopción de dicha lógica en el marco del proceso de cambio deseado.

    En el caso de Cuba en particular en la –Universidad de las Ciencias Informáticas-, las primeras medidas propuestas en el marco de la reforma de la enseñanza superior se centraron en la capacitación-superación, la investigación y el trabajo metodológico de los profesionales docentes de la Educación Física en torno a la Didáctica7, la Teoría curricular8, la Teoría de los procesos consciente9, que facilitan la adquisición de habilidades –explicativas, predictivas, proyectiva y valorativas- requeridas para dominar eficaz y eficientemente los planes y programas de estudio; en esta fase poco ha sido el tratamiento a la cultura profesional del docente. Donde la relación entorno/espacios para la interacción científica y académica es importante para la formación permanente del colectivos docentes.

    Nuestra universidad ha tomado algunas medidas al promover, distintas formas de superación profesional para que los profesionales docentes de la Educación Física realizan estudios de postgrado –de segundo y tercer nivel- y cursos de especialización entre muchos otros programas centrados en la profesionalización instrumental de la docencia. Esta visión atomizada por desarrollo profesional del docente de Educación Física lo cual ha mostrado en algunos años su cara menos amable: el contar con un alto porcentaje de profesionales docentes postgraduados sin una mínima noción sobre el trabajo colegiado –reflexivo de la práctica profesional en ejercicio- y las ventajas de contar con una cultura profesional docente de tipo participativa.

    El elemento que se pasó por alto en el caso antes descrito, es que la cultura profesional docente participativa y creativa, es un algo que debe respirarse en la organización, y representar un contexto de interacciones humanas que animen a la acción: los cambios instrumentales de la docencia deben gravitar en torno a una cultura Institucional. Tal y como afirma Hargreaves (1998), el estudio de la cultura profesional del docente, debe incluso preceder al diseño de los nuevos procesos de gestión del conocimiento educativo, pues muchas veces esta cultura es incluso factor determinante de éxito o del fracaso de un programa de enseñanza. A continuación, se esquematiza el papel que juega la cultura profesional del docente en el marco de la reforma de la enseñanza superior:

    De acuerdo con lo anterior, la cultura profesional del docente universitario debe ser considerada por los planificadores del cambio, como el eje articulador del rediseño de la función docente.

Las competencias y su relación con la Cultura Profesional del Docente

    No obstante que todas y cada una de las competencias listadas se relacionan en algún grado con la cultura profesional del docente, puede afirmarse que las de mayor relevancia en ese mismo sentido son, por un lado, las que hacen referencia a las habilidades comunicativas generales de los profesional docentes y por otro, las que encauzan el proceso formativo de colectivos docentes académicos.

    Según Jorge Ratto (2008) coincide con lo anterior al anotar que existe una serie de competencias o habilidades clave de los profesionales docentes para el desarrollo de una nueva cultura profesional; entre éstas destacan:

  • Comprensión, desarrollo, interiorización y aplicación congruente de la teoría y del proyecto educativo institucional.

  • Profundización y actualización de conocimientos en materia científica y pedagógica.

  • Conocimiento de técnicas de conducción, habilidad y responsabilidad para su utilización en el marco de la autonomía de gestión de la enseñanza.

  • Asunción del papel de científico-investigador de su propia práctica profesional.

  • Trabajo en equipo para el desarrollo integral de la institución y la consideración de la institución educativa como núcleo del desarrollo profesional

    Pero el logro de tales competencias se vuelve inviable, insistimos, si los profesionales docentes de Educación Física no cuentan con los espacios adecuados para interactuar y establecer vínculos de afinidad profesional, y generar, simultáneamente, oportunidades para el intercambio de experiencias –cultura experiencial- y vivencias propias del quehacer educativo –práctica profesional en ejercicio-. Es aquí donde emerge la importancia de la comunicación social universitaria.

    A continuación, se presenta una síntesis esquemática de lo revisado a lo largo de este artículo, incluyendo la ubicación específica de la CPD en el marco del proceso general de la reforma universitaria.

    Como puede observarse, las competencias y la cultura profesional de los docentes ocupan un papel primordial en el esquema de propósitos académicos, científico e investigativo de las reformas universitarias, y especialmente en el de lograr un saber hacer que este acorde tanto con los nuevos modelos organizacionales como con los paradigmas pedagógicos rectores del cambio.

Conclusiones

    La cultura profesional del docente constituye uno de los temas nodales de la reforma operativa de las universidades. Sus menciones, así en trabajos académicos, científico/investigativo y extensionista de la Universidad, así como en intercambios formales e informales de ideas o instrumentos de política educativa son cada vez más frecuentes. Se han llegado incluso a establecer algunos consensos: se considera, por ejemplo, que la CPD se compone por los usos y las prácticas profesional de los docentes; que es el conjunto de atributos del docente en medio de determinado contexto o nivel educativo; que conforma el principal presupuesto de intercambio de ideas y experiencias profesional docente, etc. Sin embargo, prevalece una gran ambigüedad al definir lo que es, concretamente, la CPD universitaria.

    Así mismo se concluye que las competencias en las Instituciones de Educación en todo nivel educativo, se presentan de diversa manera, por tal motivo se requiere promover las habilidades y destrezas adecuadas entre el profesorado.

    La consecución de una cultura profesional del docente creativa y participativa exige que los profesionales docentes de Educación Física desarrollen ciertas habilidades y destrezas principalmente en los órdenes cognitivo y comunicacional. Estas destrezas, traducidas en competencias, facilitarán en su momento tanto el intercambio experiencial como la identificación profesional que son inherentes a una cultura profesional del docente compatible con la reforma universitaria actual.

Notas

  1. Heargreaves A. la "cultura profesional docente" se define en función de dos aspectos: "contenido" y forma". El primero consiste en las actitudes, valores, creencias, hábitos, supuestos y formas de hacer las cosas en el marco de un determinado grupo o de la comunidad institucional en forma integral. La "forma" tiene que ver con los modelos de relación y asociación entre las personas.

  2. Azze Pavón, Aída. La cultura institucional en los procesos por la calidad en la educación superior. “Aquellos que promueven el cambio en la educación superior deben comprender la cultura institucional”. (Walvoord et al. 2000, 3). “A topic that merits special attention is organizational culture” (Ruben 2004, 354). ..“como una realidad, en que se comparten acciones diarias, normas y valores, creencias e ideología, compartida y aprehendida individual y colectivamente, determinando y explicando el comportamiento de sus miembros, reconstruyéndose en sus propias acciones”. Pérez Gómez Ángel (2004), la cultura institucional como el “conjunto de significados y comportamientos que genera la escuela como institución social”.

  3. Ortega y Gasset (1930) En el ensayo Misión de la Universidad: define el concepto de cultura como "el sistema de ideas vivas que cada tiempo posee. Mejor: el sistema de ideas desde las cuales el tiempo vive. Porque no hay remedio ni evasión posible: el hombre vive siempre desde unas ideas determinadas, que constituyen el suelo donde apoya su existencia".

  4. Santos Guerra, Michel (2004) “Enseñar o el oficio de aprender”. Modalidad Libre asistido. Módulo V. Cap. 8. Cultura profesional del docente. Ed. Homo Sapiens.

  5. Piñol Jiménez L. (2008) Conocimientos, normas y toma de decisiones: una reflexión educativa bajo los enfoques CTS. Tipo de actitudes: como el modo en que cada individuo responde a las exigencias de la práctica social o a las exigencias e interrogantes planteadas por una situación problémica dada; las respuestas expresadas en acciones efectivas de la toma de decisiones –seleccionados dentro de un conjunto de soluciones posibles- son evaluados y valoradas tanto por sus consecuencias prácticas, constructivas, por su grado de riesgo, plausibilidad ética o de cualquier otra índole que sean significativas para el colectivos o grupo de individuos copresentes.

  6. Castells David (2007). Otro concepto de desarrollo: El desarrollo consiste precisamente en mejorar constantemente el nivel de vida de los integrantes de una sociedad de forma que estos puedan no solo satisfacer sus necesidades básicas sino aquellas necesidades que les son importantes según sus prioridades. Contribuciones a la Economía, noviembre 2007.

  7. Álvarez de Zayas, Carlos M. (1999) “Didáctica. La escuela en la vida” Editorial Pueblo y Educación. C. de La Habana, 1999.

  8. Álvarez de Zayas, Carlos M. (1996). El diseño curricular en la Educación Superior Cubana. Revista electrónica Pedagogía Universitaria. DFP- MES. Cuba. Vol.1. Nº 2.

  9. Álvarez de Zayas, Carlos M. (2001). El diseño curricular. Educación Superior. La Habana

  10. Álvarez de Zayas Carlos M. (1996) Taller:”La teoría de los procesos conscientes. Fundamentos epistemológicos.” I.S.P.E.J.V. Impresión ligera. C. de La Habana, 1996.

  11. Santiesteban Llerena M. L, 2003: profesionalización como "un proceso pedagógico sistemático, consciente, que produce un cambio continuo ascendente y se manifiesta en el desempeño profesional y en los resultados de su escuela, se caracteriza por un alto grado de motivación y eficiencia en el empleo de los conocimientos, métodos, formas y tecnologías dentro de los múltiples campos de actuación...". p. 46)

  12. Santana Velazquez P (2011) “Es un proceso de aprendizaje desarrollador en condiciones socioculturales concretas, durante la práctica profesional del docente de la Educación Física en ejercicio en la cual se establece como tendencia, la formación de la identidad profesional del docente sobre la base de la correlación entre las cultura institucional de la labor formativa y la cultura profesional inicial del docente, teniendo como mediador, las expectativas profesionales del docente” que se expresa a través de los tipos de actitudes -crítica reflexiva e innovadora- con respecto al objeto de la profesión.

Bibliografía

  • ANUIES. (2001). La reforma universitaria en México, México: ANUIES

  • ALLES, M. (2006). Dirección estratégica de recursos humanos. Gestión por competencias, Buenos Aires, Argentina: Granica.

  • DEL VALLE, L. (2007). La formación docente desde la nueva cultura del aprendizaje, en e-Eccleston, Formación docente, Año 3, Número 7, Madrid, España: DGES.

  • GONZÁLEZ, V. (2000). La profesionalidad del docente universitario desde una perspectiva humanista de la educación. sitio web de la OEI.

  • HARGREAVES, A. (1996). Evolución de la profesión docente, en Revista de educación, Núm. 244, Santiago de Chile.

  • FERNÁNDEZ, J. (2007).Matriz de competencias del docente de educación básica, en Revista Iberoamericana de Educación, Núm. 62 (6), Bogotá, Colombia.

  • LAGUARDIA, J. (1973). Legislación universitaria en América Latina, México: UNAM.

  • LUENGO, E. (2003). Tendencias de la educación superior en México: una lectura desde la perspectiva de la complejidad, UNESCO, Bogotá, Colombia: UNESCO.

  • MARÍN, A. (1997). La globalización y su impacto en la reforma universitaria mexicana, Internet, Sitio Web de la UNAM, en la URL: http://www.tuobra.unam.mx/publicadas/040829134226.html, consultado en septiembre de 2011, México: UNAM.

  • MEDRANO, C. (2008). Panorama general de la cultura docente, Documentos CEDAL, México: ILCE.

  • MORENO, T. (2002). Cultura profesional del docente y evaluación del estudiantado, en Perfiles educativos, Vol, XXIV, Num. 95, México: UNAM.

  • PÉREZ, A. (1999). La cultura escolar en la sociedad neoliberal, Madrid, España: Morata.

  • PUIGGRÓS, A. (1992). Imaginación y crisis en la educación latinoamericana, México: Alianza Grijalbo

  • RATTO, J. (2008). La cultura profesional en la función docente. Academia Nacional de Educación, consultado en septiembre de 2011.

  • SPENCER, M. y SPENCER, S. Evaluación de competencia en el trabajo. Modelos para un desempeño superior, Bogotá, Colombia: Norma.

  • Torres González Claudia, Herrera Guzmán Beatriz y Lourdes Salas Luévano (2011). La cultura docente en la universidad autónoma de zacatecas. Cuadernos de Educación y Desarrollo Vol 3, Nº 28.

  • TUNNERMANN, C. Noventa años de la reforma de Córdoba 1918-2008, CLACSO, Buenos Aires, Argentina: CLACSO.

  • ZABALZA, M. (2001). Competencias docentes, Conferencia, Documentos CEDAL, México: ILCE.

  • ZABALZA, M. (2003). Competencias docentes del profesorado universitarias. Calidad y desarrollo profesional, España: Narcea.

Otros artículos sobre Formación docente

  www.efdeportes.com/
Búsqueda personalizada

EFDeportes.com, Revista Digital · Año 17 · N° 171 | Buenos Aires, Agosto de 2012  
© 1997-2012 Derechos reservados