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La dirección de equipo en el baloncesto moderno

 

*Profesor de Entrenamiento Deportivo y Baloncesto

Director Técnico del equipo de baloncesto Los Búfalos, campeón

de varias temporadas de la Liga Superior Cubana

**Coautor, Profesor de Sociología del deporte y Dirección de equipos

Asesor para el trabajo Sociopsicológico del equipo de Baloncesto Los Búfalos

***Profesor de Baloncesto en edades tempranas

Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte

“Manuel Fajardo Rivero", Facultad Ciego de Ávila

MSc. Omar García Alvarez*

MSc. José Rey Martínez**

Lic. Omar García Martel***

omargarcia@cfisica.unica.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          La dirección de un equipo de Baloncesto no es como algunos piensan que solamente el técnico está para conducir a sus atletas en la realización de la competición, sin tener más responsabilidad que esta, pero en la realidad son muchas las responsabilidades que este tiene en la conformación de su equipo y hacer que funcione a cabalidad su colectivo técnico. El entrenador es sin duda alguna el máximo responsable del equipo deportivo, durante el proceso de entrenamiento y competición, por lo que debe poseer una determinada formación que le permita desempeñar sus funciones de manera óptima. Dirigir equipos de elite es una difícil tarea que no puede realizarse sin un estudio profundo de lo que son estos colectivos que se integran por jóvenes deseosos de conquistar la gloria, a la que deben ser conducidos por senderos donde abunde la ética, el respeto a la condición humana y el amor al deporte, teniendo en cuenta sus futuros como individuos de bien en cualquier sociedad.

          Palabras clave: Dirección de equipos. Baloncesto.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 17 - Nº 169 - Junio de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Este trabajo tiene la intención de reflexionar con los entrenadores sobre la responsabilidad que tenemos en la compleja tarea de dirigir un equipo deportivo, en muchas ocasiones escuchamos decir a especialistas él es un buen entrenador, pero entonces cuál sería la diferencia entre un buen y un mal director de equipo, que características, rasgos o virtudes debe poseer un buen director de equipo para ser exitoso.

    Primeramente debe quedar claro que lejos de declarar alguna diferencia sustancial entre la concepción de entrenador, profesor deportivo o director técnico (esta última definición más usada dentro de la nomenclatura inglesa del deporte) el presente trabajo se refiere a la persona encargada de dirigir el proceso independientemente de cómo sea su definición. Entonces se puede considerar que es un educador que a través del entrenamiento organiza todas las sesiones de acuerdo con el tiempo disponible para cumplir los objetivos del proceso, ya sean del equipo deportivo o individual.

    El entrenamiento deportivo, visto como un proceso eminentemente pedagógico complejo de la preparación integral de atletas para todos los niveles de rendimiento, se ocupa del proceso de la instrucción y educación del deportista de modo que se manifiestan en cada momento de su preparación los resultados más destacados en el deporte. Actualmente todos los saberes humanos transitan por un momento donde predomina la ciencia y la tecnología; y el deporte moderno está muy vinculado a cambios y transformaciones que de cualquier modo están muy relacionados con estas esferas del saber, por tal motivo los entrenadores están obligados a superarse cada día más para poder prepararse y enfrentar con cabalidad su responsabilidad como directivo de un colectivo, el cual exigirá de él, no solo conocimientos y sacrificios, sino también buenos resultados.

    Sin dudas este proceso tan complejo debe ser cuidadosamente planificado y ejecutado, siendo solo posible si existe una persona que tenga conocimientos sobre el mismo, que sepa hacer bien las cosas con disposición y responsabilidad y que tenga la competencia requerida. Esa persona es no menos que el entrenador deportivo, el que asume la tarea de detectar y corregir de manera individual y grupal, los problemas no solo técnicos y físicos, sino también los personales, pues el deportista ante todo debe ser considerado por su condición de ser humano.

    Por lo tanto, para que sea pedagógico el proceso de entrenamiento, el entrenador tiene que lograr que todo lo ejecutado esté al servicio del deportista y no al revés (deportista al servicio del deporte). Él aprecia que no es el movimiento (en cuanto a la técnica deportiva), ni el resultado, lo que ocupa el lugar central, sino el ser que ejerce, que realiza la actividad planeada. Así que este proceso debe permitir el mayor desarrollo de las aptitudes motrices y psicomotrices de conjunto con los aspectos cognitivos, afectivos y sociales de su personalidad y carácter.

    En todo el proceso del entrenamiento básico o previo, el matiz principal lo establece la formación multilateral del atleta y el logro de un gran fondo de hábitos motores, en particular los relacionados directamente con la técnica deportiva. Esta formación presenta una tendencia general y otra especial, las que se corresponden con la edad y con la sub-etapa de que se trate.

    La dirección de equipo comienza con un trabajo de mesa del entrenador principal con su colectivo técnico para trazar los planes a seguir en la preparación del equipo, es el momento exacto donde este distribuye las actividades y responsabilidades de cada uno de sus integrantes, y no es nada fácil si tenemos presente la responsabilidad que se tiene en la preparación integral de forma individual de cada uno de los atletas y que a su vez estos respondan a los intereses de todo el colectivo.

    Lo más complejo de este trabajo esta en la unificación de criterio recordemos que estamos lidiando con personas que tienen criterios propios, por lo que se debe llegar a un consenso que de hecho es una de las tareas más importantes del colectivo, no imponiendo ningún criterio en particular y si de forma democrática demostrar cuál es el camino a seguir para resolver dicha problemática, y a su vez ser muy profesional para que los atletas a los cuales preparamos acrediten en el colectivo técnico que lo dirige.

    Además no es solo esta problemática a la que enfrentamos sino como vamos a coordinar con los atletas para orientarlos en el cumplimiento de los objetivos planificado en un macro, meso, o microciclo, no imponerle y si convencerle, les digo por experiencia propia la participación de los atletas es fundamental ellos serán lo que ejecutaran todo el trabajo y porque no darle participación en la elaboración de todo el trabajo que realizaran, cuanto pueden ayudar en este sentido recordemos que estos son los protagonista principales en la ejecución de lo planificado, por lo tanto tienen derecho a opinar, aunque no podemos obviar que en toda la organización, ejecución y el éxito de dicha preparación dependerá mucho la guía de la dirección del colectivo técnico y en particular la del entrenador principal.

    Durante la etapa competitiva debemos estar preparados para las críticas no solo de la prensa especializada, sino de todo el entorno que rodea esta profesión, aficionados, amigos, familiares, inclusive de los atletas y colectivo técnico. Es bien sabido que las victorias tienen muchos padres pero las derrotas son nuestras no te amilanes el secreto esta en la recuperación y saber que lo que hicimos fue con mucho amor.

    Al proceso del entrenamiento deportivo le es necesario tener un individuo que entienda la complejidad del mismo y que pueda responderle con eficacia y disposición; ese individuo debe ser el entrenador deportivo.

Desarrollo

    La unión entre los hombres para acometer tareas superiores a las individuales fue un paso muy importante para el desarrollo de este, y aún cuando favoreció el crecimiento primario del ser social aparecieron otros fenómenos ligados a esta condición, el de planificar, organizar y dirigir al colectivo, una condición con regularidades y diferencias que marcaron las etapas de su posterior evolución.

    Desde un punto de vista formal dirigir es el proceso de trabajar con y a través de otras personas con el fin de conseguir objetivos para la organización de un modo eficaz. Esta vocación desde el mismo momento que se acepta no se debe olvidar que adquiere al unísono la responsabilidad de que sus decisiones, influirán sobre otras personas, por lo que tiene que ser un individuo que se conozca a sí mismo, conozca sus posibilidades y las de los miembros del equipo. Este conocimiento le permite identificar y desarrollar las capacidades de cada uno y los objetivos que puede alcanzar, tanto a nivel individual como grupal. La dirección desde esta perspectiva, y de acuerdo a Paulas y González, (2003) se puede definir como la acción consciente ejercida sobre colectivos de hombres, con el fin de organizar y coordinar sus actividades dentro del proceso de producción y los servicios. La actividad de dirección es el resultado del desarrollo y profundización de la División del Trabajo, la cooperación, la especialización y de su carácter social que está dirigido por un sujeto de dirección, en un medio determinado.

    El tema de la dirección de equipos deportivos ha sido recurrente en la bibliografía consultada, autores como Zerilli (1989) y Heinz Weihrich (2004) coinciden en regularidades tales como que es un proceso de influencia sobre y para que los seres humanos contribuyan a los propósitos organizacionales. Donde están implícitos rasgos del liderazgo, la motivación y la comunicación, esta reflexión tiene gran importancia y si olvida su papel como la persona que debe pensar para el resto, entonces sería un aficionado más dentro del colectivo.

    Consecuentemente a lo planteado, y aludiendo el ámbito del deporte, y de acuerdo con los adelantos en la contemporaneidad en ramas como la biotecnología, la informática y otros campos de las ciencias han hecho posible que el rendimiento de los deportistas alcance niveles insospechados desde hace algunas décadas. Ante tal desarrollo, se requiere que los directores y dirigentes deportivos presten mayor atención a los factores psicológicos y sociológicos que puedan dar ventajas competitivas a sus equipos.

    El considerar los esfuerzos esenciales de aquellos que integran el sistema cooperativo. Se hace notar debido a que es la parte esencial y central de la misma. En fin la dirección es guiar a un grupo de individuos para lograr los objetivos de la empresa administración, a la cual se debe ordenar los demás elementos. Lo que implica que la dirección de equipos deportivos requiera de un conocimiento profundo de las características de los colectivos y atletas para poder organizar y dirigir sus acciones en la preparación y en la competencia.

    Entonces estaríamos de acuerdo en que el entrenador es el máximo responsable de todo lo que sucede dentro del equipo deportivo, ya sea durante el proceso de entrenamiento y/o la competición, por lo que debe poseer una determinada formación que le permita desempeñar sus funciones de manera óptima. (Figura 1)

Figura 1

¿Pero cómo enfrentar este trabajo adecuadamente?

    El conocimiento profundo de las particularidades del equipo deportivo y su adecuada orientación evitan que ocurran en él transformaciones de manera casual y espontánea. Por esta razón para el director técnico es muy importante conocer y valorar las regularidades del funcionamiento del grupo como paso primario en sus funciones; y sus potencialidades en la preparación para la dirección del trabajo grupal y la proyección de estrategias que contribuyan al desarrollo del mismo como sujeto de la actividad.

    El rendimiento general del equipo deportivo es una consecuencia no sólo de las cualidades físicas, básicas y técnicas del desarrollo táctico; sino también del desarrollo homogéneo de las propiedades sociopsicológicas de cada uno de sus integrantes, no olvide nunca que por muy bien preparado que esté un equipo física, técnica y tácticamente, la preparación psicológica influye y de hecho determina en las anteriores. Para ello el trabajo desde el diagnóstico individual y colectivo serán esenciales en el camino a seguir

    Definir las tareas dentro del colectivo de dirección es un paso muy importante en la concepción inicial del equipo pues el director técnico debe tener la posibilidad de delegar en sus colegas algunos de los aspectos que de cualquier modo influyen en los resultados del equipo.

    No por gusto se puede definir la dirección técnica como la actividad global del entrenador: formar, dirigir, aconsejar, corregir, ayudar a los jugadores a progresar, elegir la táctica adecuada. Una buena dirección técnica se apoya en profundos conocimientos de sicología y pedagogía; su finalidad es optimizar el rendimiento del equipo y desarrollar las potencialidades de cada jugador y por ende las del colectivo. Desde la experiencia personal de García Álvarez (2006) el cuerpo de dirección de un equipo de Baloncesto estará constituido por:

    El entrenador principal es el que dirige y por ende el máximo responsable del equipo, en sus funciones está: controlar el trabajo del colectivo, la toma de decisiones rápidas y acertadas en cada momento que lo requiera. Orientar la estrategia a seguir, tanto en la táctica ofensiva como en la defensiva a desarrollar en el juego. Será exigente y no extremista de acuerdo a los objetivos y tareas planteadas durante el entrenamiento diario y en el juego y sobre todo con muy buenas condiciones para el dialogo dentro del colectivo. Tiene dos asistentes.

    Para ejercer el cargo de director técnico del equipo, no es suficiente disponer de la experiencia y conocimientos adquiridos como jugador. Es necesaria una adecuada preparación teórica que asegure dar respuestas insospechadas, que de seguro le aguardaran a lo largo de uno o varios campeonatos, donde los resultados de seguro condicionaran su posición o no dentro del colectivo bajo su mando, en un mundo donde la competencia es cada día más exigente.

    El director técnico debe conocer el objetivo común o razón de ser y sus implicaciones dentro del colectivo que dirige, por ello se hacen necesario algunas de las consideraciones que siguen, que de cualquier modo darán respuesta a más de una interrogante:

    Cuando se habla del entrenador se habla de un pedagogo. Un maestro para los otros, en ello y para ellos obtiene la gloria. Para el entrenador lo primero son sus jugadores, ellos son su proyecto, y les debe orientar para su futuro; comparte su corazón, la empatía, la sonrisa, la vida, llevando consigo siempre el cariño.

    Al escribir sobre el entrenador nos vienen a la mente los errores que cometemos en ocasiones al juzgar la conducta de una persona que está al frente de un equipo, formado también por personas; muchas veces nos gusta o no la forma o el estilo de un entrenador, lo juzgamos, criticamos y reconocemos desde afuera, sin conocer plenamente su profesión, incluso desconocemos lo que verdaderamente sucede en el interior de ese grupo. Esa pequeña sociedad que gobierna con ideas y convicciones. Esto es lógico y normal, el entrenador está expuesto al juicio y a la mirada de todo el que le rodea, desde el más humilde seguidor hasta el más alto directivo, y en última instancia son ellos los que influyen de forma directa o indirecta en su continuidad.

    El ser humano ha hecho del deporte una religión, por la cual predica y se alimenta de ella; lo hace un arte porque lo crea e inspira con sentimientos que nacen del alma; lo hace una ciencia porque lo inventa y lo comprueba; lo hace su propia vida. El deporte en sentido general da la posibilidad de acceder a él de muchas maneras y obtienen a su vez algunos de sus más grandes sueños y anhelos.

    Por medio y a través del deporte se forman mejores seres humanos, con una mejor disposición para vivir, con una alegría para compartir, con una rebeldía para salirse un momento de la sociedad tan cotidiana. Esta rebeldía le hace buscar algo deseado o quizá imaginado, se hace del deporte otro mundo en donde se compensan los sueños, en donde existen muchos rebeldes que lo inventan, lo imaginan y luchan por él siempre.

    El ser humano siempre ha sido social y sociable, ha necesitado del grupo para existir y sobrevivir, formó grupos para crecer, para sembrar, cosechar, formar una familia, una sociedad, para hacer la guerra con otros, para concertar la paz y sobre todo hace grupo para vivir.

    Ahora bien es el espíritu del juego de Baloncesto con una razón grupal, de pertenencia, de lucha, de rebeldías, de concertaciones, de sueños, de equipo; este deporte es de los hombres y el hombre lo crea, lo construye y lo vive. Es la fuente de muchos sentimientos encontrados, para muchos es su vida, para otros simplemente es un juego o un deporte. Sin embargo usted escogió ser director de ese equipo de personas que de cualquier modo depositaron en usted esa confianza esos anhelos y esas esperanzas por la victoria, de usted depende entonces y en gran medida esos resultados.

Bibliografía

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