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Educación Física y salud: analogías, funciones sociales y problemáticas

 

Profesor de Educación Física

(Argentina)

Luis Mercado

luismercado_pef@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          En su momento fundacional, allá por la Modernidad, la Educación Física se fue constituyendo como una práctica social y pedagógica a partir de los aportes de las ciencias médicas y naturales, que si bien su legitimación estuvo cuestionada, tampoco se la excluyó. Poco a poco se fue constituyendo en la sociedad moderna la adopción de un “estilo de vida saludable”, es decir, actividad física = salud = cuerpo perfecto = vida perfecta, lo cual contribuyó a una instrumentalización particular de la disciplina, y que se fue plasmando, a grandes rasgos, inicialmente en la gimnasia y posteriormente en el deporte. En consecuencia, y ya que hacemos referencia a esta analogía, propongo reflexionar y propiciar la reflexión sobre aspectos como falsas creencias, representaciones sociales y necesidades inherentes al profesor de Educación Física, la compartimentalización del individuo y la influencia de los medios de comunicación (con fines políticos) sobre la creación de imaginarios sociales, entre otros elementos. Si bien en la actualidad no podemos cuestionar la relación que existe entre Educación Física y Salud, sí podemos recapacitar sobre los recursos que proporcionamos a nuestros alumnos (especialmente conceptuales y procedimentales), los cuales son necesarios para la formación de sujetos autónomos, críticos y reflexivos por los que abogamos.

          Palabras clave: Educación Física. Salud. Paradigmas. Problemáticas. Reflexiones.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 17 - Nº 168 - Mayo de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    La siguiente presentación esta destinada a todos los profesionales que trabajan en el mundo de la actividad física, ya sea en un gimnasio, un club, una escuela, un centro de salud o jubilados. A través de la misma, se intenta reflexionar sobre la situación actual de la actividad física y la salud y la función del profesor de educación física en ella, desde un análisis macro desde la modernidad hasta la actualidad, llegando por ultimo a los mitos y realidades que circulan alrededor de estos aspectos y algunos temas que son motivo de análisis en nuestras prácticas profesionales.

Modernidad, Educación Física y estilo de vida saludable

    La relación entre Educación Física y salud no es una relación que se ha producido naturalmente, sino que diversos acontecimientos han influido en esta relación instrumental que desde la Modernidad (siglo XVII) se ha identificado como una de las principales funciones atribuidas a la Educación Física la del cuidado y preservación de la salud o la de la promoción de un “estilo de vida saludable”.

    Con la aparición de la Modernidad, la teología es desplazada por la ciencia, es decir, el conocimiento de Dios (hasta entonces entendido como el conocimiento más elevado) fue sustituido por el uso de la razón, combinado la racionalidad científica con el progreso permanente en las técnicas instrumentales. Paulatinamente, las Ciencias Médicas, fundamentalmente la anatomía y la fisiología, colonizan los saberes sobre la salud y el cuerpo (obviamente aspectos tangibles de este, lo observable, lo objetivo, lo que puede demostrarse). En consecuencia, esto da como origen en la disciplina un paradigma que algunos autores llaman “higienicista”.

    Si hacemos una bajada al campo la Educación Física, podemos expresar que desde sus inicios los dos objetivos primordiales de la educación en general y la Educación Física en particular se fundamentaban en la formación física y moral de los ciudadanos y, a partir de ello, ciudadanos “saludables”. Por lo tanto, se apunta al nacionalismo y la medicalización de las prácticas. En este entramado, se inserta la medicina, como la disciplina en la que se fundamenta inicialmente la Educación Física, y donde la ocupación del cuerpo a través de actividades físicas es concebida como una estrategia preventiva contra la enfermedad, la ociosidad y la improductividad. No obstante, vale remarcar un aspecto subyacente enunciado por Rozengardt (2001):

    “La medicina se ha constituido históricamente como un aparato de normalización del comportamiento más allá de la racionalidad explicativa o técnicas de los saberes del cuerpo, por su extraordinario alcance e influencia, se ha ido configurando como uno de los más importantes instrumentos de administración y control políticos (…) con capacidad cada vez mayor de regulación de la conducta individual…” 1

    Por su parte, estos objetivos necesitan operativizarse en formas social y culturalmente legitimadas, por lo que en primer, lugar se proyectan en la gimnasia, relacionada con formas militaristas de enseñanza, y posteriormente en el deporte, que desde principios del siglo XX se insertan en la disciplina como una forma (y quizás la más influyente en nuestros días) de entender la actividad física. En consecuencia, no es casualidad que hoy se diga al docente en Educación Física “Profe de Gimnasia”, el “entrenador”, el “preparador físico”, el “especialista en actividad física”. Por lo tanto, la ocupación pedagógica es apuntar a un modelo nacionalista, organizado socialmente, homogéneo, normalizado y saludable.

Posmodernidad, Educación Física y modas

    A fines del siglo XX aparece un período denominado posmodernidad en la cual, desde los aportes de autores como Hargreaves, Mardones y Gervilla, se pueden mencionar la combinación de los siguientes elementos:

  • Individualismo.

  • Relativismo.

  • Incertidumbre.

  • Discontinuidad.

  • Expansión de la información y las fuentes de conocimiento.

  • Colonización de los medios de comunicación en la vida de las personas.

  • Agudización de las desigualdades sociales y económicas.

    A partir de éstos elementos que caracterizan las nuevas formas que actualmente nos tocan vivir, podemos observar que la sociedad se hace cada vez más compleja, donde cada vez hay más discriminación, mayores índices de pobreza, más personas sedentarias, enfermedades denominadas “de la civilización”, como el sobrepeso, la diabetes, irregularidades posturales, hipertensión, hipercolesterolemia, entre otras. Ante esto, los educadores debemos atender a las necesidades de una sociedad cada vez más multicultural, diversa y heterogénea. Teniendo en cuenta a Santos Guerra (1995), los docentes debemos enfrentarnos en la cotidianeidad de nuestras prácticas a una serie de contradicciones, ya que los aspectos que nos proveen los diseños curriculares a veces no responden a las necesidades del contexto y los grupos con los que trabajamos, por lo que nos pone en una situación de crisis, ya que existen ciertas contradicciones en la que surgen ciertos debates y resonancias, entre ellas:

  • Promover la libertad dentro del reclutamiento.

  • Fomentar la democracia dentro de la jerarquía.

  • Propiciar un pensamiento crítico dentro del autoritarismo.

  • Atender a la diversidad dentro de una cultura común.

  • Respetar la igualdad de sexos dentro de una sociedad sexista.

  • Promover la igualdad dentro del elitismo.

  • Apuntar a la participación dentro de la imposición.

    No podemos negar que uno de los objetivos de la Educación Física es fomentar el cuidado de la salud de las personas con las que trabajamos pero, ¿cómo formar personas activas físicamente en una sociedad cada vez más sedentaria? ¿Cómo alejar los niños de la Tv, Internet y la computadora en una sociedad cada vez más consumista y facilista? ¿Cómo promover el cuidado de la salud de las personas dentro de una sociedad con cada vez más problemas de salud y enfermedades? Como podemos ver, las contradicciones son cada vez más, y los profesionales de la actividad física tenemos una tarea cada vez más ardua en una sociedad con un creciente número de necesidades y demandas. Según García (1996):

    “…la sociedad evidencia necesidades inherentes a la conducción eficiente de las diversas practicas corporales, atribuyéndole al Profesor de EF la competencia del caso (…) Pero, además, como exageración de dichas necesidades aparecen las demandas sociales, que exigen que el profesor sea capaz de atender a cuanta moda aparezca en el marco de esta cultura corporal signada por el consumismo2

Una experiencia, varios tópicos de análisis

    No es la intención hacer un monólogo sobre qué debemos brindar o qué deben aprender en relación con la actividad física, la salud y el bienestar, sino reflexionar sobre los aspectos procedimentales que utilizamos y de los que dotamos a los alumnos. En la actualidad se habla de fomentar la práctica sistemática de actividad física y deportes, de brindar los recursos necesarios para el conocimiento del propio cuerpo a través de ésta y contribuir al cuidado y preservación de la salud. Ahora bien, planteémonos las siguientes cuestiones:

  • ¿En algún momento nos pusimos a reflexionar qué enseñamos, dónde lo enseñamos y cómo lo enseñamos?

  • ¿Recapacitamos sobre si nuestros alumnos son concientes de estos aspectos?

  • ¿Qué saben ellos en relación con la actividad física y su influencia en la salud y el bienestar?

  • ¿Por qué, si los alumnos tienen un mínimo de 12 años es escolaridad obligatoria, cuando son adultos no son capaces de armar su propio plan de actividad física y terminan pagándole a un profesor para que les “enseñe” a realizar actividad física?

  • ¿Formamos personas autónomas? ¿Hasta qué punto?

    Tomando estos interrogantes como base y parado desde una de las orientaciones didácticas del diseño curricular para Secundaria Superior de la Provincia de Buenos Aires, denominada “Lectura y Comunicación oral y escrita”, se me ocurrió, como una forma de evaluación y como estrategia didáctica, analizar situaciones prácticas de la vida cotidiana en relación con la actividad física en la clase de Educación Física en una escuela secundaria. El título del trabajo fue “Falsas creencias y realidades sobre la actividad física”, el cual era un trabajo que constaba de afirmaciones que generalmente se expresan y se reproducen socialmente sin una reflexión previa de dichos aspectos, relacionadas al mundo de la actividad física, la salud, la alimentación, los hábitos de práctica física, las enfermedades y el deporte, con el objetivo de evaluar los contenidos conceptuales y procedimentales de los alumnos y, a su vez, promover la reflexión crítica de las afirmaciones que muchas veces decimos cotidianamente. Sorprendentemente, muchos de ellos quisieron responder a simple vista y espontáneamente, convencidos de sus afirmaciones. Yo sólo dejé que investiguen, y una vez llegada la fecha pactada en la reflexión grupal muchos de ellos expresaron lo erróneo de algunas afirmaciones que muchas veces se enuncian y se aceptan acríticamente. La estrategia utilizada de trabajo fue a partir de tres momentos: un primer momento de entrega de las consignas, donde los alumnos responden desde sus conocimientos previos su concepción sobre algunos de los mitos y preguntan algunas inquietudes; un segundo momento, que es de investigación en revistas, internet, libros, consultas, etc.; y finalmente, un tercer momento, en el cual los alumnos entregan su trabajo y se realiza una exposición y reflexión grupal sobre cada una de las afirmaciones. A continuación se expresa en forma de cuadro algunas de las respuestas de los alumnos post indagación:

Afirmación

Respuesta post investigación

“Si practicas deporte desde chico vas a ser mas alto que si no hubieses practicado”

Falsa creencia. Según investigaciones, la actividad física y el deporte actúan principalmente sobre la densidad y el ancho del hueso y no sobre el largo.

“Se puede disminuir de peso por medio de la transpiración”

 Falsa creencia. Si bien durante el ejercicio se pierden algunos gramos, estos se pierden por el agua del cuerpo que se despide a través de la transpiración, que ayuda a perder calor. Esa agua se recupera posteriormente. Las perdidas de peso se logran con un entrenamiento a largo plazo y respetando los ritmos individuales.

“Realizar pesas favorece la transformación de grasa en musculo”

Falsa creencia. Grasa y músculo son dos cosas diferentes. Se pierde grasa porque se empieza a utilizar como fuente de energía, y por otro lado, el músculo aumenta debido al agrandamiento de las fibras musculares y la optimización en su trabajo.

“Para tener panza chata hay que hacer abdominales”

 Falsa creencia. Para bajar de peso hay que realizar trabajos aeróbicos de mediana y larga duración, que es el momento donde se empiezan a usar las grasas como combustible y por lo tanto se pierde. Los abdominales permiten tonificar esa zona, no eliminar la grasa depositada allí.

“El dolor después de hacer ejercicio es sinónimo de que ha sido efectivo”

Falsa creencia. El dolor post actividad física es producto de una rotura muscular, principalmente de los músculos que han trabajado en la contracción excéntrica (es decir, en el alargamiento). Un buen trabajo realizado no debería acarrear dolor.

“Cuando me despierto a la mañana estoy mas alto”

Realidad. Nuestros discos intervertebrales están compuestos por agua, que cumple una función de transporte y protección, y la cual durante nuestra actividad diaria se desplaza de los discos debido a la compresión. Durante la noche, cuando descansamos esa agua vuelve al espacio interdiscal, separándolos, lo cual a la mañana siguiente nos levantamos apenas más altos.

    Por ende, surge en la actualidad la necesidad de recapacitar sobre algunos temas y de los que nos compete trabajar como promotores de la actividad física y la salud.

    En primer lugar, reflexionar y hacer reflexionar la representación en el imaginario social de que un cuerpo saludable, bello y fuerte es sinónimo de una vida perfecta. No puede negarse que desde siempre uno de los objetivos la Educación Física ha sido fomentar el cuidado de la salud. No obstante, pararnos desde una visión crítica nos permitirá afirmar que detrás del “estilo de vida saludable” existen intereses políticos, económicos e ideológicos que subyacen. Como expresa Miguel Pedraz (1999):

    “…la conversión de la salud médica en uno de los bienes más preciados y la configuración de un estilo de vida saludable en torno a la búsqueda del cuerpo que la define es lo que le otorga legitimidad social y carácter propositivo a lo que en realidad es una imposición de ciertas prácticas de relación con el cuerpo: mecanismos coercitivos y arbitrarios para la articulación política de los cuerpos históricamente construidos3

    Ante esto, se hace necesario favorecer el conocimiento de los mitos y realidades que circulan en los medios de comunicación, con mensajes en muchos casos erróneos y que solo buscan satisfacer los intereses de una minoría.

    En segundo lugar, la responsabilidad que nos incumbe como profesionales en una institución educacional, deportiva, social, recreativa y de salud. Como promotores de la actividad física, en nuestros lugares de trabajo nos toca ocuparnos de gente de diferentes edades, con diferentes intereses y con diferentes objetivos. En el caso de las personas de la tercera edad, las influencias de la actividad física en el retardo del proceso involutivo que conlleva el envejecimiento son evidentes. Por su parte, debemos reconocer un nexo entre los médicos y los profesionales de la actividad física. Siguiendo a Alonso López (2000), en lo que respecta al objetivo de la rehabilitación, mientras que el profesional médico o de salud diagnostica y determina si el paciente puede recibir este tipo de tratamiento, el profesional de la educación física planifica y dosifica el ejercicio que va a ejecutar a partir de las indicaciones médicas. No debemos descuidar que somos los profesores uno de los profesionales con mayor responsabilidad en la calidad de vida de las personas.

    Por otro lado, reflexionar sobre los recursos, conceptos y procedimientos con que dotamos a las personas con las que trabajamos en el mundo de la actividad física. La propuesta es dejar de ser mediante opiniones impersonales de las cuales habla Heidegger, que son por ejemplo, “Dicen que si dejas el gimnasio el músculo se transforma en grasa”, “Lo que más le cuesta a uno es mantener el peso, no bajarlo”, “Dicen que la natación es el ejercicio más completo”, entre otros. Y así vivimos, de opiniones impersonales, de falsas creencias y/o verdades, pero sin una reflexión previa. Ahora bien, como dijimos, los componentes ideológicos, económicos y políticos influyen en la determinación de ciertas representaciones en el imaginario social sobre estos aspectos, pero nosotros como docentes, ¿nos pusimos a reflexionar sobre qué enseñamos a nuestros alumnos o clientes en nuestros lugares de trabajo? ¿Somos reconstructores de significados y representaciones o reproducimos acrítica y erróneamente mitos sobre la actividad física? ¿Cómo lo enseñamos?

    Por ultimo, de ello se desprende el interrogante sobre cómo trabajar para fomentar todos éstos aspectos anteriormente mencionados. Se hace necesario no solo brindar a las personas con quienes trabajamos los aspectos conceptuales, sino que debemos reforzar más los procedimientos con los cuales los dotamos, es decir, enseñar el “qué”, el “cómo”, el “cuando”, el “donde” y el “por qué” de los hechos relacionados con el mundo de la actividad física, el deporte y la salud. En la actualidad, los profesores de Educación Física hemos desarrollado considerablemente nuestro ámbito de intervención, donde nuestra labor se desarrolla desde una escuela hasta un centro de jubilados, desde mujeres hasta varones, desde niños hasta personas de tercera edad, desde deportistas hasta personas con necesidades educativas especiales. Y para romper con estas falsas creencias se hace necesario reforzar los contenidos procedimentales, ya sea en un gimnasio, una escuelita deportiva, un centro de jubilados, en una escuela o en un club.

Referencias bibliográficas

  1. Rozengardt, R. (2001) “La educación Física: ciencia, ética, política y pedagogía. Un aporte histórico a la identidad del campo”. Perspectivas metodológicas. Año 1. Nº 1.

  2. García, A. (1996), Teoría de la Educación Física. Fascículo Nº 2: Crisis de la Educación Física. Ed. Vélez Sarsfield. Córdoba.

  3. Pedraz, M. (1999) “Poder y cuerpo. El (incontestable) mito de la relación entre ejercicio físico y salud”.

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