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La iniciación deportiva en el ámbito escolar

 

Profesor de Educación Física en el IES Valle Inclán

Torrejón de Ardoz, Madrid

(España)

Gonzalo Martínez Álvarez

gonzalo.martinezalvarez@educa.madrid.org

 

 

 

 

Resumen

          En este artículo desarrollo lo que considero imprescindible a la hora de planificar cualquier unidad didáctica relacionada con la materia de Educación física, extrapolable al mundo federativo, extraescolar y lúdico-recreativo. Como formadores debemos seleccionar unas estrategias, estilos y técnicas de enseñanza que nos guiarán hacia una batería de estímulos que agilicen los procesos de enseñanza-aprendizaje basados en modelos técnicos, tácticos y mixtos. Siendo de capital importancia reflexionar sobre los sujetos a los que nos vamos a dirigir, sus edades, experiencias previas, etapas adquiridas que nos marcarán las pautas didácticas a seguir.

          Palabras clave: Iniciación deportiva. Etapa sensible. Maduración biológica. Habilidades básicas. Especialización temprana. Lógica interna-externa.

 

Abstract

          In this article I have developed what I consider absolutely necessary to plan any unit ok work related to the subject of Physical Education, which at the same time, can be used for federations, as well as extra-curricular and entertaining activities. As teachers we must choose the reaching strategies, methods and techniques which would guide us towards encouragement in order to enhance the teaching-learning process based on technical, tactical and mixed patterns. It´s essential to focus on the students to whon we are going to teach: Their age, previous experience and background, which will point to the didactic guideline to follow.

          Keywords: Sport initiation. Sensitive stage. Biologic maturity. Basic abilities. Early specialization. Internal-external logic.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 167, Abril de 2012. http://www.efdeportes.com/

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    El término Iniciación Deportiva, aparentemente simple, resulta más complejo cuando lo analizamos con profundidad, sobre todo si lo hacemos desde varias perspectivas; pedagógicas, psicológicas, sociológicas, etc. Es un concepto ampliamente definido en la bibliografía especializada con un común denominador, proceso cronológico en el cual un sujeto toma contacto con nuevas experiencias regladas sobre una actividad físico deportiva. Tradicionalmente, se conoce con el nombre de iniciación deportiva al periodo en el que el niño empieza aprender de forma específica la práctica de uno o varios deportes. (Blázquez, 1998, p.19). Según el Diccionario de las Ciencias del Deporte (1992) la iniciación deportiva es un proceso ceremonial que indica que las personas adquieren una nueva posición o una nueva pertenencia a un grupo. Para Sánchez Bañuelos (1986) y Contreras, De la Torre y Velásquez (2001, p.60) un individuo está iniciado cuando es capaz de tener una operatividad básica, sobre el conjunto global de la actividad deportiva, en la situación de juego o competición. Los estudios llevados a cabo por Hernández, J.; Castro, U.; Gil, G.; Cruz, H.; Guerra, G.; Quiroga, M.; Rodríguez, J (2001, p.1) ponen de manifiesto que la iniciación deportiva es el proceso de enseñanza-aprendizaje, seguida por un individuo, para la adquisición del conocimiento y la capacidad de ejecución práctica de un deporte, desde que toma contacto con el mismo hasta que es capaz de jugarlo o practicarlo con adecuación a su estructura funcional. Un individuo está iniciado en un deporte cuando, tras un proceso de aprendizaje, adquiere los patrones básicos requeridos por la motricidad específica y especializada de un deporte, de manera tal que, además de conocer sus reglas y comportamientos estratégicos fundamentales, sabe ejecutar sus técnicas, moverse en el espacio deportivo con sentido del tiempo de las acciones y situaciones y sabiendo leer e interpretar las comunicaciones motrices emitidas por el resto de los participantes en el desarrollo de las acciones.

    Si leemos con atención cada una de las definiciones anteriores, vislumbraremos que según el Diccionario de las Ciencias del Deporte vincula iniciación deportiva a un proceso de socialización que le va a permitir interactuar con diferentes agentes sociales. Para Bañuelos y Blázquez la iniciación deportiva la vinculan a la necesidad de una situación de competición (operatividad básica-forma específica) que le permite enfrentarse a otro con alto grado de eficacia. Y finalmente Hernández Moreno pone énfasis en la acción didáctica, guiándose por un enfoque constructivista que le permitirá al sujeto ir adquiriendo progresivamente el dominio de todos los componentes de la especialidad deportiva elegida.

    En cuanto a la Edad de Iniciación existen opiniones discrepantes en lo concerniente al momento de iniciación según sean los deportes practicados. Para la gran parte de los profesionales Blázquez (1998), Camí (2000) citando la opinión de Martin (1982) y Read (1988), Durand (1988) citado por Castejón (1995) la edad media es del orden de los 10-11 años (etapa sensible en la que se produce el conocimiento de las posibilidades corporales y de movimiento que facilitarán el aprendizaje deportivo, lo cual nos indica que hasta esa edad es ineficaz intentar que un niño aprenda gestos técnicos deportivos específicos complejos). Pero previamente en investigaciones realizadas por Romero y Vegas (2002, p. 2) suscriben que habría que especificar si estamos hablando de deportes individuales o colectivos y de qué contextos educativos; municipales o federativos. Ya que en estos primeros (deportes individuales) podemos entender la especialización más o menos temprana, donde por encima de otros aspectos, prima el desarrollo de capacidades técnicas. En cambio en los segundos, quiero dejar bien claro que pocos están preparados para afrontar las características propias de un deporte colectivo, de dejar de ser un yo por encima de todo, para convertirse en uno más dentro de un grupo, incluso, si nos lo permiten, a perderse dentro de un terreno, unas reglas y unos condicionantes que les vienen tan grandes como la camiseta de un jugador de 20 años. Ante estas afirmaciones diferentes autores comentan que se puede organizar una práctica bastante intensa ya a los cinco años como así Dienm (1979) y Durand (1988) defienden la idea que esta iniciación puede producirse mucho antes. Naturalmente, no con la práctica directa de esos deportes, sino a través de la estimulación de actividades facilitadotas para la posterior práctica deportiva, “por consiguiente, nunca es demasiado temprano para iniciar al niño en los deportes”, “en realidad, la capacidad para el juego y la competencia en grupo no comienza a los 10 años sino a los 5 ó 6 año”. A esa edad los niños ya comprenden que el deporte y los juegos de movimiento requieren la colaboración de otros y son, aunque de una forma elemental, procesos grupales” y concluye “es importante para la futura capacidad deportiva del niño descubrir todo el potencial de movimiento que hay en el ser humano, mediante tareas acordes con su grado de evolución individual. En esta misma línea se pronuncian Burns y Gaines (1986) “a lo largo de los 2 primeros años de vida se producen las adquisiciones motrices elementales más numerosas. Muchos investigadores piensan que el conjunto de adquisiciones motrices de un individuo se efectúa antes de los 4 años; según ellos, los esquemas aprendidos después de esta edad no son más que variantes o combinaciones de estas adquisiciones elementales (Blázquez, 1998, p.117).

    Los estudios llevados a cabo por Blázquez (1998) en tema de iniciación deportiva defienden la postura que, ante la dificultad de establecer una norma que de uniformidad de criterio de edad de iniciación para todas las prácticas deportivas sería el periodo comprendido entre los 6 y los 12 años y que sería verdaderamente eficaz alrededor de los 9-11 años. Contradiciendo lo que parece confirmar Díaz (1995, p.27) que citando los trabajos de Jolibois (1975) y Sánchez Bañuelos (1986) confirman que el periodo comprendido entre los 7-8 años, como el momento más adecuado para la iniciación deportiva.

Cuadro 1. Edades mínimas (en negro) y medias (en blanco) de los comienzos de la iniciación en el deporte (según Martens, 1986) tomado de Blázquez, 1998, p. 118

 

Cuadro 2. Edades para las diferentes decisiones según Blázquez (1998, p.118)

    Por lo que las edades propuestas por Jolibois (1975) y Sánchez Bañuelos (1986) como el intervalo más adecuado para la iniciación deportiva no son las más adecuadas, ya que será necesario partir de una mínima maduración biológica (es necesario que ciertos patrones básicos de movimiento se hayan consolidado). Ya que empezaremos a trabajar partiendo de unas habilidades básicas y perceptivas mínimamente afianzadas y en ese momento es cuando hay que ir introduciendo las actividades deportivas. Todo esto irá necesariamente unido a que la evolución biológica de los niños/as sea la adecuada. No obstante, nos podemos encontrar con niños más aptos o menos aptos con respecto a la edad madurativa, por lo que no debemos hacer juicios previos, ya que la evolución de cada niño en estas edades es distinta, de forma que el que en un principio parece menos apto, puede ser mejor ejecutante en un tiempo posterior. Sólo cuando se ha cumplido periodos de tiempo amplios nos podremos dar cuenta de que existen ciertos alumnos que no van aprender más con un mayor tiempo de práctica (Castejón, 1995, p.17). Cuando el niño aprende a correr, lanzar, atrapar, está -de alguna manera- iniciándose en el deporte, puesto que cada uno de estos aspectos forma parte de la práctica deportiva. Saber elegirlos, estimularlos y provocarlos de forma oportuna es en definitiva empezar la iniciación deportiva. El educador debe mantener en todo momento este criterio que le permite apelar en el instante preciso al estímulo adecuado para posibilitar una experiencia didáctica nueva. Íntimamente relacionado con el concepto de periodos de aprendizaje óptimo “momento en el que el niño aprende con gran eficacia” (Blázquez, 1998, p. 128). Esto nos lleva a reflexionar sobre dos cuestiones; lo importante que será determinar la edad para iniciar al niño en los deportes, como saber escoger la tarea apropiada y la forma de presentarla en cada momento.

    Además deberemos de huir de la especialización temprana “marginación temprana”, con esta afirmación quiero reflejar que como profesores de enseñanza secundaria no somos entrenadores deportivos. Evitando el centrarnos, únicamente, en determinados alumno/as que por su destreza motriz nos motivan más que otros con mayores deficiencias provocando conscientemente o inconscientemente el ignorarlos o marginarlos, siendo los que más necesiten nuestros feedback.

    En palabras de Romero y Vegas (2002) la especialización temprana en la iniciación deportiva conllevará que:

  • La ausencia de libertad en el practicante hacia la práctica deportiva que quiera realizar en el futuro.

  • Sesgo formativo conceptual y práctico en cuanto a desarrollo y dominio de habilidades y capacidades perceptivo-motrices.

  • Poco respeto al proceso evolutivo, a todos los niveles, del niño/a.

    Según Seefeldt citado por Castejón (1995, p.55) nos indica que las habilidades se van superponiendo y la consolidación de dichas habilidades permite la adquisición de otras nuevas. En la edad de 6-7 años es, según este autor, cuando se dan las trasformaciones más importantes de los patrones motores básicos, para pasar después a las habilidades motrices de transición. Es también significativo encontrar una barrera de separación entre las habilidades denominadas fundamentales, que se plasman en los juegos, y las de transición que llevan hacia las habilidades puramente deportivas. Estas habilidades de transición estarían ubicadas en la fase de iniciación deportiva. Estructura piramidal muy parecida a la ofrecida por Gallahue, ambos autores entienden los mismos periodos en la iniciación deportiva aunque como es lógico con terminología diferente aunque sinónima. De tal forma que las Acciones Reflejas de Seefeldt equivaldrían a la Fase de Movimientos Reflejos de Gallahue. Las Destrezas Motrices Fundamentales de Seefeldt con la Fase de Movimientos Rudimentarios y de Habilidades Motrices Básicas de Gallahue. Las Destrezas de Transición de Seefeldt con la Fase de Habilidades Motrices Específicas de Gallahue. Y los Deportes de Seefeldt con la Fase de habilidades motrices especializadas de Gallahue.

Figura 3. Relación entre la maduración de los alumnos y las actividades según Gallahue (citado por Castañer y Camerino, 1991) tomado de Castejón (1995, p. 56)

 

Figura 4. Evolución de las habilidades según Seefeldt (citado por Oxendine, 1984) tomado de Castejón (1995, p. 58)

    En mi opinión dicha barrera surge por la falta de continuidad entre las “Destrezas motrices fundamentales” y las “Destrezas de Transición”, falta de continuidad que viene desde el tronco educativo; infantil, primaria y secundaria. Y por multitud de factores como pueden ser; falta de formación metodológica, falta de experiencia, falta de carga horaria, etc. Debemos huir de hacer actividades con tareas sin ningún tipo de transferencia para lograr aprendizajes significativos, algo de vital importancia según estudios realizados por Castejón (2005) sobre el aprendizaje deportivo. Aboga por fomentar aprendizajes comprensivos-significativos propiciando una mayor participación de nuestros alumnos. Porque según Blázquez y Batalla (1998) un aprendizaje eficaz sólo puede efectuarse de forma óptima, cuando el niño/a está listo, siendo ineficaz e inapropiado acelerar el proceso de aprendizajes específicos previos a una correcta base motriz previa.

    Pero lo que si parece esencial, aceptado por la mayoría de autores, para una correcta y provechosa iniciación deportiva será en palabras de Magill (1988) citado por (Castejón, 1995, p. 57-58) la relación entre los aprendizajes anteriores, la maduración biológica y una motivación para la actividad.

    Los factores implicados la Iniciación deportiva según Hernández, Castro, Gil, Cruz, Guerra, Quiroga y Rodríguez (2001) y Blázquez (1998) son:

  • El sujeto; el conocimiento del sujeto que aprende, considerado como persona que tiene pecurialidades individuales e irrepetibles, que posee una experiencia propia que le condiciona la adquisición de nuevas experiencias, constituye un aspecto fundamental para cualquier propuesta de enseñanza. Por lo tanto deberemos considerar:

    • Sus capacidades físicas básicas.

    • La etapa de crecimiento y maduración que se encuentra.

    • Su personalidad o comportamiento.

    • Su motivación hacia la práctica deportiva en general.

    • Su capacidad de aprendizaje.

    • Las condiciones de salud física, psíquica y social que presenta….

  • El deporte; buscaremos elementos comunes (lógica interna y externa) en los deportes a practicar facilitando un aprendizaje comprensivo y funcional, existiendo gran transferencia positiva.

  • Los objetivos que se pretenden alcanzar; tendremos que buscar la unión de todos los estamentos (institutos, clubes, escuelas…) que ofrecen “práctica de actividad física-deportiva” a nuestros alumnos/as para intentar ir todos en la misma dirección. Debemos distinguir los objetivos específicos del deporte escolar que, como podemos comprobar son complementarios de la educación física escolar.

    • Ampliar el acervo motor de habilidades motrices deportivas.

    • Perfeccionar y progresar en la ejecución de habilidades.

    • Fomentar buena disposición para el rendimiento deportivo.

    • Favorecer la socialización-cooperación.

    • Desarrollar la emancipación y autonomía.

    • Orientar y ayudar a la adaptación deportiva.

    • Permitir la opcionalidad y encauzar hacia una especialización.

  • El Contexto; nos referimos a la puesta en práctica de lo aprendido, buscando un contexto igual o parecido al que emplearemos en el posterior deporte. El contexto también puede estar íntimamente relacionado con el sujeto porque no es lo mismo nacer en una familia que hace deporte que en otra que no lo practica ni por asomo, el vivir en Barcelona (patinaje sobre ruedas) o en Canarias (lucha canaria), el ir al colegio Ramiro de Maeztu (el baloncesto es una religión).

  • El tipo de Tarea seleccionada, que en palabras de Contreras citado por Nuviala y Tamayo (2003, nº 4, p.5) debe estar sustentada en el conocimiento sobre las acciones (el deportista conozca el objeto de su acción), Transferencia (facilitando nuevos aprendizajes), Teoría del Esquema, y variabilidad en la práctica. La capacidad de adaptar determinados esquemas motores universales a diferentes actividades es lo que permite una progresión perfecta por la transferencia positiva que fluye entre esquema y actividad.

  • Los Planteamientos pedagógicos o Métodos didácticos a seguir; de una forma reduccionista podemos decir que dos son los grandes métodos que se utilizan en la enseñanza deportiva:

    Los métodos tradicionales; proporcionan al alumno una información directa sobre la solución del problema, concretándole como debe realizar su ejecución. El niño aprende en “dique seco” aspectos parciales y aislados del juego o de la práctica deportiva, pero que no se encuentra en ningún momento situado en la realidad del propio juego. (Águila y Casimiro, 2000; Méndez, 1998; Castejón, 1997).

    Los métodos activos; nos encontramos que existen tareas motrices cuya solución no se concreta en una alternativa única de ejecución motriz, sino que el problema motor admite diferentes soluciones. Entre los autores que siguen esta fundamentación están: Goriot, Bayer, Devís, Castejón, etc.

    Dichos factores los aplicaremos en las diferentes etapas que proponen García y Borrego (2002, p.3); Blázquez (1998, p.283); Tico (2000, p.40); Romero y Vegas (2002, p.7); Gallahue (Castejón, 1995, p.56); Giménez y Castillo (2001, p.2) y que como se puede observar en el cuadrante adjunto, la terminología utilizada difiere siendo el contenido el mismo.

Cuadro 5. Etapas en la Iniciación deportiva

    Podemos observar la unanimidad prácticamente absoluta que existe; referente a qué trabajar y cuándo, siempre y cuando tengamos como referente las edades cronológicas pero... Si seguimos la edad biológica… Como ya comentó en su día Sánchez Bañuelos.

    Seguramente todo este proceso tendría lugar a través de la práctica deportiva extraescolar, dado lo poco aconsejable que es “a priori” prolongar la iniciación en una modalidad deportiva determinada hasta esta fase, en el marco de las clases de educación física. No sólo por una cuestión de tiempo (número de clases específicas para esa modalidad) sino también por el grado de entrenamiento que supondría las clases y cómo no por la negación a otras prácticas de diferentes modalidades deportivas.

Reflexiones finales

    Para finalizar quisiera recordar la importancia de los principios didácticos en toda orientación o línea constructivista e integral, en las diferentes etapas de la Iniciación deportiva como así nos lo demanda la actual ley de educación. Para ello me basaré en los comentarios que sobre dicho tema han escrito autores como Sánchez (1986), Blázquez (1998); Romero y Vegas (2002); Ruíz (2005); Águila y Casimiro (2000); Read y Devís (1990):

  • Evitar la especialización temprana; buscando la máxima variabilidad de experiencias motrices a través de la práctica deportiva.

  • Desarrollar habilidades claves trasferibles a diferentes deportes. A través de juegos y actividades encaminadas a la comprensión de la estructura de los diferentes deportes, o mejor dicho, a los elementos comunes de la misma.

  • Adaptar las propuestas a las posibilidades del niño/a. Favoreciendo la autonomía de los alumnos/as en las tareas deportivas.

  • Convertir en “significativas” y “relevantes” las actividades de enseñanza; intentando darle una utilidad inmediata. Ofreciendo actividades motivantes en conexión con los intereses del niño/a.

  • El juego constituirá el eje central de la actuación y se utilizaría como medio fundamental para la consecución de los objetivos que nos planteemos.

  • Utilizar la competición como medio educativo; introducirla de forma progresiva y adecuada como elemento didáctico.

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