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Valoración y respeto a la diversidad: análisis teórico de la diferencia 

de género en las clases de Educación Física y su implicancia en Chile

 

*Profesor de Educación Física. Doctorante Cs. Motricidad Humana por la Universidad

Pedro de Valdivia. Académico-Investigador de la Facultad de Educación

de la Universidad Católica de Temuco. Director Carrera de Pedagogía Educación Física

**Profesor de Educación Física, Magíster Gestión Educativa, por la Universidad

Católica de Temuco. Académico Investigador de la Facultad de Educación

de la Universidad Católica de Temuco. Director Cedid

***Profesor de Educación Física, Magíster Pedagogía en Educación Física

por la Universidad de la Frontera. Académico-Investigador de la Facultad de Educación

de la Universidad Católica de Temuco, Carrera Pedagogía en Educación Física

****Estudiante Pedagogía en Educación Física UCT. Estudiante ayudante

de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Temuco

Carrera Pedagogía en Educación Física

Mauricio Adrián Cresp Barria*

mcresp@uct.cl

Rodrigo Ojeda Nahuelcura**

rojeda@uct.cl

Cristián Davis Coronado***

cdavis@uct.cl

Paulina Sánchez****

psanchez2010@alu.uct.cl

(Chile)

 

 

 

 

Resumen

          Según Arenas Gloria (1996) “La educación es un derecho humano y un elemento indispensable para el progreso económico y social. Debe reconocerse que el acceso pleno y en condiciones de igualdad a la educación es un requisito fundamental para la potenciación de la mujer, y un instrumento fundamental para lograr los objetivos de igualdad de género, desarrollo y paz." El presente trabajo realiza un análisis teórico referente de las implicancias de las clases de Educación Física en los componentes de desarrollo de valoración y respeto a la diversidad, en su eje especifico referido al género. De esta manera analizaremos las posibles barreras existentes para un aprendizaje inclusivo en lo que respecta a actividades motrices generales y especializadas.

          Palabras clave: Diversidad. Género. Educación Física.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 17, Nº 167, Abril de 2012. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Es de conocimiento general las marcadas diferencias socioculturales que han existido a lo largo de la historia y que aún existen entre hombres y mujeres, muchas veces como sociedad somos testigo de cómo las diferencias de género pueden llegar a afectar tanto a mujeres como hombres en múltiples ámbitos de la vida diaria, uno de estos, el cual trataremos en este trabajo, es la diferencia de género en el ámbito de la Educación Física y clases deportivas, nos referimos a aquellas actividades deportivas que a lo largo del tiempo, en múltiples ocasiones, han sido estereotipadas como femeninas o masculinas por la sociedad, excluyendo a hombres y mujeres de practicar ciertos deportes en especifico, como consecuencia de esto es el ámbito educativo el que se ha visto afectado, específicamente el área de educación física, según Blández, Fernández y Sierra (2007) “los estereotipos de género relacionados con la actividad física y el deporte siguen estando muy presentes en los niveles de Educación Primaria y Secundaria”. Debido a lo antes mencionado es que en este trabajo se ha decidido abordar el tema de las diferencias de género en las clases de educación física y la implicancia que esto tiene en los procesos de aprendizaje de los alumnos,

Marco teórico

    Es sabido cuales han sido las problemáticas respecto a la diferencias de género que han afectado a nuestra sociedad, las cuales en varias ocasiones han sido derribadas, También cabe destacar como en nuestra sociedad también existe una marcada diferencia de género en el ámbito deportivo, hace muchos años atrás (muchas veces hoy en día), socialmente era mal visto que una mujer jugara futbol o que un hombre practicara ballet, ya que estas actividades al igual que muchas otras fueron estereotipadas como femeninas o masculinas, en el caso del futbol este era un deporte solo para hombres y en el caso del ballet una actividad solo para mujeres. Puig (1999) señala que dado que se asocian al deporte valores tradicionalmente considerados como masculinos, las mujeres se sienten menos atraídas, menos motivadas, por el deporte que los hombres. Además esta autora señala que el tipo de deportes practicados resulta diferente en función del sexo, el deporte más practicado por los hombres resulta ser el futbol, mientras las mujeres se decantan más hacia la natación, el aerobic, la gimnasia y la danza.

    Estas diferencias entre hombres y mujeres en el ámbito deportivo también afecta el ámbito educativo específicamente la clase de educación física, Según Barbero (1996) En educación física se suele poner en consideración si las diferencias orgánicas entre chicos y chicas deben condicionar las tareas de aprendizaje, en educación física se recrea la percepción dominante en el contexto social que asocia por un lado, las ideas de musculación, fortaleza agresividad, trabajo físico, etc. con masculinidad y por otro, las de fragilidad, estética, armonía, etc. con feminidad, esto se ve reflejado según Blández, Fernández y Sierra (2007) cuando el alumnado piensa que los chicos hacen más cantidad de actividad física que las chicas. Al preguntarles el porqué los chicos hacen más actividad física que las chicas, uno de los motivos más extendidos es porque los chicos “aguantan más”, tienen más resistencia y son más fuertes. También señalan que cobra consistencia la diferente orientación que parecen preferir las chicas en su relación con la actividad física, enfocada principalmente a la orientación estética, frente a la orientación de los chicos, más dirigida hacia la condición física y la destreza en las actividades (Frömel y Cols, 2002). Durante las clases de educación física muchas veces el profesor en vez de incluir a los alumnos en deportes estereotipados como femeninos o masculinos, los excluyen separando al grupo de alumnos entre hombres y mujeres, realizándoles solo actividades deportivas que están marcadas como para niños y otras para niñas, según Blández, Fernández y Sierra (2007) se podrían considerar tres grupos de preferencias sobre la actividad física: aquellas que gustan más a los chicos, las que prefieren las chicas, y un tercer grupo que ambos comparten en gustos. Entre las actividades que les gustan a las chicas nos encontramos todas aquellas relacionadas con el ritmo, y dentro de los deportes, la natación, el baloncesto, el voleibol y el pádel, entre las actividades que les gustan más a los chicos, está el fútbol que principalmente se asocia a los varones, después se encuentran deportes como: rugby, baloncesto, atletismo, boxeo, kárate y motociclismo, demostrando como hombres y mujeres tienen preferencia por actividades deportivas en particulares según sus gustos y según lo que la sociedad ha establecido como deportes adecuados según el género.

    Finalmente queda demostrado como las diferencias de género y los gustos deportivos entre hombres y mujeres están presentes de una manera significativa en la sociedad, en los deportes y por ende en la clase de educación física, pudiendo afectar el proceso de aprendizaje de los estudiantes.

    Antes de analizar el problema de la diferencia de género en las clases de educación física es importante mencionar y dejar en claro la definición de género y en qué se diferencia del concepto de sexo.

    Guezmes y Loli (1999) señalan que género es el conjunto de construcciones sociales que diferencian a los seres humanos en hombres y mujeres. También que la identidad de género se adquiere por un proceso en el que los niños y niñas desde muy temprana edad van siendo formados para el desempeño de aquellos roles asignados socialmente, a fin de que respondan a los comportamientos esperados; a este proceso se le llama socialización de género.

    Pero existen otras definiciones de género que resaltan la diferencia de este concepto con el de sexo, según Maqueira (2001) por sexo se entiende como las características anatómicas de los cuerpos, incluida la genitalidad, así como las características morfológicas del aparato reproductor y aspectos tales como las diferencias hormonales y cromosómicas, se reconocen únicamente dos sexos: hombre y mujeres, que se consideran universales. Por genero se entiende como una creación exclusivamente social: lo que las representaciones colectivas interpretan como ser socialmente hombre o una mujer, es decir, el conjunto de atributos que se asocian a cada categoría biológica en una determinada cultura; en definitiva, la construcción cultural de lo masculino y de lo femenino. En consecuencia, el género se refiere al simbolismo sexual de las diferentes sociedades y periodos históricos y al imaginario colectivo, marcado por el dualismo hombre/mujer y masculino/femenino.

    Es importante revisar su implicancia en los procesos de aprendizaje de los alumnos en la clase de educación física, para esto se debe revisar la visión que tienen algunos autores sobre los procesos de aprendizaje, partiendo por definir los conceptos de enseñanza y aprendizaje (enseñanza-aprendizaje).

    Según Escribano (1998) el concepto de enseñanza está estrechamente relacionado con el concepto de aprendizaje y el concepto de aprender determina el concepto propio de enseñar. Según Titone (1981), enseñar a y aprender son dos términos esencialmente correlativos sostenidos y alimentados por una relación dinámica, la relación didáctica.

    También para Fenstermacher (1986) existe una relación muy estrecha entre enseñanza y aprendizaje. El concepto de enseñanza depende de un concepto de aprendizaje y debido a que con frecuencia el aprendizaje se produce después de la enseñanza se puede caer en la confusión de pensar que una cosa es causa de la otra. Para este autor, el aprendizaje no es un efecto que se sigue de la enseñanza como causa, el aprendizaje implica la adquisición de algo; de modo que no se sigue de una enseñanza buena un aprendizaje óptimo, puede que a veces ni se de tal aprendizaje. Por esta razón no puede existir la enseñanza sin el aprendizaje porque si el aprendizaje no ocurriera nunca, no habría sentido hablar de enseñanza.

    Stenhouse (1993) define la enseñanza como las estrategias que adopta la escuela para cumplir con su responsabilidad. Enseñanza no equivale meramente a instrucción, si no a la promoción sistemática de aprendizaje mediante diversos medios. Para Sáenz (1994) el aprendizaje ocuparía el puesto de invitado de honor, pero un invitado de la enseñanza y no el elemento central de la didáctica.

    Ya mencionado las diferentes visiones que tienen los autores sobre enseñanza y aprendizaje es importante analizar sus visiones sobre los procesos de aprendizaje.

    Según González (2001) los maestros actúales de todos los niveles educativos no solo deben saber mucho, sino también tener la capacidad para promover en sus alumnos el aprendizaje de esos conocimientos. El maestro de hoy necesita enfrentarse a los grupos fortalecido con una formación pedagógica que lo dote de elementos suficientes para enseñar en forma adecuada. Ha de considerar la naturaleza del aprendizaje para poder proponer medios de enseñanza eficaces que produzcan aprendizajes significativos. Así, al conocer los procesos internos que llevan al alumno a aprender significativamente, manejará algunas ideas para propiciar, facilitar o acelerar el aprendizaje (Dávila, 1998).

    El aprendizaje y la enseñanza son dos procesos distintos que los profesores tratan de integrar en uno solo: el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por tanto, su función principal no es solo enseñar, sino propiciar que sus alumnos aprendan (Zarzar, 1988).

    Para que el profesor pueda realizar mejor su trabajo debe detenerse a reflexionar no solo en su desempeño como docente, sino en cómo aprende el alumno, en cuáles son los procesos internos que lo llevan a aprender en forma significativa y en que puede hacer para propiciar este aprendizaje.

    El aprendizaje es “el proceso de adquisición cognoscitiva que explica, en parte, el enriquecimiento y la trasformación de las estructuras internas, de las potencialidades del individuo para comprender y actuar sobre su entrono, de los niveles de desarrollo que contienen grados específicos de potencialidad”.

    En el aprendizaje influyen condiciones internas de tipo biológico y psicológico, así como de tipo externo, por ejemplo, la forma como se organiza una clase, sus contenidos, métodos, actividades, la relación con el profesor, etc.

    La relación entre la enseñanza y el aprendizaje no es una de causa-efecto, pues hay aprendizaje sin enseñanza formal y enseñanza formal sin aprendizaje. La conexión entre ambos procesos consiste en una dependencia ontológica.

    El trabajo cotidiano del profesor es hacer posible el aprendizaje de sus alumnos. Según Contreras (1990), enseñar es “provocar dinámicas y situaciones en las que pueda darse el proceso de aprender en los alumnos”. Entonces una de las características esenciales de la enseñanza es la intencionalidad. Los alumnos adquieren muchos conocimientos fuera del salón de clases de manera cotidiana, pero aquí es donde aprenden lo que intencionalmente quiere enseñarles el profesor. El reto de este será lograr que aquellos sean capaces de darle sentido a su conocimiento para que pueda ser utilizado para sus propios fines, y no solo para fines escolares. Para lograr lo anterior los profesores debemos diseñar las estrategias que permitan potenciar el aprendizaje de los alumnos. (González, 2001)

    Es importante mencionar como se construyen los procesos de aprendizaje dentro de una clase de educación física, analizando para esto la didáctica de esta clase.

    Según Contreras (1998) para construir un área de aprendizaje el profesor tiene que organizar los espacios y materiales de acuerdo a los aprendizajes que se desean obtener. En el caso la educación física, para construir ambientes de aprendizaje el profesorado habrá de tener en cuenta, la utilización de todo tipo de recursos materiales (convencionales, de desecho, de fabricación propia etc.); que los ambientes de aprendizaje sean lo suficientemente atractivos para estimular a los alumnos: que se presenten diferentes niveles de complejidad; y que sean adecuados a los objetivos y contenidos del programa.

    Se establece como un factor importante del proceso de aprendizaje en educación física la consideración de las diferencias individuales: la respuesta a las diferencias individuales ha de hacerse a través de una estrategia que contemple una organización flexible del trabajo que permita la atención diversificada a los estudiantes dentro del grupo aula. A tal fin se pueden utilizar estrategias como las relativas a la diversificación de tareas (trabajos por grupo) estructurar el trabajo para que pueda ser seguido de manera independiente por los alumnos con diferentes dificultades de la tarea (programas individuales), distribución de los alumnos en pequeños grupos (enseñanza modular), etc.

    También otro factor son los criterios y momentos de evaluación: desde la perspectiva constructivista evaluar es enjuiciar los procesos y los resultados de la intervención educativa, por tanto, la finalidad de la evaluación es la de mejorar la intervención pedagógica a través de la recogida y tratamiento de datos, a fin de proporcionar la necesaria retroalimentación de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje que permita su mejora.

    Otro autor como Angulo (2001) señala que los recursos fundamentales que caracterizan el proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación física. Estos son el entorno, los espacios, los materiales y el juego.

    El entorno está constituido por el espacio y los elementos que lo integran. El entorno del aprendizaje puede ser un poderoso instrumento docente a disposición del profesor, o puede constituir una influencia no dirigida ni reconocida tanto sobre las conductas de los profesores como sobre la de los niños. De la misma forma que los elementos del propio entorno influyen en el proceso de enseñanza-aprendizaje, los materiales que el docente introduce en las clases de educación física condicionan igualmente las actividades motrices.

    Según Fernández (1997) estudios realizados al alumnado han puesto de manifiesto la existencia de estereotipos de género, tanto en la identificación de actividades como “femeninas” o “masculinas”, como en la asignación de rasgos y de capacidades vinculadas con la actividad física a las chicas y a los chicos así como la menor valoración que tienen las futuras profesoras frente a los futuros profesores respecto a sus capacidades y actitudes ante la actividad física. También esta autora señala que los docentes deben ser consientes de las dificultades que van a encontrar al trabajar la igualdad de oportunidades, en especial en lo referente a la igualdad de sexos, ya que además de la necesidad de modificar actitudes y creencias, debemos tener en cuenta la incidencia de la cultura social sobre el género, que transmite y reproduce continuamente diferencias de género en la actividad física, siendo aspectos que normalmente no son tratados en la formación del profesorado sobre temas de coeducación.

    Dada esta situación según Trueba (2008) las diferencias de género en la clase de educación física si afectan a los alumnos y esto queda demostrado en sus mismas actitudes ya que son ellos mismos quienes tienen otra concepción de la clase de educación física totalmente opuesta a lo que realmente es. Como este autor señala la mayoría de los docentes, alumnos y alumnas consideran a la educación física como una disciplina que tiene como objetivo principal el desarrollo de las capacidades como fuerza, resistencia y velocidad y muy alejado de ello se encuentran otros objetivos, los relacionados con la integración, la recreación, la construcción de la ciudadanía, la educación por y para la libertad, el desarrollo de todas las cualidades corporales psicomotrices y socio motrices, etc.

    Tal como lo señala Trueba (2008) Los alumnos y alumnas consideran que las clases deben ser separadas por sexo, conciben a la clase de Educación Física como un espacio en el que se deben desarrollar las capacidades condicionales (fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad), las diferencias de rendimiento, son tan notables que se hace imposible compartir las clases entre varones y mujeres. La mayoría de los varones conciben a las diferencias existentes entre hombres y mujeres como reales y verdaderas, de allí que sostengan la imposibilidad de poder compartir las clases ni los juegos o deportes. En el caso de las chicas, pasa algo parecido, pero ellas ya aceptan las diferencias como desigualdades, y no creen que puedan compartir actividades con sus compañeros.

    Como se puede evidenciar las diferencias de género que los mismos profesores realizan en la clase de educación física, afecta a los alumnos a tal punto que son ellos mismos los que conciben la clase como un momento en el que se debe trabajar por separado debido a las diferencias física que se observan entre niños y niñas, ellos mismos se condicionan a aceptar algo que no debería ser pero que para ellos es normal ya que se encuentra instaurado en su contexto.

Discusión

    Según Fraile (2004), “no podemos negar que las diferencias de género en las práctica deportiva tienen raíces más profundas que la falta de motivación, carencia de igualdad de oportunidades, etc. en realidad, la existencia de estructuras familiares que no consideran ciertas actividades deportivas apropiadas para las chicas o chicos, al menos ciertos deportes, es una resistencia muy difícil de superar a corto plazo”, y es que el tema de las diferencias de género en la sociedad, en el ámbito deportivo y en la clase de educación física aun se encuentran presente, pero cada vez menos, ya que nos encontramos en una sociedad que ha ido evolucionando, cambiando su pensamiento y derribando los prejuicios que existían sobre ciertas actividades deportivas marcadas como femeninas o masculinas, pero no podemos pasar por alto que en algunos establecimientos educacionales esta problemática sigue estando presente, como por ejemplo, en algunos establecimientos, ya sean municipales o particulares, durante la clase de educación física se separan a los niños y niñas, cada uno con un profesor y se les realizan diferentes actividades deportivas, muchas veces excluyéndolos de otras, esto puede afectar considerablemente los procesos de aprendizaje de los alumnos

    Cerezo y Casanova (s/f) señalan que las diferencias de género en el ámbito educativo pueden afectar la motivación de los alumnos en este ámbito. La motivación académica es significativa en el aprendizaje escolar. En consecuencia, aprendizaje y motivación son dos variables de análisis conjunto. En la actualidad existe una coincidencia generalizada en subrayar, desde diferentes perspectivas, las necesaria interrelación entre lo cognitivo y lo motivacional (Pintrich y De Groot, 1990) lo que estos autores señalan es que para que haya un aprendizaje es fundamental la motivación de los alumnos, pero que las diferencias de género realizadas dentro del aula y en este caso dentro de la clase de educación física, afecta la motivación de los alumnos por querer aprender, por lo que su aprendizaje es menor.

    Las diferencias de género lo que hacen es provocar más estereotipos en cuanto a diferentes ámbitos de la vida diaria, en este caso las diferencias de género en educación física provocan estereotipos en distintas actividades deportivas, esto afecta directamente a los alumnos que se muestran interesados en ciertos deportes pero que no se atreven a practicarlos debido “al qué dirán” juicio que emite la sociedad respecto a ciertos deportes que por lo mismo han sido estereotipados debido a la separación de los géneros.

    Como señalan Rodríguez, Martínez y Mateos (2005), los estereotipos unen lo masculino y lo femenino a una serie de rasgos de identidad, relacionando por ejemplo lo masculino con la competitividad, la agresividad y la independencia y lo femenino con la sumisión, el orden o la pasividad, influyendo claramente en los comportamientos de las personas. A este respecto indican que uno de los estereotipos más resistentes al cambio es el considerar que hay deportes más apropiados para las mujeres y otros que lo son para los hombres y que esto favorece al género masculino en el ámbito de la actividad física y el deporte. Como ejemplo, podemos destacar que se percibe que ciertas actividades físico deportivas son específicas de género (se sigue vinculando a los chicos con actividades de fuerza, riesgo, etc. y a las chicas con actividades de ritmo, expresión, etc.).

    Asimismo, los estereotipos y los roles de género influyen sobre la percepción de uno mismo y de su conducta a través de las expectativas de éxito y de la valoración subjetiva que se realiza acerca de determinadas decisiones. Por eso, es probable que las diferencias de género en la implicación en diferentes actividades físico deportivas se deban, entre otros motivos, a que las perspectivas de obtener éxito en las chicas y en los chicos son distintas y que éstas serán mediadoras de su elección conductual (Botelho y otros, 2000; Macías y Moya, 2002; Vázquez, Fernández y Ferro, 2000).

    Pero en cuanto al profesor, porque motivo estos realizan distinción de género en sus clases, según Trueba (2008), esta situación es posible que se deba a que el contacto diario con el trabajo pedagógico del profesor de Educación Física puede condicionar a éste en la imposibilidad de reflexionar críticamente sobre su práctica. Además que muchas veces la sobredimensión que toman las capacidades físicas como la fuerza, velocidad, resistencia, etc. es una excusa que se utiliza en la sociedad y en la escuela para marcar las desigualdades entre los géneros, en este caso se refiere a que se utilizan estas capacidades físicas para discriminar a niños y niñas en cuanto a quienes son más veloces o más fuertes, si los niños y las niñas y debido a esto para los docentes es mejor separarlos, por ejemplo, es mejor para ellos tener a todas las niñas juntas porque son menos rápidas en atletismo que los hombres, por eso es mejor agrupar a los hombres todos juntos, esto supuestamente simplifica el trabajo del docente, pero esa no es la idea ya que se está discriminando a los alumnos según su condición física y muchas veces eso es lo que provoca que las niñas tengan un pensamiento instaurado en cuanto a que ellas son más débiles que los niños.

    Además Trueba (2008) señala que toda la cuestión de género pasa a un segundo plano dentro de las clases de educación física gracias a la importancia desmedida que se le otorga a algo que muchas veces ni siquiera se trabaja en clase: las capacidades condicionales. Pero que siempre aparece como el principal obstáculo, y en muchas oportunidades como un obstáculo insalvable. Se refiere a que todas las cuestiones sociales son subvaloradas por los docentes a no ser que sean muy evidentes, como por ejemplo, el caso de la violencia escolar. Los demás problemas sociales como los de género, religión, etc. son considerados solo en función de las facilidades o dificultades que presentan para trabajarlos desde las capacidades condicionales. Es decir, que mientras puedan trabajarse fácilmente dichos contenidos en la clase, las cuestiones sociales carecen de importancia. Esto puede deberse a que los profesores de educación física no tienen formación teórica que les permita redimensionar las cuestiones sociales bajo el amparo de teorías sociales.

    También siguiendo con el tema respecto a la responsabilidad del profesor Muñoz (2001) señala que los educadores y educadoras no se comportan igual con chicos y chicas. Desde la infancia ellos y ellas también han recibido mensajes sexistas en todos los ámbitos de la vida, y por tanto, transmiten inconscientemente lo que han aprendido.

    Por supuesto que esto afecta considerablemente a los alumnos ya que el profesor solo se está preocupando de la parte física y no de aspectos sociales que influyen en su aprendizaje y en su formación, como las diferencias de género, en este caso la no discriminación, problemas de conducta, violencia escolar, etc.

    Siguiendo con la visión de distintos autores Muñoz (2001) señala que pensamos que la igualdad de las mujeres y hombres está asegurada por la obligatoriedad de la educación mixta en escuelas sostenidas con fondos públicos en todas las etapas educativas. Sin embargo, en ella se siguen dando distintos modelos: desde los que mantienen una actitud discriminatoria “tradicional”, que implica tener unas actitudes y expectativas diferentes entre chicos y chicas.

    Las circunstancias en las que la percepción de competencia se desarrolla vienen a determinar los juicios que el alumnado tiene sobre la capacidad de alcanzar ciertos rendimientos en las actividades físicas. En este sentido, Martens (1996) explicaba que el principio de competencia es fundamental para que las personas se sientan valiosas y Gutiérrez (2000), indicaba que las experiencias negativas en la práctica de actividad física hacen que las personas se consideren incompetentes.

    Según Moreno y vera (s/f) diferentes investigaciones en el análisis de género han apuntado a una percepción de competencia deportiva más baja en chicas que en chicos debido a que tradicionalmente, a la mujer se le concedió la responsabilidad de la educación de los hijos, de ser censuradas por lo que éstos hicieran o dejaran de hacer, por sus sentimientos y motivaciones. Esta educación de la mujer en la cultura de la responsabilidad familiar y social alberga, para Rich (1999), la aparición de sentimientos negativos e inconscientes, que incluyen una mayor motivación por la cohesión del grupo y la cooperación, mientras que en los chicos la preocupación por la competición y el dominio, les hace emplearse más a fondo en la consecución de objetivos individuales, como la adquisición de competencia deportiva. Todo ello, determina en el alumnado la tendencia espontánea a asumir comportamientos que se encuentran dentro de los estereotipos de género.

    Pero también es importante revisar la forma en que los docentes planifican sus clases de educación física y si se basan en el currículo pre escrito el cual corresponde a los planes y programas del ministerio de educación (MINEDUC) y si estos presentan algún indicio acerca de las diferencia de género en cuanto a las actividades deportivas y de recreación a realizar en las clases de educación física. Para esto es importante analizar los planes y programas. Según Lleixà (2003) la elaboración del currículo y su desarrollo en los proyectos curriculares de los centros escolares requieren un esfuerzo previo de análisis de la realidad corporal de ambos sexos, así como de las manifestaciones de la actividad física propia de hombres y mujeres. Indudablemente los modelos curriculares que prioricen las cualidades físicas dirigidas al rendimiento serán modelos segregadores. Los modelos curriculares que prioricen el desarrollo de la propia identidad y expresividad corporal, así como el aprendizaje de una diversidad de habilidades que pueda adaptarse a las características de cada persona ofrecerá unas oportunidades más equitativas para ambos sexos.

    Como lo señala Pérez, (2011) las actividades o tareas que se diseñan para el desarrollo de las sesiones del área deben adaptarse a las características psicoevolutivas del alumnado, esto quiere decir que los profesores deben tomar en cuenta las características tanto físicas como psicológicas del alumnado y sus estilos de aprendizaje para realizar una optima clase de educación física, Pérez también señala que se debe favorecer la socialización, la participación y la cooperación, entre los alumnos, sobre todos entre niños y niñas así evitando diferencias de género.

    Lo anteriormente planteado requiere crear entre docente y estudiantes espacios de conversación durante el desarrollo de las clases y, de este modo, establecer dialogo en torno a cuestiones de interés en las que el profesorado pueda orientar y motivar a sus alumnos y alumnas en aspectos específicos. Para tal motivo, parece necesario establecer formalmente en el desarrollo de las clases tiempos que permitan las conversación y reflexión como parte importante de las actividades.

Conclusión

    Según Alvariñas, Fernández y López (2009), factores de índole histórico, social, educativo y psicosocial son los responsables de las diferencias de género, debido a esto todavía existen estereotipos de género respecto al deporte.

    Según las visiones de los autores que se mencionaron durante el trabajo, podemos concluir que las diferencias de género son un aspecto negativo en la educación y en las clases de educación física ya que se excluye a los alumnos de la posibilidad de realizar o practicar actividades deportivas o actividades motrices estereotipadas como femeninas o masculinas, por lo que esto solo fomenta la discriminación de géneros en la sociedad y en el ámbito deportivo. Además afecta de manera significativa los procesos de aprendizaje ya que los alumnos no tienen acceso a practicar ciertos deportes o habilidades motoras, ya que no los pueden aprender de manera óptima dentro del colegio, esto afecta la visión de los alumnos sobre ciertas actividades deportivas por lo que se sigue fomentando las diferencias de género, a las demás personas y así sucesivamente.

    Las diferencias de género en las clases de educación física pueden influir en otros aspectos de la vida, según Ferrer (1994) el género influye profundamente en el desarrollo de la personalidad de la persona, sea en espacio moral, intelectual o afectivo. La influencia del género en la persona se da desde que ésta establece vínculos con los agentes de socialización. Por lo que cuando un alumno experimenta diferencias de género en el ámbito escolar, esto influye en que el mismo alumno realice distinción de género en otros ámbitos de la vida cotidiana, ya que la escuela es un espacio donde existe donde existe gran socialización entre las personas, además que influyen en la formación de actitudes y el desarrollo de la personalidad de cada individuo. Las diferencias de género en el ámbito educativo solo tienen como consecuencia la discriminación escolar que según Orellana (1999) forma parte de la vida cotidiana institucionalizada, pocas veces abordada por los profesores, por formar parte del “Folklore” escolar, disminuyendo su importancia; desconociendo que existen consecuencias impredecibles por el daño psicológico ocasionado.

    Otro aspecto que cabe mencionar como conclusión es el hecho de que en los planes y programas del ministerio de educación no se menciona que para llevar a cabo una óptima clase de educación física se deben realizar distinciones en el género de los alumnos, estos planes y programas de estudio mencionan la importancia de respetar las características psicológicas y físicas de los alumnos y reflexionar constantemente junto a ellos, por lo que se demuestra claramente que son los mismos colegios y los mismos profesores.

    Pero eliminar las diferencias de género en el ámbito educativo y en las clases de educación física no solo es tarea de la sociedad que como lo señala Alvariñas, Fernández y López (2009) es posible que las políticas de igualdad, las campañas de promoción del deporte y los medios de comunicación (sólo en ocasiones) ayuden a abandonar prejuicios; por ejemplo, observar algún reportaje sobre mujeres boxeadoras, etc. si no que la tarea principal es de los establecimientos y de los profesores, pero son a estos mismos durante su formación inicial docente donde se les tiene que inculcar que para una optima clase de educación física hacer distinción de género con sus alumnos es un aspecto negativo que solo afecta la profesión docente y sobre todo a los alumnos que se ven afectados en el presente y en un futuro.

Referencias

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