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Técnicas proyectivas. Una alternativa para el 

diagnóstico de creencias y actitudes respecto al doping

 

Licenciada en Psicología

Máster en Ciencias de la Psicología del Deporte, mención

Psicología del Alto Rendimiento Deportivo

Instituto Superior de Cultura Física “Manuel Fajardo”

Miembro de la Sociedad de Psicólogos de Cuba

Msc. Kenia Gámez García

kenwil@princesa.pri.sld.cu

(Cuba)

 

 

 

 

Resumen

          En el presente artículo se presenta el dibujo como técnica proyectiva que puede ser de utilidad en el diagnóstico de creencias y actitudes respecto al doping. Se exponen algunos resultados de la aplicación de dicha técnica en una población de atletas juveniles con edades comprendidas entre los 16 y 18 años de edad.

          Palabras clave: Técnicas proyectivas. Dibujo. Doping.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 165, Febrero de 2012. http://www.efdeportes.com/

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    Las técnicas proyectivas deben su nombre al término proyección. El que ha sido definido como “el mecanismo a través del cual se atribuye a otros (personas u objetos) sentimientos y emociones internas, reprimidas, que de ser conscientizadas crearía angustia, por lo que se extroyecta hacia otra persona, quedando liberado el sujeto del estado de tensión que tales emociones le producirían”.(1) Este concepto se deriva de la teoría psicoanalítica de Freud, quien amplía más tarde el concepto de proyección, a condiciones no patológicas, considerándolo como un “mecanismo por el cual percepciones internas, provocadas por procesos ideacionales y emocionales conscientes, son proyectadas en el mundo exterior”. (1)

    Por otra parte Armando Alonso (2004) cita a un segundo grupo de obras que emplean el concepto como proceso de manifestación, de expresión de la personalidad, de la exteriorización de la conducta que es típica para el individuo, entendiendo por proyección “aquella forma de expresión que pone en juego un sujeto ante un estímulo poco estructurado, y que revela tanto su mundo personal como los dinamismos de su personalidad”. (2)

    Derivada del concepto amplio de proyección surgieron las técnicas proyectivas que fueron llamadas como tal por el psicólogo norteamericano L. K. Frank en 1939 (1). Se clasifican como aquellas pruebas cuyo estímulo es ambiguo o de poca estructuración y da libertad de respuesta al sujeto sin que la persona sea del todo consciente del objetivo que se persigue con dicha evaluación; lo que permite que a través de la respuesta, se pongan de manifiesto, o se proyecten al exterior, los estilos básicos de personalidad del sujeto y los estados transitorios por los que atraviesa.

    Asimismo Rapaport (1959) plantea que al hablar de tests proyectivos se debe utilizar el concepto de proyección, refiriéndose en realidad a la exteriorización y no a un mecanismo de defensa, expresa que lo que se entiende por proyección es lo que Frank formuló al decir: "Cada individuo tiene un mundo privado que está estructurado de acuerdo con los principios organizativos de su personalidad y los tests proyectivos estudian estos principios organizativos, induciendo al sujeto a ponerlos de manifiesto utilizando un material no estructurado, que el sujeto incorpora a su mundo privado". (3)

    De forma general se puede decir que las técnicas proyectivas son utilizadas para el estudio de la personalidad. Y aunque pueden surgir varias interpretaciones en el proceso de análisis y utilización, poseen una estabilidad que hace posible su utilización como una vía más para su estudio.

    Estas pruebas se caracterizan por una tarea o estímulo no estructurado; así, el resultado que se obtenga en las mismas estará dado por el modo en que el sujeto percibe o interprete el material ambiguo o estructure la situación dada, ya que el objetivo de evaluación queda encubierto para el sujeto. También se puede mencionar la poca influencia de lo esperado o deseado socialmente en los resultados, lo que acerca al investigador a una expresión más personal e íntima del sujeto. Estas técnicas requieren de un análisis de contenido y una interpretación cualitativa debido a la variedad y complejidad de las respuestas de los sujetos, también es importante en esta interpretación la experiencia y enfoque del evaluador y se clasifican en función del modo de respuesta como (1):

  1. Estructurales: el sujeto debe responder a un estímulo dando la primera palabra, imagen que se le ocurra. Ej.: Rorschach, técnica de asociación de palabras.

  2. Temáticas: requieren que el sujeto cree o elabore un producto, tal como un cuento. Ej.: TAT, MAPS, CAT, etc.

  3. Asociativas: tales como completar frases o relatos. Ej.: test de completar frases de Rotter, test de frustración de Rosenzweig, etc.

  4. Constructivas: exige la reconstrucción de dibujos, la expresión de preferencias, etc. Ej.: Test de Szondi, PAT.

  5. Expresivos: donde el estilo o método del sujeto se valora tanto como el producto final. Ej.: psicodrama, HTP, figura humana, pintura con los dedos, etc.

    El dibujo es una de las técnicas proyectivas más conocidas y como ya se mencionaba es clasificado como una técnica expresiva. Es básicamente utilizada para el estudio de la personalidad de los sujetos, en las que se considera no sólo el producto acabado, sino también el método o estilo del sujeto al hacerlo.

    Las técnicas de dibujo se pueden clasificar en (2):

  1. Pintura y dibujo de tema libre.

  2. Pintura y dibujo de tema específico (persona, pareja, familia, árbol, casa, etc)

  3. Test de asociaciones gráficas (Wartegg) parte de líneas y puntos para hacer figuras.

    En este caso estaremos comentando acerca de los resultados obtenidos en la aplicación del dibujo en el diagnóstico de creencias y actitudes respecto al doping.

    Es importante aclarar que las actitudes son estructuras psicológicas, procesos derivados del aprendizaje y de la experiencia del individuo que constituyen el resultado de la actividad. Y aunque son el resultado de la actividad del individuo y son modificados por esta, las actitudes condicionan y modifican las actividades subsiguientes. Además tienen la propiedad de reflejarse en el comportamiento del individuo, de orientarlo, regularlo y guiarlo por diferente sentido, a partir de sus componentes: cognitivo (creencias, ideas, opiniones), afectivo y comportamental. (Casales, 2005)

    Las creencias y actitudes de los sujetos respecto a un objeto son identificables, sin embargo, cuando el objeto de actitud es un tema tabú surgen sesgos en la obtención de información. El uso del doping en la población deportiva es uno de los temas que podemos mencionar, ya que su uso no solo está prohibido para la población deportiva sino que es sancionado, al ser clasificado como toda sustancia medio o agente capaz de provocar en el organismo una modificación de su comportamiento en la competición o entrenamiento deportivo, sin que se corresponda a su real capacidad orgánica y funcional. Se hace evidente que los resultados que se obtienen mediante la aplicación de técnicas abiertas como la entrevista suelen no ser muy fidedignos, por lo que es necesario la aplicación de otras técnicas de apoyo.

    En nuestro estudio realizado en el año 2007, sobre la relación entre creencias y actitudes acerca del doping, se trabajó con una batería de pruebas, para el diagnóstico de las actitudes y creencias hacia el doping, entre las que utilizó el dibujo de un atleta dopado.

    Evidentemente es una adaptación de la técnica original del dibujo humano de Karen Machover (1949) y una variación del dibujo con un tema específico. Se utilizó con el objetivo de identificar creencias acerca del doping y la tendencia actitudinal hacia el fenómeno en los atletas. Se escogió el dibujo precisamente por su carácter proyectivo, ya que por sus características podría arrojar datos que serían difíciles de obtener mediante una entrevista o un cuestionario cerrado. Así, al realizar el análisis del dibujo, se valoraba tanto el contenido, las respuestas a las preguntas acerca del dibujo como las expresiones verbales mientras realizaban la tarea y el vínculo afectivo con la misma.

    En el análisis de contenido se tuvieron en cuenta básicamente aspectos que se relacionaran con creencias respecto al objeto de actitud como accesorios, degradación o exaltación de la figura, fortaleza de la figura, expresión de ánimo, definición muscular, atuendos o uniformes deportivos, letreros que implicaran pensamientos del atleta dopado o marcas obtenidas en las competencias.

    En esta técnica se utilizó una consigna para su aplicación en la cual se le pide al sujeto que dibuje a un atleta dopado, y se le hicieron las preguntas siguientes:

  • ¿Cómo es ese deportista?

  • ¿Cómo se siente después de la competencia?

  • ¿Por qué usó doping?

  • ¿Qué piensan sus compañeros de ese atleta?

  • ¿Qué harías en su caso?

    Se puede decir que la utilización de esta técnica enriqueció el estudio realizado y aportó resultados ilustrativos. A continuación se exponen algunos de estos resultados.

    Los atletas que le atribuyen cualidades estimulantes a los efectos de las sustancias que se clasifican como doping dibujan a los atletas dopados con una fuerza extrema que verbalizan al realizar la técnica por ejemplo el Sujeto 2 de judo en el momento en que realizaba el dibujo expresó: “el mío está hecho un toro, está dopado” o el sujeto 7 de Taewondo: “le voy a hacer tremendos bíceps”.

    Asimismo, los que creen que los deportistas que han establecido records mundiales han usado doping, le incorporan en la representación gráfica al atleta dopado, accesorios como medallas en el cuello o ramos de flores que evidencian el triunfo de quien los porta e incluso los dibujan en el primer escalón del podio (ver anexo 6, 7, 8 y 9), o manifiestan verbalmente frases como: “este es el campeón de Cuba y mundial” (S4, boxeo). En esta técnica se evidencia además la creencia de obtención de logros sin esfuerzo o con un mínimo de esfuerzos, S7 judo “quien usa doping en el entrenamiento se cansa menos”. En este dibujo además se evidencia la creencia de que el doping son pastillas o medicamentos que influyen positivamente en el resultado del entrenamiento y además de forma inmediata, lo que se destaca con letreros. (Ver anexo 10)

    Asimismo aquellos atletas que poseen la creencia que el uso del doping provoca daños en la salud, al dibujar al atleta dopado resaltan el cansancio, plantean que está enfermo, que es dependiente de las sustancias que usa, destacan la pérdida de la voluntad, el optimismo infundado, la pérdida de capacidades y de importancia de la competencia para el atleta. (Ver anexo 11).

    Otro porcentaje de la población estudiada le atribuye cualidades negativas a los atletas que por alguna razón utilizan el doping, resaltando su falta de valores morales y éticos. Lo que se evidencia en el interrogatorio del dibujo por ejemplo el S6 de esgrima plantea al caracterizar al atleta dopado: “es un flojo, débil, inseguro, irresponsable, ambicioso, deshonesto”. Se plantean el doping como “alternativas de un deportista frustrado para poder ganar” (S5, kárate), destacándose rechazo en sus planteamientos y caracterizando al doping de forma peyorativa.

    Lo antes expuesto es un resumen de los resultados obtenidos en el estudio mencionado. Se puede decir que sin los resultados obtenidos a partir del dibujo se hubieran obviado detalles que llevarían a la valoración final de la relación entre creencias y actitudes respecto al doping en los atletas de deportes de combate estudiados, que sirvió como diagnóstico para el diseño de una estrategia de intervención para la prevención del uso del doping en los atletas de la base del alto rendimiento deportivo de nuestra provincia.

    Esta técnica fue utilizada en una población de atletas juveniles de la base del alto rendimiento deportivo con edades comprendidas entre los 16 y 18 años de edad y fueron utilizadas en conjunto con el diferencial semántico, la entrevista, la composición y la escalera de la vida arrojando resultados similares, lo que nos ayudó a profundizar en el diagnóstico.

    Asimismo es necesario aclarar que para la aplicación de esta técnica se debe poseer la calificación adecuada para su interpretación, al ser esta una técnica proyectiva, que requiere de análisis de contenido con una calificación básicamente cualitativa. Recomendamos que sea el psicólogo del deporte quien aplique e interprete los resultados que puedan ser obtenidos en la aplicación de la misma.

Bibliografía

  1. Alonso, A. (2004) Psicodiagnóstico clínico. La Habana, Editorial Félix Varela, Cuba.

  2. Gámez, K. (2007) Estudio de la relación entre creencias y actitudes respecto al doping en atletas de deportes de combate de ESPA Ormani Arenado de Pinar del Río. Tesis de Maestría.

  3. González, F. (2007) Instrumentos de evaluación psicológica. La Habana, Editorial Ciencias Médicas, Cuba.

  4. Rapaport, D. (1959) Test de Diagnóstico Psicológico. Editorial Paidós, Argentina.

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