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El cuerpo: la afirmación a lo largo de la 

historia como formador de la identidad

 

Licenciado de en Actividad Física y Deporte

Docente del Instituto Universitario Naval

(Argentina)

Germán Alejandro Ruggio

germanruggio@gmail.com

 

 

 

 

Resumen

          El cuerpo en las distintas culturas ha tenido diferentes significados, que encuentran sus diversas manifestaciones en el cuerpo actual del siglo XXI. La reconstrucción de estos momentos forma la identidad de los seres humanos.

          Palabras clave: Cuerpo. Historia. Identidad.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 160, Septiembre de 2011. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Podríamos afirma que la existencia humana es corporal y percibimos el mundo desde nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo y lo que él representa, es lo que el mundo representa para nosotros, como lo vivimos y lo sentimos. Podría citar el ejemplo de lo distintas que pueden ser las visiones del mundo de un deportista de élite con las de un deportista amateur que se levanta a las 5 de la mañana para trabajar, para poder entrenar y luego competir, y que ambos compiten o practican la misma especialidad deportiva. Cada uno se insertará en el mundo a partir de la representación y la visión que ha construido de su cuerpo, sumado a las oportunidades que las distintas circunstancias sociales del mundo le dará para demostrar su talento deportivo.

    Al mundo lo vivimos, lo sentimos. Nos identificamos con él antes de nacer, ya en forma corporal, en el útero materno. Desde la concepción del ser, desde que el óvulo es fecundado por el espermatozoide y el huevo cigota comienza a desarrollarse en el útero materno, comenzamos a sentir al mundo a través de la interacción de la madre con la sociedad, siendo esta la primera socialización primitiva del nuevo ser con el mundo. Al nacer, el bebé se va apropiando de su entorno desde su rol de infante. El llanto, la sonrisa, la búsqueda constante de la mirada, el pataleo para conocer sus extremidades, la aprensión de la mano, la succión como forma de alimentarse a través del pecho materno, son toda una definición de la forma de apropiación del mundo, de sentir el mundo, de cargarlo de afectividad para interactuar con él.

Desarrollo

    El hombre primitivo percibía al mundo cargado de sentimientos, lo cargaba de significado a medida que éste se revelaba. Este hombre se entremezclaba, era parte de una unidad con la tierra, sostenido por la telaraña de significación de sus propios mitos. La forma de percibir al entorno de forma mítica, dándole significado propio a los distintos acontecimientos de la naturaleza. Esta mítica es sostenida bajo continuos ritos, siendo esta la forma física del mito, que a medida que trascurre el tiempo se transforma en una tradición individual y comunitaria, dándole sentido a la continuidad de la vida.

    A su vez a medida que el hombre primitivo se adaptada a su mundo, se iban organizando para las distintas tareas que poseía la tribu. Estas tareas se dividían por el sexo, ya que los hombres tenían una contextura más fuerte que la mujer y esta presentaba mejores condiciones para criar a los niños, cuidar la aldea, que no se apague el fuego y ser recolectora de frutos. Los hombre se organizaban en grupos de cazas, y a su vez estos tropas ordenaban por las mejores habilidades, siendo que los mas dotados para las armas conducirían la avanzada contra el animal y los otros acarearían la caza. Estos grupos estaban organizados tácticamente, a su vez desarrollaban su físico con largas caminatas, frecuentes saltos, como también trepar los árboles y rectar por los suelos, y a su vez se aleccionaba en la practica del manejo de la lanza como contacto cuerpo a cuerpo y como lanzamiento a distancia.

    Podemos asemejar tal afirmación del cuerpo del hombre primitivo a una manifestación propia de nuestros días como lo es el deporte del fútbol. Se podría asociar esa mítica del mundo, esos ritos que dan significado a la vida, con lo que acontece en la práctica espontánea del fútbol en nuestro país. Millones de argentinos salen los fines de semana a mitificarse con idea de ser parte de un planeta igualitario, dentro de un contexto reglamentado y lúdico, olvidando el futuro y el pasado cercano, por el presente significativo del aquí y ahora, dándole sentido a la existencia de dichas personas, que sin ser deportistas de élite, desarrollan la actividad física que les da sentido a sus vidas, que le da significado a su existencia, al mundo cargándolo de emoción y sentimiento, de mítica y realidad. Estas personas que son apasionadas del fútbol, como aquellos que son apasionados por el atletismo o el básquet o el rugby, o cualquier deporte, lo hacen místicamente para mitificarse con su mundo, y su vida gira en esta continua búsqueda de emoción placentera que les da dicha práctica deportiva, dándole significado a su existencia terrenal.

    El cuerpo a lo largo de la historia de la humanidad ha tenido distintos matices y significaciones, según las distintas culturas del planeta. A su vez, el cuerpo militar, también han sufrido modificaciones conceptúales, ideológicas, practicas y físicas. Describiremos aquellas más significativas y que han desarrollado una idea del cuerpo que se asemeja en algunas aristas en la realidad e idea que tenemos acerca de nuestro cuerpo y la idea filosófica que guarda relación con el significado primario de la Educación Física naval.

El significado del cuerpo en la antigua Grecia

    Los griegos empezaron a racionalizar el pensamiento, y de esta manera se comenzó con el dualismo cuerpo-alma, viviendo al cuerpo desde un lugar de estudio, llegando al factor de individualización.

    Con esta separación, el hombre comienza a separarse de su cuerpo y de sus mitos, cuestionando de donde provienen las sensaciones, para así dudar y tratar de reaccionar al mundo.

    Con el advenimiento del siglo V (AC) el cuerpo se incorpora en el ideal educativo griego para los ciudadanos; educación que buscaba el equilibrio integral para todas las artes, la gimnasia, la ciencia, la música, la filosofía, la política, las leyes, orientada a formar un ciudadano virtuoso. La palabra Areté resumía esta situación, buscando la virtud del hombre integral, tanto en los aspectos mentales, corporales y espirituales.

    Resultaba natural en la polis tener sus gimnasios, que estaban asociados a la prevención de enfermedades: orientándose desarrollar el físico para prevenirlo del deterioro natural, siendo que los médicos consultaban a los instructores de los gimnasios para disponer sus terapias, dando como nacimiento a la medicina preventiva.

    El niño espartano, destinado a ser un soldado, pertenecía más al estado que a su familia, al nacer era examinado por los ancianos de la tribu, que lo devolvían a la madre si estaba bien constituido; en caso contrario lo hacían arrojar aun abismo del Taigeto. Todas las madres educaban a sus hijos de la misma manera; no los envolvían y los acostumbraban a comer de todo y a no tener miedo de nada. Al cumplir el niño los siete años se entregaba al estado; el niño era entonces como un hijo de regimiento, que desde’ luego formaba parte de una clase mandada por el que se habla mostrado superior a los Otros alumnos por su inteligencia y su fuerza.

    El estudio se tenía en poco en este género de educación. Se limitaba a enseñar a los niños a cantar y a explicarse con precisión; tratábase sobre todo de dar fortaleza y flexibilidad al cuerpo. Gracias a una serie de ejercicios graduados, los niños aprendían a correr, saltar y lanzar el disco o la jabalina. Después se ejercitaban en el manejo de las armas y en la danza guerrera llamada pírrica. Así se les acostumbraba a soportar’ sin quejarse el dolor, el frío y el calor, el hambre y la sed, la fatiga y Llevaban el mismo vestido en todas las estaciones, se acostarían sobre cañas que ellos mismos cortaban en el Eurotas, y no se lavaban ni perfumaban sino en los días de grandes fiestas. Se les alimentaba mal y les era permitido robar para aplacar el hambre; pero, silos encontraban robando, eran castigados severamente. Uno de ellos, que habla ocultado un zorro vivo bajo su túnica, se dejó morder el vientre antes que confesar el robo. Había también concursos de resistencia a los porrazos. Cada año recibían una vuelta de azotes delante del altar de Artemisa, y el vencedor era quien tardaba más en quejarse; sucedió que murieron algunos niños sin prorrumpir un quejido.

    Estos niños tenían aspecto grave y ademanes mesurados. Caminaban con los ojos bajos, y no tomaban la palabra sino cuando eran interrogados. Esta educación de hierro los preparaba a la disciplina militar.

    Los jóvenes formaban parte del ejército a los diez y siete años; a los treinta eran considerados como ciudadanos y debían contraer matrimonio, sin dejar por ello de pertenecer al estado. El empleo del tiempo estaba fijado por los reglamentos. Llevaban uniforme y debían asistir todos los días a los ejercicios, consistentes en carreras, saltos y manejo de las armas. A este respecto, la institución más curiosa era la de las comidas publicas, que eran obligatorias para todos los espartanos, aun para los reyes; sin embargo, no se celebraban diariamente.

    En esas comidas, los hombres se agrupaban por escuadras de a 15, y los que las componían eran en la guerra compañeros de tienda de campaña. Esas escuadras eran círculos a los que era muy difícil entrar y en los que se procedía a votación para aceptar un nuevo miembro, como sucede en los cuerpos de oficiales en Alemania. En las comidas públicas se comía la sopa negra, guisado célebre en toda Grecia, hecho con pedacitos de carne, grasa de cerdo, vinagre y sal. Pero la minuta podía aumentarse con productos de caza o con carne de las victimas, cuando había habido un sacrificio.

    A esa vida austera debían los espartanos el carácter grave y digno -que tenían. Diríase que los envaraba su compostura heroica de viejos veteranos que afectan despreciar todo lo que los demás hombres aprendan o temen. No se inclinaban sino delante de los ancianos, que respetaban como a sus padres. Su lenguaje era voluntariamente rudo y sencillo, y su manera de responder, a la vez corta y mordaz, ha llegado hasta nosotros con el nombre de laconismo

    Para el 1500 (AC) los cretenses ya practicaban la lanza, la carrera pedestre, una lucha parecida al boxeo y la lucha contra los toros, como actividades propias de prácticas deportivas primitivas.

    En el canto XXIII de la Ilíada, Homero narra los funerales de Patroclo junto a los muros troyanos. Aquiles organizó las pruebas atléticas para su difunto amigo, en la invasión de los ejércitos de Atenas a la Isla de Troya. Se dispuso primero la carrera de carros, después el pugilato, la lucha, la carrera pedestre, el combate de armas, el tiro del hierro, el concurso de arqueros y el lanzamiento de jabalina.

    En los tiempos homéricos los pueblos griegos organizaban los juegos deportivos para agasajar a los huéspedes o para honrar a los dioses.

    Para 776 (AC) nacen los juegos olímpicos modernos, donde se disputaba en un estadio en forma de herradura, con gradas que albergaban a 30000 espectadores, registrándose además los ganadores de cada competencia. Esta fiesta se celebra cada 4 años, cabiendo en el calendario griego, donde se celebraba la tregua. A los ganadores de la competencia se les entregaba una corona de olivos que se recogían de las orillas del río Alfeo. De esta manera los griegos dan una importancia al cuerpo y su desarrollo en las competencias atléticas, siendo los juegos olímpicos la conmemoración y celebración hacia éste, el cuerpo.

    En dichos juegos olímpicos, las competencias más importantes que se disputan son:

  • El domas: que consistía en una carrera pedestre de una vuelta a la pista del estadio;

  • El diaulo: que consistía en una carrera pedestre de dos vueltas a la pista del estadio;

  • El dólico: consistía en una carrera pedestre de fondo de doce vueltas a la pista del estadio;

  • El pentatlhon: que comprendía cinco pruebas: una vuelta a la pista del estadio, el lanzamiento de disco, el lanzamiento de jabalina, salto de longitud y la lucha o “pale”, prueba que hasta hoy se celebra en las olimpiadas, con la salvedad de la lucha y el agregado del salto en alto.

El significado del cuerpo en la edad media y el renacimiento

    Con el advenimiento de la Edad Media, el cristianismo y su pensamiento tienen su esplendor en el centro europeo. El cuerpo era concebido como una carga, como un sufrimiento, sometido a la disciplina del orden establecido por la iglesia, supeditado a la salvación del alma, sumiso, compasivo, abstemio de dolor y de vida.

    Fuera de lo establecido por la Iglesia como filosofía para la vida en general, el cuerpo popular se manifestaba en las fiestas medievales, un cuerpo grotesco, excediendo sus propios limites mediante sus protuberancias, abierto al mundo, sin inhibiciones, desbordante de vitalidad, sin jerarquías se mezclaban el cuerpo entre la multitud, renaciendo en contraposición a la filosofía reinante.

    Por otro lado, en los siglos IV y X se celebraban fiestas en la vieja Irlanda y Escocia (protestantes), como los juegos Tailti o los juegos de Ceres. En estas fiestas se acostumbraba a hacer competencias atléticas, como los saltos en altura, los saltos en largo, la carrera pedestre a la aldea, los lanzamientos de los ejes de carro, los lanzamientos de martillo de herrero, el lanzamiento de la piedra de 30 kg, el lanzamiento de la pica o del baber. El baber era un ejercicio que consistía en lanzar un tronco de alerce o de abeto que media 4 metros de longitud y pesaba 50 kg.

    Todas estas fiestas eran una tradición en Irlanda y Escocia, ya que se celebran hasta nuestros días, reflejando una visión del cuerpo asociada a la vieja tradición griega de cuerpo atlético.

    Con el advenimiento del Renacimiento, la visión del cuerpo en la sociedad cambia. Se manifiesta una corporeidad despojada de la visión teológica. El cuerpo adquiere un valor productivo y la muerte es vivida como la posibilidad de una nueva vida. El saber anatómico, oculto y desprestigiado por la Iglesia Católica en la Edad Media, es retomado por los catedráticos y reaparece a través de disección del cuerpo, comenzando así el dualismo de cuerpo o carne y persona o espíritu.

    Se podría trazar un paralelo entre la curiosidad fisiológica del cuerpo popular y la aparición de lo lúdico. Esto se daba por medio de los juegos populares que se desarrollaban en las ciudades más pobladas de Europa. Dichos juegos no eran tomados como deportes, pero si participaban grandes cantidades de personas, con gran compromiso motor, dando nacimiento al cuerpo social o cuerpo lúdico. Estos juegos ya se desarrollaban en otras partes del mundo, como en América del Sur antes de la conquista emancipadora o en Asia Occidental.

    Los Aztecas en México eran unos apasionados del Tlatchli; los Araucanos en Chile jugaban a la Paume y los Patagones en la Patagonia Argentina practicaban la Cheeca. Todos estos juegos consistían en la disputa de dos equipos, con una pelota de resina de árbol de látex, en un determinado terreno de juego, tratando de pasar la pelota al campo contrario.

    Los Árabes mucho antes del Renacimiento, practicaban la Koura que consistía en 2 bandos que se disputaban una pelota hecha de hojas de palmera entrelazadas, golpeándola con un tallo de la misma planta. En Persia se jugaba de igual manera, pero con la variante que lo hacían a caballo; pasando luego a los Turcos, de éstos a los Griegos bizantinos, luego a los Franceses por medio de las Cruzadas y de ahí a toda Europa.

    Por lo tanto el cuerpo del Renacimiento, es un cuerpo alegre, divertido, explorador, que busca lo lúdico en el medio que lo rodea, en el mundo, pero para fraternizar y socializar con otros cuerpos.

El significado del cuerpo en el romanticismo

    A partir de la Revolución Francesa, se promovieron nuevos valores, la modernidad se instala en las principales ciudades de Europa, exponiendo al individualismo urbano y la revolución industrial como principal característica. El cuerpo se alineaba con los mecanismos de producción y se lo veía como una máquina para el trabajo.

    Se trata de que el cuerpo llegue a gran velocidad a todos los lados con la creación de carreteras; como también esté cómodo, representado por la creación del sofá; como también el silencio como protector de la intimidad, creándose espacios para estar, como el café; aparece también la arquitectura cerrada; se crea el automóvil, el ascensor, marcando las características de la modernidad que marcarán la unión entre los cuerpos pasivos e individuales, con los cuerpos veloces sin la estimulación y posibilidades de movimientos.

    Con el Positivismo, surgido en el siglo XIX, se continuó desvalorizando el cuerpo, este movimiento se expresaba a través de la ciencia experimental del orden social y del progreso técno/individual.

    Se promovía el futuro a través de la publicidad, promoviendo el dinamismo y la velocidad, identificando el progreso técnico con el progreso humano. El hombre solo desempeña el papel del maquinista perfecto, inventor, se prescinde del cuerpo obrero reemplazándolo por engranaje y varillas que prolongan sus extremidades como también en el arte la creación de las marionetas. La figura humana queda en la penumbra. El objetivo era fragmentar el cuerpo para potenciar las partes.

    Ante esta postura de lógica racional tecnicista y de uniformidad industrial, nace un nuevo movimiento: el Romanticismo.

    Su intención es reivindicar la subjetividad, la libertad sobre la disciplina, reaccionando contra la rutina de las sociedades industrializadas.

    En las artes surge el expresionismo en oposición al impresionismo. La preocupación se centraba en los conflictos íntimos; la realidad era vista como un espacio de profundización, abandonando las expresiones superfluas, buscando respuestas en la propia imaginación. El cuerpo es valorizado según la influencia artística.

    Nace la danza moderna mediante movimientos que expresan mejor los sentimientos y las fuerzas creadoras, subrayándose la relación con lo terrenal mediante la persecución corporal, la reptación, el caer y recobrarse, encarnado como lucha Kinésica.

    Toda esta corriente influye en la Educación Física y en la Gimnasia de principio del siglo XX. Los autores que influyen con sus ideas son:

  • Descarte: quien incorpora a la danza el principio de tensión-relajación que hoy en día aparece en el currículo de la Educación Física.

  • Dalcroze: Propone la Gimnasia Rítmica que integra movimientos corporales a las sensaciones rítmicas que la música produce.

  • Von laden: revindica el valor educativo del movimiento mediante la danza, fomentando la interpretación personal, considerando que la persona puede descubrir su propia técnica y su lenguaje gestual adjudicándole un significado propio. Propone una danza educativa que sea expresiva, creativa y libre, una continua búsqueda personal para descubrir la propia técnica, la propia elaboración del propio lenguaje gestual con la finalidad del sentido del movimiento y dominio del propio cuerpo.

    Por otro lado la Revolución Industrial en Inglaterra, dio como resultado el nacimiento de otra escala social: la Burguesía Industrial. A esta burguesía industrial junto con la Aristocracia que gobernaba el país, les sobraba mucho tiempo libre, y lo aprovechaban para ejercitar su cuerpo, gestando el nacimiento del deporte moderno. Las pruebas atléticas (carrera de fondo y saltos y lanzamientos) y el golf ya eran reconocidos con el nombre de deportes y eran profesionales. El cuerpo colectivo comenzaba a surgir formando un grupo o equipo, y eran representados por el fútbol y el rugby, dependiendo de la ciudad en que se viviera, ya que se expresaban como juegos populares en las escuelas y las universidades del país, para posteriormente formarse las federaciones, que reglamentaban y desarrollaban campeonatos.

    Este cambio de concepción del cuerpo, produjo una valoración más importante, llena de expresiones subjetivas, realzando el cuerpo colectivo e individual, dando paso a la expresión pura de un sueño, de Pierre de Coubertin, el nacimiento del olimpismo moderno, y nacen así los juegos olímpicos modernos.

El significado del cuerpo en la actualidad

    El cuerpo en las sociedades contemporáneas es visto y vivido bajo la concepción del paradigma anatomía fisiológica. El cuerpo es el pilar de una medicina fascinada por los procesos orgánicos.

    Surge a su vez el interés por la expresión corporal del imaginario, una búsqueda de la integridad perdida y de la buena salud a través de la preocupación por el cuerpo.

    En esta preocupación, esta visión de lo corporal, la corporeidad humana tuvo distintos momentos según las décadas.

    En los años setenta perduraba una idea del cuerpo ligada al ejercicio de lo sensorial y la actividad física, y se expresaba en la vida cotidiana. Muchos concurrían al trabajo por sus propios medios de movimientos (caminando) o con instrumentos sencillos de locomoción (bicicleta) tratando de cumplir siempre el mismo camino, habitando el trayecto. El hombre aún tenía anclaje en su cuerpo y la comunidad donde se valoraba la convivencia en grupos por ejemplo la barra del café. El desgaste físico se reducía a espacios y tiempos acotados, por ejemplo el tiempo y los espacios laborales en la fábrica, dejando a los tiempos de esparcimiento el club, el café y la familia.

    Por otro lado el deporte espectáculo empezaba a tomar su primer envión, con la profesionalización de algunos deportes como el fútbol, produciendo una movilidad social importante; Las trasmisiones en los medios masivos de comunicación, con su negocio de marketing deportivo; como también la valorización y actualización continuamente de las primeras teorías de entrenamiento físico avaladas por los resultados deportivos.

    La década de los ochenta marcaría el inicio de la explotación del cuerpo, algo que llega hasta nuestros días. El cuerpo es sometido al máximo con distintos tipos de entrenamiento para cualquier experimentación científica, acrobacia y/o técnica motriz. Todo esto fomentado, gracias a los avances tecnológicos, por la expansión de los medios de comunicación que invaden todos los campos sociales, como la danza, la gimnasia, la familia y el deporte. Se produce una reelaboración de la definición de intimidad, fomentada por el creciente individualismo. Este individualismo vuelve al cuerpo portátil, vergonzoso, frágil, a la búsqueda del cuerpo sano y joven por medio de los métodos de entrenamiento físico. Esta visión esta ligada al endiosamiento de la apariencia física como forma de éxito, que se ve reflejado en la Educación Física Escolar donde se busca tonificar y formar para la producción. El cuerpo se vuelve protésico, ya que todo sujeto puede ser donante o receptor de órganos. Esta vivencia del cuerpo máquina, continúa vigente, notándose esto en el discurso diario “estás acelerado” o “se te aflojó un tornillo”.

    Con la llegada de los años noventa, los avances de la modernidad no eran los esperados y empezaban a dejar consecuencias, la post-modernidad y la velocidad vivenciada asumen un valor creciente. En los hogares se advierte un hombre cómodo, sentado o acostado frente a la pantalla del televisor o de la computadora, remplazando las ventanas o las puertas, aprovechando la comodidad de los controles remotos, o teléfonos móviles, siendo la tecnología una parte más de nuestros cuerpos.

    El individualismo hace del cuerpo una posesión, mientras la identificación esta ligada a sentirse miembro del cuerpo colectivo, ligada al sentimiento caracterizada por los códigos culturales de comportamientos propios. Esta vinculación se da a través del lugar y la forma de vida, la estética y la forma de vestirse como los ritos del propio grupo. Estos tipos de grupos se les comienzan a denominar Tribus Urbanas. Estas tribus viven su cuerpo, su corporeidad como comunidades emocionales, eligiendo como exteriorización la energía en eventos deportivos, recitales o en espacios festivos con fuerte componente físico donde se fusiona el baile con codearse y golpearse, primando el yo social, el cuerpo grupal sobre el yo individual, el cuerpo propio, simulándose estos cuerpos individuales a engranajes propios y compatibles del mecanismo superior, del motor colectivo y oscilante.

    La corporeidad se manifiesta a través de movimientos kinésicos, con manifestaciones gestuales, posturales, relacionada con los elementos de la imagen y lo corporal.

    El fin de siglo XX y el principio del Siglo XXI trajo una corporeidad plagada de idealismo como fundamentación de la personalidad y el bienestar psicológico, dando como resultado la imagen del éxito. Este idealismo de la belleza se fundamenta en el ocultamiento o retraso de la adultez o vejez corporal, en la posibilidad de múltiples cirugías estéticas, como también en la consumición de tecnología y recetas de entrenamiento físico mágicas y de ropa de moda.

    La explotación de la comunicación digital convierte a las tribus urbanas, se vuelven mega nautas, formando una identidad global, produciendo la llegada del cuerpo al planeta universal y general, siendo todo el globo un lugar, un espacio para identificarse y expresarse. Se produce un resurgimiento de las micro culturas autónomas, sin la necesidad de un espacio físico de referencia, siendo su espacio el universo de la red, el colmo de las ráfagas de luz cibernéticas del cable digital, identificando a cada integrante su cuerpo a ella.

    Por otro lado se produce una explosión mercantil del deporte espectáculo profesional, gracias al avance tecnológico/digital, a través de la explotación de la imagen corporal, por medio de la televisación de todos los momentos y rituales, asociándose a lo cinematográfico. Se expone en directo los entrenamientos, la competencia y poscompetencia, promoviendo el mercantilismo periodístico / económico del consumismo, como también una forma de vida relacionada al deporte, la buena salud y la posibilidad de generar movilidad social por medio de lo económico.

    Este nuevo siglo, propone una diferencia socio-económica con respecto a los cuidados del cuerpo. Las clases se acomodan y tienen acceso a tiempo libre, de ocio, para descansar en lugares propios y sociales repletos de comodidades corporales, gimnasios, máquinas de deportes extremos, como también tratamientos de masajes y de bellezas, saunas y jacuzzis, promoviendo la mejor calidad de vida, accediendo a los cuidados profesionales en clínicas privadas de salud, tratando de salvar al cuerpo de la vejez, de su muerte diaria. A contrapartida, las clases menos acomodadas, en la marginalidad y la pobreza, el cuerpo es vivido como una herramienta de trabajo. de subsistencia, desgarrado de emoción, resignados a los planes sociales de salud y bienestar de los estados provinciales y nacionales. Lo niños trasladan esta sensación de desarraigo al juego popular como el fútbol, agregándole además de las reglas, la violencia ante la impotencia engendrada por su entorno desfavorable. A contrapartida de la clase acomodada, la muerte del cuerpo es vivida día a día, sin descanso más que el que brinda el sueño, sin recreación más que el rito sencillo del mate, exponiendo la vida en salas de emergencia repletas de cuerpos, virus y violencia. El cuerpo en las clases desfavorables es vivido con violencia, con furia y se exterioriza en la dejadez y desazón del alcohol y las drogas, la desilusión por el futuro y en el palo a palo del día a día de la realidad.

Conclusión

    Podemos concluir afirmando que el cuerpo ha tenido una mirada evolutiva a lo largo de la historia. Cada una fue circunstancia de las ataduras sociales y culturales de sus tiempos.

    Todas esta miradas han concluido en el surgimiento de la educación física, que no es otra cosa que educar nuestro cuerpo. Ayudarnos a comprender y desarrollar el potencial físico e intelectual como afirma Freile, para desarrollarnos e interactuar dentro de la comunidad social.

    La mira que tenga esta educación es lo que esta en juego. Según desde que paradigma nos situamos como profesionales y que tipo de necesidad social tenga esta mirada, es lo que va predisponer el desarrollo o no de la cultura física, la corporeidad.

    La corporeidad la podemos asociar a la motricidad, ya que el ser humano experimenta con su cuerpo de manera práctica, con vida, actuante. La corporeidad y la motricidad son indisolubles, no existen una sin la otra, representan cada una en el análisis científico, son elementos con definiciones propias, pero en la realidad práctica, activa del hombre, el cuerpo no puede concebirse sin vida, sin movimiento. La motricidad esta presente en lo cotidiano del hombre, cargadas sus acciones de sentimiento y finalidad, interactuando y expandiéndose en el tiempo, en busca de la trascendencia de sus actos con el medio social y natural. La motricidad da sentido a la corporeidad y viceversa.

    El movimiento siempre ha servido como método para que las distintas sociedades moldeen el cuerpo humano, está presente en los currículos escolares, las ideologías imperantes y reinantes de cada momento histórico, reduciendo al hombre a disciplina o descubrimiento, en busca de un control social absoluto.

    Siguiendo a Manuel Sergio y aplicando sus conceptos al hombre lo podríamos definir desde las siguientes dimensiones:

  • La corporeidad: Desde y a partir del cuerpo me proyecto al mundo

  • La motricidad: Interioriza y humaniza el movimiento

  • La comunicación y cooperación: Afirmamos el nosotros, vos y yo conectados, unidos a partir de estar en el mundo.

  • La historicidad: Vivir nuestro presente, proyectando el futuro esperanzador, sin olvidar de donde venimos, sin olvidar nuestro pasado.

  • La libertad: Entender las necesidades, para ser un ser reflexivo, histórico y autónomo del propio medio.

  • La noosfera: Buscando la totalidad humana, por medio de los saberes espirituales y culturales.

  • La trascendencia: Buscando hacer para crecer y ser mucho más.

    A partir de estas dimensiones el cuerpo no se reduce a una instancia biológica, sino a un ser histórico-social, biológicamente activo.

    La corporeidad, representa el modo de ser del hombre, bajo circunstancias históricas, siendo la Educación Física su herramienta más importante.

    Separando el concepto de Educación Física, encontraremos históricamente que la palabra Educación estará asociada a distintos términos y sucediendo lo mismo con la palabra Física. O sea que el concepto de Educación Física encierra connotación en el imaginario social y cultural, que se ve lleno de poder y según las concepciones ideológicas propias del concepto de cada estado o nación.

    Foucault afirma que el cuerpo es portador de poder, por ende que uno es portador de poder, que colectivamente somos portadores del poder colectivo. Este poder del cuerpo colectivo esta sujeto a normas y leyes propias de cada sociedad, siendo que este cuerpo colectivo porta mayor poder, y que este cuerpo colectivo es el que realiza las normas colectivas y reglas que engendran el cuerpo colectivo popular absoluto de poder.

    La corporeidad se da a partir de la imagen del hombre y de su proyecto socio cultural como colectividad, como nación.

    Cada sociedad, Cada Institución, creará el ideal corporal que cobrará vida a través de la Educación Física.

    Este cuerpo colectivo, Cuerpo Institucional, es el efecto de una elaboración social y cultural, por lo tanto la corporeidad y la motricidad representan un ente propio, indisoluble del imaginario colectivo propio de cada cultura, que lo legitima en su expresión como sociedad, que estará representada y puesta en marcha por la Educación Física, las teorías que la avalan, y su incidencia directa en la vida colectiva.

    Entender exactamente desde donde venimos y hacia donde vamos como forma de vida, como una raza de animales en el reinado de la naturaleza, como la humanidad misma, es hacerse cargo del presente elaborándolo y trabajando con miras al futuro.

Bibliografía

  • BRACHT, Valter. Educación Física y Aprendizaje Social. Editorial Vélez Sarsfield.1996.

  • CRISORIO Ricardo y BRACHT, Valter. “La educación Física en Argentina y Brasil”; Ediciones Al Margen, La Plata, Argentina, 2005.

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  • ELIAS, Norber, “Deporte y ocio en el progreso de civilización”; Fondo de Cultura económica; Mexico, 1996.

  • FLORENCE, Jacques. Tareas significativas de la Educación física. Publicaciones INDE. 2000.

  • SERGIO, Manuel. “Un Objeto de Estudio: la motricidad humana”, Editorial Intituto Piaget, Portugal, lisboa, 2001.

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