efdeportes.com
Acogida de las personas mayores o de grupos de personas mayores

 

Máster en Gerontología, Universidad Católica de Brasilia

Fisioterapeuta, facilitador de Biodanza

(Brasil)

Noeme Cristina Alvares de Carvalho

noecarvalho@gmail.com

 

 

 

 

Resumen

          Este artículo tiene por objeto destacar la importancia de acoger a los ancianos en el trabajo en grupo y dar los pasos que pueden contribuir a su sistematización. El trabajo fue desarrollado sobre la base de la Parte I del libro "Dinámica para Ideosos: 125 Jogos e Brincadeiras Adaptados” (1)1. En este estudio, son presentados aspectos que se asemejan a la acogida de carácter individual - citas, asesoría, capacitación, clases, por ejemplo - y de grupo, como los grupos terapéuticos, de convivencia, educativos, religiosos y de oció. Nosotros, en este estudio, usamos los términos profesionales o voluntarios para nombrar a los líderes de grupo, y los que lo hacen los servicios individual o en el grupo de personas mayores.

          Palabras clave: Acogida. Bienvenida. Recepción. Personas mayores. Grupos.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 159, Agosto de 2011. http://www.efdeportes.com

1 / 1

Em portugués

Acogida

    Acoger puede significar recibir, atender, aceptar, proteger, nutrir, y otros (2). La acogida, también llamada de cuidado, es más que una acción aislada, es un comportamiento con la existencia de otro ser humano. Representa a más de un momento de atención o de devoción. Indica una posición de trabajo, de preocupación, de servicio y de implicación afectiva con los demás (3). La capacidad de recibir, y la atención es natural, hace parte de la esencia humana, es necesario solamente dejar que ocurra (4).

    La acogida de las personas mayores incluye estos significados y quizá muchos más, y son de una importancia aún mayor a causa de la creciente vulnerabilidad biopsicosocial que acompaña al proceso de envejecimiento. Esta debilidad se debe, en los ejemplos que siguen, a los cambios sistémicos del proceso como la disminución de la agudeza sensorial, el surgimiento de enfermedades y de la pérdida de seres queridos y el status social, tanto dentro de la familia o de la sociedad.

    Desde el primer encuentro, la acogida ofrece la formación de una base relacional entre el profesional o voluntario y las personas mayores. La acogida permite la integración que puede resultar en una relación de respeto y amor (5, 6,7). En reuniones posteriores, como en el servicio individual o de grupo, el vínculo nacido en el primer contacto tiende a reforzarse (5, 6, 7, 8).

    Lo contrario, se prevé la mejora de las relaciones entre sus protagonistas. Después de unas pocas reuniones, por ejemplo, los mayores pueden acoger sus pares en su grupo durante las actividades. Esta mejora de las relaciones se puede abarcar a los familiares y personas del círculo de amistad de los ancianos.

    Como afirma Boff (3), el cuidado, la acogida, es al mismo tiempo, una actitud y una forma de responsabilizarse por el otro, aquél que necesita de su cuidado. En este contexto, los ancianos son parte vulnerable de la relación, que tiene menos poder y está más sujeto a los riesgos y las pérdidas (9,10).

    Maturana (11) nos recuerda la importancia de reconocer al otro, en caso las personas mayores, como otros legítimos en el espacio común de convivencia. El reconocimiento de la legitimidad de los mayores cómo seres dignos, per si, debe caracterizar la vivencia de la alteridad, el ser-para-el-otro (12) en la relación de trabajo entre profesional o voluntarios y mayores.

    Desde otra perspectiva, la acogida facilita, principalmente, la adhesión de los mayores a los diversos tratamientos terapéuticos y preventivos, desde el uso de la medicación y de la dieta alimentar, para el regreso a la institución, la asistencia y la participación en actividades individuales y grupales. Podríamos decir que la acogida autoriza, en cierto sentido, las personas mayores para ejercer su ciudadanía (1) con dignidad y presencia.

Pasos de la acogida

    Los pasos de la acogida2 (5,13), son parte de un conjunto de habilidades interpersonales que componen el modelo de ayuda (6), pasos ésos que se puede observar, medir, y especialmente entrenar y transmitir, Este modelo tiene como objetivo formar profesionales de diferentes áreas y personas idóneas para utilizar una técnica terapéutica que añade a sus capacidades naturales, habilidades entrenables.

    Carkhuff (5) clasificó las habilidades interpersonales en cuatro grupos, a saber: sintonizar, responder, personalizar y orientar, cada uno envolviendo una o varias habilidades específicas. En este estudio, abordaremos solamente el grupo sintonizar, que denominamos acogida.

    Originalmente, el grupo sintonizar (6) se divide en cinco fases: preparación del ambiente físico, acogida, servicio físico, observación y escucha. A estos se añade uno más, la preparación del profesional o voluntario en actividades relacionadas con la gerontología y adoptamos los nombres siguientes: preparación del ambiente físico, preparación del profesional o voluntario en actividades relacionadas con la gerontología, recepción de mayores y o grupo de mayores, servicio físico, observación y inferencia, escucha (1).

1.     Preparación del ambiente físico

    La sintonía con la persona mayor o grupo de personas mayores empieza con la preparación del ambiente físico, tratando de organizar la sala de espera o de reunión, de modo que las personas mayores se sientan valoradas y aceptadas. Son los cuidados básicos tales como limpieza, iluminación, ventilación y decoración de interiores, y distribución de sillas en el espacio de la sala (6).

    Desde una perspectiva más amplia, es también, cuando sea posible, mejorar o resolver los problemas de accesibilidad para las personas mayores en el local donde se va a realizar el servicio o la reunión (14).

2.     Preparación de los profesionales y voluntarios gerontológicos

    La preparación de los profesionales y de los voluntarios se compone de una parte técnica y de otra intrapersonal. El aspecto técnico puede ser ejemplificado por el cuidado de su actualización científica y la planificación de actividades, una conferencia, por ejemplo. La parte intrapersonal nos remonta a la disponibilidad interna, traducida por el deseo de hacer el trabajo, por el tiempo reservado para él y para sus buenas condiciones de salud (1).

3.     Recepción de las personas mayores y o del grupo de personas mayores

    Mientras que las dos primeras fases son las etapas previas a las actividades, las cuatro fases siguientes se refieren a su aplicación. Todas ellas están vinculadas y fueron separadas por razones didácticas.

    En los primeros momentos de cada reunión, se da el comienzo o la continuación del proceso directo de la comunicación afectiva de profesionales o voluntarios con los mayores.

    Esta fase comienza con las invitaciones verbales y no verbales a la participación de las personas mayores. Es hora de darles la bienvenida con afecto, mostrando interés en su persona y su presencia en el grupo. Lo importante es que el profesional o voluntario se presente y suponiendo ya conozca los mayores, vuelvan a si presentar y que los ancianos sean mirados, saludados, y caso puedan ser identificados, se les llamados por sus nombres. Así pues, el profesional el transmite receptividad y atención para ellos (6).

    También indican el interés del profesional o voluntario, por lo bien estar de las personas mayores otros atenciones (1) que buscan satisfacer las necesidades físicas de las personas, ya organizadas en la preparación del ambiente físico, como la disponibilidad de vasos y agua y la proximidad de cuartos de baño.

4.     Atención física

    En las reuniones y en encuentros, la comunicación entre las personas se inicia en el cuerpo, a través de las impresiones reveladas por los sentidos. Miramos, escuchamos, y frecuentemente tocamos a la otra persona. Y los cuerpos dialogan entre sí, comunicándose por señales de aceptación o rechazo, de identificación o de antipatía.

    La atención física consiste en comunicarse a través del lenguaje corporal, la disponibilidad y el interés de los profesionales o voluntarios con los adultos mayores (6). La actitud de acogida de estos profesionales, en especial la expresión facial es muy importante para que las personas mayores, conscientemente o no, comprendan su interés y disponibilidad. Por ejemplo, mientras el profesional o voluntario habla, la atención puede ocurrir por medio de contacto visual con los mayores. En este caso, el profesional o voluntario debe ocupar un lugar tal que le permita ser visto y oído por las personas mayores (1).

5.     Observación e inferencia

    En el transcurso de la acogida, en las cuatro primeras etapas el profesional o voluntario tiene como objetivo transmitir mensajes de atención, de disponibilidad y del respeto. Por otro lado, en ésta quinta etapa y en la siguiente, el objetivo es capturar los mensajes transmitidos por los ancianos.

    Observar es mirar cuidadosamente (2) para verificar los dados materiales que pueden transmitir algo sobre los mayores, tales como el aspecto físico, los gestos, los movimientos, la postura y la expresión fisonómica (6). Inferir es deducir, concluir, juzgar (2). En nuestras relaciones con los ancianos, se infiere, a fin de obtener los mensajes subliminales que señalicen la emoción (alegría, tristeza, cariño, dolor) en el elocución y o en los gestos, la comodidad o el incomodidad, entre otras señales, sin hacer juicios de valor.

    El acoger, es importante para distinguir entre la observación de y la inferencia. De tal manera que, podamos ver los hechos reales, es decir, la objetividad de la situación - por ejemplo, "Marina ha llorado en todas las reuniones" - a la deducción se basa en suposiciones, interpretaciones y juicios, sobre la base de los hechos observados de las situaciones anteriores a estos hechos, la experiencia y la historia de vida de los profesionales o voluntarios - "Marina también está mostrando más alegría, su expresión facial está más receptiva, más abierta."

    Muchas veces, la observación y de la inferencia se mezclan. Sin embargo, es importante distinguir cuidadosamente lo que es observación y lo que es inferencia. Las inferencias, por pertenecer a la esfera de la subjetividad, son pasibles de error (1) y sólo se vuelven verdaderas cuando los mayores la hayan confirmado (6).

6.     Escucha

    Esta es una de las partes más difíciles de ser realizada en nuestras relaciones. Posiblemente no se ha desarrollado esta capacidad porque no fuimos escuchados lo suficiente por nuestros padres, maestros, amigos y colegas. Esta dificultad puede estar presente tanto en la relación de profesionales y de voluntarios con las personas mayores, como en la relación de los mayores del grupo con sus compañeros (6).

    La escucha activa, más sensible y cuidadosa, permite oír dos tipos de mensajes: el explícito y el implícito. El explícito se materializa en las historias, en las informaciones y en las conversaciones. El implícito, es más difícil de ser aprehendido, es aquél que impregna y viste las palabras de contenido emocional (6,15). Por ejemplo, la frase dice: "Marina, tu no retornaste mi llamada, te llamé tres veces" Puede significar: "Yo no soy una persona importante para ti, yo no te importo".

    También es útil tener en cuenta que algunas personas mayores ya perdieron espacio para expresarse en sus familias y durante el servicio o actividad de grupo surge ese espacio. A veces, el profesional o voluntario sólo necesita escuchar el mensaje de la persona mayor, la posibilidad de hablar y de ser oído trae, de inmediato, alivio y bienestar a ella.

    Por otro lado, es muy común en servicios y en reuniones individuales, la extensión de la conversación de algunos mayores. Ésta situación se puede manejar con la colocación de las normas de convivencia, como, por ejemplo, el tiempo de conversación para cada uno en las actividades individuales o de grupo.

    Algunas medidas pueden ser adoptadas con el fin de escuchar con más atención a el mayor, evitando, por ejemplo, suspender temporalmente la actividad a cumplir para contestar teléfono móvil o fijo, interrumpir la conversación de las personas mayores, distraerse por los pensamientos y con los ruidos exteriores (6).

Conclusión

    Bajo el aspecto metodológico, la acogida nos conduce a la forma de interacción con las personas mayores y no a las respuestas de las preguntas y a los objetivos específicos de cada trabajo llevado adelante. Podríamos decir que se refiere a la preparación y el mantenimiento de una base relacional afectiva, que debe entrelazar todas las actividades con los mayores.

    La acogida tiene seis pasos preparatorios:

  1. La preparación del ambiente físico.

  2. La preparación de profesionales y voluntarios, y cuatro pasos de aplicación.

  3. La recepción de las personas mayores.

  4. El servicio físico.

  5. La observación y la inferencia.

  6. Escucha.

    En términos de comunicación, los cuatro primeros pasos son destinados a transmitir a los ancianos mensajes de disponibilidad, interés y atención. Ya los pasos finales, observación y inferencia, tienen como finalidad captar mensajes objetivos y subjetivos transmitidas por los mayores.

    Como se trata de un proceso vivencial construido y modificado en cada actividad, que combina las dimensiones objetivas y subjetivas - gestos, palabras, acciones, sentimientos y emociones - la acogida nos permite establecer una relación más estrecha y cariñosa con los ancianos, sin disminuir el papel del profesional o voluntario en el trabajo.

    En resumen, la acogida es de fundamental importancia, ya que posibilita o refuerza el proceso de vinculación afectiva que puede ser establecido entre los participantes y el profesional o voluntario.

    La acogida también facilita la adhesión a los tratamientos y a las orientaciones de atenciones a la salud. Al ser acogido, el mayor puede percibir, de manera consciente o no, que está siendo visto, oído y reconocido en su alteridad.

    Como actitud ética, la acogida supera los momentos de la reunión de grupo o de servicio individual, porque nos nortea en dirección a un camino de transcendencia, o sea, de reconocimiento de la alteridad del ser humano y, en el universo gerontológico, de nuestros mayores.

Notas

  1. El título en español de este libro puede ser "Dinámica de la Tercera Edad: 125 Juegos Adaptados”.

  2. Las fases de la acogida fueran basadas en lo estudio crecido por Robert R. Carkhuff(5; 13) en los Estados Unidos de América, originalmente nombrado de The art of helping – El arte de Ayudar(13), hace más de 40 años e que en Brasil recebió el nombre de Modelo de Ayuda(6). En este estudio, las fases de la acogida están dirigidas a la población de edad y se fundamentan en el primer grupo de habilidades interpersonales denominado sintonizar, del mismo modelo.

Bibliografia

  • Carvalho, N. (2009) “Dinâmicas para Idosos. 125 Jogos e Brincadeiras Adaptados”. 2ed. Petrópolis: Vozes.

  • Ferreira, A. (2009) “Novo Aurélio” Século XXI. 4 ed. Rio de Janeiro: Nova Fronteira,.

  • Boff, L. (2000) “Cuidado: o ethos do humano”. In: Ferreira, G.; Fonseca, P.(org). In: Conversando em casa. Rio de Janeiro: Sette Letras, , p 73-78.

  • Boff, L. (1999) “Saber Cuidar: ética do humano” - compaixão pela Terra. Petrópolis: Vozes.

  • Carkhuff, R. (1991) “A Arte de Ajudar”. VI. Belo Horizonte: Cede.

  • Feldman, C; Miranda, M. (2002) “Lúcio de. 13 ed. Construindo a relação de ajuda”. Belo Horizonte: Crescer.

  • Feldman, (1996) Clara. “Atendendo o paciente”. Belo Horizonte: Crescer.

  • Ministério da Saúde. Secretaria de Atenção à Saúde. Departamento de Atenção Básica. Caderno de Atenção Básica n 19. (2006) “Envelhecimento e saúde da pessoa idosa”. Brasília: Ministério da Saúde.

  • Barchifontaine, C; Zoboli, E; Lourdes Campos P. (2007) “Bioética, vulnerabilidade e saúde”. Barchifontaine, Christian de Paul de (org.). São Paulo: Idéias e Letras,

  • UNESCO. (2005) “Respeito pela Vulnerabilidade Humana e pela Integridade Individual” (Artigo 8). In: Declaração Universal sobre Bioética e Direitos Humanos. Tradução: Cátedra UNESCO de Bioética da Universidade de Brasília.

  • Maturana, H. (2002) “Emoções e linguagem na educação e na política”. 3 ed. Belo Horizonte: UFMG.

  • Lévinas, E. (1977) “Totalidad e infinito. Ensayo sobre la exterioridad”. Salamanca: Sígame,.

  • Carkhuff, R. “Helping and human relations”. Holt, Rinehart and Winston: New York, 1969.

  • Carvalho, N. (2006) “Princípios de Reabilitação Geriátrica”. Hargreaves, Luiz H. H. (Org). In: Geriatria. Brasília: Gráfica do Senado Federal, , p. 487-496.

  • Andrés, V.; Bas, F.; Matín, Raquel G. (2000) “Habilidades del gerontólogo”. In: Fernándes-Ballesteros, R. (Coord.). Gerontología social. Psicologia Pirâmide: Madrid, 597-612.

Otros artículos sobre Tercera Edad

  www.efdeportes.com/
Búsqueda personalizada

EFDeportes.com, Revista Digital · Año 16 · N° 159 | Buenos Aires, Agosto de 2011  
© 1997-2011 Derechos reservados