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La comunicación educativa con enfoque dialógico en la 

labor de los tutores de estudiantes de Cultura Física de Morón

 

SUM Morón

(Cuba)

Lic. Leydis Rodríguez Valdivia

Msc. Marlene García Ravelo

Lic. Oscar Padilla Padrón

Msc. Magaly Hernández Sotolongo

Msc. Julia García Rizo

jgarcia@moron.cav.sld.cu

 

 

 

 

Resumen

          La formación de las nuevas generaciones constituye una tarea de primer orden para los profesionales de la educación superior y está enfocada al desarrollo de una personalidad apta para construir la nueva sociedad y defender las conquistas de la Revolución. El tutor a través del liderazgo eficiente alcanza a crear una situación positiva y un ambiente favorable para comprender la misión y las funciones del proceso educativo como una unidad de acción orientada a propósitos u objetivos comunes, defendiendo la identidad cultural, el sentido de pertenencia y la cohesión social de la escuela, a partir de la promoción de la participación, la comunicación y la cooperación entre los estudiantes del grupo para superar los conflictos internos. Las exigencias que presupone la búsqueda de soluciones permiten identificar el problema científico de la investigación de la siguiente manera: Insuficiencias en la comunicación educativa entre tutores y alumnos en la práctica preprofesional de rehabilitadores integrales de las áreas de salud de Morón.

          Palabras clave: Tutor. Comunicación educativa. Enfoque dialógico.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 16 - Nº 158 - Julio de 2011. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El maestro ha jugado un papel trascendental en la formación de sus discípulos a lo largo de toda su historia, siendo la comunicación la vía fundamental con la que ha contado para poder transmitir toda la experiencia cultural a las nuevas generaciones que más tarde tendrán en sus manos la conducción de la sociedad, tiene la tarea de ampliar las potencialidades humanas de pensar, incrementar la independencia cognoscitiva y crítica, de desarrollar la formación de sentimientos, emociones y valores en sus receptores; para lograrlo deberá estar suficientemente preparado y no sólo brindar la información necesaria, sino que además debe elevar el nivel cultural y conformar su personalidad con un carácter activo en el progreso de la sociedad.

    El trabajo dirigido a perfeccionar el trabajo del tutor constituye un camino útil en las condiciones sociales actuales, su labor educativa precisa de responsabilidad ante el perfeccionamiento de la comunicación con los alumnos, elemento vital para garantizar la continuidad del propio proceso pedagógico.

    En la comunicación se suscitan un número considerable de problemas, pero específicamente en el ámbito de la educación al ser esta un proceso eminentemente comunicativo, su solución resulta crucial, por tal motivo se pretende incidir sobre el desempeño comunicativo del tutor en su labor docente en el contexto donde se genera la investigación.

    En la actualidad la superación del profesional que se desenvuelve en la docencia universitaria resulta una prioridad que responde a las exigencias de las profundas transformaciones que han tenido lugar en este tipo de enseñanza, esto significa que cada territorio, a partir de sus necesidades tiene la responsabilidad de diseñar y ejecutar un sistema de superación que de respuesta a estas demandas.

Desarrollo

    La Resolución Ministerial 132/ 2004 del MES incluye acápites que versan sobre la formación académica y la superación profesional; determinando que la educación de postgrado tiene como objetivo la formación permanente y actualizada de los graduados universitarios, el perfeccionamiento del desempeño de sus actividades profesionales y académicas, así como el enriquecimiento de su acervo cultural.

    Castro (2001) conceptualiza la superación profesional como “Educación perenne que debe permitir al docente formar parte de la dinámica del cambio, tanto en la orientación como en el proceso educativo, para enfrentar los problemas planteados por el adelanto científico y tecnológico; y los imperativos del desarrollo económico, social y político”

    En esta definición aborda aspectos importantes que son asumidos por otros investigadores al considerarla como una alternativa que les permita a los graduados universitarios el perfeccionamiento de los conocimientos y las habilidades para estar a tono con las novedades del contexto, reconociendo la formación permanente como rasgo distintivo de la superación profesional.

    En el Informe Delors (1996), se señala: “El mundo en su conjunto está evolucionando hoy tan rápidamente que el personal docente, como los trabajadores de la mayoría de las demás profesiones, deben admitir que su formación inicial no le bastará ya para el resto de su vida. A lo largo de su existencia los profesores tendrán que actualizar y perfeccionar sus conocimientos y técnicas. (...) A los docentes en servicio habría que ofrecerles periódicamente la posibilidad de perfeccionarse gracias a sesiones de trabajo en grupo y prácticas de formación continua. El fortalecimiento de la formación continua impartida de la manera más flexible posible puede contribuir mucho a elevar el nivel de competencia y la motivación del profesorado”.

    Implica entonces una continuidad en la acumulación de saberes que se activan y retroalimentan en aras de una actualidad necesaria para un mejor desempeño y una satisfacción personal y profesional que repercute de manera directa en la formación del futuro profesional que en breve estará al servicio de la sociedad.

    Resultan a tono con esta afirmación los criterios emitidos por M. del Llano y Arencivia (2004) al definirla como “un conjunto de procesos de enseñanza-aprendizaje que posibilitan a los graduados universitarios la adquisición y perfeccionamiento continuo de los conocimientos y habilidades requeridas. Esta proporciona la superación continua de los profesionales de los diferentes sectores y ramas de la producción, los servicios, la investigación científica y la docencia, en correspondencia con los avances de la ciencia, la técnica y el arte y las necesidades económico-sociales del país, con el objetivo de contribuir a elevar la productividad y la calidad del trabajo de los egresados de la educación superior”.

    En el texto del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (PRELAC), el cual fuera aprobado en noviembre de 2002, por los Ministros de Educación de la región, se plantea, refiriéndose a los docentes la necesidad de “diseñar políticas públicas que consideren cambiar de manera integral el rol docente, lo que implica integrar las competencias cognitivas y emocionales de los docentes; estimular la complementariedad de la formación inicial con la formación en servicio, centrándose en la producción de conocimientos a partir de una reflexión crítica sobre las prácticas educativas”.

    Se precisa entonces que la superación deba asumirse como una actividad planificada en forma de sistema; para que de manera progresiva de elecciones para el perfeccionamiento de la labor docente en el proceso pedagógico, revirtiéndose estos resultados alcanzados en beneficio de la formación integral de los estudiantes de la cual es responsable.

    Valle y Castro (2002) establecen como uno de los principios para la superación docente: “la unidad entre la actividad científica, la superación, el trabajo metodológico y el trabajo de dirección del proceso docente-educativo, tomando como centro la escuela.

    De tal manera la superación demanda de un diseño estratégico, a partir de una secuencia de acciones que posibilite la interrelación entre la actividad científica y el trabajo metodológico y el de dirección, respondiendo tanto a las exigencias institucionales como a las individuales de los docentes”.

    Si bien es cierto que los planes de superación deben responder a intereses institucionales que son en primera instancia la razón de su existencia, también deben prever aquellas inquietudes que surjan de la motivación personal del educador para el mejoramiento de su desempeño.

    La identificación de las necesidades de superación ha sido abordada también por Leiva (2007) y declara que está relacionada fundamentalmente con el desarrollo profesional. Desde esta concepción, se enfatiza en la actualidad, en la elevación de la competencia y el desempeño del profesional que de respuesta a las propias necesidades del docente en el contexto de la actividad fundamental que realiza y a las transformaciones que se vienen sucediendo en los diferentes tipos y niveles de educación.

    Para los docentes la búsqueda de una mayor calidad educativa resulta un imperativo, existen dos perspectivas presentes en la misma: una referida a la racionalidad del logro, que mide los resultados educativos con referencia al grado de dominio de conocimientos y destrezas, y otra orientada al proceso que los profesores experimentan durante la educación y que se corresponde con su identidad evolutiva como grupo, y sostiene que la calidad educacional demanda una actuación orientada a profundizar en la teoría pedagógica para la superación del profesor. El mejoramiento de la calidad tiene su centro en el docente y se expresa en su práctica pedagógica y en los modos y estilos de aprendizaje que promueve.

    En el establecimiento de una adecuada política de superación postgraduada, se necesita en primer lugar, partir de las consideraciones de las dificultades que se presentan en el colectivo pedagógico superando la posición reduccionista que la limita a suplir las carencias en la formación pregraduada y a conocimientos disciplinares.

    Se precisa entonces tomar en consideración las opiniones de los docentes ante sus inquietudes de perfeccionamiento para lograr coherencia en la planificación de programas de superación.

    Otros inconvenientes que se deben sortear resultan ser la inclusión indiscriminada de cursos de actualización convertidos en sumatorias de conocimientos que se agregan a otros para que sean recibidos por los docentes, lo que trae consigo un proceso de transmisión de información y no una actualización, vista como elaboración y participación activa para la transformación de saberes en la práctica pedagógica, con una óptica social y cultural, además de la concepción de una superación postgraduada dirigida fundamentalmente a los docentes, sin implicar al personal dirigente y sus reservas, cuyo liderazgo transformacional es esencial para la asimilación de toda propuesta de cambio. (Casadevall, 2006)

    La escuela entonces como escenario de la superación es un elemento que en la actualidad se defiende con gran fuerza y se plantea como una de las deficiencias de los modelos de superación docente en América Latina el hecho de que esta se realiza fuera del lugar de trabajo, típicamente, se saca al maestro de su escuela, en vez de hacer de la escuela el lugar privilegiado de formación permanente.

    Se asume por su significatividad en el contexto de la investigación las reflexiones sobre los requerimientos de la superación que emite Leiva (2007: 29) al plantear que constituye un requisito la superación de todo el personal docente, en particular de los tutores y profesores de la sede universitaria, que forman parte de su claustro, para alcanzar un nivel cualitativamente superior en la actividad formativa que en ella se desarrolla tanto con los alumnos de su enseñanza como con los docentes en formación. Lo que demuestra la importancia de esta tarea.

    La superación ostenta un carácter humanista que entendido desde el punto de vista filosófico expresa el respeto a la dignidad y los derechos del hombre como personalidad, a su desarrollo multifacético y la creación de las condiciones sociales favorables para el mismo, más si se toma en consideración que la universidad en el proceso de formación da los elementos indispensables en el conocimiento de determinada profesión pero no gradúa para la vida.

    Los profesionales llegan a la esencia en su actuación, estudiando su ciencia de forma aislada e integrándola para la solución de los problemas que en la práctica cotidiana se el presentan, necesitando para ello, la investigación científica en todas sus manifestaciones. (Valcarcel, 1998)

    En el decursar del proceso de superación de profesionales existen una serie de cuestiones que no se pueden perder de vista, en primer lugar debe partirse del reconocimiento del papel del sujeto como ente activo en la solución de problemas, permitiéndosele la libertad para pensar, problematizar y crear, debe además garantizarse la unidad de lo afectivo y lo cognitivo donde el docente se cuestione si el conocimiento que se le ofrece le resultará útil o no en su actuación profesional.

    La comunicación profesional debe reinar asegurando un clima favorable pensando en los sujetos que se involucran, partiendo de la determinación de los problemas de los mismos en lo educativo, lo organizativo y lo investigativo, lo que hace que se dirijan acciones hacia el trabajo didáctico, el trabajo metodológico y el trabajo investigativo en función de sus individualidades. (Casadevall, 2006).

    La Superación del docente universitario le da continuidad al componente laboral del pregrado, partiendo de cumplir con el vínculo teoría – práctica, permite a los profesionales, asimilar con profundidad científica, cada ciencia de la Educación en particular y hacer uso de sus regularidades, condicionales, principios y leyes así como la utilización de su aparato conceptual, metodológico, procedimental e instrumental.

    El Sistema de Superación Docente debe ser abierto ya que esta influenciado por el medio ambiente y también influye sobre él, alcanzando un equilibrio dinámico en ese sentido, en la frontera del Sistema de Superación Docente está el alumno y su entorno. El sistema por sí mismo es regulador del aprendizaje donde el elemento principal es el cambio del docente para su mejora en el desempeño pedagógico.

    La superación concibe al desempeño docente como el resultado complejo y múltiple de las relaciones e interacciones con los demás, en concordancia con el propio sistema de acción interna, para adaptarse y responder a las dificultades cotidianas que en materia de educación tiene el profesorado.

    En resumen la superación es un proceso que se desarrolla organizadamente y es sistémico; y tiene el propósito de actualizar y perfeccionar el desempeño profesional actual y/o perspectivo, atender insuficiencias en la formación, o completar conocimientos y habilidades no adquiridas anteriormente y necesarias para el desempeño, así como las necesidades del perfeccionamiento para su labor como docentes.

    La comunicación educativa como proceso dialógico permite, a partir de la integración de sus componentes y funciones, potenciar el desarrollo de la personalidad de los sujetos participantes en el proceso educativo, potenciando así su formación integral.

    Todo esto otorga al estudiante el protagonismo necesario en el cumplimiento de sus tareas, argumentar y defender sus puntos de vista, principios, con la orientación y guía del profesor en un clima de respeto y tolerancia a las diferencias.

    Paulo Freire (1998: 130) al respecto señala “Debería formar parte de la aventura docente vivir la apertura respetuosa a los otros y, de vez en cuando, de acuerdo con el momento, tomar la propia práctica de apertura al otro como objeto de reflexión crítica. La razón ética de la apertura, su fundamento político, su referencia pedagógica; la belleza que hay en ella como viabilidad del diálogo. La experiencia de la apertura como experiencia fundadora del ser inacabado que terminó por saberse inacabado. Sería imposible saberse inacabado y no abrirse al mundo y a los otros en busca de explicación, de respuestas a múltiples preguntas. El cerrarse al mundo y a los otros se convierte en una trasgresión al impulso natural de la incompletitud”.

    La participación y el cambio destacan el protagonismo y el compromiso de educadores y educandos en las transformaciones sociales, lo cual apunta necesariamente a la importancia de la comunicación dialógica en el proceso educativo. La esencia comunicativa, dialógica de la educación constituye un elemento esencial para el desarrollo pleno del ser humano.

    Otro elemento importante en la concepción educativa lo aporta Prieto (1998: 339) al referirse al papel importante de la comunicación y la concepción de mediación pedagógica que la define como “la tarea de promover y acompañar el aprendizaje, desde las relaciones con la institución, con el educador, con los materiales, con el grupo, con el contexto y consigo mismo”.

    La comunicación educativa constituye un término totalmente aceptado en los medios científicos pedagógicos porque refleja una realidad imposible de soslayar: la importancia decisiva que adquiere la comunicación del maestro con sus alumnos dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje en particular y en el proceso pedagógico en general, para el cumplimiento de los objetivos de la educación. al de “función orientadora” o “función formativa” de la actividad de los profesores”.

    A través del intercambio alumno tutor no sólo se gestan conocimientos sino también y fundamentalmente de emociones, sentimientos, actitudes y valores en un proceso en el que al asumir los participantes, de manera continua y flexible, los roles de emisores y receptores en el proceso comunicativo, se logra la relación empática, y por tanto, la comprensión mutua que es un objetivo esencial en la comunicación.

    Fernández (2000) destaca la necesidad de tener en cuenta la participación e integración de elementos cognitivos y motivacionales en la comprensión de la competencia comunicativa del docente cuando expresa: “El hecho de que se logre una actuación competente como comunicador, implica en primera instancia, el desarrollar una serie de conocimientos, sistemas de acciones y operaciones que pueden sistematizarse en habilidades y hábitos, que vayan conformando toda una cultura de comunicación necesaria para quien tiene como centro de su trabajo al hombre…También es necesario el desarrollo de elementos metacognitivos en esta esfera, como pueden ser el conocimiento de sus propias posibilidades de éxito en la relación interpersonal, sus limitaciones, dificultades o sus mecanismos de control y compensatorios que le permiten superar barreras comunicativas”.

    Un elemento importante en la asunción de una postura reflexiva y crítica acerca del desempeño comunicativo lo constituye, a partir de la identificación de los logros e insuficiencias en la comunicación, la elaboración y puesta en práctica de estrategias para mejorar el desempeño comunicativo. Sólo de esta manera es posible lograr el desarrollo de la competencia comunicativa.

    La estrategia metodológica que se propone sintetiza los procedimientos que se pueden accionar para perfeccionar la comunicación educativa. Las precisiones concertadas para el cumplimiento de la estrategia metodológica se tornan en herramientas pedagógicas que proporcionarán mayor dinamismo en el desarrollo de esta actividad tan importante para la adquisición de habilidades profesionales.

Características de la estrategia metodológica

  • La estrategia metodológica para la comunicación educativa con enfoque dialógico se erige como un sistema que conduce al desarrollo de habilidades a partir de la integración de los componentes académico, investigativo y laboral en aras de la formación integral del educando.

  • Presupone una concepción estratégica fundamentada en la interacción entre docentes que imparten los contenidos teóricos y los tutores que orientan la práctica en las diferentes áreas asistenciales.

  • Precisa de un proceso de derivación gradual de objetivos a vencer, con la intención de propiciar el desarrollo de habilidades en consonancia con los mismos.

  • La puesta en marcha de la propuesta facilita a partir de actividades de carácter metodológico, una superación adicional y necesaria para los tutores que no son trabajadores propios del centro y brindan servicio en la orientación de la práctica en las áreas asistenciales.

  • Al estar condicionada por el enfoque dialógico se materializa con un estilo participativo entre docentes, tutores y educandos.

  • Revela un carácter flexible, es receptiva a ajustes precisos.

  • Procura el mejoramiento humano y profesional de los docentes, tutores y estudiantes.

  • Demanda del empleo de métodos activos y técnicas participativas.

  • La estructuración de la estrategia metodológica se caracteriza por el siguiente ordenamiento lógico:

    • I.     Introducción: Se ofrece la fundamentación que sustenta la propuesta a partir de la elaboración del marco teórico, el cual propició a partir de un exhaustivo estudio, asumir valiosos criterios de autores especialistas en la materia.

    • II.     Diagnóstico: En este momento se aplican diversos instrumentos que permiten describir el estado actual del problema, evidenciando la imperiosa necesidad de la búsqueda de soluciones urgentes.

    • III.     Planteamiento del objetivo general: Es aquí donde se formula el objetivo general que persigue la estrategia, dando una orientación adelantada de la posible solución del problema a resolver.

    • IV.     Planeación estratégica de acciones: En este paso se procede a establecer las metas a cumplimentar en los diferentes intervalos de tiempo previstos, declarando fechas, participantes y responsables de cada acción.

    • V.     Orientaciones metodológicas para su Instrumentación: Constituyen las orientaciones precisas para su consumación en consonancia con cada etapa prevista, y las condiciones necesarias para su desarrollo adecuado.

    • VI.     Evaluación: No precisa realizarse al final de la ejecución de la propuesta sino en la medida que se va dando cumplimiento a cada período, concretando los éxitos y escollos que se han generado con el fin de alcanzar una apreciación de la aproximación o no al estado deseado

Materiales y métodos

  • Observación.

  • Cuestionario.

  • Inventario de problemas.

  • Cálculo porcentual.

Discusión de los resultados

    El estudio diagnóstico del contexto en correspondencia con etapa en la que se encuentra la investigación arrojó los siguientes resultados:

    El 65% de los tutores no manifiestan motivación hacia la docencia, considerándola una tarea adicional que los recarga refiriendo mayor interés específicamente hacia el ejercicio de la profesión, el 42% se muestra activos en la labor de orientación pero solo el 24% se distingue por la creatividad.

    El 40% de los tutores toma en consideración la autopreparación para orientación adecuada de la práctica, el resto la efectúa de manera espontánea de acuerdo a las situaciones cotidianas que tienen lugar, desestimando la secuencia del desarrollo de las habilidades previstas para cada etapa.

    Solo el 55% estimula el diálogo relacionado a experiencias de la vida cotidiana e incita a los educando al desarrollo del pensamiento crítico. El 38% no explota de manera acertada el tiempo previsto para la actividad.

    A pesar de que la profesión del rehabilitador demanda convertirse en un buen comunicador, solo el 32% de los tutores muestra fluidez en el proceso, el 12% desestima el empelo de recursos extraverbales en la comunicación.

    En relación al clima afectivo necesario el 15% de los educandos no se sienten satisfechos con el desempeño de los tutores en este sentido y el 10% asegura que es casi nula la comunicación fuera de la actividad docente.

    El 70% de los mismos reconoce como no adecuada su preparación para la comunicación educativa por carencias en su formación, el 50% refiere como poco adecuado el empleo de algún recurso específico para la comunicación pedagógica ya que la misma fluye de manera espontánea de acuerdo a las particularidades de cada situación que se genera. El otro 50% identifica este aspecto como adecuado y declaran como principales recursos la conversación, la apatía al preocuparse por sus problemas personales, darle mayor participación al alumno, etc.

    El 75% de los tutores declaran a la labor docente como la principal actividad que precisa el desarrollo de la comunicación con enfoque dialógico, se desestiman actividades extradocentes que inciden en la esfera educativa.

    A pesar de apreciarse un estilo autoritario y unidireccional el 85% de los tutores manifiesta que emplea un estilo adecuado ya que así se contribuye a la disciplina y a la obtención de conocimientos.

    El 70% identifica como adecuado el desarrollo de la función comunicativa y el 30% como bastante adecuado.

    El 80 % cree que los educandos opinan que su imagen como consecuencia de la comunicación que desarrollan es adecuada, el 15 se considera como bastante adecuada y el 5% como muy adecuada.

    El 55% refiere utilizar adecuadamente los métodos y técnicas de la comunicación, el 35% lo clasifica como bastante adecuados y el 10% restante como muy adecuados.

    El 85% evalúa como poco adecuado el dominio que tiene de los elementos teóricos de la comunicación pedagógica con enfoque dialógico y el 15% como no adecuados, en los dos casos la respuesta recurrente en torno a las causas del desconocimiento versan en torno a insuficiencias sobre esta temática en la formación y a carencias en la superación profesional.

Conclusiones

  • La comunicación educativa precisa de un tratamiento adecuado en los diferentes espacios ya sea dentro o fuera de aula lo cual se revierte en el desempeño profesional de los docentes y futuros egresados.

  • En el contexto de la investigación la comunicación educativa se manifiesta con un carácter protagónico y unilateral en la figura del tutor, durante el proceso pedagógico, lo cual favorece el desarrollo de estilos autoritarios nocivos para su labor educativa.

  • Los presupuestos teóricos y metodológicos asumidos se erigen como fundamentos de la Estrategia metodológico para la comunicación educativa con enfoque dialógico los cuales sintetizan tanto al método materialista dialéctico, como a las leyes, categorías y principios de la Pedagogía y la comunicación en el proceso de socialización en que se relacionan e intercambian los seres humanos.

Bibliografía

  • Casadevall, A. (2006) Estrategia de superación profesional para el perfeccionamiento de la comunicación pedagógica con enfoque personológico en los docentes de la carrera del profesor general integral de secundaria básica. Tesis en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. Instituto Superior Pedagógico, Félix Varela, Villa Clara.

  • Castro, O. (2001) La investigación y la superación postgraduada en los centros de formación de maestros y profesores. Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño, 4p.

  • Delors, J. (1996) La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI. Santillana. Ediciones UNESCO.

  • Fernández, A. (2000) La competencia comunicativa del docente: exigencia para una práctica pedagógica interactiva con profesionalismo. En: Revista Digital de Educación y Nuevas Tecnologías, Contexto Educativo.

  • Freire, P. (1998) Pedagogía de la Autonomía. 2da edición, Editorial Siglo XXI, México.

  • Leiva, A. (2007) Estrategia de superación semipresencial en la microuniversidad para docentes de la ecuación especial que atienden a docentes con baja visión. Tesis en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas, Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, Villa Clara.

  • Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (2002), 18p.

  • Resolución Ministerial 132/ 2004 del MES.

  • Valcarcel, M. (1998) Estrategia interdisciplinaria de superación para profesores de Ciencias de la Enseñanza Media. Tesis en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas, Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.

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