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Validación de los reglamentos deportivos. 

Un ejemplo en el combate de karate (shiai-kumite)

 

*Doctor en Educación Física. Licenciado en Psicología

Profesor en la Universidad Complutense de Madrid

**Doctor en Educación Física

Profesor en la Universidad Politécnica de Madrid

***Doctor en Educación Física

Profesor en la Universidad Politécnica de Madrid

Óscar Martínez de Quel Pérez*

Enrique López Adán**

Francisco Saucedo Morales***

odequel@edu.ucm.es

(España)

 

 

 

 

Resumen

          Este artículo pretende ser el punto de partida de una línea de investigación cuyo objetivo es optimizar los reglamentos deportivos, evaluando si un determinado cambio lo mejora o no, y en qué medida lo hace. Se parte de la concepción del reglamento como un instrumento de medición, que trata de discernir quién es el/la mejor deportista o el mejor equipo en una determinada competición. Del mismo modo que en la ciencia se validan los instrumentos de medición, un reglamento deportivo se podría evaluar conforme a una serie de criterios: fiabilidad o estabilidad de la medida, comprobando que el reglamento se aplica del mismo modo en momentos diferentes; validez, demostrando que ese reglamento mide lo que pretende medir, y por tanto gana el/la mejor deportista o equipo de esa competición; y objetividad, evidenciando que un reglamento se aplica del mismo modo independientemente de quien sea el observador o juez. Aunque lograr un reglamento cien por cien fiable, válido y objetivo es prácticamente imposible en muchos deportes, esta aproximación permite tener más información para tomar las decisiones durante el proceso de modificación de un reglamento.

          Palabras clave: Reglamento. Validación. Fiabilidad. Validez. Objetividad. Karate.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 16 - Nº 157 - Junio de 2011. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El diseño y la mejora de los reglamentos deportivos es un asunto que preocupa a los colectivos arbitrales, a las federaciones deportivas y en general a todos los estamentos del mundo del deporte. La introducción de las nuevas tecnologías en el deporte está produciendo cambios en los reglamentos, que podrían ser valorados con una metodología científica para su posterior aprobación.

    En este artículo, se parte de la consideración del reglamento deportivo como un instrumento de evaluación, que trata de medir qué deportista o equipo es el mejor en una determinada competición. En otras palabras, se trata de realizar con un reglamento deportivo el mismo proceso de validación que se utiliza en las ciencias para aceptar cualquier instrumento de medición, como puede ser una prueba de consumo máximo de oxígeno, un cuestionario de ansiedad o un medidor de grasa corporal. De este modo, el reglamento debe cumplir los criterios que caracterizan a los buenos instrumentos de evaluación: fiabilidad, validez y objetividad, además de estandarización implícita para poder competir entre diferentes países (Heinemann, 2003).

Fiabilidad

    La fiabilidad es la característica de un instrumento que hace que siempre mida igual. Nadie concibe una báscula en la que una persona pese 70 Kg a las 5:00 y 80 Kg a las 6:00 o una cinta métrica con la que una mesa mida 2m hoy y 2,20 dentro de una semana. Un buen instrumento de medición necesita que sus mediciones sean estables. Sin embargo, en el deporte a veces un árbitro puede considerar que una acción no es merecedora de tarjeta amarilla y la misma acción en otras circunstancias sí que lo es.

    En el combate de karate (kumite) se ganó en fiabilidad cuando se decidió que los golpes de puño puntúen siempre igual: un punto o ippon. Hace unos años, una técnica de puño podía ser medio punto (wazari) si no era perfecta o un punto (ippon) si era perfecta. Ese criterio dependía de factores como el nivel del campeonato, el estado de ánimo del árbitro o el transcurso del combate, por lo cual su fiabilidad era menor que en actual reglamento.

    Hoy en día, uno de los principales problemas de interpretación arbitral son las amonestaciones por contacto excesivo. Mientras en algunas competiciones el contacto permitido es bastante alto, en otras, un mínimo contacto es penalizado, exigiendo más control con el fin de prevenir lesiones.

    La manera más habitual de evaluar la fiabilidad es mediante el test-retest que consiste en medir 2 veces el mismo evento con el mismo instrumento, y comprobar estadísticamente la correlación entre ambas mediciones (Muñiz, 2000). Las correlaciones por encima de 0,7 serían adecuadas, y cuanto más se acerquen a 1 mayor fiabilidad tendrá el instrumento. Para su aplicación en karate, un juez podría juzgar determinadas acciones grabadas en video y 2 semanas más tarde repetir el proceso. Posteriormente se comprobaría si sus decisiones son las mismas calculando su correlación.

Validez

    Un instrumento válido es aquel que mide lo que pretende medir. Por ejemplo, no sería lógico medir la altura con una báscula. En el deporte, el reglamento debe medir quién es el mejor deportista o el mejor equipo en una determinada competición. Así, en baloncesto es coherente que aquel equipo que consigue una canasta desde más lejos reciba mayor premio (3 puntos) que desde si lo hace desde más cerca (2 puntos). Se intenta de esta manera que gane el equipo que realiza acciones de mayor dificultad y espectacularidad.

    En kumite, se consiguió una mejora en validez cuando se decidió que las técnicas de mayor dificultad como las patadas a la altura de la cabeza (jodan) puntúen más que las de puño. Sin embargo, una de las principales críticas al kumite deportivo respecto a otros deportes de contacto es la posibilidad de que un combate sea ganado por alguien que no ha puntuado con técnicas de puño o pierna sino por penalizaciones del adversario.

    La forma de comprobar estadísticamente la validez de un instrumento es comprobar los resultados de esa medición con los de otras mediciones que a priori son las verdaderas o la referencia (Muñiz, 2000). Por ejemplo, si se diseña un test de campo para medir la potencia aeróbica, se deberá ver la correlación entre los resultados en este test y el consumo máximo de oxigeno medido con un método directo.

    El problema en el deporte será decidir cuál es el valor de referencia, es decir, quién es el mejor deportista o el mejor equipo. Para ello, se debería definir previamente cuál es el modelo de deportista que se busca, sabiendo que cuando unas cualidades son las principales otras quedan relegadas a un segundo plano. En karate deportivo, se ha estado buscando un karateka con grandes recursos técnicos, velocidad y control y no tanto la potencia de los golpes.

Objetividad

    Un instrumento de medición es objetivo si sus resultados son independientes de quién sea la persona que ha realizado la medida. Un ejemplo de una medición objetiva de la velocidad es la que se realiza con una célula fotoeléctrica que detiene el cronómetro, ya que no depende de si un cronometrador pulsa el botón un poco antes o un poco más tarde.

    En kumite, la objetividad se mejoró cuando se determinó que una técnica de puño es un punto (ippon) independientemente de que haya o no un desequilibrio previo. Hace un tiempo había desacuerdo en las situaciones de barrido seguido de golpe de puño ya que, mientras algunos jueces estimaban que no había habido suficiente desequilibrio, otros opinaban que sí y otorgaban el doble de puntuación (nihon).

    Una prueba para conocer la objetividad de un reglamento es el acuerdo inter-observador (Thomas y Nelson, 1996). Consiste en comprobar la correlación de los juicios emitidos por varios observadores, que miden el mismo evento de manera independiente. Si la correlación obtenida es mayor de 0,7 el instrumento tiene una objetividad aceptable, y será mejor conforme más se acerque a 1. Este índice se podría calcular en kumite con varios árbitros que juzgasen una serie de acciones grabadas en video, para posteriormente comprobar el grado de acuerdo entre ellos.

    Teniendo en cuenta la objetividad, hay conceptos que no deberían aparecer en los reglamentos como la palabra "intención". Un juez no puede saber si un deportista tiene tal o cual intención ya que es algo interno, subjetivo y no se puede observar externamente. Se deberá cambiar este tipo de conceptos por la descripción de las conductas objetivas que deben ser observadas. Agarrar, pisar fuera del tatami, agacharse, etc. son conceptos que son claramente observables por cualquier persona.

    Estos 3 criterios pueden ayudar a decidir si un cambio en una determinada norma mejora un reglamento. Lógicamente, habrá que tener en cuenta más aspectos como la prevención de lesiones, los potenciales espectadores de esa modalidad o la posibilidad de su puesta en funcionamiento con los medios disponibles. Un buen diseño del reglamento mejorará la justicia y la igualdad de oportunidades en el deporte, haciendo su aplicación más sencilla por parte de los jueces y más comprensible por parte de los espectadores.

    Aunque sabemos que en determinados deportes como el karate es prácticamente imposible conseguir un reglamento cien por cien fiable, valido y objetivo, esta forma de evaluarlo proporcionará gran información para determinar si un cambio de reglamento mejora el mismo.

Bibliografía

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