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Algunas consideraciones acerca de la hipertensión, la 

pre-hipertensión arterial y la práctica de actividad física

 

*Profesor de la Universidad de Ciego de Ávila

**Especialista en Fisiatría

***Especialista en Atención Primaria de Salud

****Metodólogo de Deporte

(Cuba)

Dr.C. Sergio Dule Rodríguez*

sdule@cfisica.unica.cu

Dr. Erick Michel Padrino Armas**

michelito34l@yahoo.es

Lic. Marelys López Oduardo***

leduorl@yahoo.es

Lic. Alexander Alemán Osuna****

sergio.cu@live.com

 

 

 

 

Resumen

          El artículo que a continuación les ofrecemos se sumerge en una de las temáticas más abordadas de los últimos años debido a su cotidianidad en nuestras vidas, como es la hipertensión arterial, sus causas, tendencias, definición y novedosas clasificaciones alrededor de ella en el orden de no llegar al estado patológico como es la Pre-hipertensión, además planteamos su probable relación con la práctica sistemática de actividades físico-recreativas como una necesidad del cuerpo humano, que nos permite mejorar el bienestar y la satisfacción personal de los participantes debido a que la capacidad de movimiento e interacción con el mundo que nos rodea, permite que la actividad física sea una práctica humana permanente en cualquier acción de nuestra vida, constituyendo un factor a tener en cuenta a la hora de valorar la salud de las personas. De ahí su incuestionable importancia.

          Palabras clave: Hipertensión arterial. Pre-hipertensión. Salud. Actividad física. Deporte.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires - Año 16 - Nº 156 - Mayo de 2011. http://www.efdeportes.com/

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    Las tendencias mundiales al incremento de las expectativas de vida en la mayoría de los países, ha propiciado que una gran cantidad de personas transite hacia el envejecimiento. La frecuencia de HTA aumenta con la edad demostrándose que después de los 50 años casi el 50 % de la población padece de HTA. En muchos países es la causa más frecuente de consulta médica y de mayor demanda de uso de medicamentos.

    La Hipertensión Arterial (HTA) está distribuida en todas las regiones del mundo, atendiendo múltiples factores de índoles económico, social, cultural, ambiental y étnico. La prevalencia ha estado en aumento, asociada a patrones alimentarios inadecuados, disminución de la actividad física y otros aspectos conductuales relacionados con hábitos tóxicos.

    En el mundo se estima que 6 91 millones de personas la padecen. De los 15 millones de muertes causadas por enfermedades circulatorias, 7,2 millones son por enfermedades coronarias del corazón y 4,6 millones por enfermedades vasculares encefálicas. La HTA está presente en la mayoría de estas enfermedades.

    En Cuba no estamos exentos del azote de esta enfermedad, se estima que el 25% de la población, padece de Hipertensión Arterial o sea. La prevalencia estimada en nuestro país está alrededor de los 2 millones de hipertensos comportándose este fenómeno conforme a la estadística reportadas por la OMS. No obstante en investigaciones realizadas por el MISAP en 1996 aportó que solo el 8,8 % de la población adulta está bajo el método activo de control muy lejos de la prevalencia demostrada. Es de suponer por ello, que una gran masa de hipertensos no está detectadas, muchos no tratados y similar cantidad no controlada. (Mazorra, 1992; Rigol Ricardo, 1992)

    La HTA es definida como la presión arterial sistólica (PAS) de 140 mm de Hg o más (se tiene en cuenta las primeras apariciones de los ruidos) o una presión arterial diastólica (PAD) de 90 mm Hg o más (se tiene en cuenta la desaparición de los ruidos) o ambas cifras inclusive. Esta definición es aplicable a adultos. (OMS, 2002)

    Se considera que padecen de HTA a toda persona de 18 años o más de edad que en tres ocasiones distintas haya tenido 140 con 90 o más de presión arterial. A continuación damos a conocer la clasificación de la presión arterial en adultos de 18 años o más de edad. (Tabla 1)

Tabla 1. Clasificación de los diferentes estadios de Hipertensión, OPS, 2002)

    Las enfermedades cardiovasculares, entre ellas la hipertensión arterial, ha ido aumentando con el desarrollo de la vida contemporánea; representan uno de los problemas más serios al que la sociedad debe hacer frente.

    La Hipertensión Arterial está considerada hoy día como el principal factor de riesgo de artero esclerosis, estudio longitudinales relatan su incidencia con el actual estilo de vida sedentario de los países más desarrollados. Es una enfermedad que se caracteriza por la elevación de la presión sistólica y diastólica por lo menos en tres tomas casuales.

    Son múltiples los factores etiológicos que se señalan como influyentes en estas entidades, entre ellos los hábitos de fumar, alcoholismo, la falta de actividad física.

    Se considera hipertenso a toda persona que tomando la tensión arterial en tres ocasiones diferentes estén por encima de las cifras normales, según la edad y además aquellas personas que toman medicamentos hipertensores y la tensión arterial sea normal.

    La etiopatología de la presión arterial, se define por el producto del gasto cardíaco y de la resistencia periférica la elevación de la presión arterial puede ser producida por cualquier alteración de la circulación que de lugar a un aumento del gasto cardíaco y de la resistencia periférica a las dos a la vez. Sin embargo en el momento de la elevación arterial los mecanismos reguladores intervienen rápidamente a nivel de los órganos responsables del control de los mismos (aurícula-ventrículos y vasos sanguíneos) para llevar esta presión a la normal. Si uno de esos múltiples mecanismos reguladores deja de funcionar normalmente la presión aumenta.

    Estos mecanismos reguladores pueden ser nerviosos, renales, endocrinos y cardiovasculares. Algunos autores han reportado que una disminución de la actividad parasimpática, o un aumento de la actividad simpática en los hipertensos y un desarreglo de los mecanismos reguladores nerviosos podrían traer un aumento del gasto cardíaco y por consiguiente aumenta la presión arterial.

    La posibilidad de una etiología renal de la Hipertensión Arterial se debe a que el riñón puede sintetizar y liberar una enzima llamada retina que ejerce su acción sobre una proteína que circula en el plasma para transformarla en giotensina, que eleva la tensión arterial por diversos mecanismos incluyendo.

    Un vaso constricción directa, el efecto de la estimulación simpática potencializadora y un aumento del volumen plasmático secundario a la secreción de la aldosterona.

    La alteración de los mecanismos endocrino reguladores de la presión arterial son una de las causas poco frecuentes de la Hipertensión Arterial, un tumor en la médula suprarrenal el feocromatizoma puede liberar enormes cantidades de catecolamina en la circulación y ocasiona una hipertensión arterial.

    La modificación anatómica del aparato cardiovascular puede también teóricamente contribuir al mantenimiento de la hipertensión.

    Si la hipertensión es de corta duración, los cambios anatomopatológicos del corazón y de los vasos sanguíneos son mínimos, pro en el momento de hipertensión de larga duración el miocardio y las paredes de los vasos se atrofian.

    Según estudios realizados, del 100% de los hipertensos diagnosticados, sólo el 60% conocen que padecen la enfermedad y el resto lo desconocen; de los que conocen tienen tratamiento el 50% y de estos se controlan el 25%.

    Las medidas específicas no farmacológicas que se deben tener en cuenta para el tratamiento de la hipertensión arterial deben ser:

  • Evitar el stress

  • Mantener régimen higiénico - dietético adecuado.

  • Reducir el peso corporal.

  • Suprimir el tabaquismo y el alcohol.

  • Realizar ejercicios físicos.

  • Terapéutica de relajación.

    Estas medidas no siempre son suficientes para normalizar la tensión arterial del sujeto y los medicamentos se imponen.

    En la actualidad muchos investigadores en la temática están adoptando nuevos paradigmas en cuanto al tratamiento y clasificar más rigurosamente la patología en sí. La prehipertensión es la más reciente categoría en la clasificación, basada en cifras, de la hipertensión arterial (HTA), incorporada por el VII reporte del Joint Nacional Committee (JNC) de los Estados Unidos de Norteamérica para el estudio de esta afección, emitido y publicado en el año 2003 (JAMA. 2003:2560-72); desde su salida a la palestra científica este término ha suscitado numerosas y mantenidas controversias, criterios, consideraciones e interpretaciones.

    La prehipertensión para el JNC se reserva para las personas que reiteradamente presentan cifras de presión arterial sistólica (PAS) de 120 a 139 mmHg y de 80 a 89 mmHg de presión arterial diastólica (PAD) o ambas; la categoría de presión arterial normal queda para los individuos con valores inferiores a estas cifras. Es decir, esta categoría reúne en uno solo los 2 escalones que en su VI reporte, de 1997 (Arch. Intern. Med. 1997: 157:2413-46), habían sido establecidos como categorías previas al criterio definido de hipertensión arterial, o sea, la presión normal (120/80 a 129/84) y la presión normal alta (130/85 a 139/89).

    Las preocupaciones por los nombres o denominaciones al rango de las presiones arteriales entre las cifras evidentemente o claramente normales y las que se consideran definitivamente como hipertensión, vienen exponiéndose desde las últimas décadas del pasado siglo, y así se han emitido términos como "hipertensión transitoria" e "hipertensión limítrofe o borderline".

    En el mismo año 2003 se publicaron las guías elaboradas por la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) y la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), que mantuvieron y aún en su edición del 2007, mantienen dichas categorías en la clasificación de la hipertensión arterial, para los estadios no clasificados como de hipertensión y que son similares a las que se consideraban en el VI Reporte de JNC, es decir 3 categorías antes de llegar a la hipertensión establecida y que son:

  • Presión arterial óptima: Valores de PAS menos de 120 y PAD menos de 80 mmHg

  • Presión arterial normal: Valores de PAS de 120 a 129 y PAD de 80 a 84 mmHg

  • Presión arterial normal alta: Valores de PAS de 130 a 139 y PAD de 85 a 89 mmHg

    Estas organizaciones, la SEH y la SEC, al igual que la Sociedad Británica de Hipertensión, no consideran la categoría de prehipertensión, mantienen las categorías de "óptima" y "normal" y consideran "la normal alta" como dentro de la valoración norteamericana del VII JNC de la prehipertensión. Esta última categoría, a mi juicio, es más abarcadora en sus cifras y se acerca mejor a los criterios que dieron origen a su propuesta, relacionada con las observaciones de los análisis evaluativos del Estudio de Framingan, que encontraron un incremento continuo del riesgo cardiovascular en los sujetos con presiones arteriales a partir de 115 mmHg de PAS y de 70 a 75 mmHg PAD.

    Aquí surgen dudas, pues, la denominación o categoría de prehipertensión se ha propuesto a partir de 120 y 80 y no de 115 y 75 como señala la investigación de Framingan, para hacer valedero su reconocimiento como "punto de corte" para prevenir los riesgos que esos valores de presión arterial conllevan.

    No obstante, parecer ser que estas categorías en la clasificación del VII Reporte de JNC para los casos aún no considerados como hipertensos y que fueron adoptadas por nuestra Comisión Nacional Cubana Asesora del Programa de HTA, es más práctica y valiosa que las propuestas por las Sociedades Europeas, ya que lo óptimo en materia de presión arterial es la que se considera por todos como "normal", es decir menos de 120 mmH de PAS y menos de 80 mmHg de PAD. Es mas fácil para todo médico tener presente solo esas 2 categorías para pacientes o personas no hipertensas, normal y prehipertensas, y observar para los sujetos comprendidos en esta última, una especial atención y seguimiento.

    Ya la prehipertensión ha llevado a grupos de investigadores a valorar su verdadero significado. Así, Greenlund y otros en su artículo "Prevalence of heart disease and stroke risk factors in persons whit prehypertension in the United States" (Arch. Intern Med. 2004: 2113-8) reportan el análisis sobre 3 488 personas de 20 años o más a las que se les había medido su presión arterial entre los años de 1999 y 2000 para el Nacional Health and Nutrition Survey y el 39 % había resultado normotenso; el 31 %, prehipertenso y el 29 %, hipertenso. La prehipertensión fue más frecuente entre los hombres y entre los afroamericanos, pero fue menor en las personas de más edad a consecuencia de una mayor prevalencia en estas edades de la hipertensión. Las probabilidades de niveles altos de colesterol, de obesidad y sobrepeso y de diabetes mellitus, fueron superiores en los prehipertensos que en los normotensos no así el hábito de fumar. Los prehipertensos tuvieron 1,65 veces más, al menos un factor de riesgo cardiovascular, que los normotensos y esto fue de significación estadística (p<0,001). Estos resultados reafirman la necesidad de identificar bien las personas con prehipertensión y ofrecerles las orientaciones y medidas terapéuticas pertinentes cuando sean necesarias.

    Consideramos que a los sujetos clasificados como prehipertensos es necesario informarles acerca de su condición, no de enfermos, pero sí de personas en riesgo, cuyas cifras de presión arterial deben vigilar y tratar de llevar, con las recomendaciones facultativas de cambios en el estilo de vida, a la categoría de normal y así, quizás, no llegar nunca a desarrollar la enfermedad hipertensiva.

    En particular, en los que concomitan afecciones como la diabetes y la dislipoproteinemia o tienen otros factores de riesgo cardiovascular, es necesario tratar convenientemente estas condiciones tanto con las medidas no farmacológicas como con los otros medios terapéuticos disponibles. Queda por ver si futuras investigaciones aconsejan el inicio de medidas farmacológicas, para todos los "pacientes" catalogados como prehipertensos, para evitar en el mayor porcentaje posible de ellos, el desarrollo de la definida hipertensión arterial y sus consecuencias evolutivas.

    Es universalmente conocido que el ejercicio físico sistemático promueve la salud y constituye decisivamente a la longevidad del individuo por lo que el hombre moderno debe comprender que para preservar la misma tiene que realizar un entrenamiento físico en forma sistemática con el fin de combatir la inactividad ocasionada por el propio desarrollo. Cualquier tipo de ejercicio puede cumplir los requisitos exigidos por el organismo humano y conservar la salud.

    La relación entre Cultura Física y Salud Pública constituye una unidad de acción e interés tal, que muchos de los indicadores por los cuales miden los países desarrollados el nivel de vida de la población, dependen en gran medida de la Cultura Física que tengan los ciudadanos esta relación se materializa en dos tareas fundamentales:

  • El trabajo de profilaxis y prevención de algunas enfermedades y el mantenimiento del estado de salud.

  • El uso de la rehabilitación física como medio de reducir los efectos de determinadas enfermedades que aparecen en los ciudadanos.

    La falta de actividad física va creando situaciones especiales en nuestro cuerpo, tales como alteraciones del metabolismo celular, del aparato locomotor, cardiovascular y nervioso.

    Es por ello, el gran interés mostrado hacia la práctica sistemática del ejercicio físico, no con fin de lograr deportistas de altos rendimientos, sino con el objetivo de lograr y fortalecer la salud de nuestra población en general.

    La práctica sistemática de actividades físico-deportivas ayuda a la salud, fortaleciéndonos no sólo físicamente sino también mentalmente. Hace fuerte también, el carácter; la voluntad, etc. El deporte cultiva los músculos, educa el carácter, desarrolla la inteligencia, hace ciudadanos más saludables y más preparados en todos los sentidos. (Feliú, 1996)

    El estado cubano en su permanente ejemplo de preocupación por el hombre y por el desarrollo, a ocupado la vanguardia en este fenómeno que nos expresa un cambio cualitativo; tanto en el concepto del hombre, como en el concepto de medicina para el hombre; lo más importante no ha de ser el hombre enfermo, sino el hombre sano para que no se enferme, es decir que la medicina preventiva, ocupa hoy por derecho propio un lugar de primer orden en el mundo. Dentro de la medicina preventiva, las actividades físicas, juegan un papel determinante no sólo como medicina indispensable para un mayor grado de salud dinámica, sino para que con el diario cultivar físicamente mantenga sus mejores condiciones. Además científicamente, aún en los casos de enfermedad, las actividades físicas, constituyen un elemento fisiológico y psicológico de rehabilitación, además de contribuir a su curación proporciona el equilibrio funcional e incorpora tempranamente al enfermo a la sociedad.

Bibliografía

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  • Feliú Escalona, Belkis; Zuhezaneta, Magdalena (1996) Conservando habilidades en años de edad avanzada. En Revista Horizontes, Nº 38, p. 47.

  • Lanckland DT. (2005) .Systemic hypertension: an endemic, epidemic, and a pandemic. Semin Nephrol.

  • Mazorra, R. 1992: Sedentarismo., Revista Cubana Medicina General Integral (3): 55-258.

  • Okin PM, Devereux RB, Liu JE, Oikarinen L, Jern S, Kjeldsen SE, et al. (2004) Regression of electrocardiographic left ventricular hypertrophy predicts regression of echocardiographic left ventricular mass: the LIFE study. J Hum Hypertens.

  • Organización Panamericana de la Salud (2002) La salud en las Américas. Washington, OPS: 854-87.

  • Rigol Ricardo, O. Pérez Carballás, F.; Parea Corral, J.; Fernández Sacasas, J.; Fernández Mirabal, JE. (1992) Medicina General Integral. Pueblo y Educación, Tomo I, Ciudad de la Habana: 154-162.

  • Zaki, S.M. (1995) Conservarse en buenas condiciones físicas es divertido. Estilo de vida para ciudadanos mayores de edad. Revista Horizontes, feb, p. 46.

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