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La diabetes tipo I y su prescripción para

la práctica de actividad físico-deportiva

 

*Diplomado en Educación Física por la Universidad de Murcia

**Diplomado en inglés por la Universidad Pontificia de Salamanca (EULV)

Diplomado en Educación Física por la Universidad de Murcia

(España)

Elvis José Ballester Carrión*

elvis17_69@hotmail.com

Salustiano Campuzano López**

saluscl@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          En este artículo presentaremos la diabetes tipo I y la posibilidad de la práctica de actividad física teniendo está enfermedad, así como las recomendaciones y pautas a la hora de realizar actividad físico-deportiva por las personas que padecen este tipo de diabetes insulinodependiente.

          Palabras clave: Actividad física. Diabetes tipo I. Recomendaciones.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 152, Enero de 2011. http://www.efdeportes.com/

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1.     Introducción

    En las dos últimas décadas se han llevado a cabo estudios científicos que demuestran los beneficios producidos en la salud por la práctica de actividad física regular, considerando la propia inactividad como un factor de riesgo (Tercedor, 2001).

    A la hora de prescribir actividad físico-deportiva el especialista deberá conocer las características personales del individuo al que dirigirá su prescripción, así como las características del medio donde se realizará dicha actividad.

    Según las aportaciones del Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM, 2008), para que una actividad reporte beneficios para la salud debe tener las siguientes condiciones:

  • Continuidad: la práctica de actividad física debe ser continua y no esporádica, debiendo realizarse entre 3 ó 5 días a la semana.

  • Progresión: la cantidad de trabajo físico a realizar debe seguir una progresión de menos de a más volumen e intensidad.

  • Globalidad: se deben desarrollar las distintas cualidades físicas, fundamentalmente las que determinan la condición física saludable.

  • Adecuación (individualización): el trabajo físico debe tener un tratamiento individualizado adaptándose a las características de quien lo práctica.

2.     Concepto de actividad física

    El concepto “actividad física” es muy amplio, puesto que engloba a la Educación Física, el deporte, los juegos y otras prácticas físicas (Ureña, 2000). Internacionalmente, este concepto se define como “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que tiene como resultado un gasto de energía” (Tercedor, 2001).

    La actividad física puede condicionar una mejora en la salud desde una triple perspectiva:

  1. Como componente terapéutico o rehabilitador de una enfermedad o patología ya existente (poca importancia en la adolescencia). Excepto ante aquellas enfermedades y patologías que suponen una contraindicación absoluta, el ejercicio físico va a tener un papel coadyuvante en el tratamiento. Las patologías más comunes que podemos encontrar en la adolescencia van a ser: obesidad (hiperlipidemias e hipercolesterolemias asociadas), hipertensión, diabetes tipo I, asma, dolor lumbar, desalineaciones raquídeas (especialmente escoliosis).

  2. Como herramienta preventiva, para reducir los riesgos de padecer las enfermedades cardiovasculares, metabólicas y respiratorias, las que con mayor frecuencia disminuyen la calidad de vida en la edad adulta (sobrepeso y obesidad, osteoporosis, hipertensión arterial, diabetes tipo I y II).

  3. Como práctica orientada al bienestar, intentando conseguir un desarrollo pleno de la persona, buscando calidad de vida, donde la práctica se convierte en un hábito más de vida por el simple hecho del disfrute que produce su realización. (Miñarro, 2002).

3.     Concepto de diabetes (diabetes tipo I)

    La diabetes mellitus, es una enfermedad crónica (de por vida) y metabólica, que ocurre cuando el páncreas no produce suficiente insulina para controlar apropiadamente los niveles de glucosa.

    Existen dos grandes categorías de la diabetes mellitus, conocidas como diabetes tipo I y diabetes tipo II, en este artículo nos centraremos en la diabetes tipo I.

    La diabetes tipo I es la diabetes insulinodependiente, también conocida como diabetes juvenil, ya que la tasa más alta de incidencia de la diabetes tipo I se localiza entre los 10 y 14 años, descendiendo a partir de esta edad.

    En este tipo de diabetes las células del páncreas producen poca o ninguna insulina (hormona que permite que la glucosa entre en las células del cuerpo). El problema de esta diabetes reside principalmente en los músculos, puesto que la glucosa no puede entrar en ellos tan fácilmente, por lo que se produce un aumento del nivel de glucosa en sangre. Éste estimulará al páncreas para producir insulina, pero no la suficiente como para introducir la glucosa en sangre. La diabetes tipo I puede ocurrir a cualquier edad y la causa exacta se desconoce (virus, genética…).

Características generales de la diabetes tipo I

Diabetes Tipo I

Predominancia

15%

Inicio de la diabetes

Antes de los 35 años

Herencia

Menos del 10% de la familia cercana lo ha padecido

Peso

Generalmente inferior al normal

Glucemia

Alta

Cantidad de insulina en sangre (insulinemia).

Generalmente baja

Cantidad de cetona en sangre (cetonemia).

Frecuente

Régimen diabético

Normocalórico

tratamiento

Insulina y régimen diabético

  • Síntomas aparentes en la diabetes tipo I:

    • Aumenta la sensación de hambre.

    • Aumenta la micción (excesiva cantidad de orina).

    • Presencia de sed excesiva.

    • Dolor abdominal. Ausencia de menstruación.

    • Fatiga, nauseas y pérdida de peso.

4.     Ejercicio y diabetes tipo I

    Todos los niveles de ejercicio, incluyendo los deportes recreacionales y los de competición pueden ser practicados por los individuos con diabetes tipo I siempre que no tengan complicaciones y tengan un buen control metabólico.

    Un diabético joven, con un buen control metabólico puede participar sin problemas en la mayor parte de las actividades físico-deportivas.

    El efecto que se produce durante el ejercicio es que el cuerpo tiende a utilizar más glucosa, siendo el resultado una disminución de los niveles de azúcar durante la actividad física.

    Aquellas personas con diabetes tipo I deben tomar precauciones especiales, antes, durante y después de cualquier ejercicio o actividad física, modera e intensa. A continuación se presenta la tabla con las principales precauciones a llevar a cabo:

Pre-ejercicio

  • Ingerir una comida 2-3horas antes del ejercicio.

  • Medir la glucemia antes del ejercicio.

  • Comer un snack de hidratos de carbono complejos de 30 a 60 minutos antes del ejercicio.

  • Modificar las dosis de insulina en función de la duración e intensidad.

Durante el ejercicio

  • Control glucémico cada 30 minutos.

  • Tener hidratos de carbono fácilmente disponibles (caramelo en el bolsillo).

Post-ejercicio

  • Medir la glucemia inmediatamente después y a intervalos regulares en función de la experiencia previa.

  • Realizar una ingesta de hidratos de carbono para reponer los depósitos de glucógeno.

    También debemos conocer cuáles deben ser los niveles tanto superiores como inferiores de glucosa recomendados para la práctica de actividad físico-deportiva:

Ante niveles superiores a 300 mg/dl (hiperglucemia no controlada) el deportista no podrá realizar ejercicio.

Ante niveles inferiores a 80 mg/dl (hipoglucemia) debe aportarse un suplemento de hidratos de carbono.

    Existen dos posibilidades de tener hipoglucemia asociada al ejercicio físico. La primera de ellas es tener una “bajada” durante la realización del ejercicio físico. La segunda posibilidad es tener una “hipoglucemia retrasada”. La hipoglucemia retrasada puede ocurrir desde 4 hasta 24 horas después de haber acabado la actividad física.

    Para controlar el nivel de glucosa en sangre para realizar ejercicio físico se utilizará el glucómetro.

5.     Lugares de aplicación de la insulina

    Los sitios de inyección de la insulina más frecuentes los podemos observar en esta imagen:

    Se sugiere rotar los puntos de administración de la insulina. Es necesario tener en cuenta, que la inyección de insulina previa a un ejercicio físico debe realizarse en una zona que no va a ser ejercitada intensamente, para evitar un incremento en la rapidez de su absorción debido al aumento de la ejercitación en la zona ejercitada, y así disminuir el riesgo de hipoglucemia.

6.     Recomendaciones para la práctica deportiva

  • Evitar el ejercicio durante el pico de acción de la insulina. En los 90 minutos siguientes a la inyección.

  • Realizar el ejercicio físico, preferentemente, acompañado, evitando lugares solitarios, y llevar algún tipo de identificación como una pulsera, collar, o carta.

  • No administrar la insulina en las zonas que se van a trabajar.

  • Estar alerta a los signos de hipoglucemia e hiperglucemia durante y varias horas después del ejercicio.

  • Hidratarse adecuadamente: tomar suficientes líquidos sin calorías, ni cafeína, por ejemplo agua.

  • Controle su frecuencia cardíaca para evaluar la intensidad del ejercicio.

  • Debe atenderse a la correcta higiene de los pies. Revisar los pies antes y después de la actividad física para evitar heridas e infecciones.

7.     Aspectos generales de la diabetes respecto a la actividad física

    Antes de comenzar cualquier programa de ejercicio, los individuos con diabetes mellitus deben someterse a una detallada evaluación médica con métodos de diagnóstico adecuados. Este examen debe ser cuidadosamente realizado para detectar posibles complicaciones macro- y micro vasculares que podrían empeorar por un ejercicio físico inadecuado. La identificación de complicaciones permitirá diseñar programas individualizados que minimicen el riesgo en cada paciente.

    La historia médica y el examen clínico deben centrarse sobre síntomas y signos que puedan afectar el corazón y el sistema cardiovascular, los ojos, los riñones y el sistema nervioso:

  • Sistema cardiovascular: Los pacientes con enfermedad coronaria conocida, deberán ser sometidos a una evaluación de la respuesta isquémica al ejercicio, umbral isquémico y la propensión a desarrollar arritmias durante el ejercicio. En muchos casos, debe evaluarse la función ventricular sistólica en reposo y durante el ejercicio.

  • Enfermedad arterial periférica: La evaluación de la enfermedad arterial periférica se basa en síntomas y signos como claudicación intermitente, pies fríos, pulsos débiles o ausentes, atrofia de los tejidos subcutáneos y pérdida de pelo.

  • Retinopatía: En los pacientes con retinopatía diabética proliferativa, una actividad extenuante puede precipitar una hemorragia vítrea o un desprendimiento de retina.

  • Nefropatía: Los pacientes con nefropatía declarada a menudo tienen una capacidad reducida para hacer ejercicio, lo que limita sus posibilidades. Aunque no hay razones claras para limitar una actividad moderada, los ejercicios extenuantes o de alta competición probablemente deben ser desaconsejados para estos pacientes.

  • Neuropatía: La neuropatía periférica puede ocasionar la pérdida de la sensibilidad en los pies.

  • Neuropatía autonómica: La presencia de neuropatía autonómica puede limitar la capacidad de ejercicio de un individuo y aumentar el riesgo de un episodio cardiovascular adverso durante el ejercicio.

Aspectos generales de la diabetes respecto a la actividad física

Recomendable

No recomendable

  • Buen control metabólico.

  • Ejercicios aeróbicos e isotónicos.

  • Prevenir la aparición de heridas (principalmente en los pies).

  • Mantener una adecuada hidratación durante el ejercicio.

  • Ejercicios isométricos y de fuerza muy intensos.

  • Ejercicios en posición invertida.

  • Natación, escalada y actividades similares.

  • Inyectar insulina en las extremidades que participan durante el ejercicio.

8.     Prescripción de la actividad física

    En el plan de actividad física debe tenerse en cuenta el tipo, la frecuencia, la intensidad y la duración del ejercicio recomendado. Estas características dependerán de la edad del paciente, del grado de entrenamiento previo y de la condición física actual, del resultado de la evaluación cardiovascular, del grado de control metabólico, de la antigüedad de la enfermedad y de la presencia de complicaciones macro y microvasculares.

Elementos a tener en cuenta en la prescripción:

  • Tipo de actividad física: aeróbico.

    • Frecuencia: todos los días, principalmente si el paciente es obeso, o tres a cuatro veces por semana.

    • Duración: 20 a 30 minutos por día, o 45 a 60 minutos cuando se realiza 3 a 4 veces por semana. A esto debe sumarse cinco a diez minutos de estiramiento y movilidad articular antes y después del ejercicio aeróbico.

    • Intensidad: debe ser moderada, para asegurarse de que la práctica sea en condiciones aeróbicas, para ello debe ser entre 50 y 80% de la frecuencia cardíaca máxima (FCM) según condición física, grado de entrenamiento y edad. La FCM se calcula restando la edad del paciente a la cifra 220 y después calcular entre el 50 a 70% de esa cifra para obtener la frecuencia cardíaca objetivo (FCO) para sujetos sedentarios a activos, y entre el 70 a 80% para individuos más entrenados. Por ejemplo, un paciente de 55 años, sedentario su FCM es 220 menos 55, que da 165; el 50% de 165 es 82, entonces la FCO para este paciente es de 82 latidos/minuto, y si tuviera la misma edad pero entrenado, su FCO podría llegar a 132 latidos/minuto.

  • Tipo de actividad física: resistencia.

    • Tres veces por semana, incluyendo la mayoría de los grupos musculares.  Progresando hasta 3 series de 8 a 12 repeticiones por serie.

Bibliografía

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  • FERNANDES DE PAULA, T. (2010) Os benefícios, as precauções e recomendações da prática de atividade física para o Diabetes Mellitus Tipo I. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Nº 147. http://www.efdeportes.com/efd147/atividade-fisica-para-o-diabetes-mellitus-tipo-i.htm

  • GIANNINI, C., MOHN, A., CHIARELLI, F. (2006). Physical exercise and diabetes during childhood. Acta biomed, 77 Suppl 1:18-25.

  • IAFUSCO, D. (2006). Diet and physical activity in patients with type 1 diabetes. Acta biomed; 77 Suppl 1:41-6.

  • MIÑARRO, P. A. (2000). Ejercicios desaconsejados en la Actividad Física. Detección y alternativas. Barcelona: Inde.

  • MIÑARRO, P. A. (2002). Salud y actividad física. Efectos positivos y contradicciones de la actividad física en la salud y calidad de vida. Barcelona: Inde.

  • TERCEDOR, P. (2001). Actividad física, condición física y salud. Sevilla: Wanceulen.

  • UREÑA, N. (2002). Habilidades básicas en primaria: programa de intervención. Barcelona: Inde.

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