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Importancia de la práctica de actividades físicas recreativas en el medio

acuático para la incorporación del adulto mayor a los círculos de abuelos

 

*Profesor de Natación

Metodólogo de la dirección provincial de Deportes

de la provincia Ciego de Ávila

(Cuba)

Lic. José Carlos Gutiérrez Hernández*

Msc. Pedro Morell Rico

pedrom@cfisica.unica.cu

Msc. Gerardo Morell Rico

Msc. Marislen Mato González

marislen@cfisica.unica.cu

 

 

 

 

Resumen

          La provincia de Ciego de Ávila se ve en la necesidad de poner en práctica acciones físicas recreativas para motivar la incorporación del adulto mayor a los círculos de abuelos, las mismas van encaminadas al desarrollo de ejercicios físicos recreativos en el medio acuático con el fin de incrementar la estimulación y la incorporación a estas actividades. Se le brinda una serie de ejercicios físicos recreativos, a los profesores de la Cultura Física, como una herramienta de trabajo con este grupo de edades. Se plantean los argumentos que justifican la importancia de practicar ejercicios físicos en estas edades y las características del programa en el medio acuático.

          Palabras clave: Acciones físicas recreativas. Adulto mayor. Medio acuático. Incorporación.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 151, Diciembre de 2010. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    El envejecimiento de la población es un fenómeno universal, enmarcado en la encrucijada del descenso de la tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida, gracias al desarrollo científico técnico, fundamentalmente la medicina. Tradicionalmente, esta etapa o se ha excluido del mundo de las actividades físicas, o se la ha tratado como edad con pocas posibilidades de afrontar nuevos aprendizajes.

    Según estudios realizados por la Organización de Naciones Unidas para la salud (OMS) para el 2025, una de cada cinco personas estará en la tercera edad. En el siglo XX las perspectivas de vida a nivel mundial era de apenas 50 años de edad, para el 2050 el número de personas de la tercera edad aumentará de 600 millones a 2 mil millones, en menos de 50 años habrá por primera vez más personas con 60 años que jóvenes con 15 años, según dicho organismo en los países en vía de desarrollo se cuadriplicará la población de las personas de la tercera edad, para la mitad de este siglo, estima la OMS más de 2 millones tendrá 100 años o más (Granma Digital, 22 de julio de 2006).

    Es indudable que el desarrollo alcanzado por nuestro país en la esfera de la educación, salud, cultura y deporte está al nivel de los países del primer mundo, esto se concibió gracias a una política bien estructurada y planificada por nuestro país. Según los resultados emitidos por la Oficina Nacional de Censo de la Población en el 2002, existe en Cuba una población de 11 241 291 personas con una esperanza de vida al nacer de 77 años, en el cual los hombres tienen un promedio de 74,8 años y las mujeres de 79,4 años, donde el índice de crecimiento es apenas de 0.5% en el quinquenio 2000-2005, en la cual existe una población de 65 años y más de 2 233 464 para un 19.7%, si conjuntamente observamos que la tasa bruta de mortalidad por cada 1000 nacidos vivos es de 5,3, ocupando Cuba el séptimo lugar a nivel mundial. Vemos que nuestro país ocupa el lugar 66 a nivel mundial que tiene más personas de la tercera edad que adultos. Nuestra provincia no está ajena a este desarrollo y los resultados se reflejan en dicho censo donde la esperanza de vida aumentó hasta 76 años y el índice poblacional de personas con 65 años y más es de 730 887 personas.

Desarrollo

Importancia de los ejercicios físicos en el adulto mayor

    La aplicación de los ejercicios físicos resulta de gran provecho no sólo con vistas al fortalecimiento de la salud de las personas, sino también como un medio de prevención contra el envejecimiento prematuro del organismo.

    A tales efectos y tomando en consideración la aparición de estos cambios y trastornos morfofuncionales, fue aprobada durante el Simposio Internacional de Gerontólogos, efectuado en el año 1962, la siguiente clasificación por edades:

  • 45-59 años (Edad media).

  • 60-74 años (Edad madura).

  • 75 y más años (Ancianidad).

    El ejercicio es una necesidad corporal básica. El cuerpo humano está hecho para ser usado de lo contrario se deteriora; si se renuncia al ejercicio el organismo funciona por debajo de sus posibilidades físicas, por tanto, se abandona la vida. Un cuerpo que no se ejercita utiliza sólo alrededor del 27% de la energía posible de que dispone, pero este bajo nivel de rendimiento puede incrementarse hasta 56% con la práctica regular de ejercicio, este aumento de crecimiento orgánico podrá ser apreciado en todos los ámbitos de la vida. El trabajo y el tiempo libre se volverán menos agotadores y se disfrutará más las actividades a medida que la capacidad de desempeño aumente.

    La mejora del rendimiento del organismo significa también que se estará menos propenso a sufrir enfermedades y al deterioro orgánico; por lo tanto, una vida sana y activa se alarga y los síntomas de envejecimiento se retrasan, fisiológicamente, todos los sistemas del cuerpo se benefician con el ejercicio regular.

    El ejercicio regular reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, incrementa la fuerza, la resistencia y la eficacia del corazón. El músculo cardíaco de una persona preparada físicamente es más eficaz y por tanto, menos propenso a la fatiga y a la tensión.

    Con la práctica de ejercicio el sistema cardiovascular incrementa su capacidad de transporte, el deporte quema el exceso de grasa en el cuerpo y controla los depósitos de grasa en las arterias reduciendo así el riesgo de trombosis. También aumenta el rendimiento del sistema respiratorio, la capacidad vital de los pulmones (la cantidad de aire inhalado de una vez) y la ventilación (la cantidad de aire inhalado en un período determinado), también se incrementan la eficacia del intercambio de gases.

    El sistema nervioso también se beneficia ya que aumenta su coordinación y responde mejor a los estímulos.

    En algunas personas, la rapidez de reacción y la ausencia de tensión están relacionadas con una buena forma física, sobre todo si ésta se consigue por medio de ejercicios rítmicos o juegos deportivos competitivos.

    Además de beneficiar específicamente a ciertos sistemas corporales, la buena forma física aporta las siguientes ventajas:

    El ejercicio de manera general aumenta las capacidades y habilidades físicas. Sus efectos positivos pueden ayudar a combatir ciertas costumbres negativas como fumar, beber demasiado, así como demostrar cuánto mejor se encuentra el organismo sin estos excesos.

    Los beneficios de la práctica regular del ejercicio reportan al:

  • Sistema nervioso: La coordinación y los reflejos mejoran, el stress disminuye.

  • Corazón: El volumen de sangre por pulsación y la circulación coronaria aumentan.

  • Pulmones: La capacidad, eficiencia y circulación aumentan.

  • Músculos: La circulación en ellos aumenta, agrandando el tamaño, la fuerza y la resistencia así como la capacidad de oxigenación.

  • Huesos y ligamentos: Su fuerza aumenta; los tejidos articulatorios se refuerzan.

  • Metabolismo: Las grasas del cuerpo disminuyen; el azúcar de la sangre se reduce.

    Por las razones antes expuestas la relación de los ejercicios en las personas comprendidas en estas edades debe estar orientada a la obtención de los siguientes objetivos:

  • Ejercer una acción estimulante sobre los procesos del sistema nervioso central.

  • Elevar las posibilidades funcionales de los sistemas cardiovascular y respiratorio.

  • Mejorar los procesos metabólicos.

  • Fortalecer el sistema muscular.

  • Incrementar la movilidad articular.

  • Mantener el nivel de los hábitos y destreza motoras vitales.

    Los cambios funcionales que se producen en el organismo humano en estas edades precisan de una diferenciación en cuanto a la selección de los ejercicios físicos, así como en la metodología de su ejecución y resultan imprescindibles para el médico y el profesor de Cultura Física.

Nadar en la tercera edad

    La natación es un deporte en el que participan casi todos los grupos musculares del cuerpo. Es, por tanto, una de las mejores y más completas actividades que podamos practicar. Excelente para el sistema cardiovascular y respiratorio y para la fuerza y la resistencia muscular, incrementa la flexibilidad de las articulaciones, tonifica el cuerpo, lo relaja y, además, ayuda a perder peso.

    Las actividades físicas en el medio acuático, así, resultan muy apropiadas y beneficiosas, siempre que se adopten las debidas precauciones, especialmente las personas de la tercera edad aquejadas de problemas motrices, ya que en el agua el peso del cuerpo parece aligerarse. Antes de comenzar a practicar cualquier deporte, y las actividades acuáticas no constituyen excepción a la regla, se recomienda consultar con el médico y someterse a un reconocimiento para que el practicante calibre hasta dónde puede llegar en su esfuerzo.

El agua, entre 32 y 34 grados

    La temperatura corporal varía en las distintas zonas del cuerpo: en las ingles, axilas y la boca es de 36,5 grados, mientras que la temperatura rectal alcanza los 37 grados. No obstante, nuestra temperatura cambia y es diferente en cada persona y etapa de la vida. También la temperatura de la piel difiere de acuerdo con factores externos tales como la presión sanguínea o la sudoración. Resulta interesante conocer la temperatura apropiada del agua de la piscina en la que nadan personas de la tercera edad y la influencia que ejercerá la temperatura ambiente en estos usuarios. Se considera muy fría el agua entre 4 y 18 grados, fría de 18 a 24 grados, tibia de 29 a 38 grados y caliente de 38 a 42 grados. Cuanto mayor sea la temperatura del agua, mayor será asimismo la deshidratación del practicante, por mínima que parezca su actividad.

    La temperatura ideal para el desarrollo de una actividad acuática es entre 32 y 34 grados en invierno y dos grados menos en verano, aunque pueden mantenerse las mismas temperaturas para ambas estaciones. Por ello, la temperatura de las instalaciones en que se ubica la piscina ha de situarse cerca de los 30 grados. Si la combinación de temperaturas fallara, el alumno de edad avanzada correría el riesgo de acusar esta circunstancia, incluso enfermando.

Respiración por la boca

    La respiración es fundamental. El practicante debe saber que el aire se toma por la boca y que dentro del agua se exhala también por la boca. Si se respira por la nariz, quedan en los orificios nasales partículas de agua que al inspirar producen una sensación desagradable, e incluso alteran el ritmo respiratorio y provocan tos. Sin embargo, no es recomendable que el alumno aspire profundamente por la boca, porque puede ocasionar una hiperventilación y, como consecuencia, mareos. Se recomienda, por tanto, que el practicante respire con normalidad, como lo hace habitualmente.

Apertura de los ojos bajo el agua

    Si el nadador no ve por dónde nada o qué hace en el agua, pueden surgir inconvenientes, como cambios de trayectoria de la flotación, tensiones inadecuadas, temores. En caso de que el alumno manifieste dificultades visuales, como por ejemplo irritabilidad, se aconseja el uso de gafas de buceo. Las más convenientes son las anatómicas con neopreno en la zona de apoyo sobre la zona ocular.

Ventajas de los ejercicios en el medio acuático en la tercera edad

  • Favorece la actividad del sistema cardio-respiratorio muscular.

  • Posibilita mover el cuerpo en el agua y favorece la actividad física en personas obesas, con patologías en columna y en aquellas que fuera del agua tienen dificultades para actividades deportivas, en quienes necesitan rehabilitación cardíaca o motriz.

  • Permite abandonar el sedentarismo y desarrollar, sin un gran desgaste energético, una actividad que produce placer y brinda la oportunidad de superarse y de lograr confianza en uno mismo.

  • Ejerce efectos hidro terapéuticos y mejora los síntomas de enfermedades de carácter óseo, articular, muscular y motriz, de manera que proporciona una gran sensación de bienestar.

Aspectos a tener en cuenta por los profesores que trabajan con personas de la tercera edad con ejercicios en el medio acuático

  • No descuidar al practicante ni al grupo.

  • Vigilar los posibles riesgos que siempre entraña una piscina.

  • No generar dependencia. Si el practicante necesita ayuda permanente del profesor, un compañero o un elemento de flotación, será difícil que progrese cuando desaparezca ese apoyo.

  • Si el practicante no experimenta por sí mismo, no podrá llegar al objetivo de aprender y terminará frustrado, abandonando la actividad.

  • Trasmitir seguridad hacia los que ayudan a sus compañeros.

  • El monitor no debe reprender, porque condicionará negativamente y limitará al practicante. El estímulo ha de ser siempre positivo.

  • Evitar los movimientos bruscos de la columna vertebral y las tensiones cervicales y lumbares.

  • No a las apneas ni disneas. La alteración del ritmo respiratorio en alumnos de tercera edad es nociva: se cuidará que el practicante respire con normalidad y que lo haga siempre por la boca.

  • Generar un clima donde todos se sientan bien, desde quien practica las actividades con mucho esfuerzo hasta quien lo hace sin apenas ninguno.

La sesión en la piscina

    La sesión se divide en tres fases: Calentamiento, parte principal y parte final.

    Con una duración de 45 minutos. Esta duración está condicionada por el tiempo destinado a esta actividad según Soler & Jimeno (1998) y Marcos-Becerro (1992) recomiendan que la duración de la sesión sea de 45 minutos. Scharll (1994) también recomienda una duración máxima de 45 minutos. Para Zambrana & Rodríguez (1992) la sesión tiene que tener una duración entre 30 y 45 minutos.

    La periodicidad semanal será de dos y tres sesiones. Soler & Jimeno (1998) aconsejan tres sesiones semanales, pudiendo ser de dos como mínimo si se trata solo de programas acuáticos. Pont (2000) también establece dos sesiones como mínimo.

    Los grupos deben estar formados por menos de 15 personas, Soler & Jimeno (1998) recomiendan entre 15 y 20, al igual que Scharll (1994) que recomienda entre 15 y 18. Hay autores como Pont (2000) que consideran que el número ideal por profesor es de 10-13 alumnos. Nosotros consideramos, al igual que Hooke & Zoller (1992) que un número inferior a 15 alumnos condiciona las propuestas del profesor sobre todo en situaciones de juego o trabajo con grupos.

    Las actividades que se presenta tienen las siguientes ventajas:

  • Ayuda a mantener el esfuerzo en intensidades bajas.

  • Posibilitan la percepción del agua, movimiento de masas de agua.

  • Facilita la atención selectiva hacia las partes del cuerpo que están en movimiento.

    En las personas mayores tanto el calentamiento como la vuelta a la calma tienen una importancia trascendental en el desarrollo del programa (Soler & Jimeno, 1998), dado que necesitan mucho tiempo para poner el organismo a punto para la práctica de actividad física y por otro lado necesitan mucho tiempo para que su organismo vuelva a la normalidad. En muchos ejercicios se utilizará una forma de trabajo individual, que tiene la ventaja que incita al esfuerzo personal y refuerza la autonomía.

    La intensidad de los ejercicios se realizará de la forma siguiente:

  • Cada practicante las puede adaptar a su nivel y a sus capacidades físicas.

  • Actividades que eviten el derroche de energía.

  • No superar nunca el umbral de dolor.

  • Atención a la respiración agitada y al amoratamiento de los labios, puesto que en muchos casos son signos de que la intensidad no es la adecuada.

  • Atención a las pulsaciones por minuto. Dado que son un elemento de referencia de la intensidad de la actividad.

    Durante la ejecución de las actividades hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Objetivos claros, sobre los ejercicios, para que el adulto mayor interprete correctamente las pretensiones del profesor.

  • La voz debe ser clara, es necesario tener en cuenta los problemas de sordera que padecen muchos ancianos y que las condiciones acústicas de la piscina son malas.

  • La corrección debe realizarse para todo el grupo y ocasionalmente de forma individual.

  • Motivación siempre utilizando el refuerzo positivo, evitando las comparaciones o induciendo a la competición.

    Partes de la sesión en la piscina:

1.     Calentamiento.

    La duración oscila entre 10 y 20 minutos, se realizará con ejercicios fuera y dentro del agua. Durante esta fase el adulto mayor comprueba como está, para realizar la fase principal de la sesión. Se realizan los siguientes tipos de ejercicios:

  1. Ejercicios caminando dentro del agua o nadando.

  2. Ejercicios de flexibilidad.

  3. Ejercicios de movilidad articular.

2.     Parte principal

  1. Ejercicios analíticos en el agua.

  2. Ejercicios de fuerza y fuerza resistencia.

    • Ejercicios de resistencia contra el agua, intentando implicar a grandes grupos musculares.

  3. Ejercicios de resistencia aeróbica.

    • Con los pies en contacto con el suelo: Con este tipo de trabajo se produce una gran resistencia al avance, dado que se desplaza una gran masa de agua. Se diseñarán tareas buscando variabilidad en los desplazamientos: caminando, corriendo, saltando. Desplazamientos en grupos de número variable.

    • Desplazamientos en flotación: El adulto mayor se desplaza en el agua buscando un estilo cómodo, no se trata de que nade bien, sino que nade cómodo.

    • Se realizan otros tipos de ejercicios colectivos como juegos de participación.

3.     Parte final

    Se realizarán actividades y movimientos de baja intensidad, finalizando con ejercicios de relajación.

  1. Ejercicios respiratorios.

  2. Ejercicios de movilidad articular y elongación muscular.

  3. Ejercicios de relajación.

    • La duración de cada una de las partes de la sesión se incrementa en la parte principal y minora en el resto de forma escalonada.

    • La importancia de practicar un deporte a cualquier edad es una actividad que conlleva beneficios de orden físico, psicológico y social, mejorando la calidad de vida de las personas. Actualmente, un número creciente de personas de la Tercera Edad practican algún tipo de actividad física recreativa e incluso esa práctica se ha extendido a una competitiva que lleva a miles de personas a campeonatos mundiales y regionales de algunos deportes que se han preocupado por desarrollar actividades para el adulto mayor.

Conclusiones

  1. La aplicación de los ejercicios físicos resulta de gran provecho no sólo con vistas al fortalecimiento de la salud de las personas de la tercera edad, sino también como un medio de prevención contra el envejecimiento prematuro del organismo.

  2. Las actividades físicas recreativas en el medio acuático propician la participación de casi todos los grupos musculares del cuerpo. Es, por tanto, una de las mejores y más completas actividades que podamos practicar. Excelente para el sistema cardiovascular y respiratorio y para la fuerza y la resistencia muscular, incrementa la flexibilidad de las articulaciones, tonifica el cuerpo, lo relaja.

  3. Con el sistema de acciones propuesto se obtiene una alta motivación e incorporación de los adultos mayores a la práctica de actividades físicas.

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