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Efectos de la suplementación con proteínas, post ejercicio

con sobrecargas, sobre el desarrollo de fuerza 

máxima de varones jóvenes sedentarios

 

Departamento Ciencias de la Actividad Física

Universidad de Los Lagos, Osorno

(Chile)

M.Sc. Rodrigo Ramírez Campillo

Lic. Roxana Pamela Rodríguez Cea

David Cristóbal Andrade Andrade

r.ramirez@ulagos.cl

 

 

 

 

Resumen

          Objetivo: determinar el efecto de la suplementación proteica, aplicada inmediatamente post trabajo con sobrecargas, sobre el desarrollo de fuerza máxima. Metodología: en el estudio participaron 12 varones jóvenes, los cuales fueron divididos al azar en 3 grupos: un grupo control (GC, n = 4), un grupo que entrenó la fuerza con sobrecargas (GF, n = 4) y un grupo que entrenó la fuerza con sobrecargas y además se suplementó con proteínas inmediatamente post sesiones de entrenamiento de fuerza (GFS, n = 4). Los sujetos que entrenaron la fuerza lo hicieron durante 3 meses, con una frecuencia de 3 sesiones/semana, realizando 4 ejercicios/sesión, 5 series/ejercicio, con una intensidad de 8-12RM y con una pausa de descanso entre series de 90 s. Durante todo el periodo de entrenamiento se aplicó el principio de sobrecarga progresiva. Además del entrenamiento de fuerza, el GFS recibía un suplemento de proteínas (15g, PRO WHEY LEAN MASS) inmediatamente después de cada sesión de entrenamiento de fuerza. Antes y después del periodo de entrenamiento se midió la fuerza máxima (1RM) de los sujetos que integraban los 3 grupos, en los ejercicios press banco plano, ½ sentadilla, curl de bíceps con barra y remo erguido con barra, mediante protocolos estandarizados. Para el análisis de los resultados se utilizaron las herramientas estadísticas media, desviación standard y test “t” Student. Para el análisis de los datos se adoptó un nivel de confianza de un 95% (P< 0,05). Los resultados fueron analizados de forma manual y posteriormente con dos programas computacionales: Microsoft Office Excel 2007 y SPSS 15.0, versión en español. Resultados: los grupos GF y GFS presentaron un 82,6 y 91,8% de asistencia a sus sesiones de entrenamiento, respectivamente. Considerando los resultados combinados de los cuatro ejercicios de medición, el grupo GC incrementó 0,9% su fuerza máxima, el grupo GF 22,1% y el grupo GFS 22,9%. Considerando los cambios de fuerza máxima en cada uno de los ejercicios, el grupo GS disminuyó 1,36% en ½ sentadilla, incrementó 6,25% en curl de bíceps, 4,95% en press banco y disminuyó 6,25% en remo erguido. Por su parte, el grupo GF incrementó su fuerza máxima en 12,36%, 26,89%, 23,18% y 25,82% en ½ sentadilla, curl bíceps, press banco y remo erguido, respectivamente. El grupo GFS incrementó 31,14%, 31,45%, 0% y 29,09% en ½ sentadilla, curl bíceps, press banco y remo erguido, respectivamente. Al analizar los resultados con el test t, solo se pudo observar un cambio significativo de fuerza máxima en el grupo GFS (½ sentadilla). Conclusiones: el entrenamiento de fuerza aplicado a los grupos GF y GFS, demostró ser efectivo para inducir incrementos porcentuales importantes de fuerza máxima, tanto en tren inferior como superior. Solo el grupo GFS demostró un incremento estadísticamente significativo de fuerza máxima frente a las 12 semanas de entrenamiento y únicamente en 1 de los 4 ejercicios de entrenamiento (½ sentadilla). El bajo número de sujetos participantes en los grupos experimentales, sumado a la alta desviación estándar de los valores de fuerza máxima que presentaron los grupos, podría explicar la ausencia de un mayor número de cambios, estadísticamente significativos, de fuerza máxima en y entre los grupos. La suplementación con proteínas, inmediatamente post sesiones de entrenamiento con sobrecarga, podría tener un rol sobre el desarrollo de fuerza máxima de tren inferior durante las semanas iniciales de un programa de entrenamiento de fuerza realizado por sujetos sin experiencia en este tipo de entrenamiento.

          Palabras clave: Fuerza máxima. Suplementación deportiva. Proteínas.

 

 
EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 15, Nº 148, Septiembre de 2010. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

    Aunque las proteínas liberan energía, su importancia principal radica más bien en que son un constituyente esencial de todas las células. Todas las células pueden necesitar reemplazarse de tiempo en tiempo, y para este reemplazo es indispensable el aporte de proteínas a través de la dieta (Latham, M.C., 2002).

    Los requerimientos proteicos se han establecido en 0,8 g/kg para adultos y en dependencia del monto absoluto de calorías obtenidas diariamente a través de la dieta, las proteínas deberían representar entre 10 a 35% de la ingesta calórica diaria (Williams, M., 2007).

    Se ha señalado que el entrenamiento con sobrecargas podría elevar los requerimientos proteicos (Hoffman, J.R., Falvo, M.J., 2004). La ingesta extra de proteínas sería necesaria para reparar tejidos afectados por las sesiones de entrenamiento y también permitirían un incremento de la masa muscular (Hoffman, J.R., Falvo, M.J., 2004). El consumo extra de proteínas también podría ser necesario para inducir incrementos superiores de fuerza (Esmarck, B., et al., 2001).

    Se ha señalado que post sesión de entrenamiento con sobrecarga, el ritmo de degradación proteica se incrementa, pero debido a un incremento relativamente superior de la síntesis proteica, el balance proteico neto mejora vs. condición de reposo (Tipton, K.D., Ferrando, A.A., 2008). Sin embargo, si no se consumen proteínas, el balance proteico neto seguiría siendo negativo (Wolfe, R.R., 2000). La ingesta de proteínas post entrenamiento con sobrecarga induciría un efecto sinérgico sobre la síntesis proteica (Phillips, S.M., 2004). Sin embargo, se debe considerar que la estimulación de la síntesis proteica, inducida por entrenamiento de sobrecarga, seguiría un patrón temporal específico. Así, ha podido observarse que la síntesis proteica seria mayor a las 3 (128%) vs. 24 (65%) o 48 (34%) horas post sesión de entrenamiento (Phillips, S.M., et al., 1997).

    Como la administración de proteínas sería crucial para un óptimo efecto sobre el balance proteico neto, una ingesta temprana de proteínas post ejercicio podría ser importante. Al respecto, estudios en ratas han demostrado que una ingesta de proteínas inmediatamente post vs. 4 horas post ejercicio con sobrecarga, puede inducir un incremento significativamente mayor de la masa muscular durante un periodo de 10 semanas de entrenamiento (Suzuki, M., et al., 1999). Similares resultados fueron observados en un grupo de sujetos de 74 años, los cuales fueron divididos en dos grupos, uno que inmediatamente post sesiones de entrenamiento con sobrecarga recibía una dosis de proteínas y otro que recibía la misma dosis 2 horas post sesiones de entrenamiento (Esmarck, B., et al., 2001). Los resultados de la investigación mostraron que el incremento de hipertrofia de fibras musculares, masa magra, fuerza y resistencia muscular fue superior en el grupo suplementado inmediatamente post sesiones de entrenamiento. Un estudio realizado con un grupo de sujetos sometidos a 12 semanas de rehabilitación de ligamento cruzado anterior, mediante entrenamiento con sobrecargas, demostró que la suplementación con proteínas administrada inmediatamente post sesiones de entrenamiento vs. placebo o carbohidrato, induciría un incremento más importante de la fuerza y masa muscular (Holm, L., et al., 2006). En un grupo de mujeres post menopáusicas también pudo demostrarse la importancia de la suplementación con proteínas inmediatamente post sesiones de entrenamiento con sobrecarga, durante un periodo de 24 semanas, observándose incrementos significativamente superiores de masa muscular, masa ósea y fuerza vs. mujeres que entrenaron pero que recibieron un placebo (Holm, L., et al., 2008). Por otro lado, algunos autores han observado el mismo nivel de respuesta aguda en la síntesis proteica frente a entrenamiento con sobrecarga, ya sea con ingestión de proteínas 1 o 3 horas post entrenamiento (Rasmussen, B.B., et al., 2000). Además, un estudio longitudinal reciente, demostró que durante 12 semanas de entrenamiento con sobrecargas, los sujetos que recibieron y no recibieron un suplemento de proteínas antes e inmediatamente finalizada cada una de sus sesiones de entrenamiento, presentaron los mismos incrementos de fuerza máxima, masa muscular e hipertrofia de fibras musculares (Verdijk, L.B., et al., 2009).

    Por tanto, el objetivo del presente estudio fue determinar el efecto de la suplementación proteica, aplicada inmediatamente post trabajo con sobrecargas, sobre el desarrollo de fuerza máxima, durante un periodo de entrenamiento con sobrecargas de 12 semanas

Métodos

    El objetivo del estudio fue determinar el efecto de la suplementación proteica, aplicada inmediatamente post trabajo con sobrecargas, sobre el desarrollo de fuerza máxima.

Sujetos

    Antes de su inclusión en el estudio, los sujetos firmaron un consentimiento informado de participación para investigación humana. En el estudio participación 12 varones jóvenes (<30 años), estudiantes de educación superior. Los sujetos se encontraban libres de enfermedad o lesiones que pudiesen interferir negativamente con el normal desarrollo del estudio. Los sujetos no consumían drogas o medicamentos, no presentaban hábitos regulares de entrenamiento de fuerza (al menos 3 meses sin entrenar la fuerza antes de su inclusión) y no habían presentado alteraciones importantes (<2 kg) de peso corporal durante el último mes antes de su inclusión en el estudio.

    Los sujetos fueron divididos al azar en 3 grupos: grupo control (GC, n = 4), grupo fuerza (GF, n = 4) y grupo fuerza + suplemento (GFS, n = 4). Los sujetos del GC continuaron realizando sus actividades cotidianas durante el periodo de estudio, sin ser intervenidos. Los sujetos del GF y GFS fueron sometidos a un plan de entrenamiento de fuerza durante 12 semanas. El GFS, además, recibió un suplemento de proteínas inmediatamente terminada cada sesión de entrenamiento de fuerza. Cabe señalar que 2 sujetos del grupo GF y 2 sujetos del grupo GFS participaban en actividades deportivas regulares.

Entrenamiento

    El entrenamiento tuvo una duración de 12 semanas. La frecuencia de entrenamiento era de 3 sesiones/semana, con una separación de al menos 48 horas entre cada sesión.

    Se realizaban cuatro ejercicios por sesión: ½ sentadilla, press banco, remo erguido y curl de bíceps. Para cada ejercicio se completaban 5 series, con una intensidad de 8 a 12RM para cada serie. La pausa entre series era de 90 s.

    Se aplicó el principio de sobrecarga progresiva durante todo el periodo de entrenamiento, de manera tal que si el sujeto era capaz de realizar más de 12 repeticiones en alguna de las series, el peso se incrementaba en 2,5 – 5% para esa serie en la siguiente sesión. Cabe señalar que si el sujeto no era capaz de completar 8 repeticiones en alguna de las series, el peso disminuía en 2,5 – 5% para esa serie en la siguiente sesión (o para la siguiente serie de ese mismo ejercicio si fuese el caso) (Fleck, S., Kraemer, W., 1996).

Suplementación

    El grupo GFS era suplementado con proteínas inmediatamente terminada cada una de sus sesiones de entrenamiento. El suplemento administrado correspondió a la marca PRO WHEY LEAN MASS. El suplemento contenía: proteína aislada de suero, albúmina de huevo, proteína aislada de soya, extracto de malta, proteína láctea, dextrosa, levadura de cerveza, concentrado de germen de trigo, saborizante café moca y sacarina. El suplemento no contenía colorantes, ni colesterol

    La información nutricional del suplemento, por cada 100 g de producto, correspondía a: 82,1 g de proteínas, 12,2 g de carbohidratos, 1,2 g de lípidos, 375 kcal. El aminograma del producto se muestra en la tabla 1.

Tabla 1. Aminograma del suplemento utilizado en el estudio

(los valores se expresan en mg de aminoácidos por 100 g de suplemento)

L- Ac. Glutamínico

18.246

L- Ac. Aspártico

9.894

L- Leucina

8.327

L- Sarina

5.131

L- Valina

4.996

L- Lisina

6.721

L- Alanina

4.398

L- Arginina

6.553

L- Fenilalanina

4.776

L- Isoleucina

4.932

L- Treonina

4.129

L- Tirosona

3.548

L- Prolina

4.841

L- Metionina

2.554

L- Glicina

5.696

L- Cistina

1.621

L- Histidina

2.389

L- Triptófano

1.278

    Tanto a los sujetos que recibieron, como a los que no recibieron suplementación, se les solicitó no modificar sus hábitos de alimentación durante el periodo de estudio.

Mediciones

    1RM ½ sentadilla, press banco, remo erguido y curl bíceps: para la determinación del 1RM en ½ sentadilla y press banco se empleó una barra de 20 kg y discos de 20, 15, 10, 5 y 2,5 kg. En los ejercicios remo erguido y curl bíceps se empleó una barra de 6 kg y discos de 15, 10, 5, 2.5, 1 y ½ kg. Todas las barras y discos fueron calibrados previamente en una balanza mecánica, la que a su vez estaba calibrada.

    Para todos los ejercicios los sujetos debían realizar 8-10 repeticiones con el 40-60% del máximo percibido. Luego de 1 minuto de descanso y estiramiento suave, los sujetos realizaban 3-5 repeticiones con el 60-80% del máximo percibido. Luego se realizaba un incremento conservativo (prudente) en el peso a levantar (tratando de acercarse al máximo percibido) y realizaban el primer intento de 1RM ½ sentadilla. Si el intento era exitoso, los sujetos descansaban un mínimo de 3 minutos antes del siguiente intento. Si el segundo intento era exitoso, esta secuencia de descanso/intento máximo continuaba hasta alcanzar el verdadero 1RM, pero en no más de 5 intentos.

    En ½ sentadilla, durante todos los intentos máximos se controló: la posición de las manos en la barra, el agarre (dedo pulgar por fuera, sin tiras de agarre), posición de los pies (mirando al frente, bajo los hombros y levemente hacia afuera, talones pegados al suelo), posición de la barra (sobre la séptima vértebra cervical), un ángulo de 90º en la articulación de la rodilla (Kramer, W., Fleck, S., 1995).

    En press banco, en la posición inicial, el sujeto evaluado se colocaba sobre un banco de levantamiento, en posición horizontal, con los pies en el banco (perpendiculares al suelo) para estabilizar la espalda y evitar lesiones. El sujeto colocaba sus manos sobre la barra con una separación tal, que los brazos permanecían perpendiculares al suelo durante el levantamiento. Asumida la posición inicial, el sujeto sacaba la barra de los soportes, inhalaba y mantenía el aire hasta alcanzar el pecho con la barra, luego volvía a la posición inicial mientras exhalaba. El contacto de la barra en el pecho se realizaba a la altura de las tetillas.

    En remo erguido los sujetos se ubicaban erguidos, con pies a la altura de los hombros, brazos extendidos a lo largo del cuerpo, sujetando la barra de levantamiento con una separación de manos de unos 20 a 40 cm. En la posición inicial, la barra descansaba a la altura de los muslos. A partir de esta posición inicial, con el cuello firme y mirando al frente, el sujeto elevaba la barra, flexionando los brazos con proyección de los codos hacia afuera, hasta situar la barra justo debajo de la barbilla, regresando posteriormente a la posición inicial.

    En curl de bíceps, la posición inicial comprendía una leve flexión de rodillas, el tronco apoyado en una pared plana (disminuyendo así balanceos y flexión de columna), pies separadas a la altura de los hombros, brazos cercanos al cuerpo y completamente extendidos, sujetando la barra de levantamiento con una separación de las manos similar al ancho de hombros. La barra descansaba sobre los muslos. A partir de esta posición inicial, se efectuaba una flexión de codos, elevando los antebrazos hasta situar la barra frente al pecho. Los brazos no debían moverse de los costados del cuerpo. Posteriormente, durante la extensión de codos, debía llevarse la barra hasta la posición inicial.

    Los resultados de todos los ejercicios fueron expresados en kg.

    En todos los levantamientos existió presencia de un investigador.

Análisis estadístico

    Para el análisis de los resultados se utilizaron las herramientas estadísticas media (X), desviación estándar (DS), porcentajes y test “t” Student. Para el análisis de los datos se adopto un nivel de confianza de un 95% (P< 0,05), lo que daría un grado de error en el análisis del 5%. Los resultados fueron analizados de forma manual y posteriormente con dos programas computacionales: Microsoft Office Excel 2007 y SPSS 15.0, versión en español.

Resultados

    Los grupos GF y GFS presentaron un 82,6 y 91,8% de asistencia a sus sesiones de entrenamiento, respectivamente.

    Las tabla 2, 3 y 4 muestran los resultados obtenidos por el grupo GC, GF y GFS con respecto a sus valores de fuerza máxima en el periodo pre y post entrenamiento, señalándose las modificaciones porcentuales respectivas para cada ejercicio.

Tabla 2. Fuerza máxima (kg) en diferentes ejercicios realizados por el grupo GC en el periodo pre y post entrenamiento

 

Pre

X (±DS)

Post

X (±DS)

% modificación

½ Sentadilla

91,75 (±16,19)

90,5 (± 14,97)

-1,36

Curl Bíceps

32 (±5,47)

34 (± 6,37)

6,25

Press Banco

55,5 (±10,53)

58,25 (±8,5)

4,95

Remo Erguido

44 (±6,92)

42,75 (±6,29)

-6,25

*: indica diferencias significativas (P<0.05)

 

Tabla 3. Fuerza máxima (kg) en diferentes ejercicios realizados por el grupo GF en el periodo pre y post entrenamiento

 

Pre

X (±DS)

Post

X (±DS)

% modificación

½ Sentadilla

95 (±13,53)

106,75 (±13,98)

12,36

Curl Bíceps

29,75 (±3,86)

37,75 (±3,77)

26,89

Press Banco

55 (±10,80)

67,75 (±8,61)

23,18

Remo Erguido

37,75 (±3,3)

47,5 (±6,60)

25,82

*: indica diferencias significativas (P<0.05)

 

Tabla 4. Fuerza máxima (kg) en diferentes ejercicios realizados por el grupo GFS en el periodo pre y post entrenamiento

 

Pre

X (±DS)

Post

X (±DS)

% modificación

½ Sentadilla

87,5 (±14,43)

114,75 (±12,55)

31,14*

Curl Bíceps

31 (±3,91)

40,75 (±3,30)

31,45

Press Banco

75,5 (±15,08)

75,5 (±15,08)

0

Remo Erguido

41,25 (±6,29)

53,25 (±6,60)

29,09

*: indica diferencias significativas (P<0.05)

    En las tablas 5, 6 y 7 se compara la fuerza máxima de los grupos GC, GF y GFS en el periodo pre entrenamiento.

Tabla 5. Comparación de fuerza máxima (kg) entre grupos GF y GFS en el periodo pre entrenamiento

 

GF

X (±DS)

GFS

X (±DS)

% diferencia

½ Sentadilla

95 (±13,53)

87,5 (±14,43)

7,89

Curl Bíceps

29,75 (±3,86)

31 (±3,91)

4,83

Press Banco

55 (±10,80)

75,5 (±15,08)

27, 15

Remo Erguido

37,75 (±3,3)

41,25 (±6,29)

8,48

*: indica diferencias significativas (P<0.05)

 

Tabla 6. Comparación de fuerza máxima (kg) entre grupos GC y GFS en el periodo pre entrenamiento

 

GC

X (±DS)

GFS

X (±DS)

% diferencia

½ Sentadilla

91,75 (±16,19)

87,5 (±14,43)

4,63

Curl Bíceps

32 (±5,47)

31 (±3,91)

3,12

Press Banco

55,5 (±10,53)

75,5 (±15,08)

26,49

Remo Erguido

44 (±6,92)

41,25 (±6,29)

6,25

*: indica diferencias significativas (P<0.05)

 

Tabla 7. Comparación de fuerza máxima (kg) entre grupos GC y GF en el periodo pre entrenamiento

 

GC

X (±DS)

GF

X (±DS)

% diferencia

½ Sentadilla

91,75 (±16,19)

95 (±13,53)

3,42

Curl Bíceps

32 (±5,47)

29,75 (±3,86)

7,03

Press Banco

55,5 (±10,53)

55 (±10,80)

0,90

Remo Erguido

44 (±6,92)

37,75 (±3,3)

14,20

*: indica diferencias significativas (P<0.05)

    En las tablas 8, 9 y 10 se compara la fuerza máxima de los grupos GC, GF y GFS en el periodo post entrenamiento.

Tabla 8. Comparación de fuerza máxima (kg) entre grupos GF y GFS en el periodo post entrenamiento

 

GF

X (±DS)

GFS

X (±DS)

% diferencia

½ Sentadilla

106,75 (±13,98)

114,75 (±12,55)

6,97

Curl Bíceps

37,75 (±3,77)

40,75 (±3,30)

7,36

Press Banco

67,75 (±8,61)

75,5 (±15,08)

10,26

Remo Erguido

47,5 (±6,60)

53,25 (±6,60)

10,79

*: indica diferencias significativas (P<0.05)

 

Tabla 9. Comparación de fuerza máxima (kg) entre grupos GC y GF en el periodo post entrenamiento

 

GC

X (±DS)

GF

X (±DS)

% diferencia

½ Sentadilla

90,5 (±14,97)

106,75 (±13,98)

15,22

Curl Bíceps

34 (±6,37)

37,75 (±3,77)

9,93

Press Banco

58,25 (±8,5)

67,75 (±8,61)

14,02

Remo Erguido

42,75 (±6,29)

47,5 (±6,60)

10

*: indica diferencias significativas (P<0.05)

 

Tabla 10. Comparación de fuerza máxima (kg) entre grupos GC y GFS en el periodo post entrenamiento

 

GC

X (±DS)

GFS

X (±DS)

% diferencia

½ Sentadilla

90,5 (±14,97)

114,75 (±12,55)

21,13

Curl Bíceps

34 (±6,37)

40,75 (±3,30)

16,56

Press Banco

58,25 (±8,5)

75,5 (±15,08)

22,84

Remo Erguido

42,75 (±6,29)

53,25 (±6,60)

19,71

*: indica diferencias significativas (P<0.05)

Discusión

    El entrenamiento con sobrecarga sería un importante estímulo para inducir cambios en la fuerza muscular (Fleck, S., Kraemer, W., 1996). En el presente estudio se observaron cambios de 0,9%, 22,1% y 22,9% en la fuerza máxima de los grupos GC, GF y GFS, respectivamente (considerando los cambios en los 4 ejercicios donde se midió la fuerza máxima). Estos cambios porcentuales son similares a los observados en otros estudios (Esmarck, B., et al., 2001; Verdijk, L.B., et al., 2009), en donde los protocolos de entrenamiento y suplementación con proteínas fueron similares a los utilizados en la presente investigación. Varios estudios señalan que el consumo de proteínas, inmediatamente finalizadas las sesiones de entrenamiento con sobrecargas, contribuiría a una mayor ganancia de resistencia muscular (Esmarck, B., et al., 2001), fuerza máxima (Esmarck, B., et al., 2001; Holm, L., et al., 2006; Holm, L., et al., 2008), hipertrofia de fibras musculares (Esmarck, B., et al., 2001), masa muscular (Esmarck, B., et al., 2001; Holm, L., et al., 2006; Holm, L., et al., 2008; Suzuki, M., et al., 1999) y masa ósea (Holm, L., et al., 2008). Sin embargo, no todos los estudios han demostrado ventajas en cuanto a la ingesta proteica inmediatamente post entrenamiento de fuerza. Estudios transversales han observado el mismo nivel de respuesta aguda en la síntesis proteica frente a entrenamiento con sobrecarga, ya sea con ingestión de proteínas 1 o 3 horas post entrenamiento (Rasmussen, B.B., et al., 2000). Además, un estudio longitudinal reciente, demostró que durante 12 semanas de entrenamiento con sobrecargas, los sujetos que recibieron y no recibieron un suplemento de proteínas antes e inmediatamente finalizada cada una de sus sesiones de entrenamiento, presentaron los mismos incrementos de fuerza máxima, masa muscular e hipertrofia de fibras musculares (Verdijk, L.B., et al., 2009).

    El hecho de que en el presente estudio no se hayan observado diferencias significativas en la mayoría de los cambios de fuerza máxima, en y entre los grupos, podría deberse al bajo número de sujetos participantes en cada grupo de estudio, sumado esto a la relativamente alta DS de los resultados, lo cual pudo haber disminuido el poder de análisis de las herramientas estadísticas utilizadas. Sin embargo, se pudo observar un incremento significativo en la fuerza máxima en ½ sentadilla en el grupo GFS. El entrenamiento con sobrecargas podría elevar los requerimientos de proteínas dietarias (Hoffman, J.R., Falvo, M.J., 2004), las que se usarían para reparar tejidos dañados por el entrenamiento y para favorecer un incremento de la masa muscular (Hoffman, J.R., Falvo, M.J., 2004). El ritmo de síntesis proteica se incrementa post entrenamiento, lo cual, acompañado de una ingesta de proteínas, conduciría a un favorable ambiente para el anabolismo muscular (Tipton, K.D., Ferrando, A.A., 2008). La estimulación de la síntesis proteica, inducida por entrenamiento de sobrecarga, seguiría un patrón temporal específico. Así, ha podido observarse que la síntesis proteica sería mayor a las 3 (128%) vs. 24 (65%) o 48 (34%) horas post sesión de entrenamiento (Phillips, S.M., et al., 1997). Por tanto, el momento en el cual se administran las proteínas post entrenamiento sería importante, tanto para inducir cambios agudos (p.e., síntesis proteica) (Tipton, K.D., Ferrando, A.A., 2008), como también crónicos (p.e., hipertrofia de fibras, fuerza muscular) (Esmarck, B., et al., 2001). Considerando esto, el incremento significativo de fuerza máxima en ½ sentadilla del grupo GFS podría ser el resultado de una mayor estimulación de la síntesis de proteínas a nivel de músculos extensores de rodilla en tren inferior, estimulación inducida en forma sinérgica entre las sesiones de entrenamiento y el suplemento proteico administrado inmediatamente finalizadas estas (Esmarck, B., et al., 2001). Esta mayor síntesis de proteínas podría haber conducido hacia una mayor sección transversal muscular, lo cual permitiría un mayor nivel de fuerza. Sin embargo, se ha señalado que los incrementos de fuerza en personas no entrenadas, durante los primeros meses de entrenamiento de fuerza, se explicarían, principalmente, por adaptaciones neurales/coordinativas (McArdle, W., et al., 2002; Wilmore, J., Costill, D., 2004). A pesar de esto, los incrementos de fuerza en tren inferior podrían depender relativamente más de las adaptaciones hipertróficas que de las adaptaciones neurales/coordinativas vs. los incrementos de fuerza del tren superior, debido a que los músculos del tren inferior de sujetos sedentarios estarían relativamente entrenados vs. músculos del tren superior, producto de su mayor utilización durante actividades cotidianas (Malina, R., Bouchard, C., 1994).

Conclusiones

    El entrenamiento de fuerza aplicado a los grupos GF y GFS, demostró ser efectivo para inducir incrementos porcentuales importantes de fuerza máxima (22,1 y 22,9% en GF y GFS, respectivamente), tanto en tren inferior como superior.

    Solo el grupo GFS demostró un incremento estadísticamente significativo de fuerza máxima frente a las 12 semanas de entrenamiento de fuerza y únicamente en 1 de los 4 ejercicios de entrenamiento (½ sentadilla).

    El bajo número de sujetos participantes en los grupos experimentales, sumado a la alta desviación estándar de los valores de fuerza máxima que presentaron los grupos, podría explicar la ausencia de un mayor número de cambios, estadísticamente significativos, de fuerza máxima en y entre los grupos.

    La suplementación con proteínas, inmediatamente post sesiones de entrenamiento con sobrecarga, podría tener un rol sobre el desarrollo de fuerza máxima de tren inferior durante las semanas iniciales de entrenamiento de fuerza, en sujetos que previamente no hayan entrenado con sobrecargas.

Bibliografía

  • Esmarck, B., Andersen, J.L., Olsen, S., Richter, E.A., Mizuno, M., Kjær, M. (2001). Timing of postexercise protein intake is important for muscle hypertrophy with resistance training in elderly humans. Journal of Physiology, 535.1, 301–311.

  • Fleck, S.J., Kraemer, W. (1996). Designing resistance training programs. Segunda edición. Editorial Human Kinetics.

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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 15 · N° 148 | Buenos Aires, Septiembre de 2010
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