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Expresión plástica y musical en el alumnado

con Necesidades Educativas Especiales

 

*Maestra de Educación Infantil y Licenciada en Psicopedagogía

**Maestra de Educación Física

Facultad de Formación del Profesorado, Las Palmas de Gran Canaria

Colegio concertado Mª Auxiliadora. Las Palmas de Gran Canaria

(España)

Vanessa Cidoncha Falcón*

vanessacidoncha@hotmail.com

Erika Díaz Rivero**

erikasport@hotmail.com

 

 

 

 

Resumen

          La Educación Artística posibilita al niño/a discapacitado, la posibilidad de autoexpresión dentro de su propio nivel, es una forma de autorrealización y comunicación. Las actividades musicales contribuyen a despertar la conciencia perceptiva, a desarrollar la discriminación auditiva y el control motor. Ayudan al niño y la niña a usar una cantidad de procesos mentales conectados con el sonido y el movimiento, como la memoria y reconocimiento. En estas actividades participan otros sentidos aparte del oído, a través de los cuales el niño y la niña exploran el mundo y adquieren conocimientos conscientes del mismo.

          Palabras clave: Integración social. Sentidos. Sensibilidad musical. Sonidos musicales. Aptitud musical.

 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 15 - Nº 146 - Julio de 2010

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    La experiencia artística favorece la integración social y emocional del niño y la niña e influyen sobre su actitud hacia el juego y el trabajo, hacía si mismo y hacía los demás. La sensibilidad musical no debe ser confundida con la aptitud musical.

    La sensibilidad musical es una disposición y provoca una reacción placentera a los sonidos musicales, la aptitud musical es el poder de adquirir algún tipo de habilidad, la primera es un medio y la aptitud es un fin en si misma. Todos los niños y niñas son sensibles ante el fenómeno musical, independiente del grado de desarrollo de sus aptitudes.

Planificación de la intervención educativa

1.     La educación musical como compensadora de las desigualdades educativas

    Factores que producen desigualdades educativas

  1. La desventaja sociocultural y económica

  2. Los problemas de orden familiar

  3. Las deficiencias congénitas o adquiridas de tipo perceptivo o motor

  4. La deficiencia mental

    A continuación veremos cómo la música interviene como factor minimizador de estas desventajas:

A.     La desventaja sociocultural y económica

    El alumnado con esta desventaja se encuentra en comparación con sus compañeros con problemas como estos: desarrollo inferior, poca participación, poca interacción con el maestro/a, un lenguaje más empobrecido y probablemente un nivel de aspiración y expectativas inferior.

    La Educación musical puede ser compensadora, repercutiendo especialmente en el desarrollo de la percepción, la motricidad, lenguaje, la imagen de sí mismo y la del otro, la forma de creerse percibido y aceptado, la motivación, las aspiraciones y expectativas. Aunque no podamos eliminar la influencia del medio social sobre los resultados escolares, es cierto que la estimulación de estos factores incide favorablemente en el rendimiento escolar a través de:

  • El canto, medio de comunicación, solidaridad del grupo y enriquecimiento del lenguaje.

  • La actividad rítmica, desarrolla el dominio de sí mismo y socialización.

  • La instrumentación, desarrolla la motricidad y las expectativas y aspiraciones personales, así como la valoración de su propia imagen.

B.     Los problemas de orden familiar

    La Educación musical puede contrarrestar esta problemática, creando un ambiente gratificante en el cual el niño y la niña se sienta aceptado y favorezca su autoexpresión, como ayudar a superar la hipersensibilidad contribuyendo Al equilibrio emocional, a través de:

  • La instrumentación, con ejercicios de improvisación, que posibilitan su expresión libre y se siente inmerso en un ambiente agradable y gratificante, y si es en grupo, su contribución en este le hará sentirse aceptado.

  • Las actividades rítmicas les ayudará a quemar las energías que almacenan corporalmente y el descenso de estas, contribuirán a crear un ambiente más relajado.

C.     Las deficiencias congénitas o adquiridas de tipo perceptivo o motor

    Con respecto a las deficiencias motoras: la educación musical puede utilizarse como sustituta del movimiento, los sonidos ascendente o descendente le darán la sensación de movimiento hacia arriba o abajo; la sucesión de sonidos a diferentes velocidades y ritmos la sensación de rápido y despacio. Hay que tener en cuenta que los niños y niñas con esta tipología pueden originarles algunas actividades musicales reacciones contradictorias como: un ritmo fuerte acrecienta la tensión; una melodía que contenga cambios súbitos de velocidad puede generar miedo por su incapacidad de adaptación rápida; lo contrario de lo que se pretende conseguir.

    Algunas de las actividades que se pueden llevar a cabo:

  • Cantar. Una melodía tranquilizante ayuda a relajar la musculatura facial y corporal.

  • Ritmo. Le ayuda a relajar y controlar sus movimientos, como: moverse según el movimiento de los sonidos estirándose y agachándose.

  • Instrumentación. El uso de los instrumentos escolares por su sencillez en el manejo les posibilitará la oportunidad de hacer música.

    Desde el punto de vista del desarrollo de su personalidad, la educación musical enseña al niño/a a: perseverar, concentrarse, adoptar actitudes favorables ante las actividades en general, independencia, eleva su autoconcepto y se integra en el grupo.

    Con respecto a la deficiencia visual: el hecho de que la música no pueda evocar imágenes en su mente, puesto que su experiencia emocional no está relacionada con la visión, hace que la música le proporcione una gran descarga emocional y la experimente más hondamente, permitiéndole comunicarse e integrarse socialmente, encontrando valores culturales y espirituales.

    Es necesaria la notación del sistema Braile para proporcionar al niño y la niña ciega la misma oportunidad de acceso a la música escrita que tienen sus compañeros videntes. De esta manera puede acceder al aspecto intelectual de la música.

    Con respeto a las deficiencias auditivas: las personas que sufren una deficiencia auditiva no acceden de igual forma que el resto a ruidos y/o sonidos, por lo que la percepción del lenguaje está también dañada, lo que dificulta su capacidad de comunicación con el entorno, dañando su integración. Cuando asimilan su problema desarrollan como compensación una riqueza de gestos y una mayor atención a la percepción visual.

    Es importante tener en cuenta que el maestro/a debe saber aprovechar los datos que el niño/a recibe a partir de otros sentidos, fundamentalmente la vista y el tacto. El docente deberá permitirle y facilitarle el conocimiento de la existencia de un mundo sonoro.

    A parte de la percepción a través del oído existe otros tipos de percepción sonora: percepción ósea, recibir la vibración con el cuerpo o una parte de él en contacto con la fuente sonora o a través de la vibración del aire.

    Las deficiencias auditivas se clasifican según el grado de audición:

    Hipoacúsico, oye con niveles de audición que va desde una hipoacusia ligera (dificultades para escuchar sonidos de intensidad débil), a hipoacusia grave (no son capaces de aprender a hablar espontáneamente y con unas dificultades de comunicación elevadas) el entrenamiento auditivo es a través del desarrollo de la audición con el lenguaje, desarrollando la técnica de emisión vocal con la voz hablada y la voz cantada.

    En el aspecto perceptivo sensorial se ejercitará la toma de conciencia de los sonidos del entorno, y su conocimiento y reconocimiento. Para ello se realizarán ejercicios de discriminación auditiva, preguntándole más tarde qué, o cómo era el sonido que ha percibido, estimulando así la comunicación verbal. Se incidirá en los parámetros del sonido, así como en la percepción, la orientación sonora y la direccionalidad; todo ello puede ser realizado tomando la canción como punto de partida.

    En el caso de los anacúsico, ausencia total de audición bilateral, el objetivo será estimular la lectura de los labios y ayudarles en su toma de conciencia sobre las vibraciones que le rodean. La música puede desinhibir al individuo, eliminando su timidez y ayudar a su integración, resultando fundamental para que este alumnado mejore su autoimagen, ya que una baja autoestima dificultará el reconocimiento del medio a través del sonido.

    En todos los casos de emisión se vigilará muy especialmente la articulación, es decir, el movimiento de los órganos responsables de la fonación. El trabajo de articulación fonética puede ayudarse con el contacto de las manos y dedos del alumno/a sobre la boca, garganta y mejillas del educador/a para observar el funcionamiento y emitir por imitación, al recitar la letra y al cantar.

    Aunque la música no pueda ser para el niño/a sordo una experiencia estética y emocional como tal, si puede proporcionarle otras ventajas:

  • El factor emocional que transmite la música es capaz de crear comunicación en el niño/a, lo que presenta ya una experiencia emocional para el niño/a sordo.

  • Puede darle sentido rítmico, lo que amplía su concepción del mundo perceptivo.

  • Puede darle medios para expresarse gozosamente a través del movimiento.

  • Al moverse al compás de la música, junto a otros que tal vez pueden oír, es capaz de comunicarse a través de una experiencia compartida con placer y felicidad.

  • Si logra producir sonidos en un instrumento musical puede llegar a participar en un grupo que hace música.

    El éxito de la educación musical con respecto a las deficiencias auditivas, va a estar supeditado a diversos factores, como:

  • La capacidad auditiva del niño/a (nivel hipoacúsico).

  • La inteligencia del niño.

  • El grado de motivación y curiosidad.

D.     La deficiencia mental

    La educación musical puede contribuir a la disminución de la deficiencia mental, en el margen que posibilite sus limitaciones, aprendizajes que produzcan cambios que modifiquen el curso de su desarrollo cognitivo, entre los que podemos referir:

  • Adquisición de conceptos básicos.

  • Creación de hábitos, y a través de estos crear una motivación intrínseca.

  • Percibirse a sí mismo como generador activo de conocimiento e información.

    Además consigue: gratificación y éxito, actúa como agente del desarrollo sensorial, desahoga emocionalmente, estimula la mente y es un medio socializador.

    Como principio general hay que partir de la propia experiencia del niño/a deficiente mental, puesto que a partir de esta, podrá provocar asociaciones mentales o emocionales que incidirán en su desarrollo.

Algunas actividades musicales y su incidencia:

  • Canción. Cantar, permite al niño/a enlazar sonidos verbales y musicales, desarrollando un control del aparato vocal, tanto para el canto como para el habla. Igualmente la actividad de cantar es creadora, ya que el niño/a puede producir su propio mundo de sonidos.

  • Instrumentación. Tocar un instrumento, aunque el nivel de realización sea bajo, permite al niño/a utiliza y conectar varias experiencias perceptivas y emocionales. La manipulación de un instrumento requiere poseer sentido del tacto y control motor.

  • Audición. Escuchar música es un proceso de recreación, por el cual se interpretan los sonidos que se oyen y produce una experiencia emotiva.

    La educación musical favorece el desarrollo de la personalidad, con la satisfacción de las necesidades emocionales básicas, sintiéndose más seguros, amados y aceptados, tener sentimientos de pertenencia y expresarse, solo entonces pueden relacionarse y desarrollarse, facilitando la maduración perceptiva del niño/a.

2.     Principios básicos de intervención

    Una vez diagnosticada la deficiencia, hay que definir el enfoque psicopedagógico más adecuado para determinar los criterios de actuación necesarios. Ello requiere la participación conjunta de un equipo interdisciplinario de profesionales: médicos, psicólogos, pedagogos y educadores y, por supuesto, la colaboración de los padres.

    El profesorado ha de:

  • Conocer profundamente la problemática y/o deficiencia que presenta el alumnado.

  • Saber cuál es el punto de maduración en que se encuentra el niño/a.

  • Realizar una selección y secuenciación adecuada de objetivos, contenidos y actitudes musicales, adaptadas al requisito anterior.

    La utilización de la educación musical como recurso compensador de las desigualdades educativas, deberá tener presente y acomodarse a los siguientes principios metodológicos básicos:

  • Globalización. Hay que tener presente por un lado la unidad del niño/a, y por otra la globalización del aprendizaje que se transmite. La música se debe relacionar con las restantes disciplinas.

  • Funcionalidad. Los objetivos y actividades propuestos deben ser prácticos, útiles, representativos y funcional. Para ello, hay que partir de la realidad y de sus propias experiencias.

  • Individualización. Cualquier programa de desarrollo debe centrarse en un sujeto en particular, y partir de la realidad de sus capacidades y limitaciones.

  • Socialización. Se debe potenciar la socialización, por lo que se fomentará las actividades en grupo.

  • Pluri-Intevención. Tener presente la intervención de otros profesionales: psicólogos, pedagogos, logopedas, médicos, fisioterapeutas…

    Los elementos musicales más utilizados para compensar desigualdades son:

  • El canto: canciones infantiles tradicionales y canciones con gestos para el desarrollo de la expresión corporal y la cooperación.

  • El ritmo y la percusión corporal: a través de jugos de imitación, eco, pregunta-respuesta, improvisación y canon rítmico.

  • Práctica instrumental: basada en la práctica de instrumentos naturales y del instrumental Orff.

  • La danza y la psicomotricidad: es la utilización de los movimientos del baile, como medio de comunicación no verbal y de liberación emocional, de relajación y de conciencia del yo.

  • Audiciones musicales: utilizada como medio de canalización y expresión de sentimientos.

    Las áreas de intervención, básicamente son:

1.     El lenguaje

    Los ejercicios orales y motores nos pueden ayudar a fortalecer la toma de conciencia del uso funcional de los labios, la lengua, la mandíbula y los dientes. A través de la exploración e improvisación vocal, ejercicios de respiración y el canto (como toma de conciencia de las posibilidades vocales) equivale a una preparación que ayuda a la adquisición del lenguaje. La unión del canto con la danza y la expresión instrumental constituyen experiencias musicales enriquecedoras afectivas y emocionales.

2.     Desarrollo social y emocional

    A través de las actividades musicales se pude llegar a aprender a ser un miembro del grupo, ya que las propuestas de canto, de movimiento y danza, de tocar instrumentos pueden enseñar a los niños y niñas a tolerar la presencia y el contacto físico con otras personas, distinguiendo entre uno mismo y los otros, a la vez que practican conductas sociales. El hecho de mirarse y escucharse unos a otros en círculo, tocar instrumentos juntos y cogerse de las manos son logros muy importantes en el crecimiento emocional.

3.     Desarrollo del concepto cognitivo

    La utilización de canciones en el entorno educativo nos puede ser útil para enseñar habilidades y conceptos a los niños y niñas. Al ser la música un elemento motivador para los niños/as, se puede utilizar como portadora de información no musical.

    También en el aprendizaje de conceptos específicos como: clasificar, asociar, reconocer, identificar, memorizar. Y también en el desarrollo de la memoria motriz al acompañar la producción de canciones.

4.     Desarrollo psicomotor

    A través de actividades de exploración sonora de los instrumentos escolares, al tocarlos de todas las maneras posibles, podemos trabajar la integración sensorial a nivel auditivo, visual y táctil. Las actividades de imitación corporal desarrollan la toma de conciencia de su cuerpo y estimulan el movimiento. Todas estas actividades especialmente las rítmicas ayudan al desarrollo de las habilidades básicas de los movimientos como: andar, correr, trotar, galopar… 

Bibliografía

  • CAJA, J. (coord.) (2001). La educación visual y plástica hoy: educar la mirada, la mano y el pensamiento. Barcelona. GRAÓ.

  • GARRIDO LANDIVAR, J. (1993). Programación de actividades para educación especial. Madrid. CEPE.

  • MATEOS HERNÁNDEZ, LUIS ALBERTO (2004). Actividades musicales para atender a la diversidad. Madrid. ICC.

  • TILLEY, P. (1986). El arte en la educación especial. Barcelona. CEAC.

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